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Título:

Éxodo 3:1-4

TG: el llamado y las excusas

TE: El llamado de Dios y nuestras excusas

Proposición: El llamado de Dios es irreversible a pesar de nuestras excusas

Introducción:

¿Cuál es tu excusa favorita? Yo tengo una lista completa de excusas cada vez
que debo hacer algo que no quiero. Estoy agotado, me siento mal, ya lo haré la
próxima, no pasa nada todos lo hacen, se cuándo parar…  Somos  expertos en
fabricar excusas.

¿Qué es una excusa? Razón o argumento que se da para justificar una cosa,
en especial una falla, un error o una falta o para demostrar que alguien no es
culpable o responsable de algo.

Vemos del vs 1 al 4 que Dios llama a Moisés y éste responde como todo un
valiente “Heme aquí” y le adora.

Lo mismo hacemos nosotros: Dios nos llama, le respondemos y le adoramos.

Peros cuando Dios le menciona con exactitud cúal es su llamado, o sea qué
debe hacer, Moisés pone excusas, al igual que nosotros.

OT: Hoy conoceremos las diferentes excusas que debemos dejar para
acudir al llamado de Dios

1. Ante el llamado, la excusa Quienes somos (Éxodo 3:11)

¿Será que realmente no sabemos quiénes somos?

Y no hablo de su nombre, de su proceder o de sus logros alcanzados.

¿Quiénes somos en realidad?

Qué dijo Moisés (vs 7-11)

Moisés no estaba prestando atención que su pueblo sufría, que su pueblo


padecía, que su pueblo agonizaba.

Moisés se portó egoísta y dijo ¿quién soy yo?

Mire lo que Dios le respondió (v12)

Dios no le hace caso a Moisés, y como a niño le dice eres mi enviado.

Somos los enviados, ud y yo somos los enviados, quiere decir somos los
mensajeros.
Dígale al que tiene a su lado: eres el mensajero.

2. Ante el llamado, la excusa Quien es el que envía (Éxodo 3:13)

¿Será que realmente no sabemos quién es el que nos envía?

Vs. 13 vemos un Moisés que simula ignorar quién es Dios

Hacía minutos atrás vimos un Moisés que se cubrió el rostro porque no


quería mirar a Dios (vs. 6)

Qué atrevido este Moisés al decirle a Dios en su cara, quién me envía.

Y sabe no estamos tan lejos de la actitud de Moisés, porque conocemos a


Dios y a pesar de eso, nos preguntamos quién es el que me envía.

Pero nuevamente Dios no le hace caso a la excusa de Moisés y le enseña


qué debe decirle al pueblo sobre quién lo envía:

Vs 14-16 Dios le menciona tres veces quién lo envía, como para que no le
queden dudas a Moisés.

Los creyentes de hoy recibimos a Dios en nuestro corazón, nos


aprendemos Juan 3:16 de memoria y aun así, nos preguntamos y quién me
envía.

No es el pastor el que nos envía, es Jehová de los ejércitos el que nos


envía, el padre de Abraham, el padre de Isaac y el padre de Jacob.

Somos los enviados por Dios, ud y yo somos los enviados por el Dios
todopoderoso.

Dígale al que tiene a su lado: Dios es el que envía.

3. Ante el llamado, la excusa Quien nos va a creer (Éxodo 4:1)

¿Será que es tan importante saber quiénes nos van a creer?

El que convence dice la palabra es el E.S.

Vemos en el (4:1) que esta vez Moisés se muestra preocupado de quiénes


le van a creer.

Si realmente estuviera preocupado por su pueblo, no tendría excusas, pero


esa demostración de preocupación no era por el pueblo, era por él mismo.

Y no importa que tan buenos locutores seamos o si hicimos licenciatura en


comunicación social o relaciones públicas, porque el que convence es el
E.S.

Por tercera vez Dios no le hace caso a la excusa de Moisés y le da tres


milagros para que no tenga opción a cuestionar otra vez.

La vara que se hace serpiente.


