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Set meee, | Educacion y sociologia oti ea Daa etn i OTR aC) (a Rew Sie mae) Emile Durkheim * _EDUCACION Y¥ SOCIOLOGIA Prefecio de Maurice onal Epilogo de Joan Volker 1, La edueacién, su naturaleza y su papel 1. LAS DEFINICIONES DE LA EDUCACION. EXAMEN CRITICO La palabra educacién ha sido a veces utllizada en un Jo muy emplio para designar el conjunto de Ta fas que la naturaleza, o los dems hombres, pueden ejercer bien sea sobre nuestra inteligencia, bien sea s0- dre nuestra voluntad, Abarca, dice Stuart Mill, «todo lo que hacemos por voluntad propia y todo cuanto hacen los demas en favor nuestro con el mos a 14 perfeccién de nuestra na a abarca incluso los efectos ind ‘l caricter y sobre las facultades del 's cuya meta ¢s completamente difere ‘or las formas de gobierno, Jas artes incu Cluso, también por hechos ffsicos, independientes de la yoluntad del hombre, tales como el clima, el suelo y Ia posicion locals, Sin embargo, dicha definicién engloba Techos completamente contrapuestos ¥ que no se pueden Yetunir bajo un mismo vocablo so pena de exponerse a con- fusiones, La accién de las cosas sobre Jos hombres es muy diferente, por sus procedimientos y resultados, de la que procede de los hombres mismos; y In accion de los com temporaneos sobre sus contemporaneos difiere de la que Jos adultos ejercen sobre los mas jévenes. Es esta Ja dnica que nos interesa aguf y, por consiguiente, es 4 ella que conviene reservar la palabra educacién Pero, gen qué consiste esa accién sui generis? Nume- rosas y muy diferentes son las respuestas que han sido das a eats preg pueden reducirse a dos tpos prin: cipales. ‘Soutin Kant, «el fin de la educaci6n es el de desarrollar 4) Jtades humanas, Llevar hasta el punto mas la ser alcanzado todas Jas fuerzas que an 1ucstro interior, realizarlas lo mas completa pero sin que Heguen a daiarse entre si, ¢no fe avaso un ideal por encima del cual no pucde exis gun otro? Sin embargo, si bien en cierta medida ese desasroll armbnico es, en efecto, necesario y deseable, no por esto 5 integralmente realizable; pues, se encuentra en © diccidn con otra regla do la conducta humana qi : e3 la que nos ordena dedicarnos a una wa y restringida, Np podemos y mos entregarnos todos al mismo género de y plir, y es necesario que nos pi quella que nos incumbe, No estamos todos hec reflexionar: son necesarios hombres de sensa cién, Inversamento, también es necesario que los cuya Jabor sea la de pensar. Ahora bien, el pensai no puede desarroll s que desapegindose del movi. dose sobre si mismo, més que apart dividuo que se en trepa en cuerpo y sh {, una primera dife- ruptura de equil que cl pensemiento, es susceptible de adoptar de fo {erentes y particulares, Por supuesto, especializacién no excluye una cierta base comin seeuentemente, una to arganicas como psiquicas, a falta de Ja cual al propio tiempo que la fecta no puede ser presentada como el obj conducta y de Ia educ: cicn tendfa por objeto «hacer del in: dividuo un instrumento de dicha para si mismo y para sus semejantes ll); en efecto, la dicha es un estado ,0 que cada uno aprecia a su mane- ra. Semejante férmula deja, pues, incierta la meta de la educacién, y, por ende, Ia educaci puesto que Ta abandona al libre arbitrio, Bien es verdad que Spencer ha tratado de dar una defini i Para él las condi aicha completa, es la vida completa. Ahora bien, equé ve debe entender por vida? Si se trata tinicamente de Ta vida fisica, se puede perfectamente decir aquello sin lo cual seria imposible; en efecto, implica un cierto equili- brio entre el organismo y su entorno, y, puesto que los relacién son datos definibles, otro tanto tiene que suceder con su conexidn, Perc, no se puede ex- presar de esta forma més que las necesidades vitales fas. Ahora bien, para el para el hombre moderno, esa clas Pedimos de Ja vida algo mas que el menos normal de nuestros érganos. Una mente iv