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Mujeres ¥ Tilosofta (ID) Teoria filosdlica de GEnero Maria Isabel Santa Cruz ‘Ana Maria Bach Marfa Luisa Fementas Alicia Gianella Margarita Roulet LOS FUNDAMENTOS DE AS € L CIENCIA & DEL HOMBRE Cost tor de Ange ica Latina DBirecetén: Ricardo Figueira fecretaria de redaceion: Oscar Tronct Dlegrmacign: Reardo Perey, Asana Mat soordinacién y produccién: Marta Carrere 2 Anal 0. Vivalba ma Carrera, © 1994 Centro Editor de América Latina S.A Tucumén 1736, Buenos Airos Hecho el depésito de ley. Libro de edicién argentina. Impreso en Carybe, Udaondo 2646, Lands Oeste, Prov. de Bis. As. Encuader nado en Pionner §.R.L., Cuba 520, Villa Luzuriaga, Prov. de Bs. As. Distribuidores en la Republica Argentina: Capital: Distnbuido- ra Cancellaro S.P.L., Virrey del Pino 2639, 5° "A", Cap. Fed. In- terior: Dipu S.RLL,, Azara 225, Capital. Impreso en junio de 1994. ISBN: 950-25-2171-4- wv OTRA LECTURA DELA HISTORIA DE LA FILOSOFIA SUSTICIA Y GENERO EN PLATON, REPUBLICA Vv! Maria Isabel Santa Cruz Sabido 0s queen a Republica Platén prosnt jan preserta . ray de modo orgénco una teora de a justia, ave conttu- Ye, por asi door, fa column vertebral de suconcepctn del Estado ideal. Sabido es, también, que en el libro V ofrece una propuesta sobre a mujer ylafamiia, quo na sido valorada do diversas maneras', Tres son. en este libro, las “olas” de opo- Sicén, de cretente intnsidad, gue debe sorear Sérates 1. la admisién de las mujeres como quardianas; 2. la comunidad de mujeres y de hijos; 3. la practicabilidad del Estado ideal. Mitrabajo se propone sélo analizar con algtin detalle | ‘argumento del que Platén se vale para enfrentar la primera “ola’, y exhibir la conexién que liga ese argumento con la teoria de la justicia expuesta en los libros anteriores de la Republica. Como trataré de mostrar, el argumento es dialéctico y tiene por fundamento el principio de la justcia, no siendo, pues, “utiitarista’ ni Yeminista’, ‘Como en un trabajo anterior? me he ocupado de la conception platénica dela justicia, me limtaré aqui a senalar ‘algunos puntos fundamentales para mi propésito presente. Frente a las ideas corrientes de la justia, que la fundan en ‘algun tipo de cumplimiento, de convensién o de juego de derechos y deberes legales, Platén introduce su propia Y nueva concepcion, que hace consistir a la justicia en el Bjercicio de la funcion propia, tatese de indviduo o del Estado, La justicia en la polis consiste en que “cada uno debe ‘atender a una sola de las cosas de la ciudad: aquello para jo que su naturaleza esta mejor dotada”(439a). “Hever cade tung lo suyo y no mutiplicar las actividades, eso es la justice! 123 (433b). La justicia requiere, pues, que cada uno se dediquo, | ante todo, a una Unica actividad y que no pretenda desplegar miiltiples tareas®, y, en segundo lugar, que esa unica activi- dad sea aquella para la cual su naturaleza lo capacita, La novedad que Platon introduce es, pues, la del hacercada uno lo suyo, frente al dar o recibir lo que a cada cual corresponde. Sin embargo, el hacerlo propio no excluye, sino que engloba el tener lo que a cada cual le corresponde; y Platén lo dice explicitamente: “tanto la posesién como la practica de lo que a cada uno es propio serd reconocida como justicia’ (433e- | 434a). Platén encara a la justicia desde el punto de vista del agente, y es por ello que subraya el hacercada uno lo propio. } Pero, en una sociedad en la que cada uno cumpla lo que le es propio, estara asegurado que cada cual tenga lo que le | corresponde; el hacer cada cual lo propio redundaré nece- sariamente en que cada cual reciba también lo propio. ‘Al comienzo del libro V°, Platén hace frente a la primera 1a" de oposicién y dedica unas cuantas paginas a justificar i la admision de las mujeres en la clase de los guardianes, y la consecuente necesidad de impartir a hombres y mujeres una edueacién igualitaria. Parte de la metafora de los perros Quardianes: las hembras deben cumplir las mismas tareas |} que los machos, y no quedarse en sus casas, imposibilitadas por los partos y por la crianza de los cachorros; pero, para || oder cumpiir las mismas tareas, con la sola diferencia de Que las hembras son més débiles, es preciso darles el mismo adiestramiento. Asi también, silas mujeres de los guardianes han de cumplir las mismas tareas que los varones, también elias, andlogamente, deben recibir las mismas ensefianzas = misica, gimnasia y todo lo relativo a la guerra— y ser tratadas de la misma manera, a pesar de lo ridiculo que pudiera parecer ver a mujeres viejas desnudas ejercitandose €n la palestra (451d-452d). El punto de partida es claro: siha de asignarse a mujeres y hombres las mismas tareas, habré que impartiries la misma educacion. : La primera exigencia que se impone, claro estd, es justificar el antecedente, por absurdo que parezca: asignar a hombres y mujeres las rismas tareas. Es importante advert que Platén desglosa esta justificacién en dos momentos: en primer lugar, hay que preguntarse si ello es posible (4526); solo después, si resulta posible, habré que averiguar si ello es conveniente (456c). Platén responde afirmativamente a ambos interrogantes, pero los argumentos que utiliza para 124 cumplir tareas diferentes (454c). El error i reside onal eras al mero nombre (Gnome) y Sroceds e » en lugar de hacerlo dialécticam GGiscemiendo por formas" (454a). Ese principio de reais: larse en el nombre, sino de ponerse de acuerdo sobre su significado, explcitandolo a través de un logos, esta clara. ‘mente sentado en las paginas iniciales del Sofista, como Punto de partida imprescindible de toda discusién fructifera® Al decir, en efecto, que naturalezas diferentes no deben cumplir las mismas tareas, estoy tomando sélo los nombres diferente" y “mismo” de modo indiscriminado y absolute (pantos), en lugar de tomarios teniendo en cuenta el tipo (cides) de diversidad 0 identidad de que se trata y con Tespecto a qué (prés t) elias se dan (454c-d). Asi pues, siel objetor sélo halla que la diferencia entre hombres y mujeres es de cardcter biolégico, porque los hombres engendran y las, mujeres paren (454d), se verd obligado a mostrar que esa diferencia tiene que ver con la capacidad de unos y otras para el desempeho de determinadas tareas diferentes. Pero, al Parecer, respecto de ningin arte ni ocupacion que tengan que ver con la organizacién de la ciudad, hombres y mujeres, 125 omados genéricamente, presentan diferentes naturalezas, imgomente eristico debe ser derrotado por un argumento Gfestiga: es preciso discerir por formas, por ede, no debe erso ‘algo diferente por lo que es lo mismo, ni lo mismo por lo que es diferente, Es éste el resorte fundamental del Frocedimiento diaisctico, tal como Platén lo caracteriza, por Gjemplo, en Fedro, Sofistay Politico’. El método dialéctico no opera seleccionando arbitrariamente una pareja de con- ceptos y coordinandola con otra pareja elegida también arbitrariamente®. En cada caso hay que atender a las no- Giones en juego y a Sus relaciones licitas y en esto consiste El saber “discernir por formas" (0, como se dice en Sofista 253d, “por géneros’). Platén intenta, pues, una justificacion tedrica, a través de un argumento dialéctico, de la posibilidad de la admisién de las mujeres como guardianas. Aunque el camino seguido por Sécrates en la argumentacién puede tener algunos puntos muy discutibles?, importa su conclusié no hay ninguna ocupacién de las que conciernen a la ciudad que sea propia de la mujer en tanto mujer ni del hombre en tanto hombre (455d). Aunque, en general, los hombres sean mas fuertes tanto fisica como intelectualmente, hay muchas mujeres que son mejores que muchos hombres, y eso debe ser tenido especialmente en cuenta (455d). Lo que a Platén le interesa subrayar es el error y la inconveniencia de toda generalizacion: no debe tratarse a hombres y mujeres como Glases homogéneas desde e/ punto de vista de las activi- Gades que por naturaleza estén llamados a desempefiar. La generalzzacién no posee relevancia cuando se trata de de- ferminar roles sociales u ocupaciones. Las mujeres como género no poseen una esfera propia de accién en la so- ciedad, asf como tampoco la poseen los hombres. Sdlo los individuos tienen “lugares”. Asi, cada mujer ocuparé el lugar que le corresponda en funcion de sus capacidades: hay mujeres dotadas para la medicina, o para la musica, la gimnasia, la filosoffa, la guerra. Hay mujeres con capacidad para desempefiarse como guardianas y otras que no poseen tal capacidad (455e-456a). Y habr que dar a las naturalezas capaces la adecuada educacién, sin la cual no podran de- sartollarse las capacidades. Tal ordenamiento sera conforme a la naturaleza (kata physin), a diferencia del sistema en prdctica, que precisamente contraria la naturaleza (para physin) (456c). Este principio de la “naturalidad” es de suma importancia como criterio de discernimiento dialéctico y 126 Platén insiste mas de una vex las “articulaciones naturales” y No quabrantar la pieza, a carnicero inexperto!’, Platén ha probado dial criterio de la naturalidad z en la necesidad de r lad de respetar de la realidad, sus “miembros”, fa manera en que lo haria un lécticamente, es decir, sobre el formas, la posibidad de cue la mors seer wee POE ee pene tareas de 9 igual que el hombre, con la sola restriccign de que, dado que su naturaleza es mas débil, ha de cumplir las faenas mas llevaderas, Para probar, ahora, que no cele os posible, sino que, ademas, ello es lo mejor, recurre a un breve argumento: hay hombres mejores y otros peores: tambien hay mujeres mejores y otras peores. No existe nada mas ventajoso para una ciudad que el que haya en ella mujeres y hombres dotados de toda la excelencia posible (4360). El argumento ya no es dialéctico sino “utiitarista’. Es natural- mente posible y es socialmente itl que las mujeres sean admitidas como guardianas. Habra, pues, que dotarias de iguales oportunidades que a los hombres desde el punto de vista de la educacién. Y habré que sustitur la familia por una comunidad de mujeres y de hijos que posibilite la igualdad de oportunidades. La cuestién de la comunidad de mujeres y de hijos es la segunda “ola” que Sécrates afrontara y en la cual no puedo entrar en este momento’? En la argumentacién platénica, por cierto, como sefiala con razén J. Annas", no se tienen’en cuenta los deseos ni las necesidades ni los derechos de la mujer. Tampoco se tiene en cuenta la felicidad de la mujer. Tampoco se tienen en cuenta todas las mujeres, sino sélo las de la clase guardiana. Pero tampoco interesan a Plat6n ni los deseos, ni las necesidades ni los derechos del hombre. Tampoco su felicidad. Y tampoco se tiene en cuenta a la totalidad de los. hombres de la ciudad, sino sdlo a los de la clase gobernante. El propésito de la Republica es hallar el remedio para los Estados enfermos y ese remedio solo esta en la excelente formacién de la clase dirigente. J. Annas dice también que Platén nada dice acerca de la justicia de su propuesta para la mujer y que no se advierte la conexidn entre lo sostenido en el libro Vy la concepcisn de la justicia'*. En este punto no comparto su posicién. Por el contrario, creo que la propuesta sobre la mujer esté construida precisamente sobre el prin- cipio de la justicia y que la admisién de las mujeres como guardianas y la igualdad de oportunidades entre hombre y 127 mujer son pensadas por Platén como esenci ries soreness tenner fsng | Gorechos ni abligaciones legales, nada tens quelver wee deseos y necesidades, ni con’la tolicidad de wes ies ese ordenamiento arménico, resultado de que cede aon cumpla con la funcién para la que su naturaleza lo destin. ara lo cual sera preciso que reciba la educacis : eis capacidades naturales. 