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CARLOS MARX

El
Dieciocho Brumario
de
Luis Bonaparte

~OITORiAL

&1
BUENOS AIRES 1972
DE LA EDITORIAL

Carlos :l\farx y Federico Engels vivieron de cerca y


analizaron profundamente, casi en el momenlo mismo <le
los acontecimientos llegando a adelantar su previsible
desenlace, los bruscos altíbajos de la azarosa vida de ln.
Francia postcrior a la revolución burguesa de 1789. El
período desde 1848 hasta 1872 dio material abundante
para las clásicas obras sobre la lucha c1e claser; en Fran-
cia, los orígenes y las enseñanzas del go1pe de Estado de
diciembre de 1852, las vísperas y proyecciones ele 1'a glo-
riosa Comuna (1871) de París.
La minuciosa disección arroja plena 1uz sobre 1a raíz
última de los cambiantes hechos políticos: el enfrenta-
miento de las clases antagónicas. Concretamente, el
choque del proletariado naciente y en desarrollo, con la
burguesía consolidada rn el poder y decidida a defen~
der, a cualquier precio, un "onkn" que garantizaba su
<lominio.
Europa asiste al crecimiento impet11oso dd proletaria~
do y comienzan a estallar bataUas en qnc éste actúa como
una clase capaz de 1a inicíaliya histórica, en realidad,
la única consecuentemente rccolucionaria, en condicío·
nes incluso de arrastrar tras de sí a importantes capas
Copyright By EDITORIAL ANTE o , Bs. As. 1972 pequeño-burguesas de ]a ciudad y <lel campo, ele las que
. Hecho el clepósilo de ley rn diferenciándose más y más.
Libro editacio e11 la Argentina
5
. .. 1' l tucsía fümnciera. El en-
e\ enfrentam1ento contra ,1 )Urg 1 la creciente dífe·
t ·rnütió comprenocr .
Si11 cl!lburgo, el pruceso curnpkjo dd dl'sarrol!o de la foque coucrc o pe . l . ·1. ·1·<l·1d de coincídencias y
• . ' :i 'SCLthnr a l)OSl u1 i ' .
clase obrera, que füldunln sus reivindicaciones sociales renciauon Y oc 1
1· ) de los campes1-
más decididas (en 1848 apareció el ''},lanifiesto Comu- ·ector (pobre V me( 10 ] l
alianztts c'.m l~n ls T<l· 1 de h inc11a contra los ricos oe
nista"), pasará por etapas de a vanee y de relativo re- nos y la mev1ta )1 1 d( . e .
troceso. campo. ,, . ·t".. i" que algunos quieren hacer
Se habla ele la línea descendente <le 1848-1852 en Por eso el bonap,u isrn¡ ' . . .1 , l nbre que
l' f "l índepemlwnte ue un 101
Francia porque el levantamiento popular liderado por pasar como 1a Pº 1 ic< l l· . , . ro lmscó .servir a los
·1·L ··os entre as e uses pe . 1 d
d proletariado y acompañado inicialmente por la peque- hizo eqm lUll 1 . e }..hrx: como e po. er
ña burguesía, suscita en ésta temores y vücihtciones, hasta pobres, es clcsenrnascarnt( º. ~or qu~ ig~bcrnó apoyado en
(it.ie desemboca en la trnicióu, de la que se aprovecha la unipers.onal <le un avcnlu1e1lo ·l "C'ul1cter contrarrevo1u-
gran burguesía financiera. .1. . . ': Ul)!"OVCC 1anl () e
el nu itansiuo J • ,
' '
l· . , ndicioncs Je tras orma-
f
C. .\farx señala las vinculaciones entre los procesos cionario de fa. bL~rgues1a<len ,1~ co1·cvoll1ción de1nocrútica"
socio-económicos en curso y las formas politicas varia- cíones el emocrn't J,cas• )' e.1 una B · , os Aires Ed. Carta-
bles, destacando que el dominio ele clase de la burguesía ( V. L Lcnin, Obras comp ~tas337)cn"Aunqu·: en realidad
puede ejercerse de distintas maneras, según las posibili- go 2:i. ed., 1910, t. XXVl, pag. t . . . ·1sí engaña más que
' l ·talistas un go1ne1 no '· · _ _
dades que emergen <le la conelución de fuerzas enfren- sirve a os cap1 . , ' ] . , t º romesas \' pequenas
tadas en la arena social, sin que por eso la democracia , t los obreros rne.cLi,m e P - t
ningun ~' r?, a . ·, XXVI )ág. 320). Luis Bonapar e
burguesa se despoje de sn vcr<ladero carácter ele demo- limosnas (id., ib1u., t. 1 ' l. de todo los intereses
, ,, dcf"ndió l)or encuna • ' .
cracia formal. La democracia para todo el pueblo, dc- represento , ~· . ' .
mocrac[a auténtica, sólo puede conquistarse luchando de la aristocracia tinanc1er.a. 1 L .. Boll'PJ'HtJ' es uno
bajo la dirección de la clase obrera. "El Dieciocho Brn111llrlÜ ( l' lllS •. ' Le E 11 s pá-
' f 1, t 1 ' - del marxismo. · su
C. 1\ larx explica los motivos que impulsaron a una de los escntos nno,m1en a u .l. ., de 1a con-
. . . i noddo de ap tcacion .
parte significativa del campc~iuat1o de Francia a ::tpoyar ginas encontrnmos u1 r . , .·, J l proletariado a1
., . t'f . v revolucionaua e
al "sobrino de su tío" como decía de Luis Bonaparte, cepc1on cien l ica , . , 1 - ,·, l determinada y para 1a
recordando a Napoleón, al que asociaba éOn la propie- análisis de. uua reahdac S<~c~~ trasformación radical de
dad de la tierra. Es de gran importancia fa clara dife- definición de las tareas qlue 1· '. t 'a1·t<lo ante fa clase
. . 'l"d d esta mn p .lll . e' c1e este trabajo ' e.
renciación de C. 1\Jarx sobre el campesino conservador, esa misma ica I .a
. . .. , scenso. En L1 prepélltteior~ , . l .
dferrado a su peqnefüt parcela, que defiende sus pre- olnera en a . d. ·1t 'ªºI.tl'lS fundamenta es .
juicios y se enfrent.1 con el proletariado, facilitando la :tvlarx: prec1s . ó ll'l sene e e, eº '
u. , ... , , . no-leninismo como l a t eo-
llegada de Luis Napoleón al poder, y el campesino que Tesis esenciales del marx1s1 l . la historia acerca
., d chscs v su pape en . ' 6
defiende su futuro, corno otros sectores pequeño-bur- rín de la l uc1i,i e < [ ) , , ·1 , h vida socio-econ -

1 ·' e itre los renomcnos le ' t'


gueses, junto a la dnse obrer~l y combatiendo bajo su de la re acwn .1 ·¿ l )olítica so hre el papel que e~ a
dirección. mica y la activ1. ac 1 . 1 l' '.·, 1 producto de la socie-
i1plir el p10 e ,rn,1c o, . 1
Ni el error de considerar al campesinado un<l masa \h1rnac1O a CUl . , f ·t• ) . SClJUlturCfO d(~ }a TlllSJ11a, a
homcgénea que sólo puede apoyar a la contrarrevolu- dad moderna (ca pita is ,1 y + . .
ción, ni b ilmión de creerlo ya g<rnado en bloque para 7

6
~~educci~ín de que los obreros no pueden valerse simple.
cnle ( el aparato estatal militar-hurocráticn de l t - -
g uesía -
mstaurar su dominación <le' ,] " , . a ou1 -
] -l .. ' para
1 - e ase smo que
-( e mn oesmontarlo e instalar la d. t d - J l -.
. d l ic a ma ue proleta-
na lo, s~n a gunas de las más sobresalientes desarrolladas EL DIECIOCHO BIWMARIO
-en, as o )~·~s de ~- ~far~ y F. Engels sobre Frnncia. De DE l,UIS BONAPARTE
alh tamb1en su mdiscuhhle actualidad. -
No es casual que V. T. Lenin recordara en diversas
etapas de la lucha revolucionaria en Rt . l - -,
¡ l' - - - lsrn as ensenanzas
t e estos e asicos del marxismo 1~a ·t· 1 - . _, -
t l . . r icn aunente m1por-
ante rcsn la la repctJCht , mención de V - I · L cnm . en E l
E s.ac
t lo t¡ la revo 7ucion fa 1-e··olt ·, • _- ·
. - ' ' , - ·'"' · 1cwn pro 7etana 1¡ el
icnegado Kautsk!J, v en traba1'os sol)1·e· el e -.. ] .
, -· · · ampcsmac o
(l ond e polemizó contra Ple1·ánov v Trotsk'1 ( - . '' ,
_, ',l , _ . . . : · po1que vernn
('.n e UJH i~?as~ ieac~rnnai:m mdiferenciada) y Íos JO u~ PRÓLOGO DEL AUTOR A LA SEGUNDA EDICIÓN
!istas y socmhevolucrnnanos (que exageraban s I p _1
1mkpendiente). - ·u pape lvli malogrado amigo 1osé H' eydemeyer", proponías e
editar en Nueva York, a partir del 1 de enero de 1852, un
:Marzo ].:) de 1972, semanario político. }...fp invitó a mandarle para dicho se-
manario la historia del "coup d'état". Le escribí, pues,
un artículo cada semana, hasta mediados Je febrero, baía
el título de El díecioclw Brumaría de Luís Bonaparte,
Entretanto, el plan primitivo de H' eydemeyer lmbía fra-
casado. En cambio, publicó en la primavera de 1852 una
revista mensual titulada Die Revolutíon, cuyo primer cua-
derno está formado por mi Dieciocho Brumario. Algunos
cientos de ejemplares de este cuaderno salieron camino
de Alemania, pero sin llegar a entrar en el comercio de
libros propiamente dicho. Un librero alemán, que se las
daba de tremendamente radical a quien le propuse en-
cargarse de la venta, rechazó con verdadera indignación
moral tan "inoportuna pretensión".
Como se ve por e~los datos, la presente obra nació
bajo el impulso inn,1cdiato ele los acontccímicntos y sus

