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__ |Introducci6n L MOVIMIENTO muralista surgi y se desarroll6 bajo el signo de grandes con tradicciones que constituyen su fuerza y originalidad. Oroz: co, Rivera y Siqueiros crefan en un arte colectivo que pudie- ra ser disfrutado por grandes estratos de la sociedad. Por ello, este arte debia estar situado en lugares ptiblicos, de mucha participacién, no depositado en un museo o encerrado en tuna colecci6n privada. La gran fuerza incisiva de las obras rea: lizadas por los pintores muralistas es una manifestacién de lo que, en el México de, los afios veinte, eran los ideales sobre la politica, el arte y él papel desempefiado por la cultura. Hubo manifiestos y publicaciones que teorizaban acerca de un arte social y politizado, y que condenaban toda forma de Arriba expresin “burguesa”, como, por ejemplo, la pintura de Sigucion: Dronzn ballete, creadora de objetos “burgueses” para interiores pri- Fotografia de 1947. vados. Pero pronto esta posicién hubo de ser revisada, pues corria el riesgo de reducir excesivamente el panorama artis En Ja pagina Dawid aro tico y de no considerar arte obras revolucionarias, como Les Siqueiros demoiselles d'Avignon, pintada por Picasso poco antes, en 1907, Recaefe Semejante rigidez no nacia de la ignorancia de lo que suce- a dia en el mundo o de un sentimiento vagamente autarquico, Ciudad de México, sino de la necesidad de dotar de una regla al quehacer art Museo de Art tico, y asf dar un impulso importante al crecimiento cultural ee de un pais, México, sacudido entonces por una desastrosa En el retrato de guerra civil, Esta necesidad encontraba su justificacién en los Oroxco se puede panfletos encendidos del Muralismo mexicano. advert Ia falta : ; ¢ de Ia mano iaquierda, Los temas preponderantes en la pintura de los muralis- que perdi¢ tas eran, por un lado, la historia del mundo precolombino y de joven durante sus tradiciones, como testimonio de un pasado que no habi eee que olvidar: y, por otro, la Conquista espaiiola y el comienzo i sesaeeed de la época moderna, que culminé en la Revohucién de 1910. La actitud de cada una de las individualidades frente a estos temas era totalmente distinta, lo que a veces daba lugar a encendidas polémicas. Ideas diferentes tenian, por ejemplo. Orozco, Rivera y Siqueiros acerca de la Conquista: aquel hecho ° A 10 dramético era también para Orozco un momento heroico que abrfa las puertas a una nueva era; para los otros dos, en cambio, era s6lo un ejemplo de colonizacién, de la que atin se pagaba el precio. Pero interpretaciones como éstas, fruto de las experien- cias individuales, no fueron tan univocas; en estos muralistas se advierte una ambivalencia respecto a la historia inherente a la realidad de los hechos: indudablemente la Conquista tuo aspectos negatives y positivos. Se ha afirmado que la pintura moderna fue hija de la Revo- lucién, en cuanto los artistas que formaron la primera genera- ci6n participaron del aquel clima de subversién politica. Algunos de ellos, como Siqueiros y el Doctor Atl, incluso combatieron; otros, como Orozco, ilustraban periddicos revolucionarios. Distintos personajes inspiraron o gravitaron en torno al movimiento muralista: desde el grabador José Guadalupe Posada hasta el artista y te6tico Gerardo Murillo, conocido con el seud6nimo de “Doctor Ad”, que, en azteca, quiere decir “aquel que ha navegado sobre un rio”. Veremos cémo han influido estas figuras en las trayectorias artisticas de los tres muralistas mas conocidos, Orozco, Rivera y Siqueiros. Hay que subrayar la imposibilidad de valorar un mov miento como éste de modo univoco. Se vera, por ejemplo, que estos tres pintores tenfan una idea distinta del uso de las técnicas: Orozco y Rivera se remitian a los métodos tradicio- nales de la pintura al fresco y del encauste; Siqueiros buse6 soluciones innovadoras utilizando procedimientos industria- les, También en el campo politico la diversidad prevalecié sobre las ideas elaboradas en comtin en la fase inicial del movimiento, siguiendo las tendencias y manera de ser de cada uno de ellos. La critica actual ha destacado tanto la grandeza como las incongruencias existentes en el Muralismo. Segtin la interpretacién que nos ofrece Octavio Paz, el indiscutible valor artistico, que proporciona la fuerza de estas obras, iba acompanado de uni idea simple y maniquea del marxismo. Los murales revolucionarios eran encargados por un Gobier- no que nunca habia sido-marxista y que habia dejado de ser revolucionario, pero que favorecia esta produccién para Sobre estas lineas: Diego Rivera seviba, la inquierda Andeé Breton (en el centro), Frida Kahlo, mujer de Rivera (segunda ala derecha) y Leon Trotski (abajo, a la izquierda) en una foro realizada hacia 1938, Durante en Mexico, cen 1937-1938, ‘Trotski y su mujer fueron huéspedes de los Rivera ‘en Coyoacan, Ala izquierda: José Clemente ‘Or01¢0, trabajando, en una foto de 1933, Arvis David Alfaro. Siqueir: fen una fo1o de los aiios sesenta, Elartista aparece aqui trabajando en et mural Le marcha dela humanidad Sobre a tierra y hacia el cosmos, Actualmente nl Polyforum Cultural Siqueiros, en el Parque Lama de Ciudad de México. cubrirse de apariencia progresista. El nacionalismo populista se habia convertido asi en la bandera de México, donde, segiin Paz, habia existido una especie de técita complicidad entre los artistas y el Gobierno, excluida la figura de Orozco, que, en su opinidn, era realmente independiente. Ademis, la perspectiva hist6rica permite hacer un andli sis mas completo de un movimiento con tantas caras. En efe to, hay que considerar también el clima del momento, el fe vor politico en que vivian los artistas que inauguraron la pintura mural en 1922. La aventura de estos pintores debe verse no sélo dentro de los acontecimientos mexicanos sino también en el ambito internacional, en el que habja transfor- maciones fundamentales tanto en el campo politico ¢ ideolé- gico como en ¢l artistico. A éste se suman los profindos vi culos que los muralistas tenian con la tradicién europea y con las innovaciones de las vanguardias, que significaron un tram- polin de lanzamiento, sobre todo para Rivera y Siqueiros La atencién se concentra aqui en las tres personalidades mas significativas del Muralismo mexicano, pero no hay que olvidar a otros artistas que también contribuyeron con grandes obras a su consolidacién, como Rufino Tamayo, pintor sensible que cultivé mas intensamente