'a educacién adecuada El argumento que prueba la posibilidad de admitir a las mujeres como guardianas se funda en el principio establecide de la justicia social. Cada mujer debera cumplir con aqualia unica tarea para la cual esta naturalmente dotada. Injusto seria —por contrario a la naturaleza— que se asignase a todas las mujeres, por el solo hecho de constituir una clase desde el punto de vista meramente bioldgico, idénticas funciones, diferentes de las de los varones, a quienes, aunque constituyen también una clase desde el punto de vista biolégico, se les asignan funciones diferenciales en funcion de sus capacidades. La justicia consiste en una igualdad, siempre y cuando entendamos por ésta la igualdad proporcional o geomeétrica, que consiste en dar a cada cual Jo adecuado a su naturaleza, y que Platén caracteriza, no en la Republica, pero si en las Leyes (Vi 757a-e)", Las mujeres guardianas, la igualdad de oportunidades, la comunidad de mujeres ¢ hijos, son rasgos paradigmaticos de un Estado paradigmaticamente justo, al que Platén pre- senta como modelo de una buena ciudad, mirando al cual y funandolo como criterio podré ensayarse la construccién y organizacién de toda ciudad real y efectiva, et la cul oe agree er een La eiecey— fidelidad ni en la exactitud de s - aa 5 dad menos que la pal dice Platén— se acercara a la ver’ ipeiabes le la espalda al mo (2730), En ls, Loves ca plain eneay une sous ciudad trazado en la Republica, Plater ones bres via, no ya para doses all sus propuestas pata a (V, 739b-e; 746b-d; Vil ca A se osbles, ‘adaptades mujer seran no el madelo sino las coPias Feta ‘No po- 2 las exigencias de una sociedad 124 Y Te hg todo si demos dejar de darles su mereci 6n que Aristoteles (eromos en cuenta la naturaleza y la funciOn 4 asignard a la mujer en la Polltica. justas, | 128 Notas ' Ct, por ejemplo, C. Pierce, “Equality: Republic, The Monis 57 (1973) 1, pp. 4-10. Ube The Monist ML. Santa Cruz, "La idea de la ustcia en Platén’, Anuario de Filosotta Juridica y Social 2 (1983), pp. 71-96. * polupragmasyne, que, junto’ con la metabolé 0 trueque de funcionis, 0st@ considerade como injuscia: dbs *'Cf.'Santa Cruz, ob. cit, pp. 87-68, 2 El texto ha sido considerado con frecuencia de naturaleza ferinista tl como lo hace, por ejemplo, R. Crossman, Plato Today, Condon, Unwin, 1971 (1* ed. 1937), pp. 122-124, En un importants trabaio, Julia Annas trata de demribar lo que alia considera al mito del eminismo de Platén (Plato's Republic and Feminism’, Philosophy 51 (1976) 197, 907-820). Coincido s6lo parciaimente con a andlsis de Annas. Sof, 2186, Ct. Carta VII 342b y 343: el énoma es apenas el primer elemento del que hay que servise para llegaral conoeimiento; fo hay que confiar plenamente en él, pues carece de estabilded y firmeza, 7 Fedro 265d-266d; Sof. 263d; 262b-263b; 2640; Pol. 2620; 260d, * Gf. Friedlander, Plato. The Dialogues. Second and Third Periods, trad. ng., Princeton University Press, 1969, p. 105, ® Bien sefialados por J. Annas, ob. cit, pp. 309-311. " Gh. G. Pierce, ob. cit, p. 3. " Gf, Fedro 266; Pol. 258d; 287c. "J, Annas, ob. cit, p. 308, sefala que la cuestién de la abolicion de la familia nuclear es un punto separado de la admisién de las ‘mujeres como guardianas. No comparto su opinion en este aspecto, Ct. Grossman, loc. cit * ob. cit, pp. 311-313. ¥ ob. cit, pp. 313-314. '8 Cf.E. Barker, Greek Political Theory, London, Methuen, 1960, p. 206, Sobre el problema de la equiparacién de la justicia con la igualdad, of. Santa Cruz, ob. cit, pp. 89-91 © Gh, Santa Gruz, ob. cit, pp. 72-73 129 MUJER Y JERARQUIA NATURAL EN | ARISTOTELES | | MARIA LUISA FEMENIAS La polis es el lugar propio de desarrollo, crecimiento y per- feccién del hombre, porque e! hombre es ante todo un animal politico (Pol, 1253 a 2). Es asi que la organizacién del Estado 5 por natureleza y anterior a cada sujeto particular. Sélo en la polis, con sus semejantes, el hombre adquiere la palabra, que supone la racionalidad, y lo constituye, ademas, en un ser moral capaz de elegir el bien. Las acciones del hombre tienden a fines (EN 1098 a 4); los fines se estructuran de tal modo que convergen en un fin humano titimo, el bien mas digno de si: [a Felicidad. Pero no sélo cada individuo humano ‘se propone fines, esto es, el logro de su propia felicidad, sino que la pélis misma tiende a un fin (EN 1094 b 8-1 | bien de todos. La busqueda del bien general, en consecuencia, eleva la ciencia politica a la mas noble y excelsa, la ciencia arquitect6nica por definicién (EN 1095 a 10). No voy a tomar en consideracién sino uno de los temas —entre muchos de importancia— de la Politica de Aristételes; y éste en relacién con otras cuestiones con las que se conecta estrechamente y que conforman el marco desde el cual el Estagirita formula ciertas afirmaciones que nos interesan especialmente. Intento, pues, en este trabajo examinar el marco de referencia desde el cual Aristételes hace clertas corsideraciones en referencia a la mujer, y ala situacién que le corresponde en su concepcién politica. En primer término, revisaré, a grandes rasgos, la concepcion politica del Estaco tal como Aristdteles la presenta en Politica y Etica Nicomaquea (EN). Ubicaré, en segundo término, la posicién de las mujeres dentro de tal esquema y mostraré 130 como el modelo organicista sovsvariamente roacones Ge panae involucrado en esta relacién— supene unaier ere oe — fa polis se propone. A modo de cerslang nay outings ue rrogarse por el sentido de la propussta arsictéees no {in de la pis, esto es, lafelicidad de sus miombres Pee ce de este Supuesto, serd preciso preguntarse cuales gaan de la pélis alcanzan la felicidad. En vistas ae car ree genplan ltd asd et se Aristételes, cada individuo (parte) se olaciona con al eran (todo) 6eede su propia actvides tuncen}y eateries ce aquél, contribuye a su fin titimo, al logro del bien de la pole (EN 1094 @ 19). Se debe recordar también (i) que las feferencias que el fildsofo hace sobre las mujeres se. em ‘cuentran en pasajes sobre la oikia (casa-hogar), que incluye tanto al hombre libre y su familia esposa e hijos), cuanto a sus esclavos y esclavas, consuyendo lo que cabria lamar una familia extensa por oposk una far or oposicién a la familia nuclear o ue sustenta conileva “el bien es aquello a lo que todas las cosas tienden” (EN 1094 a 2) Con esta afirmacién, Aristételes da\umienzo a la Etica Nicomaquea y pone de manifiesio con suma claridad la concepcién teleolégica que la domina. El fin aparece como la causa por la cual se hace algo (EN 1097 a 17),y esto tanto respecto de los fines de un hombre particular cuanto de los, de la comunidad, la que se consttuye por naturaleza (Pol. 1252 b 30) para perseguir su propio fin, el bien de todos 0 de la mayoria (EN 1094 a 15). Esto se reafirma en Politica (1252 a 3) donde se sostiene que toda comunidad se constituye en vistas a lo que se estima ser algin bien. El hombre (aparentemente en sentide de género humano) tiene ‘como fin bastarse a s{ mismo, alcanzar lo mejor para él y perfeccionarse (Pol. 1253 a 1). Para obtener tales logros se ‘asocia con otros hombres (EN 1097 b 11; Pol 1253 a 1; 1278 131 19, por ejemplo), y es en esa asociacién con sus congé- eres que alcanza ios fines exclusivamente humanos que lo ligan, en Ultima instancia, a lo divino (EN 1176 b 4; 1179. 25) haciéndose merecedor del amor de los dioses. El fin Ultimo del Estado se alcanza con la participacién de todos sus miembros, pero esto en correspondencia con las funciones que les son propias. Un Estado organizado de este modo alcanzara sus limites naturales, la perfeccién de su forma (Po! 1252 b 28). ‘Queda claro que el teién de fondo de estas afirmaciones esta dado por la situacién atomizada de las polis griegas confederadas, en las que, dado el nimero de sus habitantes, cada uno guarda una estrecha relacién con los demas meyibros de la misma. Resuita, ademas, evidente que esta concepeién de Estado organicista, esto’ es, el modelo en vistas del cual se constituye el Estado, es analogable a la estructura del organismo viviente animal. Un organismo es un todo formado por partes que cumplen diferentes funciones, cada una de las cuales contribuye a la supervivencia del organismo en su totalidad. La felicidad de todos o de la mayoria, la buena vida, el logro del objetivo maximo de la ‘polis (el todo), esté por encima de la felicidad de uno o alguno (parte/s) de sus habitantes. Para obtener el ansiado equili- brio, el Estado como un cuerpo debe velar para que sus miembros contribuyan al bien comin cumpliendo satistac- toriamente su funcion especifica, a la manera en que la salud del ojo contribuye a la salud general del individuo (EN 1102 a 18) en una especie de homeostasis politica Como se vera mas adelante, los objetivos que Aristételes propone para la pdlis presentan algunos incon- Venientes propios del modelo organicista. A estos problemas debemos agregar que el bien/felicidad no resulta ser de la mayoria, numéricamente entendida en tanto que habitantes de la pélis, sino que se refiere a la mayoria en tanto que ciudadanos de la polis, con lo que no sélo quedan relegados a un segundo plano los extranjeros, los siervos, los esclavos los nifios, sino —y este es el punto que me interesa suorayar— todas las mujeres de la polis cualesquiera fuere ‘su posicién social o su edad. El numero de beneficiarios del modelo de Estado que propone Aristoteles, como se ve, es sumamente restringido. Se debe prestar atencién, ademas, a otra cuestin que constituye el rasgo caracteristico de la propuesta del 132 Estagirita: el orden jerarquico social pretende una fundamentacién en un orden jerarquico natural. £1 Estado que Aristételes concibe es la continuacién fiel de un orden rnatural; supone diferencias y jerarquias tales como las que —cree— se imponen en lo social. Es precisamente esta cuestin la que abordaré en la seccién siguiente, En Pol 1254 b 13-15 se lee: “... el macho es por naturaleza superior y la hembra inferior; uno gobierna y la otra es gobemada, este Principio de necesidad se extiende a toda la humanidad” Con esta afirmacién, Aristételes no deja dudas acerca del papel subordinado de la mujer. El Estagirita expresa claramente que la relacién entre hombre y mujer es la de superioridad /inferioridad, aun cuando esto no baste para delimitar dos especies diferentes. Explicitamente (Metat 1058 a 21-23; 1078 a 5) aclara que ambos sexos son miembros de la misma espocie como pares e impares son ambos numeros. Llama la atencién elcardcter de la analogia, ya que de ser fieles a la misma, concluiriamos (i) que los pares (0 los impares) son superiores respecto de los otros ndimeros (es decir, su clase complementaria), 0 (i) que los varones y las mujeres no se relacionan jerarquicamente, sino que se complementan sin que ello implique la relacién de superioridad /inferioridad que afirma, Sin embargo, Aristételes, habitualmente tan cauto en estas cuestiones, insiste en que el macho esta mejor dotado que la hembra para el mando, salvo casos antinaturales (Pol 1259 b 3-5); esto tiene como consecuencia necesaria que el macho esté siempre en relacién de superioridad respecto de la hembra. Estas afirmaciones dejan en claro que, para Aristételes, ‘a una superioridad natural debe seguirle una superioridad funcional (politico-social). Bien se sabe que metodolégicamente adopts una serie de principios telacionales asimétricos. Me tefiero a binomios del tipo griego/barbaro, amo/esclavo, hombre/mujer, mujer/nino, 133 entre otras, que pueden re ‘iverse, como apunta O. Guarigia’, en [a relacion dominador/dominado. En términos Gel propio Aristoteles, se trata de una relacién de gobernante /gobernado, en la que se benefician mutuamente ambos tarminos aunque entre ellos no puede haber “ni justicia en ol plano juridico ni amistad en el plano ético” (EN 1181 a 35) en tanto miembros de ia relacién en cuestién. Gracias al mismo pasaje de EN se aprende que tal relacién de amistad 0 de Justicia es factible entre ambos “en tanto hombres”, es decir, fen tanto que individuos humanos y mas alld de la que los involucra en un papel social determinado. Una duplicidad similar parece cumplirse en el nivel de la ‘plis respecto del modo de gobierno. Aristételes sefiala que el error que se comete habitualmente es comparar el go- bierno de la pdlis con el de una heredad, casa o reino. Con esto parece querer poner de relieve lo siguiente: tanto una heredad como una casa 0 un reino son gobernados por un ‘Amo-Rey personal que, ademds, impone la autoridad (patriarcado), mientras que una pélis debe regirse por medio de leyes que garanticen los derechos de los ciudadanos; la polis, en efecto, es una agrupacién politica donde rige un gobierno de pares (iguales); la heredad (casa, reino) se organiza segun un claro sistema de diferentes, de ahi que no haya ley sino mandato (Pol, 1252. a 1-1252 a 22). Este pasaje ilustra claramente la diferencia entre el patriarcado y la organizacién civil de la pélis. Las palabras de Aristételes respecto de la situacién de superioridad del varén sobre la mujer parecen deseribir un hecho socio-histérico, una situacién que se repite en la sociedad antigua. Aristételes describe la forma especifica de la sociedad en que vivid como valida universalmente debido, en gran medida quizé, al fismo que caracteriza, en general, su sistema, Por tal motivo consideré la estructura jerarquica de su sociedad como validad por naturaleza para todo tiempo y lugar. Esto, en lo que toca a la situacién concreta de la ‘mujer, significa la fundamentacién, en un plano ontolégico, de la relegacion social de la que fue objeto (incluyendo dentro de lo social tanto lo juridico como lo econémico). De lo dicho es importante subrayar que la fuerte jerarquizacién de la sociedad, el cardcter patriarcal de la familia griega y la concepcion organicista de Estado, parecen llevar a Aristoteles a considerar aquello que es de una cierta manera, es decir, contingente y, por Jo tanto, que podria ser 134 © haber sido Un ordon jana mistmes interese: {20"0 de los fines de la oikaseytn fo neanocconmbuye al ar aa SUS lunciones convergen ona Denon; jote Gunn Comin os prepuestoy ecanecien nen Comen rans (agama. y a mujer ~dade su Ieopoceend ae necesidad dol fatc oe eae. Esta deficioncia contra ta Tos: que fogelmsre ot Pere Va seadelpadres del mario, 5 leliberativa, cuyo:caso paradigma nati