Mal cableado.

El cableado pobre y apresurado conduce a un suministro de corriente inadecuado

al solenoide de arranque o a un problema más peligroso de cortocircuito. Ambos
pueden hacer que un solenoide de arranque funcione mal y cause problemas en el
sistema de arranque. Las instancias de cableado incorrecto incluyen terminales
que se dejan sueltos o conectados de manera incorrecta.

Calentamiento excesivo.
Ocurre cuando corrientes extremadamente altas fluyen hacia o a través del
solenoide, y durante demasiado tiempo. Puede deberse a casos en los que el
interruptor de encendido se deja en la posición de ‘inicio’ por mucho tiempo. La
soldadura en los contactos se funde, y se sueldan entre sí. Cuando esto sucede,
el solenoide de arranque se daña porque ya no puede controlar su función de
conmutación.

Humedad excesiva.
Si se deja que penetre humedad en el solenoide de arranque, se produce la
corrosión de los contactos eléctricos. El resultado es una conductividad reducida
de las superficies de contacto, la eficiencia del solenoide de arranque se reduce
considerablemente, y experimenta fallas de arranque ocasionales.
Es posible que escuches el clic del arrancador y luego se detenga casi
inmediatamente cuando la corriente sea demasiado baja para que finalice toda la
operación.