las relaciones en el extranjero que en su pais, Fermin Revueltas, Pablo O'Higgins, Juan O'Gorman, Maximo Pacheco y José Chavez Morado, quienes firmaron muchos de los encargos ptiblicos mexicanos. Diego Rivera Arriba: Diego Rivera Autorvetrat (asi) En Ia pagina de al lado: Diego Rivera de azsicar en Morelos (1999.19 Palacio de Cortés A VASTA produccién artistica de Diego Rivera es el testimonio mas autén- tico de su gran capacidad de creacién. A través de sus murales veremos cémo ha evolucionado su pincel, adquiriendo las carac- teristicas de la que varias veces ha sido llamada «la pintura monu- mental de Rivera». Pero no hay que olvidar que, ademas de la produccién mural, pinté numerosos cuadros: retratos, paisajes, fiestas populares y manifestaciones politicas. Lo que més sor- prende de la obra de Rivera es su gran energia; trabajé hasta el final de su vida, en que atin proyectaba nuevas realizaciones para el futuro, : El largo periodo que paso en Europa (1909-1921) le per- iti6 conocer y asimilar las transformaciones fundamentales que el arte moderno estaba experimentando. Su amistad con los, mayores protagonistas de la Revolucién lo ayudé a apticar un nuevo cédigo pict6rico para poder expresar la realidad mexica- na, Sin embargo, para comprender a fondo la importancia del cambio que estaba realizando, le era necesario observar también o que habia sucedido antes, el arte de los grandes maestros del pasado. Esto determiné un momento de particular importancia en su formacién, pues de aqui partié la idea de monumentali- dad que, como un hilo rojo, atraviesa toda su obra. Empe76, ples, a estudiar a los artistas holandeses y espaiioles de! siglo XVII, a los ingleses del XIX y los ciclos pict6ricos italianos. Rive- ra nose limit6 a hacer una lectura formal de la obra, sobre todo por lo que respecta al arte italiano, sino que intenté compren- der el proceso de ejecucién. Lo que mas le sorprendia era que estas pinturas hubieran resistido el paso del tiempo y que fue- ran un testiménio todavia fntegro de la vida de la época. De repente se dio cuenta de que, para elaborar nuevas técni que respondieran a las exigencias modernas del arte, era nece- sario adquirir las del pasado como punto de partida, asf como proponer de nuevo en el presente todos los procedimientos todavia validos y realizables, Por esta razon estudié varios méto- dos de pintura al fresco, al encauste, de fijado y de composicién Fo quimica de los pigmentos, con el objetivo de que el cuadro fuera lo mas duradero y resistente posible. Rivera, como toclos los muralistas, tenfa la idea de un arte colectivo, al alcance de todos, que encontrara su sede natural en el exterior de los edificios, en las calles y en las plazas. En 1919, cuando Siqueiros llegé a Paris, de regreso de los campos de bata- lla mexicanos, los dos discutieron mucho acerca del papel del arte en la sociedad, Hegando a la conclusién de que hacia falta regresar a México para llevar a cabo, siguiendo su propia linea ideolégica, las experiencias vividas en Europa. EI primer mural realizado por Diego Rivera es La Creaciéin (1922), encargado por el ministro José Vasconcelos para el anf teatro Bolivar de la Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México. Era una composicién al incauste sobre el tema del naci: miento del pueblo mexicano. Rivera, ya desde su primer mural, narra la epopeya de su pais; desde el mundo precolombino hasta la Conquista, para acabar en la Revolucién de 1910, La imagen es simétrica y se integra perfectamente con la arquitectura, El encuentro entre el mundo indigena y la cultura cristia- na esti representado en clave simbélica, segtin una biparticién clara, El grupo de la izquierda es el de las mujeres: la primera de abajo, sentada, es la imagen de la feminidad natural y pro- genitora (Eva), como indica su morena desnudez; a medida que subimos, las figuras asumen una connotacién puramente simbélica, o bien representan esos motivos que tradicionalmen- te son expresados con semblanzas femeninas: la Miisica (la fi- gura con dos flautas), la Danza, el Canto y la Comedia; mas arri- ba, las ues figuras con aureola que simbolizan las virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad), Este grupo se relaciona ‘ela Nacional Preparatoria, anfiteatro Bolivar Se representa aqui en clave simbolica el ‘el mundo indigena y la cultura cristiana, ‘de euya union ha nacido el pueblo Se trata del primer riba abajo: 0 River Giudad de México, Sceretaria de Educacién Publica Patio de las Fiestas, Ciudad de México, Secretaria de Educacidn Publica las Fiestas, con el centro a través de la personificacién de la Sabiduria envuelta en una tinica clasica A la derecha esta el grupo dominado por el espiritu mas culino: la figura de abajo, sentada, es el primer hombre, Adan, como sugiere la serpiente de la izquierda. Hacia arriba encon tramos la imagen de la Leyenda (a quien se ditige Adan) con el Conocimiento al lado, y después la Poesia amorosa, la Tradicién, la Tragedia con su mascara declamatoria y las cuatro virtudes car. dinales (Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza) con la piel oscura y las clisicas ropas. La otra figura, paralela a la de la Sabi- dria, es la Ciencia. El semicfrculo central representa la Energia primitiva. No se trata de una imagen del Eterno en sentido estricto, sino de una lectura antropoldgica del fenémeno religioso, que inchuye los arquetipos comunes a todas las culturas, ya que el tema de la creaci6n esta intimamente relacionado tanto con la tradici6n cristiana como con las creencias precolombinas. Este circulo simbolico, que encierra la bveda celeste, esta rodeado por un arco iris del que asoman tres manos que sefialan lo femenino (a la izquierda), lo masculino (a la derecha) y lo que es resul tado de esta unién: la creacién del hombre mexicano, que se presenta rodeado por los simbolosanimales de su cultura, En realidad, el trasfondo cat6lico del mundo latinoame evidente en la conexién Energia primaria/Hijohombre que remite a la iconografia clasica del Pantocrator. Pero, como deci- amos, Rivera reinterpreta el tema de la creacion en sentido mas natural y biologico. Toda la composicin esta construida a partir de una lectue ra clara y sencilla, casi inmediata. El planteamiento esta estre- chamente ligado a los modelos clasicos; es decir, respeta una je- rarquia de las figuras de tipo ascendente. La linea seca y los co- lores nitidos traslucen la fuerté influencia de la