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AL a Ir HN ny 3 d wy 3 1 ry fAB) ve ) iH ht ae St ry El capital norteamericano y la penetracién impe- rialista en Colombia es una obra imprescindible para el conocimiento de cémo se formaron, durante las tres primeras décadas del siglo XX, nuestras rela- ciones de dependencia con los Estados Unidos. E! autor recoge los principales hechos histéricos que determinaron este proceso y aporta una documenta cién supremamente valiosa para entender el cardcter neocolonial de la sociedad colombiane y la naturale- Za intermediaria de sus clases dominantes. ea GE fa “V3 3 np ISBN 84-80200-06-5 eetore| | a a ey: Se Ss et CAPITAL | QORTEAUZRIEAuD MA UNIPEN ES RACTON) | QUWPBRIAMISTA | BNeOLOWBIA bs FRED J. RIPPY UNivERsiD, Bogota, 1981 ISBN 8429209 -06-5 Portada: disefio de Ligis Cérdobe ©Derechos reservados: EL ANCORA EDITORES . 1981 Apartado 035832 Bogoti, Colombia INDICE INTRODUCCION Breve resefia ceonémica dellos Fstados Unidos - ‘Aspectos generales de las relaciones entre Estados Unidos y Colombie COLOMBIA ¥ LOS COLOMBIANOS El medio fisico y la gente Gobierno y politica Recursos naturales, industria y comercio Un pais atrasado PRIMERAS ACTIVIDADES E INVERSIONES ‘Transporte Otras empresas PROTECCION A LOS CIUDADANOS NORTEAME- RICANOS Y A SUS PROPIEDADES (1856-1903) EL conflicto de Panama Bl incendio de Colin y otros episodios “LA TOMA DE PANAMA” PREPARACION DEL TERRENO PARA WALL STREET Y LOS PETROLEROS Primeros intentos de reconeiltacton Lubricantes para la maquinaria politica Ultimos preparativos para los banqueros UNIVERSIDAD JAVERIANE SLIOTECA Gi ° ‘Vil LAS COMPARIAS PETROLERAS ¥ SUS DIFICULTA- DES a7 Primera leglaci6n petrolera colombiana La fiebre del petrdleo de 1918 2 1928 Nuevas dificultades La legilacion potrolera de Colombia se convierte en problema diplomatico VIII LA DANZA DE LOS MILLONES. Préstamos bancarios y utlidades Hipotecas y garantfas La capacidad de pago de Colombia Otras inversiones y empresas CONCLUSION Bi reciente progreso econémico en Colombia Contribuciones del capital y la empresa norteamericanos Politics de los Estados Unidos frente alos capitalistas PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA ITECA ALFONSO BORRERO CABAL, 8. J. Estaobraformsparie go Labiitecs pel dl ‘Or allredo Vazquez Garnacsa Provedereia ra. Lucia Holguin Vizque rent REOPTIO OF" L629 7 - - SBur INTRODUCCION BREVE BIOGRAFIA ECONOMICA DE LOS ESTADOS UNIDOS Muchas personas. que se deshacen en elogios cuando se refieren a las proezas materiales, la rique- za y el poder de los Estados Unidos, probablemente no alcancen a comprender la rapidez y magnitud del desarrollo de su pafs. Una apreciacién adecuada de Ios rasgos dominantes y de la significacién real de su crecimiento, exige el conocimiento de Ia histo- tia moderna, de la vida de otros paises y un contacto {timo con la imagen que los extranjeros tienen de nuestro pais. Refiriéndose a su primera visita a Nueva York en 1900, el argentino Manuel Ugarte se expressba asi: “Rascacielos que, sin respetar las proporeiones, 8 yerguen sobre otros edificios de dimensiones nor- males, aceras colmadas de gentes presurosas; trencs que pasan sobre las avenidas; vitrinas donde las més variadas mereancfas se dibujan sobre océanos de luz; todo cuanto en su empalago hiere Ja mirada del vi- sitante, me hizo regresar al hotel Teno de jubilo y terror, al verme mezclado entre gentes de vida tan exuberante y de tan extraordinario vigor, como nun- ca antes habia visto”. Después de conocer mejor el pais, escribia: “Qué poderosos son los Estados Unidos! Mi Espafia, con su populacho tumultuoso y leno de bullicio, con sus inmensas multitudes que Ilenan en la noche las estrechas calles, en medio del lamento de los pre- goneros y del ruidoso parloteo de los grupos de gente; mi amada Paris de ocio, con sus alegres bu- Tevares repletos de mesas que despiden un susurro mientras uno camina al azar, hacia el crepasculo; mi pintoresca Italia, lena de hechizo en el sur soleado, hecha de luz y languidez, de amor y odio; este vie~ jo mundo ‘latino, enterradas sus épocas de triunfo, quedé tan eclipsado que en las interminables ave- nidas, manchadas en todas las direcciones por loco- ‘motoras que vomitan humo sobre las ventanas y en- sordecen a su paso con el crujido de sus ruedas; en las calles atestadas de automéviles y transedintes, sobre las que, de pronto, se abre paso el canto fe- bril de una campana en la carrera infernal de_ los bomberos, senti como si hubiera perdido la direccién de mi destino, para explorar edades misteriosas en épocas vagas y Jejanas que atin estaban por legar”2 Poco més de una década después regress y su- frié un mayor impacto: “Del vasto, fantastico refugio al hotel enorme y espléndido, salvando avenidas entrecortadas en toda direccién por trenes y tranvias; de los almacenes des- Iumbrantes a los anuneios y periddicos; de los nego- 1. ‘The Destiny of a Continent. (Rippy, Ed.) Pag. 3. 2, Ugarte, Op. cit. pag. 11. clos fabulosos que se agitan con figuras misteriosas a los mares de gentes que, bajando de los rascacielos, transitan por las calles; de sus espectaculos a sus ca- tastrofes; todo cuanto vemos en los Estados Unidos nos hablan de algo inmenso... algo paradéjico y desconcertante que.pasma y conmueve, El autor vi- vib largos afios en Europa y Ilegé desprevenido de Paris, Londres, y Berlin; pero esta era la capital de las capitales, el summum de la més formidable entre Jas civilizaciones...” 3 iE Este desarrollo material fue el producto de me- nos de tres siglos; en gran parte, producto de menos do la mitad del perfodo: Ciento cincuenta afos des- pués del desembarco de peregrinos y puritano: en la costa de Nueva Inglaterra, inspirados ‘por un sen- timiento religioso de abstinencia y sacrificio, los norteamericanos empegaron a cruzar Ja primers ca- dena de montafias, hacia el oeste. “En la tierra del noroeste hubo bocas que temblaron entre besos son- rojados, y en medio de plegarias temblaron las ca- bafias. De ese amor ruboroso broté una gran pobla- cién y de los que oraban, la certeza de que el Dios de la pobreza habia bendecido a este pueblo...” Los immigrantes europeos legaban en oleadas cada vez mayores. “Llegaron los colonos hasta el lejano oeste y en: contraron valles tan grandes como reinos, sin re~ yes...” Ni los indios, ni el débil gobierno mexicano pudieron detenerlos: dondequiera que legaron, con- quistaron, “Desperdiciaron grandes bosques y desen- terraron botines de petréleo, carbén y metales”, 3. Thid., pag. 124. “El continente entero legé a semejar el cuerpo mutilado de una gigantesca mujer violada; entre lan- to de hachas y aserraderos quejumbrosos, en medio del rugir de fabricas que se alzaban en una noche... . nacié la riqueza, Fue un regocijo tan extravagante como el canto de los angeles. Gon jibilo se levanta- ron los altos edificios, tan altos, que parecian mo- verse en un vaivén continuo; tan vigorosos, que nun- ca sucumbieron, E} orgullo, herido tantas veces, se volvié energia. El que vacilaba cerraba los ojos y alimentaba un fiero idealismo. Hombres, mujeres y nifios trabajaban codo a codo haciendo de los ner- vios delicados una méquina. Y en plena fiesta sona- ron los disparos y los grandes proyectos se inven- taron.... “Los hombres se enriquecieron en un dia o en una madrugada; y el horizonte a la riqueza estaba siempre abierto... Muchos, sin embargo, quedaron pobres... Lloraron, pero sofocaron su pena y se avergonzaron de ella; si trabajaban con ardor, si ha- Bian Mevado vidas sanas, y si trabajaban con mis ardor atin, [gpor qué no habrian de enriquecerse un dia?) 4 Otros aventureros, con temperamentos e ideales diferentes, debieron construir una civilizacién me- nos estruendosa, més modesta —y més aristocrdtica— en los grandes valles y féxtiles planicies del sur. Po- ro se les neg6 el privilegio de ordenar su propia vida, Abrumado por una fuerza superior, este pueblo triste vivid por muchos afios en Ja contemplacién me- 4, Glenway Wescott, The Grandmothers. Segin cita de Hazard, In Search of America, Pags. 12-13. 10 = ke Pec et Taneblica de una causa perdida, Una nueva genera- cién surgié, en su mayorla, de un estrato social bajo y traté de establecer un sistema agricola basado en el trabajo libre, pero tuvo que sufrir las desventajas de altas tasas de interés y de productos manufactu- rados encarecidos por las elevadas tarifas aduane- ras. Miré con envidia a los acaudalados financistas y a los Iideres industriales del norte y del oeste, Se volvieron, finalmente, tan puritanos como los viejos Puritanos, tan incansables y ansiosos de ganancias, Se levataron grandes iglesias a crédito y con la ayu- da del capital nortefio empezaron a erigir un nuevo industrialismo sobre Jas ruinas de.la vida agricola. Después Iegé la Guerra Mundial y los Estados Unidos se integraron r4pidamente a los més repre- sentativos de la era industrial y capitalista. El pro- greso fue répido y contundente, Por el afio de 1920 Tos yankees habian acumulado mds de la mitad de Ja reserva mundial del oro. La produccién de sus fa- bricas valia més de 40.000 millones de délares, jaun- que se habia vendido por menos de 2.000 millones en 18601, Hasta el mayor mercado del mundo estaba inundado de productos: el valor de su comercio ex- terior superaba en 1874 los 1.000 millones de déla- Yes, ascendia a mAs de 4,000 millones en 1913 y, en 1922, se acercaba a los 7.000 millones. A partir de (1890 se produjo una gran demanda de compradores extranjeros de productos acabados y después de 1920, ‘@ pesar de los inmensos préstamos a Europa, se vid la necesidad de crear nuevos campos de inversiin y de utilizar el genio explorador de los yankees. Que Colombia és uno de estos campos lo com- prucban sobradamente las paginas siguientes, Ilustra- ul rén, ademés, la tendencia de una nacién rica y ma terialmente progresista, a acudir ocasionalmente a la ‘coaccién al tratar con un pais débil y atrasado. ASPECTOS GENERALS DE LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y COLOMBIA Colombia es un pais grande, rico y atrasado, otra manera de decir que cuenta con los elementos suficientes para atraer las tendencias adquisitivas y el genio tecnolégico de ciertos cjudadanos norteame- ricanos. Hay recursos naturales como petréleo, pla- tino, 70, plata y productos forestales; el clima y el suelo permiten el cultivo de café, frutas tropicales, ‘caucho y catia de azticar; los sistemas de higiene y finanzas estén por organizar; las carreteras, ferroca- triles y los servicios piblicos estén por construfrse. Los norteamericanos en ningin momento han Aesconocido estas oportunidades. Hace muchos afios se interesaron en el transporte fluvial y en el pro- blema de las comunicaciones interocednicas. En los, ‘iltimos afios han contribuido a Ja formacién de innu- merables empresas técnicas, conectindose con la mi- cneria, la agricultura y la produecién de petréleo. La . Fundacién Rockefeller contribuye a erradicar la fie- 1923 una comisién financiers, dirigida por un profe- sor de Princeton, reorganizé el sistema financiero colombiano colocindolo sobre una base sélida y per- mitiendo el flujo de grandes préstamos al gobierno. Nuestro comercio con Colombia era en 1029 sicte veces mayor que en 1913 y durante el mismo perfo- do las inversiones de capital americano aumentaron de casi $ 4.000.000 a $ 280,000,000 aproximadamente.