" Comandante mililar del distrito de Saint Louis durant1t 1a


l;(uerni civil en Nortt-arnérica. (Nota. de ·Marx.)
france~a, con bs armas <le ht inve~tigación histórica, Lle
materiales históricos uo pasan <ld rnes de febrero de 1852. Ja crílíca, de la sátira y del sainete, ha dado el golpe <le
La actual reedición se debe, en parte, a la deumuda de gracia a la lcycrnla napoleónica. Fu.era c~e Francia, se
la obra en el mercado librero, y, en parte, a instancias ha apreciado poco y se ha comp.r~mlido aun menos esta
de mis amigos de Alemania. violenta ruptura con la ie trad1c10nal del pueblo, esta
Entre las obras que trataban e11 la misma época del formidable revolución espirilual.
mismo tema, sólo dos son dignas de mención: Napoleon Finalmente, confío en que mi obrn contribuirá ~t e1i-
le Petit, de Víctor Hugo y Coup d'Etat, de Proudhon. :\ninar ese tópico del lhnmulü cesarismo, tan cornenl~,
Víctor Hugo se limita a una amarga e ingeniosa in- •sobre todo actualmente, en Alenuuüa. En esht supcd~­
vectiva contra el editor responsa lile del golpe de Estado. \cial analogía histórica se oh ida l,¡ principal: cu la anti-
En cuanto al acontecimiento rn ismo, parece, en su obra, .gua Horn~;, la lucha de clases sl!!u se :'ctitilaba e_ntre una
un rayo que cayese de un cü:lo sereno. No ve cu él más minoría privilegiada, entre los li hes nL'os y los libres po-
que un acto de fuerza de un solo individuo. No advierte \Jr<:s mientras b gran masa producliva de la población,
que lo que hace es engrandecer a este individuo en vez . ]os ~scbvos, fonrn1han un pedestal 1mrnrncnte pasivo parn
de empequeüecerlo, al atribuirle un poder personal de ,:yquellos luchadores. Se olvida la imp?rtante sentencia de
iniciativa que no tenía paralelo en la historia universal. . Sismondi: el proletariado romano v1via a costa de la so-
Por su parte, Proudhon intenta presentar el golpe <le Es- ciedad mientras que la moderna societhd vive a costa
tado e01no resultado de un desarrollo histórico anterior. del pr:¡letariado. La diferencia de las condic~ones mate-
Pero, entre las manos, la construcción históriea clel golpe ""'rialcs, económicas, de la lucha de clases antigua y mo-
de Estado se le convierte en una apología histórica del dernú es tan radical, que sus criaturas políticas respecti-
héroe del golpe de Estado. Cae con ello cu d defecto de vas no pueden tener más semejanza las unas ,~.on Jas otras
.nuestros pretendidos historiadores ub¡etivos. Yo, por el que el arzobispo de Canterbury y el pontihce Samuel .
·contrario, demuestro cómo la lucha de clases creó en Fran- Carlos Marx
·cia las circunstancias y las condiciones que permitieron
·a un personaje mediocre y grotesco representar e] papel
de héroe. Londres, 23 do junio de 1869. Se pnUirn ele acuerdo con t'l
Una reelaboración de la presente obra la lu1bría priva- Escrito por C. }.farx para b texto de la segunda edición.
do de su matiz pqcnliar. Por eso, me he limitado simple- segunda edición de El die- Trnducido del alemán.
mente a corregir fas erralas de imprenta y a tachar las cioclw Brwnario Je Luis Bona-
J)(lffe, publicadc1 en Harnhurgo
alusiones que hoy ya uo se entenderían.
en 1869.
La frase final de mi obra: "Pt'ro si por último el man-
to imperial cae sobre los hombros de Luis Bonaparte, la
estatua de Bronce de Napo]eóu se vendrá a tierra desde
lo alto de la Col11mna de Vendome", es ya una realidad.
El coronel Charras abrió el fuego contra el culto na-
poleónico en su obra sobre la campaña de 1815. Desde
entonces, y sobre todo en estos últimos años, ]a litci:atura
11
reflejada allí la rcalídad. Esh1 manera eminente ele corn··
prend('r b historia viva clcl morncnlo, esta penetración
profunda en los acontE'cimientos al mismo tiempo que se
producen, es, f'n reaHdad, algo rpic no liene igual.
l\fos para ello había que pnserr también el conocí-
miento tan exacto que "t-.Jarx poseía de b histmfa dr Fran-
cia. Frnncia e~ el país en el qnc las lnclrn.s históricas de
clase se han llevado siempre a su término decisivo más
que en ningi'm otro sitio y donde, por tanto, las formas
l'R(>LOGO DE F. ENGELS A LA TEHCEilA políticas suc<>sivas dentro de las que se han movido estas
EDIClON ALEt-.IANA luchas de clase y en las ílUC han pncoutrmlo su expresión
los resultados ele lrts mismas, atlquieren tarn hién los con-
tornos má::: acusados. Centro del femlali::;mo en Ja Edad
J\Iedia y país modelo de la monarquía unitaria csl<rnwntal
. El, t¡uc se haya' l1ecl10 necesaria
· una nueva . d · ·' l
Diecwcho Brumaría treinta y tres - 1 , ,e ~c10n t el desde el T\enadmiento, Francia pnlv0rizú al femlalisrno
cada la primera, de~mestr~ ue . anos ( csi:ues oc publí- en la gran revolución e instauró 1a dominación pura de
pcrdfrlo nada de su ya]or q esta pequena obra no ha la bnrguesía bajo una forma chí.síca corno ningún olro
Y fnc, en realidad un ~ · b · . l país de Europa. También la lucha del proletariado reYO·
te después del 'lccJ11t~c· . rnt a30 gema . Inmediatamcn- lucionario contra la burguesía dnminanle reviste aí1ní una
. ' '· .1n11en o q11c so· · l"' d forma violenta, dcsconocída en otrns partes. He aquí por
mnndo pol 't · · rpicncno a to o el
co~denac.10 I ic~ como un ra~o caído de un cielo sereno qué i\forx no sólo estudiaba con especial predilección la
' 1 poi unos con gntos 1 · l' .. '
flc ep t acl o por otr
lución .
l] ·· e e me 1gnac1on moi·al
o: como ta Ja salvadora contra la revr;-
' " y
historia pasada de Francia, sino que seguía también en
lodos sus detalles la historia contemporánea, reuniendo
y como castigo por sus extravíos 11e1·0 con'"m I J los materiales para emplearlos ulteriormente, rnzón por la
1.1or tod (l s con asom1Jro v por nadie c ' 111· . . 1· l,,_ p. auo
diata.n1ente d. : 1 • . · • ? P1 ene ic o, mme-
espucs ue este aconlec1m1ento se alzc') \·I· .
cual nunca le sorprendían los acontecimientos.
1
con una ex 10 s· ·' b. . , . , ' . ' " a1x Pero a esto vino a añaclirse otra circunstancia. Fue
.. . . .' I ,, inon re~,e, ~pigramatica, en que se ex lí- precisamente flfarx el primero r1uc descubrió ]a gran ley
Clba en su concalenac1011 mterna lo']a la . . 1 d p que rige la marcha de la historia, la ley srgún la cual to-
hislo .., ] I~ · ' "' ' maic 1a e la
. ; 1 J<l. < e 'rancia deode las jornadas de F 'b. . '
ducrn el milagro cid 2 de dicíembre a, . el ic]·10, se re- das las luchas históricas, ya se desarrollen en el terreno
11 llt'c , .. · l · ' un resu tac o natural poHtico, en el religioso, en el fi1osr'if ico o en otro terreno
" . ·.. csai lO < e esta concatenación • •
qn1era tratar al héroe del
11
l . d.' :', o se i;ccesitaba s1- ideológico cualquiera, no son, en realicl::i.d, rnás que la ex·
des )Ieci ' . go pe e Estado mas que con el presión más o menos c1ara de luchas enlrc clases sociales,
. I . o que se tema tan bien merecido y t l y que la existencia, por tanto tambiC:n los choques de
maestra estaba trazado el cuadro . i . an e e mano
ción hecha públ" l 1 . ' qt e cada nueva revela- estas clases, están condicionados, a su vez, por el grado
. . . ica e esoe entonces no ha hecho más de desarrollo de su siluación económica, por el modo de
summ1slrar nuevas r)ruebas d l f' ,1 que
· e o 1c mente que estaba su producción y de su cambío, conc1icionndo por ésta.
12
13
Dicha lev (jL . , ¡ ·.
,· . ·,' tepara )¡¡ liisluü l·
ie1w , . .. .
.i el un~nia lllll)Ol'htl
cJcl rgie b
· .
e iencias _Je,,l clt•" l' t t· rnswrmació
r
] , ]·
Naturales f ' 1· . L,'. n < e d eucrgta para las
. , .. ' -
' ' ' ., . ' llC GJiJ !CH ]¡¡ (lll(' ] :, l' . ;
'e p,11 ,l com1)n·nd'·'L'
r.. - ~·
¡... 1l!S . d e h ,. e e JOl <tqut
. ·tO ria
LL . la ch- L

'ianccsa. Esta hi~torfa le .·. ,·, º ,.. segunc a Hepública


contrastar ~u lt«• ,, . ·] SlJl\10 de piedra de toc1ue l)ªl'"
_ ·, , , . inc uso iov . l· ¡ ' ''
tres anos, tenernos Cllt'" i·e, .• ' ,1 a vue.· la de treinta )'
un resultado Lrilbnte. "' conocer
. ·
. que 1a prueba arroja

Federico Engcf:J

E,crilo , "_ llur..¡e~· E''il''~L~ J,s pnr¿¡ EL DIECIOCHO BHUi\1AlUO


r•.·1 lc.1. _tu ·l · E·l . Se p1d,liCi1 ele aClll'l"do UJJI el
.. .¡ . a éd ic1011 . L e · (¡ie-
· DE LUIS BONAPAH.TE
uuc w Hrwr:ano de ¡ . , 1, kxlo de: la lc1 ceci ··L]i·L i· ,) .
. , d ..., · "Ub 'IJil(J- T 1 · ' ~ 'IL
}J(ltf{.
.J ¡ e C. ·~hr'·
l ~am rnrgo lc•llla eu
' ·•, ]J u ¡J ¡·. l •ll uudo del :dernún.
U\ 1085.
I

Hegel dice en alguna parte que todos los grandes he-


chos y personajes de fa historia universal se producen,
como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar:
, una vez como tragedia y otra vez como farsa. Caussidiére
" por Dantón, Luis Blanc 11or l\obespierrc, la 11outaña de
1848 a 1851 por la l\fontaña de 1793 a 1795, el sobrino
por el tío. ¡Y la misma carieatura eu las eircunsbncias
que acompañan a la segunda edición del Dieciocho
Brunrnriol
Los hombres bucen su propia historia, pero no la ha-
cen a su libre arbitrio, baju circunstancias elegidas por
ellos mismos, sino baju aquellas circunstancias con que
se encuentran directamente, que existen y trasmite el pa-
f sado. La tradición de todas las generaciones muertas opri-
me corno una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando
éstos so disponen precisamente a revolucíonarse y a revo-
lucionar las cosas, a crear algo nunea visto, en estas épocas
Je crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran
temerosos en su auxilio los espírilus <le1 pasado, tornan
prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje,
para, con este disfraz de vejez venerable y este lengu·a¡e