experiencia europea: de los maestros del pasado al Cubismo de Picasso y Brae que. A pesar de la articulaciGn de las posiciones de las figuras, el conjunto manticne cierta rigidez que, en las realizaciones futur ras de Rivera, se atenuard en favor de un lenguaje mis fluido: aqui se advierte todavia la incertidumbre tipica de los comienzos, donde prevalece la ense recibida, atin no del todo sedi- mentada, sobre la creativiclad personal. Sin embargo, toda la empresa de la Escuela Nacional Preparatoria, incluida la obra de Orozco y la de Siqueiros, determino una profunda ruptura en el campo artistico, poniendo en marcha esa renovacién que im- pondria el Muralismo mexicano, El segundo y prestigioso encargo que hizo Rivera fueron los frescos para la Secretaria de Educacidn Puiblica, que lo mantuvo 3.a 1928, Se trata de la decoracién de las tres galerias de dos patios adyacentes -el Patio del Trabajo y el Patio de las Fiestas y de una escalera intermedia. El tema ocupado varios aiios, de 19 aqui desarrollado se titula Cosmograjia del México moderno y prre= tende ofrecer un cuadro general de las riquezas mexicanas, tanto naturales como culturales. En el primer patio, en la planta baja. se representan los diversos ambitos de trabajo: agricultura, arte. sania ¢ industria, En el segundo y tercer piso, las actividades inte lectuales y las artes: pintura, escultura, danza, miisica, poesia y Epica popular: En el Patio de las Fiestas, en la planta baja, se pre- sentan, una tras otra, las imagenes de las fiestas populares; en los pisos superiores, los blasones de los estados mexicanos y algunos = Ala inquierda, arriba: Diego Rivera En el arsenal (1938): Giudad de México, Secretaria de Educacién Pablica, Patio de las Fiestas, En Jos murates de la Secretaria se habia concebido la tarea de ilustrar la nueva politica cultural, inaugurada ‘en 1930, bajo la presidencia de Obregan y del mministro de educacion José Vasconcelos, ddestinada a implicar directamente al pueblo en las diversas Iniciativas, desde Fiestas hasta debates libres. i Diego Rivera, El buen gobierno (1929, deral Chapingo, Universidad Autdnoma, edificio dela administracién, momentos destacados de la Revoluci6n, con grandes retratos de sus martires. A Jo largo de las paredes de la escalera se represe ta la naturaleza mexicana, El edificio de la Secretaria habia sido construido en trece meses (1921-1922), en la época posrevolucionaria, como nueva sede del reformado Ministerio de Educacién. Bajo la direccién de Vasconcelos, esta institucién se habia convertido en un foco del cambio cultural, que iba més alld de la pura dialéctica, tratando de implicar al pueblo en las diversas iniciativas, de las fiestas a los debates libres. Lo que se queria comunicar evo sentido de participacin por el que cualquier acontecimiento se volvia colectivo. Los frescos de Rivera representan la referencia icono- grifica de esta voluntad, donde la gran tradicién precolombina se integra en la historia contemporanea como en una especie de gran manual ilustrado, El clima en que vivian los muralistas ha- bia determinado una interpretacién marxista de la vida mexica- 28 EE Sobre estas lineas Diego Rivera lucin natural (Cancién a ta tierra), las fuersas subterrineas (2926-1927), detalle Chapinge Universidad Auténoma, capil, Arriba: interior de la capilla de la Universidad Auténoma de Chapingo. na. No se trataba de la simple importacién de teorias europeas, sino de la toma de conciencia de que en ese momento México representaba un terreno receptivo para la revolucién social y para el crecimiento ideol6gico de las masas. En este proceso, puesto en marcha con la Revolucién de 1910, acontecimiento to. talmente local, los muralistas creian tener un papel importante. Volviendo a los patios de la Secretaria, podemos advertir el peso moral que se da a las figuras que desempenan los diversos trabajos. Incluso en las imagenes mas multitudinarias, la grave- dad dle los personajes es tal que parece desarraigatlos del con- texto, exaltando la “dignitas” de la clase obrera, mais que el dh ma de cada proletario. Desde el punto de vista formal, los mu- rales de la Secretaria determinan un momento importante en la cvolucién del estilo de Rivera, cada vez mis seguro y amplio; las. figuras adquicren mayor monumentalidad; los colores chillones € intensos ganan libertad, interviniendo dentro de un cédigo que se vuelve cada vez mas rico y complejo y, al mismo tiempo. mantiene cvidente la definicién de cada uno de los elementos que lo configuran. La magnitud de la empresa, ciento diecisiete murales para un total de unos mil sciscientos metros cuadrados de pared pintada al fresco, impuso el arte de Rivera al puiblico, y ho solo mexicano: de este «titan del pincel» se hablé también en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, donde poco des- pués realizaria notables trabajos. En susaiios de trabajo en la Secretaria, Rivera comenz6 otra gran obra: la decoraci6n del edificio administrativo y de la capi- la de ta Universidad Auténoma de Chapingo, que en 1929 se habfa convertido también en la Escuela Nacional de Agricultura El tema desarrollado es el de La tiem liberada, que ocupa la entra da, el pasillo, las escaleras y el segundo piso del edificio central; aqui dos interesantes murales, £I mal gobiernoy El buen gobierno, se reficren directamente a los célebsres frescos de Ambrogio Loren- zetti del Palacio Piblico de Siena, Naturalmente esta referencia ¢s instrumental, pues Rivera juzga el gobierno actual de su pais, en lo bueno y en lo malo. Ei pincel de ET mal gobiemo retrata el saqueo de la costa mexicana asediada, aludiendo a la interven- Gin extranjera, mientras que El buen gobiemo representa el mb to industrial donde los obreros y los campesinos se retinen para onganizar la lucha armada. Pero la parte mais interesante de esta empresa son los fres- cos de la capilla anexa al edificio central. Aqui Rivera desarrolla el motivo de la tierra liberada con una fuerte carga emocional y postica. El dibujo alcanza la maxima libertad expresiva y el color da relieve a las formas. Alo largo de la pared izquierda estan pintados los recua- dros con escenas de la Revolucién, desde £l nacimiento de la con- ciencia de clase hasta Organizacién del movimiento agrario, para acae bar con EL triunfo de la Revolucion; y en el lado derecho se encuentra la Evolucién natural, llamada también Cancién a la tie- rma, donde grandes imagenes femeninas simbolizan las fuerzas subterraneas, Los