La mano en el seno.

Las aguas del río que se convierten en sangre.

Somos enviados a anunciar el evangelio de Dios, somos enviados a servirle


a Dios, no vemos gastar nuestras neuronas pensando cuántos se
convertirán, sino en cumplir nuestro propósito sin excusas, y Dios hará
milagros de conversión. Porque la palabra nunca vuelve vacía, porque su
testimonio en servicio no queda desapercibido.

Dígale al que tiene a su lado: Dios es el que convence.

4. Ante el llamado, la excusa Quienes hablaremos (Éxodo 4:10)

¿Será que realmente no sabemos hablar?

Sabemos hablar y es más hablamos hasta por los codos, pero no queremos
hablar cuando se trata de Dios.

Hasta Moisés quiso charlársela a Dios, pero hechos 7:22 dice: Y fue
enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en
sus palabras y obras.

Cuando me convertí y tuve el llamado de pastora, ponía mil excusas y entre


ellas, soy tímida, no se hablar en público, no soy sociable, exámenes
escritos 100 pero orales 0, no hay tu tía con Dios, aquí me tiene, no soy
poderosa en palabras como Moisés.

Pero dice 4:11-12……. que él es quién pone el hablar.

Somos enviados a hablar y Dios es el que pone palabras en nuestra boca.

Dios es el que pone el querer y el hacer. Nosotros ponemos nuestra


predisposición.

Dígale al que tiene a su lado: Dios es el que pone palabras en tu boca.

5. Ante el llamado, la excusa Quienes irán (Éxodo 4:13)

¿Será que queremos que otros tomen nuestro lugar?

Cuando nos conviene, porque si se trata en ganar algo o de obtener


beneficios somos los primeros en la fila. Pero cuando se trata de dar o de
hacer no aparecemos ni en la fila. No estoy brava por si acaso, solo le
muestro nuestra típica característica como humanos que somos, y me
incluyo.

Qué cobarde Moisés, después de tantas veces que Dios lo anima, lo guía,
él sencillamente dice: buscá a otro.

Hasta aquí llegó la calma de Dios, y Dios se enojó. 4:14-16


Pero qué aguante el de Dios, yo ya lo hubiera mandado a volar a Moisés y
me hubiera buscado otro, pero Dios a pesar de su enojo le da un último
empujón, diciéndole va ir tu hermano con voz, y se lo menciona 3 veces.

Somos los escogidos para anunciar llevar el plan de salvación a toda


Guayaramerín, y confines de la tierra.

Dígale al que tiene a su lado: eres el escogido por Dios.

CONCLUSIÓN

Moisés desde antes de nacer ya estaba predestinado, lo mismo nosotros,


desde antes de nacer Dios nos ha llamado y tiene un propósito para cada
uno de nosotros, depende de nosotros si ponemos excusas o escuchamos
a su llamado y le seguimos.

Y no importa si no se hablar o soy el menos hábil, Dios se encargará de


usarlo, solo tenemos que estar predispuestos.

5 excusas puso Moisés, ¿cuántas tiene ud? Dejemos las excusas, porque
Dios no escucha excusas.

Somos llamados a servirle, a predicar y no necesariamente en el púlpito, su


vida es un púlpito abierto, predique todos los días.

Si ud, está predicando, buscando de Dios, dónde están sus frutos.

En nuestra actualidad todos tenemos excusas, qué vamos a hacer, vamos a


seguir poniendo excusas, postergando el llamado de Dios o vamos a
escuchar el llamado.

Debemos confiar, servir y Dios hará grandes obras.

El llamado de Dios para Moisés no era pequeño pero sus excusas eran
pequeñas.

Las grandes obras que hizo Moisés fue porque dejó sus excusas a un lado.

Si el no hubiera dejado sus excusa no habría un mar que se abrió en dos.

No habría un pueblo libre

No habría el mana del cielo o el agua de la roca

Detrás de tus excusas hay una obra poderosa que Dios quiere hacer en tu
vida.

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