“En el deísmo se reconoce una fuerza creativa universal más grande que aquella demostrada por la humanidad, sostenida por la observación personal de las leyes y diseños en la naturaleza y el universo, perpetuada y validada por la habilidad innata de la razón humana, unida con el rechazo de las afirmaciones hechas por los individuos y religiones organizadas de haber recibido revelación divina especial.” Postura agnóstica Epicuro: Manifestó que los mitos religiosos amargan la vida de los hombres El deísmo es la enseñanza de que Dios existe, que ha creado el universo y todo lo que éste contiene, pero que dejó de estar involucrado en el universo y en la vida de las personas después de hacer el universo. Otra forma de mirar el deísmo es decir que Dios creó el universo con todo en éste y permite que todo siga su curso natural sin ninguna intervención de Su parte. También enseña que no existe ninguna clase de milagros y que la Biblia no es la Palabra inspirada de Dios. El deísmo no es bíblico ya que la Escritura claramente nos enseña que Dios sí está involucrado en el mundo y que ha intervenido muchas veces en éste. Considere por ejemplo, el diluvio, o la liberación del pueblo de Dios de Egipto y otros milagros. Claro está, que el ejemplo más profundo de involucramiento por parte de Dios en el mundo lo encontramos en la Encarnación de Cristo el cual llevó a cabo muchos milagros, murió en la Cruz y resucitó de entre los muertos. Problemas con el deísmo Son muchos los problemas con el deísmo: Primero: Niega la Persona de Cristo como el único medio de redención. Segundo: Está centrado en el hombre debido a que no acepta la revelación de Dios o Su voluntad divina. Cualquier doctrina desarrollada en una religión sin Dios y sin Cristo tiene que originarse sólo en el entendimiento del hombre y sus preferencias. Por lo tanto, no puede ser ni Dios-céntrica ni Cristo-céntrica. Tercero: La moral no puede derivarse de observar la naturaleza. Los animales matan, se comen a lo que está vivo y son brutales. Cuarto: Toda razón derivada desde una perspectiva deísta está sujeta a las limitaciones y fallas humanas. Sin la intervención y aclaración divina, las personas harán lo que creen es correcto delante de ellos y éste sistema subjetivo de razones lleva a la confusión y a la inconsistencia.