valores ct6nicos son exaltados aqui segin una visiGn positiva que los pone en estrecha relacion con los temas de la fertilidad y, en consecuencia, de la maternidad. Figuras des- nudas, tan inmensas que en una capilla podian parecer a prime- ra vista pura provocacién, son, en realidad, perfectamente cohe- rentes con el arquetipo de la “terra genittix”, que encierra el germen de la vida y a la que regresa todo aquel que muere, espe- 29 0 rando volver a nacer, Esta poética de los elementos, que a través de la union y la separaci6n generan o destruyen, es expresada en las formas de los cuerpos, generosas ¢ incitantes, e implica una amplia gama de arquetipos en los que el hombre contemporé- neo se puede reconocer. Asi pues, no es castial que Rivera com- pare, poniéndolos uno frente a otro, motives como la subversion y la liberacion social con la creacién natural entendida como la concepci6n de fuerzas nuevas y eternas a la vez, De 1929 a 1951, Rivera se dedlica # otra gran empresa, la rea lizacién de los murales para el patio principal y las escaleras de entrada del Palacio Nacional de Ciudad de México. Este edificio surge sobre un lugar donde antiguamente estaba el palacio de Moctezuma, soberano de los aztecas. Esta conexién simbolica entre el pasado y el presente (el edificio es la sede del poder ¢je- cutivo) sugitid a Rivera la idea de realizar una imponente alego- rfa de la Historia de México. El programa iconografico fue sub- dividido en dos partes: los paneles que van de la civilizacién 1s paredes dlel segun- prehispanica a la Conquista se suceden do nivel del patio, mientras que las escenas que quista al futuro se articulan a lo largo de las escaleras. Toda la representacién comprende una serie innumerable de persona- jes y acontecimientos hist6ricos, a partir del esplendor de la ant- gua capital de México-Tenochtithin, Teotihuacan (fandada en el siglo Il a.C.), llena de pirimides pintadas, hasta llegar al comien- zo de la presidencia de Lazaro Girdenas, en 1 Desde un punto de vista formal, el agolpamiento de las figu- ras contrasta con la nitidez de cada una de ellas; las lineas grue- sas, tipicas de Rivera, son aqui reducidas por exigencias de espa- Gio. La atencién dedicada a los detalles, como, por ejemplo, las mascaras aztecas, las ropas y las armaduras del siglo XVI eviden- Gia una ver mas la asimilacin del arte renacentista, como puede advertinse en el cruzarse de lanzas y caballos, vago eco de las Bata Haas de Paolo Uccello, Respecto a las obras anteriores, los frescos del Palacio Nacional ponen de relieve la gran habilidad de Rive- Arriba: (1999-1935) Diego Rivera Ciudad Historia de Mexico de México, dela Conquista Palacio Nacional fal futuro cescalinata, ra para dibujar, subordinada hasta entonces a las grandes com- posiciones lenas de colorido. Aqui la linea se vuelve precisa en la descripcién de las figuras, incluso grotesca, seguin la caracte- rizaci6n del personaje. En conjunto, viene a crear un reperto- de los “tipos” que han poblado y animado la epopeya mexi- cana. Fn 1929 le encargan los murales de la galeria del Palacio de Cortés en Cuernavaca, en el estado de Morelos. También aqui el tema desarrollado es el de la Conquista, com especial atencién a la historia de Cortés. El espacio, reducido e inte- rrumpido por arcos ciegos, impide una total libertad de com- posicidn; a pesar de ello Rivera logra superar el obstaculo, na- rrando los diversos episodios que han Ilevado a la destruccién de la cultura azteca: los esparioles, en su furia dominadora, han destruido un mundo y sus riquezas naturales, agotando los re- cursos auriferos de todo el continente. Los largos intervalos entre las figuras estan lenos de una vegetacién frondosa, fre- cuente en el arte de Rivera; al contrario que otros muralistas, ho renuncia a la presencia de elementos vegetales, atrapados en sti sahaje originalidad, como signo de incontaminaci6n. En esta obra hallamos influencias de Gauguin en la recreacion de la atmésfera de civilizaciones primitivas y del Aduanero Rous- seau en la fantéstica elaboraciGn del paisaje. Cuando Rivera es llamado a San Francisco en 1930, empie- za su experiencia americana, Allf realiz6 intervenciones impor- tantes, como en el Luncheon Club del Pacific Stock Exchange, donde pint6 un inmenso mural (de cuarenta y cuatro metros cuadrados) con la Alegoria de California. Esta obra es el resultado de haber conocido al escultor cali forniano Ralph Stackpole, hecho que se habia producido en Pax ris una década antes. Stackpole habia tenido la oportunidad de ver, durante un viaje a México en 1926, los tiltimos frescos de Ri- vera en la Secretaria de Educacién Pablica, y qued6 profunda- mente impresionado. De regreso a San Francisco expuso las ideas de Rivera entre los circulos artisticos mas influyentes, lo que determiné la ida de éste a Estados Unidos. El rostro que domina la Alggoria es el de una famosa tenista de los afios veinte, Helen Wills Moody, que encarna el suefio americano del éxito; a ella se refieren las figuras de abajo, sim- bolos del éxito econdmico y de la afirmacién del papel hegemé- nico de California, como puede advertirse en los pozos de petré- leo y en las estructuras portuarias del Pacifico, En este mural, de lenguaje nitido y distendido, parece estar menos presente la vena polémica de Rivera, como si hubiera quedado deslumbra- do por el milagro americano. Pero yeremos cémo, en las obras sucesivas, esta actitud cambiard, y suscitara no pocas polémicas Los acuerdos para los trabajos en el Luncheon Club preve- fan también la realizacién de un mural para la California School of Fine Ants, hoy transformada en el San Francisco Art Institute. La superficie de que disponfa, una pared con el techo de doble tendido, remite a Rivera a los modelos italianos del sigio XY: por eso opté por una divisidn de la representacién en recta- dros con diversas acciones. Fl tema es el de la proyectacién y rea- lizacin de una moderna ciudad americana y se basa en la filoso- fia positivista del progreso, En esta imagen contemporinea, casi futurista, contrasta la utilizaci6n de recursos del pasaclo, como la composicién segtin planos ortogonales, la representacion de los 3 Arriba Diego Rivera Batata entre esparilesy astecas (1930) deralle Cuernavaca, Palacio de Cortés aleria, Abajo: vista de la galeria del Pa en Cuernavaca, io de Cortés En la pagina de al lado: Diego Rivera Alegorin de California (gsi): San Franciseo, Pacific Stock Exchange, Luncheon