Está en la página 1de 4

Moraes, C. (1983) Geografía: pequeña historia crítica. Brasil. Por Florencia Cordich.

Reseña:

Frente al problema que representa lo limitado de la bibliografía geográfica francesa y americana, en cuanto a la falta de
capacidad crítica, el autor plantea una mirada que va más allá de las versiones oficiales a través del análisis del
pensamiento geográfico a lo largo de la historia, y plantea como dicho pensamiento puede confrontarse con la realidad
del contexto históricos existente en el momento que fue formulado.

1. El pensamiento geográfico.

Aquí hace mención de las diferentes propuestas que la geografía tradicional formuló, para definir el objeto de estudio de
la geografía (Como la de la superficie terrestre como objeto, la del paisaje, una región especifica o la relación sociedad-
naturaleza, etc.)
El autor va a destacar el carácter estancado de esta línea de pensamiento, que se encierra en un objeto puntual,
limitándose a sí misma a responder a la legitimidad científica bajo fundamentos positivistas y descripciones rígidas sobre
un objeto de estudio. A pesar del tiempo transcurrido desde la publicación de esta obra hasta la actualidad, la inquietud
frente al carácter obsoleto de esta línea de pensamiento sigue latente dentro de nuestro sistema educativo, dando como
resultado una amplia falta de desinterés por parte del alumnado secundario, quienes no encuentran en la propuesta
rígida y especifica típica de la geografía tradicional, un fin práctico en relación a su contexto.
A través del campo de la geografía tradicional, el autor indaga acerca de la existencia o no de una unidad de pensamiento
geográfico.
2. El positivismo como fundamento del pensamiento de la Geografía Tradicional.

La unidad del pensamiento geográfico tradicional radica en los fundamentos positivistas manifestándose en tendencias
como la restricción de los estudios a lo visible y mensurable descartando la importancia de los procedimientos y la
relación entre ellos; la reducción de las interpretaciones al modelo de las Ciencias Naturales, dejando al papel del
hombre como un factor más de análisis; la visión de la geografía como una ciencia de síntesis para encubrir la
indefinición de objeto de estudio; el establecimiento de principios de estudio geográficos generales y abstractos que, de
cierta manera, restringen la discusión metodológica y dan como resultado propuestas dispares en ciertos casos. Dichos
principios se transmiten de manera acrítica y se limitan a una única verdad legitimadora de la investigación geográfica.
El hecho de que exista una variedad de clases sociales y por ende una variedad de maneras de interpretar el mundo,
lleva a que no haya un consenso en el objeto de estudio. Es que, en cuanto al espacio analizado circulan además,
variedad de intereses económicos y sociales. En la medida que lo mencionado anteriormente sea o no tenido en cuenta
para establecer objetivos y métodos de estudio, tiene determinado peso ideológico según desde donde se lo mire. De
manera contraria, al asumir estas variedades se abandona el carácter abstracto, para hablar establecer el contenido de
cada propuesta y los intereses que mueven a cada propuesta, dando lugar hoy en día al análisis de cada propuesta en el
espacio de debate geográfico.
3. Orígenes y presupuestos de la geografía.

La geografía como ciencia autónoma comienza a “organizarse” recién a comienzos del siglo XIX, donde el contexto
histórico y la expansión del sistema capitalista comienzan a demandarlo de esta manera. Por “organizarse” me refiero al
hecho de que el periodo que antecede a este siglo - “Prehistoria de la geografía”, según Werneck Sodré - encuentra a la
disciplina sin una unidad temática sistematizada. Pero a partir de la necesidad de establecer un espacio mundializado,
surge el primer presupuesto de la geografía. Esta necesidad por parte de los Estados en expansión, surgida en el afán de
apropiarse de los territorios conquistados y el posterior desarrollo económico que allí se establecería, marcarían la
manera de trabajar desde las instituciones creadas específicamente con el fin de recolectar datos del espacio, durante la
primera mitad del siglo XIX. El desarrollo de las técnicas cartográficas fue fundamental para los nuevos objetivos de la
geografía, donde prevalecen los viajes exploratorios y por ende para tal fin se requeriría de una caracterización y
localización de los elementos en el territorio.
Moraes destaca también la importancia de los cambios en el pensamiento político de la época- que es testigo de la
transición del feudalismo al capitalismo- para la entrada de la geografía en el seno académico, gracias a la valorización
que las nuevas corrientes filosóficas y científicas le darían al temario de esta disciplina, a partir del siglo XVII, entre las
que se puede encontrar al movimiento iluminista, el evolucionista y al desarrollo de la económica política.
Todos estos presupuestos dejarían asentadas las bases para que en el siglo XIX, en Alemania- cuna de una burguesía con
intereses puestos en la expansión de poder y conocimiento geográfico funcional a este fin- se empiece a institucionalizar
la disciplina y comiencen a emerger las distintas corrientes de pensamiento geográfico.
4. La sistematización de la geografía. Humboldt y Ritter.