> a ‘bre amarilla y la anemia tropical desde 1920. En’ Un factor muy importante’ en nuestras relado- nes es Ia ubicacién de Colombia, con costas que se extienden tanto sobre el Pacifico como sobre el Ca- ibe, y con un territorio que se adapta a la apertura de grandes vias comerciales entre ambos océaros. Basta visitar la Zona del Canal y pasar de alli a Cartagena o a Buenaventura, para apreciar la impor- tancia de tener estas costas en manos amigas, en una era de aviones y submarinos. Durante casi un siglo nuestro interés en Colom- bia se concentré, principalmente, en aspectos comer- ciales y de estrategia maritima, Esporddicamente se le confirié importancia a la proteccién de Ia vida de los norteamericanos y de sus propiedades locali- zadas en el pais. En las dos décadas anteriores a 1830, el pueblo de los Estados Unidos manifesté una adhesién sentimental a Ja lucha del pueblo colombia- no por su independencia y por instituciones republi- canas. Simulténeamente, nuestro gobierno expres6 su interés en el destino de Colombia y del resto de los palses de la América espafola, al darles un pronto Teconocimiento y consejos patemales y al enunciar la Doctrina Monroe. Lograda la independencia en Co- lombia y la implantacién de las instituciones repu- blicanas, pasé la etapa sentimental y la atencién volvié a concentrarse en el comercio, en las vias de trdfico interocednico sobre el territorio colombiano y en la proteccién de la vida y las propiedades nor- TLas cifras del comersio colombo-stadounidense en eb Sho Se 1928 sons Esportaciones a los Estados Unidos: $ 104.348.000. Exportacones de Estados Unidos a Colom! $°14585,000. Tova: $ 153:333:000, B teamericanas; después de 1919 el interés se dirigid répidamente hacia el petréleo y las operaciones de crédito. En 1846 Jos dos paises negociaron un tratado que determinaba Jas reglas, privilegios y obligaciones de Estados Unidos en relacién al comercio con Colom- bia y el tréfico por el Istmo de Panamé. Colombia firmé este acuerdo con entusiasmo, pues el gobierno supuso que la posesién permanente del Istmo esta- Ha garantizada por el pacto, Durante las décadas siguientes, los norteamericanos construyeron un fe- rrocartil de Colon a Panamé y en ocasiones el go- bierno de Washington autoriz6 el desembarco de fuerzas militares para proteger a sus ciudadanos y propiedades en Panamé, y a su comercio que transi- taba por el Istmo, Otra explicacién de esta actividad fue, quizé, el deseo de prevenir cualquier posible tervencién europea. Mientras tanto, nuestro comercio con Colombia crecfa lentamente, Alcanz6 un poco més del millén de délares en 1830, dos millones en 1855 y catorce millones en 1880, pero bajé a siete millones en 1900. Se produjeron algunas frieciones sobre las tarifas aduaneras, particularmente entre 1891 y 1893, pero la entitud del desarrollo se debié, fundamentalmen- te, a las revoluciones y al atraso econémico de Co- Tombia, pues nuestro comercio oscilé entre el 25 y el 60% del comercio exterior total colombiano en la liltima mitad del siglo, Poco despnés de 1900 las relaciones de los dos paises en lo tocante al Istmo Hegaron a una situacién critica En los Estados Unidos surgié la exigencia “4 de un canal construido, posefdo, manejado y con- trolado por el gobierno de Washington. Fracasé un intento de satisfacer esta exigencia negociando con Colombia, pero una oportuna revuelta en Panama ‘ofrecié la oportunidad para crear una nueva repi- blica en el Istmo, y adquirir de ella la anhelada con: cesién. La Zona del Canal —una franja de tierra de diez millas de ancho que se extiende a todo lo largo de Panamé— fue fundamentalmente producto de una «intervencién militar por parte de los Estados Unidos, que le impidié a Colombia aplastar una revolucién en su propio territorio nacional. La justificacién pre- sentada por el gobierno de los Estados Unidos fren- te a esta conducta giré en torno a la proteccién de la vida, la propiedad y el tréfico, pero sin duda algu- na, el motivo dominante fue la estrategia maritima. Para el gobierno colombiano el tratado de 1846, pla- neado desde su punto de vista para garantizar al pais la posesién del Istmo, habfa sido una trgica pesadilla. La accién de los Estados Unidos en esta ocasién interrumpié las relaciones amistosas entre los dos pai- ses. Segin la frase de nuestro embajador en Colom- bia en 1912, destruyd la “amistad de casi un siglo” y desperté Ia “indignacién de todos los colombia- nos”. “La confianza y la fe en la justicia y equidad de los Estados Unidos... desaparecié por comple- to”, decia. El mismo Roosevelt comprendié la importancia de estimular una actitud cordial en un pais como Co- Jombia, con un litoral de més de 1.100 millas sobre el Atlintico y el Pactfion, adyacente al Canal de Panamé; con inmensos recursos inexplotados y, ade- més, con otro canal potencial en su dominio nacio- 15 nal; poco antes de cerrar su administracién, hizo va- rios intentos por reparar el dafio que habia causado. También Taft y Wilson propusieron términos de re- conciliacién, que en el ultimo caso fueron aceptables para el gobierno colombiano. Pero sélo cuando la presién de poderosas fuerzas econémicas vencid a la oposicién de los seguidores de Roosevelt, el Sena- do de los Estados Unidos (abril 20, 1921) acordé pagar teparaciones por un valor de $125.000,000, lo que elevaba el costo total de la concesién del canal por encima del precio que el Congreso Colombiano habla pedido en 1903, Pero rehusaron tercamente expresar cualquier pesar por la accién de Roosevelt. EI gobierno colombiano acepté esta compensacién, pero para muchos colombianos todavia es dificil ol- vidar el episodio. ‘A pesar de ello, nuestros valores econémicos en Colombia han logrado una rapida expansién en los {iltimos afios. El comercio norteamericano pasé de 11,000,000 de délares en 1910, a 23,000,000 en 1913; superd los 112,000,000 en 1920 y los 153:000.000 en 1929, Este crecimiento se basa en un incremento del comercio exterior total colombiano, de un valor de 61,000.00 de délares en 1913 a 227.000.000 en 1929, pero implica también que a nosotros nos correspon- dia una proporcién creciente de este comercio total: 37% en 1913 y més del 67% en 1929. La Guerra Mundial, la ubicacién geogréfica y nuestra creciente eficiencia industrial fueron factores decisivos en este proceso, como también la répida expansién de nues- tras inversiones. Estas ultimas crecieron de 4.000.000 de délares en 1913 a 30,000,000 en 1920, a 60.000.000 en 1925 y a cerca de 280,000,000 en 1929; la expan- 16 sién més répida tuvo jugar en los préstamos oficia- les y garantizados por el gobierno —nacional, de- partamental y municipal, que ascendieron a 171 millones de délares aproximadamente, en septiem- re de 1928, Fuera de los préstamos gubernamenta- les, las mayores inversiones de ciudadanos y corpo- raciones americanas se concentran en la industria del petréleo, cuya produccién es actualmente de 50.000 barriles diarios. Asi, resulta_que Colombia _se_ha_convertido en una dependencia econémica de Tos Estados Unidos. For cL momento, MuSSG val mais pn poe ceria Inglaterra, pero los ingleses eitin ahora en la retaguardia. Su comercio representa apenas la cuzrta parte del de los Estados Unidos y sus inversiones, que ascendian a unos 33.000.000 de ddlarees en 1917, se estancaron una yez terminada la Guerra Mun- dial. La rivalidad anglo-americana es aguda tnica- mente en relacién con ¢l petréleo y ambos paises han tenido sus dificultades. En 1913 los poderosos intereses de Pearson (Lord Cowdray) estuvieron a punto de lograr un derecho exclusivo sobre Ja ex- ploracién y explotacién de petréleo en un drea con- siderable de la Repiiblica de Colombia. Por alguna razon —posiblemente debido a Ja Guerra Mundial, a la actitud de Colombia y a la presién diplomitica de los Estados Unidos—, estas negociaciones fra- casaron. Entonces las compafiias americanas toma- ron Ia delantera, extendiendo las exploraciones y ob- tuvieron inmensas posesiones y concesiones; pero hasta el momento sélo Ia Standard Oil Company de ‘Nueva Jersey ha producido petréleo colombiano (en la regién de Barrancabermeja) en cantidades comer- 7 ciales rentables, En 1927 aparecié como petrolero el coronel H. I, F. Yates, representante de la Compa- fifa Anglo-Persa, y obtuvo del gobierno colombiano tuna concesién dé unos seis millones de acres en el rea, comprendida entre el Golfo de Urabé y el rfo ‘Atrato, pero el Congreso de la Repibblica se negé @ aprobar el contrato. Aunque el coronel Yates salié del pals, aparecié en Bogoté otro agente de la Com- pafifa, Mientras tanto, la gran concesiém Barco, que hacia solo unos afios habla pasado a manos de la South American Gulf Oil Company, fue revocada definitivamente; el primero de octubre de 1928 la Concesién Mares —de la que sacaba 50.000 barriles diarios la Standard— sufrié los ataques de una co- misi6n del Congreso Nacional en Bogoté. El gobierno colombianio ha actuado bajo Ja pre- sién de un fuerte impulso de nacionalizacién, seme- jante al que domina en México en los siltimos tiem- pos. Desde 1919 procura elaborar una legislacién des- tinada a recuperar y preservar para la nacién —algu- ‘nos eriticos opinan que para los politicos— los re- cursos petroleros del pafs. El Congreso Nacional ex- pidié dos leyes, pero fueron declaradas inconstitu- cionales por la Corte Suprema o suspendidas por el Primer Mandatario, y otros dos proyectos de ley presentados ante el Cuerpo Legislativo en 1928 y 1999, respectivamente, no han sido protocolizados atin (1930). Observada més de cerca, la politica del gobierno ‘colombiano puede definirse asi: 1) Decide recuperar ppara lu uacién la propicdad de los recursos petrole. ros inexplotados donde quiera que sea posible. 2) Resuelve aplicar un rigido control sobre la produc: 1B cién de petréleo y sus derivados y se muestra inte- resado en emprender su explotacién, como industria del Estado, especialmente en cuanto se refiere a tie- ras piblicas.’3) Se decide que la nacién obtendré las mayores utilidades posibles por la explotacién de petrdleo, en areas donde ya haya pasado a manos privadas. Se revela, por Jo tanto, una tendencia a gravar con impuestos la industria, hasta el limite méximo de su rentabilidad. Para realizar esta pol tica —que sélo representa un regreso a los princi- pios establecidos por el gobiemo espafiol y por Co- Jombia hasta 1858, en el sentido de que los recursos del subsuelo pertenectan al monarca 0 a la nacién—, es probable que Colombia viole los derechos ya ad- quiridos y frustre las esperanzas de las compaiias petroleras. EI gobierno de los Estados Unidos, que pag una indemnizacién de 95 millones, animado especialmen- te por el proptsito de ayudar a Tas compafilas pe- Twoleras, siguié de cerea los movimentos de Ta Pott tica petrolera colombiana con sutil diligencia, em- pleando esporédicamente presiones diplomiticas y, tal vez en una ocasién, utilizando el poder financie- 10 de los Estados Unidos, para lograr una legislacién més favorable a los petroleros norteamericanos. El que uno crea que lo ultimo es lo cierto depende de la interpretacién que so dé a los motivos tras una circular de advertencia transmitida por el Departa- mento de Comercio a los banqueros (septiembre, 1928). El hecho de que la advertencia se difundiera en el momento mismo en que la actitud de Colombia era menos favorable a las compaiiias petroleras, pue- de confirmar que lo fue. No obstante, la supuesta in- 19 capacidad colombiana para responder a nuevas obit gaciones financieras pudo ser una razén suficiente. El petréleo es actualmente el timico problema im- portante entre los dos paises, pero si el estado fi- nanciero de Colombia Hegara a ser verdaderamente critico, probablemente surgiria otro. Los banqueros hhan obtenido hipotecas sobre casi todo lo que pals tione de valor para respaldar asi sus présta- ‘mos. El incumplimiento de Colombia en el pago de estos préstamos seguramente nos leyarfa @ compli: caciones asombrosas, Si esto ocurriera antes de acla- rar el asunto del petréleo, tendriamos entonces dos problemas: el primero, producto de un conflicto en- tre los intereses creados de nuestros ciudadanos y corporaciones y la ley colombiana, basada en el de- seo de mejoramiento politico y social; 6 el segundo, que encierra Ja posibilidad de serias pérdidas para Jos duefios de titulos colombianos. Casi siempre, en situaciones de esta naturaleza, tanto el petrolero como el duefio de bonos. solici- tan’ respaldo del gobierno. Cuando este respaldo se traduce en una discusién cordial entre los go- biemos interesados y cualquier arreglo parte de un mutuo entendimiento y consentimiento, la accién puede Iamarse cooperacién. Si, a pesar de todo, Jos Estados Unidos reourren a cualquier forma de presién para aleanzar arreglos més ventajosos para sus cindadanos, tendriamos que Vamar a este pro- ceso con el nombre de imperislismo ya que, segtn parece, no seria otra cosa. 6 Confiando, claro est, on Ia honestidad de los legis: adores colombianos. 