Club, De su bobillo cuelga el simbolo de la hoz y el martillo, sefia- Jando la tinica matriz ideolégica posible de la clase obrera. En este mismo contexto se inserta el encargo de los paneles para el “garden court” del Detroit Institute of Arts (1932), donde ra vuelve a proponer una visi6n industrial mas comy las dos realizadas en Sa iconografico, centrado en la celebracién de la industria de De- troit, debia inspirarse exclusivamente en la industria del automé- vil, en concreto en la Ford Motor Company's Rouge, en cuya sede realiz6 Rivera muchos de los dibujos preparatorios. Pero después el artista opt6 por una serie de paneles que narran el paso de una condici6n natural y primigenia al desarrollo tecnolégico, Partiendo de la pared este, encontramos representado el origen de la vida: un bebé en posicion fetal dentro del bulbo de una planta, A éste se suman dos recuadros con los frutos de la agri Die The Detroit Institute pared meridional cultura, una de las primeras actividades del hombre. Prosiguien- do a lo largo de las paredes, hacia occidente, poco a poco van apareciendo las diversas conquistas tecnol alcanzadas por la humanidad en el transcurso del tiempo: la navegacién y la in- vencién del aeroplano. El conjunto se basa, exalténdolo, en la di cotomia entre lo natural y lo artificial: componentes comple mentarios de un tinico sistema dialéctico, que comprende al mismo tiempo caracteres positivos y negativos. Por ejemplo, las fabricas son iitiles al desarrollo social, pero pueden también lle- var a la creacién de una infernal meiquina bélica capaz de des truir al hombre. Este aspecto negativo, que se expresaria con la maxima violencia al cabo de pocos aiios, Rivera lo exorciza pin. tando obreros de razas distintas, juntos unos con otros, dedica- dos a un trabajo colectivo. Pero es consciente de que la excesi- va industrializaci6n comporta el riesgo de que el hombre sea engullido por un sistema alienador, donde ya no es él quien gobiema la maquina, sino, por el contrario, se convierte en su esclavo, como demuestra, en esos mismos aiios, Fritz Lang en su famosa pelicula Metropolis, A las grancles composiciones de las cuatro paredes se suma una serie de recuadros mas pequetios donde se representan los demas descubrimientos o novedades tecnolégicas, desce las va- cunas, que han vencido enfermedades seculares, hasta los asesi- nos gases venenoxos que han provocado otras nuevas. Ariba: En 1932 Rivera recibe de la familia Rockefeller el encango | Diexo Rivera, de realizar tres murales para el RCA Building de Nueva York, La | Posts empresa suscita un gran escindalo cuando el artista pinta la ca-erreh beza de Lenin a la derecha del panel principal. Surge una larga | The Deiroit Instivate controversia, alimentada por la clesaprobaciGn de la opinién pt- i blica y por las presiones de los accionistas de los Rockefeller que | * culmina con la peticién de sustituir el rostro del lider comunista Rivera opone una firme negativa, y se Mega a la suspensién del trabajo (1933); solo se hizo, pues, una tercera parte, Finalmente, en 1934 se decide destruir la pintura En este clima, Rivera, que hace explicita su adhesin a las teorfas comunistasleninistas, realiza veintitin murales méviles para la New Workers School de Nueva York, fundada por Jay Lovestone, lider del Partido Comunista de Estados Unidos y que se oponia a la politica de Stalin, Esta escuela estaba cerca de la 6 ite Union Square, punto de encuentro de las manifestaciones sindi- calistas y electorales. El tema desarrollado es el de la Historia ame ricana: desde la colonizacién europea hasta la lucha contra el navismo y el fascismo. La interpretacién de Rivera se orienta hacia la unidad del proletariado y el triunfo de un nuevo orden social. En el panel principal stan retratados los protagonistas del marxismo; a los lados estan representadas las filerzas reacciona- rias a las que el proletariado internacional ha debido enfrentar- se en el curso de su historia: un panel representa a Hitler, y otro a Mussolini, El dictador italiano, de expresi6n arrogante, esta ro- deadlo por varios personajes inquietantes: asesinos, racistas, cap talistas, aventureros, militares, hombres bienpensantes y de: ralea. Arriba, imagenes de carceles y torturas dominan el p italiano con la bandera tricolor y el fascio. En 1934 Diego Rivera regresa a Ciudad de México; pide al Gobierno que le conceda un espacio donde reproducir el trip- tico con EI hombre, en ef cruee, demolido en el RCA Building de Nueva York, Se le asigna la pared oeste del tercer piso del Pala- cio de Bellas Artes, conde el artista presenta una versi6n ligera- mente reducida respecto al original El mural representa la imagen del hombre-trabajador, entendido como término medio de la historia universal. A éste Sobre estas lineas: se suman las escenas y los personajes que lo rodean, entendidos Diego River como consecuencias de la voluntad humana. Esta sustancial con- sehen fianza en las facultades racionales es evidenciada por una com- 1934) posicién inmediata y didactica, que se acerca a las soluciones del Cidade Mexie Realismo socialista. Pero, al mismo tiempo, se trashice ta com- Palacio de plejidad y riqueza de figuras tipicas del arte de Rivera, ares En el centro, el hombre, controlador del universo, agarra una palanca con la mano derecha, mientras con la izquierda ae acciona unos mandos, Debajo de él, una gran mano aprieta un en mecanismo, poniendo de relieve el hecho de que las maquinas 1933) son el fruto de la inteligencia humana y que a ésta deben estar Boer dort: sometidas, Las dos grandes formas elipticas, que se cruzan como tuna hélice, indican ¢l microcosmos, representado por particulas infinitesimales (a la izquierda) y por érganos internos (a la dere- ets Sch cha), v el macracosmos, evidenciado por los cuerpos celestes, La presencia, a ambos lados del obrero, del microscopio y del tele. 37 Union Square, punto de encuentro de las manifestaciones sindi- calistas y electorales. El tema desarrollado es el de la Historia ame ricana: desde la colonizacién europea hasta la lucha contra el nazismo y el fascismo, La interpretacién de Rivera se orienta hacia la unidad del proletariado y el triunfo de un nuevo orden social. En el panel principal estén retratados los protagonistas del marxismo; a los ladios estin representadas las fuerzas reacciona- rias a las que el proletariado internacional ha debido enfrentar- se en el curso de su historia: un panel representa a