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Basta Trloradive det DITAL Gade & Do winshacanr hos, 1992 pe 6-2 La violacién de los Derechos Humanos éPrivilegio de los Estados? ype roma. Nvrnber, Genes En tos shimos aos se han mukipticade ios comentarios, pronuntciamientos, lamados y ‘observaciones, por parte de los organismos internacionales responsables de la vigilan- ia de los derechos humanos, que hacen mencidn no solo de los actos de gobiernos sino también de grupos no-estatales que utilizan la violencia en a -persecucion. de sus metas politicas. En algunos casos, esto Cocurtié a pedido expreso de gobiemnos que fueron objeto de graves, acusaciones de violacién de derechos humanos. Podemos moncionar, entre otos, los casos de*Sti Lanka, Kenia, Liberia, Namibia, Kampu: chea, ‘Colombia, Peri y-£! Salvador. El hecho que, de tal manera, se parecio poner ‘en un mismo plan ta eccién-da gobiernos y de grupos no-estataies causa alerta entre las organizaciones que, con mucha, dedicacién y compromiso, se vienen preccupande del respeto por tos derechos hhumanos en et mundo. Quigrase o no, queda ahora en la agenda del debate entre gobiernos -y organizaciones no-guberna- mentales de OD.HH, el tema de Jas causamtes de las violaciones de derechos humanos, y, @ través de ello, 1a cuestion de la naturaleza misma de estos derechos. 2Los derechos humanos, por su concepto intrinseco, son vinculados exclusivamente a la accién de los estados? 10. son,-al contrafio, algo que esta amenazado por distintos actores sociales, ante todo 0S grupos alzados en armas 0 terroristas? Esta discusiOn se lleva a cabo no solo entre gobieos y ONGs, sino también en ef seno Ge estos Uitimos. No puede sorprender que las realidades diferentes de los distintos paises hayan producido también’ diferentes Rainer Huhle Saformorion some DH a AL opiniones y tasis en cuanio a tz concep tualizacion de tos derechos humanas. En el siguiente anticulo nos _proponemos presentar los, argumentos més imponantes esta discusién, lomando en referencia el contexto en el cual son producidos; y llegar a una evaluactén crilica que toma en cuenta la reiovancia, y hasta expiosividad pclitica, del problema en cusstién. La base documental de esta presentacién consistica principalmente en los textos de las organizaciones de DDHH de América Latina que mantienen rolacién de canje oe Publicaciones con e! DIML. 02 tal modo, el presente trabajo constituye también un Tesultado dol inercambio'de ideas entre aquollas organizaciones y nuestro centro de informacion, a través de las publicaciones No obstante, las opiniones aqui expresa son de responsabilidad exclusiva del autor Se pueden cistinguir varios niveles de argumentacién: 1) Los argumentos juridicos’que parten de las definiciones de los dereches humancs en. el derecho internacional. 2) Los argumentos histéricos que se refieren al significado de los derechos humanos dentro de.la historia de ta ‘emancipacin de los ciudadanos det estado 3) Los argurientos politicos que discuten las consecuencias de los distintos concepios 6e DO.HH. para las politicas de proteccion de ellos. Vamos a discutir el problema seqingggs tees niveles, para ver despues la velevancia ~ y \ | \ lc | \ de cada uno y su interrelacién mutua Consideremos primero los argumentos producidos en pro’de la exclusividad del estado como Unico posible violador de los Derechos Humanos. 1. Los argumentos juridicos Los derechos humanos son hoy mucho mas que un mero ideal de la humanidad. Son un amplic cuexpo de leyes que obligan a los estados. Su fuente mas imporante es, sin lugar a dudas, la Declaracién Universal de los Derechos Humangs de 1948, la cual sin embargo no tiene fuerza obligatoria, tratandose de una Deciaracién y no de un Tratado. El espiritu de la Deciaracién Universal se ha transmitido, de otro lado, a una serie de convafios y pactos de la comunidad de los estados paricipantes de la Organizacién de Naciones Unidas, ONU, tal como el Pacto Internacional sobre Derechos \Civites y Politicos de 1986, la Convenci6n contra la Tortura de 1984 y muchos mas, ue si son watados internacionales que obligan 2 los estadas ratificadores a cumplir con ellos, A nivel nacional, la mayoria de tas constituciones, comenzando.con la de EE.UU. de 1776, contiene un catdlogo de tos derechos fundamentales ¢ inalienables de los ciudadanos y las ciudadanas. Los derechos penal y administrativo , normalmente traducen estos principios de las constituciones en normas concretas para garantizar a los ciudadanos e! goce de sus derechos fundamentales y para definir sus limites de manera transparente e inequivoca. «Los tratados internacionales son pactos entce gobiernos, tal como la misma ONU es una organizacién de estados. Por lo tanto, Jos_sujetos obligades._por_tos_pactos intemacionales de derechos hur “estados,_10_las_personas.ni organizaciones privadas..£t derecho internacional. _per_su misma naturaleza, es yn.derecho de estados. “Uesde esta_pers spectiva queda claro_qu que también 0! derecho intemacional ce 00.HH nanos son fas | 1 funcionamiento del estado a nivel nacional Fija las relaciones entre ciudadanos y estado. El nucleo de cada Constitucién democratica es, en consecuencia, un catalogo de Jos derechos civiles y politicos de los derecho constitucional norma el ciudadanes que el est el estado debe cespeizn Aqui también, el que es ilamado a cumplir con los derechos humanos, es el estado. Tiene que adecuar todo su sistema legal, supuesto su comportamiento real, respeto cabal de los ODHH. por aun hos humanos..a_ ional, son ligacos al ados,.no-es de sorprender que existe casi unanimidad ontre los juristas de todo el mundo que los DO.HH, esencialmente una _normacion e_| Y.Gue son estos los responsables, exclusivos 4.08 $09, gst09. 