e814 representado por la Madea do Euipideer oor tee cbedece al papel asignado a la mujer por la socie: 4 Que, en lineas generals, se vio cbigadaa curtis Loe Ay $s wpraniaead que no obedecieron el modelo ‘social esta- lecldo son reconocidos como antinaturales (Pol 1259 b 8) Guarigliat muestra con claridad que en la terminologha aristotélica de valor, la areté (virtud) se determina an furea exclusiva del valor de uso. El} mismo estudioso sefiala también que el eidos, la forma requerida tanto a entes naz turales cuanto a humanos (su ejemplo es el del esclavo) esta determinado por quien fo usa, que es el que tiene el cono- cimiento superior de la forma frente al conocimiento inferior del productor, circunscripto exclusivamente a la materia, El Productor queda relegado al papel de herramienta humana, [| instrumento animado sometido a la funcién de suplir las necesidades de otros. Guariglia afirma que: 135 «do la misma manera que la naturaleza afin de Woo tia perfecto todo organico destina cada parte 3 2 ‘nica pn parton ige.es eaclavo sino en la medida en, qe S° tuner mpl una funcion subordinada y limtade i apicamos esta linea de pensamiento al caso 20 mujer lau stuacion se presenta como mucho mas Compe! mnuler mos que, en lo que a la mujer concieme, Su arate 5 Pronia de las Tareas domésticas, lo que la comviene £0 7) instrumento o herramienta del ‘cuidado de la oikiaen general Ii fos otros membros de ella en especial, incluyende Fer Y Buesto a los varones de la casa. Respecto de {a 1p aoe e Ose Ia especie, mientras que el hombre, aporta 12 forma, la mujer hace lo propio con la materia (GA. 730 b 1; 729 a 22). Se vio que la mujer, por una parte, es la clase com plementaria de la especie: por otra, la reproduccién en t minos de gestacion |a ‘condiciona biolégicamente y, en cerescuencia, s@ a limita a cumplir s6lo con funciones coeves. a las que se agrega el cuidado y atencion de los Faery por extension, de los varones adultos y de la casa Gigensral estas utimas actividades las cumple aun cuando nada biolégico la determine a ello, Su situacién de subor- dinacién no esta dada por el orden natural, como quiso Arist6teles, sino por un orden puramente social, basado en la necesidad de un tipo de organizacién societaria: SU eidos |p rige, por fuerza, el vardn, cuyo mandato en la familia no ‘obedece a la ley sino a su voluntad. El gobierno de la oikia no es un gobierno de iguales, sino que —volviendo a la analogia con un organismo vivo— desde una funcién dife- rente, cada miembro de la oikia contribuye al bien comin. Esto. supone una fuerte estratificacion, ratificada cotidianamente por la presién social. A esta situacion Aristételes le da la validez de un ‘orden natural. El fin de esta relacion asimétrica no es otro que al cuidado de la calidad de vida del hombre libre —para elcaso Geos esclavos y para el caso de las mujeres— de todos los varones adultos de la especie y de los nifios. Como reconoce Guarigia respecto de la institucién de la esclavitud la condicién del vivir honesto es la existencia de un género de hombres [los esclavos] sujetos a la pesada Carga de produci os intrumentos necesarios para lavida 136 de tos ot ott08, Io instrument ue los convier mentos, en medios, en pertroaag oe rismas en jodad aninada® Si compa ores oTParames estas palabras con la situaci Social establennee esauema de la Polfica y se; én de las wv Elandlisis ‘ arist Flandlicis erstot dic reto, en término: formas historias y Sotialen exe ae inseparable de las nadie teleologcamente: ce) ei sees Pala La sastascion de enas races area, ‘fe cub tas necesdades do a oie sa fnalded deme "a membros ql confoman, Lo contngont. Go se nos, Bg funda en netural, o que no puede ser de otra manors 'o que de he reopetado por él orden eacre 8, 08 cierta forma, debe ser lgrcupee cial que debe ajustar tanaire ze. Se invierten, en la interpretacién de awl a se oe snortadeitocna vy meee ion, los esclavos por cpt tues ih Surge coh chess Baeden| instrumental. Que asi debe pad Bigs Gam leridad de los presupuestos que maneja ow ene ncién de la ansiada homeostasis politi 4 omunidad en términos de cumplimiento dela 137 tuncién especitica que le ha sido asignada a cada und. En Politica (1260 b 10 ss.) se lee: “Toda familia, en efecto, es parte de la ciudad; como aquellas relaciones pertenecen a la familia {se relieve @ lay relaciones varon/mujer, mujer/hijo, etc.}, y como ademas la virtud de la parte debe mirar a la del todo, menester es que la educacién de los hijos y,las mujeres se haga mirando la constitucién politica...” La educacién de las mujeres se subordina, pues, a los objetivos de la polis organicista, de modo que su virtud, como ya se vio, depende de la filiacién con la estructura social que la determina. El mismo Aristoteles agrega en (1103 a 14 ss; 1103 a 24s: +... es evidente que ninguna virtud del carcter es: congénita por naturaleza.”, sino que obedece a la posibilidad de actualizacién. Sin Sinbargo, esta regia ética parece no regir en el caso de las mujeres las que —como hemos visto— si poseen virtudes del Ciracter que portan por naturaleza. No me explayaré en este punto ya que lo he abordado en otro trabajo: Para los fines que aqui me propongo, conviene recordar que Aristételes ignora para las mujeres aspectos tanto de Agole educativa cuanto respecto de la presion social y de la formacién de habitos que si tiene en cuenta explicitamente para la formacion del caracter de los varones, y ello en Patwencia a su posibilidad de alcanzar la perfeccién (Pol 1260 b 10; EN 1179 a8). Elbien, segin se desprende del examen efectuado, sélo puode ser alcanzado por los varones de la especie, alos que ‘servi como modo funcional de contri bucion para el logro de la perteccién de aquélios. Es claro, pues, que a la mujer le esta vedada la felicidad, ‘al menos en Ree mismos téminos que a los varones, pues ni tiene Oe pacidad deliberativa con autoridad (Po! 1260 4 42) nilibertad Le esta destinada, en cambio, una cierte pate dad. la que se deriva del cumplimiento satisfactore oe las mujeres deben para alcanzarla. la propia funcién (Pol. 1260 @ 16). x aetotélica | Las consecuencias de la conceptualizacon aristotélc re8 NO de las mujeres son abrumadoras. En efecto, las mujer 138 primeros afos de vida; gestacién habria sido 7 ss lareas de| a Cuidado, por lo demas, sir indtil para el fin de la sopecie: pon tune tal, ya qui nda bien, tin modo de conservacisn (Po. 1256 28 88.) por por una he a 1253 b 26) resulta mas afl Sages 7oMo vernos, Aristételes i 3 ; ignora —y su 6 esttica de la sociedad contibuye a slo que en Gstormh: nadas cicunstancia os sere humanos, vatones mule, astan imposibitados do desarrolar satistactoriamente sus Cualidades éticas y dianodticas, Verra también al deducir de escaso desarroll au garencia 0 estas lo citcunstancial la imposisil- para toda época y lu dara la imposibiidad de Arstoteles de concabt ott epoca y lugar cuya organizacién social y politica sea diversa de la de la polis. Sdlo fact: de ir se ores de indole heel Cuenta Ultima de tales supuestos. Se tener tiene La concepcién organicista de la pélis y de la oiki a oikia — como la primera célula de aquéla— deterrana fa nein specifica de las mujeres en tanto que contibucién al bien | cue elias mismas sélo paticipan como medio, y que no odrdn aleanzar. La fuerte estratficacion social griega lieve 8 Atistételes a aceptar lo “teconocido pot la mayoria! (EN 25; Tép. 100 b 20) como necesanio por naturaleza. En 199 eae saree “eae Estes aac oon se aie Aaa os ed Sr, toy te este sentido, sin duda sus presupuestos son multiples sete acon a factores de caracter ideologico que no anslizar® Srveste abate. ‘i te aba os mites impuesto por la conlsén de fly an eee este pa, espera haber hecho alguna cont Wester Poltca Thought New Jersey, Pane Unversy bucien al analisis de la situacién de las mujeres: en la con q Este trabajo ha fee ‘edicién. ajo ha sido revisado y modificado para la presente Gepcion paltica de Aristoteles. Mi interés en la cuestion es SSbie. Por un lado quiero mostrar cual es el lugar que so Sina a las mujeres en el sistema politico de Anstételes ¥ se eiricular su fundamentacién. Por otro, dada su innegable eenencia en la tradicion filosdfica y politica occidental, po- tonciada por la su repercusion en la situacién de las mujeres 10s alla del periodo histerico al que Aristételes perteneci6, te pertinente y esclarecedor mostrar sus mecanismos argumentativos. ‘Como ~con acierto sefala Moller Okin’— ta tradicion liberal, a posar de su supuesta fundamentacién y defensa de eer pos individuales y de la igualdad humane, es mas tes ec de lo que generalmente reconoce. Es por ello que aries el esclarecimiento de los puntos claves de la obra Se Latina redunda en la mejor comprension de muchos Espectos en la historia de la filosotfa politica. Notas | (0. N., “Orden social jerdrquico y norma consuetu- * Guariglia, to stico-politico de Anstételes”, Revista La- dinaria en el pensamient | Tnoamericana de Filosofia II (1976) 2, pp. 121-166. ? Barker, E., Political Thought in Plato and ‘Aristotle, New York, | Dover, 1959. p. 266. | 3 Euripides, Medea, 1079. + Guariglia, 0. N.,Hlerarquta natural, ser social y valores en la | filosofia prastica de Aristteles”, Didlogos IX (1973) 25, P 88. Sid. p. 97. 8 id. p. 102. . | Fee Gual, ©. (trad) Aristételes, Politica, Madrid, Alenz2, 1981, Estudio introductorio del traductor, p. 14. En mi trabajo “Género y virtud en Aristételes”, 6 Revista | Venezolana de Filosofia 27 (1992) pp. 25-38. También iNotaacerce | 4141 140 LA MUJER SIN INGENIO: UNA LECTURA DEL, EXAMEN DE INGENIOS DE JUAN DE HUARTE! Maria Luisa Femenias La obra de Juan de Huarte Ciencias, donde se demuestra la diferencia de habiidades que hay en los Hombres y el Género de Letras a que cada uno responde, tue editada por primera vez en Baeza cn 1575, sufriendo en 1581 la primera de una serie de prohibicioneg y expurgaciones®. En efecto, tal como informan los estudio 08. cay6 bajo la suspicacia de los custodios del dogma y juzgaron pertienente eliminar primero varios pasajes y luege censurar la obra completa. Varios son los argumentos que se ofrecen a fin de justificar esa medida. Algunos sefalan su incipiente “empirismo” y su excesivo uso de los textos clasicos, inclu- yendo didlogos platénicos como Fedén 0 Fedro, que dieron pie a interpretaciones muy controvertibles sobre la naturaleza y la relacién del alma con el cuerpo y que —quizas involuntariamente— alejaron a Huarte de la ortodoxia cristae na®, Otros lo consideran un “libertine, Marafién, el gran médico espafiol, loclasifica entre los heterodoxos* y atin hay quienes ven en su obra firmes huellas de una fe malinterpretada en su épacat Una lectura serena y minuciosa permite ver con claridad la distancia existente entre las nociones y argumentaciones de Huarte y ciertas afirmaciones de la doctrina y, a decir verdad, no es extrafio que el Santo Oficio tuviera recelos respecto de su obra y juzgara pertinente prevenirse —sin lograrlo— respecto de su posible influencia, la que a todas luces consideraba perniciosa. Extrafio hubiera sido que pasara inadvertido y no se lo censurara. Sea como fuere, los Examen de Ingenios para las 142 homlres culos de su época conocieron esta obra ala que 2 ml jucig atin no t0 ha hecho suclente justia ¢ decir, sin embargo, que en re, med tsi human) Seance eer. an, gn su teoria, al menos tal come la presenta on al Cae algunos puntos oscuros que conviene senelan Gaon primer término, que es necesario hacerio en benefice der propia teoria huartiana y, en segundo termina, aungue na menos importante, a fin de antejar luz sobre un prerine residual aceptado en forma acriica y que, en tone eae martione todavia en muchos casos a suse he? eimiento. Me refiero, por cierto, a la soncepesén se ls rarer en el Examen de Ingenios. Conviene advertir, en principio, que ya en el titulo de la obra cabe despejar una posible amsiguedad que llevara una errénea comprensién del Examen. En electo, Hoste afirma que al tratado abordara “el evamen de las uiferencise de habilidades que hay en los Homtres y el genero de letias que les corresponde". Es necesario resaltar que donde tice “Hombres” no se refiere al “género humano, varon y mujer” y en este sentido, se abarque a arrbos sexos, sino que hay que entender literaimente el termino: se refiere dio a los varones de la especie. En otras palabras, el Examen examina solamente el ingenio masculino, pues, como mostraré en las paginas que siguen, para Huarte, las mujeres carecen de Ingenio, confiriéndoles —por naturaleza— una tinica funcion facil de inferir: la reproduccién, El humanismo huaniano sume, pues, un sesgo genético, tema de este trabalo, Primero, perfilaré, muy brevemente, el contenido del tratado del médico de Baeza. A continuacién, matcaré los aspectos del Examen que son més relevantes para alcanzar mi objetivo. La somera revisién que propongo debera dejar de lado algunas cuestiones problematicas y escurridizas como, por ejemplo, las relativas a las fuentes utiizadas por Huarte, en especial sobre la medicina clasica. La pertinencia