Hitler y otro a Mussolini, E] dictador italiano, de expresién arre dleado por varios personajes inquietantes: asesinos, racistas, capi- talistas, aventureros, militares, hombres bienpensantes y demas ralea, Arriba, imagenes de carceles y torturas dominan el paisaje italiano con la bandera tricolor y el fascio, En 1934 Diego Rivera regresa a Ciudad de México; pide al Gobierno que le conceda un espacio donde reproducir el trip- tico con El hombre, en el cruce, demolido en el RCA Building de Nueva York, Se le asigna la pared oeste del tercer piso del Pala- cio de Bellas Artes, donde el artista presenta una versién ligera- mente reducida respecto al original. EL mural repr entendido como ta la imagen del hombre-trabajador nino medio de la historia universal. A éste Sobre esta lineas se suman las escenas y los personajes que lo rodean, entendidos Diego Rivera, como consecuencias de la voluntad humana. Esta sustancial con- a fianza en las facultades racionales es evidenciada por una com- 1934) posicién inmediata y didctica, que se acerca a las soluciones del Ciudad de Mexico, Realismo socialista. Pero, al mismo tiempo, se trasluce la com- sits te plejidad y riqueza de figuras tipicas del arte de Rivera. Bellas Artes En el centro, el hombre, controlador del universo, agarra : una palanca con la mano derecha, mientras con la izquierda com ae acciona unos mandos. Debajo de él, una gran mano aprieta un. mecanismo, poniendo de relieve el hecho de que las méqui son el fruto de Ia inteligencia humana y que a ésta deben estar sometidas. Las dos grandes formas elipticas, que se cruzan como una hélice, indlican el microcosmos, representado por particulas infinitesimales (a la izquierda) y por drganos internos (ala d cha), y el macrocosmos, evidenciado por los cuerpos celestes. La presencia, a ambos lados del obrero, del microscopio y del tele 37 Nueva York, New Workers School, copio explica cémo el hombre ha concebido miquinas capaces | Diego Rivera de penetrar en a realidad de otro modo inalcanzable y como ka | La Historia det inteligencia y Ia intuici6n pueden superar los limites de la fisici- dad, colocando el ser humano en relacién directa con el univer | Ciudad de Mexico, 80, El resto de la repres A campo de la uto- | Hospital dela Rava pia, como se puede advertir a la cerecha, donde aparece 12 | 5 gran mural figura de Lenin, tan criticada en Nueva York, que estrecha las | feyfleto de figuras manos de wabajadores y campesinos de ravas distintas, mienuas | ysitaciones, mis alld se ven obreros que se adhieren a la causa socialista, | 2m# es tipico representada por la bandos deb IV Incernadioeal y par lax | SS eRe retratos de Trotski, Marx, Engels y Lovestone. En el recuadro dle | medica entendida la izquierda, en cambio, advertimos figuras de expresién torya | come investigacion que pertenecen al mundo capitalisia Puestn al dia y como Las realizaciones posteriores ~como los frescos para el Hotel Reforma (hoy en el musco del Palacio de Bellas Artes), | del pueblo para el City College de San Francisco, para el Instituto Nacional | mexican. de Cardiologia y para el Hospital de la Raza de Ciudad de Méxi- co- expresan la plena madurez de Diego Rivera. Siguiendo las lineas travadas, su lenguaje aleanza la plena madurez narvativa Su estilo discursivo y nitido, rico y colorido, nos ofrece, a la ve las imagenes del antiguo mundo mexicano y las de los nuevos planteamientos revoluicionarios. En sui arte prevalece la fuerza documentak; no hay pathos ni violencia, sino un amor profundo a la naturaleza humana. Podemos concluir con una opinién de Octavio Paz, que en. muchos aspectos critica el personaje de Diego Rivera mds por su ambigiiedad politica y psicolégica que por la tranquilidad de su pincel, Lo llama un artista «clisico», sobre todo, por la superior dad de su dibujo y por su sentido de la composicién. Ey EE David Alfaro Siqueiros En la pagina de al lado: Daviel Alfaro. Siquei rata de la burg deralle Ciudad de Méxic Sindicato Mexicano de Electricistas, Arriba David Alfaro ARA SIQUEIROS, LA ACTIVIDAD artistica se vincula indisolublemente al compromiso politico; de los muralistas, es quien ha perseguido este camino con mayor tenacidad. Tras haber frecuentado la Academia en los afios vibrantes de la Revolucién, participando en la histérica huelga de esti diantes, en 1913 decide entrar en la escuela de pintura al aire libre Santa Anita, una especie de Barbizon mexicana, fundada por el pintor Alfredo Ramos Martinez a su regreso de Francia. Hacia 1913, Ramos Martinez habia sido nombrado director de la Academia de Bellas Artes c6n el apoyo de los estudiantes, a los que habia prometido reformar las anticuadas reglas de estu- dio, Asi pues, siguiendo los pasos de los discursos del Doctor Atl empe76 a hablar de la pintura de Renoir, Monet, Pisarro, Matis. se y de la famosa escuela “en plein air” de Barbizon. Pero pronto Siqueiros debe interrumpir los estudios a cait- sa del golpe de estado del general Victoriano Huerta y se enrola, con el Doctor Atl, en el ejército del general Venustiano Carra za, una de las facciones en lucha contra Huerta. Desde este momento se puede advertir el cardcter entusiasta de Siqueiros que lo llev6 a librar en primera linea diversas batallas. Inicia asi su carrera militar, y lega a ser oficial del Estado Mayor de la divi- sidn que combate en el accidente cel pais Pero, lo que mis interesa a Siqueiros es la investigacién artistica yu relacién con la realidad social, Las teorias accrea de luna estética colectiva, cuyas caracteristicas hemos visto conden- sadas por él mismo en el Manifieto, siguen siendo para él un punto fijo, al que hard referencia toda su vida. Por eso, en 1918, durante la guerra civil, organiza un encuentro con los pintores del Grupo Bohemio de Guadalajara con la finalidad de discut los problemas del arte en el contexto revolucionario. En 1919, Siqueiros decide viajar a Europa, tras una breve etapa en Nueva York, y reunirse con Rivera en Paris. Con él liza después un viaje a Talia. Los dos artistas entran asi en con- tacto con la tadicién clisica y renacentista, elaborando teorias que en los aos posteriores se expresarin de maneras totalmen 4 2 te distintas, casi opuestas, Pero el motivo principal del encuentro | de Siqueiros con Rivera consiste en la comtin idea de crear un | sélo en la época arte monumental y al mismo tiempo de masas. A este respecto, en 1921 Siqueiros publica en Barcelona Ties elementas de orienta- iin actual a los