La aparición de la geografía y su desarrollo se va a dar en concordancia a los distintos contextos históricos que le dieron
lugar, y a los intereses de los sectores dominantes en los diferentes países.
En el caso que se dio en Alemania, a finales del siglo XVIII – principios del siglo XIX, la débil estructura de la organización
y constitución nacional, demandaría por parte del sector dominante la discusión acerca de la organización del espacio y
no es de extrañar que el primer antecedente provenga de la misma aristocracia, de la mano de Humboldt y Ritter. El
primero vería a la geografía como una síntesis de todos los conocimientos de la Tierra, con un enfoque naturalista a
través de un empirismo racionalizado. El segundo va a definir el concepto de “sistema natural”, apuntando a la
individualidad de los lugares y va a desarrollar una geografía antropocéntrica a través del análisis empírico. Ellos
constituyen la base de la geografía tradicional, dejando una posterior línea de pensamiento continuo, donde se comienza
a sistematizar la disciplina en diferentes líneas.
5. Ratzel y la antropogeografía

Finalizando el siglo XIX, Ratzel será testigo de la constitución del Estado alemán y su obra servirá como justificación y
fundamentación del afán expansionista de este. Al unificarse de manera tardía y quedar fuera del reparto de tierras
colonizadas. La necesidad de anexar nuevos territorios estimuló el hecho de hacer geografía, causa para la que Ratzel
será fiel servidor, elogiando al imperialismo. En su obra “Antropogeografía”, hablará del espacio como influencia (a través
de las condiciones económicas y sociales) sobre lo fisiológico, lo psicológico, la sociedad en general y las posibilidades de
expansión de los pueblos; y de la necesidad de un Estado creado por la sociedad para la posesión del espacio.

6. Vidal de la Blache y la Geografía Humana.

Así como Ratzel respondía en su discurso a los intereses del sector dominante en Alemania, Vidal va a seguir un camino
similar en Francia a partir de finales del siglo XIX, pero en vez de servir al Estado, lo hacía para la burguesía, a pesar de
esconderse tras una supuesta neutralidad, a partir de lo que criticaba el carácter politizado del discurso Ratzeliano. A su
vez es necesario tener en cuenta la puja de poder entre ambos países por los territorios también hacia necesaria una
crítica a la geografía alemana. También apunta contra la postura naturalista, aunque no rompe con ésta, ya que destaca
la actividad del hombre exclusivamente como transformador del paisaje. Y por último va a negar el grado de
determinismo que postula Ratzel, buscando desnaturalizar la generalización. Establece la relación hombre- naturaleza
dentro de la geografía, mencionando la cuestión de las costumbres, crecimientos y movimientos de población, llamando
a estos mecanismos “genero de vida”, y los toma como objeto de estudio de la geografía. Hilando fino en las teorías que
expone se evidencia el rechazo al expansionismo germánico y el aval al colonialismo francés dándole un carácter
mesiánico frente a las sociedades colonizadas.