20 COLOMBIA Y LOS COLOMBIANOS Para una adecuada comprensién de las activi- dades e inversiones que realizan industriales y finan- cistas de los Estados Unidos en Colombia, es requi- sito indispensable elaborar una breve resefia de la geografia, pueblo, recursos, gobierno y politica de este pais. ELMEDIO FISICO ¥ LA GENTE La Repiblica de Colombia esta situada al nor- este de Suramérica y su extensién se estima entre 497.000 y 688.000 millas cuadradas; se desconoce su dimensidn exacta en razén de Ja existencia de Ii- mites indeterminados y fronteras sin explorar ain. Inclusive después de la separacién de Panamé, si- gue ocupando el cuarto lugar en extensién entre los, pajses de Suramérica y es considerablemente ma- yor que los Estados Norteamericanos que lindan con Ia costa atléntica. Es el tmico pais de América del Sur que tiene costas sobre los océanos Pacifico y Atléntico, con un literal de 465 millas en el pri- mero y 640 en el segundo, Tiene tres puertos im- portantes sobre e] Atléntico: Santa Marta, Puerto 21 Colombia (en Barranquilla) y Cartagena, y dos so- bre el Pacifico; Buenaventura y Tumaco, La mejor descripeién de su clima y topografia s, quizé, Ia que aparece en un informe elaborado por uno de los agentes del Secretario de Comercio de Woodrow Wilson. Merece citarse, como modelo de exhaustividad y exactitud: “Los rasgos topogrificos mas destacados de Co- lombia, son: 1) el sistema montafioso de los Andes, diyidido en tres cordilleras que van de Norte a Sur y convergen en el Iimite con Ecuador; se conocen con los nombres de Cordilleras Occidental, Central y Oriental; 2) un elevado nudo de montafias al nor- este del pafs, situado entre la Peninsula de La Guajira y el valle del rfo Magdalena, que es la Sie- rra Nevada de Santa Marta; 3) la meseta de Bogo- td, en la parte centro-oriental del pals y al oeste de Ja Cordillera Oriental, y 4) los grandes “Ilanos”, al sureste del pais, que se extienden desde el limite de la Cordillera Oriental hacia el este, sureste y sur y que limitan con las vertientes de los rios Orinoco y Amazonas; los lanos se extienden sobre un drea mucho mayor que la comprendida por el terreno montafioso y habitado del pais. “.. Jas montafias son el factor dominante ¢ inci- den sobre las condiciones de vida y el comercio. Dificultan y elevan el costo de transporte, condicién que ha impedido la unificacién del pais. Esta cir- cunstancia Io divide en varias regiones, con climas, | productos, caracteristicas raciales y necesidades co- merciales diferentes...” En medio de las cordilleras corren los dos rios ms importantes del pais. El Magdalena, principal via comercial, recorre unas 1.100 millas en el ‘inte- rior, para encontrar su via hacia el mar en el gran valle que separa las Cordilleras Central y Oriental. Es navegable para pequefias embarcaciones en una distancia de 900 millas -en dos secciones divididas por los répidos cerca de Honda~, aunque con fre- cuencia las sequias y los islotes crean dificultades y demoras. El Cauca, segundo en importancia, esté entre las Cordilleras Central y Occidental y es na- vegable —también entre dos sectores— en una lon- gitud de 360 millas, para desembocar en el Mag- dalena, a unas 200 millas de la desembocadura de este ultimo, Otros rios son e] San Juan, el Dagua y el Patia que desembocan en el Pacifico; el Atra- to, el Sint y el Rio Hacha, desembocan en el Atlin- tico. A través de los valles y selvas del oriente co- lombiano, corren muchos rfos que desembocan en el Orinoco 0 en el Amazonas. Son importantes entre ellos el Casanare, el Meta, el Guaviare y el Putu- mayo. “De la misma manera como la topografia divide al pals en distintas zonas, el factor climatérico lo diyide en cuatro, asi: “Primero, el clima de las costas atléntica y pa- cifica, hnimedo y de clevada temperatura durante todo el afio, excepto en Ja Peninsula de La Guajira, mas bien rida y seca. “Segundo, la regién que sigue al interior, com- puesta por elevaciones de 900 a 1.200 mts. En esta parte el clima es todavia muy caliente y Ia vegeta- cién densa, pero el aire es cada ver més fresco, a medida que se asciende en las montafas... “Tercero, las primeras vertientes de las montafias, hasta los 1.800 mts. sobre el nivel del mar, en donde el clima es suave y homogéneo con loviznas mo- deradas. “Cuarto, las cadenas de montafias mds elevadas y las altiplanicies del interior tales como las de Bo- ‘goth, Popayén y Pasto que superan los 1.800 mts y donde el clima es frio; la temperatura oscila en- ire 5 y 17 grados y a la altura de 3.000 mts can hheladas esporidicas. El clima cambia poco con el paso de las estaciones... Las Iluvias son frecuen- tes pero leves y no se presentan los “chaparrones” tropicales, comunes a las cuencas de los rios que atraviesan los valles mAs profundos”.1 Intimamente relacionados con Ia primera zona es- tarian los lanos y las selvas del oriente, que consti tuyen cerca de las dos terceras partes del rea total colombiana. Son tipicamente tropicales, con Muvias periddicas, periodos secos en las llanuras de! norte aguaceros casi perpetuos en las selvas del norte Yel Amazonas, Se presentan all ficbres de todas clases, asi como otras enfermedades y plagas de L : A Commercial and Industrial Hand- book, pat. 24, Ese trabo se elabors durante el so terme otuer chasis In Sekine" Comore mejores trabajos sobre Geogratia de Colombia son: Keene, South and ‘Central America, Vol. [Vergara Velasco, Nueva Geografia, y Regel, Kolumbien. La poblacién de Colombia es todavia muy es- casa. En la época de la conquista espafiola hebia unos dos millones de indigenas en el pais. Esta po- blacién se redujo durante el perfodo colonial, puesto que para 1787 la poblacién era de 1.046.000 habi- tantes. El incremento fue lento a partir de Ja inde- pendencia, Si la tasa de natalidad ha sido alta, tam- ign lo ha sido la de mortalidad y es insignificante el aumento por inmigracién. Puede apreciarse el crecimiento de la poblacién en el siguiente cuadro:3, 1835, 1.686.000 1871 2.951.000 1905 4,143,000 1918 5.855.000 1928 7.993.000 Los elementos raciales que conforman esta po- blacién son blanco, indio, negro, y mezclas de los tres. No se conoce el porcentaje exacto de cada uno, En 1928 el Contralor General de Colombia presenté el siguiente edlculo de los distintos elementos: Elementos ; Porcentaje del total. Blanco puro 328 Negro puro 86 Indio puro 65 Mulatos y Mestizos 52.1 Es probable que los blancos puros no sean tan- tos y que haya, en cambio, més negros, ya que Jos 3. Censo de Poblacién de la Repiblica de Colombia (1918), pag. 441: Institute of Intemational Finance, Credit ‘Position of Colombia, pag. 3 25, INIVERSIDAD JAVERIANA IBLIOTECA GENERAL cS africanos son numerosos en todos los valles cilidos ppoblados. En general puede decirse que los blancos, Gescendientes de espafioles, poseen el grueso de la riqueza total y controlan el gobierno del pals, aun- que a veces negros, mulatos y mestizos gozan de x- quezas considerables y ocupan posiciones de influen- cia. Las grandes propiedades no constituyen una ca- racteristica dominante de la economfa, como sucede fen la mayorfa de los paises latinoamericanos y, st subsiste el peonaje, es solo en las regiones més apar- tadas. Sin embargo, la abolicién virtual del peonaje es mérito, principalmente, de la pasada generacién. En los ultimos afios y por causas que explicaremos después, los salarios del trabajo calificado y no cali- ficado subieron de un valor insignificante a un ni- yel que es sélo 75% menos que el salario medio por la misma clase de trabajo en Jos Estados Uni- dos, POLITICA ¥ GOBIERNO Creada en 1830, después de la disolucién de la Gran Colombia de Simén Bolivar, Ia Reptblica de ‘Nueva Granada —conocida mis tarde como Confe- deraci6n Granadina, Estados Unidos de Colombia y Repiiblica de Colombia—, sufrié una experiencia sangrienta, Para 1903 el pafs habia tenido seis cons- tituciones y setenta, guerras.civiles. Ea una de ellas (1879) [sic] murieron 80,000 hombres; en otra (190-1902), cerca de 100,000. Estos conflictos se explican no tanto por los ce- los y ambiciones encontradas que existfan entre Iide- res politicos ambiciosos de poder, como por dife- rencias casi insalvables de ideales y grupos de in- tereses. Las tendencias reaccionarias se inspiraron en poderosas tradiciones coloniales; la Iglesia era rica, fuerte y, las més de las veces, intransigente, Las guerras de independencia habian agotado los recursos del pafs y faltaban administradores com- petentes, en razén de una politica espafiola que im- pedia al pueblo cualquier tipo de participacién en el gobierno, La topografia, como es légico, entorpecta los proyectos de unidad. Los espafioles no dejaban vias de comunfcaci6n y tres grandes cordilleras, se- paradas por inmensos valles ardientes, imposibilita- ban el répido contacto entre los distintos sectores de la poblacién. Finalmente, los antagonismos que existfan entre las ciudades costefias de Cartagena, Santa Marta y Barranquilla y la capital, en el inte- rior del pais, eran grandes, También lo eran las riva- idades entre Ios Ideres profundamente conservado- res de Pasto y Popaydn y jefes més progresistas de otras regiones; entre los habitantes de Medellin, tra- bajadores e industriosos y los politicos sofiadores y literatos de Bogoté. Dos partidos, de hondas diferencias, existieron casi desde el comienzo de la nacién colombiana. Por un lado estaban los conservadores, partidarios de la centralizacién administrativa, los privilegios eclesiis- ticos, la intolerancia religiosa y el sufragio limitedo. Por el otro, los liberales, que preconizaban el fede- ralismo, la separacién de la Iglesia y el Estado, la secularizacién, lq tolerancia religiosa, el sufragio universal y otros principios de las Revoluciones Fran- cesas de 1789 y 1848. 