pintores y esculions de la nueva genevacin americana, mas conocido como Manifies a los pintoes de América, exhortan- do aun arte heroico y humano, en definitiva a un arte piiblico. En 1922, con la gran recuperacién de las actividades cult rales promovida por José Vasconcelos y por su Ministerio de Edu- cacién Piiblica en México, se crean las condiciones adecuadas para la realizaci6n de estos proyectos sobre arte, Siqueiros, en su ensayo Cémo sv pinta un mural (1951), eseri- be sobre esta primera frase, afirmando que arte ptiblico equiva- Je aarte mural: dio comienzo asi el movimiento muralista mexi- cano, raizy tronco de toda la pintura mexicana modema y de sus ramificaciones en el grabado, en la escultura, en la mtisica, en la literatura, en la cinematografia, etc. Para Siqueiros la técnica del arte mural consiste en el encauste y en la pintura al fresco, que fueron los procedimientos de la Antigitedad ckisica, ee la Edad Media y del Renacimiento: no se puede uno lanzar al futuro sin cl trampolin del pasado. Los murales de Siqueiros en la Escuela Nacional Prepara- toria se titulan Mitosy Elementos. En este titimo las referencias ico- nognificas estan dadas por breves referencias simbdlicas, como las conchas que indlican el agua; las llamas, el fuego; dos alas, el aire, y una figura femenina producida por la “tierra mater”. Desde los comienzos de su carrera, Siqueiros se planted la cuesti6n del condicionamiento de la representaci6n por el lugar destinado para ella. Se dio cuenta bien pronto de que no era posible crear composiciones totalmente modernas en espacios barrocos tan condicionantes. Reconoce que loy residuos esteti- zantes de los promotores del movimiento ley‘llevaron, aunque nicial, a trabajar en el mbito de arquitecturas coloniales o viejas: la Escuela Nacional Preparatoria, la Secretaria de Educacién Publica, la antigua capilla de la actual Escuela de Chapingo, etc. © bien les Hlevaron a trabajar en el ambito de arquitecturas recientes en las que no se habia previsto inicial- mente el complemento muralista segtin una vision arquitecténi corpict6rica, como el edificio de Sanidad Piiblica y el Palacio de Justicia. Los que se dieron cuenta de la incongruencia de estos es fuerzos productivos en esa época inevitable, se vieron obligados a introducir modificaciones en las arquitecturas coloniales en que estaban trabajando. En 1923, a través de la organizacién del Sindicato de Obre- ros Técnicos, del que Siqueiros es secretario, intenta dar res- puesta a estos interrogantes insistiendo en la cuestion del dest no social y humano de los edificios. Siqueiros habla de funcio- nalidad integral, es decir de una idea figurativa total segiin la cual se crea tna forma de coordinacién entre los diversos cam pos de la arquitectura, de la pintura y de la escultura. Esto res: ponde a un nuevo concepto de ciudad, entendida como un organismo unitario ¥ no como un conjunto de estructuras auto- nomas. De este modo Siqueiros cree que la sociedad nueva habrd de ser cada vez mas colectivista, en una medida infinita- mente mayor que la sociedad a que debemos nuestro pasado artistico, pues ésta tenia un caracter teocratico, colectivo-religio- or minorias esclavistas. E inicio y promesa del de manana, es ya ahora forme, perfectamente adecuado, junto con ot siones, a las m: Mediados la actividad politica de Siqueiros | « la ver mas A través del periédico EI riendo st jando de organizar er aces sindicalistas. En Guadalajara es nom: ido presidente de la Uni6n Sindical de América Latina y su as veces, como en 198 sun afio de carcel y una temporada de exilio en la aldea xc0, Siqueios se traslada a Estados Unidos, concretamente a Los Angeles, donde pinta algunos murales para la Chouinard School of Art y para el Plaza A\ idea de “modemidad”, que constituird un capitulo importante de la investigacién muralist. Ya hemos visto cémo la aplicaci6n de las técnicas de pintu- queiros afronté en Los Angeles, donde por primera vez él y sus colaboradores hubieron de pintar sobre una superficie de ce- mento, zAcaso se puede extender la tradicional argamasa, base de la pintura al fresco, sobre un muro de cemento? Con la ayuda de un arquitecto americano, el grupo de pintores habia deci do volver a proponer el procedimiento clasico sobre una arga- masa formada por cemento en lugar de la de cal y arena. Se pudo constatar que los colores se fijaban mejor que antes, pero que el fenémeno de desecacién, ya bastante ripido en el sistema tradicional, ahora lo era dos o tres veces mais. Por eso resultaba imposible usar pinceles o espiitulas; hacian falta instrumentos mas nipidos. Empez6 ast el interés por las técnicas de barnizado industrial, como el uso de la pintura a pistola o el aerdgrafo. Desde este momento, Siqueiros empez6 a usar también el dxido de piroxilina (bamiz para coches) y las resinas sintéticas, que crean fuertes efectos crommticos. Las imagenes adquieren gran plasticidad y resultan resistentes a los agentes atmosféricos, Esta orientaci6n de la investigacion hacia técnicas diferen- ciadas y hacia la integracién de las opciones estéticas con los materiales industriales representa la caracteristica mis peculiar y original del arte de Siqueiros. En 1934 funda, entre otras cosas, el “Siqueiros Experimen tal Workshop, a laboratory of modem techniques in art” con la finalidad de indagar de modo programatico en todas las posibi- lidaces metodolégicas. Participan en los cursos del Laboratorio algunos jévenes artistas americanos, entre ellos Jackson Pollock, en busca de medios alternativos en sintonia con el creciente desarrollo econémico de su pais. En 1936, Alfaro Siqueiros, que no olvida su propio com- promiso politico, decide marchar a Espaia, turbada por la gue- ra civil; es nombrado comandante de la 29* division del Ejérci- to republicano. En 1939, con la victoria del franquismo y la inminencia de la Segunda Guerra Mundial, regres. a México, donde pinta el gran mural Retrato de la burguesia para la sede del Sindicato de Flectricistas de la capital. Se trata de un violento ata que al sistema capitalista y a los regimenes totalitarios que asola- ban Europa. Se ofrece de modo grotesco la imagen de un dicta. dor, con la cabeza de papagayo, que grita a una multitud de personas y a filas de soldaces. Siqueitos participa intensamente en la confrontacién poli tica del momento; dirige la lucha en apoyo a la Uni6n Soviética, cosa que lo lev a posiciones demagégicas y cercanas al esta nismo, como demuestra