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22 Cinco secretos que me enseñó mi padre y que siguen
siendo buenos hoy Cinco secretos que aprendí de Evelyn, mi 23 esposa y amante 24 La última palabra 25 “El cuarto hombre” INTRODUCCIÓN
SAlgunas personas pueden mirar más de la mitad
siglo de mi ministerio y decir: “Él es un viejo predicador. ¿Cómo puede aconsejarme? Otros dirán: “Él no es un predicador que es viejo, sino uno que obedece a Dios, tiene experiencia en las cosas que enfrento en mi vida y puede ayudar a responder las preguntas que tengo”.
Decir que mi cuerpo ya no es joven y que
envejece cada año es cierto, pero la historia completa incluye:
• la vitalidad del Espíritu dentro de mí,
• una mente constantemente renovada a través del
lenguaje de oración del Espíritu y la interpretación de vuelta a mi mente,
• el milagro de la Semilla de Fe dominando mi
forma de dar y recibir. Todo esto frena el proceso de envejecimiento y renueva mis fuerzas como las del águila. (Véase Isaías 40:31). Puedo viajar de costa a costa y de frontera a frontera con una gran unción, predicando con el fuego del Señor en mi espíritu y sintiendo el poder milagroso de Dios en mi enseñanza, predicación y sanidad. ministerio, así como en mi llamado como autor y educador.
Lo que digo en este libro es tan real como Dios es real
y tan fresco como el rocío de la mañana. El consejo que doy en este libro no es mero conocimiento de libro, aunque soy un estudiante tanto del mundo espiritual como del secular. He estado donde tú estás, pero me he negado a sentarme allí mientras muero. (Véase Segunda de Reyes 7:3.) Me he levantado y dado un golpe de liberación. Me he sentado donde tú te sientas; He sentido lo que sientes; He visto lo invisible yhecho lo imposible.
¡Eso es lo que quiero desafiarte a hacer!
Obedece a Dios, ve lo invisible y haz lo imposible.
Se dice que antes de que Moisés pudiera emprender la
tarea imposible de liberar a los hijos de Israel de la esclavitud egipcia, ¡vio lo invisible! “Por la fe él abandonó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible” (Hebreos 11:27).
Por fe pudo ver a Aquel (Jesús) que es invisible a
simple vista. Verlo con su espíritu cambió por completo el enfoque de Moisés de un hombre tartamudo, vacilante e incrédulo a un hombre extraordinario que habla, firme, creyente y ungido que literalmente hizo lo imposible tanto en Egipto como en todo el camino a la Tierra Prometida.
Primero vio lo invisible,
entonces fue capaz de hacer lo imposible.
Vi lo invisible cuando los médicos acababan de decirles
a mis padres que la muerte estaba cerca para mí. Mi padre, mi madre y la enfermera se arrodillaron junto a mi cama para hacer una oración desesperada para que yo aceptara a Cristo. Mi padre dijo: “Hijo, no puedo soportar verte morir y perder tu alma”.
Mientras oraban, presté poca atención. Los había
oído orar toda mi vida, sin ningún efecto en mí. Cuando mi madre y la enfermera terminaron de orar y se sentaron en sus sillas, mi padre siguió orando. Arrodillándose a los pies de mi cama, y con lágrimas corriendo por su rostro, se levantó de rodillas y clamó a Dios para que su hijo fuera salvo. Parecía completamente perdido en su oración.
De repente, mirando a través de mi cama, “vi” que
el rostro de mi padre se desvanecía y el rostro de Jesús aparecía en su lugar.
En términos de tiempo fue como una experiencia relámpago,
pero fue claro e inconfundible. en realidad lo vi — ya sea con mis ojos humanos o con mi visión interior, no lo sé. En ese momento, vi lo invisible y me rompió. Yo, que nunca había recordado orar o desear a Dios, me estremecí hasta las raíces de mi alma.
En un segundo me escuché gritar a gran voz:
“Sálvame, Jesús, sálvame”. Durante el siguiente minuto o dos mis pecados inundaron mi interior; Los sentí y los vi, y supe por primera vez que era un pecador. Grité mi arrepentimiento y recuerdo haber dicho: “Jesús, incluso predicaré por ti si salvas mi alma”. En ese momento el poder irresistible de la presencia de Jesús y el gozo inefable llenaron mi ser. Nada como esto me había pasado antes. Al ver lo invisible, mi vida se abrió y supe que podía hacer lo imposible. Pronto fui curado milagrosamente (cuento esta historia en el Capítulo 1), escuché el llamado de Jesús en mi vida, diciéndome específicamente lo que debía lograr para Él (todo eso imposible a los ojos del hombre), y entré en una nueva vida y mundo.