2 Por mucho’ tiempo estos grupos tuvieron un res- paldo equilibrado; de ahi la violencia de la lucha. Los conservadores controlaron el gobierno nacional durante casi todo el periodo, hasta 1849, y estuvo en manos de los liherales desde esa fecha hasta 1880, Aunque Rafael Nifiez, presidente de ese en- tonces, fue la carta de los liberales, en realidad siguié las politicas del partido contrario, que se sos- tuvo en el poder hasta agosto de 1930, exceptuando el gobierno de Carlos E. Restrepo (1910-1914), que subié a la presidencia por intermedio de una coali- cién, En 1903, Colombia parece superar la era de las reyoluciones, debido, en parte, al desconcierto provocado por la pérdida de Panamé, Desde enton- ces no se han producido conflictos de mayor im- portancia y dos presidentes han renunciado, antes que sumergir al pais en nuevas luchas intestinas. ‘A principios de 1930 y a causa de divisiones in- ternas dentro del partido conservador, votantes libe- rales y conservadores eligieron presidente a un li- beral moderado, el doctor Olaya Herrera, Fue una eleccién insélita en los anales de la nacién: no hubo ‘un solo muerto, ni una sola protesta. Un largo pe- riodo de armonfa y estabilidad parece anticiparse. Las personalidades y politicas de Tomés Cipria- no de Mosquera y Rafael Nfiez ilustran perfecta- mente los desérdenes surgidos en Colombia y el cardcter de sus dirigentes politicos. Mosquera fue tun conservador convertido en liberal y Niifiez un liberal couvertido al consexvatismo; en ambos parcee haberse operado un cambio politico sincero, Mos- quera, héroe militar de la patria, subié’ al poder apo- 28 yado por el ejército e impuso su politica por el te- ror. En su primer gobierno (1845-1849), traté de promover la construccién de carreteras e inicié la navegacién a vapor sobre el rio Magdalena; reforné, el sistema diddctico en la ensefianza superior; es- timulé la educacién popular y luché por mejorar las finanzas del pais. Durante su segundo y tercer pe- riodos (1861-1864 y 1866-1867) lanzé una “kultur- Kampf” contra la Iglesia Catdlica, expuls6 a los Je- suitas, confiseé los bienes eclesidsticos, suprimié los conventos y otras casas religiosas, separé a la Igle- sia del Estado y promulgé una constitucién federal que abolia la pena de muerte y garantizaba todas las libertades, inclusive Ia del culto religioso. Niiiiez apeld en gran parte a la légica, a la elo- cuencia y a la manipulacién politica para ejecutar su programa de gobierno, aunque a veces recumié a la espada, Fue primer mandatario por espacio de veinte aiios, durante ‘catorco de los cuales ejercié un dominio total sobre el pais. En esta época, promul- 6 una constitucién centralista (1886), firmé el Con- cordato con el Papa (1887), reformé el servicio de administracién piiblica y adelanté mejoras interaas en el pals. Filésofo religioso y mistico, hizo cuanto pudo para beneficiar a la Iglesia, sin renunciar com- pletamente al dominio del Estado sobre ella. Se le confirié al catolicismo romano el rango de religién oficial del Estado; a la Iglesia se le permitié com- prar, poseer y administrar propiedades; se recupe- raron 0 compraron los bienes que haba perdido con la accién de los liberales; se permitié la restauracién de las érdenes religiosas; la educacién se orientaria segin el dogma catélico y en muchos aspectos la 29 I disfrutaria de absoluta independencia frente a] poder civil, aunque se le concedié cierta toleran- cia a los credos no catélicos, La Iglesia Catblica Romana ejerce gran influen- cia sobre la politica colombiana desde 1886, Con- trola el sistema educativo, registra defunciones y na- cimientos, monopoliza las ceremonias matrimonia- les siempre que se trate de oatélicos y administra los cementerios del pais; con frecuencia ha podido de- terminar las elecciones ¢ imponer su voluntad a los funcionarios piblicos de la nacién. Desde que Ia Asamblea Nacional hizo renunciar ‘a Rafael Reyes (1909), dictador cuya ilusién era imitar a Porfirio Diaz, el Congreso disfrata de un poder considerable en el gobierno nacional. La ‘prensa, que aparentemente goza de la mayor liber- tad de expresién, constituye también una fuerza de no poco vigor. Las elecciones, como en el pasado, son impuestas casi siempre por el partido en el po- der, aunque los liberales han revelado una paciencia singular. La eleccién que tuvo lugar a principios de 1930 quiz4 fue Ja més justa que se haya presentado en toda Ia historia de Ja repiblica. Es probable que hoy en dia Colombia sea tan democrética —polttica- ‘mente—, como cualquier pafs que comparta el nivel de pobreza e ignorancia de sus habitantes. Aun cuando el poder esté formalmente centralizado, tan- to las Asambleas Departamentales y sus diputados ‘como los conesjales munictpsles gozan de bastante autonomia en el ejercicio de la administracion real. En apariencia, Colombia ha logrado su estabilidad politica y avanza hacia una mayor eficiencia admi- nistrativa.4 RECURSOS NATURALES, INDUSTRIA Y COMERCIO: Colombia es ua tierra de inmensos recursos na- turales. Los més impotantes son: petréleo y metales preciosos; carbén y caidas de agua; un suelo y un clima que favorecen el cultivo de café, maiz, tabaco, frutas tropicales, cafia de azticar y probablemente también caucho; pastos fértiles para la industria del ganado y, finalmente, madera y otros productos fo- restales. EI primer renglén de Ja economia nacional es la agricultura, El siguiente es el valor ponderado de los productos agricolas en 1927: Valor en pesos Porcentaje Producto (cir. US$09T) — del Total Matz 160,000.00 38.2 Café 89.917.256 216 Aziicar 29.240.000 69 Banano 8.800.000 10 Papa 22,600.00 55 Tabaco 7.000.000 LT Restantes 79.388.240 191 Total 416.045.496 100.0 4; Los, planteamientos de este pérrafo. se besan en obser vaciones personales, cartas de amigos colombi: Gh una zevision de laa colceciones. de Yoo. principalca periédicos colombianos, desde abril de 1927 ‘hasta ma. yo do 1930. Ver, en’ particular, los archivos de El Tiempo (liberal) y de El Debate (conservador), du- De donde se desprende que el maiz y el café son, a todas Iuces, las cosechas més importantes. Entre los productos, restantes estin cacao, trigo, le- gumbres y diversas frutas tropicales. Colombia ocupa el segundo lugar entre los paises productores de café en el mundo y en la dltima década su produccién aumenté a un ritmo més acelerado que el de cual- quier otra nacién. La ganaderfa es también una industria impor- tante, aunque considerablemente menos importante que la agricultura, En mis ¢le diez millones se cal- culé el’ nimero de cabezas de ganado vivo en el pafs, en 1928. La distribucién era ast: vacuno 6.500.000 ovino ‘800.000 cabras 410.000 poreino 1.400.000 caballar 980.000 burros 140.000 mulas 360.000 Total 1.590.000 Le siguen en valor los productos del subsuelo, que consisten principalmente en petréleo, platino, oro y plata, El primero, ha Ilegado a ser mis importante que el resto de los demas. En 1924 la produceién ante este periodo. El resto de la I Seccién se basa ‘en demasiadas fuentes como para citarlas en detalle; Hi sibareo, ‘cones Hema y‘ArroMs,Hioria Ge Colombia, Garcia Calderdn, Latin American, Pare seas 20121% W. S_ Roberson, History of fhe Latin Aierican Nations, aga. 358-384. colombiana de petréleo crudo fue sélo de 445,000 barriles, pero en 1927 subié a 15,002000 y a 19,900.000 en 1928. Se calcula entre 30.000 y 70.000 millas cuadradas el area nacional de campos poten- ciales de petréleo. La importancia relativa de los metales preciosos producidos por Colombia ha dis- minuido en los iltimos afios, excepto en el caso del platino, De pocos afios para acd, la produccién (en onzas) es ésta: 1913 1923 1927 Platino 17.635 40.676 39.996 Oro 143.757 275.788 72.563 Plata 587.683, 3.150. 131.417 La produccién total de estos metales precicsos valia vinicamente $ 6.000.000 en 1927, mientras que la produccién de petréleo durante el mismo afio al- canz6 un valor de $ 23,000,000. Estos son los articulos mas importantes que pro- duce Colombia en el presente. El caucho salvaje se encuentra en algunas partes y, sin duda, grandes terrenos se prestan para su cultivo, pero poco se ha hecho para explotar estos recursos. El potencial to- tal del pais en fuerza hidréulica se calcula en cua- tro millones de caballos y, sin embargo, se han de- sarrollado s6lo unos cuantos millares. Los recursos de carbén ascienden a 27.000.000.000 de toneladas, pe- ro se estén explotando tnicamente tres 0 cuatro mi- nas, Existen cantidades inmensas de madera y pro- ductos forestales, mas ha sido poco el esfuerzo para aprovecharlos, Las industrias se encuentran todavia en estado incipiente. El status econémico internacional de Colombia depende, fundamentalmente, del café, ol petréleo y ‘el banano, En efecto, de no ser por la biisqueda te- naz del petréleo, se diria que su status econémico depende casi exclusivamente del café, ya que éste es el vinico articulo de exportaci6n importante pro- ducido por los colombianos. La produccién de pe- tréleo y banano depende en gran medida de com- paffas extranjeras; el petrleo estd por completo en manos extranjeras. De ahi que pueda conclufrse que, en tiltima instancia, el café determina el po- der adquisitiyo del pueblo colombiano en los mer- cados extranjeros y en Ja balanza de comercio in- ternacional. Representa, ademAs, una fuente vital de ingresos fiscales de la nacién, pues los impues- tos de importacién y otras sobretasas constituyen casi la mitad de estos ingresos. Si disminuyera la _produecién de café 0 bajara el precio del mercado Por debajo de los costos de produccién en un lapso do dos o tres afios, el gobierno nacional tendria que afrontar serios problemas financieros, Hasta ahora, solo percibe $ 2,000,000 anualmente por concepto de petréleo y probablemente menos por las ventas de banano. En el cuadro de la pagina ... pueden observarse la naturaleza y el valor de las exporta- ciones colombianas, Porcentaje del Total PRODUCTOS AGRICOLAS 70915.918 85.883,869 PRODUCTOS DEL SUBSUELO 22,342,797 tras Exportaciones 108,998,723 141,717.433 ‘TOTAL DE EXPORTACIONES Estas cifras muestran claramente el papel deci- sivo que desempefia el café en el comercio interna- cional del pais. Probablemente solo la tercera parte del precio de exportacién del banano le correspon- de a los cultivadores nacionales, Desde el punto de vista de la economia internacional, Colombia es la tierra del café, como Bolivia lo es del estaiio>. Y cada vez es mis también la tierra del petréleo. UN PAIS ATRASADO ‘A México se le ha comparado con un mendigo sentado sobre un bail de oro. Esta imagen puede aplicarse a Colombia casi con la misma propiedad. Ciertamente pudo aplicarse en el afio de 1913, an- tes de la guerra mundial, cuando las grandes inver- siones de capital americano empezaron a levantar cl pafs ¢ inauguraron la que promete ser una nueva era. Habra que ver quién echa mano de la parte del leén cuando el saco se abra completamente: los colombianos, o los extranjeros. g¥ qué condiciones dominaban en Colombia a principios de la segunda década del siglo? Ser de suma utilidad una somera descripcién del pais en esa época, a manera de introduccién a algunos de los fendmenos estudiados en los capitulos siguientes. wfc tee te ee iti ;, Miller ir |, _Minet i Bea ea ees Wee aE with Si Meat a ale aa 1925, 1926, 1927, 1928). 