antes que renunciar a los placeres que roporciona la intcligencia, Incluso al punto de vista pu. te material, todo cuanto rebasa lo estrictamente ne- ssario escapa a toda determinacién, El standard of life, el patron de vida, como dicen los ingleses, el 7 no nos parece permisible de forma infinita segiin las condiciones de v sociales y los tiempos. Lo que ayer encon iente, se nos antoja hoy por debajo de la dignidlad de! hombre, tal como Ia sentimos actualmente, y todo deja Suponer, que nuestras exgencias a cate respect irén in En este punto, reproche general que recae sobre todas esas definiciones. Parte de este postu- lado que asegura la eristencia de una educaci6n ideal, per- fecta, valida para todos Jos hombres indistintamente; y es ‘esa educacién universal y vinica que el t26rico se afana en r, No obstante, y ante todo, si se considera la his- ‘nada en ella que confirme semejan. in ha variado muchfsimo a través tiempos y scztin los pafses. En las ciudades gricgas nas, la educacién ensefiaba al incividuo @ subordi narse ciegamente a la colectividad, a cont se esfuerza en hacer del aba de formar mente dag, cautas, st y de Ia armonfa, capaces de apreci laceres de la pura especulacién; en Roma, se ciesen hombres de tes a todo Ia educacion era ante todo crist Renacimiento, adopta un caricter mas Iaico y mas litera. joy en al tiene tondencia ¢ ocupar en la n el puesto que el arto tenfa antafio. ¢Acaso se @ ¢8 lo ideal? ¢Que si la cducacién ha variado, 3s hombres se han equivocado acerca de lugar que le otorgamos hoy en dfa, Asi udibles de le es consecuencia de un error mas general, uno por preguntarse cul debe ser la ediucacién ideal, haciendo caso las demds instituciones sociales y qi por consiguiente, no pueden ser como tampoco 10 puede ser la estructura misma de Ia socicdad. Pero, parece que sea un puro sistema de con- ceatos realizados; considerdndolo bajo ese prisma, parece depender tinicamente de Ia logica. Se supone que los hom- bres de cada época Jo organizan con de causa para sleanzar un organizacién no ¢s Ja misma por do hhan equivocado sobre la nai por alcanzer, r ¢8 porque se sea de la meta de este punto de s Impartidas en el pasado se nos ant tantos errores totales 0 par No deberemos, pues, tenerlas en cuenta; no tenemos por qué solidarizarnos con, ica que han podido co- meter nuestros antecesores; pero si podemos y debemos plantearnos i luciones in embargo, y de hecho, cada sociedad lun momento determinado is contemporineos, por no comul: gar con sits ideas. Que hayan sido educados soxtin normas © demasiado arcaicas o demasiado vanguar importa para el caso; perienecen a ral, no somos nosotros quienes, indivic os creado, Son fruto de la vida on Gomun y expresan as exigencias de ésta, Incluso, en st frayor parte, son obra de Jas generaciones anteriores, Tale clipaoado de Ja humanidad ha contribuide a edi dee conjunto de reglas que dirlgen la educaci6n de Hoy Ge ia, toda nuestra historia ha dejado sus huellas, inclu $3 ia historia de los pueblos que nos han precedido. Asi £2 Momo los organismos superiores albengan en su inte Grocott eco de toda la cvolucion biolégica de Ja que son el Tinto cubminante, Cuando se estudia histdricamente la Pintiora en que se han formado y desarrollado los siste~ smachlueatives, se percela uno que dependen estrecha- mente de Ia zeligion, de la organizacién polstica, del nivel wietitzarrollo de las ciencias, del estado de Ja industria, et tdiGen Si se les sopara de todas esas causas hist6ricas, s¢ onran incomprensibles. ¢Em qué forma, pues, puede e) ieuividag pretender reconstruir por el solo esfuerzo de Jureflerin propia, lo quo no es obra del pensemiento in Gividual? No se halla ante un terreno virgen sobre el que puede edificar lo que desca, sino ante realidades existeo- Tes que no puede ni crear, ni destruir, ni transformar tabricho, No puede actuar sobre ellas més que en 1a asia en que ha aprendido a conocerlas, en que sabe Taal