I5
prestado, representar la nueva escena de la historia uni· dcros generalísimos cstabn:i e:i .las oficinas con:erdal:~' Y
! versal. Así, Lutero se disfrazó de apóstol Pablo, la rern- la cabeza atocinada de Lu 1s X\ III era su c:abcza polit1ca.
. lución de 1789-1814 se vísti6 alternativamente con el ro- Completamente a bsorb}c~a por In produc:,ión .~le 1_~ rique-
paje de Ja. ,República Homana y del Imperio Homano, y za y por la lucha pacifica lle la conc.uuf'llClct, ya 1_10 se
la rcvolnc10n de 1848 no supo lrnccr na<la mejor que pa· claha cuenta de rpw los es1wctr0s del t1crnpo rh~ los 1 on;a-,,
rml íar aquí al 1789 \' al1ú la tradición revolucionaria de nos habían vdacio su cuna. Pero, por muy poco hC'ro1ca1
179:} a 1795. Es c01;10 el principiante que ha aprendido que Ja sociccfar1 bw·guesa sea, para traerl,a al rnunc1o ha-
un idioma nuevo: lo traduce siempre a su idioma nativo, hían sido necesarios, sin embargo, el hero1smo, la abnega-,
pero sólo se asimila el c.spíritu de] nuevo idioma v sólo es ci6n, el terror, la gncrra civil y las h11a1las ~1~~ los pu~b~os,
capaz de producir libremente en él cuamlo se mu~w den- y sns gladiadores encontraron en las tracl1c1~mes cbsica·
tro de él sin remíniscencias y olvida en él su lengna natal. mente severas <le la República Houiaua los ideales y las
Si examinamos aquellas conjuracíones ele lo~ muertos formas artísticas, las ilusiones que necesitaban pa_ra ocul-
en la historia universal, obsen·amos en seguida una dife- tarse a sí mismos el contenido burguesamcnte 1nrntado <le
rencia que salta a la vista. Camile Desrnou1ins, Dantón, sus luchas y mantener su pasión a la altura ele la g_ran
H.obespiene, Saint-Just, Napoleón, 1o mismo los héroes que tragedia histórica. Así, en otra. fas~ <le de,sarr;Jllo, un sigl~'
los partidos y la masa de la anligua revolución francesa, antes, Cromwell y el pueblo mglcs _hab1an 1dc? a husca1 .
cumplieron, bajo el ropaje romano y con frases romanas, en el Antiguo Testamento el lenguaje, las pasmncs. Y la:s ·
la misión de sn tiempo: librar de las cadenas a la sociedad ilusiones para su revolución burguesa. Alcanzada la ve1-
lmrguesa moderna e instaurarla. Los unos parcelaron el dadera meta, realizada la trasformación bmgnesa de la
sudo feudal y segaron las cabezas feudales que lmbían sociedad inglesa, Locke desplazó a Habacuc.
brotado en él. El otro creó en el interior de Francia las En aquellas revoluciones, la resurrección de 1os muer-
condiciones bajo la-s cua1cs ya podía desarrollarse la libre tos servía, pues, para glorificar las nuevas luchas Y 1;0
concuncnda, explotarse la propiedad territorial parcelada, para parodiar las antiguas, para exagerar en la fau~asia
aplicarse las fuerzas productivas industriales de la nacíón, la misión trazada y no para retroceder en la realidad
que habían sido liberadas; y del otro lado de las fronteras ante su cumplimiento, para encontrar de nuevo el espm-
francesas barrió por todas partes las formaciones feudales, tu de 1a revolución y no para hacer vagar otra yez a su
en el grado en que esto era necesario para rodear a Ja espectro.
sociedad burguesa de Francia en el continente europeo de En 1848-1851, no hizo más que dar vuelt~s el ~sp:ctro
un ambiente adecuado, acomodado a los tiempos. Una vez le la antigua revolución, desde f..fanast, le rcpublicmn en
inslaurada la nueva formación social, desaparecieron los ~ants ¡aunes", que se disfrazó de viejo Bailly,l~¡i_sht el
colosos flntedih.1vianos, v con c11os el romanismo resucita- aventurero que esconde sus. vulgares y repugna:1tes r~s­
do: los Brutos, los Gra¿os, los Puhlícolas, los tribunos, los gos bajó la férrea massarilla de n:n1qte d~ Napoleon~ ··
senadores y hasta el mismo César. Con su sobrio realis- -Todó üü f¡üeblo que crern haberse dado un rn1pu1so ace
mo, la sociedad burguesa se había creado sus verdaderos
intérpretes y portavoces en los Say, Jos Cousin, los Royer-
Collard, los Benjamín Crmstant y los Guiznt; sus H'rda- ~ "F.l republicano de :;::nante~> am:uillo<."' (Ed.)

11
!erado pur !lledio de una rcvoluciÓll, se cucuenlrn de de. Lmfa vc1H·raciúu supersticiosa por el pasadu. Las nn-
pronto rdrotraído a unu época foueci<lu, y para que no tenores revoluciones necesitaban rt~rnonl arse a los recuer-
pueda haber engaño sobre la recaída, hacen aparecer las dos de la historia universal para aturdirse acerca de su
v1e¡as fechas, el viejo calendario, lo viejos num lires, los propio contenido. /La revoluci~n dd siglo XIX debe dejar
vie¡os edictos (entregados ya, desde hace largo tiempo, a q:ie l'.is muertos eill:ierren a sus muertos, para cobrar c 0 n-
1a erudición de los anticuarios) y los viejos esbirros, que c1cnc¡¡l de su propio contenido, Alli, Ja frase desbordab·a
parecía11 haberse podrido desde hace mucho tiempo. La el contenido; aquí, el coulcuidu desbordaba ]a frase.
nación se parece a aquel ingks loco de Bedlam" que . ,La H'V'.ll~tcióu de FcbrPrn turnó desl1revenida, sorpreu-
creía vivir en tiempo de los viejos farnones v se bmentaba dw a Lt \ H'J<l_ rncwLhd, y e! pueblo proclamó esle afortu-
diariamente de las duras faenas que tenÍ:L qui: ejecutar nado golpe de 11uu10 iricspcrado ClJIHll una ha:r.aíía de la
como cavador de oro e11 las rniuas de Etiopía, emparedado historie: ~rnivcrs,t! con b q Lle Sto abría b nueva época. El
eu aquella cárcel subterránea, con un<t Lí.mparn de luz 2 de d1ucrnbre, la revolución de Febrero ('S esc,unotcacla
mortecina su1eta en la cabeza, detr:ls el guanliáu de los por la voltereta de un jugador tramposo, y lo e¡ UP parece
esclavos con su largo látigo y en las salidas uua turba- dcrn hadu nu es ) <l Lt monarquía, son fas concesiones li-
multa de mercenarios búrbarm, incapaces de comprender berales que le ha]¡b11 sido LltTnncncbs por seculares lu-
a los forzc1tlos ni de entenderse entre sí porque no lmbla- chas. _Lejos de se.ria sociedad rnisn1a la que se cunquista
lmn el ruismo idioma. "¡Y tlJtlo esto -suspira el loco- nn rnievo cmilcrndo, parece corno si sirnplcmcnte el Es-
mc lo han impuesto a mí, a nn ciudnrlauo iuglés libre, para ·- tudo volviese a su forma más antigua, a la dominacióil
sacar oro para los miliguos faraones!", "i Para pagar las desvcrg011Z<ldarnenlc sirnple del sable v la solana. Así ·
deudas de b familia Bonaparte!'', suspira la nación fran- c~nlcsla al ~'oup de nwi1,1- de febrero de' 18-18 d-Coúp de
cesa. El inglés, rnh~ntras estaba en uso de su razón, no tele ele d1cicrnbre de .18a1. For donde se vino_ ~e foe.
podía sobreponerse a la idea fija de obtener oro. Los Sin embargo, el inlervalo no It,1 pasado ¡;n \'~1~10. Du-
franceses, mientn1s estabün en revolución, no podían so- ran le los aüos de 18-18 ~' 18,Sl, la suciedad francesa recu-
hrcponerse al recuerdo napuleónico, como demosl-raron perú, .Y lo ~iizo rnediaul'." un méloclo ahrcviadt1, por st'r n:·
1as elecciones del 10 de dicien1hre. Aute los peligros de vulucwn•tno, los <:otudrns y Lis expcriencicts qnc en un
desa~rollo n'.mnal, lección tras lece;ión, por decirlo nsi,
la rcvolucióu se sintíeron atraídos por el recuerdo de las
ollas de Egipto, y la respuesllt fue el 2 de diciembre de habr;an ddmln pr~Tcclt·r a L\ revolucíón de FeLrero, para
que esta hulJH_·se sidu a1gu nus que un eslretnecimíento en
1851. No sólo obluvieron la caricatura del viejo Napo-
león, siuo al propio viejo N apo!c('m en ccu-icaturn, tal ·,
la ,supe~licil'. ~!º la sociedml~sl~!)er retrocedido
mas_!:!!h\tl..c~~u puntq __ -2. partida: CIUt:illiiliu:L Io Ll.JJ¿oc-urrc
como nccesariamcnle tiene que aparecer a mediados del
siglo XIX. J"a revolución social dd siglo x1x no puedt;l ~-_µue ~e.que c1}2E..ez'.1,r por .s:::_enr~JJ.'..1:~~ de parlidn
i~oTUC1onauo, In s1tuac10u.,, 1as relaciones.las c6lliJícíciues~
sacar su poesía del pasado, sino solamente del poi·yenir.
Sl.:.'._hls cua1cs1~p aclt lllicrc lllLfQ.[ácte1~ serio la fCVQli1d6n
No puede comenzar su propia tarea <rntes tle despojarse n10~1~i. --~ ..
~r;;-; rcnlh1ciou<"s burgut'sas, curno la de] siglo xvm,
avanzan :tnulladur~l!nenle de éxito en éxito, sus efecto:,

