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Vv LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA (642-1453) Hemos seguido hasta ahora los azares de la ciencia tal como vino a Europa desde Oriente, primero tropezan- do en lt Grecia jénica y después ponetrando hasta ‘Atenas, y varias de las regiones extremas de la Grecia continexital y del sur de Italia, Por tltimo, cuando su Tuz comehzaba a desvanceerse en Grecia, volvié de niuevo hacia él Oriente y hallé morada en Alejandria, la ciudad magnifica que Tolomeo I habfa hecho construir cen la desembocadura del Nilo, Muchos temas de estudio parecieron trabajar alli por su propia extincién. La geometria, que al prin pio habia Hecho tan. magnificos progresos, vino a total Aniquilamiento; el lgebra dificilmente sobrevivio; la fisica, que tuvo tan feliz comienzo, habia sido estrangu- lada ‘casi al nacer; la astronomfa, después de haber logrado el mejor de los comienzos, tomé rambo equivo- cado en la época de Atistareo, y continuaba entonces marchando por caminos erréneos. Lo peor de todo era la oposicidn de la religibn. He- ‘mos visto que los cristianos quemaron gran parte de la gran biblioteca en el afio 390; en el afio 415 asesinaron 4 Hipatia; y en el afio 642, los mahometanos conguis- taron Ia ciudad, clausuraron In universidad y completa- ton la destruccién de Ja biblioteca. Cada ataqne im- pls6 hacia cl exterior parte de la escuela, de suerte Que la instruceién y los hombres instruidos se despa- Tramaron por muchas tierras: Grecia, Roma, Bizancio, incluso Persia y el Oriente. Veremos ahora cémo todas aquellas Tineas de distribucién fueron a teunirse en el ‘gran imperio medieval fandado por los arabes. Duzante siglos ignotos, Arabia habia estado habi- tada por tribus nomadas, de categorlas diferentes, desde visiomarios y sofiadores ‘hasta salvajes asesinos, Su 1¢- 124 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 125 ligién habia sido un politefsmo primitive de dioses. y demonios de triby, hasta. que las ideas cristianas y jae dias penetraron viniendo de Bizancio, Abisinia y Persia, Hacia el afio 470 un hijo péstumo, Mahoma, nacié y fué educado por un abnelo suyo, hombre rico. Maho- tna se hizo hijo del desierto y finalmente se cas6 con tuna vieja, pero rica viuda, Hamada Kadiga y se hizo conductor de earavanas,X fst y a su mis, proxines trientes y amigos Tes confid que habla tenido una vie Fn, yen ella una revelacién de que no habla més que tn solo Dios, y que él, Mahoma, eta su profeta, Cuan- do declard esto a mis extenso’circulo, sélo hallé el ridicalo y la persecuci6n, y mas tarde se Fogo en el afio 622 a Medina, donde encontsé més simpatia y fundé tina fratemidad de ln cual surgid y crecid Ta religién {que habia de convertir a un centenar de millones y que predicé una guerra santa, ‘Los firabes, posiblemente excitados por la vision de una seligion mahometana extendida por todo el mun do, empezaron entonces una carrera de conquistas. mili taves.. Palestina y el Imk cayeron en st poder en cl espacio de pocos afios; Inego invadieron la, Siria, en Cliavio 636 y Egipto en el 639; tomaron posesion de Ale- jandria en el ano 642. Persia y el Tutkestin ocefdental Siguieron, juntamente con parte de la India occiden- tul, de Africa del Norte, de Espaia y de Europe 0°. cidental. Con jadeante tapidez fueron edificando uno do los més grandes imperios que el mundo vid jamés, pero al inismo tiempo, uno de los més inestables, por- que en el espacio de cuatro siglos sus glorias desapa- fecieron y se desvanecié en polvo. Sus nuevos modos de vida les presentaron panora- mas de una cultum mas extensa que la del desicrto abrasador, y a medida que avanzaban en su camino irunfal, absorbjan tanto Ja instrnccién como el terri torio. Su canquista de Egipto les aporté algo del saber {que habla quedado en el casco yacio de Alejandra; por St conquista de Pessia adquirieron algo del saber que faé transportado de Alejancria a Bizancio, y desde ali, 126 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA. avanzando hacia Oriente, por Jos nestorianos, Verda- detamente hubo un breve perfodo durante el cual el centro nestoriano de Gondisepur actué como una es- pecie de capital cultural para el imperio arabe que sur- gia como los hongos; pero muy pronto sobrevinieron ‘ambios; Gondlapur tuvo que ceder ante Bagdad, y el dtabe reemplaz6 al sirio como lengua de cultura y'cien- cia. Los industriosos nestotianos se dedicaron entonces a trabajar en retraducir los clisicas griegos al drube. Aqnel aeceso de cultura por conquista fué suplementa. do por tin influjo que vino del exterior. Algo vino de Grecia, evado en su mayor parte por médicos griegos gue fiteron amados para tratar a los conquistadores arabes en una variedad de enfermedades desconocidas sara ellos en su vida en el desierto. Algo también vino ie lade, aie Chie peacialmeats Er Goa mientos de aritmética traidos por los metcaderes. H- te enfonces, In ciiliacin de los hindées habia con tribufdo muy poco a la ciencia, posiblemente porque Ie almsfee ceigioss que todo. Io eavolva ‘no habla conducido al estudio de las cosas materiales. La vida no eta ands que el paso al través de sombras de Tas