es sit aaturaleza y las condiciones de las que de- enden; no puede lograr saberlo mas aue si se doblegs pete aus imperativos, mas que si empicza por obsexvarlas, amjemejanza del fisico que examina la materia bruta y ¢l Bidlogo los cuerpos vives. Por demas, gesmo proceder de otra forma? Cuando se quiet determinar tinicamente a través de la dialéctica lo nc debe ser Ia edueacion, se tiene que empezar por sentar {a fnctas que se quiere alcance. Ahora bien, gqué es lo {ue nos permite aseverar que Ja educacién tieno tales nes y no tales otros? A priori, desco s cual es la funcion de la respiracién o do la vivo, 2A santo de qué tendriamios que estar vation en lo referente a Ja funcién educativa? Se contes: {and que, por descontado, tiene por objeto el de educar 8 8 os ninos, Paro, esto es planteat el problema en tml nos a penas diferentes; no es sesolverle, Se tendria que ee dicha edueacin, inci qué tlende, & qué exigencias humanas responde, Sin embargo, n puede dar respuesta a esas proguntas mas que ctipeas a Ib por ubsex é as Chay lt consistidy, a qué exigencias jc, Asi pues, aun cuando no fue: cen pretiminar de Ta oe ar que es lo que asf se denomina, sbservaci6n histérica se nos antoja como imprescin. DEFINICION DE LA EDUCACION " i jemos, por tanto, que Contemplat los tivos queexlsten 6 que han dy eset lou spac hs Oise ena felloe lo earaoteres que tienen en comin. Hl conjunta le e905 caracteres consti mn ab one nstituird la dofinicién tras la cual Andando et Se err een eae dos jos. Para gue haya educacién, es necesaria Ja pre de una generacién de adul clon de n de adulios y una generaci Joven, at como du act serch pot Is raed Sobre los segundos, Nos queda por defnic la naturaleza No exisie, por asf decirlo, sociedad alguna en la que no presente un doble aspecto: es, le, En efecto, y en cierto sentido, se puede decir que hay tantos tipos ipos difer ‘de educaci ésta compuesia de asia? Ta efcscion vata de una todas Jas artes de la caballeria y Ia del villano que iba a Ja escuela de su parroquia a aprender algunos escasos Tudimentos de compato, de canto y de gramatical Incluso hoy en dia, gacaso no vemos cémo la educacién varia segiin las clases sociales 0 las zonas de residencia? La quo se imparte en la ciudad no ca la misma que la que reeibe la gente del campo, la del burzués no es igual a Ja del obrero, ¢Acaso se argliir que esta organizacién no es moralmente justificable y que no se puede ver en ella mas que una perduracién condenada a desaparecer? No resulta dificil defender dicha tesis, Es evidente que la edu- eacién de nuestros hijos no deberia depender del azar que les ha hecho nacer aqui o allé, de tales padres y no de tales otros, Pero, aun cuando la conciencia moral de nuestro tiempo hubiese obtenido Ja satisfaccién a la que a para cada nifio no serfa Ya, en gran parte, predeterminada por una obcecada he- encla social, Ia diversidad moral de las profesiones no dejaria de arrastrar en pos suya una gran diversidad pe- dagégica, En efecto, cada profesin constituye un émbito sui generis que recaba aptitudes concretas ¥ conocimien- tos especiales, en los que imperan determinadas ideas, determinadas costumbres, determinadas maneras de com templar las cosas; y dado que el nifio debe estar prepara: do con vistas a la funcién que esta llamado a desempeniar el dia de mafiana, Ia educacion, a partir de una cierta edad, no puede ser 12 misma para todos los eujetos a los {que se aplica, Este es el motivo por el cual veraos que en todos los paises civilizados, Ia educacién tiende a diver sificarse cada vez més y a ¢specializarse; y esta especia- Tizacién empieza cada dia més pronto. La heterogeneidad gue se produce dé esta suerte no se basa, como aquella de Ta que hablabamos anterlormente, sobre desigualdades in- / Justas a todas luces; a pesar de ello, no es por esto menor, Para hallar una edutcacién del todo homogénea ¢ igualita. ria, deberiamos remontarnos a Jas sociedades