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—_— BIBLIOTECA: PSICOLOGIA DE HOY Serie Menor 16) 1-wypee baw eileen Ec aeeee sea fos is del enfe eed i BR Lindner Relotos hen Bide real 6—E- “eldlbers: Pstco- Tegia de fa eiolacton 7 —Re Spite: No y St So bre Ta génests do. la omunicncion uma BAR street: Téenice se- o's el ontizemitiomo. 4A Freud: Potcoandli. i dol nit. 15—T Relk Treinta afior on Freud. ne 16- 19 20— a. 22 Freud, Abraham, Fe- rene ‘Rei Erika, “Lindne Grandes can del pi ‘Soundlt. TT Reik: Como se Uo- 5. W. Baruch: Nue bor métodas de edu eee ey. a ‘Ames: €éno z prepae par una festa infant FL. Moreno! Pelco sic y sociodeama, Siieaaes! Aor de tn Eis coneioee ae 26. ar 28 0 fenton suiccas. — Rea Pecoandiste ‘plead, SERGE: eecoonive de rt So sSiaveom, Ja Alexandey Pasonia Kies Feat pt panalitice deta fbi do, Ni. Langer: ‘Apor fe" Heniano. (Continda on la pégina 227) ‘VOLUMEN 89 KARL ABRAHAM CONTRIBUCIONES A LA TEORIA DE LA LIBIDO ® EDICIONES HORME S. A. E, Dhstribuctin exclusioa EDITORIAL PATDOS r. ~ titulo del original inglés: Selected Papers of Karl Abraham, M.D. (Caps. XM, XXUT, XXIV, XXVy XXVI) Publicado por Mooanrir Pass, Lowons Versién castollana de Dania. R. Wacxen Copyright de todas las ediciones en castellano por EDICIONES HORME, 5. A.E. Juncal 4649 ‘Buenos Aires Queda hecho el depésito que previene ta ley 11.723 “Todas Tot derechos reservados INDICE 1. La primera etapa pregenital de la libidd (1916) % Contribuciones a la teoria del caréeter anal (set) 3. La influencia del erotismo oral sobre la formacién del caricter (1924) 4, La formacién del cardeter en el nivel ge- nital del desarrollo de la libido (1925) 5. Un breve estudio de la evolucién de la li Dido, considerada a la Iz de los trastornos ‘mentales (1924) Parte I. Los estados maniacos depresivos ¥ los niveles pregenitales de Ia libido Parte 1. Origenes y desarrollo del amor al objeto 52. 82. 100 us us 197 Cavirove 1 LA PRIMERA ETAPA PREGENITAL DE ‘LA LIBIDO (1916): I En sus Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie, que se edité por primera vez en 1905, Freud hizo ‘una extensa exposicién de sus teorfas respecto a la semualidad infantil, En Ia teroera edicién del libro, publicada en 1915, amplié esas teorias, de modo ue ¢5 todavia la obra clisiea sobre el tema. ‘Los progresos que se han hecho en el conoci- miento psicoanalitico nos obligan a. suponer” la texistencia de ciertas etapas en la evoluciin de la libido infantil. Freud lama a esas etapas las “or- Eanizaciones pregenitales” de la libido, dado que Yodavia, no manifiestan Ia importancia predomi- nante de los rganos genitales. Las observaciones siguientes se refieren a la pri- mera de esas etapas evolutivas. Estin fundadas sobre mumerosas observaciones efectuadas antes de que fueran expuestos los is de vista teb- ricos sobre las etapas libidinales. Por lo tanto, la. 1 (Bibliogrfia de, Abwabau, N° 52, en Pacoandlisi ol ico, Boone Aes Hons, 180.) 10 KARL ADRAMAM leccién del material no puede haber sido influ da por una teoria preconcebida de la organizacién pregenital. Me patece necesario sefialar esto por- que probablemente toda extensién ulterior de la teoria sexual tropezard con objeciones similares a Jas que suscité la primera edicién de los Drei Ab- hrandlumgen. No obstante, antes de presentar ti material y las conclusiones que he extraido de él, debo pasar revista a los hechos fundamentales so- bre los que se basa Ia tooria de las tapas prege- nitales de la libido. En sus observaciones sobre los primeros fendme- nos de Ia sexualidad infantil, Freud pudo remitir- se a una autoridad que mucho tiempo antes que él habia, Iegado a conclusiones nuevas y osadas, pe- ro al mismo tiempo convincentes, en esta esfera._ Esta importante obra precursora fue realizada por Lindner