Menos de 20 años después, el mandato de Dios
para mí de construir una universidad importante, fundada sobre Su autoridad y el Espíritu Santo, se hizo realidad. Tenía que ver lo invisible antes de poder hacer lo imposible. De lo contrario, no hubiera podido ver el terreno y los edificios, los estudiantes y el cuerpo docente, o la acreditación. Habrían parecido totalmente imposibles.
No puedo dejar de enfatizar lo que creo que es
absolutamente necesario para cualquiera que reciba a Cristo, es decir, tener alguna forma de ver lo invisible. No tiene que ser como yo vi, o como vio Moisés, sino cada uno a su manera. Estoy totalmente convencido después de tratar con multitudes de personas, en sus pecados y enfermedades, y ver a un gran número de ellos salvos. y curado—que cada uno de ellos, de alguna manera real para ellos, vio lo invisible y se vio a sí mismo haciendo lo imposible.
La Biblia dice que el entendimiento se obtiene de la
Palabra de Dios y de las experiencias de la vida. (Véase Proverbios 3:13.) A los 84 años, he tenido mucho de ambos. Es desde el entendimiento que Dios me ha permitido obtener que comparto con ustedes mi consejo y mi vida: los errores, los triunfos y las revelaciones.
He intentado escribir el tipo de libro que hubiera dado
cualquier cosa por encontrar cuando comencé a obedecer el llamado de Dios en mi vida.
Los invito a tomar de este libro cada pensamiento que
encaja donde estás como si Jesús mismo te estuviera hablando. Por esa sencilla razón, solo digo lo que he experimentado en Él y digo solo lo que Él me ha dicho que diga. Al principio de mi ministerio, mi mamá de cinco pies de altura me dijo: “Oral, obedece a Dios y mantente pequeño ante tus propios ojos”.
Es mi mayor deseo que a través de este libro,
¡Dios se moverá tan poderosamente sobre ti que no solo verás lo invisible, sino que también comenzarás a hacer lo imposible que Él te ha llamado a hacer! Parte uno
VER LO INVISIBLE 1
COMO DIOS ME ENSEÑO A
VER LO INVISIBLE Y HACER LO IMPOSIBLE
Taquí había gente que decía...
• “Oral Roberts nunca será un predicador. De hecho, ni siquiera puede hablar sin tartamudear”.
• “Oral Roberts nunca llegará a mucho
porque su familia es muy pobre”.
• “Su ministerio de sanidad durará solo dos meses
porque nadie está haciendo lo que él está haciendo en el ministerio”.
• “El concepto de Seed-Faith es solo un truco y
no funcionará”. • “La Universidad Oral Roberts nunca se construirá porque Oral Roberts no sabe cómo construir una universidad”.
Mucha gente dijo muchas cosas sobre Oral
Roberts, pero lo que importaba era lo que Dios decía. Isaías 55:9 dice que Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos. Así que decidí creer en los pensamientos de Dios sobre mí e ir por algo más alto que lo que otros habían planeado para mí. ¡Los resultados han sido milagrosos!
Si crees que no vas a lograr lo que Dios te ha
llamado a hacer en tu vida, o si te sientes desanimado porque todo lo que puedes ver son fracasos, o si tienes hambre de saber cómo tener éxito por Dios, entonces quédate pegado a lo que estoy compartiendo contigo en este libro, reléelo por lo menos una vez al año y pon en práctica sus principios. Creo que Dios todopoderoso te elevará al éxito.
La siguiente historia ilustra lo que se necesita
para tener éxito. Había una vez un joven (lo llamaré Jim) que quería tener éxito, pero no sabía cómo. Jim conocía a un hombre mayor en la ciudad (el Sr. Smith), que era el más influyente, el más rico y el más exitoso; y deseaba desesperadamente conocer al caballero mayor.
Un día, al llegar a su lugar de pesca favorito, Jim
vio al Sr. Smith pescando cerca.
Así que se acercó a él y le dijo: “Sr. Smith, mi
nombre es Jim. ¿Puedo pescar contigo?
El Sr. Smith respondió: “Bueno, hijo, siéntate
aquí y sé mi invitado”.
Después de un rato, Jim dijo: “Señor, he
querido tener éxito toda mi vida y usted es el único hombre exitoso que he conocido. ¿Me dirías cómo tener éxito?”.