prebistéri- cas en las cuales no existia diferenciacién alguna; y asi y todo, ese tipo de sociedades no represontaba més que un momento Iogico dentro del conjunto de Ja historia de Ja humanidad, ‘Sin embargo, sea cual sea la importancia de esas edi caciones especiales, no representan per se la educacién entera, Incluso, se puede decir que no s¢ bastan a sf Inisuas; sea donde sea que se las obseive, uv divergen entre sf més que a partir de un cierto punto mas allé del cual se confanden, Se asientan todas ellas sobre una base comin. No existe pueblo alguno donde n mimero de ideas, de sentimientos y de pra educacion deba ineulcar indistintamente a todos los ni- fios, independientomente de la categorfs social a la que P donde la sociedad esta de la poblacion. Si bien cada casta, cada fami- ienen sus dioses particulares, existen divinidades ge- nerales o comunes que son reconocidas por todo el mun: do y que todos los nifios aprenden adcrar, ¥ dado que esas divinidades encarnan y personificen determinados jentos, determinadas formas de concebir el mundo puede estar iniciado a su culto sin con: da clase de costumbres mentales que de la vida puramente teligiosa. De igual forma, en el Medioevo, los siervos, los villanos, Jos bu gueses y los nobles recibian asimismo una misma edu- . Si ocurre tal cosa con sociedades donde 4 con los pueblos mas cvolu- cionados donde Jas clases, aun cuando conservando sus distanclas, quedan sin embargo separadas por un ebismo menos profundo! Ahf donde esos elementos comunes en toda educacién no quedan expresados bajo forma de sim- bolos religiosos, no por ello dejan de existir. En el trans- curso de nuestra historia, se ha ido constituyendo todo un conjunto de ideas sobre la naturalez humana, sobre lq importaneia respectiva de nuestras diversas faculiades, 51 sobre el derecho y sobre el deber, sobre la sociedad, so: bre el individu, sobre cl progreso, sobre la cicncia, sobre el arte, ete,, que constituyen Ia base misma de nuestro espirity nacional; toda educacién, tanto la del rico como into la que lleva a las carreras liberal a cargos industriales, tiene por ob- las en Jas conciencias, De todos esos hechos resuilta que cada sociedad se Ia- bra un cierto ideal del hombre, de lo que debe sor éste tanto al punto de vista intelectual como fisico y moral; que ese ideal es, en cierta medida, el mismo para todos los ciudadanos de un 0 y diverso, el que representa el polo de la educacion Esta tlene, por tanto, por misién la de suscitar en el nifio: 1. Un cierto numero de estados fisicos y mentales que Ja sociedad a Ia que pertenece considera como debiendo florecer en cada uno de sus miembros, 2. Ciertos estados fisicos y mentales que el grupo social especifico (casta, clase, familia, profesién) considera asimismo como de- bicnde existic en todos aquéllos que Jo constituyen. Por consiguiente, es la sociedad, en su conjunio, y cada am ie determinan ese ideal que on realiza. La sociedad no puede subsistir mas {que si existe entre sus miembros una homogeneidad su- ficiente: la educacién perpettia y refuerza dicha homoge- neidad, fijando por adelantado en cl alma del nifio las similitudes esenciales que reouiere Ja vida colectiva. Sin embargo, por otra parte, sin una cierta diversidad toda cooperacién resultarfa Imposible: la educacion asegura la persistencia de dicha diversidad necesaris, diversificén- dose por sf mismo y especializandose, Si la sociedad llega a ese nivel de desarrollo en que las antiguas escisiones en castas 0 clases no pueden ya ser mantenidas, preseribira tuna educacién més uniforme en su base. Si, al propio iempo, el trabajo queda més dividido, Ja sociedad provo- card en los nifios, proyectada sobre un primer plano de ideas y de sentimientos comunes, una diversidad més rica 32 de aptitudes profesionales, Si vive en estado de conflict con las sociedades circundantes, se esforzara en format Jas mentes sein un mo tamente pa ica} sl la