y la con- cisién obligan aello. También evitaré referirme alos extensos @ interesantes debates médicofiloséticos cuyos ec0s es posible escuchar en la obra de Huarte, Basta con resumrir a grandes trazos el contenido del Examen. La primera parte, integrade por siete capitulos, de ca- récter tedrico-floséfico en un sentido amplio, es demostra~ tiva, Intenta fundar cémo la falta de aptitudes naturales para 143 144 los “ingenios”. Se esclarecen posibles dudasy con soon ® ales siete exes ty nate) ce aro pleto) se refiere a la relacion cuerpofaimar 87° Por come humano” en general en tanto varon o mujer. Pero, a ia ven las nf oy cee pac tnvencién del Pee Volveré sobre esta cuestion, ome 2 Segunda pane cea te scan, site capo, oust y hace Sea’ ambi con brasica ce su ontopecn dengan wegen aston od, actus otra eb he o aearae, Se a0 cias practicas. Algunos estudiosos han considerado es tata'de une setsion pesepogea neonate cinco acertado consideraria "practise 0 "do aploscberecs cna opesicién a la anterior. Largos y minuciosos eapiiulon ne refieren a las cualidades que un estudiante debe tener i destacarse en tal o cual disciplina, ies Sea tedrica o practica, deba primar la memoria, la raz6n o la imaginacion’ La Ultima parte esta constituida por un sélo oa; auince) y trata dole eugenesia. Es door, propa (a padres consejos para que logren procrear hijos sans y con “ingenio”. Es este capitulo, y algunos pasajes mas o mence diseminados alo larco del tratado, los que me interesa reviser de modo muy especial en las secciones que siguen, Podria decitse que cuando Huarte afirma, por ejemplo, que: .. los padres que deseen ser bendecidos con hijos inteligentes y dotados académicamente, deben tratar de tener varones y no mujeres, porque debido a la frialdad y humidad de la contitucién femenina, no pueden a canzar alto grado de inteligencia”® ceo oman a vtines Enetes, secant Sts laa ara team ae ees enseamdsleraing, Medicina de Padua, cuya figura mas representativa era e) Sree tate ade ene eta tener en cuenta las circunstancias de su tiempo" no parecen Lian cota Ge ‘exclusién de los grados de inteligencia. Respecto de lateoria hipocrética de los cuatro humoras, fisiologia que contaba con pocas probabilidades de prueba cientifica tanto en su época cuanto, mas atin, en la de los hipocrdticos, nuestro autor se separa un poco de la medicinaclasica para adoptar algunos Seoplesorttslons qe caomeseenke esos mujeres de actividad. Dejo esta cuestién para mas adelante. Describiré ahora la teoria huartiana de los humores para mostrar cules son las consecuencias que se siguen ella para las mujeres. {Qué capacita a los varones para una ciencia, mientras que pueden ser inhabiles para otras? Esta parece ser la Pregunta basica que recorre la obra del médico de Baeza. Para darle respuesta, Huarte desarrolla una teorla propia de 145 los cuatro humores, de raiz hipocrética, Los humores dan lugar a los diferentes ingenios. Como es sabido. los ele- Imentos constitutives basicos son cuatro: lo humedo, lo {rio, lo calido y lo seco. Ahora bien, los elementos no se dan en forma pura sino que se combinan entre si en grados infritos que Huaree, finalmente, resume en tres grupos fundamen- tales". Por detinicion, lo humedo y lo seco se rechazan mutuamente, de modo que lo calido y lo {rio aparecen como mediadores forzosos de los otras dos. Sin embargo, Huarte rechaza sin mas la mediacién de lo frio, que de este modo ‘s6lo puede combinarse con Io himedo, y toma en consi- Geracion como elementos constitutivos del ingenio slo a tres: lo calido, lo seco y lo himedo, De este modo, lo calido es el unico mediador entre seco y himedo. Tal vez el ‘siguiente esquema ayude a ver mas claramente la cuestién: 1. Frio-himedo definicion) 2. Calido-seco = elementos propios de los varones (por detinicion) elementos propios de las mujeres (por Una vez hechas estas afirmaciones, Huarte define la condicién “natural” de los varones como célida-seca y la de las mujeres como fria-himeda, aparténdose de este modo de la conceptualizacién predominante entre los hipocraticos que la describen como calida y himeda. Mas adn, asegurando seguir la tradicidn y sin mas fundamento que el principio de autoridad (tan cuestionado por él en otras partes de la obra) apela a algunos ejemplos dudosos. En efecto, algunas ob- servaciones de notable agudeza, como la defensa del cefalocentrismo contra Aristoteles y la tradicién agustiniana, se ven opacadas por otras basadas en una quimica humoral poco veriticable. De este modo, Huarte basa el entendimiento de los viejos a su “sequedad’ y “deduce” que los faltos de memoria carecieron de *humedad y calidez” suficientes en su infancia. 146 Goncluye; entonces; qus el predominio del elemento seco da el entendmientoy ia razon que porno ar lear y deduct. En segundo termina: eee atnaul stemento Rimeto acta la masneesn reesei Eujoto combina abrendo pasos verattie PETS al Sogatoy i previn Porte aman Sas isramoria con la que oe reeurdny sera Gans ee oeta | eiacionada con el tiempo, tanto respecto de la duraclén del recuerdo cuanto dea Tacindas raeregee Cada una de as ombnaciones manera ene aderdsgados Ge precommi de tne ere aes puatandose, en consecuanclareconaen” glad elements alavez que tipos. Se ve, de inme Soa ceenee S rediato, que del elemento trio no se origina ningtn ingenio particular’ y gue, elemento {rio es propio y constitutive Unica mujeres por definicion. En este sentido, Hoare Su ver, nte de las afiera: . tengo por cierto, y es imposibl ue ninguna mujer ‘sea templada ni caliente: todas son. ‘i " ‘rigs y humidas"™”, Es decir, las mujeres son pornaturalezatrias y hémedas y el elemento frio trae como consecuencia no estar capa: citadas para alcanzar grados de Ingenio o de inteligencia. Ahora bien, para Huarte, de esta caracteristica biolosica propia de las mujeres se deriva precisamente su capacidad procteativa, Nuestro médico afirma: “La mujer para ser fecunda ha de ser fia y hiimida, dice Aristételes, porque si no fuera asi, era imposible venirle la tegla ni tener leche para sustentar nueve meses la criatura en el vientre y dos afos después de nacida’ En otras palabras, invirtiendo los términos, las mujeres para ser fecundas deben ser frias y himedas, lo que acartea como consecuencia necesaria no estar capacitada para e| estudio. Si se prefiete, se puede afirmar que el “ingenio’ Propio de las mujeres es gestar los hijos. Mas adelante se ‘era por qué debe ser fria y humedapara el médico de Baeza. En virtud de estas caracieristicas: “a no hay hombre que se pueda llamar frio respecto de la mujer, ni mujer caliente respecto del hombre". 147 Dicho en otras palabras, el colectivo de las mujeres es siempre frio respecto del colectivo de los varones. De modo gue el colectivo de las mujeres carece de ingenio respecto el olectivo de los varones que lo poseen de diferentes tipos.. Fara estos uimos, es necesario, pues, determinat cual tipo de ingenio poseen en virtud de la combinacien de humores. Ahora bien, Huarte afirma, con caracter de necesaria, la Felacion cerebro-srganos genitales, Llamaré a esta relacién de “proporcionalidad inversa". En efecto, las conceptualizaciones del médico espanol parecen depender Gel supuesto de que la “energia’ constitutva de los seres humanos se distribuye segun dos polos de atraccién mas 0 menos excluyentes: el cerebro y los érganos genttales. Este ‘Supuesto parece fundar afirmaciones como la siguiente: “.. los hombres sabios engendran ordinariamente hijos muy necios™, De manera semejante, al comienzo de la obra, Huarte compara a Ciceron con su hijo y las infructuosas dilgencias de aquél para hacerlo sabio, Si esto es asi en general para todos los seres humanos, la situacion se agudiza en el caso de las mujeres, pues éstas invierten mayor tiempo y energia en la formacién del nuevo ser. En efecto, las mujeres no carecen de ingenio sélo por su friaidad consttutiva sino que ademas: “... es de saber que aunque es verdad —y asi lo hemos dejado probado atrés— que el ingenio y ia habilidad de. la mujer se sigue del temperamento del cerebro y de ningun otro membro, pero es tanta la fuerza y vigor del ttero y sus testiculos [=ovarios] para alterar todo el cuerpo, que si estos son calientes y secos 0 frios y humides 0 de cualquier otra temperatura, las demas artes —dice Galeno— que llevan el mismo tenor" Para que no queden dudas al respecto, agrega .. el miembro que mas asido esta alas alteraciones del itero, dicen los médicos, que es el cerebro, aunque no hallan razén en qué fundar la correspondencia" Huarte parece coneluir que silas mujeres concentran su 148 energia en el Utero con el fi Hava a) roe ns eer oPesicién) de la energia cerebral see Huarte reconoce entre cerebro-tero i Gs fetes carecen da ingenio, pues su consttucisn fon Ramada PI Ya que para pfocrear devon ser tise y himedas. Tomando como base los datos mencionados, Huarte aeerraza las caracteristicas que permten inter ia Cares cided Procreativa de las mujeres y de los varones,incuyares Se BEPesiciones e ingenio. Siguiendo a Huarte, views on ddos tablas los rasgos reconacides por elmédica ficesls, Barmera tabla se refiere a las mujeres y la segunda a loa Tialco yo oecatd Claro el grado de inteligencia el aspects {isico y la capacidad reproductiva de cade Grice, Luego, Mdidus’® Con fines eugenésicos, Huarte tecomienda cue individues —con caracteristicas complementanae Geto, unirse con el fin de procrear, TABLA 1 [———— sexoz ie eee grades ~~ | inteligencia alta normal | baja modales rudos normal |muy buenos tono/voz grave normal | aguda peso delgada normal | gruesa color/piel erdinegra normal | Blanca velio hirsuto/oscuro | claro rubio aspecto feo muy bella] balla capacidad | — bajevnula norma alta rocreativa imecrsltutivamente las mujeres en general son trias y himedas. El perfil de las inteligentes es —como vemos— ceo cre acto: altas, tudas, de voz grave, delgadas, de tex pooe 1a erdinegra), velo hirsutoy paramas datos, feasycon Poca (0 nula) capacidad procreativa. Por el contrario, ss al 149 150 otto extrem, las mujeres de alta capacidad reproductva scenigem insect ace TABLA 2A varér#? grados ‘calido humedo seco 7 | jinative inteligencia | aguda/imaginativo imaginat mmodaes | “Soberbiotioeral alegeldenaachee jonaivaz grave ini peso onjuoltrvenose | iso gues, color/piel mmorenofestado | —blancoleoorado velio muchofdurainegto | castaho/deticado aspecto feolmal taiado | harmoso/graci capacidad sin rienda ni ooo dado procreatva | _moderacién a las mujer TABLA 2B (+4) —— templado — (-)——— 208 oe himede i necio inteligencia sensato/sabio modules de buen modo cualidades tonotvoz clara y melosa semejantes peso buena carne/blanda al ‘Seco pro color piel blanco mas Taro vello dorado/sin vello inhabil ee aspecto hermoso rostro para engen et capacidad | procreativanormal (2) | _ 0 esterle 1.2 tabla que coresponde a las caractersticas de los Laconge 68: 2 Simple vista, mucho més comple aus ia ae GS mules. En efecto, entroios varones cabe ut presorico Geto seco o de lo hiimedo, lo que signiica en terminee mae {anos un predominio de la inteligencia o de la imagease, dando ori i gen 8 subgtupos con matees ovasges aie El varén “(+) ‘ ticas ‘del. varén normal deseable, con una capacided (eproductiva también normal, Por su parte, el varon "() temp uhimedo” (recuérdese que la humedad es una ca. racter'stica femenina) no sélo es necio sino que es nepto Para la procreacién pues es “remiso” con las mujeres, quiza “oabe conjeturar— debido a que participa con elias del mismo elemento himedo, Si se observan con cuidado las ordenaciones de Huarte, lama la atencién un detalle: mientras que clasifica a los Yatones segtin su inteligencia, hace lo propio con las mujeres Segtin su capacidad procreativa, En otros términos, utiliza Huarte dos ctiterios diversos 0 es que considera la capacidad Procreativa de las mujeres un modo de “ingenio'? También llama la atencién que el varon “calido/seco! ‘gudo/ imaginative” no tenga “rienda ni moderacién con las Mujeres” de lo que podria inferirse una alta capacidad Procteativa. Si esto fuera asi, se romperia la regia de pro- Porcionalidad inversa cerebrolérganos. de teproduccién, cEntonces, esta regia rige sélo para las mujeres? No parece Que sea asi debido a las afirmaciones del propio Huarte respecto de los trajnes de Cicerdn y Pericles para tener hijos sabios, sin lograrlo (supra). Se trata de una inconsecuen- Cla? Quiza la explicacién deba encontrarse en la polaridad seco(varén)/hiimedo(mujer). Es decir, la oposicion procrea- cién/no procreacién esta dada segiin el predominio del elemento “seco”, proy piamente masculino del que, ademas, depende la capacidad intelectual. No parece, pues, aven- turado concluir que cuanto mas se parece constitutivamente el varén a la mu jer, tanto mas se cumple la regia de la proporcionalidad inversa. La consecuencia que extrae Huarte de su examen es que exigencias eugenésicas imponen que se casen varones Y mujeres de grados complementarios. De modo que una mujer de inteligencia alta deberia casarse con un varén ‘también de inteligencia alta pero con una