1 ellos y vigilar su respeto, En este sentido existe una rolacién de derechos y obligaciones “unidireccional” enire el estado y los ciudadanos, usendo un termino de Javier Curlizza (Ver ariculo aqui incluido): Visto el estado. como Gnico | legitimo representante del bien comin, es é | el Unico garante de los derechos ce sus ciudadanos, y por lo tanto el nico que puede | ser requerido en caso de violacion de estos der Desde esta perspectiva, el _témino “violacion_de_derechos_humanos” no se aplica a una determinada clase de actos atroces, tal como la tonura, la desapz-icién ja 0 el asesinato, sino, con todo rigoi, a lisiOn de estos actos por el esiago a sus BBeHtesS AlguHOs tedricos de las organiza: ‘“Giones no-gudemamentales de OOH. en América Latina son entaticos en insistir en esta diferencia elemental entre lo que es un delito (cometido por personas paniculares) “iia violacién de derechos humenos el estado). Rechazanco 13s posiciones de su gobierno, contrarias 2 esta diferencia, los autores de la *Comisitn Intercongregacional de Justicia y Paz” de Colombia sostienen: “En (odo este tratamiento del delito, el Estado egigera su cardte’ de YN GARANTE DE LOS DERECHOS HUMANOS (es decir, de los dacechos iquales_da todas los asociadas, celotides a_una_misma_esteuctuca”jutidica), principio en el que se funda su més radical legitimidad. Por ello mismo, ef Estado es ef UNICO EVENTUAL VIOLADOR de tales dsrechus. Las Oomas transgresiones a las normas necesarias de convivencia Gudadana, que pueden ser consideradas en el lenguaje comén como ‘violacionas de los derechos humanos’, ya en el campo juridico tienen que tipiticarse con otras categorias, con el fin de evitar la contusién sobre quién es el casponsable da gacantizaclas, y con el fin, también, de evitar consagrar la desiqualdad en dicha garantia.” (subrayadas en ef original, (1) De hecho, todo el _sistema-dederacho internacional $6_basa_en_este principio de que. Jos_estados .son los. responsables_por salvaguardar_los.__DD.HH. Lo constat también la Comisién Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en un documento que busca caminos de cémo la Comisién podria dar mas atencién a los grupos armados no-estatales como causan. tes de atropetios al goce de los derechos humanos de los ciudadanos en los paises donde acivan. Dice la CIOH: “Todo el sistema de proteccién de los derechos humanos esta disefiado en tuncién Gel reconocimiento det Estado como sujeto de Ja relaci6n juridica basica en materia de DD.HH. y @s contra é! que se presentan las denuncias por violacién de los derechos reconocidos en la Convencién." (2) * El Estado a raiz de su legitimidad mayor adquiere también una responsabilidad mayor por los derechos humanos. A la luz de estas retlexiones se revelan como absurdas las afirmaciones de! Procurador General de Colombia en su segundo Intorme sobre DO.HH. cuando dice que:*..e! estado, a pesar de su mayor fuerza militar, es entre los actores armados. el unico con una legitimidad tuera de duda, por cuanto es of que menos viola los DD.HH"(3) uCuales serian las consecuoncias si se desviara de este principio “vertical (Culizza) de la responsabilidad por tos derechos humanos? En la respuesta a esta pregunta, también, los autojes de ia *Comisi6n Intercongregacional de Justicia y Paz" colombiana son drdstices. Si. se ~ aceplara_una responsabilidad de actores ajenos al, gobierno__.por .. presun' Violaciones de derechos humanos. Tendriamos que aceptar, también. una fuer distinta ge la del estado para garantizar “Se llegaria, entonces, a una-especie de *Feudelismo Juridico”, donde fos ciudada nos tendrian que buscar qué grupo les afrecs mejores garantias para proteger sus dere- chos humanos, y acogerse a su proteccién. A nadie se Je oculta’ que de alll se seguiria necesariamente [a desiqualdad de los ciudadanos ante la lay: la desyecién dei Estado de Derecho; snaturalizacion misma del concepto de ‘derechos humanos' vel s4pldo deslizamiento hacia- 1a barbarie.” ( 4) Si se enfatiza asi el monopolio del estado por la garantia - y también la violacion - de los derechos humanes, es un paso consecuente el feponsabilizarlo también por todos los crimenes que se cometan contra los derechos humanos de sus ciudadanes. Estos crimenes, en el caso que se produzcan por pare de otras personas diferentes de los agentes del 1, Comision Intercongregacionai de Justicia y Paz. “Justicia y Paz. Vol. « N°4, Bogoté oct.dic, 1991. Pag. 2. Comision Andina de Juristas. Boletin. N° 33, 1992. Pag. 60. 3. Procuraduria General Colombia, Segundo Iniorme. Bog Pag. 4 4, Ibid, Pag. 8-9 de OD.HH. de 2 1993, estado. son deiitos y no violaciones de derechos humanos segin la definicién ya explicitada, que parte de la responsabilidad del actor. Desde 1a dptica de la victima, por cambio, e1 efecto de tales crimenes puede ser igual 0 peor que en el caso que los cometiera el estado, Para las victimas, esta distincién no tiene sentido. La Gnica manera de reconciliar estas dos épticas queda en imoutarle al estado también la responsa- vilidad por estos crimenes de lesa humanidad no cometidos, pero tampoco prevenidos 0 castigados por él Se recurre, en -esta argumentacion consecuente, a la vuineracién de los derechos humanos por omisién, La tortura, la desaparicion etc."cometiaos por un grupo terrorisia son asi definidos como delto para fos que los cometen, y a la vez como violacién de OO.HH. por el estado responsable del goce de sus-ciudadanos de estos derechos, que no impidid 0 sanciond fos crimenes. Lo pone con toda claridad el autor chileno Felipe Portales: “Evidentemente que si el Estado, por omisién, no.cumple con su tuncién de restabiecer el imperio del derecho, estariamos también en presencia de una violacion de derechos humanos. Pero el sujeto que la causaria seria siempre el propio Estado y no el particular que comete ef delito que no es sancionado.” (5) La argumentacién historica Esta insistencia en 1a “unidireccionalidad” Ge la gavantia de los derechos humanos entre estado y ciudadano tiene su fundamento no slo en el sistema- actual de derecho internacional sino también en la historia del desarrollo del concepio mismo de tos DD.HH, en la historia politica de Europa. Desde la Magna Charta de Inglaterra de 1218, hasta las expresiones clasicas de los derechos humanos en los textos de las revoluciones francesa y norteamericana, las conquistas de los derechos civiles y politicos fueron, sin excepcién, truto de luchas activas par parte de los sibditos por Jarrebatar estatal estos derechos al soberano En la historia occidental, el nacimiento det estado moderno y la conquista de os derechos civiles de toda la ciudadania son un mismo proceso. Si bien es cierto que, por ejemplo en el caso aleman, el estado moderno. pudo desarrollarse durante largo tiempo sin el teconocimienta de los dereches civilas para todos sus citidadanos, tam es cielo que el modelo histrico ideal al que tendié ef estado. occidental, era el estado de derecho que otorga derechos iguales de libertad a todos sus ciudadanos y ciudadanas (a ellas no antes de este siglo). Desde esta pe-spectiva historica, Jos derechos humanos son marcados por su origen en las luchas contra el poder det estado. No son unos derechos abstractos, ahistoricos, sino ligados a su contrapare, el estado. Su razén de existencia es limitar ios poderes del estacio. Cuando el estado, y S610 el estado, transgrede su esfera de accién limitada por tos DD.HH. de los ciudadanos, se habla, entonces, de *violacion de derechos humanos”. 