5. Los datos de esta trabajos: Institute La poblacién pasaba de cinco millones de ha- bitantes, 75% de Jos cuales eran analfabetos. Con un millén de nifjos en edad escolar, Colombia tenfa ini- camente 249,000 alumnos matriculados en escuela primaria. Los’ que asistian a la escuela secundaria 'y @ instituciones de ensefianza superior dificilmente Hegaban a 30,000. De una poblacién total superior a los cinco millones, {menos de 173.000 personas ¢s- tudiaban y cl mimero de centros educativos de to- dos los niveles apenas Hegaba a 4,371 en la Colom- bia de 1912! Aunque Ia era del ferrocarril habla nacido largo tiempo atrés en el pais, habia menos’ de 700 millas de via abierta en 1913 y ésta consistia en trechos aislados de carrilera. En el afio anterior los trenes habian transporta- do 384.000 toneladas de carga y 1.951.000 pasaje- os. Existia apenas una corta longitud en carrete- ras; los islotes y obstaculos entorpecian el transporte fluvial, tanto en la boca de los rios principales como a lo largo de todo su trayecto. Para viajar de la costa del Caribe a la capital, pasajeros y equipajes tenfan que subir al barco y bajar de él por lo menos siete veces. Un viaje de Barranquilla a Bogots y de esta ciudad a \Pasto o Buenaventura exigia cinco o seis semanas, en las mejores condiciones posibles. Un escritor que conoce el pais personalmente, ciarra Ja descripcién de este viaje asi: “En mula montafiera, casi siempre con el barro a la rodilla; o a caballo Jentamente bajo un sol tropical abrasador; en canoa 0 en barco de vapor; por la selva o al borde de pre- cipicios que dan vértigo, hemos hecho un largo viaje, 37 paciente lector; la fatiga nos abruma y merecemos ya el deseanso, cerrando este, capitulo” 6. Las comunicaciones eran igualmente incipientes, Habia 11.860 millas de cable telegrifico, a través de las cuales se enviaron 1.927.000 mensajes en 1913 y 5.094 millas de cable telefénico, que unian 3.177 teléfonos. En el afio de 1912 cinco millones de per- sonas despacharon apenas 6.961.000 cartas per me- dio de jas oficinas de correos. Lo agricultura era atrasada, Un cindadano de los Estados Unidos con mis de veinte afios de ex- pperiencia en el pals, escribié: “Se desconoce la agri cultura como ciencia... excepto en uno o dos ca- 30s aislados. Donde parece estar més desarrollada es en la Sabana de Bogoté; alli pueden verse algu- nos arados, cultivadoras y cosechadoras trabajando (de manufactura norteamericana)”. Matz: “No se Busca un cultivo racionsl, Este es el método: se quema el pasto, el bosque o la maleza y luego se siembra la semilla en hoyos formados con una ¢s- taca, a distancias que varian entre tres y seis pies, segin el suelo, y se colocan dos o tres semillas en cada hueco. A las tres semanas de ee se efectéa la limpieza, a mano, con un , para tear la malesa, Se olvida el sembrado hasta el momento de la cosecha”, Cafia de azicar: “Esta in dustria permanece ain en un estado bastante pri- mitivo, con dos excepciones...” Café: “Como su- cede con las demés semillas, pricticamente no exis- te un cultivo sistematico del café; dos o tres veces 6, Eder, Colombia, pag. 110. al afio se emprende una limpieza de la maleza, ya sea con azadén 0 con machete. En ciertos sectores se poda el terreno pero, como de costumbre, sin méiodo, de modo que se hace mis dafio que be- neficio” La misma deficiencia técnica acompafié a la in- dustria ganadera, excepto en las zonas aledafias a Bogotd, donde se le cotifirié cierta importancia a la seleceidn del ganado y a la produccién de leche. En relacién con 1a industria ganadera un experto ob- servador decia: “A los animales no se les presta ni gin cuidado, en absoluto; las vacas pastan y dan a luz al aire libre, y rebafios se engordan con solo un hombre que los cuide, Siempre que muere un animal, es la “peste”. Los duefios mas precavidos les dan sal solo una vez al mes y de vez en cuando Jes extraen unas cuantas garrapatas... Solo. ilti- mamente algunos ganaderos empezaron a tomar me- didas preventivas contra los primeros sintomas del carbén. Con dificultad se intenta tomar medidas preventivas contra la peste de garrapatas, que se presenta con frecuencia en algunas regiones del pais... La lecheria es todavia muy primitiva” 7. La historia seria interminable, Gon su inmenso potencial de fuerza hidréulica, Colombia no tenia siquiera media docena de plantas eléctricas. Los bi- Hones de toneladas en recursos de carbén estaban casi virgenes. Pooa atencién se prestaba a los bos- 7. Citas tomadas de, Charles J. Eder, en la obra de P. J. Eder, "Colombia", pag. 140. Para otros datos de. ost parte, ver Op. cit. pag. 249 y el Commerce Yearbook (1925) det iamento de Comercio de los Estados Unidos, Vol. TH, pag. 699. ques, aunque se extrafa cierta cantidad de madera, tagua y drogas. Cientos de millones de barriles de leo esperaban pacientemente bajo terrenos de miles de millos cuadradas, pero el petréleo se im- portaba. Cuatro millones de cabezas de ganado pas- taban en los valles y Ianuras, pero no existia una sola empacadora de carne en todo el pais: La ma- laria, la anemia tropical y el tifo se propagaban sin cesar y la fiebre amarilla llegé a imponerse en va~ rias regiones y, sin embargo, no se mostraba gran interés hacia la higiene y la salud publica. En 1913, jel comercio exterior del pais sélo ascendia a $ 5.00 per cépital En las ciudades de Cartagena, Bogot4, Medellin, Cali, Popayén y Pasto merodeaban pequefios gru- ‘pos de poetas, periodistas, historiadores y otros lite- rati hombres y mujeres de cierta cultura— que se jactaban, no sin justificacién, de que Colombia fuera Ja “Atenas de Suramérica”. Pero, gqué sabfan los atenienses de la ciencia modema y de su aplicacién a la realidad? Segura- mente los colombianos no sabfan més. Cuando en diciembre de 1912 Manuel Ugarte visité a Bogota, escribié asi “Latin, literatura, erudicién, son los ricos ele- mentos de una cultura superior. Pero poco tienen que hacer, no influyen sobre el desarrollo de sociedades en construccién. .. “La vida trae consigo necesidades imperiosas que no pueden satisfuverse con citas de Horacio; nues- | tras comunidades preparadas para todo menos para el papel que les asignd el destino, entregaron al 40. saqueo sus riquezas 0 las depositaron en manos aje- nas. Y... por riqueza no aludo s6lo a los tesoros ex- plotables que yacen sobre la tierra 0 debajo do ella —minas, bosques, depésitos de petréleo, ete—, sino también a las funciones a las que abre su horizante la comunidad —construccién del transporte, traba- jos piblicos, higiene, técnica, nutricién, etc, Pue- de decirse que el pueblo casi nunca afronté con se riedad las necesidades mis urgentes en todos esos campos... Y ello se explica por la arrogancia Ite- aria que sustrajo a muchos de toda realidad prbo- tica, y por Ja ausencia de preparacién técnica, que les ‘entorpecié a otros la posibilidad de desempe- fiar una actividad fructifera” &, Con todo, debe aiadirse que existian otros mo- tivos de este atraso general en Colombia: razas pri- mitivas absorbidas en el cuerpo politico y social, la herencia espafiola de intolerancia, represién intelec- tual, corrupeién politica e inexperiencia administra- tiva; una larga y agotadora lucha por la indepen- dencia y, en consecueneia, todo un siglo de anar-» quia; terribles desventajas topograticas y climaté- loa, Pero el atraso del pais brinds jugosas opor- tunidades al capital norteamericano y a su talento emprendedor, que antes de 1913 llegé gradualmente para arremeter en grandes ol 1 Bora anemeter en grands oleadas después do le Usarte, Op. cit. pags. 166-167 PRIMERAS ACTIVIDADES E INVERSIONES Hasta Ja época en que estallé la guerra mun- dial, las inversiones de capital norteamericano en Colombia eran relativamente pocas. No se conocen las cifras exactas para esa época. El total de inver- siones en 1881 se acercaba probablemente a'$ 14 millones; en 1903, después de la secesi6n de Pana- mé —donde estaba gran parte de este capital, pro- bablemente no pasaba de los $ 8.000.000; el doctor Max Winkler Io calculé en $ 2.000.000 en 19131. Esta iltima estimacién es bastante baja, pero aun ‘cuando se multiplicara por dos, el total estarla le- “jos de ser impresionante, Las inversiones pueden dlasificarse asi: ferrocarriles y candles, mineria y aserraderos, agricultura y ganaderfa, plantas eléc- tricas y préstamos, periédicos, bienes rafces urbanos | y establecimientos comerciales. Los ciudadanos norteamericanos, en su desem- pefio en Colombia, demostrazon la misma tenacidad en su energia, las mismas tendencias adquisitivas 1s of United States Capital in Latin Amer 1 aver 275. Ba $3,000,000 extenaba Winkler Tas a. SassPae Go ‘capital norieamericano en Fanamé, €0 SHOES Est Probatlemente Hegeban 2 14 millones y especulativas que los volearon hacia la conquista progresiva del coraz6n del continente norteamerica~ no. De sus empresas, algunas dejaron utilidades in- mensas, otras, solo fatigas y pérdidas financieras, ‘TRANSPORTE, Entre los primeros que se interesaron en las co- municaciones interocednicas por Colombia, a través de canales o por otros medios, figuran los norteame- ricanos, Fueron los primeros en examinar detallada- mente Ja ruta del Atrato y completaron la construc- cién del Ferrocarril de Panama, en 1855; en 1854 ob- tuvieron una concesién para construir una carretera entre la laguna de Chiriqui y la ciudad de David; su gobiemo abrié el Canal de Panamé en 1915, con un costo de casi 400 millones de délares, doce afios des- pués de que el Canal escapara de las manos de los colombianos. El coronel William Duane, pariente de Benjamin Franklin y amigo personal de don Manuel Torres {primer embajador de Colombia ante el gobiemo de Washington), preparé el terreno, Enviado al pais con dinero de norteamericanos, legs a Bogot en 1822-23 y propuso al gobierno de la Gran Colombia construir un canal en Panamé. Fueron initiles sus esfuerzos, 2 A Duane Ie siguié Charles Biddle, de Filadelfia, hermano del conocido financista Nicolis Biddle. En mayo de 1835 el presidente Jackson lo nombré “agen- te especial... para realizar observaciones y obtener 2 Duane, A ist to Colombia in the Years 1822 and a informes relacionados con los proyectos tendientes a conectar los océanos Pacifico y Atléntico”. Sus ideas sobre Ja relacién que deberia existir entre gobierno y capitalistas recuerdan las de su hermano: se vali de su misién oficial para obtener una concesién para una compafifa que queria organizar. Lleg6 a Panama a fines de 1835 y, pasados unos meses en esta parte del Istmo, salié para Bogota con uno de los senado- res de la Nueva Granada. Después de un largo viaje Tlegé a la capital y, el 22 de junio de 1836, se le otor- 6, entre otros privilegios, un permiso para construit un ferrocarril que cruzarfa a Panam4. En noviembre regres6 a su tierra natal y murié el 21 de diciembre. Fue asi como escapé a la severa reprimenda del ai- rado Jackson que en ningtin momento desconocié el flagrante abuso de esta misién3. La concesién mu- rié con el hombre que la habia obtenido. Esa fue la suerte de los dos primeron proyectos sobre comunicacién interoceénica en Colombia. Me- jores perspectivas aguardaban los esfuerzos de Wi- iam H. Aspinwall, Henry Chauncey y John L. Ste- phens, conocido este tltimo por sus excelentes libros sobre América Central y Yucatén, En Washington iembre 28, 1848-, firmaron un contrato con el embajador de Nueva Granada, acuerdo que estip- laba la construccién de un ferrocarril sobre el Ist- mo, Al afio siguiente, la legislatura del Estado de Nueva York les adjudicé el permiso para la forma- ci6n de una sociedad nénima, conocida con el nom- bre de Compafifa del Ferrocarri] de Panamé. En el Departamento de Estado de los Estados Unidos, Agen- tes Especiales, Charles Biddle. afio de 1850 Stephens se movilizaba Agilmente entre los politicos de la capital granadina donde, el die 4 de junio, logré un contrato mis elaborado. Por esa ép0ca, ya los Estados Unidos habfan adquirido la Costa Pacifica, Sutter descubrfa un valiso. metal amarillo y comenzaba la fiebre del oro en Califor- nia, El largo recorrido a través de valles, montaias y semi-desiertos anglo-americanos era dificil en ox- tremo y con frecuencia fatal; la ruta del Comodoro Vanderbilt por Nicaragua era extenuante y no muy envidiable; el primer ferrocarril continental de los Estados Unidos no se terminé sino veinte afios des- pués, Casi dos décadas de transporte férreo muy provechoso tenian por delante los hombres capaci- tados y suficientemente valerosos que emprendieran este trabajo en Panamd. “Después de una serie de investigaciones y de tn estudio cuidadoso de la costa, se decidié estable- cer como estaciones terminales del ferrocarril a la Bahia de Limén o Bahia Naviera, como se Je Tlama- ba con frecuencia, sobre el Atléntico y a la ciudad de Panamé sobre el Pacifico, Mr. J. L, Baldwin, in- geniero empleado por la compaiifa, descubrié un pa- so entre las montafias en un lugar Hamado Culebra, cuya mayor elevacién era de 286 pies, segiin su pro- pio céloulo, Esta brecha se hallaba sobre la via de unién entre la Babja Naviera y Panamé e influyd de una manera definitiva en la eleceién de tal ruta por parte de la compafiia. En 1849 se firmé el con- trato con George M. Totten y John C, Trantwine. Segin el plan original, se empezarla a