18
dramáticos se alropcllan, los hom lir-.: s y las cosas parece u de 1852 •. E:! scguncl<1 domingo de mayo de 1852 había-
iluminados por fuegos de artificio, el éxtasis ('S d espíritu se convertido en sus cabezas en un,1 ilka fija, en un uog-
de cada día; pero estas revoluciones son de corla vida, rna, como en las cabezas de los qnilias!as el día en que
llegan en seguida a su apogeo y una larga dcpres1ón se había de reaparecer Crís!o y comenzar el reino milenario.
apodera de la sociedad, antes de haber aprendido a asi- La debilidad ha liia ido a rdugfor,c, corno siempre, en la
milarse serenamente los resultados de su período impe- fe en el milagro: creía wncer al enemigo con sólo des-
tuoso y agresivo. En cambio, las revoluciones proletarias, cartarlo rnágicanwntc con la fantasín, y lwrdía toda la
como las del siglo x1x, se crilican constantemente a sí comprensión del presf'nte ante la glorificación pasi\1a del
mismas, se interrumpen continuamente en su propia mar- fnturo (1ue le esperaba y de las l1azañas que guardaban
cha, vuelven sobro lo que parecía terminado, para comen· in petto, pero (}llP aún nn consideraba oportuno revelar.
zarlo de nuevo desde el priucipio, se blulan concienzuda Aquellos hf>roes que se f'sforzaban en r~;~utar sn 1:1;obada
y cruelmente de las indecisiones, ele los lados flojos y de incapaddad prestándose i.m1h1a cornpas10n y remuendose
la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo en un tropel, habían a ta do su hatillo, se embolsaron sus
dcrríban a su adversario para que éste saque de la tierra coronas de lanrel a crf'(lito y se disponían precisamente a
nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco Eren· descontar en el mercado de letras de cambio las repúbli-
te a ellas. retroceden constantemente aterradas añte la cas ín pnrlilms para 1as que, en el secreto de su ánirno
vaga en01:midad ele sns propios fines, hasta que se crea poco exígente, tcn:an ya previ.s(:ramcnte p;eparado e1
mm situadón que no permite volverse atrás y las circuns- personal ele gobierno. El 2 c~c llic1cmbre cayo sobr~) ellos
tancias mismas grítan: como un rayo en ciclo sereno, y los pueh.los, que en epocas
Hic Hhodm, hic salta!" de malh11mor pnsílánimc gustan c~e dc~ar q_ne los vocc~­
¡Aqni está la rosa, baila aquí! dores rnSs c11illones ahoguen su rmcdo mtcnor, se habran
convcnc:ído 11uizás de que han pasado ya los tiempos en
Por lo demás, cualquier mediano ohservaclor, aunque ql;c el graznido de 1os gansos podía salvar al Capitolio.
no hubiese seguido paso a paso la marcha de los aconte- La Cornlitución, la Asarn blea Nacional, los partidos
círnieutos en Francia, tenía que presentir que esperaba : dinásticos, los 1Tpublicanos azules y los rojos, los héroes
a la revolución nna inaudita vergüenza. Bastalx1 con es- de Africa, el trueno de la tribuna, el relampagueo de la
cuchar los engreídos ladridos lle triunfo con que los scño· prensa diaria, toda h literalnra, los norn bres políticos Y
res demócrnt<ls se felicitaban mutuamente por los efectos los renombres intelectuales, la ky civ\l y el derecho penal,
milagrosos que esperaban del segundo domingo ele mayo la "liberté, égalité, Jrnternité" y el segundo domingo ele
mayo de 1832: todo ha dcsaparcC'iclo como una fantas-
" Frnse !ornada de una fábula de Esopo, en la ']He se habla magoría al conjuro de un hombre al que ni. _sus n~ismos
de un fanfarrón que, inH)C'ando l;ostigos, afirmaha qiie en Rodas enemigos reconocen cornn brnjo. El sufragrn urnvcrsa1
había dado un salto prodigio:;o. Los que le cscnchabrm le con·
l:es!:aron: ''r,,Pma qué necesitarnos tlcstigos? ¡Aq11i está I\od~s, salta
nq11í!" En o!ras palabras: clcmrwstra con hechos lo que eres capaz ~ Est> rlía termin:i.ba el mRmlato presiclendnl y, de f!cncnln
(k hacl"r, (Ed.) con h Cunsti.tución, el mismo enmfühto no pmlíP ~cr reelegirlo. (Ed.)

20 $.1
si'ilo pareció solJn,vÍ\ ir uu insl<111t<c para liacer su tcsla-
rnentu de pufiu y letrn a los ojos dd mundo entero y po- r1ue lmliían preparndo o determinado la !'evolución, la
der declarar, en utm1bre dd propio pueblo: todn lo que oposición diniistica, la burguesía republicana, la pequeña
exíslc llieH'ce perecer·:,. burguesía dernocraticorepublicanu, el proletariado socíal-
'.".º basta con decir, coniu h,tce11 !ns franceses, que su democrático, encontraron su puesto ptovisional en el
nac10n iue surprcuwda. Ni a la nación ni a !a mujer se gobiemu de Febrero.
les perdona b hora de descuido en riuc cual(1nicr aventu- No podía ser de otro modo. Las jornadas de Febrero
' rcrn ha podido abusar de ellas pDr la fuerza. Con estas proponíause primitivamente coH10 objetivo una reforma
explicaciones no se aclara d eiúgma; no se hace mús que electoral, (1ne había de ensanchar el círculo de los privi-
presc11tarlo de otm u1udo, QtH'dMía por explicar cómo legiados políticos dentro de fa rnis111a clase poseedora y
tres c~tb,lllcros de lmluslria pudít:run s11rpre11der y redu- derribar la du111inación exclusiva di.:! la. aristocracia fü)arl=-"'--
. cir a caullverio. sin resistencia, a una naciún de 25 ·ciera. Pero cu ar~<lo .est~;:1fo d .c(JII flicto real y verdadero,-..
, ! millones. 'el pueblo suliió a las barricadas, la Guardia Nacional se
Ht•cn pilul emos, en sus rasgos genera les, las foses rl'- mantuvo en actitud pasiva, el ejército no opuso uua resis-
corridas por la rcvolm·ió11 francesa desde el 2,1 de febre- tencia seria y la monarquía huyó, la república paredó la
ro de 18 !8 hasta d 111c·s de diciembre de 185 L evidencia por sí misma. Cada partido la interpreta a su
manera. Arrancada por el proletariado 1.:011 las armas en
Ha y tres períodos capitales que son inconfuwlíliles: el
período de Febrero; del 4 de mavo de 1848 al 2.8 de república social. Con esto se indicaba el contenido gene-
ral de la moderna revolución, el cual se hallaba en la
1nayo de 18±~J, J!eríodo de CU··istitu¿ú5u de la repriiJlica o
1
1. c /,1 _-í.sa111!1leo !Vaciouol Coi,,»tituyente; llel 28 dt~ mavo
contradicción más peregrina con todo lo <±lle por el mo-
dl' JE:JCJ ,,i 2 de dicícrnlm' de 1851, período de la rcpúhli~a mento pod Íü ponerse eu práclica directameute, con el
material disponible, bajo las circunstancias y relaciones
constitr1cioi1al o de la Asaml>lea NacioJial Lcgislatina.
dadas y el grado de desarrollo alc:anzado por la masa. De
El ¡ni111er periodo, lle:;de d 24 de febrero, o desde la otra parle, las pretensiones de todos los <lem:ís elementos
caída de Luis Felipe, hasta el 4 ele mayo de 1848, focha que habían cooperado a la revolución <le Febrero fueron
('!1.que se reúne la Asanililr«l ConstiLuyente, el período de reconocidas en la parte leonina que ubtuvieron en el go·
l•chrero, propiarne11te diclll), puede califiearse como el bicrno. Por eso, en ningún período nos encontramos con
prólogo de la revoluciún. Su carácter se rcvehilm oficial- una mezcla más abigarrada de frases allisonautes e inse-
mente en el hecho ck que el gobit,nlO por él improvisado gurilla<l y desamparo efectivos, de aspiraciones más entu-
se declarase a sí mismo procisimwl, y, couio el gobierno, siastas de innovación y de írnperio mús concíenzudo <le
todo lo que este período sugirió, intentó o proclamó, se la víeja rutina, de más aparente armonía de toda la socie-
presentnba tarnbi0n como algo puramente procisíonal. dad y inás profunda discordancia entre sus elementos.
Nad<l ni nadie se atrevía a reclamar parn sí d derecho a lvlienlrns el proletariado de PMís se deleitaba todavía en
existir y a olirnr de un modo real. Todos los ekmc11l:)s la visión de la grnn perspectiva que se hahía abierto ante
él y se entregaba con to<la seriedad a discusiones sobre
los problermis socí<iles, las viejas fuerzas de la sociedad
se habfan agrupaLlo, reunido, lrnbfan vuelto en sí y en-