eua- es por ous pecados, tenia el hombre que. presenciar muchas manifestaciones, y de las cuales debe tratst de cseapar para siempre pos medio de la subyugacién de su personalidad. El mundo material parecia tam poco im- portante como lo habia sido, parm los primeros cristia- nos, y la ciencia Ianguidecié, no por persccucién ai intolerancia, porque Tis religiones orientales daban a Ja toleraneia Ta categoria de vistud, sino por hallarse en una atmésfera de completo desinterés. Entonces, euan- do el siglo v se aproximaba a su fin, una tribu de arios invadié ‘1 pais, y Ia ciencia comenz6 a florecer_ como jamais antes ni’ después, hasta el presente gran desper- tar cientifico én la India. Uno de los mis prominerites cientificos indios de este primer periodo, AnjaBatha, que macié en Patna en el aiio 476, se cree que habia inventado el Algebra independientemente de Diofanto, Demosir6 cémo se LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 127 resuelven los ecuaciones de segundo gmdo, y publicé tuna tabla de senos:* pero no sabemos si esto fue de creaciéa propia o resultado del estudio en libros de au- tores mis antiguas. También dié valores exactos a lt suma de una serie de mimeros enteros consecutivos (1+243-+....), como igualmente a la suma de sus cuadrados y cubos. 'Un matemético posterior, Brahma- gupta (598-660), resolvid también ecuaciones de se- gundo grado y sumé progresiones aritméticas; mas tam- poco podemos decir hasta qué punto era original su obra. La India de aquel periodo puede que no haya peoducido mucho nuevo conocimiento; pero hizo un gran don al mundo, a saber, una notaciéa “posicional” Bora Hos mfimeros, seg Ia ual el valor de un sibolo jepende de su posicién: 0 sea, nuestro. propio sistema en el eul un simbolo puede denotar unidades, decens, centenas, ¢te,, segiin el lugar en que se encuentra. Tal sistema no era nuevo, porque habia sido usada por los remotes babilonios (p. 15), pero entré en el mando occidental a través de la India y de Arabia. En época posterior, el matemitico indio Bhaskara (nacido en 1114) escribié una astronomia que contiene la primera cexplicacién conocida de nuestros métodos actusles ari meticos de adicién, substraccién, multiplicacién y di viswin.t ‘6 LA CIENCIA EN EL ISLAM Pox medio de esta combinacién de adquisicién de cono- cimientos y de influencias recibidas, los drabes se eon: virtieton en los guardianes del condcimiento cientiico * Véawe la nots de Bop. 113, 4 Baste tatado esa cient en verio y porciahente en forma e didlogo con su ja, ala eusl no permis tunes apartare de st fpesencia con objeto de evitsr que se casa. Por ejemplo: “Ama Gry" querida Dilavati, de oot como. lor de und gaecla; dine tails fon. Jos nimeros que resultan de 135 maltihiado por 12. Siti eres hibilen emttpienion... dime, feliz damsel.” [Vea se W. W. R. Ball, A Short Account of the Ilistry of Mathematics, pi. | 128 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA del mundo. Sobresilieron como tmductores, comenta- dores y escritores de tratados, y su objetivo no era tanto aumentar cl conocimiento como recoger todo el que rita en so Imperio. En el aio 800, poco mis o me nos, el famoso calif Hariin-alRaschid poseia, tradu- cidas al drabe, las obras de Aristételes y de los médicos Hipécrates y Galeno, en tanto que su inmediato suce- sor, alMamua, envié misiones a Bizaneio y a la India pam buscar qué obras cientificas eran dtiles para su Fraduciin, Dadas is cirunstanciay Ios mahometans hicieron no pequefio servicio a la ciencia proparcionando tun recepticulo del saber, como habian hecho los bizan- tinos antes que ellos, y asegurando el conocimiento con- seguido para que no se perdiera itremisiblemente. Quimica, “En quimica y en éptica, sin embargo, hay Yeadagero progreso que anota, Dos nombres fan sobrevivido en quimica a In accién destructora del tiem- 0: Jabiribn-Hayyam y Geber. El primero, que parece Feber lorecido en Ta Segunda mita del siglo vit, ex pl ta maners de prepirar ol arsénieo y el antimoni, cérmo tfinat Tos metales y como teir teas y eueros, aparte de otros adelantos que hizo en quimnica aplicada, Fue menos feliz en el aspeoto abstiacto, inroduciendo Ja falaz idea que habia de descollar excesivamente en Ia historia posterior de Ia quimica, de que la materia que se quemaba perdi algo de su substincia al quemnarse Aiadié también dos nuevos “elementos” 2 los cuateo de los pitagéricos y de Empédocles, Thmindolos mer curio y azufte, aunque él no queria Significar com estas palabras Jo mismo que hoy significan (p. 180). A é tos afiadicron sus sucesores un tercer nuevo elemento: ha sal. Geber vivid acaso un siglo después, aunque hay mu cha incertidumbre acerca de la fecha, habiendo quienes piensan que fué la misma persona que Jabi.