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NUEVAS CONSIDERACIONES SOBRE UN PASAJE TACITEO (Germ. 38,3) J. Francisco DOMINGUEZ DOMINGUEZ. AI hablarnos de los Suevos en su Germania, Técito destaca su singular forma de peinado, como nota peculiar y diferenciadora del aspecto externo dde estos pueblos en su conjunto frente a otros pueblos germanos y también, dentro de los Suevos, como rasgo que distingue a la poblacién libre de la es- ‘elava; aunque, mas que la forma de peinado en si misma, la peculiaridad re- side, segiin Tacito, en su generalizacién y permanencia, en ser un uso comin ‘todos los hombres libres, que mantienen a lo largo de toda su vida; en otros ‘pueblos, en cambio ~nos dice Tacito-, constituye un uso raro, limitado a la ‘etapa juvenil y debido a una influencia de los Suevos, Asi es como el autor nos lo deserib insgne gentis obliquare crinem nodoque substringere: sic Suebi a ceteris Germa- nis, sie Sueborum ingenui a servis eparantur. in lis genibus seu cognatione ai- {qua Sueborum seu, quod Saepe acsidit, imitatione,rarum et intra iuventae spa- tum, apud Suebos usque ad canitiem horrentem capillum retro sequuntur ac saepe in ipso vertcereligant;principes et oratiorem habent (Germ. 38). Tal es la forma en que reza el texto de una de las més recientes ediciones de la Germania, realizada por A. Onnerfors para la Biblioteca Teubneria- na, Se trata de un pasaje, en su conjunto, bastante discutido, que presenta algunos problemas de critica textual, a los que los distintos editores y comen- taristas han venido ofreciendo diversas soluciones. Aqui deseariamos Gnica- ‘mente realizar algunas observaciones a propésito del final del pasaje desde tuna perspectiva fundamentalmente léxica. La parte del texto en que centrare- ‘mos nuestra atencién es precisamente la que ha suscitado mayor discusién y reza, siguiendo el texto y la puntuacién de Onnerfors, como queda sefalado: ‘apud Suebos usque ad canitiem; horrentem capillum retro sequuntur ac saepe in ‘psoverice religant; La edicion de Gnnerfors se caracteriza en este punto por la fidelidad a los. cédices y el rechazo de las distintas conjeturas. Nos referimos, concretamente ala leccién horrentem capillum retro sequuntur ofrecida por tos manuscritos (1) ATONNERFORS, P. Comelius Tacitus. Germania, Stuttgart, Teubner, 1983. 217 (con algunas variantes: sequentur_g, sequentem I), texto corregido por la tnayor parte de los modemos editores, que han preferido, en su lugar, alguna de las conjeturas que luego examinaremos. Er sentido general del pasaje parece claro, pero el texto, tal como lo trans- rmiten los manuscritos, en particular en la parte final que acabamos de sefialar, resulta dificilmente sostenible; diversos indicios permiten suponer que esta- mos ante un texto corrupto, y ello por razones estrictamente lingifsticas. Tan To desde una perspectiva sintdetica como desde el panto de vista léxico, la lec~ tion de los codices plantea serias dificultades, que los editores modernos han {ntentado resolver con diferentes propuestas. |, Existe, en primer lugar, una dificuliad de orden sinsdetico, Tal como en su dia advirtio Gudeman ? (observacién que han recogido luego otros comen~ taristas), una expresion como apud Suebos faciunt hoc illud (se. Suebi) carece de otros testimonios (de acuerdo con el material que suministra el Thesaurus) {que justfiquen su aceptabilidad en latin. En el mejor de los casos, ¢s como se- Ralé Robinson 3, una expresion inelegante. Esta primera dificultad hace que el acusativo horrentem capillum resulte, cuando menos en principio, escasamente aceptablz. Por ello, Gudeman pro- fpuso enmendar el texto en horrentes capilll, proporcionando asi un nuevo su~ Reto. sequuntur. Gudeman resolvia de este modo la dificultad sintactica, mas, ‘i mantener la leccién retro sequuntur, dejaba sin resolver, como veremos, problema Iéxico. ‘Con el fin de eludir el citado problema sintéctico, manteniendo el