trabajar sobre la Serranfa del Istmo, a unas treinta millas del Atlin- tico, utilizando el Rfo Chagres, que parecia navega- “5 ble para buques de escaso calado, para el transporte de materiales, maquinaria y hombres; pero el pro- yecto xesulté inoperante, El rio Chagres no era na~ vegable sino en un tramo de 8 millas, cuando Ia co rriente era escasa, mientras que en las crecientes las corrientes eran demasiado fuertes para este tipo de embarcaciones. Entonces se decidié emprender la obra en la Bahia Naviera, La compafila compré la Isla de Manzanilla para usarla como terminal en el ‘Atléntico, Esta isla tiene aproximadamente una mi- la cuadrada de extensién y un brazo superficial la separa del continente, Por esa época era muy panta- nosa y estaba cubierta de espesos manglares y selva tropical. Las primeras trece millas de la via, a partir de esta isla, atravesaban un terreno abrupto y pan- tanoso, cubierto por una espesa maleza tropical, le- na de reptiles y nubes incalculables de insectos da- finos. En mayo de 1850 Trantwine y Baldwin lle- garon en canoa hasta Ia isla y, con un pufiado de indios, se dieron a desmontar selva... Encontraron un pueblo selva adentro al que lamaron Aspinwall, en memoria del promotor original de la obra.4 De Cartagena y Nueva Granada Hevaron los obreros, ‘que tenian experiencia en trabajos semejantes. Se su- puso que podrfan resistir las condiciones de] clima en Panamé, pero unas semanas después del desem- barco la mayoria estaba ya enferma de malaria; al- murieron y el trabajo se suspendié pri mente hasta conseguir reemplazos. Desde un comien- zo, el problema de la mano de obra fue el mas com- plojo para Ios contratistas, Se trajeron irlandeses de TH nombre actual de Ia civdad es Col6n. 46 Nueva Orleans, negros de Jamaica’ y gentes de los paises tropicales adyacentes; pero los mejores sucum- ~ bieron al clima y,,los que resistieron, arrojaron resul- tados insatisfactorios. Se discutié largamente y se Nlegé a la conclusi6n de que el obrero chino seria el mis adecuado; mil chinos enigmAticos se importa- ron, pero no habfan pasado treinta dias cuando ya estaban invadidos por una melancolia incontrolable; muchos de ellos se suicidaron, cantidades cayeron enfermos y, dos meses después de su Hegada, no que- daban més de 200 en condiciones de trabajar 6, Lle- g6 un momento en que, con gran esfuerzo, la com- pafifa logré tener 7.000 obreros trabajando en la cons- truccién de esta via. Los agrimensores, para ubicar Ja ruta, debieron trabajar por muchos dias con el agua o el barro a la cintura, respirando una atmés- fera de vapores pestilentes y acosados por los mis desesperantes insectos. Pero, con el arrojo y la volua- tad inquebrantable tan caracterfsticos de los nortea~ mericanos, Iucharon desesperadamente contra las di- ficultades que parecian insalvables y, en octubre de 1851, e] tren de la construccién cruzaba una carri- lera que iba desde Aspinwall hasta Gatun, a una dis- tancia de 8 millas. Al siguiente mes, dos barcos que transportaban 1.000 inmigrantes con destino a Cali- fornia por la via Panamé, incapaces de anclar en la boca del rio Chagres... se refugiaron en el puerto de Bahta Naviera... los pasajeros de los barcos cma- 5. Los Negros de Jamaica soportaron el rigor del tra- ‘bajo y sin 98 ayuda, probablemente no se habria ter 6. Hl nombre de la pequefia estacién de Matachin con- ‘memora su tragico destino. Significa carnicero. 47 zaron Ios pantanos hasta Gatun en los trenes de car- ga y de alli siguieron rumbo a Panamé, Fue éste el primer servicio comercial prestado por el Ferrocarril de Panamé. Desde entonces los barcos, en lugar de Megar a la boca del Chagres, echaron anclas en Bahia Naviera... y, el 2 de febrero de 1852, se fundé ofi- cialmente la ciudad de Aspinwall, Finalmente, el 2 de enero de 1855, transcurridos més de seis afios de dificultades indescriptibles, se concluyé la carrilera de 47 millas de largo, con un costo superior a los $ 8,000,000. A un norteamericano que no ha vivido en el trépico y que carece de experiencia en la pe- netracién de pantanos y selvas tropicales, le queda imposible comprender la magnitud de estas dificul- tades..."7 La concesién otorgada al Ferrocarril de Panamé por la Repiblica de Nueva Granada era bien libe- ral. Decfa, entre, otras cosas, que: “Mientras el privi- legio exclusivo dispensado a la compafiia o a las per- sonas comprometidas a construir este ferrocarril en- tre los dos océanos continie vigente, el gobierno de la Repiblica acuerda no construir otro ferrocarsil sobre el Istmo de Panamé ni, bajo ninguna circuns- tancia, conceder este derecho a cualquiera otra com- pafifa”; de la misma manera, se estipulé que “mien- tras el privilegio antedicho continie vigente, el go- bierno de Nueva Granada no podré emprender la 7. Senate Document, N° 429, Congreso 592, primera se- sign, Serie 4919, ‘pags. 4 2 6, Este magnifico “Informe de Yseph L- Brislow, Comisiondo Eapecal dl Ferro. carril de Panama”, representa, con mucho, lo mej fl tema, Incluye un valioso apéndice de docu- apertura de ningun canal maritimo para unir los dos océanos a través del Istmo de Panamé ni se le per- mitiré a otras personas, sin el previo acuerdo y con- sentimiento de dicha compaiia’.® En 1867, cuando empez6 a pensarse m&s en se- rio en la posibilidad de construfr un canal, esta il- tima cléusula se modificé as‘; “Pero queda estipula- do que el derecho concedido a la compaiifa para dar su consentimiento no se extiende a oponerse a la construecién de un canal sobre el Istmo de Panama (excepto sobre la misma ruta del ferrocarril), sino a fijar un precio justo por tal privilegio y como indem- nizacién por los perjuicios que pueda sufrir la com- patie del ferrocarril, por la rivalidad 0 competencia del canal’. 9 ‘La concesién de 1850 tenia una vigencia de cua- renta y nueve afios, durante los cuales el gobierno de ‘Nueva Granada deberia percibir el 8% de las utli- dades netas producidas por la compafifa. La de 1867 duraria 99 afios y a Colombia se le pagarfa una su- ma anual de doscientos cincuenta mil délares, a mas de un millén de délares en efectivo. El gobierno co- Jombiano recibiria también Ia mitad de la indemni- zacién que fuese impuesta a cualquier compaiia que proyectara la apertura del canal. EI ferrocarril fue un éxito desde el comienzo. La cantidad de pasajeros y de carga era enorme. 10 “El Tooeph L. Bristow", pag. 210. 9. Idem, Articulo I del contrato de 1867, pag, 220. 10. El precio para pasajeros en primera clase era de $ 25.00 y las tarifes para equipajes eran igualmente caras. 49. dades de la compafiia de 1853 a 1881... correspon- dia a una suma ligeramente inferior al 16%”, El divi- dendo mis bajo de este perfodo fue del 3% en 1871, y el mayor, del 44%, en 1868, sin incluir los dividen- dos en acciones, de los cuales hubo dos; uno del 10% en 1853 y otro del 40% en 1865.11 Cuando los directives de la Compaiiia Francesa del Canal, organizados por De Lesseps, buscaban la manera de actuar en Panamé (1878), resolvieron ‘comprar el ferrocafril para evadir asi el pago a Co- Jombia de la indemnizacién que, segin el articulo Il del contrato de 1867, debfa cobrar la Compafifa del Ferrocarril de Panamé a cualquier organizacién que pretendiera construir un canal a través del Ist- mo, “Después de repetidos esfuerzos lograron, en agosto de 1881, apoderarse del 68% de las acciones, pagando $ 250 por cada una; ademés, permitieron que los accionistas norteamericanos despojaran a Ia compafiia de sis existencias y excedentes acumula- dos, de modo que la suma recibida por los accionis- tas norteamericanos ascendié a casi $ 291 por ac- cién, ..”12 Los norteamericanos que tenian los 2/70 restante de las acciones, recibieron un promedio anual de dividendos del 8% durante los trece afios si- guientes, Entonces las vendieron al gobierno de los Estados Unidos. 11. Bristow presenta ung tabla de dividendos en la pag. 237 de su “Informe”. 12, La compaitia primero fue influfda_probablemente, por sa interés en “comprar” la disminucién del rechaz0 yanqui a su proyecto del canal. dividendo anual promedio que se pagé de las utili- - Aparte del proyecto del Ferrocarril de Panamé existieron otras aventuras de transporte en Colombia en las cuales participaron algunos ciudadanos nor- teamericanos, Pero ninguna de ellas fue tan rentable como la de Panamé; algunas, en efecto, condujeron fa grandes pérdidas de dinero y energias. Fuera del Ferrocarril de Panamé, todos los de- mis proyectos de transporte interocesnico fracasaron, hhasta Ia apertura del Canal en 1915. Pero nos inte- resan tanto los fracasos como los éxitos. El 20 de febrero de 1854, el norteamericano A. W. Thompson obtuvo permiso para construir un fe- rrocarril en Panamé, entre la Laguna de Chiriqui y David —cerca del puerto de Golfito~. La conce- si6n incluia una buena extensin de tierra, E] 3 de marzo de 1866 Thompson logré otro contrato que lo autorizaba ‘para crear dos lineas de vapores, una sobre el Atldntico y otra sobre el Pacifico, No cum- plié ninguno de sus contratos, aunque se las arreglé para inducir a la marina de los Estados Unidos a rea- lizar un estudio de la zona. Poco después se cred la Chiriqui Land and Devolepment Company, con el fin de apoderarse de las concesiones y en 1882-1883 algunos estadinenses que se habian interesado en el asunto trataron de venderle al gobierno de los Es- tados Unidos, por $ 200.000, el derecho a usar las tierras para una estacién de abastecimiento de car- bén. El gobierno colombiano protest y declaré que hacia tiempos habfa cesado la concesién; aparente- mente, el asunto se enterrd. 13 13, Uribe, Anales, Vol. IV, pags 265-267; Warden y El- 1 ‘A Joseph Gooding, joyero norteamericano que vi- vié muchos afios en Bogota, se le permitié abrir una carretera interocednica en el Chocd, el 28 de abril de 1855. Por lo visto, nunca se hizo nada para rea- lizar esta empresa. Un tercer proyecto correspondié al de Frederick M. Kelley, capitalista neoyorkino, de mistica e ima- ~~ ginacién desbordantes, que lamé Ia atencién a las grandes potencias del mundo sobre el rio Atrato y las ventajas que ofrecia como via de comunicacién entre el Atlantico y el Pacifico. Esta actitud inusita- da de Kelley seria tentacién suficiente para exten- dernos sobre sus planes y trabajos. No obstante, bas- tard con algunas citas de una monografia que pu- blicé en 1859. “El més fantéstico entre los proyectos de esta era de maravillas”, deca, “es aquel que quiere darle al comércio del mundo un pasaje maritimo sin trabas, por América Central, del océano Atldntico al Pa: cifico. “Hace siete afios, Aquel que dirige las mentes de los hombres hacia todo cuanto hace bien o con- fiere distincién, supo orientar mis pensamientos ¢ inguietudes hacia este campo de noble empresa ¢ investigacién; y he trabajado, desde entonces, con un espirity de fervor y reverencia, yendo en pos de ‘ridge The Chirigui and Golfito Naval Station Matter Bp efecto, Thompson habla fundado, ta “Chiral De. yelopment Company” y, en ia firmado un Contato. condiclonal con el Seeretario Naval, por Ia venta, de dos estaciones de carbon, al precio” de. $ 300.000 (House Executive Document, Nos. 1 y 41, 36° Congreso, Segunda Sesién, Series 1086 y 1097). lo que parecia identificarse con los designios de la Providencia. “Durante siete penosos afios este gran trabajo ha sido Ia tarea de mis dias y el suefio de mis noches. A él le regalé los ratos de ocio que los deberes ine- Iudibles de la vida me dejaban; y, como medida de mi sinceridad le dediqué, para cumplirlo, cuanto tu- ve a mi aleance. “De cufnto he luchado por esta causa darin cuenta los pocos amigos personales de valor que me alentaron con su solidaridad, que con su consejo y apoyo me ayudaron. Ha Iegado el momento en que el circulo de quienes