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En de las personas con discapacidad, su integración en la vida tanto social como

laboral debe ser un objetivo prioritario. La defensa de los derechos y libertades de las
personas con discapacidad es por extensión el mejor garante de los derechos y libertades
de toda la sociedad. La incorporación al mercado de trabajo de las personas con
discapacidad les garantiza unas condiciones de vida plenas y dignas.

Además numerosos estudios demuestran que la presencia de trabajadores con


discapacidad genera un impacto muy positivo dentro de las empresas, fomenta el trabajo
en equipo y refuerza el compromiso de los empleados con los valores corporativos.

Una sociedad inclusiva valora la diversidad y considera las diferencias entre las
personas un impulso para el desarrollo y bienestar colectivo. El respeto a la
diversidad mejora la convivencia y fomenta la creación de oportunidades equitativas y
reales.

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