alta procreatividad. Previendo casos dudosos o confusos, Huarte propone que de 151 ser posible la mujer debs unirse a un varén de grado inme- diatamente superior al suyo propio. ‘Ahora bien, los consejos eugenésicos del médico de Baeza no acaban aqui. Efectivamente, deben tenerse en cuenta una serie de preceptos, de origen por lo general hipocratico 0 aristotélico, en el presunto momento de la concepcién. Al supuesto seco/calide que engendra varon, se le afade el de derechaizquierda. Es decir, derecho en relacién a la generacién de varones e izquierdo respecto de la generacion de mujeres. De ahi, no solo la obligacién de ingerir, por parte de los futuros padres, alimentos secos y célidos sino la prescripcién de que la mujer yazca reclinada sotre el lado al que debe caer /a simiente para que conciba varén y no mujer. Es importante tener en cuenta que Huarte imparte estas recomendaciones a las mujeres basandose en la fisiologia “cientifica” que le permite explicar sus diferencias, por un lado, en términos de inferioridad, cuando no de incapacidad, intelectual y, por otro, de energia procreativa. | ‘Quedé pendiente la justificacién de por qué las mujeres son frias y hlimedas. Esta desoripcién remite a una analogia de viejo cufo y por la demas relevante. la mesma proporcién, dicen los filésofos y médicos que tiene el dtero con la simiente viri, tiene la tierra con al trigo 0 cualquier otra semilla”™* Esta sencilla analogia lleva al concepto de mujeritierra © mujer?naturaleza que revisamos con detalle en otro trabajo de esta compilacin. Hua, por cierto, hace uso —explicte @ implicito— de ella en varios pasajes del Examen. Huarte le reconoce a la mujer/tierra ciertas caracteristicas: je frias «aunque es verdad que todas [las mujeres] son y inimides, pero no todas estan en un mesmo grado de fnaldad y humidad*. La linea de la analogia explica por qué es necesario que, 152 ‘aunque en diverso grado, todas tengan esas caracterstcas: RaBUggUS S08 verdad que la mujer he de ser fria y ncebir, pero no tanto que ahogase [a simient, como se pierden los panos fea oeee lover y no pueden medrar haciendo mucho frio"™ con el frio y la humedad adecuadas, la mujertierra es como “entre las tierras, aquellas . que son més fecundas abundosas de fructiticar, que tienen mayor tialdad y humidad, como parece por experiencia, considerandy los lugares del norte [...] cuya abundancia de todos los frutos espanta a los que saben razén y causa”, En virtud de estos pasajes, y fieles a la analogia huartiana, aprendemos que la “razén y causa” de la abun- dancia de los frutos (fertilidad) es la “mayor frialdad y hu- medad” pero no tanta que ahogase la simiente. Sitraducimos estas derivaciones de la analogia al vocabulario cientifico huartiano podemos afirmar que la razon y causa de la fer- tilidad de las mujeres es su constitucién humoral tria y Umeda. La humedad puede darles también una cierta as- tucia 0 imaginacién natural que, a veces, se confunde con ingenio. Pero como por definicién frio/calor se excluyen y, de igual modo, seco/htimeds, las mujeres paraprocrear pierden la posibilidad de tener ingenio. Esto contrastacon que ningun varén es frio, sino poco (-)terplado. De ahi que todos ellos pueden acceder a alguin ingenio. En otras palabras, el razonamiento huartiano parece seguir los siguientes pasos: dado que procrean y si la fer- tilidad depende —como muestra la analogia— de la frialdad/ humedad entonces las mujeres deben ser constitutivamente frias y humedas. Con lo que, como consecuencia, quedan excluidas de cualquier ingenio, Ya Aristételes habia proclamado la friaklad y la humedad de las mujeres y Huarte parece seguirlo en esto, Sin em- bargo, difiere de él en otras cuestiones. En efecto, mientras que el Estagirita considera que el feto se genera a partir del semen masculino (forma o principio aclivo) y la sangre menstrual femenina (materia o principio pasivo), Huarte, en cambio, siguiendo muy probablemente a Galeno atirma la existencia de un semen femenino que junto con e! masculino 153 y la sangre menstrual controuyen a la ser. Es agui donde la imagen pasiva de fe a7" $2! nev feceptéculo se matiza adquiriendo sleureiet 22M mers peee Potencialntag Otra diferencia signiticativa distan Sea pathé y su menstruo, su gestacisn y su penta saa Tuer enfermedad. Por ol contario, la gestacion, sino.) amamantamiento son erga, trabajos®, si raya . Sestacién day icla'a Huarte de log mb, la tradicional jerarquizacis varén/mujer. Como se vi, las mujeres en su conga oon inferiores @ tos varones en eu conjunto aun oot Gonstitutivamente son incapaces de accader @ algun gate de inteligencia. Algunas parecen inteligantes grasa oe ‘memoria pero, en verdad, nolo son, Como sefala Read Huarte so hace eco de la deno- mminada doctrina de la doble verdad y, con cela, separa las verdades del cielo de las de la Tierra, la fe de la ciencia, considerandose competente séio en la ultima. Se atreve, sobre esta base, a rechazar explicaciones reiigiosas que juzga insuficientes, sin apelar a causas milagrosas y ha. Siendo uso metédico de la razén. Fiel a estos principios, rechaza el principio de autoridad, y acepta de los tratados médicos antiguos y modetnos sélo aquello que es corrobo- rado por sus minuciosos exémenes. Llega, incluso, a desafiar a la Inquisicion. ‘Sin embargo, cuando expone la fisiologia de las mujeres, apela, en la mayor parte de los casos, a explicaciones tradicionales cuyas afirmaciones sdlo exarnina en parte, dejando incélumes ciertos supuestos. Estos pocos supuestos le garantizan tanto la capacidad natural reproductiva de las mujeres cuanto su también natural falta de ingenio. De este modo, se hace co de la antigua vinculacién cerebrolitero y ‘sus consecuencias, y del carécter constitutive himedo/rie do las mujeres. Segin sus propias palabras “no halla razén’ y alin asi se hace eco de ellos. El sesgo patriarcal, a no dudarlo, invisibiliza sus preconceptos. 154 Notas | Una versin anteor tulada *iuan Huarte y la mujer sin ingenioon el Examen de Ingenioe to stead se Nncese see oleae.) Femiismo lust Wad stso de vest clones Feminists, onsigno alll una extonsa,boogreta, sobre al toma ee come * Ct. mi trabajo “Juan de Huarte de San Juan: un matarialeta pafo| de siglo XV", on Palacio, M.J. (comp) Temas Actuales de Filosofia, Sai, UNSa, 1992. Poco se sabe do J. do Husro, Se see {que nacid en 1629 en San Juan de Pie do Puerto, vino de Naverrs, hoy Francia, Hizo sus estucos da meccina probablemeris on Alald ‘de Henares. Resid en Linares sus Uimos anos. Cel prooge yas elas de E. Torre a su edicén del Examen do Ingehios, Madina Ediora Nacional, 1973, En 1581 al Examen fue mscrbto en ei Cattiogos de os tibros que se prohiban on estos Reinosy Solos de Portuga, en 1683 aparece enol Index Librorum Proibionam del nquisior General Gasparde Quiroga y tas una apolaciSn, on 1684 Ss publica con a supesion de 47 pasajeey el cap. Vi complete. Tuo Vatias ediciones an castllan y en racuctiones, infuyendo nctable. mente entre sus contemporiness, En 1688 se incuye la ebra en ot Index temano del que os exonerado en 1505, ® Deleap. Vil, canaurado por complet, sefala Guardia. cette theologie physique et physiologique ne pouvait agréet, aux inguisteuts de a fo [.] Muara qui eiminat fame de la sorte do homme en éiminaft aussie la dvinté..” y fo tka tambon ds nominalista. Cf. Guarda, JM. "Phlosophes espagnols” Juan 8 Huane” Revue Philosophigue XXX, 1890, pp. 250-255, “Gf. Pintard, R, Le lbertnage éruct dans fa premiere mois du XVIR; Guarda, ob.ct, pp. 486-400, 2 Maran, G. "Examen ectual de un Examen atiquo’, Griz y Raya, 1983, * Salinas Quijada, F. Juan Huarté de San Juan, Pamplona, Temas de Cultura Popular, 1968, 1 Gt, Perouse, G. L’Examin des Esprits: sa dussion et son influence en France, Pati, Las Balle Lettres, 1970; Franzbach, M. Latraduceién de Huarte porLessing: recepcine historia, Pamplona, CSIC, 1978; Chomsky, N., La ingdistica cartesiana Madi, Gredos, 1984, nota 8 * Examen de ingenios (ed. de E., Torre) Cap. Vil, p. 102. Las citas las etectuaré siguiendo esta ecicién (ED, * Para un frutiero examen de la fundamentacién biolégica de la inferotidad dé las mujeres en Arstoteles, cf. Campese, § et ala, Madre Matera, Torino, 1983; Matthew, G. “Gendar and essence in Aristotle” Australasian Jounal of Philosophy, 1986; Sissa, G., "Flo soffas del género: Platin, Arstteles y la diferencia sexual”, en Duby, 155 6. & Perot M., Historia do las Mujeres, Sop rent En 1549 Vesalio publica De Human Corpo: 1556 se converte en mesic de la corto Fela "Sobre la excusa de la gnoranci mesioosnatémica, of Gampeee, 0. et, Parte terza donde so muosta muy ben le parametio con que se conceptualzan los Cuetpos de, dele a a cuetpos de varonee "Ct, Lain Entralgo, “Medicina y Sociedad en | Renacentisi', on Historia Universal de la Medivina, (ears ginecologia renacentista); pp. 172-182; 184-5. . ® Franzbach, ob. ol e177. ep a "El pasaje en ol que Huartevincula el tempo con la memoria parece deudor dal examen agustino de, Confesiones Ky Xi. La nocién de "ingenio® tone en Huars al menos dos sign- feados:) Comola capacidad raional que dane aoc sertuneno ¥, ) como cada una de as capactdades potenaias carsctoehans ue permiten seguiry destacareo en un Spo Se etic acadonn ¥ no en otro. P ee WEL XV, p. 318. ** El XV, p. 316. En virtud del Principio del Calor Vital, Arist6teles afirma que la mujer es mas fria que el varon, Es debido a su fiiaidad consttutiva que no logran convertir sus humores en semen. Ch. GA. 775 a 14; 725 a 15; 728 a 16 entre otros, EL XV, p. 316. ® EL XV, p. 310 |, p. 69. 2 EI. XV, p. 319, Nétese que los érganos femeninos reciben su nombre del érgano masculino considerado paralelo y semejante, ‘Sobre la diferencia extemo/interno de los érganos reproductores en varén y mujer cf. EL XV, p. 317 y ss. ® EL XV, pp. 321-304, EL XV, pp. 333-334. % EL XV, p. 317. ® EL XV, p. 318 ® EL XV, p. 317. ® Ibidem *Campese, S. ob .cit, Parte Primay Parte Terza; Lain Entralgo, ob. cit, tomo |; Said, S., “La femme et espace”, en La Femme dans Jes Sociétés antiques, Strasbourg, 1983, pp. 111 y ss. ® Read, M. K., Juan Huarte de San Juan, Boston, Twayne Publications, 1981, pp. 72 ss. Cf. especiales ; Publication Pp. 72y ss. Ci. especialnionte eleap. VI "Reason Madrid, Taurus, 1993, Vor, is Fabrica. En 156 FILOSOFIA Y FEMINISMO EN | SOR JUANA INES DE LA CRUZ Maria Isabel Santa Cruz Sor Juan Inés de la Cruz es, ante todo, una poeta importante, una autora de peso de la Edad Barroca en la Nueva Espana | del siglo XVII. Retine las tres condiciones que Eliot exige — como lo recuerda Octavio Paz'— a todo gran poeta: exce- lencia, abundancia y diversidad. Pertenece al barroco, movi- miento y estilo que es, en primer lugar, un formalismo. Frente al clasicismo, busca lo irregular y lo singular, lo que pueda asombrar. Una de sus armas es el ingsnio, con el que transgrede las formas (usa y abusa del hipérbaton, por ejemplo), provoca la paradoja y el juego de contradicciones. Su acento esta en el objeto —a diferencia del romanticismo, que insiste en el sujeto—y asi, apunta a descubrir relaciones. entre las cosas. Es intelectual y conceptista, no sentimental ni confesional. _Cémo enfrentar a Sor Juana? No me propongo de- terminar qué significd su obra para ella misma y para sus contemporaneos de Nueva Espajia y de Espafia. Tal intento de reconstruccién arqueolégica —a mas de constituir una tarea enormemente ardua y dificil— podria, por cierto, ser interesante, Pero creo mucho mas interesante tratar de de- terminar si la obra de Sor Juana significa algo para nosotros/ as, si hay en ella algo que nos sirva para nuestro presente y haga de su autora nuestra contemporanea. Toda obra guarda complejas relaciones con la obra de su autor, con el ambito histérico, social y cultural en el que se generé y ademas, con sus sucesivos lectores. Asi, si por un lado la obra conserva su identidad, por otro es siempre diversa, en tanto es leida —o no leida— en diferentes mo- mentos de diferentes maneras. La relacién entre la vida y la obra de un eseritor nunca es simple: “La vida —dice Octavio Paz— no explica enteramente la obra y la obra tampoco 157 explca a la vida. Entre una y otra hay una zona vacia, una hhendidura: Hay algo que esta en la obra que no esta on la vida del autor; ese algo es lo que se llama creacion @ invencién artstica y teraria"®, La obra es autonoma. Yoada presente la entrenta desde un determinado horizonte de sentido, la encara desde un sistema conceptual, con sus “prejuicios’. No hay lectura ‘aséptica’ y, ai la hubiere, seria irelevante, por acritica. Decia Merleau Ponty que no halla- ‘mos @n los textos sino lo que en ellos hemos puesto. En ‘efecto, cada época, cada corriente, cada autor, los lee desde ‘su propia perspectiva signiticativa, Toda lectura es, pues, una interpretacién, y toda interpretacién es inevitablemente una construccién. Claro que una construccién, para ser legitima, no puede ser un libre juego sin reglas. Exige base textual sélida, abordaje critico desde un marco interpretativo que le confiera significado, conclusiones enriquecedoras