El mayor dijo: “Sí. Ponte de pie. Rápidamente empujó a
Jim al agua, lo tomó del cabello y lo hundió. Muy pronto, el Sr. Smith levantó la cabeza de Jim mientras el niño luchaba por recuperar el aliento. De repente, volvió a meter la cabeza de Jim bajo el agua, lo levantó y observó que aún intentaba respirar.
La tercera vez, el Sr. Smith empujó a Jim y lo
mantuvo debajo, hasta que supo que era mejor levantar al niño o se ahogaría. Cuando Jim se acercó, jadeaba con dificultad para respirar. El Sr. Smith finalmente le dijo: “Hijo, ¿sabes cuánto deseabas ese último aliento? Cuando quieres ser un éxito como querías ese último aliento, debesestarán un éxito."
Durante los últimos 37 años de existencia de la
Universidad Oral Roberts, muchos ministros y empresarios han venido a 7777 South Lewis en Tulsa, Oklahoma, han tomado una habitación en el hotel al otro lado de la calle y se han parado en la ventana desde donde podían ver todo el campus. Mientras caminaban por los terrenos y veían los 22 edificios principales, incluida la Torre de Oración de 200 pies de altura, se dijeron a sí mismos: “Si Dios puede hacer esto a través de un hombre, puede capacitarme para construir lo que necesito y expandir mi ministerio o en mi profesión para cumplir mi destino”. Estas personas estaban viendo lo que antes era invisible, y su fe fue impulsado a hacer lo imposible. Vieron el resultado de la obediencia que viene de la fe.
No soy diferente a ti. Soy tan humano como tú.
A través de la obediencia también puedes ver resultados milagrosos en tu vida. Dios derrama ideas
Mientras lees acerca de los eventos de mi vida
y lo que he aprendido de Dios, recibirás dos cosas básicas. Primero, capturaráideas. Operamos a partir de las ideas que Dios nos da. Lo llamo ICI: ideas, conceptos y percepciones.
Malaquías 3:10 dice: “Traed todos los diezmos al
alfolí, y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré os dará una bendición, que no habrá lugar suficiente para recibirla.” Dios estaba hablando de multiplicar nuestros diezmos, como semilla sembrada, de vuelta a nosotros. el estaba hablandoideas, conceptos , y perspectivas. Todo comienza con una idea. Dios tuvo una idea para crear el mundo. Tuvo una idea para crear al hombre. Tuvo una idea para enviar a Jesús. Todo el mundo hace lo que hace con una idea.
Dios comienza por derramar una idea del Cielo. Entonces
se convierte en un concepto. Una vez que el concepto se convierte en una forma de vida, Dios te da conocimiento o sabiduría sobre cómo aplicar la idea. como un consistente diezmador que espera cosechas milagrosas de mi semilla sembrada (ver 1 Cor. 3:7; Gál. 6:7-9), ICI ha estado en el centro de mi vida y ministerio.
Lo segundo que recibirá de este libro es que aprenderá
un método, un método para cada idea. He vivido de acuerdo con esta declaración:Estoy casado con los principios, pero no estoy casado con los métodos.. Nunca cambio un principio en el que creo, pero cualquier método que Dios me llame a usar para cumplir el principio, lo hago. No te cases con métodos particulares. Los principios son absolutos pero los métodos son variables. Dios puede usar diferentes métodos para cumplir Sus principios absolutos a través de tu vida.
Esa es una de las razones por las que pude llegar a
millones de personas con el ministerio de sanidad. No dejé que los métodos convencionales me detuvieran. Cuando los expertos me dijeron que no se podían llevar cámaras a las cruzadas de las grandes carpas, lo hicimos de todos modos. Millones de personas en casa vieron las curaciones milagrosas allí mismo en sus televisores. Su fe fue avivada hasta el punto de que podían creer en un gran milagro de sanidad. En 1954 fui el primero en utilizar ese método; como resultado, millones de personas dolidas crecieron en la fe. ¡Me basaba en el principio de que la sanidad divina es para todo hombre, mujer, niño y niña! Tuvimos que encontrar una manera de curarlos. Lo hicimos a través de una idea dada por Dios, una idea con la que luché por mi fe hasta que se convirtió en un “conocimiento” en mi corazón. Se podía hacer lo imposible, en ese tiempo cuando la curación era virtualmente desconocida en América, incluso en las iglesias; ¡y yo era un hombre llamado por Dios para liberar mi fe y hacerlo!
Una cosa acerca de una idea de Dios: hay un
momento especial para llevarla a cabo. Debe reunir toda su fe, entregarla a Dios y comenzar a hacerlo.
A medida que avanzamos en este viaje hacia el éxito a
través de la obediencia, permita que la fe se apodere de su espíritu para ver lo invisible y hacer lo imposible.
