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CONCEPTO
Se consideran armas blancas aquellos instrumentos manejados manualmente que
pueden producir lesiones por tener un filo, una punta o ambos a la vez. A veces podrá
sumarse el peso/energía del objeto. Presentan un brillo producido por los materiales de
las mismas, generalmente metales, que puede hacerlo confundir con el color blanco
(origen etimológico).
Dependiendo de las características morfológicas del arma podemos hablar de 4
tipos (en esta exposición se va a seguir el esquema realizado por JA Gisbert Calabuig pero otros
autores van a hacer otras clasificaciones y hablan de las armas blancas punzantes, las incisas o
cortantes y las inciso-contusas):
Armas punzantes: Son elementos provistos de punta que actúan en profundidad
más que en superficie.
Heridas cortantes o incisas: Lesionan gracias a un borde afilado.
Heridas inciso-punzantes: Se producen por armas con dos mecanismos lesivos
ya que incluyen en el mismo arma el mecanismo punzante y el cortante ya que
tienen tanto punta como filo como por ejemplo un cuchillo.
Heridas inciso-contusas o corto-contundentes: Son los instrumentos que tienen
una hoja afilada y un peso considerable, por lo que a su efecto cortante hay que
añadir una gran energía. El ejemplo típico sería el hacha o la guillotina.
Características lesionales:
Orificio de entrada: Si se trata de un instrumento muy fino puede quedar reducido a
un punto rojizo que desaparece a los 2-3 días. Si, en cambio se trata de una herramienta
más gruesa el orificio coge forma de ojal y la dirección de su eje mayor dependerá de la
que tengan las fibras elásticas de la dermis en la región en que asiente la herida.
LEY DE FILHOS
La lesión producida por un objeto cilíndrico o cónico simula la producida por un
arma aplanada y con dos filos (estilete aplanado y bicortante).
En una región determinada, las lesiones producidas por este tipo de armas tendrá
siempre la misma dirección (en el sentido de las fibras cutáneas) mientras que
las producidas por armas corto-punzantes con dos filos tendrán la dirección en la
que se haya aplicado el arma (puede presentar diversas direcciones).
LEY DE LANGER
Cuando un instrumento punzante lesiona un punto en el cual convergen diversos
sistemas de fibras de dirección divergente, la herida tendrá forma triangular o en
punta de flecha.
Trayecto: Se trata de un canal que atraviesa los distintos tejidos capa a capa
mientras se mantenga la fuerza, la longitud del arma lo permita y no haya ningún plano
óseo subyaccente. La dirección del ojal que se forma en cada uno de los tejidos es
diferente según sea la de sus respectivas fibras elásticas.
Orificio de salida: Es inconstante. Cuando está presente suele ser más irregular que
el de entrada y de menor tamaño.
Características lesionales:
Orificio de entrada: Presenta bordes nítidos, regulares y limpios, no existiendo
puentes de unión entre ellos. Los bordes tienden a abrirse adquiriendo forma de huso de
mayores dimensiones que en el caso de las heridas por arma punzante. Los extremos de
los labios de la herida suelen terminar haciéndose superficiales, y reciben el nombre de
colas. Las colas constituyen un elemento de gran valor médico-legal para indicar la
dirección en que fue producido el corte. Así:
• La cola de entrada corresponde a la iniciación del corte y se caracteriza por ser
corta y profunda.
• La cola de salida, en cambio, es indicativa de la retirada del arma y es más
larga y superficial.
De tal forma que se puede establecer que una herida por arma cortante se ha hecho
desde la cola de entrada hacia la cola de salida.
Para poder hacer un diagnóstico diferencial con las heridas contusas podemos
seguir el siguiente esquema:
No suele presentar ningún tipo de trayecto ya que las lesiones se producen en
paralelo al plano cutáneo y tendrán más bien las características de un fondo de saco.
El orificio de salida está ausente.
Además de las lesiones anteriormente descritas van a poder producirse heridas
atípicas:
Heridas en colgajo: El instrumento cortante penetra más o menos
oblicuamente, con lo que la herida queda cortada en bisel.
Heridas mutilantes: Se producen cuando el corte separa parcial o totalmente
una zona saliente del resto del cuerpo (orejas, labios, nariz, mama, testículos,
dedos).
Heridas atípicas: Heridas en puente o en zigzag. Se producen cuando hay
pliegues cutáneos o se trata de una zona de piel laxa que forma repliegues con
facilidad, como consecuencia de haberse formado un pliegue cutáneo y haber
actuado sobre él linealmente el arma, al extender la región se ven dos cortes
separados por un puente o una herida en zigzag
Heridas irregulares: Se producen cuando el arma carece de filo o presenta
melladuras, apareciendo heridas irregulares, dentadas y con laceraciones.
En relación con el pronóstico de las heridas van a seguir los condicionantes y las
características descritas en el apartado anterior.
Dependiendo de los filos que tenga el arma vamos a poder hablar de distintos tipos
de armas inciso-punzantes: armas monocortantes (con solo un filo), armas bicortantes
(tienen doble filo) y armas pluricortantes (cuando tiene más de dos filos).
El pronóstico de estas lesiones es muy variable aunque, a priori, será peor que en
los dos tipos de lesiones anteriores ya que producen lesiones más extensas y profundas
con mayor capacidad para alcanzar órganos vitales. El pronóstico de la lesión vendrá,
por tanto, determinada por la extensión de la lesión, la profundidad y la zona de
afectación siendo más peligrosas las lesiones que afectan a órganos vitales o aquellas
que producen grandes hemorragias y pueden desencadenar en un shock hipovolémico.