* Quien- quiera que fuere, Singer! Jo ha descrito como “el par dre de la alquimia arabe, y, al través de ésta, de la * Dampier, History of Sciences (3% ed, p- 79) + Sho Hite of Scene, 193. LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 129 quimica moderna”, La alquimia érabe, como la ante- Thor alguimia de Alejandria, diferfa de la quimica mo etna en sus fines mas que en sus métodos, limitindose al simple objetivo de transmutar las substancias en o70 © en plata. De esta suerte encontramos a Geber esti. diado y mejorando los métodos tipo de entonees de evaporacién, filtsacién, sublimacién, fusion, destilacion Y cristalizaci6n, como igualmente preparando. muchas iucvas substancias quimicas, tales éomo el éxido yo sulfuro de mercurio. También sabia emo prepatar los cidos salfirico y nitrico, y la mezela lamada “agua regia’, Ia cual puede disolver hasta el oro. Optica, También se concedié interés a la 6ptica y hubo una. creciente apreciacién de las posibilidadcs de instrumentos épticos. Dice ls leyenda que el faxo de Alejandifa habla sido equipado con un aparato median. te el cual se podian ver en el mar barcos que de ott manera quedaban invisibles; si asi fué, no se hicieron Drogresos hasta el tiempo de los arabes. En el siglo 1x cncontramos a Alkindi de Basora y Bagdad (815-50) escribiendo sobre dptica, y especialmente sobre refrac cién de la luz. Siglo y medio més tarde Tbnal-Haithan © Albacén (965-1038) staba trabajando en El Caizo sobre la refraccin, Hallé que la ley de Tolomeo era (p- 118) cierta dnicamente para pequietios angulos, pero no’ descubrié la verdaders ley, Tstuiio atoms: accin dels especies y palo y el aumento producido por las lentes, y resolvi6 el problema (cono- cido todavia como el problema de Alhacén) de hallar le telacién entze las posiciones de una fuente de Itz ¥ su imagen formada por una Tente. Dié una explicacién exacta de la visién, diciendo que vemos porque algo gue viene del objeto visto pasa al interior del ojo, en oposicién a la enscflanza de Enclides y de Tolomeo de ue vemos porque algo sale del ojo y toca el abjeto on Alhacén estaba émpezando la éptica a asumir sa forma moderna, No se descuidaron por completo otros_estudios; eto no hubo ningin progreso scasacional. Por ejem 130 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA plo, Alkirismi, que fué bibliotecario del califa_al-Ma: rm, escribi un tiatado de ebra® gue iflus mucho en introducit nuestra actual notaeign numérica en la Europa occidental. En astronomfa, Albatani, que murié en cl afio 929, determiné nuevamente la constan- te de la precesiin (p. 112), y caleulé algunas tablas astronémicas, En fecha posterior, Tbn-Yumas (hacia 1 afto 1000), que fad acaso cl mis grande de los aste6- nomos drabes, hizo valiosas observaciones sobre los eclip ses de Sol y de Luna y consiguié progresos substanciales fen trigonometria. Mas aquella época fué menos notable por sus ade- Tantos cientfficos que por la sucesién de hombres de saber enciclopédico, cada uno escribiendo sobre una gr variedad de temas. Alkindi, el primer filésofo. entre los drabes, a quien ya hemos mencionado, dié a luz 265 publicaciones sobre los mas variados temas, en tanto que el persa Rhaces (865-925), que fué en pri- mer lugar médico, y lo fué-extraordinariamente bueno, no sélo escribié sobre el sarampion y la vinuela, sino asimismo sobre alquimia, teologin, filosofa, mateméli- as y astronomia, ‘También Albiruni (973-1048), que era nnitemético y astrénomo, fisieo y scégrafo, médica ¢ historiador. Fin Ia iltima de estas aptitudes ¢s donde consignié Ia’ mayor fama; pero también determind el peso expecifico de cierto mimero de metales y de pic- ras precoss por el método de Atguimedes,. La ciencia mahometana florecid reprimida hasta fines del siglo x, poco mas o menos, y entonees empe- zaron cambiar las condiciones. Ta edad de oro del Islam habfa pasado yay el gran imperio iba derram- Atgebs well mukahals. La primer palabra del til, del cua se ha desiao puesta palabm dlgebna, Hguitica restaualén, ys tefiere + la transferencia de una cantidad desde un tiembvo deur cauacién al ot por el procedimiento de atadit la moma centidad Tos dos miembros de 1k couse, o restat 1 misma canidad a Tos dos niembies. ET algebra es una de ts pocas excopcomes a la seg general de ‘ie Is cienciat toman sus nombres de la Tengu guiegs, sitet, seomera,trigonometia, (ica, astonomia, y asl sucevameate A EN LA EDAD TENEBROSA 131 bandose, sus clases ditectotas pereciendo y sus provineias sis distantes separindose. La cultura iba desecndiendo y con ella la ciencia. En Oriente, al menos, habia ter ‘minado definitivamente su buena acogida anterior, e iba cayendo bajo los ataques de Ia scligidn que la hizo su antagonista y docia de ella que hacia “disminuit la xeencia on el origen del mando y en su Creador”. Los ‘mahometanos de Oriente fueron pronto tan antipaticos a Ia ciencia como: lo habian sido anterionmente los cristianos. A medida que la ciencia mahometana se marchiia ba en Orionte adgnirié nueva vitalidad en Occidente, cempezando en Espatia, y mis especialmente en Cérdo. ba y Toledo. En Cordoba se fundé una academia y ‘una biblioteca en el afto 970, bajo cl estimula especial de sus califas, Abdeamén TIL y Alhakem IL. Cra- dualmente se extendié por la Europa occidental el in- terés por las ideas y ef aprecio del saber arabe, En- gontiamos,& Gerberto, quien fu después el papa Silvestre HL, y marié en ef afio 1003, presentando ana oma arabe del antiguo sbaco romano, en tanto. que otro edlesigstico, Herman el Manco (1013-54) del mo- nasterio de Reichenau en Suiza, eseribié libros