PUNTOS IMPORTANTES
1. Escucha los pensamientos de Dios para tu vida.
2. Tienes que desear el éxito de Dios lo suficiente.
3. Esté abierto a ICI—Ideas, Conceptos y
Percepciones—de Dios.
4. Estar casado con los principios pero no con los
métodos.
5. Sepa que tiene la fe para hacer todo lo
que Dios ha planeado para usted. 2
HAY ILLINOISGANADO norteOT A
METROES EL kEY ISUEÑO!
METROi historia es un testimonio del poder y el drama de
lo que Dios puede hacer a través de la vida de alguien que es obediente, que está dispuesto a mirar de frente a lo invisible e intentar lo imposible.
Lo que voy a compartir con ustedes es sobre personas
— personas como tú y yo que nacemos con una inclinación a seguir un cierto camino en la vida. A lo largo de nuestras vidas, esa inclinación se vuelve más y más fuerte a ser un tipo particular de persona, buena o mala.
Todo el mundo es diferente, pero él o ella tiene que encajar en la
raza humana y la sociedad humana para tener éxito. Muchas personas no encuentran un ajuste que les satisfaga a ellas oa quienes las rodean. No logran encontrar elproblema clave, el resultado final, de lo que se necesita para cumplir con lo que desean y tienen hambre de ser y de hacer.
En muchos sentidos, la tierra es un montón de basura
sobre la que se amontonan seres humanos que no logran encontrar su lugar y que están insatisfechos y desilusionados. Eso no tiene que ser. Solo necesitamos comenzar a comprender y creer que existe un Poder superior, que es Dios, y que Él está interesado y preocupado por nosotros. Cuando miramos hacia lo invisible volviéndonos hacia el Ser Supremo, encontraremos lo imposible mucho más fácil de lo que pensábamos.
Justo a tiempo, me di cuenta en mi propia vida
• “que Dios desea que cada uno de nosotros despertemos a Su
conciencia,
• “que sólo Él puede mostrarnos cómo caminar a través de las
trampas de la vida,
• “que Él nos conocía antes de que naciéramos y había
planeado nuestras vidas y carreras, • “que escuchando encontraríamos nuestro lugar, y sería el mayor encaje posible.
Aprendí que Dios tiene una vida y un llamado específicos
— un propósito específico — Él quiere que cada uno de nosotros sepamos y sigamos en cada área de nuestras vidas.
Pensé que sabía la forma en que mi vida iba a ser y seguir.
La mía era como la canción que cantaba Frank Sinatra, "I did it my way". No escuchaba a nadie más que a mí mismo, y creía que Dios tenía poco o nada que ver con mi vida.
Bueno, estaba equivocado. Completamente equivocado. Me
había perdido el punto central de la vida: elproblema clave. No supe que Dios tenía “el camino” para que yo supiera en qué me convertiría hasta unas pocas horas antes de que pareciera demasiado tarde.
Nací el quinto y último hijo de mis padres. Mi
madre le juró a Dios que si su último hijo fuera varón (con cabello negro y ojos azules, los otros niños tenían ojos marrones), predicaría el evangelio, oraría por los enfermos y haría otras cosas imposibles para Dios. Aunque nací siendo un hijo de predicador (un PK), convertirme en predicador estaba a un millón de millas de mi mente. Habiéndome criado en la iglesia, estaba harto de la religión. No tenía ningún interés para mí. ¡Quería hacerlo a mi manera!
Con ganas de venganza estaba siguiendo un plan
completamente diferente. Dejé mi hogar cuando era adolescente para hacer mi propio camino, para liberarme de los constantes impulsos de mis padres para que dejara que Dios gobernara mi vida.
A pesar de que nací tartamudo, sabía
exactamente lo que quería ser: un abogado como mi abuelo Amos Pleasant Roberts, quien fue juez fronterizo en Oklahoma cuando aún era territorio indio. Por tonto que parezca, algún día quería ser gobernador de mi estado natal, Oklahoma. Estaba decidido a que nadie ni nada me impidiera alcanzar esas metas.
Entonces recibí el susto de mi vida. Descubrí que había
fuerzas en la vida demasiado fuertes para mí. Como estudiante de segundo año de secundaria, mientras jugaba en un campeonato de baloncesto del distrito, caí inconsciente al suelo. La tuberculosis, la enfermedad tan prevalente en el pueblo de mi pequeña madre Cherokee, se había asentado en mis pulmones. Cuando volví en mí y fui examinado y declarado que estaba en las últimas etapas de esta horrible enfermedad, sentí que ya podría estar muerto, porque en