Protección de Las Especies

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Protección de las especies

La conservación de las especies constituye sin duda uno de los objetivos


principales de cualquier estrategia de conservación de los recursos
naturales. En general, puede considerarse que la protección de los
hábitats constituye la aproximación más eficaz al problema, pues supone
la conservación de las condiciones del medio físico y del resto de
características del ecosistema en que se integra la especie a proteger. Sin
embargo, en muchas ocasiones es conveniente adoptar otro tipo de
medidas, adaptadas a la problemática particular de cada especie
amenazada.
Las herramientas más empleadas hasta la fecha para la protección de las
especies se ha basado en la creación de diversos catálogos que han ido
evolucionando a lo largo el tiempo, dando lugar a diversos planes a favor
de la recuperación, conservación o manejo sostenible de las especies
amenazadas.

El origen de la catalogación de especies protegidas debe situarse


el Convenio de Pájaros Útiles a la Agricultura de 1902, celebrado en París.
Este convenio tenía un claro sentido utilitarista, explicitado a través de la
clasificación de las aves en pájaros útiles y pájaros perniciosos.
Posteriormente, en el año 1933, se firmó en Londres el Convenio relativo
a la conservación de la fauna y flora, en el que se introduce por vez
primera la necesidad de protección de determinadas especies por el
simple hecho de su rareza.

Podría decirse que la protección del grupo de las aves han sido el motor
de la protección del resto de las especies, y en ello han tenido que ver, sin
duda, las múltiples instituciones fundadas a lo largo de la segunda mitad
del siglo XX.

Existen diversas organizaciones que se dedican a la protección de las


especies como el Convenio sobre la Diversidad Biológica(CEB).

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