de ma- temétieas y de astrologia que actsaban fuerte influencia arabe. Un inglés, Adelard de Bath (hacia 1090-1150), gue se habia distrazado de estudiante mahometano y asistido a clases en Cérdoba, eseribié un compendia de Giencia émabe bajo ol titulo de Cuestiones Naturales, suentms que otro inglés, Robert de Chester (hacia 1110-60), presentaba al mundo occidental la alquimia arabe, Vivid en Bspafta durante muchos aiios y final- ‘mente fj6 su residencia en Londtes en 1147. Un poco mis tarde, otro ingks, John de Holywood, natural de Yorkshire (latinizado ‘como Sacrobosco), escribié una Astronomia que no contenfa casi nada més que traduc- tones de au‘ores 4rabes, pero permanecio como libro de tex'o modelo sobre Ia materia durante aledn tiempo. Al mismo tiempo se traducia del arabe al latin un ‘caudal de libros clisicos, de manera que las obras de 152 LA CIENCIA EN LA EDAD TENERROSA Arigtoteles, Euclides, Arquimedes, Apolonio y ottos padieran servir al mundo culto en Ienguaje que po dicran entender, Adelard de Bath habia conscgutdo una copia de los Elementos de Euclides en frabe du ante su estincia en Cordoba, e hizo una taduceién que fue Ia base de todas las ediciones europeas de wlides hasta que se encontr6 el texto original grie- 01938, Roc tempo dsputs lesaol Domingo Gonzilez de Toledo tradujo fa fisica y otras obras de Aristoteles al latin, en timto que juan de Sevilla hizo o mismo con los escritos astronémicos y astrolégicos de Albatani, Alkirismi, Alfarabi, alKindi y otros. Pero seguramente el traductor més laborioso debié dc set Gerardo de Cremona (1114-87), quien aprendié el ata- be xexidiendo en Toledo, y se dice que entonces tradujo noventa y dos obras completas del irabe al latin, inclu endo el Almagesto de Talomeo, lo Elementor de E ‘ides y obras de Apolonio, Arquimedes, Albatani, Alfa. mbi, Geber y Alhacén, Apirte de aquellas ‘traducciones sin fin, la Espatta de aquél perfodo produjo una pequeiia suma de pen- samicnto original, especialmente en astronomia. El as- fréname Aczaguel, condobia que vind en Tol hack €l atio 1080, se anticips a Keplero (p. 193) exponiendo gue Tos planctas sc movian alrededor del Sol eh clipses, pero no eneontrd a nadie que tomara en comsideracion tma hipétesis que tanto se oponia a las doctrinas del Alongesto, Préximamente, un siglo mis tarde, alBi- ‘trugi de Sevilla (Alpetragins en latin) propuso teem. Plazar el compliendo sistema de Tolomeo de ciclos ¥ epiciclos por un. sistema de cfrculos concéntricos, La traduccion de su Tibro al latin por Michael el Es. cooés (hacia 1175-1235), constituyo el primer desafio 4 la astzonomfa de Tolomeo en Europa occidental Uno de los ailtimos dones que la ciencia mahome- tana tansmitié al mundo occidental fué el sistema de numeracién “ardbiga”, el cual_hablan tomado de 1a India los mismos arabes (p. 127). Adelard de Bath lo did 9 conocer cuando. teadujq.al latin. Ia Avitmética « LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 133 de Alkitismi a principios del siglo san, pero el empenio nus consciente para introducirlo fué obi del gran via. jero matemitico italiano Leonardo de Pisa, cuando ase. urd en su libro mas divatgado® que el sistema e1a muy Paco conocide en Europa, y lo recomendé coma mas conveniente que el sistema romano usado comtinmente, Poco tiempo después, John de Holywood empled. el sistema en un libro de texto de aritmétiea mucha mis kkido, el. cual, igual que sn astronomia, quedé como modelo de libro de texto sobre aquella materia durante largo tiempo. Pocos aiios después, en 1252, el zey de Castilla Alfonso X cl Sabio tuva ‘algunas tablas astro némicas de observaciones arabes calculadas de myevo or jos toledanos y las publied con notacién ardbiga, Por estas v otras actividades andlogas, a notacidn ardbigu se fué introduciendo poco a poco y’sit uso fie ya muy comin en el siglo xi. En aquel mismo periado se liege al final de la era de traducciones y libros de textos, en los cuales muchos individuos trataron de recuperar el saber de tiempos anteriores, y pocos lo ampliaion. La iencia habia entonees regresido al Oocidente, y queda. ba libre de avanzar por métodos occidentales. Si resumimos los progresos de la ciencia bajo el Is- lam, diremos, en primer lugar, su nueva notacion de Js inimeros, y sus nuevos métodes para operar con ellos, En cuanto a lo demés, sc habia legado a cono cer el flgebra a un grado que era casi idéntico a muestra -actual conocimiento de digebra clemental. La geome. ‘ia permanecia donde quedé al final de la supremacia iega; pero entonees no habia gran necesidad de su Progreso, ya que el algebra y la trigonometria les daban fodo lo que necesitaban. La fisien se habia liberado de la atmésfera especulativa, que la habia envaelto en ‘is tiempos griegos, y se habia convertido en experi geantal en vez de contemplativa, paso enorme dado en 4 iteccién justa. Determinar los pesos especificos “& las piednas preciosas por un método viejo’ en nil * Algebra et Aluchabale, 9 Liber Abaci (1202), 134 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA afios podré parecer una estipida obra de investigacién 2 un fisico mademo; pero est en el camino real que conduce a su actual