y una consistencia interna que le permita resistir los embates de la refutacion. En tal sentido, Octavio Paz es un ejemplo ad- mirable de construccién de Sor Juana Inés de la Cruz. En las paginas iniciales de su libro elige como término para ca- racterizar a Sor Juana “seduccién’. Hacia el final encuentra otra palabra: “lucidez". También la obra de Paz es, ala vez, seductora y lucida. Es preciso hacer un tremendo esfuerzo para no caer pienamente en su interpretacin, en su Sor Juana’. éCémo encarar a Sor Juana? Coincido con Josefina Ludmer en la necesidad de operar una inversién en la lectura de la escritura femenina: en lugar de leer en ella lo social- mente inscripto (la sensibilidad, el sentimiento, etc.) hay que hallar el discurso, el pensamiento abstracto, la filosofia, la ciencia o la politica’. Intentaré aproximarme a la obra da Sor Juana Inés no desde la historia, ni desde la critica literaria ni desde el psicoandlisis, sino desde la filosofia y desde ol feminismo. Mi aproximacién ser constructiva en el sentido antes indicado: trataré de hallar en ella lo que pueda ser significative para nosotros/as. Se ha dicho que el tema de la libertad dal entendimiento ha hecho que se considere a Sor Juana una precursora de la llustracion y que el tema de la liberacién y educacién de las mujeres que ella reclama la conecta con el feminismo’, Pero Sor Juana pertenece a un pensamiento preilustrado, netamente barroco con muchos elementos renacentistas, Vivid, como sus contempordneos de Nueva Espafia, en un 158 ‘mundo cerrado al porvenir, manejando sis as stay case, gunn tra ons au no a adqui la modernided sino a combatria, al margu de la nueva ciencia y de la nueva flosoia. Su muindo fue mecio wundo, sus libros envejecidos, su cultura anacrénicat, Pero hay en su obra un pensamiento realmente filosctiog; sus ideas no son, tal vez, originales, pero si es original el modo en el que las organiza y las presenta. Y nay también — aunque el érruno y el concepto atin no estaban acuriados— un feminismo En este trabajo me propongo mostrar cémo el pensa- mmiento filoséfico de Sor Juana y su teminismo, lejos de Constituir dos facetas separadas, estén extremadamerte conectados entre si. Sus reclamos ferninistas son pertecta- mente coherentes con su modo de comprender al mundo y @ la naturaleza humana. Su feminismo tiene una clara fundamentacién teérica, sea cual sea su génesis, Las fuentes pata delinear el pensamiento flesético de Sor Juana son fundamentalmente la Carta atenagérica, la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, el Primero Suefio y algunos pasajes del Neptuno alegérico. Hay, ademés, una serie de elementos, més o menos dispersos, a lo largo de toda su vasta obra postica Sor Juana acoge la filosoffa clésica medieval prevalente en Espafia y transplantada a México, una filosofia que estaba en Europa en vias de extincién: ol neoescolasticisme de ‘Suédrez, dominante entre los jesuitas que tenian por entonces el control de la cultura y la educacién superior del orbe hispénico. La formacién escoléstica se advierte en la es- tructura de pensamiento y de argumentacién de Sor Juana, 88 decir, en el modo de combinar y enlazar los conceptos. ‘También se advierte en su modo de encarar el problema de las relaciones entre la gracia y el libre albedrio que se desprende de su Carta atenagérica’. Pero, por otro lado, Sor Juana acusa una notable influencia de ideas que proceden de otra tradicién: de la tradicién hermética neoplaténica renacentista, a la que accedié a través de sus diversas lecturas de tratados de mitologia y otras obras de caracter sincrético®. El siglo XVII es un siglo de emblemas. El arte de los emblemas surge en buena medida debido al redescubrimiento, en el siglo XV, de la escritura jerogitica, entonces indescifrada. Posteriormente el sincretismo jesuita 159 hhace de este arte un sistema de interpretacién del mundo y un instrumento pedagégico. Se ve al mundo como un gran Jetegifico y un gran emblema que hay que descitrar. Gada elemento de la realidad es lo que es y es, simuténeamente, un signo que remite a otra cosa. La realidad es una trabazon de simbolos, ordenada y armoniosa. Todo esta en relacion con todo. Esta direccién emblematica se enlaza en el Re- nacimiento italiano con el neoplatonismo representado ejemplarmente por Marsilio Ficino © Pico de la Mirandola, eoplatonismo que fue hermetista y que tomé sus elementos de Egipto. Los origenes del hermetismo son muy anteriores. Cuando los griegos conocen la teologia egipcia asimian al dios Toth, el escriba de los dioses, inventor de las ciencias, las artes y la eseritura, con su propio Hermes, el mensajero de los dioses, y a ese dios Toth-Hermes lo llaman Hermes Trismegisto, es decir “tres veces grande". Desde el siglo Ill @.C. pero en especial en los siglos Ily lil dC. citcula una literatura variada, constituida por una serie de tratados uni ficados por su pretensién de ser la “revelacién’ de Hermes Trismegisto. Se presenta como una doctrina esotérica, con acento en aspectos misticos y en el caracter trascendente de Dios, meta a alcanzar por el hombre. El hermetismo tiene muchos puntos de contacto con el platonismo medio yel neopitagorismo, asi como con el neoplatonismo. Tiene, también, diferencias importantes’. Pero el elemento comuin a 8508 diversos sistemas especulativos de los primeros sigios de la era cristiana es la concepcién de la realidad como una cadena de ser, reproducida por una cadena, de pensamiento. Puede haber un sistema de pensamiento porque el ser mismo constituye un sistema. El orden de demostracién es tal como el orden del ser, de modo que lo primero en teoria es también lo primero en la realidad. Todo el sistema de la realidad forma una jerarquia dinamica, definida por diferentes grados de perfeccién, unidad, divinidad y bondad, que el intelecto humano debe recorrer en un movimiento de “as- censo”, EI Renacimiento produce una fusidn sinerética de neoplatonismo y hermetismo, que se extendié por toda Eu- ropa en el siglo XVI y tuvo gran influencia en filosofia, en literatura y en poesia. Ademas de sus elementos propia- mente filosofices, tiene otros de la nueva clencia (especial- mente astronomia y fisica), y una concepcién magica del Universo (derivada de la alquimia, la astrologia y otras 160 grandes wraciciones relgiosas, Una tintecs nee ce Clave crey6 encontrar en el Eginto de iatraccion nets Kicherejereie gran inluenciaen Nuova cape org Sor Juana fue la oportunidad de accede ices nse Poema del que me ocuparé ahora, Primero Sueno es un largo poema de novecientos se- tenta y cinco versos con resonancias gongorinas y un muy marcado cardcter intelectual, No conocemos la fecha de su composicién, pero si sabemos que Sor Juana tenia una especial predileccién por esta obra, sinos atenemos alo que ella misma dice en su Respuesta: “Dems, que yo nunca he escrito cosa alguna por mi Voluntad, sino por ruegos y preceptos ajenos, de tal ‘manera, que no me acuerdo de haber escrito por mi Gusto si no es un papeiilo que liaman EI Sueno", El tema de la obra es lo que podriamos llamar “la aventura del conocimiento”. Hay en ella, creo, tres ideas centrales: 1. el universo esta conoebido embleméticamente, como un inmenso y trabado orden, como una cadena, 2. el hombre, microcosmos, es un compuesto de cuerpo y alma, elementos en tensién mutua; 161 duplicaciones transitorias de la muerte y constituyer {ub parton sane annette Estas ideas estan en el viaje del alma del P, fi peema original, sin paralelo en la iteratura ecpanos de ra siglos XVI y XVII'S. Puede decirse que el poema se aricua en tres grandes momentos: el suefo, el viaje y el despertar. La palabra inicial, “Piramidal’, nos ofrece de entrada lo que sera un rico simbolo: el alma, como las pirdmides, apunta hacia lo alto. La pintura de su ascenso es abstracta, im- personal, carente de toda expresién de emocién personal. En la primera parte, en un clima en el que imperan la oscuridad, la inmovilidad y el silencio, Sor Juana nos rolata el eueho del mundo y el suefio del cuerpo. Suefio que es un dormir, “retrato del contrario de la vida’ (w. 173-4), “imagen pode- rosa de la muerte” (v. 189-90), “muerte temporal” (v. 198), suefio como pasividad casi total del cuerpo, estado que es condicién de posibilidad de la actividad intelectual del alts libre, Entre los w. 192 y 203 el alma aparece “suspensa de} Si jierno” | dia, remota, casi total- exterior gobierno” en la que pasa el dia, remota, cas! 1° mente separada del cuerpo, que es “un cadaver 607 = muerto a la vida y a la muerte vivo", que apenas de vida, porque sus érganos siguen funcionando: ¢ 162 sel reloj humano vital volante", wv. 205-6), los pulmones, el cefémago, sus partes. Todo es una suerte de maquinaria, Sér0 los sentidos no funcionan ("mientras con mudas voces fnpugnaban / a informacién, callados, los sentidos”, wv. 229- 230), El cuerpo trabaja dormido y se comunica con el alma f través de los “humores” o “espiritus vitales’ que el est mago envia al cerebro. A partir del v. 258 hay una descripcién de las facultades del alma: la estimativa, la imaginativa, la memoria y la fantasia. El alma ‘toda convertda / a su inmaterial ser, “participada de alto Ser, centella / que con simiitud en si gozaba’, casi totalmente separada de la “corporal cadena" que la embaraza y “torpe impice / el vuelo intelectual’, viaja por el espacio supraceleste, pero a pesar de su impulso piramidal no logra llegar “a la regién primera de su altura’ (w. 291-330). La humana mente siempre aspira a la “Causa Primera” y su anhelo la eleva a un punto en el que ella lisga a estar “de sitan remontada, que crefa / que a otra nueva regién de si salia’, Esté “gozosa’, “suspensa’, “ufana’, “aténita’, sin que medie distancia entre ella y su objeto de contemplacién intelectual. Ve todo lo creado, “inmenso agregado”; pero no lo comprende, porque su grandeza excede la po- tencia del alma. La luz del sol la enceguece y el alma “entorpecida’ “retrocedié cobarde”. El entendimiento es vencido: por mirar todo nada ve; no puede discernir; la facultad intelectiva est embotada. El alma sélo ha logrado formar el embrién de un concepto contuso, retrato de un caos sin orden (w. 405-560). Regresa a “la mental crilla’ y juzga conveniente emprender otro camino para conocer: discurrir tun solo asunto, 0 bien cada cosa una a una, aplicando las “artiiciosas" diez categorias, “mentales fantasias’, concep- tos universales. De ese modo intenta reparat “zon el arte el defecto / de no poder con un intuitive / conocer acto todo lo creado”. Sube concepto por concepto, grado por grado, como peldatios, desde lo infimo del ser inanimado hasta el hombre (w.575ss.). Es decir, después del camino intuitvo intelectual que fracasa, el alma decide intentar por la via del pensa- miento disoursivo. Y aqui Sor Juana recurre a la vez a la concepeién categorial aristotélico-escolastica y a la cadena del pensamiento que asciende por grados de perfeccién, de culo mas bien neoplaténico. A partir del v. 650 se pinta a la naturaleza humana “supremo maravilloso compuesto triplicadc", compendio 163 misterioso de todas las formas inferiores, “bisagra engarzadora’, naturaleza “sefiora” de las demas, fin de las obras de la “Sabia Poderosa Mano”, tiltima perfeccién de la creaci6n, Ultimo agrado de su “Eterno Autor” (notese que jamas se habla de Dios ni de Cristo), “circulo que cierra / la Esfera con la tierra”, puente entre lo divino y lo sensible, “el Hombre, digo, enfin, mayor portento/ que discurre el humano entendimiento” (vw. 650-691). El hombre, cuya meta es al- canzar al Alto Ser con el conocimiento (y no unirse a El como persona ni por el amor), es la “bisagra’, el punto de con- vergencia de la totalidad de lo creado. La segunda via, la del pensamiento discursivo, tampoco alcanza su propésito: llegar a la cima del conocimiento, aprehender la realidad mas elevada. Duda y retrocede ai contemplar la “espantosa maquina” del universo. Y, en medio de sus dudas, recuerda a Faetén, “modelo” y ‘tipo” que da alas al dnimo del alma, que le hace recobrar su osadia, que la vuelve nuevamente rebelde y desafiante. Pero cuando el alma, reanimada y terca, esta por remontar nuevamente, porque no acepta el no llegar a conocer y se rebela, el mundo y el cuerpo comienzan a despertar y ella a perder su libertad. En la ultima linea de este magistral poema que nos narra la aventura del entendimiento humano nos enteramos de que el alma rebelde que ha incursionado por el ambito supralunar tiene nombre: “el Mundo iluminado, y yo despierta”. El alma ‘empefiada en acceder al mas alto conocimiento es un alma de mujer. ‘Como en la Respuesta, hay aqui, en forma alegérica, una defensa de las ciencias profanas y la afirmacién del encadenamiento de todos los saberes. No hay una diferencia marcada entre ciencias profanas y sagradas. Todas forman una cadena, actitud mas filosdfica que cristiana, mas neoplaténica que escoldstica. Puede leerse Primero Suefio come la exploracién por parte del entendimiento humano de los limites del conocimiento. La exploracién no tiene nada