texto de Jos codices, algunos editores han propuesto introducir un signo de puntuacion fuerte después de canitiem. En las modemas ediciones apud Suebos aparece, tunas veces, precedido de puntuacidn fuerte (punto, dos puntos o punto y oma), otras, de una simple coma, y, normalmente, no existe ninguna puntua~ ion detrds de canitiem. Algunos estudiosos, como Schwyzer 5, han propuesto colocar dos puntos tras canitiem, convirtiéndose asi hiorrentem.. religant en Gnasindeton explicativo. Varios autores han sefalado ya que este asindeton (2) A, GUDEMAN, Taciti De Germania,Berlin, Weidmannsche Buchhandlung, 1916, p.251 (3) RP. ROBINSON, The Germania of Tacitus. 4. eritical edition, Middletown (Connestcut), American Philological Association, 1935,p. 314. a) Segin él, a pair de una leccin horrentescapils el acusativo horrentes habia suffgo una asimlacion por pate del precedente canitir,arrastrando, a su vez, el ca Bie de capifos en capllun: shorrentem entsand durch Angleichung an camitiem, was ann notwendigerweise die Anderang caps in capillur nach sich zog. Wie weit derar- {ips Angleichungen mitunter gehen Konnten, zeigt gerade unsere Stelle Desonders dew Us, hat doch ene Hs. (D) hier sogarein ganz unméplices retro sequentem (oe. cit) (G) H_SCHWY7ER-SIDLER — E. SCHWYZER, Tecins’, Germania, Halle, 4. 193, Mas recieatemente, J. DELZ, «Der "Namensitz’ und weitere korrupte Stelle in den kleinen Schriften des facituss, MH XXVII(1970), 233, vuelve recoger esta pro~ puesta de puntuacion, neluyendo un después de spatium (a partir dela Eomparacion con Ger. 31,1), con el fn, dice, de slvaguardar al menas Ia sintaxis (6) Asi lo hacia notar en su ediign de la obra J.G.C. ANDERSON, Cornel "Tacit De origine e situ Germanorum, Oxford, Clarendon Press, 1970 (1938), p. 180. Resien- ‘emente lo sefala tambien NW. BRUUN, «Ober eine schwicrige Tactussellen, Wiener. ‘Studien, N.F- VIII (87), 1974, p. 155, quien afiade: «die beiden Satze gehoren organisch 218 [NUEVAS CONSIDERACIONES SOBKE UN PASAJE TACITEO ymente insatisfactorio y que no proporciona una mera explica- ‘cin, sino que ailade una nueva informacion. Por su parte, Onnerfors, para resolver la citada irregularidad sintactica, co- loca, como hemos visto, un punto y coma después de canitiem. Hay, en fin, al- ‘guns editores ” que colocan sélo una coma tras canitiemi; elefecto de esta ulti ‘ma puntuacion es menor que el que produce la puntuacidn fuerte de Schwyzer y Onnerfors, aunque contribuye igualmente a suavizar la dureza de la expre~ Sidn. También en este tiltimo caso, como en las propuestas de puntuacion de Schwyzer y Onnerfors, debemos seguir suponiendo para sequuntur y religant ‘un sujeto Suebi, aunque la expresion result, tal vez, menos violenta que si se prescinde de toda puntuaci6n tras canitiem. ‘Sin embargo, si se mantiene la leccién horrentem capillum retro sequuntur, ‘como hacen algunos de estos autores, se deja sin resolver el absurdo que, @ nuestro entender, esta expresi6n plantea desde el punto dé vista del conteni- dot. En definitiva, tanto Ja correccién de Gudeman como las citadas propuestas de une nueva puntuacién pueden resolver, o al menos paliar, la dificultad sin- tdctica, pero no aportan ninguna solucién al problema léxico, Razones de con- tenido apuntan hacia una corrupeién del texto y reclaman su enmienda, y ni siquiera la correecién de Gudeman resulta satisfactoria en ta sentido. 2. 1 problema léxico radica, para nosotros, en el contenido, ciertamente ingolito, que en el texto, tal como lo transmiten los manuscritos, habria que asignar al verbo sequor. Cominmente se considera por parte de quienes man- tienen dicho texto que reiro sequuntur vendria a constituiren este pasaje una especie de variatio del obliquare precedente (como tambien religant respecto a hnodo substringere).