progreso, en tanto que Ia orgia gric- ga de especulacién no lievaba a parte alguna. La cien- Gia haba también legado a apreciar dé nuevo el va- Tor de Jos instrumentos de éptica, aunque todavia no sabemos de ningkin intento de usarlos con propésitos astrondmicos. ‘También la quimica habia comenzado a marchar por el buen camino, pero atin no se habia des- enredado enteramente de una alqoimia frandulenta LA CIENCIA OCCIDENTAL No debe suponerse que mientras la ciencia habia con- seguido estos progresos en cl Islam, habla quedado complctamente estancada en los otros lugares, No i tamenie, pero habia gozado s6lo de vitalidad spasm ica, flreiendo en él caso mejor Gnamente en pe- 4quelias regiones aisladas y de manera transitoria historia de tal espasmédico periado de actividad co- menzaba usnalmente con una agitacién procedente de amriba, con frecuencia producida por un personaje de ele- vada posicién, que no conseguia despertar ningun ver- dadero interés en las masas de poblacion, entre las cuales muy pocos tenian Ta educacién necesaria para interesar- se por la ciencia, Cualquier interés que pudiera haber por la genuina ciencia, de ordinario em al fin trans. ferido a las ciencias esplieas: alquimia, astrologia y ma gia; éstas alegaban en su favor que eran yeniajosas a sus devotos, en tanto que la verdadera ciencia, ofte ciendo conocimiento tnicamente por razin de st mis- no podia hacer tales alegatos, emplo destacado de esto acontecid en el afio cuando Carlo Magno resolvié estimular Ta instruc- mn cn su imperio y decreté que toda abadia tenia que fundar una escuela, Eneargs a dos files, Pedro de Pisa y Aleuino de York, que estaban agregidos a_su corte, el cumplimiento de esta orden, y sus empefios } | LA CIENCIA EN La EDAD TENEBROSA 135. consiguiron que se desplaara algin saber del Oriente al Oceidente; pero hblan de transcurir varios sglon antes de que se difundier algim interés por la cen i, De modo anlage el siglo x, dos de Tos empe radores bizantines, Leon ‘VI y- Constantino VIL, de mostraron enfusiatmo pos la astronomiln pero poco se extends, incluso en las expos sociales edt de It Poblacion, Dificilmente podemos apartamos de la cucstién del verdadero interés de la ciencia medival sin detener: 40s un momento a contemplar hfiguia fantisten y sorprendente de Federico Il, emperador del Sacro RO mano Imperio (11941250), 4 quien sus amigos Ha. rnaron Stupor mundi, mimavla Gel mundo. ‘Tanto cra su talento tan varios sus conoctmiente, ya como ert dito y poets, 0 como toldado y estas, 6 vicluso eomo mero lingiists, que el manda no pod en ningin eso rasarlo por alto. Mas dl no se preocupaba en absoluto Ge impediro, y taba pronto aaaer in msima atene Gién sobre sf mismo, poseyendo un. gran harem via jando eon un equips de ektantes, fomedariosy otos Znimales pintorescos que diftilmente dejaran de sor prender incluso en aque! silo x Teno de color Se En dicho de el que habin demuneiado x Chto 1 Moises ¥2 Mahoma como un tro de impostores,y emprendis tna serie de ceyerts con el Pape, quien io excpnulg dos veoes, la primer cuando no solid en aa russ aque habia jucado emprencer, y Ix segunda, ctunda Ge tio ir detpues de fodos. No abstante, su personal. dad agitada'y viaz, encontraba tiempo ' endgis pant tn genuing interes en la costs del inteleto: flows F matematcas,astologin y medicina en. patticulay, ¥ fnostré sn interés por ayudaras actreamente. ar Ty Ges en que empecaian a esti fs grandes onivert des medievales ty a Federico se deben las de Napeles y Padua, Dispuso ademés de cierto ntimero de ebrss + HALT, Fier, A Minor of Fusop, p27 4 tas fechas tenis como “oct Sne Fars, 1200; Oe Sad, 12; Niptsy 124 Comba sk Paden 1 136 LA CIENGIA EN LA EDAD TENEBROSA. frabes traducidas por un grupo de judios. No se ha puesto cn claro si sm objeto principal era ayudar a a iencia a molestar al Papa (consiguié ambas cosas); pero los resultados fueron buenos, y debido a su accion quedaron en disposicién de utilizarse copias de ls obras de Euclides, Arguimedes, Apolonio, Tolomeo y otros. En una ocasién interrumpié un viaje al pasar por Pisa para probar por sf mismo los extraordinariamente famosos talentos matemdticos de Leonardo de Pisa, y preparé un torneo en el cual se planteaba ‘'un problema en el papel” a todos Jos participantes. Se han conser- vado, y los problemas son de interés. porque demues- tran ef elevado nivel matematico de aquella época. Uno de los problemas (enunciado en lenguaje modem) era Irallar un nimero x, tal, que 32 + 5, x2 y x? — 5 sean cuadrados perfectos. Leonardo hallé la solucién exacta: x = 41/12. Otto problema ca resolver la ecua- cidn 33 + 2x? + 10x = 20 por métados geométricos, Leonardo demostré que esto es imposible; pero hallé da solucién algebraica, que es x= 1.3688081075, que contiene nuevas cifras decimales exactas.t Leonardo se present6 triunfalmente, habiendo resuelto varios de los problemas correctamente, mieniras que nadie mas te- solvi6 absolutamente ningun. = EL materitio yer) que ets exto muy lejos de ser om juego 4 ni. Sila sclucén es, tenemos entonces que 2-45 ye 5 ‘shen eapronmse -45= (et ys y #3 = ea) Blak funda x en estas dos esuciones, oBtenemos vi) pa erga feleresoet ae