en 1879, en sus estudios sobre los habitos de succién en los nifios. No dejé de notar el care: ter libidinal del proceso; subrayé que el hecho de suceionar, aun cuando no sirve al propésito de sa- tisfacer el apetito, es efectuado por los nifios con tuna intensidad que absorbe por Gompleto su aten- cién. Observé también que durante el acto de sue- ‘én se produce n el nifo una exctaciin que at: ‘menta hasta Tegar a una especie de orgasmo, ¥ Considerd que of hecho de «que el nito se ducrina después de eso es un efecto de la gratificacién que hha obtenido. Ademis, presté especial atencién. al instinto de asir que esti asociado con la succién, ¥ reconocié la gradual transicién desde la succién, hhasta la masturbacién, es decir, a una actividad de un carécter indudablemente’ sexual. Trew acepts fa ‘ect carmetoristioa“dainidas “dea sella CONTRIBUCIONES ALA TEORIA DE LA impo LL GERRIABIes ome, se von on la,mayor card ‘en esa forma primitiva de la actividad instintiva, 1a succién. Estas caracteristicas son, en primer Iu: ‘modo que es la centero que el nutricién. En tercer lus rna mucosa de los labios. La gratificacién de la ne- cesidad de alimento y la gratii ferdgena no pueden ser separadas en su primer es: tadio. Ademés, la membrana macosa de fos labios debe poser una cualidad erégena que fluctia’ en intensidad en los diferentes nifos, pues ellos ex- hiben la tendencia a suecionar por placer en gra- dos muy diversos. Segin Freud la abertura anal del canal alimen- tario tiene también una doble funcién similar. El piensa que en la primera infancia esta abertura iio ie sélo funciones excretoras sino que en cust to zona erégena sirve también a la sexualidad in- fantil. El nifio trata de reexperimentar las sensa- clones locales asociadas necesariamente con la eva ‘euacién de los intestinos, y puede intensificar esas sensaciones reteniendo ei contenido intestinal. Del ‘mismo modo que en la zona oral, debe suponerse ‘que Ja capacidad erdgena de la ’zona anal varia segtin los individuos. La deliberada intensificacién de este placer accesorio obtenido al defecar, me- mite una estimulacién de la zona exdgena, es, c0- 12 KARL ABRAHAM mo Ia succién, de naturaleza semejante a la mas- turbacién genital, que también se_prictin en la primera infancia, Ademas de los fendrienos autoeréticos de la prmera infoneis Freud descibe clertos instntos Componentes que se dirigen desde un principio has cia otras personas consideradas ‘coma objetos ses muales (placer de mirar y de exhibirse, componce: ceiontns 9 Pasivos dea crucdad. Al printpio estos instintos componentes no formen un conjure to organizado, sino que operan independientersen. te para la obtencién del placer, Es s6lo mis testo que las zonas erégenas y los instintos componors, tes se unen bajo la primacia de la zona genital, Cuando el instinto semual se coloca al servicio: de Ia procreacién, su desarrollo ‘alcanza la consume cién normal. Como hemos dicho, , por las que pasa fencralmente Ia libido del nifio'sin que nadie se 4 cuenta de las alteraciones que se bath wredee eiendo, Los mismos procesos, que bajo condiciones normales no. son especialmente pervopribleg nes convierten en “muy actives y pareeptibles pace una observacién superficial” (Freud) en ‘be ca 50s. patolégicos, Hasta ahora ‘el psicoandlisis de los casos neur6- ticos nos ha permitido inferir la exisencls de cice de esas organizaciones Pregenitales. La primera es Ia etapa oral, a la que también puede Aeros harse etapa canibalistes. Como ya ce ha dich os esta etapa Ta actividad sexual todavia no oat’ Sen CONTRIBUCIONES A LA THORIA DE LA 1150 13 parada de la ingestién del alimento. Freud dice: EI objeto de una actividad es también el de la cura, Efi seul consist ena incorporcién dl objeto” (pig. 60); y afiade una observacion