Está en la página 1de 1

Efectivamente, 

marketing y economía son diferentes. Del mismo modo que


economía y administración de empresas también lo son. Pero esa diferencia no
las hace para nada incompatibles. Todo lo contrario, un empresario tiene
conocimientos que no tiene un economista y un especialista en marketing sabe
cosas que un empresario no.

El marketing ha existido siempre, no es una disciplina de nueva creación. Muy


diferente es que ahora el conocimiento se haya acotado, recogido en libros y
enseñado en las universidades. Sin embargo, el marketing —una disciplina muy
amplia, por cierto— no sólo ha estado presente siempre, sino que se encuentra en
todas las facetas de nuestra vida.

Se encuentra en todas las facetas, decimos, porque todos los días, en cada
situación y sin percibirlo, estamos aplicando técnicas de marketing. No llevamos la
misma ropa para andar por casa que para salir de fiesta, no utilizamos el mismo
lenguaje en una entrevista de trabajo que para hablar con los amigos, cuando
tenemos una cita importante procuramos dar una buena imagen. Esto, que ha
existido siempre, es marketing. La imagen, por mucho que no nos guste, es
importante. Claro está, no es lo más importante y es un error juzgar a alguien por
sus apariencias. Sin embargo, por cómo está estructurada la sociedad
necesitamos, además de aportar valor, vendernos bien, tener un buen envoltorio.
Y con envoltorio, no nos estamos refiriendo a tener un buen físico. El envoltorio es
saber hablar de uno mismo, saber cómo actuar en determinadas situaciones,
saber cuando hay que pisar el freno y cuando levantar el pie del acelerador, saber
cuando uno tiene que hablar de sus errores y cuando de sus logros. Es lo que
proyectamos a los demás, corresponda o no con la realidad.

También podría gustarte