° Mantener la leccidn de los cédices past, inevitablemente, sino se quiere engendrar una expresién il6gica, por asignara sequor un signifi- ado ed hoc al que, segiin nuestros datos, este verbo es completamente ajeno. Podemos decir, aim a riesgo de no ser excesivamente rigurosos, que el verbo sequor se presenta en latin como un lexema portador, basicamente, de dos uni- ‘dadessignificativas(semantemas): ‘sequor «ir detras, seguin» (seguimiento): ‘Sequor; «venir después, seguir» (sucesidn ‘zusammen und zu glauben, daf sie durch ein Interpunktionszeichen getrennt werden ‘kone istim Wirklichkeit nur Gaukelspiel (7) Por ejemplo, E. WOLFF, Tacitus, Germania, Leipzig - Bern, Teubner, 19153 (1896), 105 (que entiende también como un asyndevon explicarimum lo que sigue a ca- hutiem sin embargo, adapta la conjetura retarquen’en lugar de lalecei6n retro sequu- lurk F-BORIO, Tacito. La Germania, Florenea, Sanson Eaitore, a. (1963), p. 60, (8) Menos satisfactora ain resulta la puntuacion propuesta por O. WESTERWICK, ‘Zu Tacitus, Germaniay, PAV, 1932, p. 782: «in allisgenibus...rarum et intra juve ta ptm, apd Sues us * rey sequuntr ae Stepe in ipso solo verice religant», que no oftece ninguna ventaj sobre la punta habitual aa ez que nos resulta bastante inverosimil (0) CE. GUDEMAN, op cit, p. 199: «retro sequuturfolgen nach rickwirts! und re« liganur entsprechen obliquare und absiringere (sc, aunque en el texto ofrece subsirine {ere} tnd sind ledglich dee Abweehslung halber gewailb». Todo india, en efecto, que Enel original debio de existr un paralelismo pareeio (idea que ba guiado, en part, las diversas conjeturas propuetas), pero ello no jusifica en modo alguno el que asignemos 2 ‘ese dudosorevrosequuntur un significado que lees ajeno, 219 aungue pudieran tal vez reducirse a una sola («seguir»), El valor de «suce- sidn» aparece como una nocién secundaria y menos extendida que la de wse- uimientop,10 ‘Sequor es, en principio y basicamente, un verbo de movimiento que expresa tun desplazamiento local; se define por sefalar una accion de sentido lativo y Drosecutivo, que se enmarca entre una procedencia y un destino, Su contenido ‘exacto en cuanto tal verbo puede quedar analizado en la expresion e0 secun- dum: ‘Am. Age itu secundum. SO. Sequor, supsequor te(PLAVT. Amph.5S1) y se revela con particular nitidez en algunos textos arcaicos, en los que, junto a sequor aparece la particula prae con valor adverbial pospuesta a los imperativos de eo y abeo: I prae: iam ego te sequar (ID. Cist. 773)" En efecto, sequor mantiene una relacién de complementariedad !? con los compuestos de prae y ante, preverbios que expresan la anterioridad inmedia- tay mediata respectivamente ‘mune praccedentem sequitur, mune praevius anteit(OV. met, 11,68). 4 De ahi que sequor aparezca con frecuencia, también en relacién de com- plementariedad, junto a duco (sequor quo ducis) y sus modifidos, que, frente ago y sus compuestos, expresan, como es bien sabido, la accién de ullevar aguiando, yendo por delante»: (10) Ciertamente, cbe hablar también de un contenido «comitativow en sequor (con: tenido que adquiere especial relevancia en algunos de sus modificados, como en prose: 4uon ya se considere tal contenido (wit con, acompafar) como seeundario 0 como ine supondrd inevita- 21) Otros eiemplos: LIV. 25,35,6; SEN. ia, 3,31 1sclem. 1,253: rang, 1.9; Here 385. CE asimisin ID. epist. 79:13: aliguando antecedi,aliquando sequitur vel a tergo est; OV. fast. 5439.40; nec respici: wmbra putatur /colligere et nulloterga vider Segui: 1D. met °.23: respciens comites sua lerga sequentis: 1. Hal 63: dat terga se- quent: STAT. ‘Theb. 11,246; Ment maesti revro comes; eic. Asimismo encontramos {ejemplos parailos con los modifieados de sequor, como insequor. COM, pall ne. 43-4, moto putes, mad aulscenes incurs a ergo nsequns nec opnantsadseeta (senectus). (22) Por ejemplo, E. FEHRLE, P. Cornelius Tacitus Germania, Munich ~ Berlin, LF. Lehmanns Verlag, (1929)3, p! 46: revro sequumtur = sie folgen dem Haat mit dem Kamm zurick, dh. kdmmen es gegen den Strich..» (subrayado