7. Los desdoblamientos de la propuesta de Vidal de La Blache.

Se menciona como las formulaciones de Vidal pasaron a ser el núcleo de la geografía y la marca de las propuestas que
siguieron a través de sus múltiples discípulos, entre los que se destacan Brunhes, Vallaux, con sus escritos sobre
geografía humana. La geografía regional también queda inaugurada a partir de los desdoblamientos vidalianos, a partir
de la cual se desprendería la importancia de la geografía económica. Vidal influencio también en la relación de la
geografía con la historia, evidenciado a través del trabajo de Febvre por ejemplo. Moraes destaca el avance en
elaboración a Max Sorre quien desarrollo centralmente el concepto de hábitat.
A partir de estas corrientes se funda la geografía humana que, según el autor, al abocarse meramente a la actividad del
hombre y no a las condiciones que engendraron tales actividades, aun no es una ciencia social.
8. Más allá del determinismo y del posibilismo: la propuesta de Hartshorne.
Se presenta a esta perspectiva como la que “rompe” de alguna manera con el carácter meramente empirista dentro de la
geografía tradicional, principalmente porque a diferencia de la geografía de Ratzel y de Vidal- quienes transmiten
acríticamente los fundamentos filosóficos positivista de Comte- Hettner t Hartshorne se fundamentan en el neokantismo
de Rickert y Windelband, y marcan el antecedente de lo que en el futuro es la geografía critica de los 60.
Hettner, a partir de las críticas francesas hacia Ratzel, se abre hacia un tercer camino y propone a la Geografía como
ciencia que estudie “La diferenciación de áreas”, como estudio de las formas de interrelación de los elementos en el
espacio terrestre. Su teoría solo tendría voz fuerte dentro del estudio geográfico a partir de la introducción y desarrollo
que llevo a cabo Hartshorne, el cual tuvo gran repercusión, dado su carácter en busca de una Geografía General y
explícitamente metodológico. Sus conceptos básicos fueron los de “áreas” e “integración” y los elementos analizados
partes del proceso de investigación. Su forma de estudio es denominada “geografía Idiografica”, lo que es un análisis de
un solo lugar donde se intenta aprehender varios elementos para así conocer en profundidad una determinada localidad.
Hartshorne propuso también la Geografía Nomotética, una forma de estudio que articula la geografía general con la
geografía regional, diferenciándolas por su nivel de profundidad en sus formulaciones. Esta propuesta permitió la
apertura de nuevas perspectivas para el estudio geográfico, agilizo la geografía regional, permitió la cuantificación en
geografía y comenzó los movimientos dentro de la renovación de la geografía. Hartshorne representa la transición.
9. El movimiento de la renovación de la geografía.

Para la década del 70 la geografía tradicional está definitivamente enterrada ya que los fundamentos sociales que la
engendraron se vieron alterados y se da lugar a las críticas necesarias para una “geografía más generosa” según el autor.
Entre las causas del deterioro del contexto que le dio origen podeos encontrar a los cambios en el desarrollo del sistema
capitalista, los cuales demandaron indirectamente una función en las Geografía; la globalización del espacio terrestre
implico la crisis en las técnicas tradicionales de análisis; el fundamento filosófico sobre el cual se asentaba, había caído y
de manera interna cada vez surgían más dudas apuntando a la crítica, la falta de formas de generalización,
La geografía renovada representa, en cambio, una dispersión. Un abanico de perspectivas y métodos de interpretación
que se pueden agrupar en 2 grupos, dependiendo la mirada ideológica y el posicionamiento político que posea: La crítica
y la Pragmática.

10. La geografía pragmática.

Moraes nos expresa fervientemente que ésta vertiente de la geografía renovada no hace más que una crítica superficial
de la geografía tradicional, y continúa la reproducción del accionar funcional al sistema burgués- capitalista, en cuanto al
planeamiento espacial y los métodos cuantitativos que deshumanizan las problemáticas y empobrecen a la geografía.
Entre las propuestas que se destacan dentro de esta variante podemos nombrar a la Geografía Cuantitativa, la Geografía
Sistémica o la Geografía de la percepción.
“Su aceptación dependerá del posicionamiento social del geógrafo, siendo así un hecho político, una opción de clase”.

11. La Geografía Crítica.

En cuanto a la Geografía Critica, en cambio, el autor nos plantea una vía de análisis y practica social que rompe
abruptamente con el lineamiento representado por la Geografía tradicional. Se trata de una perspectiva popular y un
afán por la transformación del orden social, que el geógrafo crítico va a asumir en la construcción de una geografía más
generosa con los hombres.
Se trata de desmantelar los enunciados congelados en el tiempo que caracterizan a la geografía tradicional, mostrando la
segunda cara, que, la organización espacial construida por y para la reproducción del sistema capitalista, pretende
ocultar para evitar la concientización de clases y el consecuente empoderamiento de las masas oprimidas.

Conclusión: “Es aquí que nos encontramos hoy, en la búsqueda de una propuesta alimentada por un ideal humanista. Es
esta búsqueda la que animó la ejecución del presente libro. Pues la construcción de una geografía centrada en la óptica
del trabajo, quien se contraponga a los intereses del capital y sea un instrumento de liberación del brasileño, no podrá
ser una acción de pocos. Tenemos un largo camino al frente, la luz es pequeñita, y el camino peligroso”.

También podría gustarte