compe! ernacional adopta una for mis pactfica, el tipo que trata de realizar resulta mas generalizado y mas humano, La educscion no es, pues, para ella mas que el medio a través del cual prepara en cl espititu de los nifios las condiciones esenciales de su propia existencia, Veremos mas adelante cémo’ sobre aquéllas que no han aleanzado todavia el grado de madurez necesario para la 2 por objeto el suscitar y desarrollar en 10 ntimero de estados CONSECUENCIA DE LA DEFINICION ANTERIOR: CARACTER SOCIAL DE LA EDUCACION De la definicién que prevede resulta que la educacién consiste en una socializacién metddica de la joven gene- racidn, Se ptiede decir que en cada uno de nosotros exis- ter-dos seres que, aun cuando inseparables a no ser por abstraccion, no dajan de ser distintos. Fl uno, esta cons- tituido por todos los estados mentales que no se refieren més que a nosotros mismos y a los acontecimientos de nuestra vida privada: es lo que se podria muy bien deno- minar el ser individual, El otro, es un sistema de ideas, en noso- grupos creencias religiosas, las opiniones y las practicas morales, Jas tradiciones nacionales o profesionales, las opiniones: 53, — no de nosotros, tal es el fin de la educacion. Por otra parte, es a través de esto que se manifiesta mds claramente la importancia de su papel y la feew dad de sua cion PI hombre, sino que no ha sido el resultado de un des So a someterse a regla moral, a ontregarse y a en nuostra naturaleza congénita que nos predispusi obligatoriamente a convertirnos en servidores de divini dades, cmblemas simbélicos de la sociedad, a ren eulto, 2 conocer vicisitudes en honor de ellas. Es la so dad en sf que, a medida que se ha ido fo ha extrafdo de sti propio ser esas ingenies fuer- zas morales ante Jas cuales el hombre ha experimentado su inferioridad. Ahora bien, si se hace abstraccién de las vagas e inciertas tendencias que pueden ser atribuidas a cl nifio, al integrarse a la vida, no aporta vias mas répidas, al ser egoista y asocial que acaba de nacer, superponga ella otro, capaz de Hevar una vida mo- ral y Social. Esta es en esencia la labor de la eduucacién, y nos percatamos de inmediato de'toda su grandeza, No se Vimita a desarrollar el organismo individual en el sentido matcado\ por su naturaleza, a hacer patentes fuerzas re- cénditas deseosas de salir a 1a uz, La educacién ha crea- do en el hombre un ser nuev Esa virtud creadora es, por demas, un privilegio espe- de In educacion humana, Completamente diferente es, Ja que reciben los animales, si es que se puete denominar bajo ese nombre el aprendizaje progresivo al que son so- metidos por parte de sus progenitores, Puede, por des- coniado, acelerar ¢! desarrollo de determinados instintos latentes en el animal, pero no Jo inieia a una nucya vida, Facilita el juego de Jas funciones naturales, pero no crea nada, Instrufda por su madre, la erfa sabe volar antes 0 aprender antes a hacer su nido; pero, en realidad, no aptende nada que no hubiese podido descubrir 2 través de Su experiencia personal, ks que los animales 0 bien viven al margen de todo esiedo social, 0 bien forman so: ciedades de estructuras bastante simples, que funcionan gracias a unos mecanismes instintivos que cada indivi duo lleva en su interior, ya existentes a partir del momen to mismo de su nacimiento, se reflere con el hombre, arnarse, por asi decirlo, on nuestros tejidos y ma- izarse bajo forma de predisposiciones organicas. De ahi se desprende que csas aptitudes no pueden t se de una gencracién a otra por vias gen vés de la educacién como se eva a cal cualidades’ propiamente morales, porque imponen al individuo privaciones, porque entor: pecen sus reacciones naturale it n nosotros més que bajo una accidn proveniente del exterior, gacaso no habré otras que toda persona estard interesada en adguitir y por las cuales suspirardn Esas son las cualidades diversas de la inteligencla que le permiten adecuar mejor su