que es importante arn fa Comptenain Seri isn ie se realiza por moro placer: “La suceiém por pla cer puede ser considerada como remanente de esta etapa hipetética de organizacién que nuestro mate- rial patolégico, nos ha hecho suponer, Puede ser considerada como una actividad sexual quesse ha desligado de la actividad nutritiva, y que ha ‘com- diado ‘su objeto externo por otro que’ pertenece al propio cuerpo”. A partir de su psicoantlisis de Ia neurosis obse- siva Freud pudo inferir la existencia de otra orga: nizactén pregenital. Dice: “Una segunda fase pre genital es Ta organizacién anal-sddica. in ella ya se ha puesto de manifiesto la dualidad de Ia vida sexual. Pero no se trata en este periodo de caracte- isticas masculinas y femeninas; debe lamarse més Dien activas y pasivas. La actividad surge de Ia mugglatore conor en virtua dl neti do por sesién; Ja pasividad esté preeminentemente rela: cionada con la membrana mucosa erégena del cas tal intestinal, Ambos impulsos se dirigen a obje- tos que no son sin embargo los mismos. Al mo tlempo fancionan de una manera. autoerética ‘otros instintos componentes. Por lo tanto, en cs. ta fase. ya puede descubringe la polartdad sexeal y el objeto extemo. Pero todavia no hay una one nizacién de los instintos componentes ni una st bordinacién a Ta funcién de la. procreacién’ He indicado en sus rasgos generales la. posicin actual de a teorfa de la semualidad en cuanto ella se aplica a muestro tema. Si bien las observacio 4 KARL AMRAHAM nes que condujeron a Ia descripeién de Ia organi vacién anal-sidiea fueron especialmente. conside- Fadas en la literatura psicoanalitien me refiero particularmente a las “importantes comunieacio- nes de Jones— la. primera etapa, “oral, de la evo- Iucién de la libido, espera una’ investigacién mas rofunds. Como lo ha dicho Freud, es nuestro ma- terial patolégico lo que nos compele a suponer st cexistencia, Este hecho indica que nos encontramos frente a procesos de desarrolio que en los nifos son diffcilmente accesibles ala observacién diree- fa. En este temprano periodo el nifio no puede proporcionar ninguna informacién acerca de. los rocesos de su vida instintiva. Ademés, en condi- iones normales el desarrollo, en el primer afio de vida, se realiza tan silenciosamente que por lo. ge- neral no se observa ninguna manifestacion eviden- te de lo que esté ocurriendo; y més tarde, cuando la reptesién se ha establecido plenamente, el indi viduo es naturalmente menos eapaz que nunca de dar informacién acerca de los primeros sucesos de su vida. 1Los hechos del erotismo normal hacen elaro que Ja boca no ha perdido de ningin modo su signif cado como zona erdgena. ¥ el estudio de las per- versiones sexuales muestra con mayor claridad atin aque Ta boca puede asumir todo el significado de uun érgano sexual, esto es, puede desempefiar un papel genital. Ademés, el psicoandlisis de las neu. rosis muestra que con mucha frecuencia Ja. boca ha perdido su significacién eomo zona erdgena.s6- Jo en cuanto se refiere a la conciencia, pero que ella persiste en el inconsciente y se manifiesta en Ja conciencia a través de formaciones sustitutivas, @ las que conocemos como sintomas neuréticos, CONTRIBUCIONES ALA TEORIA DE LA Limbo 15 Pebemos al psicoanilisis el conocimiento de que estos fenémenos son equivalentes a infantilismos. Representan en parte la persistencia de instintos infantiles en el consciente, y en parte un regreso a etapas libidinales que so habian dejado atrés. Freud demostré en 1915, y precisamente a prop6- sito de los fenémenos relacionados con la zona oral, que tales infantilismos reprimidos pueden vol- verse irreconocibles por numerosas alteraciones, y convertidos inclusive en sus opuestos. Segiin

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