El pronóstico, a su vez, se va a ver influenciado por la limpieza del arma y una posible
infección secundaria.
Características lesionales:
Orificio de entrada:
En las armas monocortantes el orificio tiene forma fusiforme, pero uno de sus
extremos es agudo y suele presentar una cola evidente de salida y mientras que
el otro es más romo.
En el caso de instrumentos bicortantes la herida tiene forma fusiforme, similar
a la de un instrumento cortante, pero más profunda. Si el arma entro y salió
perpendicular a la superficie corporal puede no tener colas. Y si se movió en el
sentido de ambos filos podrá tener colas en ambos bordes pero serán simétricas
y no se regirán por las características de las colas de entrada y salida. Lo más
frecuente será que la lesión tenga sólo la cola de salida indicando el sentido en
el que se realizó el corte.
Si se trata de una hoja pluricortantes, el orificio de entrada tendrá tantos bordes
como hojas afiladas tenga el instrumento y será de forma estrellada.
Trayecto: El trayecto y las características del mismo serán independientes de si se
trata de un arma mono-, bi- o pluricortantes. Puede ser único o múltiple ya que, en
ocasiones, el agresor sin sacar la punta del cuerpo de la víctima vuelve a clavar el arma
dentro formando varios trayectos internos. La dirección del trayecto podrá ser
perpendicular al plano corporal o estar inclinado con lo que obtendría un trayecto
inclinado o, incluso, paralelo a la superficie corporal (se produciría, al igual que en las
lesiones incisas una herida en colgajo).
Orificio de salida: No es constante y cuando lo hay suele ser de menor tamaño que
el de entrada, ya que las armas corto-punzantes suelen ser más finas y aguzadas por la
punta. Lo más habitual es que la lesión termine en fondo de saco.
Características lesionales:
No se produce un orificio de entrada, un trayecto y una salida como en el resto de
las heridas por arma blanca sino que se trata, más bien, de heridas grandes y profundas
en fondo de saco. Se produce gran destrucción tisular a la que unen signos contusivos.
La profundidad de la herida supera ampliamente a la de las heridas incisas y suele
lesionar las estructuras óseas.
El pronóstico es mucho más grave que en los casos anteriores ya que se trata de
lesiones más extensas y profundas que afectan a partes óseas y a órganos internos.
Además, se suelen infectan con gran facilidad. Originan grandes hemorragias.
1.- Etiología médico legal: Habrá que diferenciar entre suicida, homicida o
accidental. Es un tipo de mecanismo lesional frecuente en los tres casos de muerte
violenta. El diagnóstico va a realizarse dependiendo de:
- La localización herida: por ejemplo, una herida a nivel lumbar dificulta la
etiología médico legal suicida.
- La presencia de heridas de defensa orienta claramente a que ha existido lucha y,
por tanto, se trata de una muerte homicida. Típicamente se encuentran en pliegue
de la mano entre primer y segundo dedo, palma, borde cubital de antebrazo.
- Otros signos de lucha en el lugar de los hechos.
- Número de lesiones. Es habitual que en los suicidios haya varios intentos
previos a la realización de la lesión mortal que se realizan con el objetivo de
verificar el correcto funcionamiento del arma (lesiones de vacilación –
superficiales, paralelas y en zonas accesibles) pero, exceptuando este supuesto,
se debe de considerar que la presencia de múltiples lesiones orienta, más bien, a
una muerte homicida.
4.- Origen vital o post-mortal de las lesiones: Para estudiar si después del
fallecimiento se siguieron realizando lesiones (alto interés jurídico ya que es un
supuesto que se considera agravante a la hora de poner la condena penal).
A nivel macroscópico una herida producida en vida se caracteriza por presentar:
- Retracción de los bordes de la herida.
- Infiltración sanguínea de los bordes y del tejido celular subcutáneo.
- Inflamación y eritema en los bordes.
- Retracción de los vasos arteriales.
- Profusión de grasa subcutánea.
- Coágulos sanguíneos fuertemente adheridos a los bordes que resisten la prueba
del lavado.
- Presencia de hemorragia externa de cuantía variable.
En todo caso estos caracteres deben ser confirmados con la realización de análisis
complementarios ya sean bioquímicos, histoquímicos o histológicos.
5.- Orden en el que se produjeron las heridas. De gran interés en los casos homicidas
para corroborar las declaraciones de testigo y agresor. Para establecerlo podemos
guiarnos por los siguientes criterios:
- Distinción de las lesiones vitales y no vitales en función de los criterios
anteriormente descritos.
- Mayor o menor sangrado: Lo observaremos tanto en la ropa como en la propia
herida. Para lesiones de características similares se entiende que si unas tienen
menos sangrado que las otras es porque, en ese momento, ya se había iniciado el
cese de las funciones vitales o porque había otro punto de sangrado más
importante. Obviamente, no podrán compararse lesiones de distintas
características ya que si una herida afecta, por ejemplo, a la vena yugular es de
esperar que el sangrado sea mayor que si se trata de una lesión superficial en
antebrazo.
- Más o menos coagulación: Al igual que en el caso anterior, la disminución de la
coagulación sería un signo del inicio del cese de las funciones vitales.
- También deberán estudiarse las lesiones en las que la víctima presento
resistencia al ataque para establecer éstas como las primeras en la dinámica de la
agresión.
8.- Por último, habrá que tener en cuenta que en el caso de que la víctima no fallezca
y las lesiones hayan sido producidas a consecuencia de una agresión o un accidente será
necesario realizar una valoración pericial para ser indemnizadas por el tiempo de
curación necesario y las secuelas permanentes que hayan quedado.