23
nancicrn, la bnrguesía indnstríal, la clase 1m·dia, los pc-
conlraron un apoyo inespc~oac1o en la masa ele la nac1on, quefios bmg11cses, d ejército, el lnmpemprnletariadn
en los campesinos y los pequei1os burgueses, que se pre- organizado rnmo Gn:udía \Tó"íl, los inlclectnalf's, los cu~
cipitaron todos de golpe a la escena política, después 1]¡~ nis v la pobbc.ión. dp] cum¡Y'. ~\l larl del prnlctariado d0
caer las barreras de la monarquía de julio. hir" ll0 rstaba rn;1;; que él so1n. J\l;'.c; de 8.000 insurrcclns
El segundo período, d csd e el 4 ele mayo ele 18'18 a f1wn,n pasndns a cuchillo de~pués de la victoria y 15.000
fines de !nayo de 1849, es el período de constitw:ión, de dcpor1 ad os sin j11 icio. Con esta élcrrnta, el proletariado
la fundación de la reptíbrica burguesa. Jnrncdia!'.lmentc pnsa al fondn de la escf'na rcvolncionaria. Tan pronto
después de las jornadas de Febrero no sólo se Vio sorpren- como d movirnicn lo parece adquirir nucYos bríos, intenta
dida la oposición dinástíca por los republicanos, y éstos una vez y otra pasar nuevamente a primer plano, pero
por los socialistas, sino toda Francia por París. ;La_Asam- con nn gasto cada ycz más débil de fuerzas y con resul-
hlca Nac:iopal, que se reunió e.11 de rnayiJ de 184:8, salida .. tados cada vez más insignificantes. Tan pronto corno
de ías.dccciones nacionales, representaba a 1a nación. Era una de bs capas sociales superiores a él cxpcrimenta cier-
una protesta viviente em;trn las pr?~ensioncs ele las jo~·­ ta efervescencia revolucionaria, el prol0tariado se enlaza
nadas de Febrero y babia de reducir al rasero. burgul:!~~-­ a ella y así va compartiendo todas las derrotas que su-
lüs resultados de la revolndón ...En vano el proletariado fren uno tras otro los diversos partidos. Pero estos go1p0s
de Pads, que comprendió inmediatamente d carácter de ·sucesivos se atenúan cada vez más cuanto más sP reparten
esta Asamblea Nacional, intentó el 15 de mayo, pocos por la superficie de 1a sociedad. Sus jefes más írnportantcs
días después ele reunirse, descartar por la fuerza su exis- 'en la Asamblea Nacional y en la prensa van cayendo unos
teneja, disolverla, descomponer ele nuevo en sns distin- has otros, yÍctimas de los tribunales, y se ponen al frente
tas partes integrantes la forma orgánica con qne le ame- 'de él figuras cada vez más equívocas. En parte, se cntre-
nazaba el espíritu reaceionante de la nación. Como <J.s .. ·ga a experimentos doctrinarios, Bancos de cambio y aso-
sabido el único resultado del 15 de mavo fue alCjar de la ·ciaciones o7Heras, es decir, a un modmiento en el que
escena' pública durante todo el ciclo que examinam?s a· renuncia a trasformar el víejo mw1do, con ayuda de todos
Blanqui y sus camaradas, es decir, a los verdaderos 1cfes los grandes recursos propios de este mundo, e intenta, por
del partido proletario. el contrario, conseguir su redención a espaldas de la SO··
A la monflrqufo burguesa de Luis Felipe sólo puede cieclad, por la vía prinada, dentro de sus limitadas condi-
suc'cder la república burguesa; es decir, que si en nom- ciones de existencia, y por tanto, forzosamente, fracasa.
bre del rev había dominado una parte reducida de la Parece qne no puede descubrir nuevamente en sí mismn
•burguesía, ~'hora dominará la totalidad de la burguesía en la grandeza revolndonaría, ni sacar nuevas energías de
; nombre del pueblo.'\.Las reivindicaciones del proletariado __ los nuevos vínculos que se ha creado, basta que todas las
de París son paparrucha·s utópícas, con las que hay que erases con las que ha luchado en Junio están tendidas a
acabar. El proletariado de París contestó a esta dcc~ara: todo lo largo a su lado mismo. Pero, por lo menos, sucum-
ción de la Asamblea Nacional Constituyente con la insu- be con Jos honores de una gran lucha histórico-universal;
rrección de Junio, el acontecimiento más gigantesco en no sólo Francia, sino toda Europa tiembla ante d terre-
la historia de las guerras civiles europeas. Venció la r~­ moto de Jnnio, mientras que las ~nresivas derrotas de las
pública burg1wsa. A su lado estahan b aristocracia fí"
25
24
clases más altas S(o consiguen a tan poca coslLl, que sólo cicdad
. ·' . _de· . los "cm:111i<'us º' de /u sucÍl'lltt(f···· ./t j ¡.,\ 1.HLlll
'. l:l <IL1U 'l
la insolente exctgernción del partido vencedor puede ha- . fi,1·1, cier~~~o .coi.no süuto X .scüa ~<:i~ ,t{Jpbc~/s de la vieja s;-
cerlas pasar por acontccímientos, y son tanto más igno-
miniosas cuanto uüs lejm queda del proletariado el parti-
. ! f}ec:~ª-'. ~10?1ec~'.u!~ fan1~{Ifl2 r<¿l.1g!QJ.l Uet:~fen", y gritado
. <t ouz<td,t conl1<111evoluc1onarn. ". B· . ·t . · -- . . . .. .
a.
cer:í ·!" D-1 · . . - . --' . _; ... ¡ a1q es e signo, ven-
do que sucumbe. _< s. ese e es le mslante, tün pronto como uno cual~
Ciertamente, la derrota de los insurrectos de Junio ha- q~ucr~t de~ los_ numerosos parl idos que se había11 agru ado
bía preparado, allanado, el terreno en que podía cimen- báJO Ltquel signo cunlrn los imurrectos ele J . . tp
"t . -. , . "l . . _ muo, 111 enta
tarse y erigirse la república hurgucsa; pero, al mismo ~1', u«1:c :.n ~ 1Mleuquc revol~icwnario en su propio i11te-
tiernpll, ktbía puesto de rnanifiesto que en Eurupa se 1es_ c.l; cLis<.:, sucmuLe al gnto de '"lJror)iedad f< 'l"
ventilaban otrns cncstioncs (llll~ la clt' ·'república o mo- rd1g10n y orden!" L
, .. , . .· ·
, d: .
'' soc.te ad es salvada cuantas veces
l , ,1nu h1,
narquía''.·_ Había rcvcludo 'luc <tquí repiílJlíca hurguesa se-
va restnngiendo
". 1, . / . , • , .. •
el
-
vírcu1o
·,
lle· s" u~. {lOHnua ' . d·ores y un
e{privalía a dcspolisrno ilimitado de una clase sobre otras rntc_1es
. .. 1' . __ . , nMS exclusivo se un¡xine ·1l
' " ' . . '1'oc1a ret-.
i11Ss a1111·l11·0
clases. Había demostrado que en países de vícjfl. civiliza- .v llll IC<lClOll, aun ele la m{ts elenw11t'tl l"'fo1·r1' ·1 i:· - .
l · · · ·l 1 ¡·1 . • y « inauciera
ción, con una formación de el ase desatl.'l.)llada, con cóúdi-
·¡ l' " .. ' {e. li wrnlismo
•. Jmguesa, , .m(is vulnar b ,
c]e··l 111"1se
'o .. 1
l. nna re-
cíones modernas de prrnhwcióu y coü una ccíncieúcia in- pu J ic<1rns~no, < e la rnas trivial democracia al mis1no tie n-
tc1cctua1, en la que todas las ideas lrndicionales se hallan po .es ca~t1ga<la corno un "atentado contrd la sociedad'!
djsue1las por un trnh1jo secuLtr, Ta re¡níblica no significa ; csl1gm'.tl1zad; . corno '.:Socialis1no". Has la que, por últi-
en ge1teral más que la forma política de la subversión Je · ¡ los ptmhfice~
n_io, . de la rcli<r1'0'11 n v e·l o1.,-l.,1-" ' e i
. ven ·uro-
se
]~( OS el~is. HHSrnos a punt_apiós de sus sillas píticas', sa-
J
la sociedad lmrguesa u no su forma consercadora de cida,
(;01110,por ejemplo, en los Estados Unidos de América, Cddos de. b cünm en rne<l10 de b noche y de la niebla
donde si bien existen ya clases, éstas no se han plasmado ernpa_9ucwdos en. coches celulares, metidos en la cárcel
todavía, sino que camhian conslctnlerncnte y se ceden
unas a otras sus partes integrantes, en movimiento conti-
f .e,11v1·a,d(~;s al destierro; de su templo uo qneda piedra so-
He p1ed1 '1, sus boc,ls son sPlladas, sus plmnas rotas su
nuo; doucle los medios modernos lle producción, en vez h:)_' '... - .. , en mmibF·· de h relin·¡'(}·
¡ .. l·desgcuTada, L · n .1·1 , te l · 1a propiect(, ·'] l
de coincidir con una superpoblación crónica, suplen más e,,
. Ll bnul1<1
• _ . . \
• del urden • Bi11·gl1cs,·s
· c.. f·Lu1,1 icos l e orel en
/t' - , ·l 1
bien la escasez relativa de cabezas y brazos, y donde, por S(m t11oteado~ en sus lmlcones por la suldmlesca embriü-
último, el movimiento febrilmente juvenil de la produc- ¡gada, . .b santidad del hogar es 1J1·of.'1i1·1c1·1 L < ' )', ~~u~. casas son
ción material, qne tiene un mundo HllCYO que apropiarse, J?~n~)arde~1d.as "co1?1.° pasatieml_lº;, en nombre de la pru-
no ha dejado liernpo ni ocasión para eliminar el viejo pKd.td, d.e LL fanulw, de la rehgwn y del orden. La hez
mundo fantasmal. de Li sociedad burguesa forma por fin la saarada t'al . v'
del.•. ',oi ·el'en, y.: ·l llerne
,
llei 1<1s como su/rndor de fo suciedad".
e·, rnpulinski" se instala b
en bs 1111,,,r
Tu-

Durnnte las jornadas de ] uuio, todas las clases y todos


los partidos se hcthbn unido en un pMtído del ord~n
frente a la dase pruktaria, corno partido de la 01wrqma,
del socialismo, del comunismo. Habían "salvado" a fa so-