3. La argumentacién politica Ademas de los argumentos-juridicos y los que se refieren a la teoria histérica de ellos, se aduce también una serie de argumentos politicos ‘para hacer valer ia restriccion det concepto de DD.HH. a la relacion entre el estado y los ciudadanos. Llama la atencion que, en este esfuerzo, coinciden en sus posiciones 10s criticos de la accién estatal con otros que se inquietan de una péraida de autondad del estado. “Reflexiones sobre §. Felipe Portales Derechos Humanos y Terrorismo. Boletin. Comision Andina de Juristas. N*32. Lima, Marzo1992. Pag.34. Reproducimos el texto completo en esta edicién de “Memoria” 3.1. La argumentacién desde defensa de los derechos humanos la Para los defensores de los derechos humanos, en particular los miembros de las ONGs activas en este area, resulta muy feveladora la posicién tomada por gobiemos como el peruano 0 el colombiano ante 1a ONU, pidiendo Ia inclusi6n de 10s crimengs Ge grupos subversivos en la agenda de t instancias de la ONU que tratan Ge tos. DD.HH: Sospechan, y con mucha raz6n, que estos gobieros ponen ta accién de los Grupos anmados en la agenda de DD-HH con la intencién de reiativizar su propio compor- tamiento como estado, el cual, en ambos casos, presenta una larga serie de graves violaciones de OD.HH. La presentacibn de-un —-embargo. panorama generalizado da violencia, o de muchas viclencias de diversa, autorla, ocultaria la responsabilidad especial que le compete al estado como Unico garante reconocido de los DD.HH. de sus ciudadanos. ‘Admitiendo la idea de que son varios grupos, entre ellos el estado, quienes violan tos derechos humanos, la culpa de los agentes estatales podria aparecer menos grave. Se entraria a un debate sobre distintos grados de responsabilidad, sobre culpables de violencia y contraviolencia, siempre con el resultado de otuscar la responsabilidad particular y de Ultima instancia, del estado, que no se puede comparar con la de otros autores de violencia. Los grupos detensores, de los derechos: humanos tienen un interés, légico en insistir en esta responsabilidad suprema del estado. Toda fa Idgica de sus actividades se basa en la idea del estado como el encargado por toda la sociedad de vigilar por los DD.HH de cada uno. Sdlo al estado dirigen sus reclamos, porque sdlo a él se le feconoce como legitimo representante del bien comin. Por la misma légica, los representantes det estado deberian saludar esta actiud que explicita 0 por 10 menos implicitamente reconoce el monopolio estatal de la legitima representacién de los ciudadanos, y también el monopolio del estado del ejercicio legitimo de la violencia. Cuando por ejemplo 10 los autores de la “Comisién intercon. gregacional” de Colombia definen 1a diferencia enire las violaciones de derechos humanos, que comete el estado, y los delitas, que cometen ofganizaciones gverilleras u otros grupos privados, agregan, con tespecto a estos delitos, sin vacilar.que * Es obligacién del Estado reprimirtas, hacer efectivas las normas de administrecién de Justicia e impedic su impuniaad.” (6) 32.La argumentacion de tos estados relativizante Todos los estados modernos, por su tado, reivindican este monopolic de hacer justicia y de la violericia legitima, No quieren, sin asumit una responsabilidad correspondiente a esta posici6n exclusiva, en la materia de los OO.HH. Esta fata de logica no deja de cobrar su precio. En su afan de relativizar sus propios actos de violacién de derechos humanos en el contexto de otras violencias, ios gobiernos se enredan entre ta necesidad de ponerse a tun mismo nivel con estos otros causantes de violencia y su pretension de mantener una autoridad moral y una tegitimidad superio- De un lado, los gobiernos exigen de las organizaciones de OD.HH. que condenen los crimenes-de grupos subversivos 0 tercoris- tas como violaciones de derechos humanos. Pero no quieren aceptar las consecuencias. La Gnica manera de condenar una viclacién de derechos humanos como tal, para las organizaciones de DOHH que se basen en tos conceptos juridicos arriba expuestos, seria feconocer a su autor como garante legitimo de estos mismos derechos humanos. Liega. fiamos entonces a una doble (0 multiple) legitimidad de poderes, un resuedo que cdviamente no quieren los gobiemos. Lo que en realidad quieren, y ahi su salida eagafiosa del dilema, es una exculpacién politica de sus propios actos violatorios de los DD.HH., con el conformandose, para lograr esto, abandono de la noci6n juridica det ¢ de DOH 6.Comisién Intercongregacional. Jus Paz. Vol 4 N°d. Pag. 8 Tanto ante la ONU como ante la opinion publica de sus respectivos paises, estos gobiernos diluyen el sentido preciso que tienen los DD.HH. dentro del derecho internacional en una serie de arguinentos politicos, que tienden a explicar las razones porque algunos funcionarios dei gobierno cuestionado cayeron en la comision de ciertos “excesos", contrarios a las nobles intenciones del gotjierno, por supuesto. Los derechos humanos, de tal manera, se pierden dentro de un mar de violencias sin distinciones: “EF primer aspecto que debe subrayarse es la necesidad de ver ef problema de derechos humanos, con su evidente gravedad, como estrechaménte interrelacionado con una situaci6n de violencia generalizada, de origenes miltiples y puesta en acclén por agentes muy diversos..." (7) El Procurador General de Colombia, en su Primer Informe no deja dudas sobre la imencién de esta confusién conceptual, cuando, en su “informe sobre Derechos Humanos” afirma que: *..88 hora ‘también de problematizar ia nocién tradicional de los derechos humanos... eS hora de trascender el paradigma tadicional de los derechos humanos seguin ei cual es ef Estado ef unico agente violador de los mismos..."(8) Del mismo modo, el gobiemo peruano busca justiticar sus propias, acciones con la violencia ejercida por grupos alzados en armas. Pero cuando 16s organismos de derechos humanos condenan las acciones de estos grupos, esta:condenacién tampoco es aceptada, salvo si es expresada en términos estrictamente politicos. Si por el contrario, una organizacion basa la condenacién de ta 7, Palabeas del Consejero Presidential para Ios Derechos Humanos, de Colombia, citadas en “Comision intercongregacio nal...” p.10 8, Ibid. Pag. 6. violencia subversiva en el derecho internacional, es decir, cuando lo hace en el terreno propio de su accionar, el gobierno comienza a darse cuenta de la tampa que é! mismo se ha tendido. Un ejempio gratico es ta polémica originada enue el gobierno peruano y la prestigiosa ONG “Americas Watch", a raiz de una condena de Sendero Luminoso, emitida por ‘Americas Watch que, pata tal electo, se basd en el derecho intemacional_ humanitario: Para una organizacién de OD.HH. como *americas Watch” resulta insuficiente solamente condenar los actos que jlega a reconocer como violaciones, sea de los derechos humdnos, sea del derecho internacional humenitaric. (La