Probeblemente x, y, 2 de LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 137 La ciENGIA EN 1A5 ORDENES MONAsHICAS En aquel tiempo no sblo se fumdaron las universidades medievales, sino también dos drdenes mondsticas, os franciscanos o frailes pardos, en 1209, y los dominicos 0 frailes negros en 1215, las cuales, ambas, ejercieron influencia en el progiesd de Ia ciencia. Al. principio, los acontecimientos eran de significacién poramente religiosa. San Francisco, hijo de un opulento comer- eante de Asis, experimentando una sibita conversién, Shindond una vien desordenada, alegre y despreorups ‘a para dedicarse a aliviar suftimientos y a predicar el arrepentimicnto. Todo cllo lo hizo eon entusiasmo; he- 105 leldo que salté de su caballo para besar a un lepro- S0 que encontré en su camino y que predicaba la buena nueva del Evangelio a los pijaros y a los peces. Fund tuna orden de fiailes que al principio tuvo por objeto seguir sus pasos, predicando al pueblo sencfio en sen cillo lenguaje. Mas pronto hallaron que la comarca es- taba infestada con herejfas de todo género, y entonces se dedicaron a adquirir instruccién para hacerse, de este modo, capaces de refutarlas. Los dominicos estaban fundidos en mole muy di- ferente. Su fondador, Santo Domingo (1170-1221) em tun teélogo profesional que habia ya alcanzado la dig- nidad de la cétedra cuando funds su orden. Grave y austero en su vida personal, ardia en. celo por Ta extit pacidn de todo género de herejia, pero més particular. mente por la de los albigenses, quienes defendian que habia dos dioses, uno bueno y otro malo, padres respec- tivamente de Jesiis y de Satanis. Después de haber predicado él mismo durante diez atios contra aquella herefia, Santo Domingo fund6 su orden de Predicado- res, los cuales, viviendo con extremada pobreza y asce- tismo, habian’de espareir las verdaderas doctrinas por todo él mundo. ‘También étos encontraron que su la bor misionera exigia reservas de conocimientos. Hicie- ron un esfucrzo especial para hallar arraigo en las uni- versidades y ocupaton ciitedras en a mayor patte de 138 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA ellas, al mismo tiempo que su pasién por ln ortodoxia fue a dat en un fanatisino c intoleandia que hilld va punto culminante en la Inquisicion, de tal modo que 1 Inquisidor General en la mayor parte de lis nacio- nes fué un domiineo, Los miembros de estas dos érdenes aportaron buena proporcién de cientificos y maestros de los dos siglos in medintos, procediendo principalmente los cientificos de Jos franciscanos, mientras que los dominicos produjeron ‘atz05 que figunion de modo prominente en la historia del pensamiento. Sawro Toatis ve Aguivo. El mis destacado entre Tos litimos fué naturalmente Santo Tomis de Aquino, el ms grande de todos los tedlogos medievales. En’ su Summa contra Gentiles (1259-64) arguye que el cono- cimiento puede obtenerse través de dos diferentes ea. rales: la fe y la razén natural, La fe deriva su conoct miento de las Santas Fscriturs; la razén natural de los datos de Jos sentido, los que intexpreta y transforma por tun praceso de raciocinio, del cual aportan ejemplo sobe- ano las obras de Platén y de Aristoteles. Pucsto que am- bos géneros de conocimiento vienen de Dios, que no puede contradecirse a si mismo, deben estar de acuerdo, De esto se deduce que las obris de Platon y de Aristé: teles tienen que estar de acuerdo con las doctrinas de 1h religién cxistiana, y en su Summa Theologica cons- deat Santo Toms’ que habia determinado aoe se ciertamente, Edificando sobre esta base desarrallé cl sistema filoséfico conocida ahora coma la “escoléstica”. ‘Toma ésta su nombre del sistema de escuclas que habfa instituido Carlo Magno en el siglo vin (p. 134), pero x0 lleg6 a adquirir importancia hasta que Santo Tomds Ua desarioll6 cn un cuerpo de dotrina censistente en el siglo suv. Este siglo vio su rapido ezecimiento, pero de igual manera los dos siglos siguientes vieron su ripida lecadencia y su caida, Dindose a la Wgica escueta, a sutilezas abstractas ya triviaidades que nada intere- saban a Ja vida del hombre, perdié pronto sn asidero TA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA. 139 cn la humanidad pensante, y en el siglo xvi babfa fe- necido, aveniada su existencia por las Frescas brisas del Renacimicnto. Del mismo modo que suxgié y cayé la escolistica oeurrid con la fe en la infalibilidad de Aris toteles, Los franciscanos, més bondadosos y més humanos, dioron menos impottancia ala seguridad de sus opt niones y mis a la seguridad de su conocimiento, el cual intentaban refrenar por comparacién disecta ‘con las obras de Dios, Entre los hombres de ciencia de st or den sobresalieron varios que ocuparon clevadas digni- dades en la Iglesia. Robert Grosseteste (1175-1253), canciller de la universidad de Oxford y obispo de Lin coln, y John de Peckham (1220-92), fueron dos de étos, “Aibos escribieton sobre problemas de éptica del género estudiado pot Alhacén, en tanto que el misino Grosseteste hizo experimentos eon espejos. Roce Bacoy, (1214-94). Pero el mas importante de Jos hombres de tiencia franciscanos fué un frale sen cillo que no Ilegé