26
n contra b aristocracia finandrrn, brírnbh1 mrn populari-
dad demasiado barata y prop')rcinna ba a los "lcaclíng ar-
Heanudemos el hilo de los acouleci1nicntos. tidcs".:, puritanos matcría clcmasíado abundante, para
La historia de 1a AsamlJTea l\'arional Constituyente que no se la explotase. I ,a lnugnesía industrial le estaba
desde las jornadas de Junio es la historía de la domin.ación agradecida por su defensa scr\"il clrl sistema proteccio-
t/ de la clfagregaci1ín de la frncci:in burguesa rcp11H1cana, nista francés, que él, sin embargo, acogía por razones más
~le aquella fracción qn ' se conoce por los nombres ?e re- bien nacionalcs que nacional-económicas; la. burguesía, en
publicanos tricolores, n:publ!canos puros, r<'pnhhrnnos conjunto, le estaba agradecida por sus venenosas denun·
políticos, rcpuhlica;iOS formalistas, etc. cías contra el conmnisrno v el socialismo. Por lo demás,
Bajo la monarqu'.a burguesa ele Luís Felipe'. ~sta frac- d partido del Natiunal er·a puramente rcpul;licano, exi-
ción había forrnadu la oposici(ín republicana of1cwl Y e~·~, gía que el dominio de la burguesía adoptase formas re~
por tanto, parte integrante reconocida cld munclr~ y~h.t1~ publicanas en vez ele monárquicas, y exigía sobre todo su
co de la l-poca Tenia sns representantes en bs CanHrns p::irtc ele león en este dominio. H.espcclo fl las condicio-
y un considcr~.hle c:rtmpo de acción_ en la prensa. Su nes de esta trasformación, no veía absoli1\amcnte nada
órgano parisiuo, d Natimwl, era c:ons1derado, a su i~1odo, claro. Lo que, en cambio, veía claro corno Ja lnz del
un órgano tan respetable como el Jormw7 d,es Deb?ts; sol y lo que se declaraba pó blicarncute en los banquetes
a esta· posición que o~ upaba bajo la rnonarqma constltu- de la reforma en los últimos tiempos del reinado de Luis
cional correspondía su carácter. 1No se tr~'.ª ele una frac- Felipe, era su impopularidad entre los pequeños burgue-
ción de 1a burguesía mantenida en cohes10n por grnrn1.es ses demócratas y sobre todo entre d proletariado revolu-
¡ intereses comunes y deslindada por condícioncs pecuha- cionario. Estos republicanos puros ~los republicanos
' res de producción, sino de una pandilla. de lx~rgueses, - puros son así-- estaban completamente dí~puesto~ a con-
escrilores, abogados, oficiales y func!onanos de 1c1:as ~e­ tentarse por d momento con una regencia de la Duquesa
publicanas, cuya inflnencía descansaba en las a ntipatias de Orlcáns, cuandu estalló la revolución de Febrero y
., personales del país contra Luis F elipc,_ en los rccu~.rd_os asignó a sus rcprest~ntantes más conocidos un puesto en
<le ]a antigua república, en h fe rcpuhhcana <le '.m u.c1 to el gobierno provisional. Poseían de anlemano, natural-
número de entusiastas, y sobre todo en el 1wcwnalismo mente, la confianza ele la burguesía y la mayoría dentro
'¡francés, cuyo odio contra los Tratados de Viena y contra de la Asamblea Nacional Conslituvcnte. De la Comisi1ín
·la alianza con Inglaterra atizaba c7nst:mtcrnente ;sta fr~c­ ejecntfra que se form(i en la Asai;1lú;1 1\acíonal al reu-
cü'm. Una gran parte de los pa~·udanos ~ue te.1rn: el l'ia- nirse ésta, fueron inmediatamente cxcluirh:o" l11s c 1 cnw;1:()~
: timwl bajo Luis Felipe los (lcbm a este m1penakmo re- sncí11listas del gobierno provisional, y el partid,¡ d( l l\-11-
catado, que más tarcle, b::tjo la rcp{1blic.a, pudo enfrentar- tionnl se aprovechó del estnllido de la i11su1Tccción <.k
se, por tanto, con é!, como 1111 cornpet1;1or aplas_tnnte, ~n Jnnio para dar el pns1porle a 1a Comisíán cjec11tirn, y
Ja persona de Luis Bona.parte. Comba.tia a la anstoc~·a:,rn desembarazarse <1'Í ele sm ri\·a1es rn:i.., afinr-s, lo~ rf'¡nilJli-
f iutrncicrn, corno lo hada todo el resto de la opos1c1on
burguesa. La polémica contra el p~·(-'Supuesto, qnc en
Francici se hallaba dircclauwnfe rC'lac10rnH1a con la lucha

29
28
en el punto electoral. La antígua orguuizac1011 ü<lminis-
trativa; rnnnicipal, judicial, militar, el¿._ se mantuvo intac-
ta, y allí donde la Constitución la rnoc1ifícó, estas modifi-
caciones afectaban a 1a etiqueta y no al contenido; al
nombre, no a la cosa.
El inevitable Estado l\fayor de las libertades de 1848,
.la libertad personal, de prensa, de pahtlmt, de asociación,
de reunión, de euscifauza, de culto, etc., recibió un uni-
forme coustitucional, que hacía a éslas üwulnernbles. En
efecto, cada 11nu de estas libertades es prndarnada como
el de1·ccho absoluto clel ciu!.lndano francés, pero con un
cornentnrio adicional de que estas libertades son absolu-
tas en tclnto en cuanto no -son lünitaclas por los "derechos
iguales de otros y por la seguridad pública", o bien por
"leyes" llamadas a armonizar estas libertades in<lividuales
entre sí y con la seguridad pública. Así, por ejemplo:
"Los ciudadanos tienen dercd10 a asociarse, a reunirse
pacíficamente y sin armas, a formular peticiones y a ex-
presar sus opiniones por medio de la prensa o de otro
modo. El disfrute de estos derechos 110 tiene más límite
que los derechos iguales de otros u la segurídad púl;lica"'
(cap. II de la Constitución francesa, art. 8). "La ense-
úanza es libre. La libertad de enseñanza se ejercerú según
lus conclidones que determina la ley y bajo d control
supremo del Estado" (lugar ciL, art 9). "El domicilio de
todo ciudadano es inviolable, sulco en las condiciones pre-
vistas por la ley" (cap. II, art. 3). Etc., etc. Por tanto,
la Constitudón se remile conslauterncntc a futuras leyes
orgdnicas, que han de precisar y poner eu póctica aque-
llas reservas y regular el disfrute ele estas libertades ili-
mitadas, de modo que no choquen entre sí, ni con la se-
guridad pública. Y estas leyes orgánicas fueron promul-
gadas mús tarde por los arnigos del orden, y todas aque-
llas libertades reguh1das de modo que la burguesía no
chocase en su disfrute con los derechos .iguales de Jas otras
clases. Allí donde veda completamente "a los otros" esta~

31
30
libertades, o consi'.?nle .~u disfrute bajo condidones que
son otras tantas celadas policíacas, lo hace siemprP, pma de los poderes cnnstitucionalcs, como Guizot llamaba a
y exclü~ivah1erife, en interés (Je la "seguridad pública", es las :·arno.rrns yar1arncntarin~ entre el Poder legislativo y
~lecir, de la seguridad. Je Ja. burguesía, tal y corno lo or· d ewcntn 0, niega en la Conslilucióu de 1848 constante-
dena la Constitución. En lo sucesivo, ambas partes invo- nwnlc "vn bat)(Jfü'''. Di-' u11 lado, 750 representantes del
can, por tanto, con pkno derecho, la Constitución: los pueblo, ('lq::i:i(los pnr sufragio u11iYfT>al y reelegible.<;, que
amigos del orden, al anular todas ar1ue11as libertades, y forman una c\sarnl1Ju1 ::-.;-acional no fisrnlizahlf', indisc)lu-
los clcm6crntas, al exigirlas todas .. Cada artículo de la b~e E' índivisilik, uua Asamblcn Nacional que goza de orn-
Constitución contiene, en efecto, su propia antítesis, su mpotcncm legisla tn·a, que decid(' en últ imrr ínstanci:i acer-
¡xopiá. cá~1¡-tra alta y su propia cámara baja. En la fraso ca (le la guerra, de h paz v ele los tratados comerciales la
gcnE'rnl, la lib(~ifa<l; eú d comentarío adicional, la anula.~ única <J'.lf' ticlle el derech(<) de amnistía y que con su per-
J:ión_ dc.Ja. l.il)s:r~ad, Por tanto, mientra.s se rnspetase el maiwnL·rn m·11p:c consta ntcmc11lc el primer plano de la
nombre de 1a libertad y sólo se impidiese su aplicación escena. De otro laclo, d prr.~ickntc, con todos los alribu-
rrnl y efectiva -por la vía kgal se entiende-, la exis. :os del Pmh:r .regio, ~·on facultades p:irn nombrar y sepa-
t(•ncia constitucional de la libertad permanecía íntegra, i~r ~1 sns rnm1stros, rndcpcndi('ntcnwnlc dC' la Asamblen.
intacta, por mucho riue se asesinase w existencia común I\acrnnal, con todos los medios dd Poder cjC'cuUvo en
!! corriente. sns manm, sicrnln el qn(' (listrih11yc todos los puestos y el
Sin ernhargo, esta Cm1stitución, convertida en ínviola- fl11f>, por tanto, rlecidc en l'rmwia la suerte clP más de
hle de un rnoclo lan sntil, era, corno Aquiles, vulnerable mill1\11 y nwdio c]p Pxistcnci:is, (1ue dependen de los
en nn punto; no en d talón, sino en la cabeza, o mejor 500.üí'.0 fimciomnio-" y oficiales de todos los grados. Tie-
dicho en ]as clos cabezas en que culminaba: la A<Mm1Jlea 1w .lxqo s1.1 rnamlo .todo el Poder armado. Goza del privi-

