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Contavor: USTED QUE SEVISTE CON UNA SOGA AL CUELLO/ 1 Arcumeco contnda CConmaport ";YO! {YO ME Sé UN CHISTE! UN MINUTO DE Sk LENCIO POR FAVOR, TODOS ATENCION QUE YO, YOOOOCO TENGO UN CHISTEEEEEE"/ 1 Anausrecro contin UN HOMBRE AJENO Contmoon: PEGUE DURO, ARQUITECTOOO, QUE QUI —_____#e. ERO GRITAR, QUIERO SER UN GRITO, ARQUITECTO, Ul GRINITOOOOOO. E Arquirecro cesa EI Conraoox empieza a reir histérico, golpea con sus manos & suelo, muy excitado. ‘Contavor: USTED ME AGRADA, ARQUITECTO. ALEJANDRO RicANio El Arqurrcro jadea, cansado. Contavor: ASI, USTED Sf ME AGRADA, ASI ME AGRADA. Anoumecto: .. ‘Contapor: UN CAFE YO Sf LE INVITABA CON CREMA, CAR, CANELA, DOS, TRES, CUATRO, LOS QUE QUIERA, ASL AS[TODOS LOS QUE USTED DESEE, AS{TODOS/ “Arquirecto: ;OOOOOODIO EL PUUUUTO CAFEREEE EEEEEE! XV El Arquirecro y el Coxranos atin se encuentran excitados dele “anterior. Pausa larga. £1 Contaoox toma el lugar de! Angun ‘acomodan sus nuevos trajes. Se limpian la cara. Se sientan. “Arqumrecto: (Con una sonrisa grande en el rostro.) ;Cafecito Oscuro final ‘Alejandro Rica (Xalapa, Veracruz, 1983). Dramaturgo, directory guions- fas licenciado en teatro por parte de la Universidad Veracruzana. Estud6 la maesiaen Literatura Mexicana, del Centro de Investigaciones Linglis- ticeLiterarias de la uv. Obtuvo el Premio Nacional de Dramatugia Vicor Hugo Raseén Banda, en 2011, por la obra Fractales el Premio Nacioral Mexicali de Dramaturgla Nes, en 2011, po la obra El amor de las lucite mnagss el Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballo, en 2008, po ta obra Més pequeiios que el Guggenheim; el Premio Nacional Obra de ‘eat para Nifo dele, en 2074, por la obra Lo que queda de nosotas tmencién honortica del Premio Nacional de Dramaturga del nen, en 2010, por la obra Tinboctou; mencién honorific del Premio Nacional de Di Fraturgia Manuel Herrera, 2014, por la obra Esa melancolia que fe daa p veces, Ast mismo, results finalsta del Premio Nacional de Dramaturg Joven en dos ocasiones por las obras Un torso, mierda y el secreto del niceroy Rinon de cerdo para el desconsuelo. Ha sido becario del programa Jovenes Creadores del Fonca en tes 0c siones, dos en el Area de dramaturga yuna en guion cinematogrtic, yd la Fundacién Antonio Gala en Espafia, del Lark Play Development Cent ten Nueva York y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologia (Co tot en México, Recientementeescibi6 y digi Cada vez nos despedi mejor y Un hombre Ey fabjo sha presertado en Nueva ork, Los Angeles, Mami Madi diz Lieja, Bogots, Manizales, Lima, Caracas, Buenos Aires, entre at Es direcior dé Ta Compara Los Guggenheim, Entre sus estrenos esti bia Una noche en la playa y esribié el guion de la pelicula Polvo; rek temente estren6 Hotel Good Luck y Lo que queda de nosotros, © Alejando Ricafio Rodriguez Registada en Sogem Los interesados en solicitar autorizaciones para el montaje de esta pueden contactar directamente al autor en: alejandroricano@hotmail Querida Belé Esto es bastante estipido. El asunto es éste: yo sembré un érbol hace, no sé, veinticinco afios. Quiz entonces yo tenfa diez. Hoy ‘cumpltreinta y nueve. Y lo sembré ahi, donde td vives ahora. A mu- chos, muchos kilémetros de donde te escribo. Y hace un par de aftos regresé y mi rbol no estaba. Me entiendes? Lo