comportamiento a la naturae Teza de las cosas. También son ésas las cusalidades fisicas y todo lo que contribuye al vigor y al perfecto funciona. miento del organismo. Para aquéllas, cuanto menos, pa- rece que la educacién, al desarrollarias, no haga més que ir al encuentro del desarrollo mismo de la naturaleza, que llevar al individuo a un estado de perfeccién relativa hhacia el que tiende de por sf, aun cuando pueda alcanzar- Jo més rapidamente gracias a la ayuda de la sociedad. Pero, lo que demuestra bien a las claras que, a pesar: cién responde ante iodo a necesidades sociales, ¢s qu hay sociedades en las que esas cualidades no hi cultivadas cn absoluto, y que, en a sido consideradas reconocidas por todos los pue. blos. La ciencia, el espiritu critico, que hoy situamos en tun pedestal, han sido durante mucho tiempo pucstos en tela de juicio, ¢Acaso no conocemos una célebre do que proclama bienaventurados a los pobres de esp! transgresidn de si 1 ansia instintiva de ci buido. No aspiran a la ciencia mas que en Ja medida en jue la experiencia les ha ensefiado que no pueden pres- cella. Ahora bien, en lo que se reficre a la or nacién de su vida particular, no tenian la m dad de clla, Como ya lo decia Rousscau, las nevesidades vitales, la sensacin, la experiencia y el stinto podian bastar de igual forma que bastan al ani sientan sus raices en su vidual, no se habria puesto jamas en bus: ca de Ia ciencia, tanto més que ésta no ha podido scr adquirida mds que a través de laboriosos y dolorosos es- fuerzos. No conocié el afi sociedad Io desperté y Ia sociedad no To desperto sintié la necesidad de este se presenté cuando la vida social, bajo to das sus formas, se torné demasiado compleja para poder funcionar sin apelar al pensamiento razonado, es decir, al pensamiento ilustrado por la ciencia, Entonses, la cul 56, Partiondo de esa base, cl pensamicnto y ¢l libre albedifo resultaban indtiles , incluso, peligrosos, puesto que eran una amenaza latente para la tradicién, Esta es la razén ial fue dee: da a un segundo término, Esto es lo quc, mds o menos, se produjo en las escuclas del Mediocvo; y esc ascet interpretada en los sentidos mas tenia sobre todo como objeto el de contrarrestar los peligi Teciual demasiado intensa. Ast pues, incluso las ci primera vista, tan espontaneamente el individuo no las busca mas que cuando la sociedad le incita a ello, y las busca en la forma en que ésta se las prescribe. Llegamos de esta forma a poder contes iduos, poilia parecer que éstos se velan sometidos por ese hecho a una tirania soportable, No obstante, en realidad, ellos mismos estan interesados en esa si accién colectiva, a tray suerte en cada uno de nosotros, constituye lo que de me- rede encontrar en cada individuo, lo que de pura- humano hay en nuestro interior. En efecto, el re no es hombre el demostrar en un articulo y con el rigor 5 ma tearia tan general y tan importante, que Viene a resumir todos los trabajos Ievados 2 cabo en el carnpo de Ia sociologia contemporanea, Sin embargo, como. primera providencia, cabe apuntar que se la pone cada jo. Por afiadidara, nos es posi- somera los hechos ‘més esencia- si existe hoy en dia s que 1a moral estd es uralera de las sociedadles, dlc como lo hetnos demostr varia cuando las soci a, Esto significa, por tanto, que es consecuencia de Ja vida en comin. En to, es la sociedad la que nos hace salir de nuestro a iniento individual, la que nos ob! ‘en cuenta otros intereses que no si nos, a s2 : Jes en pro de fines presentacién que alimenta en nosotros la idea y el sen miento de Ia existencia de la rogle, de la disciplina, interna como externa, es le sociedad quien la ha inculcado ‘en nuestras conciencias. Asi es como hemos adquirido esa fuerza que nos permite resistir a nuestros instit dominio sobre nuestras inclinaciones, que es uno de los rasgos caracteristicos de la figura humana y que es to mis desarrollado cuanto mas con nuestra condicién de hombre, ‘No dstamos en menor deuda con Ia sociedad desde el punto de vista intelectual. Bs la cicncia la que clabora las de todo el trabajo cientifico, aun cuando estén muy lejos de ser el punto de partida tal como lo crefa Pestalozzi. 