nuestro). También C. ‘CANILLL, Cornelt Tacit Germania, Milan-Génova-Roma-Népoles Societé Anonima Editrice Dante Alighieri, 1932, p. 58, quien adopta la correcion de Madi y coment sreiorquent! nel coddici revo sequuntur (tt. mau) "arano indietro, pettinano al ins relorquere vale “avviare, piggare, inicio" presso @ poco come sopra abliquare, © ‘Some in sstanza il revo scaut dei mangscrith (Ct asimismo la exaleacion de F. Bo; Flo, op. cit, p. 66. einvece presso | Susbi gli vomini, fino a che dventano canul, coe Neccht, accompagnano eolla mano indietro (retro, sot. mann, sequutur) | cape arrue at (horrentem)»(), En cambio, Anderson, en su juicioso comentarioal pase (op. ct. p. 17s), rechaza semeiante hipotesst anor can reiro sequuntur mean “drawn backward? “whit hand or comb», ‘Conoceros alg ejemplo en que sequor aparece determinado par el ablative manu mas no en euanto verbo de movimiento Et verburm manu seculus prehenso loro retror- ‘Sum me circumtorquet (APUL. met. 6,30,3 ef. ibid 3,16,6 : Et verbant facio secutus ‘apills . abripi. {03) Entre los editores que han admitido la leecién de los cddioes rei sequuntur, 224 MUBVASCONSIDERACIONES SOBRELN PASAJE TACITEO blemente asignar a sequor un significado de lengua o contextual que Ie son completamente ajenos 3. Diferentes enmiendas han sido propuestas con mayor o menor acogida, al pasaje taciteo qu: nos ocupa. Pasamos a continuacién a examinar algunas, de estas conjeturas 4) horrentem capillum retorquent La enmienda retorquent propuesta por Madvig, fue apoyada por F. Frahm, segin el cual en reiorquent una mala lectura de la segunda r por s (retosquent) debié ce dar pie ala desafortunada correccién retro sequuntur?S. Aceptan también dicha enmienda, ademas del ya citado E. Wool’ J. Perret 2 y H. Haas?” ademas de los ya citados Gudeman, Fehr, Robinson (aunque és a juzgabe insatsfac- ‘tofa), Borio y Onnerfrs,cabe citar también aK. HALM - G. ANDRESEN, Cornel acti Historie et fibn minors. Leipzig, Teubner, 1930 (1850): L. VALMAGGI, Taci- 40. Germania, Turin, G. Chiantore, 1924; F. MARTORELL, P. Cornel Tacit’ Obres ‘menors, Barcelona, Bernat Meige, 1926, ‘Otros editors, sin optar por ninguna conjetura, presentan el texto de los manuseritos ‘colocando una erux delante de revro sequantur. Asi, por elemplo, H. FURNEAUX, Cor- elit Tacit! opera minora, Oxford, Clarendon Press. (1900): E. KOESTERMANN, ‘primero en K. HALM-G, ANDRESEN ~ E. KOESTYERMANN, Cerne Taciti= ‘istoriae et libri minors, Leipzig, Teubner, 1938, y luego en su ediciSn delas obras me~ rnores, Comelius Tacius. Germania. Agricola. Dialogus de oratoribus, Leipzig, Teub- nner, 1949; asimismo G. FORNI- F. GALLI, Taciti De Origine et situ Germanorum, Roma, Edizion dell Ateneo, 1964, Por su parte, WINTERBOTTOM en su edicion de esta obra (M. WINTERBOTTOM = RM. OGILVIE, Comelit Tact! opera minora, Oxford, Clarendon Press. 1975) coloca ‘una crux antes de apud Suebusy despuss de seeuuntur. ‘Mis lejos ha ido reientemente BRUUN, loc cit, p. 155, quien ha propuestocolocar un signum corruptlac antes de apud Suebor y despues de religant; en cualquier caS0, 00 ‘ree que la corrupcinresida en retro sequat (24) As’ nos parectcarente de todo fundamento una expicacién come la que offece EV. D'ARBELA, Tali. Germania, Milén, Signoreli, 1973, p. 67: wetr sequuntur. © To stesso che abfiguare,espesionericereata in eu seq, dal senso normale accompag- rare, passa. a quello dicondurre,« poi volgere». Semejante desarrollo semasiol6gico, por To demis harto inverosmil, no lo hemos encontrado atestipuado por ningun lado en ruesiro estudio del vebo sequor. Mis que una expresion rebuscada de hstoriador, Io ‘que parece haber en ete caso es una explicacion rebuscads por parte del exégeta, que ‘aa, en vano, de justiicar lo que lxicamente resulta diftcilmentejustifcabe. ‘Cabe habla en efecio, como ya hemos sefalado, de un contenido womitativa» («ac- spromanaes) en sepa, mas sila con te contenido nos pares aceplabl a ec- (QS) F. FRAHM, ¢Neue Wege zur Textkritik von Tacitus, Germania», Hermes 69 11934}, 9.439: «Es git Formen von rund s die volig gleich aussehen: das Mierstand- ‘nist also wobl auf einen Lesefehlerretasquen fur retorquent zurckaehen (26) J. PERRET, Tacie. La Germanie, Paris, Les Belles Lees, 19679 (1949); apoya tambien ia correeidn de Madvigen su obra Recherches sur le texte de la Germanie, Pa- ris, Les Belles Lettres, 1950, pp. 124, 126. '2I) H.HAAS, Comelius Tacitus Germania, Heigelbers,F-H. Kehrle Verlag, 1952. 