que ver con la noche oscura del alma propia de los misticos, ni tampoco con el desengafio bartoco ni con el suefio como ilusién. La conclusién del poema no es escéptica. Si se reconoce que el conocimiento tiene sus limitaciones, no por ello el entendimiento humano, teniendo como modelo la actitud rebelde y atrevida de Faetén, tiene que darse por vencido. Ascender, llegar hasta un cierto punto y recaer para desde alli volver a ascender es el camino del perfecciona- 164 parale eee Sofeatzacion del ser racional. Asombra. ol porsergl eh vanaly algunes textos de Patino, como, -2 idea del universo como orden, como cadena, on mas de un lugar de la obra de Sor Juana, Estd explons enunaloaalos anos de fray Diego Velazquez dela Cadena'®, en la que Sor Juana juega con el apellido del homenajeado y la cadena del ser y del pensariento, La Naturaleza, uno de los personajes, dice cémo todo esta sujeto a mensura y ‘orden, todo esiabonado con perfecto concierto: ningiin es- labén fata en su ‘circular belleza”, porque si taltara todo e| orden universal pereceria: “Pues si todas las criaturas son eslabones que muestran de la cadena del orbe los engarces que la ordenan’ (w. 102-105) Y luego agrega que la cadena humana “racional es, por fuerza, més perfecta que la universal” (vv. 112-114). Esta también en la Respuesta, como veremos mas adelante. Laidea del dualismo cuerpo-alma aparece, también ella, més de una vez. Hay pasajes tal vez mas compatibles con la concepcién cristiana, como el de una loa al rey, en el que Uno de los personajes, la Vida, presenta al hombre como un compuesto de cuerpo y alma, que la vida mantiene reunidos y es, por ello, la esencia del hombre"”. Esta muy clara en un bello soneto escrito a la muerte d2 Leonor Catreto, marquesa de Mancera: “Bello compuesto en Laura dividido, / alma inmortal, espiritu glorioso”, la separacién es un “divorcio riguroso’; y acaba diciendo el alma de Laura: “de tu hermosa carcel desatada”®, Unido al tema de la cadena del ser y de su corres- pondencia con la cadena del pensamiento, hallamos en Sor Juana un fuerte acento en la sab duria como aquello a lo que tiende necesariamente la razén humana y que constituye la perfeccién del ser humano. El texto en prosa del Neptuno alegérico, escrito para explicar el arco levantado en la Ca- 165 ral de México para celebrar la entrada de los nuevos {eit merquocesGelaLagura, en noviembre de 1600 nos ofreve un ejemplo particularmente interesante”. La obra, Dlagada de citas, referencias erudtas y lbrescas, de lectura fortuosa y que responde a las modas de la época, encierra, ademas de une concepeién emblematica del universo, una eal exaltacién de la sabiduria. El Neptuno no es un dios sino inusitada para grecorromano, sino que su genealogié a epoca al menos tendenciosa, es otra: es hijo de la diosa eoipcia Isis, diosa de la sabiduria y padre y vencido de Minerva, tambien encarnacién de la sabiduria. Todo el texto, a través de retercidas alegorias, explica las similtudes y analogias entre Neptuno y el nuevo virrey. También aparece ia mencion de diferentes figuras femeninas que encarnan la sabiduria, como ia consorte de Simén Mago®. Cito algunos pasajes muy significativos: ‘Con lo cual me parece haber probado bastantemente que Neptuno, asi por herencia como por propia y per sonal ciencia, fue sabio. Y como de esta prenda en los principes dependan todas las demas, pues dice el fild- sofo: Ubi praeses fuerit Philosophus, ibicivitas est felix, me he detenido mas en su prueba, no sdlo porque seguin la conexion de las virtudes es prueba el tener una de tenerlas todas... sino porque la sabiduria es la mas principal, como raiz y fuente de donde emanan todas las otras, y mas en un principe que tanto la necesita para la direccién del gobierno, pues pudiera muy bien la republica sufrir que el principe no fuera liberal, no fuera piadoso, no fuera fuerte, no fuera noble, y sdlo no se puede suplir que no sea sabio, porque la sabiduria, y no el oro, es quien corona a los principes (11. 369-387). Un segundo pasaje importante: .es decir ge Neptuno engendré a Minerva fue decir que fue sabio y que como tal produjo actos de sabiduria; y decir que fue de ella vencido, no fue més que decir que se sujetaba a las regias de la razén, que es la verdadera libertad, como lo afirmé Plutarco: Rationi servire vera libertas est, y vencer (como Io hacen todos los sabios) la parte superior del hombre a la inferior, refrenando sus impetus desordenados” (11. 631-39). 166 Pero, en ultima instancia . instancia ~y con esto Sor J Gubro de sospecha de heteredoxia-—la sabidura hurmna’y 6! vencerse a si mismo dependen de Dies (el 11, 919 ce) Un Ultimo pasaje del Neptuno: " “Y sininguno son mas propios hijos del hombre ensamentos, no sclo parla naturaleza mas nable dl alma que los produce sino también por el mode de generacién mas absolute, pues en la corparal siempre un padre lo es a medias oartiendo precisamente con la madre la mitad de la propiedad de los hijos, lo cual no Sucede en los conceptos del alma sino que plenamene fen euyos sin mendigar para su produecién favor sjono™ Esta idea de los pensamientos com 10 los verdaderos hijos esta presente en un soneto a la Marquesa de la Laguna: ‘Asi, Lisi divina, estos borrones ‘que hijos del alma son, partos del pecho, Pues vienen a ser tuyos de derecho los conceptos de un alma que es tan tuya™, La defensa del entendimiento hi decidda intelectuaista, 1 Entencimente aparece was. oe una vez como personaje de un poema. En la Loa al ani. versario de Diego Velazquez de la Cadena antes citado, 31 Entendimiento se presenta como “compendio de todo’ lo ctiado", como la interior perfeccién que todo lo suple (cf. w. 138 ss. y 247 ss.). Al‘entendido’, al sabio que ha desarroliado Sus facultades mentales, no le falta ni aun aquello de lo que carece, pues lo suple con algo superior que es el entendi- miento. Y al Entendimiento le sigue el Discurso, como el acto 2 la potencia (vv. 260 ss.); y de ambos se sigue la clencia, “porque el estudio hace propio /el entendimiento ajeno” (wv, 282-3). También advertimos la prioridad del entendimiento de unas décimas que presentan al alma que al fin se rinde al amor, en una alegoria de la ruina de Troya® el amor asalto al alma, porque ella tenia “descuidada la razén’ (v. 5) “dio al Entendimiento muerte, / que era rey de las potencias” (w. 23-4), “ato a la razén las manos, ! que era del alma princesa” (w.. 33- 4); y asi como con Priamo murieron sus hijos, asi 167 también con el Entendimiento mueren sus hijos, que son “ios discursos racionales” (w. 29-30). La racionalidad os valorada positivamente en las décimas en las que Sor Juana distngue €l amor afectivo, que nace de intlujo imperioso, del ance racional, que es electivo. Sélo este iltimo, porque és elective, porque es de conocimiento, merece correspondencia®®, Er Un villancico, todavia, aparece Maria en alegoria de cate. dratica de Teologia®. He hablado de intelectualismo. Mas atin: me atreveria a hablar de un intelectualismo ético de Sor Juana. La sabiduria en efecto, es la raiz de todas las virtudes, Siella esta, estaran las otras. La libertad consiste en sujetarse al dominio de Ia razén, como vimos en los pasajes antes citados del Neptuno, Y esto se aplica tanto al hombre como a la mujer. Como consecuencia del fuerte dualismo —aunque no sdlo por ‘es0— Sor Juana insiste en el caracter no sexuado del alma ni de la inteligencia. Vale la pena citar unos versos perte- necientes a un romance epistolar a un caballero del Peri “Yo no entiendo de esas cosas; sdlo sé que aqui me vine porque, si es que soy mujer, ninguno lo verifique. Y también sé que, en latin, sélo a las casadas dicen uxor, 0 mujer y que es comin de dos lo Virgen. Con que a mi no es bien mirado que como a mujer me miren, pues no soy mujer que a alguno de mujer pueda servirle; y sélo 6 que mi cuerpo, gin que a uno u otro se incline, es neutro, 0 abstracto, cuanto sdlo el Alma deposite.” (vw. 93-108). En todos los poemas en los que aparecen como per- sonajes alegoricos la Vida, el Entendimiento, la Naturaleza Humana, jamés se hace alusién a la diversidad de lo humano en funcién del sexo. El alma y el entendimiento son siempre impersonales y no sexuados. S/ insisten, en cambio, en la diferencia entre naturaleza vegetativa, sensitiva y racional. Otro ejemplo lo hallamos en un romance de alabanza a la 168 duquesa de Aveyro%, en quien admira “lo entendido” y no pretende caeren lisonja‘a lo grande”. Lallama "Gran Minerca de Lisboa” (v. 17), “ctra de las nueve Musas" (v. 25), “primo- Génita de Apolo” (v. 33), “presidenta del Parnaso” (v. 37), “clara Sibila espafiola, més docta y mas elegante que las que en diversas tierras veneraron las edades;” (w. 41-44). Y dice todavia: “claro honor de las mujeres, de los hombres docto uttraje, que probais que no es el sexo de [a inteligencia parte;” (vv. 29-32). Citemos otro pasaje mas, de un romance a Filis (la marquesa de la Laguna)” “Ser mujer, ni estar ausente, no es de amarte impediment, pues sabes td que las almas distancia ignoran y sexo" (w. 109-12). Para Sor Juana, la verdadera diferencia entre seres humanos no es el sexo sino el hecho de ser sabios o necios, entendidos 0 estipidos, como lo dice claramente en la Respuesta al interpretar el dictum de San Pablo “callen las mujeres en la Iglesia’; 0 cuando se defiende por haber disentido con Vieyra a propésito de las finezas de Cristo: “gLlevar una opinién contraria a Vieyra fue en mi atre- vimianto, y no lo fue en eu Paternidad llevaria contra los tres Santos Padres de la Iglesia? Mi entendimiento tal cual {no es tan libre como el suyo, pues viene de un solar? zEs alguno de los principios de la Santa Fe, revelados, su opinién, para que la hayamos de creer a ojos cerrados?...pues como fui yo libre para disentir de Vieyra, lo sera cualquiera para disentir de mi dictamen”, Sor Juana se aparta de la distincién tradicional entre hermosas y discretas. Lo importante es vencer el entendi- 169 reina: “Yo, nua oe segun mi ser siento Mayor dificultad que prender la Voluntad vencer al Entendimiento y pues es vencimiento mayor de su perfeccién, conservé eterna la unién de hermosura y sutileza, y una razén de belleza,” belleza de la razon, Porque se vea_ ~ que es dos veces hermosa la que es discretal”®, Estrechamente unido al “vencer al entendimiento”, que es la nota propia de todo ser racional inteligente, hallamos el acento puesto sobre la importancia y la necesidad de la argumentacién, del discurso, de la demostracién, como ejercicio y acto del entendimiento. En el Neptuno alegérica por ejemplo, a propdsito de la contienda entre Neptuno y Minerva, en la que ésta vence, dice Sor Juana: “Redujose la ingeniosa contienda a demostracién, que es mejor testigo de los méritos” (11. 590 ss.). Toda la Carta atanagdrica, que fantos problemas habria de traer a su autora, es One cabal Ghibiotcn del dominio de la argumentacién (o'er = Parle ints ntabe = 88 1 PI an rah construida argume! términos medios, con- 5 0 loas hall 4 ances © 10 ie, Damuestan ra oUe exe pad mientos. Hay una S' 1as que ere oe 7 Motria de los afectos” y son Und s és citada en erso: la décima antes i electivo ‘del afectivo; un romance ariel cia fa los celos son el necesario compe ntativamente. En llamos premisas, demuestra que del verdadero amor; una loa a los afios del rey Carlos, en el que dialogan la Vida, la Majestad, la Plebe, la Naturaleza y la teenage on redondillas, por fin, que comienzan con los tan conocidos versos “Hombres necios que acusdis / a la mujer sin razon, sin ver que sois la ocasién, / de lo msmo que culpais;"®. En prosa y en verso, Sor Juana hace gala de una aguda ca- pacidad para relacionar hechos, conceptos y situaciones, para argumentar prolijamente y también para sintetizar en pocos términos una conclusién. Su ultima gran pieza argumentativa fue la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, que merece un tratamiento especial. La Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, seudénimo del ‘obispo de Puebla, Don Manuel Fernandez de Santa Cruz*, estd fechada el 1 de marzo de 1691, pero fue publicada en $700, después de la muerte de Sor Juana Inés. Es la res- puesta a una carta del obispo en la que éste la reconviene por las criticas hechas en la Carta atenagérica a la inter- pretacién de Vieyra sobre las “finezas” de Cristo. Mas 0 fnenos disfrazado con halagos al ingenio y la inteligencia de Sor Juana, el obispo la insta a abandonar las letras profanas y ocuparse, mas bien, de las sagradas*. En la Respuesta, liena de referencias librescas y citas en latin (que responden 1a los usos de la época y al tipo de situaci6n) y escrita, por momentos, de modo atropellado, Sor Juana apela ala razén de su interlocutor y despliega un arsenal de pruebas de su nocencia y de la licitud del paradigma que ella constituye. No me interesa desmontar los diferentes textos ence- rrados en la Respuesta ni tampoco leerla como la autobio- grafia intelectual de Sor Juana. Prefisro encararla como un texto unitario y sefalar en ella las ideas que me parecen fundamentales y que