esperan y creen en esta em- presa debe ampliarse, hasta que cobije a los filin- tropos, a los que miran el futuro y a los progresistas de todas las naciones. Mi trabajo est casi concluido. ‘Todo lo que puede hacer un individuo, cuyos reeur- sos tienen limite, ha sido realizado. Tan solo resta que los gobiernos que presiden a los paises comer- ciales mAs poderosos se integren para completar la obra; 0, si fracasara este acuerdo, como parece si. gerirlo la magnitud misma del proyecto, que el go- bierno y el pueblo de los Estados Unidos se yergan y hagan lo que seguramente +habré de enriquecer los anales de su historia y promovers, en la misma medida, sus intereses”. Después describe sus actividades. Leyé primero y estudié cuanto: libro, informe, plan y mapa “va- Tiera la pena”. Llegé a la conclusién de que las m- tas de Tehuantepec, Honduras, Nicaragua, Panamé y el Darién eran impenetrables, Y sigue asi su m- rracién: 3 “Guiado por las opiniones del ilustre Humboldt y del Almirante Fitzroy, vislumbré las proporciones de un canal reméntando la corriente del Atrato hacia su fuente y tratando de aprovechar sus afluentes co- necténdolos con las aguas del San Juan, esperando en vano encontrar una ruta para el comercio mo- derno sobre Ja base de la comunicacién jesuita con canoas. Corria el afio de 1852. “Perdido en este intento... volvi de nuevo la mirada hacia los rlos que corren sobre la ribera iz- quierda del Atrato, entre sus aguas y el Truand6. Agoté todas las posibilidades de esta nueva direc- cién y, sin ahorrar gastos ni utilizacién de instru mental cientifico, pero perdido ain, reconsideré el ‘Truandé, a sugerencia de Mr. Lane... El habia ex- plorado este rio hasta los Saltos pero, quebrantada su salud, se vio obligado a regresar. Entonces pre paré otro proyecto con el capitin Kennish “Solo los que han embarcado su fortuna, su tiem- po y sus nobles ‘esperanzas en grandes aventuras pueden imaginar la trémula ansiedad con que espe~ 1 una respuesta del capitén Kennish, quien salié en el aio de 1854, No debié ser mayor el regocijo de Franklin cuando atrapé el rayo que escapaba de las nubes, 0 el de Colén cuando descubrié a ‘América, que:el que invadid mi alma cuando se de- mostr5, con instrumentos de medida, que los dos océanos podian unirse; que Ja ciencia, la industria, €l espiritu de empresa y el gasto generoso emplea- dos.en esta empresa no haban sido gastados en va- no... Acogf la eritica penetrante de lor mis capaci- tados en mi patria, Ful a Francia y, a sabjendas del profundo interés que tuvo el Emperador Napoleén 4 en la promocién de este tipo de empresas..., pre- senté mis planes investigaciones ante el trono de su majestad imperial y, pablicamente, invité a su re- visién y consideracién por los més refinados cienti. ficos que trabajaban al servicio del gobierno y det pueblo de Francia, Pasé a Berlin y expliqué larga- mente a los ilustres sabios, creadores del conoci- miento cientifico existente sobre Centro América, los conceptos generales que sostenfa, y la naturaleza de la evidencia que los respaldaba. Estos tres paises flustres me brindaron su amistad... Con fina ama- bilidad me recibieron el Emperador de Francia, Lord Clarendon, Sisf Roderick Murchison, el Barén Humboldt, el contra-almirante Beechy, Robert Ste- phenson, el Almirante Fitzroy y, en general, todos los miembros de la Royal Society... “Y, mientras la critica honesta y el respeto de aquellas eminentes celebridades me fortalecian y alentaban, senti que habfan delegado en m{ una me- va responsabilidad; me vi obligado a demostrarles, como si se tratara del mundo entero, la més clara prueba de la sinceridad y honestidad de mis propé- sitos y de la capacidad e integridad de Jos hombres que conmigo habjan trabajado. Solo con la ayuda del aparato gubernamental de mi propio pais y, hablan- do por su boca, pude suministrar esta evidencia. El Honorable James Buchanan era entonces nuestro Embajador en Inglaterra, Este distinguido caballero no sélo me abrumé con los deberes que la cortesla y Ia hospitalidad conllevan... sino que me anim} a solicitar Ia confirmacién de mi propio gobierno; cuando el pueblo de la nacién lo eligié para disigir sus destinos, una de sus primeras obras fue la de 55 hacer aprobar una ley que permitiera lograr esta confirmacién. . “El reconocimiento oficial de mi experiencia y de la eficacia de mis ingenieros, basado en la autoridad de funcionarios que brillaban por su reputacién tan- to como por el desempetio de sus funciones oficiales, fue la ltima deuda —y la mayor— que contraje con el viejo mundo, con los técnicos que me ayudaron y asesoraron y con los amigos que, en Europa y en ‘América, me confortaron con su respaldo. “Esa deuda se ha saldado, El informe oficial, supervisado por el Secretario de Ja Marina, pronto seri presentado ante el Congreso, Ahora s6lo me queda un deber por cumplir... la feliz tarea de in- vitar al mundo civilizado a que contemple esta gran obra...” 15 Tales fueron los esfuerzos y suefios de Kelley. Ni los gobiernos ni la empresa privada intentaron se- riamente llevar a la practica los planes que é] pre- sent6. Esta fue otra inversién que no produjo utili- dades. 16 14, Gribe, Op. city Vol. V, pag. 616; Rippy, Rivalry of the United States and Great Britain over ‘Latin Ame- rica, pag. 198. 15. Kelley, The Union of the Oceans by Ship-Canal wi- ‘thout Locks, via the Atrato Valley, pags. 1-11. En Ia Biblioteca’ de la Universidad de Duke se encuentran otros folletos sobre el tems, bajo el titulo de El Atrato. 46, El Informe Oficial del Secretario Naval a que se re- fiere Kelley se publicé en 1861 (Senate Executive Do- ‘cument N29, 36 Congreso, Segunda Sesin, Series 4085 y 1086). En 1857-1858 so realizd. 1a invectigacion J, L informe reulté favorable en u_toalidad pero ‘Guerra, Civil impidié trabajos posteriores. "Entre 1870 y 1879 se efectuaron otras investigaciones que Siendo el Magdalena el rio més importante de Colombia, era apenas natural que los norteamerica- nos se interesaran en su navegacin desde fecha relativamente temprana, A unas cien millas de su boca, el rio se bifurca generando un brazo occiden- tal que desemboca en el Caribe, a varias millas al sur de Cartagena. Este brazo, llamado canal del “Di- que” existe gracias a la ayuda de los espafioles que, a mediados del periodo colonial, abrieron un canal que evaba parte de las aguas del Magdalena « un riachuelo cuyo curso seguia la direccién noroeste, hasta el Caribe. Durante las guerras de indepen- dencia y los primeros afios de la Repiiblica se obs- truyé el Dique —o se permitié su obstruccién-, y el auge del buque de vapor hallé este brazo del Mag- dalena inadecuado para tal tipo de navegacién. El Dique fue el primer objetivo de los yankees. En 1844 el coronel George H. Totten, que des- empefié luego papel destacado en la construcoién del Ferrocarril de Panamé, firmé un contrato con a provincia de Cartagena, a la cual el gobierno na- cional de Colombia habia cedido el dique, por el cual Totten se comprometia a abrir ese brazo del Magdalena a la navegacién de. vapores y a soste- nerlo en estas condiciones por un perfodo de diez afios. Inmediatamente emprendié el trabajo y, en el afio de 1848, terminé la canalizacién con un costo atribuian mejores vas a Ia ruta Atrato-Nepipi que a Ta ruta Aurato-Truand6, y Kelley cifté en sllas tus grandes esperanzes. Haciafinaleo del periodo, no obstante, el interés empez5 a desviarse hacia las po- tencialidades que oftecian las rutas de Nicaragua y Panamé. 7 aproximado de $ 500.000, que pagé el gobierno de la provincia de Cartagena. En el mismo afio se cele- bré piblicamente Ja apertura del canal a la nave~ gacién de vapores. La Compaiifa del Ferrocarril de Panam contraté a Totten, y su contrato para con- servar el dique abierto se anulé, al parecer con su consentimiento. Dos afios después se bloqueaba, una vez més, este brazo artificial del Magdalena, ‘A los cinco aiios legé a Cartagena Henry Ven- dryes, embsjador britinico en Jamaica. No tuvo que esperar mucho para recibir de la “Junta Direc- tiva” del dique el derecho exclusivo a la navegacién a vapor en este brazo artificial, por un perfodo de sesenta afios. La concesin (6 de febrero de 1855) inclufa, ademés, una buena extensién de tierra a lo largo de las orillas del canal. El 17 de marzo del mismo afio, la legislatura de Nueva York aprobé la formacién de la New Granada Canal and Steam ‘Navigation Company, que adquirié la concesién de Vendryes e intenté darle un nuevo impulso, cenry Wendryes, James A. Requa, Moses Starbuck, Joseph ©, Frost, Lucian Birdseye, Ward Cowen, Salomén Sanders Jr, sus asociados y otros, conformarian Ia corporacién. Las dos terceras partes de Ja junta di- rectiva corresponderian a ciudadanos norteamerica- 1 capita] autorizado era de $ 2.000.000. Henry Well era su presidente y la oficina principal funcio- naba en Nueva York. Por toda Europa y Estados Unidos circulé, en vvivos colores, la propaganda que Vendryes y la com- pafila prepararon sobre el clima y los recursos de Colombia. Los pantanos ardientes y htimedos del valle del Magdalena se convirtieron, de repente, en 58 zonas més ricas y saludables que la gran cuenca del Mississippi. El clima de la Nueva Granada era, en conjunto, mejor que el de California, Se arguyé que este pals tenfa diez veces més oro que el que se encontraba en nuestros estados de la Costa Pacifica, aun cuando lo .contrario habria sido mas cercano a la verdad. Se difundié la idea de que habian muerto las revoluciones en la Nueva Granada, pero estaban condenadas a durar casi medio siglo més. Declara- ron que la emigracién estaba a punto de dirigirse a la Nueva Granada, aunque es un hecho de todos conocido que esto no ha ocurrido todavia. Cualquier proyecto que basara su futuro financiero en una ola de inmigracién estaba condenado al fracaso. La compaifa consideraba que el costo de pre- paracién del canal para “unas buenas condiciones de navegacién’” seria de unos $ 300,000; que los gastos de mantenimiento y reparaciones ascenderian a % 30.000 anuales; y que el costo de operacién de tres vapores se acercaria a los $ 90,000 anuales. No obs- tante, se calculé que la compafila podia conservar tuna reserva y un fondo para gastos imprevistos de $ 200.000 al afio, y pagar un dividendo del 6 0 7% sobre sus acciones.t7 Pocos afios de funcionamiento bastaron para de- mostrar la futilidad de la empresa. En 1884 la Atlas Stemship Company of London se apropié del pro- yecto, ereé Ja Dique Steam Navigation Company y abrié una Kinea para vapores que se moverian entre 37. Canal de Nueva Granada y Steam Navigation Com- pany, Remarks on the Canal or “Dique” of Cartagena, New’ Granada and its Navegation by Steam. 39 Cartagena y Honda, via el Dique, Parece que esta empresa fracasé también, ya que en 1893 volvié a obstrufrse el canal, hasta tal punto que los buques no podfan cruzarlo. 18 Mientras se dedicaban al Dique estos esfuerzos vanos, otros yankees invertian dinero y energias en el uso de vapores por el conducto principal del Magdalena, En 1846 algunos europeos decidieron montar lo que Hegé a ser la Uniter Magdalena Steam Navigation Company. 19 Ya en 1862 percibian bue~ nas utilidades, Pocos aiios después, su capital as- cendfa a $ 360,000, del cual $ 162.500 era norteame- ricano; $ 128.000, briténico; $ 22.500, alemin y el resto colombiano, En 1858, Alexander Weckbecker, norteamericano, también puso vapores en circulacién sobre el Magdalena, Pronto se organizaron otras compaiiias y, en las ltimas décadas del siglo, la competencia era feroz y el servicio tan barato como malo, A las dificultades se sumaron las innumerables revoluciones, durante las cuales el gobierno o los insurgentes se apoderaban de los barcos. Parece que los capitalistas de los Estados Unidos sucumbieron en desesperacién y la United Company, con su ofi- cina principal en Nueva York, se disolvié. Sin embargo otra compafifa, casi exclusivamente norteamericana, traté de establecer una vez més este 18 Consular Reports, Septiembre, 1884; Monthly Trade ‘and Consular Reports, Agosto 1908, pag. 60-61 19, Camacho Roldén, Memorias, pag. 125-127; Holton, New Granada, pags. 54-55. 