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LA GRADUACION NO ES EL FIN, ES EL PRINCIPIO.

Terminamos un ciclo, cerramos un capítulo, nos despedimos de personas y


lugares que tal vez ya no frecuentaremos, pero que han formado parte de nuestra
vida por algún tiempo. Crecer duele.  Pero al mismo tiempo no podemos evitar
entusiasmarnos por la nueva etapa que próximamente empezaremos. Nuevos
sueños, nuevas metas y retos, nuevas personas y nuevos lugares. La aventura
continúa. En la escalera todavía hay peldaños por subir.

Tiempo de graduación es tiempo de despedida, empiezas a darte cuenta de que


disfrutabas las clases, habrá compañeros que, en efecto, no volveremos a ver,
pero muchos de ellos podrán seguir siendo parte de nuestra vida, y algunos de
ellos, nos acompañarán por siempre.  No importa dónde estén, no importa cuánto
tiempo pase, nos buscaremos, nos encontraremos y formaremos parte uno del
otro, de nuestra misma esencia. Haremos espacio para continuar la historia,
donde aún con canas, seguiremos siendo las y los mismos jóvenes de siempre.

Debemos sentirnos muy orgullosos por lo alcanzado, pues hoy llegamos al


cumplimiento de una meta, pero no al final del camino. Aún queda un largo trecho
por recorrer, muchas metas más por descubrir; debemos seguir luchando y
esforzándonos por alcanzar la cima y realizar nuestros más preciados sueños,
paso a paso, venciendo cada uno de los obstáculos que tendremos que atravesar,
no será fácil, pues en ocasiones habrá caídas, algunas dolorosas, otras no tanto,
pero no olvidemos levantarnos, pues con cada caída aprenderemos y ganaremos
experiencia que es lo que nos hace crecer como personas. A nuestras madres,
padres y familia, gracias por el apoyo que nos ha permitido concluir esta etapa.
Maestras y maestros, gracias por haber sembrado semillas que dan fruto, seremos
hombres y mujeres de provecho, que regresaremos a contarles nuestras
experiencias, y compartir con ustedes nuestros logros y éxitos. Tengan también
por seguro que ustedes forman parte de un lugar muy importante en nuestros
corazones. Nos despedimos afectuosamente; y dejamos nuestro cariño en esta
gran familia en la cual hemos entrado de niñas y niños y hemos salido casi hechos
unos jóvenes.

Dejamos en esta escuela parte de nuestra alegría, nuestras risas, miradas,


sonrisas y en ocasiones nuestras sus lágrimas. Gracias por ayudarnos a escribir
esta página de nuestra historia.

Hasta siempre.

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