diferencia entre ambos cuerpos de derecho no imoona en este contexto. La relevancia de ta distincién entre tos dos concepios se vera abajo.) De la condenacién tiene que pasarse a la accion de requerir al violador por lo ~menos la abstencion de futuros actos similares. Americas Watch hizo esto, en el caso de los crimenes de Sendero Luminoso, por medic de una carta publica dirigida al jefe de ta organizacién, Abimael Guzman, fequiriéndole el respeto de fas Convenciones de Ginebra. Americas Watch se refirié al articulo 3 comin de tas Convenciones de Ginebra de 1949, que preve garantias para el trato humano de cualquier persona que no toma parte activa en acciones de combate. El mismo articulo aclara que esta obligacion es vinculante para todas partes, independien- temente de su estatus juridico, y que su aplicacion no implica otorgar ningin estatus juridico (p.e. de fuerza beligerante) at requerido. A pesar de ello tue exactamente éste ef reproche del gobierno peruano, que acusé a Americas Watch de intentar otorgarle el estatus de fuerza beligerante a ‘Sendero Luminoso y proporcionarle, de tal manera, un marco legal para sus alaques contra las tuerzas de seguridad peruanas Con razén anota Americas Watch la contra: Giccion evidente enire esta desaprodacion, y la permanente insinuacion del mismo gobierno de que los organismos no-guber- famentales de DD.HH, estarian ciegos frente a los crimenes de Sendero y otros grupos subversivos.(9) Ei resultado un tanto paraddjico de estas polémicas es que tas organizaciones no- gubernamentales de DD.HH. aparecen como los defensores del monopolio de poder jlegitimo de los estados, por su.aplicacién iconsecuenta dal concepto de los derechos humanes ressivades 2 la relacién ciudadano- estado, con el estado como garante supremo de aquellos derechos. Desde la Optica de las ONGs de derechos humanos, este monopolio estatal no solamente se deriva del sistema juridico. Es también una necesidad politica porque no se puede reconocer (en ambos sentidos. de ta palabra) otro. gacante responsable del respeto por los OD.HH. 4. Las posiciones tomadas’ por organizaclones de OD.HH. las De hecho, las ONGs latinoamericanas, casi sin excepcidn, mantienen esta nocién de los derechos humanos como exclusivamente referidas a-la relacion ciudadano/a-estado. En el Peri, donde los numerosos actos atroces de Sendero Luminoso, no sdlo contra representantes del poder sino ante todo contca pobladores humildes, constituyen un reto especial para los ONGs de DO.HH., la gran mayoria de ellas condena tajantemente a las organizaciones subversivas. Pero adn en el caso peruano, las ONGs de OD.HH. normalmente no usan el término ‘*violacién de derechos humanos” en la formulacién de estas condenas. Una revision de los pronunciamientos publicados al respecto en e! Perl, produce una serie de términos 9. Americas Walch: Peru under Fire, New Haven and London 1992, p. 87 y 73s. 10.Coordinadora Nacional de Derechos Humanos: Informe sobre la situacién de tos Derechos Humanos en el Peru en 1992 Lima 1993, p. 21 14. (Asambiea General da la OE: Resolucin AG/RES. 1043 (XX-0/90)) alternativos, para Calificar los actos de SL. tal como: “prdcticas salvajes*, *homicidios arbitrarios y deliberados", “violencia politica’, “tactos de terrorismo*, crimenes crueles", “asesinatos a sangre tria", “asesinatos masivos”, “masacies de personas indetensas” etc. El comin de todos estos términos es que expresan una condena fuerte € inequivoca a nivel ético ylo politico do los actos subversivos, pero ovitan et warming “derechos humanos”. En el Informe Anual de 1992 de la *Coordinadora Nacional de Derechos Humanos’ del Peni, 52 encuentra la formula siguiente: ‘Las acciones de Sendero han devenico en violaciones sistematicas de los derechos jundamentales de miles de peruanos, derechos protegidos por fa legislacién y tos principios &ticos de la civilizaci6n.” (10) Se reemplaza el término “derechos humanos” por ‘derecho tundamental’, 10 que en esencia dice lo mismo, pero mantiene la reserva en cuanto al uso de la palabra ‘derechos humanos”. A nivel semantic se revela asi cierta incomodidad de las ONGs en la calificacién de los actos de los grupos subversivos, que se explica pertectamente por los dos motivos diticitmente concitia- bles: de condenar los crimenes de aquellos grupos, y a la vez mantener ta distinci6n esencial entre una violacién de derechos humanos y. otros crimenes. En algunos casos sf se usa el término ‘derechos humanos", pero se evita utilizario en el contexto de la lrase ~violacién de derechos humanos". Esta salida semantica del dilema propone p.e. la OEA, cuando en su “Resolucién sobre Consecuencias de actos de violencia perpetrados por grupos armados imegulares en el goce de los derechos humanos", resueive “2. Expresar su mas enérgico rechazo a los crimenes perpeirados por grupos armados jregulares y su profunda preocypacién por €! efecto adverso an el goce de los derechos humanos que tales actos provocan...” (11) Ciertamente os admirable la vinuosidad de esta frase, que a la vez que reconoce que por el actuar de los grupos armados se violan los DO.HH de los civdadanos atectados, evita establecer una relacién. causal directa entre las acciones de fos grupos alzados en armas y esta violacién dz derechos: humanos. Queda asi abierto como se debe interpretar el causal dol ‘electo advorso” que es “provocado” (y no ‘producido”). De manera comparable, la Suv Comisiéa de ta ONY, en una resolucién del 27 de agosto de 1992, atiende el pedido del gobierno peruano de condenar a Sendéro Luminoso y el MATA, pero sin usar el término ‘violacion de derechos humanos”: "2. Expresa. su-mas protundo repudio & indignaciéa ante e! accionar criminat de los grupos terrorisias Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru. (12) Un afo mas tarde, la misma Sub Comision ié un paso més al hablar, bailando en la cuerda floja, de ‘violaciones de derechos humanos",-que son ‘el hecho de grupos terroristas": “La Sous-Commission condamne énergique- ment ies violations des droits de homme qui sont Je fait des groupes terroristes du ‘Sentier Lumineux’ et du Mouvemsnt ‘Tupac Amaru'.” (13) También la muy debatida opinion de ta “Comision de a Verdad para El Salvador’, respecto a las acciones del FMLN durante la guerra de El Salvador, se ubica claramente dentro de la doctrina ortodoxa. Si bien Ia Comisién'de la Verdad sostiene que el FMLN puede ser responsable de actos violatorios no solo al derecho humanitario sino también al derecho internacional de los derechos humanos, 10 hace con una clara coridicion limitante “Hay que reconocer que cuando se da ef caso de insurgentes que ejercen poderes gubernamentales en territorios bajo su contral, también se les puede exigir