repiten, de otra manera, lo que Sor Juana ha dicho a través de su obra poética, La carta camienza con una larga introduccién de dis- culpa, Con falsa modestia, Sor Juana pretende no saber qué decir digno de tal alto destinatario, ella, que no es “mas que tuna pobre monja, la més minima criatura del mundo” (p. 426). Declara, mas adelante, acoger la advertencia de dedicarse alas letras sagradas, “que aunque viene en traje de consejo, tendré para mi sustancia de precepto” (p. 428). E inmed tamente sefiala que se da cuenta de que las reconvenciones de Filotea no son tanto por su Carta atenagorica (que era. precisamente, sobre temas sagrados), sino por todo cuanto ha escrito sobre asuntos humanos. Insiste una y otra vez en im Propia naturaleza, que la arrastra irre letras. Apela a momentos y episedive muestran su natural inclinacién al saber or cémo, a escondidas de su madre, iba 2 loeta afios de edad, para aprender a leer, apt al colegio y a ia universidad, cémo leys con ap poet it sistiblemente a | de su vida que de, 4 idez i- blioteca de su abuelo, eémo aprendié latin en verte or Giones, por qué decidié profesar (no, por cierto, ei especial vocacién religiosa, sino porque era lo mejor Unico— que podia hacer si queria dedicarse al estudio), cuantos ataques recibié. Pero todo cuanto cuenta de ef misma no lo cuenta por un afén autobiogratico “contesional” sino para argumentar. Tres ideas centrales exhibe y defiende esta carta, tres ideas que ya hemos visto en otros escritos: la sabiduria como realizacién humana, la trabazén del saber y su correspon- dencia con el orden del ser y, por fin, la necesidad de la educacién de las mujeres. Sor Juana hace una encendida defensa de la erudicion. Es preciso aprender todas las ciencias humanas; todas ellas son peldafios imprescindibles para poder llegar a la Teologia. Insiste particularmente en la misica como disciplina impor, tante, lo cual es perfectamente coherente con la vision de mundo como un universo armoniosamente acordado, cor un sistema de enlace y correspondencias™. Defiende a versidad de estudios, que no es dispersion, porque Fe nocimientos se ayudan unos a otrosy estan ibe un engarce asi como el universo, que es una cadena, ex! de todo con todo: —o lo 172 “.,Porque como es menester mucho uso corporal para adquirir habito, nunca lo puede tener perfecto quien se Feparte en varios ejercicios, pero en lo formal y espe- culativo sucede lo contrario, y quisiera yo persuadit a todos con mi experiencia a que sélo no estorban, pero se ayudan dando luz y abriendo camino las unas para las otras, por variaciones y ocultos engarces —que para esta cadena universal les puso la sabiduria de su Au- tor—, de manera que parece se corresponden y estan Unidas con admirable trabazén y concierto. Es la cadena que fingieron los antiguos que salian de la boca de Jupiter, de donde pendian todas las cosas eslabonadas unas con otras. Asi lo demuestra el R. P. Atanasio Quirqueiro en su curioso libro De Magnete. “Todas las cosas salen de Dios, que es centro a un tiempo y la circunferencia de donde salen y donde paran todas las lineas criadas”. A veces, lo que no se entiende en una disciplina puede entenderse en otra que parece muy distante. Y Sor Juana dice explicitamente que no debe disculparse por haber es- tudiado una diversidad de cosas (pp. 436-37). Asi, la eru- dici6n que Sor Juana defiende no es la mera acumulacion erudita, la “polimatia’ que combatiaya Herdclito, sino el saber trabado de todas las disciplinas entre si, Unico que inserta en la cadena del ser. El trasfondo hermético neoplatonico es el mismo que vimos en Primero Suefio; y Kircher aparece aqui explicitamente, La defensa de la erudicién y del estudio de las ciencias profanas se hace también en el contexto de la discusién de la frase paulina: Mulieres in Ecclesiis taceant, non enim permittitur eis loqui, Muestra, con una ingente cantidad de ejemplos, cémo quienes se aferran a la letra de un pasaje, aislado de su contexto y desconociendo una cantidad de cosas acerca de la historia, las costumbres, etc., son inca- paces de comprender lo que ese pasaje dice y de captar su Verdadero significado (cf. pp. 453-55). No sdlo los saberes tedricos estan trabados entre siy se requieren y se amplian mutuamente. También estan enla- zados con el saber que no se obtiene de los libros sino de la naturaleza misma de lo creado. El mundo es una huella impresa de Dios y, asi, es posible servirse, como si fueran letras, de todo cuanto vemnos y tocamos, Nada hay “que no 173 “Pues i 2qU6 08 pudiera contar, Sen naturales que he descubiony gains Soeretos ue un huevo se une y trie ar decir viendo estas Cosillas: Si Aristoteles hore, Foie jera gut Sado, mucho mas hubiera escrito” (p. 446). La sabiduria, que constituye la er 6 ris Ramones costune pores dl nea, redoblados. Su nombre y su renombre han sid nee? bendicién y condenacién. Este es un tema que halla explicito en la Respuesta y en algunos poemas. El que "ss sefiala’, el que es “entendido” resulta castigado; quien se destaca es recibido como enemigo comin. Recuerda Sor Juana la barbara ley del ostracismo de los griegos y el odio de los fariseos hacia Cristo. Cualquier eminencia, de poder © de belleza, por ejemplo, es atacado, “pero la que con més rigor la experimenta es la del entendimiento. Lo primero, porque es el més indefenso, pues la riqueza y el poder castigan a quien se les atreve, y el entendimiento no, pues mientras es mayor es més modesto y sufrido y se defiende menos. Lo segundo es porque, como dijo doctamente Gracidn, las ventajas en el entendimiento lo son en el ser. No por otra razén 28 ai a as; el Angel mas que el hombre que porque entiende m: S| | hombre hace al bruto, sino no es otro el exceso que el f sélo entender, y asi como ninguno quiere ser menos ave otto, asi ninguno confiesa que otro entiende mas, pora es consecuencia del ser mas’. 174 Un poco més adelante, heblando de los esc debid Sutrir Cristo, nos dice arnios que "da sagrada cabeza de Cristo y aquel divino cerebro eran depésito de sabiduria y cerebro sabio en el mundo no basta que esté escarnecido, ha de estar también lastimado y maltratado; cabeza que es erario de sabi- duria no espere otra corora que de espinas’ (pp. 441- 42)38. Estos pasajes, a mas de denunciar la necesidad y malevolencia de los més y ensalzar la sabiduria como per- feccién, constituyen la clara afirmacién de la estrecha co- rrespondencia entre el plano del ser y el plano del inteligi: a més inteligencia, mas ser. La idea es de innegable cuno neoplaténico. Esta idea se acompafa con otra: la ampliacion del poder y la libertad del intzlecto humano, que parece achicar el lugar de la gracia dvina, Por cierto, Sor Juana defiende el Ambito de la libertad y casi roza el pelagianismo cuando expone en la Carta atenagérica su concepcion de los “favores negativos” de Dios: el mayor favor que Dios puede hacerle al hombre, su mayor “fineza”, es no hacerle ningun favor. Sobre la base de la concercién que tiene Sor Juana de la naturaleza humana, compuesta de cuerpo y alma como ‘elementos diferentes y opuestos y cuya perfeccién radica en el ejercicio de la razon, razén no sexuada que puede de- sarrollarse mas 0 menos con independencia del sexo al que pertenezca el cuerpo, es pertectamente coherente que asuma la defensa de la educacén no sélo para si sino para todas las mujeres. Reclama una educacién de mujeres por mujeres. Para ellos se funda en dos érdenes de argumentos: argumentos de naturaleza teérica y argumentos de natura- leza pragmatica. Los argumentes tedricos son de dos tipos, perotienen por base comin la enidicidn. En los muchos libros que han de leerse se encuentran innumerables ejemplos de mujeres doctas y sabias, gentles, judias o cristianas, asi como de diosas. Desde Minerva a la Reina Cristina de Suecia, Sor Juana ofrece un larguisimo inventario al que, remedando a Hesiodo, podriamos llamar “catalogo de las mujeres". Hay una serie de mujeres sabias que la iglesia jamés ha rechazado de su sen, como Santa Teresa. Este argumento, es, pues, de naturaleza doxogrética. Por otro 175 lado, de modo mucho mas sutil y elaborado, apoya en su interpretacion del oittum paulino, aieene eS Parte a la hecha por el tediogo Arce, interpretacion que hace engarzando el texto con otros de las Sagradas Escrituras Ge diversas autoridades cristianas, asi como con datos del Contexto hist6rico. Para Sor Juana San Pablo solo negaba a las mujeres el derecho a predicar desde el pilpito, pero de ninguna manera el derecho de estudiar y ensehar fuera del Ambito material de la Iglesia. Por lo demas, se apoya en Arce Para defender que no sdlo es licito, sino utilisimo y necesario 2 las mujeres el estudio de los textos sagrados, y mucho mas. a las monjas (ct. p. 457). El argumento de naturaleza pragmatica que esgrime Sor Juana para sostener la conveniencia de que las mujeres sean las que eduquen llama la atencion y creo que debe ser entendido en el contexto de su sociedad: a falta de ancianas doctas que puedan ocuparse de la educacién de las nifas, hay para éstas dos posibilidades solamente, la primera de las cuales es que queden en la ignorancia yla segunda, que sean educadas por varones. Pero ambas posibilidades son de- fectuosas: la primera deja a las mujeres en “suma flojedad’, mientras que la segunda las expone a peligros, como son la familiaridad con los hombres, de consecuencias imprevisi- bles, y el “manoseo de la inmediacién”. “|Oh cuantos dafios se excusaran en nuestra republica si las ancianas fueran doctas como Leta y que supieran ensefiar como manda San Pablo y mi padre San Jerénimo!” (p. 452). Josefina Ludmer® sostiene que la Respuesta es un ejemplo de lo que ella llama “las tretas del débil”, categoria que usa para explicar las literaturas del marginal o del oprimido y que aplica a Sor Juana Inés: La treta del débil consiste en aceptar el lugar asignado al débil por su opresor, poro recignificarlo y hacerlo sede de practicas diversas, Pienso que Sor Juana de ningun modo en su Respuesta esta practicando esa treta. Sor Juana no acepta el lugar que se Ie asigna, se rebela contra ese lugar asignado y sostiene una iqualdad sobre cuya base reclama una igualdad de derechos y oportunidades. Lo suyo no es una “treta’, porque olla ne se asume como débil. Y es asi que sale mal Laeprages fate) tiene ubica, al fin, en el lugar que se le asigna (la vida usa la “treta que renunciar a su vida. Por otra parte, Le terpretacion frente a la sentencia de San Pablo: su linea de interpret) no es la que la sociedad “opresora” sigue. 176 seguramente, no le interesa ni el pulpito ni la prédi en el seno de la Iglesia tomada formalmente, como comun. dad de los fieles. Le interesa el mundo. Por lo demas, ella ni siquiera se pronuncia a favor ni en contra del Apéstol. No hubiera podido hacerlo, por supuesto. Se limita » hallar Io interpretacién menos incoveniente para siy para las mujeres. La Respuesta no es una treta. Es una apologia. Una apologia como la de Sécrates frente a sus jueces: la autodefensa es, en realidad, una defensa de principios y de ideas, no una descarga personal. La carta de Sor Juana es una defensa de principios y de ideas, no una descarga personal. La carta de Sor Juana es una defensa de si misma, un rechazo de los cargos que hay contra ella apelando a su “nistoria” personal, sélo en tanto ella se erige en “modelo”, “tipo” (como Faetén en el Sue/io), en ejemplaridad genérica. ‘Sor Juana, como Sécrates, al defenderse, defiende la libertad del ser racional. La actitud de Sor Juana no es heroica, como: tampoco lo es la de Sécrates, Una y otra son actitudes de rebeldia de la razén coaccionada y de reafirmacién de principios e ideas tercamente sostenidas. Y en el caso de Sor Juana, la rebeldia es la de una razon doblemente coaccio- nada por ser razén y por ser razon en una mujer. ‘Sor Juana se defiende por haberse dedicado alas letras profanas; pero al hacerlo defiende a las letras profanas mismas. Se defiende de su erudicién apelando a rasgos de su cardcter; pero al hacerlo defiende a la erudicion. Se defiende por haber reunido vida conventual y vida intelectual; pero al hacerlo defiende que esa reunién es posible y licita, Se queja de los ataques recibidos, a los que considera injustos; pero al hacerlo sefala la injusticia del hecho de ejercer presién sobre alguien y coartar su libertad de en- tendimiento. Se lamenta de la soledad en la que tuvo que. aprender, sin maestros ni condiscipulos, con libros mudos pero al hacerlo defiende la necesidad de acceso a la edu- cacién “institucional”. Se defiende de que, por “su naturaleza © costumbre”, no pudo jaméds dejar de estudiar y mirar todo con una segunda consideracién; pero al hacerlo sostiene la importancia de servirse de los signos de la creacién, del libro de la naturaleza, Se defiende por haber criticado a Vieyra y escribir su propia interpretacién de las “inezas” de Cristo; Pero al hacerlo esta defendiendo la libertad intelectual de toda persona, hombre o mujer, y criticando el principio de WwW

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