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Universidad de San Carlos de Guatemala.

Centro Universitario de Oriente, sede Esquipulas.


Pedagogía – Cuarto Semestre.
Psicopedagogía – Lic. Julia Violeta Castillo.
Jenssy Edith Garza García - 202147574

El filósofo empirista inglés John Locke, se basó, para proponer


sus métodos pedagógicos en su propia concepción de la mente
humana a la que consideró originariamente como una “tabula
rasa” o sea vacía de todo tipo de saberes, los que se irían
inscribiendo en ella a través de las futuras experiencias. Estas
ideas las plasmó en su obra publicada en el año 1690, titulada
“Ensayo sobre el entendimiento humano”. Tres años después
salía a la luz su publicación “Algunos pensamientos sobre la
educación” que influyó no solo en la educación de su país sino
en toda Europa, en su siglo y en los dos siguientes.
La educación, que para él tenía un rol determinante en la
formación de la personalidad, en el desarrollo individual y por
ende, en el progreso social, estaba destinada a los niños de la clase aristocrática y media (a
los niños pobres los enviaba a escuelas de trabajo) tenía que tener por objetivos formar una
mente y un cuerpo sanos, elaborando un currículum pertinente, que destacara la enseñanza
práctica, por asociación de ideas, y la de las ciencias con su método preciso y corroborable
a través de la experiencia, pasando a un segundo plano las asignaturas humanísticas.
No se debía descuidar el cuerpo, en su alimentación, ejercicios físicos, vestimenta, descanso,
etcétera, ya que si éste se enferma ningún tipo de aprendizaje eficaz es posible. Para ello
aconsejaba someter a los niños a condiciones un tanto adversas, con respecto al descanso o
al frío, obligándolos a soportar ciertas incomodidades o algunas inclemencias climáticas para
que se vuelvan fuertes y aumenten sus defensas orgánicas.
Se debe enseñar al niño (y también a la niña) a dominar sus impulsos y reprimir sus excesos,
y optar en sus elecciones por lo que la razón les indique como bueno, a ser responsables de
sus actos y a aceptar los límites razonables que se les impongan, y aunque no es partidario
de castigos físicos, sí de firmeza, explicando siempre el porqué de las penitencias, ya que no
tienen que imponerse porque sí, y el niño debe comprender su fundamento.
La persona nace con aptitudes o talentos pero sin ninguna clase de contenidos en su mente,
y los padres y docentes en virtud de esas capacidades deben formar al niño para ser un adulto
pleno y libre, por lo cual los responsables de educarlos deben ser personas cultas, que vayan
a enseñarles a su propio hogar, siendo capaces de brindarles los conocimientos adecuados y
de calidad y un ejemplo a imitar, permitiéndoles a los educandos, opinar y criticar con
respeto, y motivarlos a aprender con placer.
"El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, como en
producir en el alumno amor y estima por el conocimiento"

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