2s Feaitesco DOMINGUEZ DOMINGUEZ ‘Tal correccién supone una minima alteracién del texto de los cédices. Sin ‘embargo, si, como vernos en las ediciones de Perret y Haas, se mantiene la ‘puntvacién mas habitual (a saber, pausa tras spatium que en ambos autores 5 un punto y coma, y ausencia de puntuacién después de canitiem), se deja ‘Sin resolver la dificultad sintéctica seftalada por Gudeman, que trat6 de re~ ‘solverla proponiendo una correccién diferente. Con anterioridad a esta pro- ‘puesta de Gudeman, Wolff, habia eludido dicha dificutad mediante la pun- fuacién, colocando una simple coma tras spatium y otra tras canitiem y con- siderando lo que sigue como un asindeton explicativo. b) horrentem capillum retrorsum agunt ‘horrentem capillum retro agunt ‘Ambas conjeturas, la primera debida a Haupt y la segunda a Milllenhoff, son perfectamente aceptables desde el punto de vista del contenido, aunque, paleegraficamente, Ia propuesta de Milllenhoff acaso resulte més probleméti- a; por otra parte, ni retrorsus ni retrorsum se registran en Ticito. Ambas conjeturas se basan en un texto de Quintliano que suele aducirse también para explicar el sentido de horrentem en el texto taciteo: ‘Vitiosa enim sunt ila. capills a fronte canira naturam retro agere, ut sit horror ill terribilis inst. 11,3160) Retro agere lo encontramos a partir de Tito Livio (en Técito en otro Iu- sar hist. 3,9,7 .. legiones ... retro actae), aunque al margen del citado texto ‘de Quintiliano, no lo hemos encontrado aplicado a un objeto capillum, (co- ‘mam, crinem). Por otro lado, como las demés correcciones que proponen formas activas manteniendo el acusativo horrentem capillum no resuelve el problema sin- tdctico (a lo sumo, sélo parcialmente a través de la puntuacién). No conoce- ‘mos editores posteriores que hayan aceptado estas conjeturas de Haupt y Mil enhoff. ©) hiorrentes capilli retro sequuntur Gudeman considers que la corrupcién no residia ea retro sequuntur, sino ‘en e| acusativo, que él propuso enmendar en horrentes capilli, con el fin de resolver la dificultad sintéctica que entraftaba la leccién de los c6dices. Sin embargo, su enmienda, admisible también desde el punto de vista paleografi- co, no resuelve satisfactoriamente la cuestiOn léxica, al mantener la leccion retro sequuntur. Segiin Gudeman, el texto horrentes capilli retro sequuntur .. religantur presentaria ya un «vortrefllichen Sinn», también en lo que respecta a retro ‘sequuntur, que él traduce como «folgen nach rickwirts. TNo obstante, semejante afirmacién no resuta del todo convincente si se tiene en cuenta el contenido propio de sequor. 26 @) Podemos pensar que sequor presenta aqui el contenido de «seguimien- to» («ir detris, seguir). En tal caso: La suposicién de un objeto como Suebos o similar debe ser rechazada, dado que comportaria una expresion ildgica, Tal como se presenta el texto propuesto por Gudeman, sin objeto, seria inadmisible solo considerarlo como una expresién braquiiégica cuya en- tera formulacién habria de ser algo asi como horrentes capilli retro se~ ‘quantur quo torquentur, donde de acuerdo con su traduccién («nach rHickwdirts») habria que postular un valor adlativo para retro. Encontramos en efecto, algiin texto paralelo en Cicerén, aunque con sujeto ‘no material «st orato.. ita flexibilis ut sequarur quocumque torqueas (Oral 52), Este interpretacin de sequor en el texto que propone Gudeman