Legislatica, de una pflrtE', y, de otra, el presidente. Si se lc~1n lle imlnlhu mdivid11alrnente a los rlelincuentes, de
repasa la Constitiwión, se verá que los únicos artículos ck¡nr en snspen'.:'o a los guanlifls nacionales, ele destituir,
absolutos, posítinis, indiscutibles y sin tergiversación posi- ele acuerdo con el Consejo rle Estado, los consejos gene·
ble, son los ctue determinan las relaciones entre el presi- ra~es y c'.mlonalcs y los ayuntamientos elegirfos por los
dente y la Asamb1ca Legislativa. En ef ccto, aquí se irnsrnos cmdadanos. La 1niciatiya y la dirección de todos
trataba, para los republicanos burgueses, de asegurar su l,os lra.tndos con el f'xtrnnjerr1 son facultades reservadas a
propia posición. Los artículos 4.5 al 70 de la Constitución eq_~I1entrns que la Asamblea Nacional actúa constantc-
están redactados de tal forma, que la Asamblea Nacional 1.ncnte Sj:ip_tg~Ji}.~.Ja_!;ilas; :expuesUl a Ja Júz deldÍa V a ]a
puede elirnínar a1 presidente ele un modo constítiicional, :::ritica pública, el presidente lle-va una vida misteriosa
mientras que ri presidenle sólo puede eliminar a la Asam- r;:n Jos Campss Eliscos y, además, teniendo siempre eía-
blea Nacional inconstitucionalmente, desechando 1a Cons- vado t'n los o¡os y en d corazón el articulo 45 de la Cons-
titución misma. Aqu1, ella misma provoca, pues, su -t·i·h~;:ión~ q11e le grita un día tras otro "f rcre, il f aut mou-
Yiolcnta supresión. No sólo consagra la cliYisión ele po- 111 I ¡fu prnlcr nc:ih1 el segundo domingo del hermoso
d~'ffS, corno Ja Cmta Constítucional de 1830, .~in11 que la
extiende hasta una contrn<licC'ÍÓn insostenible. El iueg<• 0
''Fr(,1e, il frrnt mourir!'' ( ¡H('nn;mo, hay q11e morir!). Pn-
bhr¡¡~ ('On r¡1.1r 5('C'alucfohan enti-(' »Í los mkmbros de la orden de
32
33
mes de mayo del cuarto afio dl' lu elección! ¡Y entonces, Tetis'. ~a diosa del mar, había profdizado a Aquiles
todo este esplendor se ha acabado y la función no puede que rnorma en b flor <le la juveutnd. La Constitución
repetirse, y si tienes deudas mira a tiempo cómo te las q:~e tiene s,u punto vulnerable, como Aquiles, lenÍa tam~
arreglas para saldarlas con los fi00.000 francos que te bien eomu este el presentimiento de qne moriría de muerte
asigna la Constitución, si es que acaso no prefieres <lar con prematura. A los republicanos puros comtituyenles les
tus huesos en Clichy al segundo lunes del hermoso mes ~mstaha cnn _cd1ar desde el reino <le nubes de su repúbliea
éle ntayo! A la pür que asigna al presidente el Poder efec- K~eal una mirada al rnurnlo profano, para darse cuenta de
tivo, b C011stitución procura asegurar a b Asamblea d>mu a medida que se iban acercando a la consumación
Nacional el PoL1er moral. Aparte de <1uc es imposible de sn gran obra de arte legislativo, c:rec:ía por días la in-
atribuir un Poder moral mediante los artículos de una ley, sokr~cia de los monárquicos, de los bonapartistas, de los
la Constitucii'in aqni vuelve a anularse a sí misma, al dis- (~emoc:ratas, de los comunistas, y su propio descrédito,
poner que el presidente será elegido por todos los frnn sm t_¡ne, por tanto, Tetis necesitase abandonar el rnar y
ceses rncL1ianlc sufragio universal y dln·do. t>.lientrn" qnc confiarles ~l secreto. Intentaron salir aslutarnente al paso
los votos <le Frnncía s¡~ dispersan entre los T·O di'.''ltado:; de la fatalidad con, un ardid constitucional, mediante el
de la Asamblea Nücioual, <l(} llt se concentran, pnr el artículo 111 de la Constitución, según el cual toda pro-
contrario, en 1111 solo individuo. ~lientras que cadn Hno puesta de recisíón constitucional ha de votarse en tres
de lm reprcseulanlcs del pueblo sólo representa a es''° debates sucesivos, con un intervalo de un mes entero enh·e
o a aquel partido, a esta o aquella cindad, a esla o a(1ue- cada debate, por las tres cuartas parles de votantes, DOr
lla cabezü de puente o incluso a b mera necesidad de lo menos, y siempre y cuando que, además, voten 110 ~ie­
elegir a uno cualquiera que haga el número de los 7GO, nos de 500 diputados de la. Asamblea Nacional. Con estP
sin parar miellles minuciosarnenlc en la cosa ni en el no !1acían más que el pobre intento de ejercer como mi·
hombre, él es d elegido de 1n nación, y el acto de su 11or;a ~porque yü se veían proféticamente como tal~ uu
elección es el gran triunfo qne se juega uua vez cada poder que en aquel momento, en que disponían de la
crnltro años el pueLlo sobern110. La Asainblea Nacional mayorht parlarnentaria y de todos los resortes del Poder
elegida está en una r('lación metafísica con la nacióu, del gohierno, se les iba escapando por días de las débi-
mientras que el presideute elegido cslú en Ulla relación les manos.
personal. La Asamblea Naciuna! representa sin duda, en Finalmente, en un arlÍl:uiu melodrmnático, la Cons-
sus distintos diputados, las inúltiples facetas del espíritu titución se confía ''a h vigilancia y al patriotismo de todo
nacional, pero en el presidentn se encarna este 0spírilu. el pueblo frnw:es y de todo francés por separado", Lles-
El presidente pmee frenle a ella una especie de derecho pues, que en otro art1cu' 1o anterior había entregado va a
divino, es presidente por la Gracia del Pueblo. los "vigilantes" y "palr.iotas" a los tiernos y erirninalísÍmos
cuidados del Tribunal Supremo, "ffante Cour", creado
expresamente por ella.
los monjes católicos lrapeuws. La mJen de lm Lrapemes, que" Tal ern la Coustilución de 1848, que 110 fue derribada
surgió en 166-1, se caracterb:ak\ pnr uuo:> estatutos :;everos y h el 2 de diC'lcrnbre de 1851 por una cubeza, sino que se vino
forma de vicb a;;c:élica de sus miembro,;. (Ed.)

34
a tierra al con Lacto de un simple sorn brero; claro que este rrcncia, con tanta rn;1ynr razón r:uanto rp1P ele cslr modo
sombrero era el tricornio napoleónico. podían <'Spcrar tarnhic'.n una mejor recompensa por sus
11ientras lr}s republicanos burgueses de la A~amblea altos scr\"ici1y;, miH1lras q11P limi!{u1dosr: a decretar ncrió-
se ocupaban cn cavi1ar, disentir ;· votar esta Constilu- dicanwnlc el estaclo de sitin ,- a srrh·ar !ransitoriaim~n!e a
ción, Cavaignac mantenía, fuera de la Asrrrn h1ca, el estado la sociedad pnr cncarg11 dC' ~sta o ar¡11clb fracción ele la
de sitio en Fnrfa. El estado de silío en París fue el coma- burguesía. se conseguía pncn rlc s<ilídnc hwm de rilgnnos
drón de la Conslituyente en sus el olores republicanos (lel muertos y lwrü1ns v de ctlgnnas 1rnw1 ,,, arnistosa5 ele bur-
parlo. Si rnús lanle la Constitudrín hw muerta por hs gueses. /Por 11u<: el elemento militar lHJ poclfa iugar por
bayonclas, no hay cpw olvidar qnc tambié>n había sido fin ele una vez al cst<vlo ele sitio en q¡ propio interés y
guardada en d v.ientre rnalcrno y lraícla al mundo por para su prnpin lwncfkio, si!iHndo rrl mismo Ucmpo las
las bnyonc!as, por lJayonPtns vncltns contra d pucblr:i. Los bolsas burguesas? Por 10 d crn:1s, un ohülcmos. d.igúmoslo
antcv1sados de lns "republic1nos honcstm" habían lwd10 de pnsacla, que el cm ond Benwrrl. aquel misn)o presi-
dar a sn sírn bolo, lrr b::mclcrn trícolor, la Yne11ri por Euro- dente dr la Comisí<Ín mililrrr que hajn Cavaignac ayudó
pa. Ellos, a su vez, hicieron larnbif-n im imento c1uc se a mandar a la d('por\acü'n1, sin inicio, a Fi.000 insurrectos,
abrió por sí mismo paso por todo el continente, pero re- vuelve a hallarse en este rnorn('nto a 1a cabeza ele las
tornando a Francia con amor sic1nprc renovado, hasta Comisiones militares r¡ne nctúan en París.
que acabó adquiriendo carta de ciuclmlanía en la mitad Si los repnh1icanos "l11mPstos'', los rcp1.1 blicanos puros,
de sus dcparlarnentqs: el cstorlo de sitio, ¡Magnífico in- plantaron con el Pstado ck sitio ele París el y)vero en que
vpntn, aplicado periódirnrnente en cada una de las cri- lmbían de niarse los prC'tnrianos ,, clPl 2 d1' diciE'rnlJw de
sis sucesivas en d curso de la reYoludón francesfl.i Y el 1851, merecen en camhio r11ic .se cnsnkc en ellos el qu<',
cnnrtel y el vivac, puestos así, periódicamente, por enci- kjos ck exagerar el sentirnÜ'n!n naC'ionn 1 C()tno ha hían he-
ma de la sociedad francesa pnra aplastarle el cerebro y cho bajo Lt~is Fdipc, a.hora, nrnidn disponen clel Poder
convertirla en un sf>r trarn1nilo; el sable y el mosqut>tón, de la nación, sf' anrrstrnn a los pies del extranjero, y en
que pcri(idicamcnlc n:gcnta han la justicia. y la n.clminis- vez ele liberar a Halia, hac-cn que.' \tH'lvan a ocuparla los
tración, ejercían tutela y censnrn, hacían fondones de po- austríacos y los napolitanos. La elección de Luis Dona-
licía y oJicíu de serenos; d bigote y h guerrera, que se partc corno prrsi(1cnte, el 10 (le dicíern11re ele 1848, puso
preconizaban periódicamente como la sabidnría suprema fin a la clictmlma de CaYaignac y a la Comtitnyenk,
y como los rectores de la sociedad, ¿no knírm ncces<1ria- En ei artículo 44 de la Corn;tit11ción, se díe'e: "El prc-
rncnlc d cuartel y el vjvac, el sable y el mosquetón, f'l sicknte ele la R0pública Francesa no dcber:'t haber perdi-
bigote y la guerrera, que clar por 1íltimo en la ocurrencia do nunca la dudadnnia fr;1nccsa". El primer presidente
d_e que era mejor salvar a la ~ocicclad de una n'Z para de la República FrancC'sa, L. N. Bonapar!c, nn sóln había
siempre, proclmnamlo su propio n'.:gimen como d rn{is pPrclido la ciudadanía france.;a, no c;(1]0 había siclo agente
alto de todos y dcscarg:arnlo por completo a 1n sociedad
burguesa del cuidado de golwrnarsc por sí misma? El 0
Prdmianoo:. En la Antigua Horna 'tell:m1ah1 rrsí a la gtrnr-
cuartel y el vivac, d sable y el mosfttlctón, el bigote v di'1 per.,onal de los jefes militares o Empn;vlure>, (l\l(" era man1T·-
la guerrera tenían necesariamente qnP dnr en est<1 octi- nida por ésttis y gozabrrn rlc clHintos pri, ilegios f Ed.)
0