que 13 cumplan con ciertas obligaciones en materia de derechos humanos, vinculantes para el Estado sega el derecho intesnacional; por ende, resultarlan responsables en caso de un incumplimiento. El FMLN sostuvo oficial mente que tema determinados iztritorios bajo su control y efecuvamente ejzrcid ese conwrol.” (14) Estas resoluciones de Ia OEA y de tz ONU, si bien son novedosas en et sentigo de que, como érganos encargados de velar por tos Derechos Humanos, se preocup2n de actos ‘cometidos por grupos no-estatales, desmien ten claramente 10 alirmado por el Procu- rador General de Colombia, de que *se ha hecho detinitivaments hegeménica la tesis segin la cuai no sdlo el Estado, sine también otros actores armados de orientacién contra-estatal, con pretensiores de representacién social y politica, violan fos derechos humanos.” (15) Lo contrario es ciego. No hay hasta el momento, opinion de peso que sostenga los dicho por ef Procurador de Colombia. existe casi unanimidad entre todos los expentos de que los. DO.HH se refieren exclusivamente 2 fa relacion ciudadanos-estado, y que por 'lo tanto, son vulnerables solamente por ef estado. Una opinion divergente (16) es sostenida por el jurista peruano Enrique Bernales. También, Andrés Dominguez, ex- secretario ejecutive de la Comisién Crilena de Derechos Humanos, parece sostener que 12. Comisién de Derechos Humanos, Sud Comision de Prevencion de Disc:imina- ciones y Proteccion a las Mincrias, 4¢ periodo de sesiones. tema 6. 13. Moniteur droits de homme. Paris 22, sept. 1993, p.22. 14, De la Locura a la Esperanza. ntorme de la Comision de la Verdad para El Sevador, Naciones Unidas, San Salvador - Nueva York, 1992-93, p.11 15,Procurador General de la Nacién: Segunde Sntorme sobre Cerechos ¥man0s, 1993, Pag.3 los terroristas violan los derechos humanos, cuando dice que “el terrorismo es siempre un fenémeno vinculado a los derechos humanos” y alirma que “el terrorista. se apropla, mediante ef sometimiento por tecror, de ta voluntad det pueblo como sujeto de derechos personales y colectivos y como generadora de instituciones y autoridades, por lo que se ubica on la posicin de poder propia dal Estado que viola los derechos de las personas.” Es dificil evaluar este argumento mientras no se desarrolle con mas precision. Pere al parecer no cuestiona, en principio, et monopolio del estado a la vulneracién de los derechos humanos, adjudicando mas bien a “los terroristas” una especie de acio apropiatorio de ese monopolio. 5. Teoria de popular: La victimas los DDHH y opintén perspectiva de las Si esto es el caso, Zporqué entonces un devate sobre la cuestion de quién viola los derechos humanos? La respuesta queda en el sorprendente éxito que, por lo menos en ‘América Latina, ta idea de los OO.HH. ha tenido. “Derechos Humanos” ha devenido en una nocién popular, a veces mistificada en una instancia imaginaria, con competencia de curar todos los malos de la sociedad. “Es algo, de que Derechos Humanos deberia ocuparse", es una frase, oida con frecuencia, que bien expresa esta creencia popular en el poder protector de las organizaciones que llevan ese término en sus insignias. Desde la perspectiva popular, Gesde los pueblos vejados por muchas clases de opresores, se pierde con frecuencia esa 16. Ver: Enrique Bernates, La situacion actua! del Peri: Crisis politica, Violencia y Pacificacién. Documento presentado ante el parlamento aleman, Bonn, setiembre 1992, 9.13). Andrés Dominguez: Terrorismo y Derechos Humanos, tolleto editado por ta Comisién Chilena de Derechos Humanos, Samtiagd 1990, p.1 diferoncia tan cara a 105 tebricos y juris-— prudentes. “Derechos humanos” se conviente en algo como un sindnimo de justicia, una nueva manifestacin de ta buena nueva de que un dia habré justicia. Desde esta perspectiva de pueblos que son masacrados, segiin los casos, por militares y policias. bandas armadas de narcotrati- antes © grupos polliicos sublevados, poco importa si los autores de los atrcpalios llevan el uniforme estatal o si obedecen 2 las éidenes de la revolucién 0 de la mafia. La diferencia, tan cara a los toérices, entre un estado con su monopolio de violencia legitima, y poderes particulares, pero por esto no menos poderoso, pierde relevancia frente a su calidad comin: la de una violacién de los derechos elementaies 2 la vida. Los distintos autores de las agresiones que sufre la poblacién, para éste muchas veces son igualmente distantes y ajenos, La victima de una represalia de un grupo querrillero sufre el mismo dolor que.ta que cae. por un ataque contrasubversivo. Ante situaciones como la peruana, donde los asesinatos de Sendero Luminoso, en los Gitimos afios han sido mucho mas numerosos que los cometidos por agentes del estado, las ‘ONGs de OD.HH. no pueden dejar de afroniar estas realidades. La ‘indivisibilidad de los derechos humanos*, concepto acufiado para eniatizer la validez de fos OD.HH. frente a los gobiernos de todos los tintes ideoldgices diferencia de las cagueras de ambos tacos durante la guerra {ra - adquiere desde esta Optica de las victimas una dimension adicional: los derechos de la persona son iguales frente a cualquier violador. Es un sentido muy profundo, pero poco técnico de los derechos humanos. que constituye verdadero reto para aquellas ONGs de DDI que tienen trabajo en paises o regiones con fuerte presencia de violencia subversive Cabe preguntarse si el dilema se reduce simplemente a dos distintos conceptos de dorechos humanos, uno basado en su teoria y su marco -juridico, y otro que seriz expresiOn de un clamor emotivo, pero poce retlexionado, por ta justicia. Hey cue examinar entonces, nucvamente, los argumentos juridicos, historicos y politicos expuestos arriba 6. El Derecho ‘Internacional - eDerecho de gobiernos o de personas? Es opini6n casi universalmente aceptada, tal como lo vimos arriba, que los derechos humanos regulan las relaciones entre estado y ciudadano. Pertenece a esia estera el asi llamado, “derecho intesnacional de derechos humanos”. Existe, sin embargo, otro cuerpo de derecho intemaciona’, que si se aplica también a agentes no estatales: e! derecho internacional humanitario (particular mente a mencionar tas cuatro Convenciones de Ginebra). Este derecho es, por su contenido material y su historia, en esencia el regiamiento del componamiento de tuerzas beligerantes. Busca “humanizar la guerra", definiendo 0 permitico y to prohibido en ella. Sus coditicaciones modernas incluyen provisiones aplicables también a las guerras civiles o internas, y or Io tanto a grupos sublevados en armas, siempre y cuando estos titimos cumpian con ciertos requisitos que los conviérien en una especie de cuasi-gobiemo: una estructura de mando, y cierta capacidad