tropieza, no obstante, con el eardcterinsdlito de tal braquilogia. Por otra parte, en el pasaje taciteo parece aludirse més bien a un movimierto foreado, no natural (expresado mejor por verbos como torqued, flcto, ago, et.) 3B) Resulta: menos verosimil que sequor presente en tal caso el contenido csucesién» (evenie detrés 0 después de, seguir asignando a retro un velor locativo-temporal (adetris, por detrésn). Con tal contenido, 2! texto resulta inacepiable, ytampoco se jstfica dentro del contexto en que aparece 4) horcentes capill retorquentur Esta correccién, propuesta por Much’, es, en nuestra opinién, una de las més aceptables, pues, siendo plausible desde e! punto de vista paleoerafico, resulta correcta en el plano del contenido, a la par que resuelve el problema sintéctico. ‘A pasar de que el giado de variacién es mayor en esta correccién que en la ue propuso Gudeman, no por ello es menos admisible paleogrificamente. Much recoge, en primer lugar, la enmienda introducida por Gudeman ho- rrenies capilli, con lo que se elimina la dificultad sintéctica que plantea el acusativo, Sin embargo, a diferencia de Guderan, no cree que se pueda sos- tener en el texto la leccién retro sequuntur. El deseo de resolver la citada difi- cultad sintictica lleva a Much a apartarse de la correccién retorquent pro- pugnada por Madvig y apoyada luego por Frahm. Tanto sintécticamente ‘como desde el punto de vista paleografico, juzga preferible la pasiva retor~ ‘queniur, @ partir de la cual se entiende atin mejor Ia desafortunada correc- cin retro sequuntur de una copia defectuosa retosquentur, de acuerdo con la (8) ten ii, em cc de compleneniaredd au eur mantive con dio: ID. far. 10,16.2: quocumague te ratio rep. duce sequare el ID. Tuse. 3,33, etc. ; (29) R, MUCH - H, JANKUHN - W. LANGE, Die Germania des Tacitus. Heidel- berg Cl Winter Universtatsveran 1967 (1937). 27 Bravet8¢9 DOMINGUEZ DOMINGUEZ ‘mala lectura sefialada por Frahm ®, La correccién retorguentur lleva consigo la de religant en religantur, no obstante, la leccién religant no es undnime en los eédices. Una parte de ellos transmiten la leccin religatur, sinticticamen- te inviatle (habria que suponer, como hizo, por ejemplo, Valmagai, un sujeto capillus) Como ya sefald también Gudeman, esta variante religatur (proce- Gente de religdtur) remite a religantur y a horrentes capilli como sujeto de ambos verbos. ‘Desde el punto de vista Iéxico, hay que seftalar que retorqueo, que no s¢ registra ni en Plauto ni en Terencio, es un verbo escasamente empleado tanto por los eutores de la época clisica como por los del periodo postelisico, sien- Go mis frecuente el uso de su base léxica. En Tacito ne aparece ningiin otFo ejemplo de retorgueo (hist. 2,21,1 es también dudoso); se trataria pues de un hapa, hecho, por otra parte, no sorprendente, dado el escaso empleo de teste verbo, en general. En cambio, torqueo aparece empleado 5 veces en sus ‘bras, en una acasién aplicado precisamente a crines: ‘Siorum colorativultus, ort plerumaue eines (Agr. 112) ‘Marcial ofrece un testimonio paralelo en su tinico ejemplo de retorgueo: Hic qui retort crine Maurusincedt (6.39.6) ¥y otros cinco empleos paralelos de sorqueo (verbo que aparece usado 14 veces. fen su obra): tertas non amo, Facce, comas (42,8) Fgat acus forts sustineaique comas(14.24,2) Fortioretoras servat vesica capills(8,33,19) siendo particularmente revelador el siguiente pasaje que ya fue aducido por Wolff para apoyar la enmienda retorquent, pues Marcial parece aludir al mismo rasgo peculiar (crinibus in nodum forts) descrito por Técito, aunque aplicado aqui al pueblo de los Sicambros, que no eran suevos: ‘rnibus in nodum torts venere Sicambsi ‘ique alter torts erinibus Aethiopes (pig. 3,9-10) G0) ANDERSON, op. cit, p. 180, cita como paralelo Agr 25,3 (oppugnare H: op- pugnase TAB). {G1} “ambién lo son, por ejemplo, oblique substringoy religo,verbos, todos ellos, en ‘general, de empleo muy escaso. CL LUCAN. 