58 No nos representamos sas, el mismo espacio, tal como se Edad Media; esto es debido a que nuestros conocii y nuestros métodos cientificos ya no son los mismos. ‘Ahora bien, Ja cfencia es una obra colectiva, puesto que supono una dilatada cooporacién de todos los sabios no tan sdlo de una misma Spoca, sino de todas las épocas. que se han ido sucediendo a través de le historia, [Antes de que las ciencias quedasen constituidas, la religién cum- ia la misma mision; pues toda mitologta con: ina representacién, ya muy elabora universo, Por demas, la ciencia hi religion, ¥, precisamente, una religion es una institucion social.] Al aprender una lengua, aprendemos todo un sistema de ideas, bien diferenciadas y clasificadas, y hi damos todo el trabajo quc ha permi:ido cstablecer di chas clasificaciones y que viene a resumir siglos enteros de experiencia. Atin hay més: de no ser por la lengua, no dispondriamos, précticamente, de ideas generales; pues s Ia palabra la que, al fijarlas, prestaa Jos conceptos la consistencia suficiente para que puedan ser manipulados con toda comodidad por Ja mente, Es por tanto el len- guaje ol que nos ha permitido elevarnos por encima de la pura sensacién; y no resulta necesario demostrar que el lenguaje es, ante todo, un ente social, A través de esos ejemplos se puede ver a qué quedaria reducido el hombre si se le retirase todo cuanto debe a Ja sociedad: retrocederia a la condicién animal. Si ha podido rebasar el estadio en el que qnedaron detenidos Jos animales, es ante todo porque no esta limitado al uni co fruto de sus esfuer20s personales, sino que coopera sis- teméticamente con sus semejantes, cireunstancia que ele ya el rendimiento de la actividad de eada uno de ellos. obre todo, es que los frutos del trabajo de una ue toma el relevo. De lo qu ne} transcurso de su existencia individual, casi nada puede sobrevivirle, En cambio, los resultados de la experiencia humana se gracias a los libros, a los ino bios, a las herr tipo que se tr tradiciéa oral, e bierto de esta guisa por una capa de fe que i a dia mayor espesur, En vez de dlsiparse Beneracién cesaparece y queda susti a sapiencia Tumana se va acumulando 4 acumulacidn indefinida la que eleva al ombre por encima de la bi seats mo, Ahora bien, al hablébamos que ex personalidad m Ge las generaciones que sc suceden, que las una las unas alas o idad moral es la s; an. Muy términos sc enfrenian entre si y no pueden desarrollaree mas que en sentido inverso el ano ck que se implican entre sociedad, opta a la ver. por si mismo,’ La ascldn gue eres sobre él, especialmente a través de la Incacién, no tiene en al or objeto fecto al de constresirlo, disiinuitlo y desnsucaheent ae muy al cont de ensalzarlo y de conver ser verdadei humano, Desde luego, no puede en- grandecerse a. mas que indo un esfuerzo, Pero es aite precisamente la posibilidad de llevar a cakg voluntarlamente un esfuerzo es una de las caracteristien, mis esenciales del hombre, 4. EL PAPEL DEL, ESTALO EN MATERIA EDUCACIONAL Esa definicién de la educacién permite resolver fa cilmente Ia cuestién, tan controvert lo de Ja balanza se pu derechos de la familia. El nifio, dices, dencia, por supu tervencidn del Estado en d e, limitarse a servir de a tuto de Jas familias. Cuando éstas estan impos nes, es natural que el las donde pucdan, si asi lo descan, enviar a sus hijos, Ahora bien, su accion no debe rebasar esos imprimir una orientacién deter Ja juventud, Lo que esté muy lejos de querer: sign papel deba permanecer tan negativo. Si, tal intentado ya establecerlo, la educacién tiene, ante todo, una funcién colectiva, si tiene por meta la de adaptar al io al ambito social en el cual esté destinado a vivir, es