a ningtin puesto elevado, ni en la Igle- sio ni fucra de ella, Habia nacido cerca de Iichester en Somerset, y estudid primero en Oxford y despues on Pa- His. Poco se sabe con certera acerea de su vida poste- ‘or, pero se cree que volvié a Oxford aproximadamente ex 1250, y ali dié conferencias eon gran éxito, A pesar de sus riquezas, que eran substanciales, pronto las con- suumié e hizo los votos en Ia orden franciscana, que sdlo Je sirvieron para deseubrir que una vida puramente rel. giosa no contenfa satisfacciones para él, mientras que al intentar volver a la actividad cientifiea incurrié en el esagrado de sus superiores monésticos, Durante diez aiios vivid vigilado y bajo prohibicién de escribir. Line- go, en 1266, con alegria suya dificil de expresar, su an- fguo conocido, Guy de Foulques, entonees Papa Cle- mente IV, lo invité a resumir su’ obra cientifiea, y se ‘ce que abogs por su caso, personalmente, con las auto- sidades franciscanas, Finalmente se le dié permiso, y ‘en el espacio de dos afios habia enviado al Papa’ st ee 140 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA Opus Majus, que era una especie de compendio general de las ideas’ cientificas y del saber de aquella época. Pero Clemente murié en 1268 y Bacon se hallé pron: to en nucvas dificuliades con sus superiores francisca- nos. En el afio 1278 fué sometido a juicio en Paris, condenado por opiniones heterosoxas y pasé la mayor parte del resto dé su vida en prisién, Se rumoreaba que Bacén no sélo se interesaba por la _verdadera ciencia, sino también por las artes te- nebrosas; ¢s el caso que con el canicter de un espeluz- nante nigromantico ¢s como se le conocié en todo el mundo, De la eiencia fud la éptica la que mis le intere- $6. Comprendié las leyes de la reflexién y refraccion de la luz, y explicé eGino pueden disponerse las lentes pra servir de anteojos (con frecuencia se le atribuye la invencién de éstos) ¥ telescopios, aunque no hay ninguna referencia de que los hubiera consteuido ja- mis, Pero no fué ésta en modo alguno su nico inte- 65, y hallamos su inteligencia recorriendo la mayor parte de las ciencia de una manera imaginativa y fan- tistica, aunque a menudo poco préctica, Describié cémo se podian construir cariuajes, navios y miquinas voladoras movidos mecdnicamente (los imaginarios an- tepasados de nuestros automéviles, barcos de vapor y aeroplanos) y estudié los usos posibles de la pélvora ¥ del fuego producido por cristales o lentes, la eircum- navegacién del globo y otras cosas que parecieron ex: ‘mafas en aquel tiempo, pero que hoy se han convertido en Ingures comes, ‘Se prontincid contra Ia idea de la “naturalidad” del movimiento circular, condend el siste- ma astronémico de Tolomco como anticientifico y lo tuvo como probablemente fal. ‘ ‘Mas sus principios generales eran mas importantes que sus proczas antes detalladas, las cuales fueton, des ués de todo, bastante pobres. En su Opus Majus de- fendié que las matemticas deberkan ser la base de toda educacion liberal, pucsto que solamente éstas. “pueden purgar el intelectoy preparar al estudiamte para Ia ad- quibieron de todo conocimiento”, Persistid en que el LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 141 conocimiento cientffieo sélo podia adquirrse por expe- rimentaciin; que tnicamente por éta se llegaba ala certeza, mientras que todo lo dems son conjeturas. Esto parece hoy evidente, pero no lo em ast cusndo Jo eseribio Bacon, Entonces no existia ain mis que una vaga idea de aceptar cl veredicto de la Naturaleza, reve- lado por experimentos, como érbitro final de Tn ver. dad. Los hombres no’sabian plantear problemas a la Naturaleza a fin de interpreter sus respicstas, En reat Tidad, podifan interogar si un fenémeno dado estaba de acuerdo con el experimento, pero preguntaban pri- mero (y era una cuestin més fil de contestar). si estaba de acuerdo con Arist6teles 0 de conformidad con Jas Sagradas Escrituras, Y los que sostenian que Aris- toteles y las Escritaras, como representantes de la razén y de la revelacién, tenfan necesariamente que estar de acuerdo, Ja razén con la revelacién y ambas con la verdad, 0 iban pot lo comin tan lejos como lo es in- guitit ea los hallazgos de Ia experimentacisn, Bacon hizo objeciones a esta concepcién mental; pero mo fué més alli. No em un revolucionario, sino hijo de su tiempo, y estaba fan firmemente convencida como sus contemporineos de que, en iltimo tétmino, Ia ciencia debe hallarse de acuerdo con la teligién cris. ana y establecer de este modo su verdad. Vino al final de una época; pero fué su muerte, no su nacimiento ni su vida, Ja que sefialé este final, Amanecia una nueva em, en la eual ya no buscarian los hombres el descubri- miento de la verdad leyendo las opiniones de los anti- u0s autores, sing mediante el examen de primera mano de las obras de Dios. ‘SeSALES DE LA AURORA QUE SE ACERCA No es muy ficil ver por qué ocurié este iltimo cam- Dio; es demasiado superficial el explicarlo mediante la simple palabra “renacimiento”. El renacimiento el: cen In literatura labia adquirido eseasemente alga fuerza, y Ja influencia que produjo fué en el sentido 142 LA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA rensamiento de Tos hombres a las ideas de fos antiguos.' En ciencia se produjo el movimiento en sentido contrario, La ciencia sc estuvo aprovechando én grin escala del acceso a os escrtos eientificos de Tos fgriegos, pero la linea de pensamiento se aparté de ee inéiodos cicntifices de estos. Acaso In explicacién de aquel conocimicnto cientifico, diferente a ka imag pacidn literaria, es que sit naturaleza es acumnlativa, y gue Ta ciencia! medieval habfa aleanzado. una etapa Gh que tenia que ofrecer més que Ta ciencia griega, al reves de To que sucedia en Ta literatura, Ta primera ciencia que hubo de beneficiarse del snsamiento de nuevo independiente fué la astronomia. BiTRabre ‘que en primer hug ate nuestm atencion es Oresme, obispo de Lisieux (1332-82), hombre de grandes y variadas actividades, que habia sido conscje- fo confidencial de Carlos V de Francia, y después tutor Ge Carlos VI. No silo era eclesidstico y'teblogo promi- hnente, sino que se distingnié también en matemiticas yen economia, Eseribié un tratado sobre la moneda Tegal, que es digno de notar por el uso de fracciones Gedinarias como {as que hoy usamos: 9%, ¥, ete, Pero Sa interés principal para nosotros cs que combatié Ia doctrina aristotélica de la inmovilidad de I Tierra ‘Aproximadamente un siglo después este desafio to repitid Nicolis de Casa, hijo de um pesendor, que se abla elevado sin influencia hasta ser cardenal de la Tglesia. Rechazé enteramente 12 astronomin tradi tal y expresé la opinion de que la Tierra “se mucve ‘como Jo hacen las otras estrellas”. ‘Los cinco dltimos nombres que hemos tenido, oca sion de mencionar han sido todos de cclesidsticos de tina u ofta especie: la educacién era casi prerrogativa exclusiva do la Iglesia. Uno de Tos cinco, Roger Bacon, Sufrié casi continuos trastornos por sus actividades Cientifieas (pero. numca, segiin los datos que conoce: nos, por sus opiniones cientifiens), micnttas que los otros uatro, quitnes ocuparon altaa dignidades en lz Jelesia, tuvieron libertad, al parecer, no s6lo para el es: de volver ol ps — ee Tn TA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA 143 tudio de la ciencia, sino inchuso pene gv San opus aes extinct eon ‘la Iglesia, Enseftar que el mundo cs esférico equa, lea npn de modo eategirzo Toque dicen de ae cin ls Eseriturs, y no obstante esto, ert corente como estella en movimiento. Bn geen fo ee cat en sla poca toleante con Tor progems Se Te senct, savizada aesso por It ereenci co "4 ¥ enc e vers obliga con el tempos sostenet 9 nnfirmar la ortodosia; Ia Iglesia se permit ci sk elirtloante al mens porsiger ne eee oo i act de I Tein se — chos olros factores para augutar a la cleneia un pone, ‘bn. El esta husmno no slo ha eure do su Herd de pensar ergo thempo perdi sino gue mtanees tuvo 4 st diposieién Tos eas limi dos ésertos de Ia era mis grande del penseiniento antieuo, ee Js de pocas osteriores. Algo mas hacia ft, rnte vino en el momento més opor famine cinco, prmitivo se habia di Sioie See eee Sat ae Biancio Tn és podan ler michos miles de Hit quienes tnvierm lot mediosy Tempo libre pa ene Prender un vigje ¢ it a ella. Fuera de ests bibiote Se los Mos nun tars y costo, puesto que lp de una simple copia sigaifica re colo de eer 0 Fangs fh soasaa as nos: aeaso diez. veees tanto. trab 0. tc inven Foe ews dics veers tanto taba como soinirte Jey @ Bepan el tipo de una econ de miles de ring 2S Chinas, cin principos de a ra cristina, ha lon invetado oa expecie de papel, que usta pam primis Laninas on ef silo 1,9 pars primi cot os miviles en el sign xt nella xv este ate gh Jmamente etedo se dseuiné independicutemente a ropa, y desde entonces ia impresin dele. oe 144 TA CIENCIA EN LA EDAD TENEBROSA hizo posible cn cantidades siempre crecientes, hasta ivraPen que cada hombre puede tener una biblioteca Supa propiz en una estantera de unas evantos pies em st propio hogar. reer el tempo, pero no inmediatamente, Ta. Mega- da de ln imprenta hizo mis accesibles los conocimien- da Sfientifices, y de este modo se. difundieron mis. Pe Gipras zeligosas y Jas literarias se fuzgaron como me- Taedoras del primer puesto en las imprentas recién Tablecides: primero la Biblia (1454) y después los sores griegos y clisicos. No se habia impreso, ningus aot cientifica antes de aparccer la Historia Natural Te Dlinio en Venecia, en 1469. Le siguicron, en 1471, ge Tihs de Varrén, wn caballero de Ta campifa rome ma (116-27 a,c.) 1 cual habla escrito una enciclg Bh “de las Ciencias. Hasia este momento no habfa oe “nuy.aeertada Ta_cleccion de autores cientificos, ao pronto mejor6, En 1475 se publicd 1a traduccion Pita de la Geografia de Tolomen, y en 1476 tres obras Diologiess de Anistétekcs, también en latin. Se publicd pemetides en tin, en 1482, y una adecuada cilicién Je AtietSteles en griego en 1495, Pero el Almagesto de se jomneo no se publicd hasta 1528, y Psammites de At- Guimedes hasta, 1544, ambos publicades en Basile, “Todo era entonces favorable a un perfodo de acti- vidad cientifiea, que vino en forma de pequefios arvo sages durante el siglo xv1 y de torrente arrollador cn el xvi,

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