3, 280-1: ..aurogue ligatassubstringens Krimaspe comas; 6, 639-36: voliusque aperturcrine fomovet coma vipereis subs- ‘ingitur horrida sets, HOR. carm, 1,54: cui lavam religas comam..2 bid. 2,11 23-4 vim comptum Lacaenae ‘more coms religaia nodum; ibid, 4,11,4-5: est hedera vis. JFimulta, qua erinis religaa fulges; OV. ars 1,328: .. ctoceis inreligata comas; SIL. 2175-8: religara fuentem /Hesperidum crinem dono .. No hemos encontrado en cam- bo, ning texto en que obliquo aparezca determinando a crinem (coma, capillum). 28 NUEVASCONSIDERACIONESSONRE UNPASAIETACITED ‘También en otros autores encontramos ejemplos de la expresién capillum (comam) torquere: Sed tibi nec ferro placeat torquerecapilos (OV. ars 1,505) Torseritigne comam: torte capille place (1D. ibid. 2,304) casdituret Lalage fois suspensa caplls (PROP. 4,7,48). 22 No parece que haya una contradiccién en el pasaje que nos ocupa entre el contenido de retorquere y el de horrentes(u horrentem,) como pretendia Gude~ ‘man35, si retorquere se entiende simplemente como «volver 0 torcer hacia atrés> ¥ el participio horrentes (u horrentem) en un sentido proléptico (wt ho- rrentes flant, pues contra naturam reiro acti sunt, f. QUINT. inst. 11,3,160),¥ ‘no como sinénimo de horrid (en el sentido negativo de «descuidados 0 desal Aados»: incompti, squalid, incult,intonsi, sordid, et. ‘Aunque Much se decide por ia correccién horrentes capilli retorquentur (aceptada luego por algunos editores, como Anderson y Warmington ™), piensa igualmente en otras posibilidades como retro aguntur, torquentur, du ‘cuntur, pectuntur (0 bien agunt, etc., en el caso de que se opte por el acusativo capil), todas las, seein, satisiactoris dese el punto devia del cont La opcién por las formas activas (agunt ete.) supone una alteracién minima del texto al mantener el acusativo horrentem capillum y el religant posterior. No obstante, paleograficamente, no dejan de presentar inconvenientes y, si ‘tdcticamente, dejan sin resolver ia dificultad seRalada por Gudeman, ©) horrentem capillum retro pectuntur ‘También esta posibilidad de correccién fue sugerida, como acabamos de in- ddicar, por Much, Mis recientemente, ha sido defendida en una nota por H. Heubner , pero manteniendo la leccién horrentem capillum y asignando a (22) CE, LUCAN, 10,131-2: pars sanguinis ust/conta caput refugosque a front capi- Ios Encontramos asiraismo capilum erspart: PLIN. ral. 28,91 imi cinere erisparica- pillum cum oleo, si como comas (rinesfectere: PETRON. 126.2 flexa pectine coma: of MART. 3,63,3: 10.656, 3) 4.80 bezeichnetretorquere (oder torquere) capills (comam, cinem) ausnahm- los eine sorgftige Haarrisur, was zu horrentem wie die Faust aufs Auge pao» (op i, . 250), Much no comparte esa opinidn: «Wohibemerkt ist nicht von struppigen Haar {ie Rede, sondern ven sch striubenden,” weil es gegen den Stich eekamt oder gepredt Wird .. Ber Einwand Gudemans gegen Madvigsretorquent. ist hinfllig, weil doch ge- rade die Bandigung des sich strdubendes Haares.. as Ziel er Haarpflege bildete (op. p30) {E18.c. ANDERSON, op ct; simismo en H. FURNEAUX -JG.C. ANDER- SON, Cornel Tact opera minora, Oxford, Clarendon Pres, 1970 (a Teznsion de AR- dessins de 1938) 155) EH, WARMINGTON, en su edicién dela Germania includ ene ylumen asin ge Geman, ag, Canoe (as) = Lends, Lae Casa Library, 1988 GOW HEUBNER, emaiten Tastee, Winer Sen LXXVI (96), pls 29 Ruwuisco Dowiveusz DoMNGuEZ pectuntur un valor medio. Heubner aduce en su apoyo OV. epist. 