su implicaci6n en el atentado contra ‘Trotski. A causa de este hecho, en. 1940 se exilia a Chile, conere- tamente a Chillén, donde pinta el mural Muerte al invasor en la Escuela de México, sobre dos paredes de un mismo ambiente, El tema que Siqueiros afronta es el de la Conquista y el de la Inde- pendencia nacional. La representacién convulsa de personajes, animales y maquinas Hega a soluciones informales en algunos puntos. Zonas geométricas, como las escaleras de la pared norte, y zonas abstractas se alternan en la agitada pintura En esta obra Siqueitos aplica su teoria de las «correlaciones arménicas inter- espaciales», segtin Ia cual cada una de las partes del ambiente debe formar parte de una nica estructura que busca eliminar la fragmentariedad de cada episodio; por ello, los recuadros se orientan hacia una tinica y articulada composicisn. Durante es0s aiios, viaja mucho por América Latina y en todas partes organiza grupos sindicalistas de artistas. En 1944 David Alfaro Siqueiros, Muerte af invasor (1941-1942); Chilkin (Ch Escuela de México, Realizado durante el exilio de Siqueiras cen Chillan, Chile, ceste mural representa, resumidas épicamente ‘en los principales protagonistas, las luchas que et pueblo mexicano y el pueblo chileno, {que sostener cen aras de st donde Figuras agitadas ‘se compenetran ydan vida ‘en algunas ronas ‘asoluciones informales. ; 7 dentes de Tlatelo Conquista El centauro informe y moderna de Cortés y de sus gi representacién ande un puiial slo de hombres, de “conquistadores”. E trico evoca el paisaje del Yucatin. De 1945 es el gran triptico Nueva democracia, realizado para el Palacio de Bellas Artes. La imagen femenina de la Democracia, liberada tras afios de encadenamiento, tiende violentamente hacia un camino nuevo, hacia el futuro, como sefiala su mirada hacia lo alto. Esta composici6n, que a nuestros ojos se presenta un tanto superada, hay que considerarla en el contexto del momen- to: la guerra mundial acababa de terminarse y se afianzaban las expectativas de un socialismo capaz de resolver todos los males de la humanidad. En consecuencia, una pintura como ésta, que hoy puede considerarse ret6rica, respondia entonces al sentimiento de victoria contra el nazismo y el fascismo, y a la voluntad de reconstruccién de las conciencias, El hombre se reintegraba con sigo mismo con renovada confianza en sus capacidades, aA SEN David Alfaro Desde un punto de vista formal, este mural trashuce, en la Souaios. fuerza de las figuras, el estudio del dibujo de Miguel Angel. La peat abstraccién cromatica del fondo hace que la imagen sea menos ema hacia coves | pesada y mas moderna, 19641970) Las obras que Siqueiros realiza en los aftos siguientes tienen — eae caracter politico y didactico, como La marcha de la humanidad Pokorum Cultural sobre la terra y hacia el casmos, vealizacia entre 1964 y 1970 para el Siquecitos Palacio de Congresos de Cuernavaca, después trasiadada al Poly forum Cultural Siqueiros, en el parque Lama de Ciudad de México. Sus figuras se distinguen por la fuerza expresiva Para Siqueiros, el tema principal es el hombre, visto en su pa- pel social, y no existencial como para Orozco. Concibe la pintura mural como el medio ideal para hacer politica a través del arte udlad de México, acio de Bellas Ares. Este arte no slo es mural, sino que ha de tener una orientacién politica concreta. En la Declaracién social, politica y estética del Sindicato de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores, escti- ta por Siqueiros en 1922, se habla «arte para todos, de educacién yde batalla». La belleza es colectiva; surge de la creacién del pue- blo mexicano. Se trata, pues, de socializar la expresién artistica y acabar con un individualismo que se considera bungués. En él Manifiesto a los pintores de América, publicado en 1921, Siqui ros habla también de la necesidad de que la natural fisonomia racial y local del pueblo mexicano aparezca inevitablemente en sus obras. Como los elisicos, los muralistas realizan su obra den- tro de las leyes imprescindibles del equilibrio estético, pero no recurriran a motivos arcaicos que resultarian exéticos. La obra del artista se ha de situar en esta maravillosa oca dinamica que Ie ha tocado vivir; en la vida de las ciudades en construccién; la Ingenieria sobria y prictica de los edificios modermos. Segiin el Manifiesto, los pintores deben imponer el espiritu constructivo al espiritu exclusivamente decorativo; el color la linea son elemen tos expresivos secundarios; lo que es funclamental, la base de la obra de arte, es la magnifica estructura geométrica de la forma La enfética figura femei que ti To alto rompiendo las eadenas, repre Ja democracia liberada tras anos de sometin Es evidente al final Jue dejabe Sirerer In Meyuia capat da resolver todos los problemas dels humanidad | Ex sindicato de Tra DECLARACION SOCIAL, tajadores Técnicos, Pi POLITICA Y ESTETICA adas a Des eta estética | valor ideo 23s natives hum almente el indii- | una expre través de los soldadtos comertidos en | trabajador de la ciudad, | noble, sino hasta la mini- verdugos por sus jefes:a | mueves la fabricas, tra. | ma expresion de los trabajadores y eampe- | mas las cacin y de bal, creas con | espiritual yfisica de todo el arte de to os por los ri | tus manos las comodida- | tra raza brotade lo nativo | los ultraintelectual que | des para rufianes y prost- | (y particularmente de lo | que es aristcritico,y glo- no adulan ala burguesia | twtas, mientras u cuerpo de parte de | se arrastra y se congela, | traordinariamente peci- | Arte Monumental, porque aquellos que exigen la de- | dentro del cual ti, solda- | tar talento a car ele | una pr saparicion de un sistema | doindio,abandonas hers. | sal atdelpudlo mexicano | Po eda pic, nos que de antigo ycmel dent del | amente ba que t| oo mds ond y de mds | do que momento aa | Deacon ipl ‘cual ti, trabajador det | bajas y das cu vida intermi- | sona expan pntual que | es de transicion entre un ‘campo, produces alimen- | mablemente para destuir | ay en a muna y su traci | orden deerépito y uno la miseria que se abate | cion nuesta pesesién mis | nuevo, los creadores di | de hace siglos sobre | grande. Es grande porque | bellezaceben realizar sus Seaiee, syores esfuerzos para | jnroductor de realidades, | No sélo el wabajo | lectiva, y esto es el por | hacer su pi mn de | Cad de Meio 1951 raza sendo del pueblo es co-

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