de operar militarmente y controlar un tertitor Las normas del derecho internacional humanitario son bastante exigentes, y coinciden en sus puntos esenciales con las que buscan garantizar también los derectios: humanos: prohibicién de tratos crueles, de asesinates fuera de combate, etc. Por lo tanto, muchas de las atrocidades que algunos grupos subversivos “tometen, son sancio. nados y sancionables bajo las normas del derecho internacional humanitario. Las ONGs de DD.HH. y las organizaciones internacionales de vigilancia por los derechos humanos, tal como la Comisién Interamericana o la misma Comision de Oerechos Humanos de la ONY, coinciden en que este derecho si es plicable a los grupos subversivos, bajo las condiciones mencionadas. En otras palabras: En la figura del derecho internacional humanitario si se aplican, con otro nombre, algunas normas esenciales de los derechos humanos (panicularmente el derecho a la vida y 2 proteccién contra maltratos) a grupos no estatales. Esta operacion es posible a través de una interpretacion especitica de lo que son los grupos alzados en armas. Dentro del derecho internacional humanitario son considerados sumiisos a las disposicione’s ce este cuerpo de derechos en la medida en que cumplen In nuce el rol de un estado. De ial manera se mantiene el elemento “unici reccionat” de la relacién estado - ciudadano, la cual solamente es moditicada contorme a situaciones especiales tal como se producen, en las_querras internas, 5 Se entiende porqué los orgacismos ce O0.HH. recurren con cierto alivio al derecho internacional humanitario: permite aplicar normas-esenciales de los derechos humanos a los grupos no esiziales, s| violar la regia de que los derechos humanos. ‘s6lo pueden ser violados por el estado. “Per fortuna’, dice Juan. Méndez, director ejecutivo de Americas Watch, el Derecho Internacional Humanitario tiene “norma: aplicables a los conflictos armades que azn la solucién."(17) De hecho, para el dilema de los oganismos de DD.HH., nay alli una solucion tecnicamente limpia. Pero tambien limitaca Porque no todas las situaciones que producea graves violaciones del derecho ala vida y @ otros derechos fundamentales de poblaciéa, por parte de agentes no estatales. son cubiertos por ef derecho humenitario Es notable que en esta discvsion ca: siempre se omiten dos referencias € imponantes documentos del derecho ¢ derechos humanos, que podrian abrie camino hacia ia disoluciéa del aludi¢s ta 17, Juan E. Méndez: Violaciones de Derechos Humanos por agentes no esta’ En Comision Andina de Juristas, Bo! Ne 38, 1993, p.20 a. Una es el articulo 29 de la Declaracién Universal de Derechos Humanos, que dice, en su acdpite 1: “Toda persona tiene deberes respecto a a comunidad, puesto que sdlo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad. En este articulo se rompe la unidireccionalidad de les derechos humanos, complementandose la relacién de ciudada- no=posesdor de derechos - estado=garante Ge derechos, por dos elementos importantes: 1) la relaci6n individuo - comunidad, la que implica una reiacién horizontal y muitidireccional entre 10s distintos indiyiduos; y 2) el concepto de deberes como complementarias a los derechos. Estos deberes no se refieren al estado, sino ala comunidad La Convenci6n de las Naciones Unidas para la Prevencién y la sancion del delito de Genocidio , que fue aprobada justo un dia antes 2 la Declaracién Universal, el $ de diciembre de 1948, en su articulo 4to. afirma: * Las personas que hayan cometido genocidio 0 cualquiera de los, otros actos enumerados en et articulo 3r0. (La asociaci6n, instigacién, tentativa y coimplicidad en el genocidio) serén casugadas, ya se trate de gobernantes, funcionarios 0 particulares.” ‘Aqui una violacién de derechos humanos, 1a mas terrible de todas, es vista y sancionada independientemente de la funci6n de quien la cometa. Parece que se trata de una formulacién excepcional dentro de los textos sbasicos del derecho de derechos humanos. En la Convencién contra la Tortura p.e., un documento muy avanzado en cuanto a los mecanismos de proteccién, se define la tortura en funcién del estatus de! perpetrador: sdlo comete tortura quien 10 hace como funcionario pablico 0 instigado 0 autorizado por el estado (art.1). Esto no le resta importancia @ la formulacién del articulo 4 da la Convencion contra el Genocidio. Ante el Impacto todavia fresco del genocidio mas grande de la historia de la humanidad, los redactores no quisieron dejar ninguna salida para la impunidad de otro genocidio. Se preve ast, como consecvencla, la condena de cualquier persona culpable de genocidio, por un Tribunal Internacional (art. 6). Que este Tribunal nunca se instal6, no borra el hecho de ‘que aqui se pens6 claramente en la sancionabilidad de un crimen de lesa humanidad, cometids por quien sea, incluso expresamente personas que no representen ningun poder estatal o para-estatal. En 1948, se puede concluir, todavia no habia esa distincién tan nitida entre los derechos humanos, violables exclusi- vamente por los estados, y otros cuerpos de derecho. 7. Las dos fuentes histéricas de los Derechos Humanos Este hecho no sorprenderé mucho si teconsideramos algunos elementos de ia historia de los derechos humanos. Es cieno que ellos, en Europa y sus dependencias en América, han sido conquistades en una fucha permanente por las libertades de la ciudadania frente a sus soberanos. Pero detrés de estas luchas por las libenades habia siempre una idea fundamental de la dignidad y libertad de ta persona humana, idea concebida ya por la teologia de la edad media y transtormada siglos mas tarde en el concepto de los derechos naturales de los hombres. A diferencia de las luchas por las libentades concretas, esa idea no requeria de una contraparte a la cual oponerse. Era autosuficiente en su propésito de detinir los Gerechos naturales de todos los hombres en todas las situaciones. y frente a todos los posibles violadores de estos derechos. En el siglo Xl, el clérico Gratiano defini el “ius naturale” asi: “lus naturale es 10 que contiene la Ley y el Evangelio, que obligan a cada uno de hacer al otro lo que quiere que se le haga a él: y prohibido de hacer al otro fo que no quiere que se se le haga a él” Encontramos esta formula, siglos mas tarde, en la ética de Kant, y nuevamente, en este Siglo,.en términos no muy distintos, en el aniculo 29 de la Declaracién Universal de 1948. Obviamente, los derechos raturales asi concebidos no se pueden \ranstormar inmediatamente en derecho juridico. Esta era la parte de las distintas cartas que se arrebataron a los monascas en el curso de la historia. Pero el concepto de un derecho natural fundamental, que no depende de ningun derecho formalizado, mantiena su vigor, y mucho m4s en. los, seciores populares, con su caracteristica deésconfianza a la esfera del derecho codificado. En Alemania, y posiblemente en otros idiomas mas, la maxima de Graciano es, hasta Noy dla, un dicho proverbial muy conocido. 