13, 39 ipsa comas pectar. Paleogrificamente, no resulta descartable esta correccién, que altera escasa- mente el texto de los codices. Desde el punto de vista léxico, hay que sefalar que la expresin capillum (comam, crinem) pecto, es perfectamente aceptable Y¥ de uso comiin (H. Schitz proponia la enmienda redrosus pect): menos fre- Euente es el uso con valor medio capillum pector, propuesto aqui por Heubner. Por otra parte, no resuelve el problema sintactico apuntado por Gudeman (el sujeto sigue siendo Suebi) 1) Otras conjeturas Menos plausible desde el punto de vista paleogrifico nos parece la enmien- da retorquere suetum que proponia Halm. Respecto al recurvant propuesto por Lachmann, sefialaremos que se trata de un verbo de escaso empleo; la ex- resign capillum recurvare es inusitada; paleogrifica y sintdcticamente, ade~ Imus, es insatisfactoria, Las mismas objeciones cabe hacer a la conjetura retro subducunt que Koestermann proponia en su edicidn de 1938 (app. crit). Por ‘otra parte, el contenido de subducere no parece ajustarse al presente contexto¢ incluso puede entrar en conflicto con el de reiro (si entendemos subducere ‘como sursum ducere). 4, El sentido general del pasaje parece claro, particularmente a la luz del testimonio de Quintiliano mas arriba citado ”. Pero todo parece indicar que el texto, tal como fo trasmiten los manuseritos, ha sufride alguna corrupcion en quella parte en que hemos centrado nuestro comentario. Ultimamente N. W. Bruun ® considera insatisfactoras las diversas pro- puestasefectuadas para subsanar ese texto mediante la puntuacin y las conje- furas. Estamos, segun él, ante un texto corrupto, mas no cree, siguiendo a Baumstark'®, que dicha corrupei6n resida en retro sequuntur; ante la impo- sibilidad, segin él, de saber donde reside, Bruun propone colocar un signum Corruplelae antes de apud Suebos y desputs de eliza. 'No podemos estar de acuerdo con Bruun en lo que se refiere a la leccin re- sro sequuntur, a nuestro entender dtfiimente justificable en el pasaje que nos Ceupa Razones sintiticas y, sobre todo, léxicas, nos advierten que estamos ante un texto corrupto total 6 parcialmente, siendo dificil restablecer el texto original (GI) QUINT. inst. 113,160. Sénecaatribuye este uso alos Germancs, en general: ‘Non ex Aethiopis inter Sues insignits color nee ful ers e& coaets in rodum apd Germanos viru dedecet (ia. 326.3) Quid eapilum ingen diigenia coms? cum itn el ade ore Parthrum vel Gergana ao vine (ps. 128, 22) Marcial por su part, lo atribuye a Tos Siarbros, pucblo german mas no suevo (pir. 38h clade supra) Ck asimismo IOV. 1168-3: SIL. 4200-2 (38) Lac cts p.135. {59} A’ BAUMSTARK, Ausfirhliche Eviaerong des besondern ylkerschafichen ‘Theis der Germania des Tats, Leipsi, 1815. No nos ha sido posible consular ese Comentario e Bruna. CE GUDEMAN, op ci, .280-ebaumstars Erne. Shsrhlethin unm "a «Wo sich dese wahrcheinlich sehr alte Korrupel versteckt, lat sich heute nicht mehr entscheiden; pew ites aac, sie mit Schwoyaer und Koestermann in vtro Sequunturzu sehen, denn Giese Water sind an und fr sich tadelloe (oe. cp. 155). 230 NUELAS CONSIDERACIONESSOBRE UN PASWJETACITEO Personalmente coincidimos con aquellos editores y comentaristas que ven cen el texto de los cédices y, concretamente, en retro sequuntur una mala co- srreccién de alguna copia defectuosa. La enmienda propuesta por Much ho- srentes capilliretorquentu:. religantur, reuniendo las correeciones de Madvis ¥ Gudeman, resulta plausbie desde el punto de vista paleografico y satisface das exigencias lingiiisticas, tanto sintacticas como léxicas ‘I (41), Este pase taciteo suscit6 ya el interés de los estudiosos en el siglo pasado. A al- igunos de ellos ya emo hecho referencia. No hemos tenido acceso a los siguientes traba- Jos: E. THEWREWK DE PONOR, «Varia lectiones. EXXVI. Tacit. Germ. 38>. £g)- ‘ems phillogai Kozlony 2 (1878), p. 281; H. SCHOTZ, «Zu Tacitus Germania», Jahrbiicher fir lasische Philologie 119.1879), pp. 273-288; F. WALTER, «Zu Taci- ‘uy, ibid. 133 (1886), pp. 363-4; F. SPALTER, «Tac. Germ: 38, Hortentem capillum sequumiry Bate fr das Baveiche Cympasial und Real-Schutwesn 16 (1880p 296.31 hemos roxio lest la ola de H. FISCHER, «Die Haarratcht der Sueben (Tae. Germ, 38, Porn 50 (1891), np. 379-80, auen no pone en dud la autem ded el texto 231

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