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La «concepción materialista de la historia» o «materialismo histórico» (términos acuñado por

Friedrich Engels y el marxista ruso Gueorgui Plejánov), también abreviado como Hismat (en
contraste al Diamat o materialismo dialéctico) alude a las doctrinas y al marco conceptual creado
por el filósofo Karl Marx y después usado por Engels1 y Plejánov para comprender la historia
humana. Según el materialismo histórico, "no es el espíritu como en Hegel el que determina la
historia" sino por una infraestructura representada por las relaciones económicas y los modos de
producción de la sociedad.23

El materialismo histórico es un marco conceptual marxista para concebir la historia. Esto sucede al
explicar las revoluciones políticas y sociales por la contradicción entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción y por la lucha de clases. Esta concepción hace frente a la visión burguesa
de la historia basada en la historia de las ideas y de los "grandes hombres". El desarrollo
revolucionario de las fuerzas productivas bajo el comunismo hacía posible que todas las
necesidades humanas fueran satisfechas, y que el desarrollo de la producción prescindiera de la
división de la sociedad entre clases explotadoras (poseedoras de los medios de producción
sociales) y clases explotadas (obligadas a mantener a las clases explotadoras mediante el
plustrabajo).

Aunque el materialismo histórico se halla estrechamente ligado al marxismo; historiadores,


sociólogos e intelectuales no ligados al marxismo han tomado elementos de aquel para elaborar
sistemas y enfoques materialistas para el estudio de la historia.

La teoría materialista de Karl Marx reconoce múltiples influencias intelectuales y sociales:4

Del filósofo alemán Hegel, su método dialéctico.5

De los filósofos materialistas de la Ilustración, la idea de la influencia de las circunstancias y de la


educación sobre las personas.

De los historiadores franceses del periodo de la Restauración, los conceptos de clase social y lucha
de clases.6

De los economistas ingleses Adam Smith y David Ricardo, la fundamentación económica de las
contraposiciones de clase y la teoría del valor-trabajo.

Del socialista francés Proudhon el énfasis en el proletariado como la clase revolucionaria de la


época.

Del socialismo reaccionario, la crítica amarga al fracaso de los ideales del liberalismo.

Del socialismo de Sismondi, la crítica de las consecuencias antisociales del régimen burgués.

De la izquierda hegeliana y del filósofo Feuerbach, la crítica de la filosofía especulativa y la idea de


la religión como resultado de la autoenajenación de la esencia humana.7
De la revolución francesa y de Blanqui, la doctrina de la dictadura revolucionaria.

De los cartistas ingleses, la importancia de la lucha política para la clase obrera.

Del socialismo utópico, sus objetivos últimos: abolición de las clases sociales.

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