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Unidad 1 • La literatura: el arte de las palabras

Actividades de ampliación Educación literaria

El verso: métrica y rima Un pastorcito solo está penado,


ajeno de placer y de contento,
10. Lee los siguientes textos: analiza la medida y la y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.
rima, y escribe el nombre de las estrofas.
San Juan de la Cruz

De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas, Flor deliciosa en la memoria mía
haremos las guirnaldas, ven mi triste laúd a coronar,
en tu amor florecidas y volverán las trovas de alegría
y en un cabello mío entretejidas. con sus ecos tal vez a resonar.
San Juan de la Cruz Enrique Gil y Carrasco

Sosiega el curso tú, profundo río; Porque tus ojos son bellos,
oye mi gloria, pues también oíste porque la luz de la aurora
mis quejas en tu puro asiento frío. sube al Oriente desde ellos,
Fernando de Herrera y el mundo su lumbre dora.
José Zorrilla

Yo vi sobre un tomillo Pues amarga la verdad,


quejarse un pajarillo. quiero echarla de mi boca;
Esteban Manuel de Villegas y si al alma su hiel toca,
esconderla es necedad.
Francisco de Quevedo
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente, Para los barcos de vela
es un breve descanso muy cansado; Sevilla tiene un camino.
Por el agua de Granada
es un descuido que nos da cuidado, solo reman los suspiros.
un cobarde, con nombre de valiente, Federico García Lorca
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado;
¿Qué es nuestra vida mas que breve día
es una libertad encarcelada, do apenas sale el sol cuando se pierde
que dura hasta el postrero parasismo, en las tinieblas de la noche fría?
enfermedad que crece si es curada.
Se miente más de la cuenta
Editorial Casals, S.A. • Material fotocopiable

Este es el niño Amor, este es su abismo. por falta de fantasía:


¡Mirad cuál amistad tendrá con nada también la verdad se inventa.
el que en todo es contrario de sí mismo! Antonio Machado
Francisco de Quevedo
La más bella niña
de nuestro lugar,
Dijo Dios que comería hoy viuda y sola,
su pan el hombre primero ayer por casar,
en el sudor de su cara viendo que sus ojos
por quebrar su mandamiento; a la guerra van,
y algunos, inobedientes a su madre dice,
a la vergüenza y al miedo, que escucha su mal:
con las prendas de su honor dejadme llorar
han trocado los efetos. orillas del mar.
Lope de Vega Luis de Góngora

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