imposible que Ia sociedad se desinterese de semejante co- yuntura. ¢Cémo podria estar ausente de alla, tentendo ‘cuenta que consti unto de referencia Segrin el cual Ia edueacién debe dirigir su accion? Compete, pues, a ella el recordar de continuo al educador cuales son las ideas, los sentimientos que se dehen inculear al nifio para que pueda éste vivir arménicamente en el medio en el que le toca desenvolverse, De no estar Ia sociedad siempre pre- sente y ojo avizor para obligar Ja acciéa pedagduica a desarrollarse en un sentido social, ésta se pondrfa necesa- (61 rlamente al servicio de creencias particulares y, la gran alma de la patria se dividiria y se reducirfa a una multitud Incoherente de pequefias almas fragmentarias en conflicto Jas unas con las otras. Nada mds en contrapasicion con la meta fundamental de toda educacion, Es menesier esco- ger: si se precia en algo la existencia de Ja sociedad —y acabamos de ver lo que representa ésta para nosatros— $ indispensable que la educacién asegure entre los ciuda- danos una suficiente comunidad de ideas y de sentimien tos, sin Ia uede haber sociedad; y pera que pueda rend! ice falia que no quede ‘a merced de Ia arbitrariedad de ‘A partir del momento funcién esencialmente social, el Estado no puede d teresarse de ella, Muy al contrario, todo cuanto es edu- cacién debe quedar, en cierta medida, supeditado a su nfluencia, Lo gue no viene a decir por ello que el Estado deba necesarlamente monopolizar la ensefianza, El tema ido complejo para que se Ie pueda estudiar asi, de pasada: pensamos volver adelantz, Se puede pensar que los progres ands cémodos y répidos ahi donde se deja a las 1 Estado, Ahora bien, el hecho de que el Estado deba, en pro. del interés pablico, permitir que abran sus puertas ofr escuelas que aquelias cuya responsabilidad asume més di: rectamente, no significa que deba por ello desentenderse de Jo que sucede en ésias. Muy al contrar que en ellas se imparte debe seguir sometida a su control. No es siquiera admisible que 1a funcion de educador pue- da ser desempefiada por alguien que no ofrezca las ga- rantias especiales de las que ol Estado puede ser tinico los limites de los cuales no debe mn pueden resultar bastante vez para siempre, pero, cl principio de la intervencién no pnede, en manera alguna, ser pues- to en tela de juicio. Ni por asomo cabe admilir la exis- fencia de una escuela que reivindique el derecho de im- social Ahora bien, muy a pesar nuestro debemos, sin embar- g0, reconocer que los diferentes y encontrados criterios en pugna actualmente en nuestro pats, convierten ese de~ ber del Esiado en algo sumamente di de la mayor trascendencia, Ei tado el creat esa comunidad de ideas y de se a falta de los cuales no puede haber sociedad munidad debe constituirse por si misma, y al Estado no Je corresponde més que consagrarla, sostenerla y hacerla mis patente a los ojos de los cludadanos, Empero, es desgraciada: 160 a. veces, cont an hecho que res debe tener en cuenta, No pod nadie reconocer a la mayoria el derecho de imponer sus ideas a Jos nifios de Ia minoria, La escuela no puede ser instrumento de un partido, y el maestro felta a todos sus deberes cuando usa de la’ autoridad que le ¢s otorgada nulgar con sus que le puedan pa- todas las di S civilizacion un cierto mimero de principios que, implicita 6 explfcitamente, tenemos todos en comin y que, en cual: quier caso, muy pocos se atreven a negar abjertameni respeto hacia la razén, la ciencia, las ideas y los s mientos que son firmes clmientos de la moral democrdti- ca. Bl pal Estado es el ales, el de hacerlos ensefiar en. sus escuelas, el de al tanto de que en lugar alguno los ninos los igno- ren, al de que en todas partes so hable de ellos con el respeto que les es debido, A este respecto, 1a aceién por ejercer serd, quizd, tanto més eficaz que resultaré menos y que sabré mantenerse mejor ales.

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