8. El Justicia Derecho y el sentido de la Esta otra historia de los origenes de los derechos humanos apunta a una dimension que es propia de fa lucha por los DD.HH: la ética. En la condena moral y la apelacién a la conciencia pdblica reside la fuerza principal del actuar de los ONGs de OD.HH., ante la falta de poderes de sancién efectiva. Si Ja idea de la defensa de los DD.HH. es acogida generalmente por mayorias de la poblacién, es por su coritenido ético, por un Sentido basico de justicia y de compasién por victimas consideradas perseguidas injustamente. Esta ética popular no acepta, donde es confrontada con violencias distintas de las del estado, una distincién que se basa simplemente en diferencias del estatus de los responsables de la violencia, Es cierto que la violencia subversiva muchas veces es aceptada por ta opinién popular, tanto como lo es, en otras situaciones, la violencia estatal. La opinion piblica no es, por si misma, no-violenta, Pero generalmente tiene sus criterios para distinguir entre violencia justa e injusta, y entre medios de lucha aceptables y no aceptables, criterios muchas veces discutibles, pero no 7 descartables para organizaciones que dependen mucho de esta opinion popular. Las ONGs tienen a posibilidad de intivir en ella, a través de su labor de educacion en derechos humanos. Sera dificil, sin embargo, modificar el sentido elemental de justicia, que no distingue entre el estado y otros agentes como moralmente respon- sables de sus actos violatorios de Ids Gorechos del pueblo. 9. EI reto politico de de agentes no estatsles la violencia Pero no solo existe el reciamo por una ética indivisible de los derechos humanos. Las organizaciones de Deres y M0. gubernamentales, Confrontadas con !a exigencia de ser efectivas en la salvaguardia de los OD.HH. Las dos demandas resultan dificiimente compatibles y constituyeri el nucleo del reto politico quo se les presenta actuaimente a smuchas organizaciones de DD.HH. Con sus luchas incansables por los derechos humanos han adquirido una gran autoridad moral en sus paises respectivos, reforzada 2 través de mucho reconocimiento interna. cional, La base de esta autoridad moral na sido la objetividad en sus’ amdlisis de las violaciones de DD.HH. y !as acuseciones © condenaciones consecuentes con este andlisis. Ha sido también el hecho de que, en muchas ocasiones, llegaron a obligar a los gobiernos violadores de los derechos humans a reconocer 10s principios de DD.HH. verbalmente, y, en casos contados, tambiéa en los hechos. Con ello, han comenzado a constituirse, de fverzas meramente morales. en organizaciones de un poder politico, muy limitado, pero reat en algunos cases, se ven también, Pedirles ahora a las organizaciones de OD.HH. que ampiien et campo de sus acciones, hacia los crimenes perpetrados por agentes fo estatales, significaria, apane de los problemas juridicos ya mencionades, varios cambios en las esiraiegias establerices a las ONGs. Por un lado, los agentes no estatales, para las ONGs de cerschos humanos, no existe como interlocutores validos. Aqul no solo hay el problema de la legitimidad de esos agentes, que crea los temores de los gobiernos al meterse las ONGs de derechos humanos con los grupos que, para los gobiemos, son, no aptos para al didiogo. Los enredos resukantes podrian considerarse problema solamente de los gobiernos. Pero aqui hay también el problema raal para las ONGs que no existe un marco referencial en el cual pueden ubicar a los agontes no estatales. de la misma manera como, en cl caso de los godiernos, pueden recurrir al sistema de Gerecho internacional y toda la tradicion politico-juridica del sistema de esiados modemos. Ei hecho que, desde la dptica juridica, los agentes no estatales no son responsables legitimos del bien comin, se traduce asi en la cuestion muy practica de gqué se puede pedir a los grupos no estatales, y en base de qué concepto comunmente reconocido? Estas preguntas no se pueden responder sin un analisis concreto de cada caso (como se vio, este andlisis concreto se necesita también para 1a apticacion dei derecho humanitario internacional). En otras palabras: Mientras la metodologia, de trabajo de los ONGs de derechos humanos tiene su fundamento en fa transtormaci6n de lo politico en principios juridicos universalmente reconocides (son pocos los gobiernos que expresamente rechazan los DD.HH,), en el seguimiento de fo que hacen tos agemes no estatales, no sirve esta hercamienta objetivizadora. No hay otra salida que entrar en el campo politico con todos sus riesgos. Evalvar el accionar de grupos “subversivos", “alzados en armas”, “terroristas", ‘guerrilleros”, *sublevados". ‘insurgentes” etc. (la canti- dad de términos es bien rep:esentativa de la variedad de situaciones) resulta - no siempre, pero en la mayoria de los casos - mas complicado y controversial que medir el comportamiento de gobiemos con la regia. del derecho de derechos humanos Pero ta tarea no Se queda en la evaluacién. Oe olla las organizaciones ce DD.HH. deben deducir los reclamos que presentan a los rosponsables. Si esto a veces es dificil en el caso de goblernos qua buscan ocultar las responsabilidades de sus funcionarios, mucho més ‘es asi en el caso de grupos clandestinos. sin jerarquias visibles para ol Piiblico. Los pedidos da las organizaciones de DD.HH., para tener eficiencia'y para voder controlar su cumplimiento, tienen que ser precisos y especificos. Una critica especifica y detallada de una accién significa ~ implicitamente, pero en ta relaci6n ONG - estado también explamente el aval de las acciones no criticadas. 0 por fo menos puede ser interpretada asi. He aqui-la feticencia de los gobiernos ante las condenas que pronuncian las ONGs contra los grupos no estatales: parecen conferiries legitimidad. Es cierto que en el caso del derecho internacional humanitario, el articulo 3 Comin de las Convenciones de Ginebra excluye expresamente que la aplicacién de las normas de fas Convenciones otorgue algun estatus a los grupos insurgentes que no tengan de otra manera. No obstante, en la esfera politica la accién puede ser vista de manera diferente ‘Ademas, en el caso de los derechos humanos mismos, no existe nada comparable al anticulo 3-Comtn de las Convenciones de Ginebra. Pero, aparte de los celos de gobiemos, que podriamos descartar por su motivacién a veces meramente téctica, existe aqui un problema real para las ONGs. Echar eriticas 2 los agentes no estatalas significa, quiérase © no, tomar partido en las luchas politicas de manera mas pronunciada que en el caso de as criticas al gobierno. Por motivos distintos, los pantidarios del gobierne y de la oposicion van a cuestionar la neutralidad politica de 10s criticos. El dilema es que no “pronunciarse produce el mismo resultado, Si las ONGs callan ante los crimenes que cometan agentes no estatales, también se cuestiona su objetividad. De dos lados opuestos va en peligro et capital mas precioso de las ONGs de derechos humanos Su prestigio piblico, a nivel nacional e internacional, basado en la integridad de sus conceptos y de sus militantes. 