sembré en el patio de mi casa. Pero no estaba. Ni el patio, ni la casa, Estaba una aveni S6lo eso. Una gran avenida. ¥ era dificil imaginar que hubiera habi- do ahi una casa. O un drbol. Y 0 6 10. Infancia, quiero decir. Es como sino estuviera ahi ya, como el arb. fH asunto es éste —esto es muy estipido—. El asunto es éste: quisiera intarte si estuviste en la primaria Nifios Héroes, entre 1972 y i fuiste mi primer amor, entre esos seis aos. Ti no tenias por qué saberlo, mi amor consistié en contemplarte los ‘alzones entre las nueve y las nueve y media de la mafiana de esos is aos, mientras desayunabas en una banca, descuidada. E| amor de os nos es extrafio. No busco nada. Ni espero nada. Es s6lo que 4, de este lado del mundo, son las cuatro de la mafiana, y a uno, quando no puede conciliar el suefio a esa hora, le da por buscar en femet a gente de su pasado, porque ahora uno puede hacer eso. Quisiera que fueras ti, porque me gustaria encontrar algtin vestigio fancia, Recuperar otro pedacito de memoria, Ojalé seas t. implemente ignora este mensaje. Tomés | Tous: Queens. Aeropuerto JFK. Mi amigo Malik me trajo en su sgeot desde Manhaftan. La aguja del velocimetro baila entre las tay cinco y las ochenta milla. ik: :Te dijo que queria verte? ee 135 Towis: Supuso que serfa bueno verme, Su mensaje deca: “To- més, qué alegria me darfa verte”. Es s6lo una suposicién. El puente Williamsburg. Al fondo el Hudson, detras del montén d cables tensados que sostiene el puente Brooklyn. Maun: Se parece? rs Towis: No quites la vista del camino. ;A quién? Maun: A si misma. Towis: jPor qué no iba a parecerse a s{ misma? Maux: Por el tiempo. | Towis: No parece una nifia de diez afios, pero sf, es como k recuerdo. -Maux: 2Se puso buena? Towis: j£l camino, Malik! jLa puta madre! Se me va a salir corazén. ‘Maun {Se puso buena? Pausa Towis: No sé, Malik: ‘Maunc: gNo viste sus forografias? Towis: No quise. ; ‘Mauix: gPor qué no ibas a querer ver sus fotograffas? £1 rechinido de las llantas. EI Peugeot tiembla. No habia qu ver sus fotografias. Si descubrfa que era un esperpento, no hal tenido el impulso de comprar un boleto a México cinco mint después de leer su mensaje; si el tiempo la habja favorecido, hab arruinado la sorpresa de descubrirlo en persona. 3 Las gotas en la ventanilla del avién, alargéndose con el de “Habia_aterrizado en ese mismo aeropuerto, cinc: para dirigi Entonces no conocia a Malik. Tave que tomar el tren aéreo, el ligero y finalmente el subterrineo. Alf crucé los brazos sobre mi mochila y recargué la cabeza para dormir un poco. Escuchaba el crujir de las tazas rotas. De los vasos rotos. Y de todos los objetos arrojados contra la pared. Contra el suelo. Contra todo. Supe, cuando se detuvo el subterréneo, que esa ciudad a miles de kilémetros de distancia de todos los gritos, de todos los nudillos ‘destrozados contra la pared, contra el volante del carro, contra mi propio rostro seria el final de un pozo oscuro donde esperaria que la vida pasara lo mas répido posible. Cuando los azulejos del muro en la estacién indicaron la calle 183, mi parada, y las puertas del vag6n se abrieron para que saliera tuna multitud y entrara otra, s6lo pude escuchar su voz en medio de ese bullicio ingente, quebrada y clara, repitiéndose en mi me- moria’

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