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Soy fan del director Isaac Ezban, y en una ocasión, tenía la oportunidad de ver su película más

reciente por adelantado (casi un año antes de su estreno) en una función en dónde él iba a estar
presente, y yo estaba que no cabía en mi de felicidad, pero… temprano por la mañana, nos
entregaron calificaciones de parcial de, creo, Matemáticas Discretas. Muy mal. Estaba muy
agüitado, porque salí demasiado bajo. El profesor Yuri, a modo de “compensación”, nos permitía
hacer algunos trabajos para mejorar en calificación, y esta ocasión era repetir el examen,
corregido, claro. No importaba cuanto necesitabas, él contaría cada repetición total del examen
como una décima… Recordemos que salí muy bajo así que tenía que hacer muchas. Un. Chingo.
De. Repeticiones.

Teníamos hasta cierta hora del día (me parece que a las 5) para entregarlo, así que en chinga me
fui a mi casa, y me apuré a hacer lo más que pude. No sé cuántas tenía que hacer, sólo sé que
tenía que ser pronto, porque no iba a perder la función de la película, aunque era hasta la noche,
tenía que ir con tiempo, ya que iría con Fredy y Alexis, y había que esperarnos entre nosotros.

Cuando entregamos las repeticiones, resulta que no eran suficientes para que pudiera salir mejor,
y tuve que irme “con el rabo entre las patas”, pero ligeramente animado, ya que en ese momento
estaba “estrenándose” en YouTube una de mis producciones, y eso siempre es pa’ celebrarse.

No pude dejar que ese momento me bajoneara, ya que debía apurarme para comer y salir
corriendo hacia Coyoacán. Así fue, y cuando ya estábamos en camino, para esperar a Alexis, me
mensajeó que no podría ir, ya que se había enfermado del estómago y se sentía muy incómodo de
salir. Así que tuvimos que irnos sin él, nos fuimos como balazo. Aún había tiempo, pero cuando me
pongo histérico, más vale apurarse. Hicimos una videollamada en el camino, que Alexis respondió
en el baño y de pronto, ya estábamos en la Cineteca, recogimos los boletos, compramos en la
dulcería, y eventualmente tuvimos que entrar a la sala.

Tengo que admitir que, aunque ya había hablado con Isaac antes, nunca había sido en persona. Se
nota un poco mamón, pero no de los que caen mal. La película estaba en inglés, lo cuál me pareció
muy chido, porque yo siempre estoy buscando la posibilidad de verlas en su idioma original en los
cines a los que acudo. El plus fue que no tenía subtítulos. No fue ningún problema ya que el inglés
y yo estamos juntos desde hace años, y a pesar de una historia de multiversos y aplicaciones traen
sus propios tecnicismos, pude seguir perfectamente todo.

Pero, después de un Q&A, fotos, y mucha diversión en el panel, a la salida de la Cineteca noté que
no traía mi celular en el bolsillo ¿por qué lo busqué? No lo sé. Pero resulta que lo había dejado en
el asiento, así que volvimos a por él. Volvímos, muy tarde, pero disfrutamos bastante las cosas.
¡Que día!

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