20. Diplomatic Correspondence (1866-1867), Vol. WE pags 537-489; Foreign Relations (1885), pag. 211; Monthly Consular and ‘Trade Reports, Agosto de 1908, pags. 60-61; Camacho Roldan, Op.’ cit., loc. cit tipo de navegacién sobre el Magdalena, La empre- sa, empero, tenfa conexiones intimas con un pro- yecto ferroviario, de modo que podemos integrerla al estudio de las obras ferroviarias adelantadas por los estadounidenses en Colombia Los yankees se mostraron relativamente poco in- teresados en los otros rios colombianos. A principios de 1902 John Bidlake, oriundo de Newark, Nueva Jersey, obtuvo un contrato de navegacién sobre el Caqueté y el Putumayo, en las selvas orientales de Colombia. Podria importar buques y maquinaria li- bres de impuestos y, por cada bareo que trajere a cualquiera de estos rios, recibiria 1.950 acres de tie- ra 21, Este plan, como muchos otros, nunca se rea- lizé. La American Transport Line, cuyos propicta- rios eran norteamericanos, corrié con mejor suerte. Utilizaba un bote distribuidor de gasolina (1903) y cuatro pequefias embareaciones que se movilizaban entre los puertos del Caribe y Quibdé, en el alto Atrato. 22 A excepcién del Ferrocarril de Panam y de otra compafiia ferroviaria que consideraremos des- pués, las inversiones de los gringos en ferrocarriles colombianos fueron escasas durante este periods y consistieron, fundamentalmente, en energia personal y habilidades de ingenierla, El gobierno subsidiaba con las tierras contiguas a las vias proyectadas y con dinero en efectivo o bonos, de acuerdo con el kilometraje construido. 21 De Besupré a Hay, Dispatches N° 558, Colombia, VSpCVeie ye 22. Monthly Consular Reports (1904), Vol. LXXY, pag. 43. Inspirador de muchas de estas obras fue Fran- cisco J, Cisneros, cubano de nacimiento, pero edu cado y nacionalizado en los Estados Unidos, En va- rias ocasiones negocié contratos personalmente con €l gobierno nacional o departamental y traté de rea- lizarlos organizando compaiifas en los Estados Uni- dos; en otras fue cmpleado por compafifas fundadas y financiadas por otros. EI prime plan de constraccién de un ferrocarril en Ja actual Colombia surgié en 1848, cuando el ge- neral Eusebio Borrero obtuvo el permiso para cons- trufr una linea entre Buenaventura y Cali, importan- te ciudad localizada a unas 110 millas de distancia, en el Valle del Cauca. Apenas iniciado el trabajo, tanto por colombianos como por norteamericanos —de Peoria, Hlinois—, Cisneros aparecié en escena (1878), Construyé catorce millas y terraplend otras cuatro, cuando la revolucién y los cambios politicos lo obli- ‘a abandonar su concesién. El gobierno asu- mié el control de Ia obra y, en 1891, entré en nego- ciaciones con James Cherry, de San Francisco, quien se comprometié a terminar el trabajo. Fundé la Com- pafifa del Cauca, con sede en West Virginia, alcan- 26 a construir poco més de cuatro millas en seis afios y dejé otras trazadas. En 1897 la compafiia recibié $ 200.000 y, en 1903, se le adjudicaron otros $ 193.904, Esta iltima suma, no se pagé sino hasta 1923, cuando Megaba a $ 350,000.23 Después de 3, Alban G. Snyder al Ministro de Relaciones Exteriores Ge Colombia” (Adjunto a Dispatches, Colombia, Vol. LXH), mayo 7, 1904; Ministro de Relaciones Exterio- ‘res, Informe, 1923, pags. 24-25. 1897 los colombianos reasumieron sus esfuerzos in- termitentes y, en 1914, el ferrocarril legaba a Cali. Mientras tanto, Cisneros y otros ingenieros norte- americanos se integraban a varios proyectos ferzo- viarios, Por espacio de once aiios consecutivos es- tuvo ligado Cisneros al Ferrocarril de Antioquia, que esperaba conectar a Puerto Beirio, sobre el Magdalena, con Medellin, la capital de Antioquia S6lo 30 millas de carrilera logré construir durante todo este tiempo. Los gastos se pagaron con subsi- dios suministrados por el departamento y la nacién y quiza, en parte, con capital norteamericano, Fi- nalmente, en 1885, transfirié la obra a Antioquia, por un precio de $ 500,000. Otros ingenieros norte- americanos se asociaron a él y hasta 1900 un yankee fue el jefe de ingenieros y administrador del ferro- carril, 24 Gon Ja apertura del Tiinel de La Quie~ bra, que estuvo a cargo de ingenieros canadienses, se concluyé la construccién del ferrocarril en 1929. Pero en este periodo de once afios (1874-1885), Cisneros no limité sus esfuerzos al Ferrocarril de Antioquia: en 1881 comenzé la construccién de otro entre Girardot y Bogotd. Seis yankees trabajaban con 41 en 1883 en ja realizacién de este plan y tres aiios después el gobierno asumié la direccién de la obra; pero los ingenieros norteamericanos continuaron pres- tando su ayuda, a juzgar por un informe enviado 24. Cisneros, Report on the Antioquia Railroad; Consular Reports (1901), Vol. LXV, pag 339; Long, Railvay of South America, TI part, pag. 78, passim; de Hart & Hay, 8 de matzo de 1901, Dispuisties, Colombia, Vol. LVI 25, Uribe, Anales, Vol. IV, pag. 211. 8 en 1900 en el que se anunciaba la muerte de dos de ellos, producida por la fiebre amarilla. Mientras fue director de la obra, Cisneros construyé cerca de veinte millas de carrilera, 26. Casi ihmediatamen- te después de desligarse del Ferrocarril de Girar- dot, establecié contacto con el que se adelantaba entonces entre Puerto Colombia y Barranquilla y fue el més eficaz colaborador en la construccién del gran muelle, en el puerto. En abril de 1898 firmé su iiltimo contrato, Su idea era la de obtener una conexién ferroviaria entre los ferrocarriles de Ba- rranquilla y Cartagena-Calamar. Pero no vivié bas- tante para ver Ia iniciacién de la obra, aunque ya se habla granjeado el aprecio de los lideres colombia- nos. 27 Entre el resto de las concesiones ferroviarias otor- gadas por los gobiernos colombianos a ciudadanos de Jos Estados Unidos a Io largo de la época que estu- diamos, debemos mencionar sélo tres. En 1903, el departamento de Antioquia confirié una concesién a J. J. O'Bryan y Charles L. Wright, que disponia la construccién de una linea entre Santa Lucia (en el Cauca) y Medellin, a lo largo del Porce. En 1905, el mismo departamento dio a Henry Granger un contrato para construfr otro ferrocarril entre un pun- 26, Long, Op. cit., Parte Il, pags. 46-47; de Beaupré al | Secretario de Estado, 10 de noviembre de 1900, Dis- patches, N° 427, Colombia, Vol. LVIL. 27. Long, Op. cit, Parte Tl, pag. 92; Quijano Wallis, Me- morias, pag. 167. Cisneros recibié honores del gobier- ‘no nacional en 1907. El Cousiese uidend que se com Tocara su retrato en el Departamento de Fomento y con su nombre se lamé a dos estaciones de ferroca- ‘il. (Leyes de Colombia, 1907). to del Golfo de Urabé (que debia lamarse Ciudad Reyes) y Medellin, E] neoyorkino Alfred Bishop Mason y su primo Edward H. Mason, de Chicago, firmaron un contrato para construir una linea de Buenaventura a Palmira, y de ésta a Bogotd, Los tres proyectos estuvieron respaldados por garantias o sub- sidios pero ninguno llegé a realizarse, 28 El aporte més importante que brindaron los nor- teamericanos a las empresas ferroviarias de Colom- bia, a excepcién del Ferrocarril de Panama, fue la linea que conectaba a Cartagena con Calamar. El departamento de Bolivar atorgé el contrato a S. S. Mc Connico, el 19 de noviembre de 1889, y el Pre- sidente de la Republica. lo ratificé el 4 de enero de 1890, Logré un subsidio de $ 12.600 por milla, gran- des concesiones de tierra y el derecho exclusivo a construfr y dirigir un ferrocarril entre Cartagena y Calamar por espacio de cincuenta afios, en caso de que terminara el trabajo en tres afios. Ms tarde obtuvo también el derecho de construir un muelle y un depésito en La Maquina (Cartagena). En 1891 fund6 dos compatifas en Boston, la Cartagena Ter- minal and. Improvement Company y la Compafta Ferroviaria Castagena-Magdalena. En 1897 se orga- nniz6 una terceta sociedad, la Compafiia Fluvial de Cartagena. En 1894 se concluyé el ferrocarril, de 67 millas de longitud, y el muelle se inauguré en junio de 1893. El costo del ferrocarril ascendié a 28. Monthly Consular Reports, Vol. LXX1t, Mouny Garnet ana trade Repos dais ae ase paw 6; Tider, julio se i908" peg. 4s" Beret sh Secretario Root, 7 de febrero de 1906, Dispatches, N° 36, Colombia, Vol. LXIV. $ 1.397.768 y en 1897 la compaftia declaré un ca- pital de $ 4.955.736.76, En esta fecha el presidente de las tres compafias era Francis R. Hart, de Bos- ton; el vicepresidente y administrador general era J. T. Ford, de Cartagena. Estas diferentes empresas parecen haber produ: cido buenas utilidades, La Compafiia Fluvial se en- frenté a algunas dificultades durante los conflictos politicos del periodo 1899-1902, pero el dia 10 de octubre de 1905, se le pagé una indemnizacién de $ 475.000, en bonos al 6% del gobierno nacional En 1906 las tres compafifas pasaron @ manos brité- nicas que, para entonces, ya debian tener bastante capital inyertido en ellas. 29 OTRAS EMPRESAS: Pasando a los servicios piiblicos municipales, s6- lo necesitamos sefialar que hemos descubierto ini- camente tres firmas norteamericanas en funciona- miento antes de 1913, En 1882 el departamento de Cundinamarca concedié a William W. Randall, de Jos Estados Unidos, un permiso por treinta ajios para construir y operar lineas de tranvias en Bogo- t& Se vendié la concesién a una compaiiia de ‘Nueva York, cuya oficina central se hallaba en la Liberty Street, 55. Al cabo de pocos afios se con- cluyd la red de tranvias, pero las calles continua- ban en malas condiciones y el servicio era defi- ciente. En 1903 y 1911 la compaiifa tuvo problemas 29, Abott a Blaine, Septiembre 6, 1890, Dispatches N° 134, Colombia, "Vol. XLV: Foreign Relations (1904), pag, 227; Uribe, Anales, Vol. V, pas. 96. con las autoridades piblicas, dificultades que en- contraron solucién al siguiente afio con la venta de esta red al gobierno municipal de la capital30 En 1909 unos norteamericanos terminaron Ja construc- cién de sistemas telefénico y de iluminacién elée- trica en Ja ciudad de Santa Marta, servicios siguieron manejando como empresas privadas.1 Fi- nalmente, al cierre del periodo que revisamos, la familia Eder, compuesta por norteamericanos que por mucho tiempo vivieron en, el Valle del Cauca, hizo la instalacién de una planta eléctrica que ge- neraria luz para la ciudad de Cali.32 A principios de la ultima década del siglo XIX; algunos estadounidenses comenzaron a adquirir per: ticipaciones ‘en las minas colombianas y en empre sas agricolas, En cuanto a las actividades mineras, el investigador esta obligado a confiar en las ahisio- nes casuales de los cénsules. En 1903, Henry Gran- ger calculaba en $ 500,000 las inversiones mineras de Jos norteamericanos en el Chocd, Menciona la Boston and Colombia Gold Dredging Company y la 430, Monthly Conular and Trade Reports, Julio de 1908, 31, Informacin obtenida en una entrevista personal en Galen mayo de 1928, yc nn carta personal de Pd, Baer, de Nueva York, James M, Eder miso, de nacimiento nacionalizado en los Estados Uni- fe Chen) 2 a) ae eae ee Paimiza, Colombia, 1862, Wharton = Abbot dem , instructions N° i 6 ions N° 40, Colombia, Vol. Monthly Consular Reports (1904), Vol. LXXV, pag. 41 Fn noviembre de 1888 se mencionaba “una in fiuencia de la empresa, capital y equipos americazos” sobre. las re Tmineras_ de Colombia. (Consular Reports, Vol XXIX, pig. 108). 6

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