10. Comentarios finales gHay salida de los dilemas descritos? Salidas limpias, libres de contradicciones y wabas? Seguro que no. Los problemas analizados, antes que todo son producto de. realidades complejas y contradictorias, no Ge insuficiencias conceptuales. Tampoco cabe aqui, desde estas lineas, dar consejos a organizaciones -cuya traygctoria demuestra la seriedad con que se han planteado todas las preguntas aqui prescntadas, sacando cada una sus conclusiones, que pueden ser bien distintas, segin las realidades vividas, las, convicciones y conciencias. Quisiera terminar este resumen de problemas y preguntas relacionadas con al actuar de agentes no estatales y su evaluacién a la luz de los derechos humanos, destacando algunos temas que me parecen centrat-para el debate y también para el desarrollo tuturo del ‘movimiento por los DD.HH. las En sus largos aos de trabajo, la mayor parte de las. organizaciones que luchan por los. derechos humanos, en América Latina han adquirido conocimientos y capacidades técnicas que las califican cada vez mejor para cumplir con sus tareas de detender los OD.HH. de la poblacién. En general, esto ha implicado también una mayor presencia de concepciones juridicas on vez de puros Conceptos éticos. Para sef-eliciente en términos de lograr sentencias ante los tribunales nacionales e internacionales, e! concepto de derechos humanas se ha venigo “derechizando” 0, en el sentido de tas dos lineas histéricas de sus origen, expuestas arriba, $8 ha inclinade por el lado de la lucha por las libenades concretas a exigir Ge los estados. Los derechos humanos nan sido estrechamente vinculados a la formacién y el desarrollo del estado mogerno. En América Latina, podriamos docir que ellos muchas veces histéricamente han precedido al estado: La lucha por los derechos humanes ha sido parte de la lucha por un estado reformado, con instituciones democraticas, transparentes y funcionales, mas independientes de los intereses de las 19 lites tradicionales.’ Las organizaciones de OD.HH. que para muchos gobiernos son enemigos odiados y perseguidos, al contiario son una fuente importante de legitimidad, Todas sus criticas del gobierno, se convierten en fuentes de energia para el estado, al cual, a la vez que criticando sus \GtOS Coneretos, reconocen como Unico y legitimo garante de los derechos violados. Esta funcién reformadora del estado, que cumplen as organizaciones de derechos humanos, parece inobjetable - siempre y ‘cuando se den las condiciones para que pueda cumplirse. La pregunta que Noy se plantea es, sin embargo, si no vivimos en-una época en que el modelo del estado, t2l como tue concebido .an le revolucién burguesa en Europa. se viene agotando. Por un iado, se percibe_ una creciente internacionalizacion de estructuras ce poder sin que el derecho internacional sepa adecuarse a estas tendencias. La ONU y el derecho internacional, para nombrar dos ejemplos, siguen basandose casi exclu- sivamente en el principio de fa soberania de los estados. Los pocos pasos que en materia de OD.HH. se han dado para un derecho supranacional, es decir por encima también del derecho de tratados, no son acompariados por una institucionalidad que les apoye. Por otro lado, los estados nacionales, en muchas partes del mundo, después de una fase de expansi6n realmente sorprendente, son cada vez mas cuestionadas por fuerzas, centeftugas er. su interior. En muchas partes de Europa sur-oriental, de Asia, Atrica y también en algunas regiones de ‘America Latina, la capacidad del estado de garantizar derechos iguales para todos sus ciudadanos, objetivamente esta bajando. En tales situaciones, ¢2 dénde nos leva la insistencia de la vinculacion de derechos humanos y estado? No seria iguaimente importante de@sarrollar conceptos y estrategias para rescatar los principios de 1a Declaracion Universal también tuera de su contexto estatal? 4No es tiempo de Gesarrollar y evar a la prdctica de presién también sobre los miitiples poderes de acto que en gran pane del mundo hacen infernal ta vida para los pueblos - pero sin gnicamente recurrir al estado como salvador de situaciones que obviamente no es capaz de salvar? La filésofa Hannah Arendt, en su libro “The Origins of Totalitarianism” (Los origenes del totalitarismo), y2 en 1951 observé que fos derechos humanos, historicamente ligados al surgimhiento det estado nacional, con Ia crisis de éste también potirian entrar en crisis. Las masas,de retugiados al término de la guerra mundial eran testigos de esta crisis y a la vez sus victimas. “En el ‘momento en que los hombres no gozaron mas del amparo de un gotiemo, no gozaron mas de sus derechos civiles de ciuudadanos, en el momento entonces en que cependian exclusivamente en este derecho minimo-que supuestamente Je es natural, ya no habia nagie quien les garantizara este derecho." (18) Este andlisis de postquerra describe con precision asombrosa lo dilemas de los Gerechos humanos también de hoy en dia. El debate sobre el alcance de tos derechos humanos no se puede dirimir solamente en vistas de un Sendero Luminoso o un Frente Farabundo Mani de Liberacién Nacional, FMLN. Lo que esta en juego es un numero reciente de personas, en todo el mundo, que los estados no pueden o no quieren amparar en sus derechos inajenables. El concepto da los derechos humanos basado en el concepto del estado de derecho ha sido un instrument sumamente valioso. No abogo por abando- narlo. Pero la pregunta, si serd suficiente para lo que nos adviene, requiere respuestas, urgentes. 18. “Citado segun ta edicién alemanz Elemente und Urspringe totaler Herrschatt Munich 1986, pag. 455), PUBLICACIONES DEL DIML Memoria. Boietin Informativo. Se envia a organismos de derechos humanos de América Latina en condicién de Canje. Documentos de Trabajo. Doc. 1: Cronoiogia Politica del Peri 1992 Catélogo de Publicaciones periédicas sobre Derechos. Humanos. Lista del total de boletines y revistas sobre DDHH. existentes en el DIML. Incluye referencias a més de 320 publicaciones especializadas en el tema. 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