37
especia! lle la policía inglesa, siuo que era incluso ün suizo
in' mahzado. tal, habúm encontrado la fonnn de gohil'rnn haio la ciml
Y~t he expuesto en uln¡ lugar b significación de las podían dominar conj11ntame1ite. Ya la insurrección de Ju-
elecc10nes del 10 de diciembre .. \Jo he de volver aquí nio los había uni<lo en las fflas del "partido del orden''.
sobre <":to. Baste observar 11ue fue una reacción de fas Ahora, se trataba anlc todo de elilllinar a la pandil1a de
cam¡Jes11ws; que habían kuido que ixigar las costas de Im republicanos burgueses r1uc ocupaban todavía los es-
b. r.~voluci(Jn de Febrero, contra las demás clases de la eaüos de hL /\sunlilea 1-..;ncional. Y todo lo que estos
nacw~~· una reacció11 del ca lil/){) contra la ciudad. Esta republicanos puros habían tenido de brutales parn ahusar
reac~1cn encontró grau e<·o en el ejército, al que los re- de la fuerza fís ic·~l cnntrn el nue1llu, lu tuvieron ahora
pu bhcanos del Natio11al 110 lrn híaH dado fama ni <Hlinento clt, cobardes, de p11silá11irnes, el~ tlu iidos, de alü.:aídos, de
de sueldo; entre· la gra11 hurg11esía, que saludó en Bona- incapaces de luchar para mautener su republicanismo y
pa.rllé el pm~nte haci;l la n 1uUclff[ uía; t'll 1Te los pruletaríos su derecho de legisladores frente al Poder ejecutivo y los
Y los pequenos burgueses, qne le saludaron corno nn azo- rnmúrqnieus. No tengu por qué rebtnr aquí la historia
te para Cavaígnac. '.\lás adeLtt1te he de tt'ner ocasión ffo ignominiosa de su liqni<lacióu. No cayeron, se acabaron.
examim.t~· más en detalle d papel de los carnpe~inos en la Su historia ha terrnirn1<lo para siempre, y en el período
n:volueton francesa. siguiente ya sólo Figuran, lu rn;~rno d eulrn q 11c fuera de
La época que va desde d 20 de diciembre de 1848 la Asarn h1ea, como n'cuerdus, reuu·nlos q uc parecen re-
hasta h dis(!lución de la Constituyente en mayo de 1849, vivir de nuevo tan pronto comu se tnlla del mero nornhre
abarca la h;isloria clt'l ocaso de los rqmblicanos burgue- de Hepúbliea y cuantas v~ccs el conflicto revolucionario
ses. pespucs de haber creado una república para la bur- amena''ª con <lescemlcr liasla el nivel más bajo. Diré <le
guesia Y de haber expulsado del campo ele ludia rtl pru- pasada que el perit'idico que c1io sn nmnbre a este partido,
let,a~·mdo revolucionario y a la pequeiia burguesía <lemo- el National, se pasó eu el perÍoLlo siguiente al socialismo.
cr~lt1ca, reducida provisionalmente al silencio, se veH ellos Antes de tent1iuar cun este perím1o, tenernos que
mismos ~mestos al margen por la masa de la burguesía, echar todavía una l~~i!:~il.-~~12.!::S.!}>'.!l.ª los dos poderes,
(llte con ¡usto derecho ("mhnga a esta repúblic<! corno cosa uno de los cuales anuló al otro el 2 de diciernbTe de
<le. stt propiedad. Pero esta masa burguesa era monár- 1851, mientras que desde el 20 de diciembre ele 1848
quica. Una parte déc din, los graneles lerratenieutes, babia hasta el retiro de la Comliluventc vivieron en relaciones
d~rninado bajo b Hestuw11ció11 y crn, por tanto, legiti- maritales. Nos referimos, de, un lado, a Luis Bonaparte
rmsta. La olrn parte, los aristócratas financieros y· los y, de olru lado, al par lid u de Los 111onárq uicos coligados,
grandc.s imluslriales, había domína<lo hajo la mornm1uía al partido del orden, al partido de la gran burguesía. Al
de Jul10, y era, por consíguíenk, orleanista. Los altos tomar JY)Sesión de la presidencia, Bmmparle formó inme-
dignatarios del Ejército, de la Universidad, de la I!c;lesia diatamente un ministerio del partido del or<len, al frente
del Foro, de la AcadLclllia y de Lt Prensa, se reparlí~n en~ dt:l cual puso a Odil011 lhrrnt, que ern, nótese bien, el
tre ambo~ i::~~rnpos, aunque en distinta prnporeiún. Aquí, antiguo dirigente de 1a fracción rnús liberal de la bur-
eu la rcpublic.:t burguesa, que no ostentaba el nombre de guesía parlamentaria. Por fin, el seiíur Barrot había ca-
Bor/Jón ui el umnhre de Orfeáu1;, ~inu el nombre de Capi- zado la cartera ele ministro cuyo t>spedro le perseguía
desde 1830, y rnás aún, la presidcncht del ndnislerio; pero
38
31)
no, como lo habia soüado hajo Luis Felipe, cmno c1 jefe ele lorlas co;las im'cctivas contra el Poder lcgisbUvo, se
m~s. ,avanzado de la oposición parlamentaria, sino cm1 la las aprendió tlc memoria y, el 2 de dicicmb~·e de lS51,
mision de mahn un parlamento y como rdiado ele todos demostró a los monárquicos parlamentarios que había
s~is peores enemigos, lns jC'suitas y los legitimistas, Por aprovechado rns h'cciones. Hepilió co11 lr1 ellos ·sus pro-
~u1, pud~ Cl~Sarse con ln novia, pno sólo después de que pios tópicos.
est:: h~b1a siclo )'.ª p:·o:;tituida. En cnanto a Bollaparte, se El mi.ni.~terio Barrnt y el partido d,~¡ orden foeron más
ccl1psu ~~n apancncia totalmente. Aqrn:-1 partido actua- allá. HiC'jcron que de toda Francia se dirigi('sen solici-
ba por eL · hu1es n la A.wnn/1len Nacional pidiendo ::1 ésta muy ama-
~'<~ .en el prínwr consejo de ministros se acorcló la f'X- blemente que se retirase. De este modo, lanzaron a la
pcdicwn a Homa, _qu? se c01wino en realizar a espaldas batalla contra la ;\c;amblca Nacinrnil, expresión constitu-
de la Asarnhlca Nacrnna1 )' arrandnclolc los medios fí- cionalnwntc organizada del pnehln, s110: 111asas no orga-
1w.ncicros bajo nn pre!cxlo falsP. Así conwnzó 1a cosa nizadas. Ensciíaron a Bonaparte a apelar ante el pnehlo :~
f'Stafando a la Asamblea Nacionnl y con una cornpíraciói; contra lns asambleas parlamentarias. l'or fin, el 29 de
secreta. c~m las potencias absolntistas extranjeras contra enero de 1849 lkgó el día en (llle 1n Cons1itnyente había
la repubhca revolucionaria romana. Del mismo morlo v de resolver el problema (]e su propia disolnción. La Asam-
con l~ .misma maniobra, Bonapnrte preparó su golpe dd 2 hka Nacional se encontró con el edificio en que se cele-
de d1cw1~1l)~e con1rn la Asamblea Legislativa monárquica braban sus ~csioncs ocupado militarmente; Changarnier,
Y sn.rcpuhllC'a constitucional. Nn olvidemos que el mismo el general del partido cld orden, en cnyas manos ~se con-
partido, que el 2l) de diciembre de 18,43 formaba el mí- centraba el mando s11prernn sobre la Gnanlia Nacional y
ni.~nio de Bonaparte, formnha el 2 de tlidcmbre de las tropas de línea, celebró en París nna gran revista de
18c:d la mayoría de la Asamblea Nacional Legislativa. tropas, como en vfrpcras de una batalla, y lns monárquicos
l ,a Constitnycnte había acordado Ct.1 agosto no disol- coligndos declararon eomninatorinmcnte a b Consti111yp11-
ver.se hasta dcspn,?s de cbhorar y promulgar toda una te, que si no se rnostrn ba ·snmisa, se e111pkaría la fuerza.
sene de leyes organirns con 1pkrnc11tarias de la Constitu- Se mostró sumisa y regateó únicamente mi plazo brevÍ··
ción. El partido dd orden )P propuso el R de enero de sirno de Yida. ¿Qué fue el 29 de enero sino el golpe de
184?, por medio del dipntado lhte::rn, no tocar las leves Estado del 2 de clicicrn lnc ele 1831, sólo qne ejecutado por
organicas y acorc~ar más bien su propia disol11ci611. ·No los monárquicos juntamente ron BrmapartP contra fa
sólo el ministerio, con el señor Oclilon Barrot a la calwza A.samblea Nacional H'publif'ana? Aquellos sefiores no ad-
sino lodos los di.¡mtados rnon>hqnicos de la Asamblea. Na'. virtieron o no quisieron advertir qne Bonaparte se \'alió
c.i<mal le hicier;m sal:;r en este momento, en tono ímpcra- del 29 de enero ele 184() para hacer que desfibse ante él,
hv,o,. que su d 1sol11?10n era necesaria para restablecer el por las Tullrría~, mm parte de las trnpas y se agarró
~Ted1'.º: para consolidar d orden, para poner fin a aquella ávicbmente a cstfl primera demostración pública del po-
mckfimda situación provisional y crear un estado ele ~osas der militar contra el podPr parlamentario, para hacer a]u-
definitivo; se le dijo qm' entorpecía la actividad del nuevo sión a Calígula. Claro está qnc ellos no ye[an más que
gobierno ,Y sólo procuraba alargar su vida por rencor, a su Changarníer.
que el pais estaba cansado ele ella. Bonaparte tomó nota El moti yo que llevó espu'ialnwntc a1 partirlo dd orden

4.1
a aeorlitr viuk;nl<t!llentc la \·ida de la Cl!b~Ju) c1de íuc-
ron las leyes orgánicas complementarias ,_\· L Cuustitu- y, apoy(u1dose en la Cunsiituci{Jll, L"l'<11Lirió a un coronel
ci6n, corno la ley de cnseüanza, 1a ley de cnlto~, etc. A con su regimiento, el corunel se negó a obedecer e invocó
los monárquic:os coligados les inlercsalia c·n cxtre1no hacer la disciplina y reiuítió a l\brrasl u Clmngarnicr, quíen
ellos mismos estas leyes y no dej,1r qtte LL hic:iesf:11 los le dcspidíú sanlónic~1mcnte, diciéndole que 110 le gusta-
republicanos ya recelosos. Entn, estas leyt·s org:rnicas fi- ban las "lirúouneltes iHtelligentcs" ". En noviembre de
guraba tamhíén, sin ernbargo, una ley sobre h respoma- 1851, cuamlo los rnonúrquicos colíga(los quisieron comen-
bilídad del presidente de ln república. En 1851, la Asarn- zar la lucha decisiva contra Bouapartc, intentaron, con su
blea Legislativa se ocupaba precisumente de lü reJaceión célebre proyecto de ley sobre los cuestores, hacer pros-
de esta ky, crn1ndo Bonaparte paró este golpe con t·l golpe perar el principio de 1a requisición directa de las tropas
del ? de diciein hn-. ¡Qué no hu hieran dad u los mou{uqui- pur el presidente de b Asamblccl Nacional. Uno de sus
cos coligados, en su campafüt parlamentaria del invierno generales, Le Flú, había suscrito el proyecto de ley. Fue
de 1851, por haberse encontrado ya hecha la ley sobre la inútil que Changarnicr vot~1se en favor de la propuesta y
responsabilidad presídcnciall ¡Y hecha nd.em{ls por una que Thíers rindiese homenaje a la circunspecta sabiduría
Asamblea desconfiada, rencorosa, rcpu blicana ! de la antigua Constituyente. El ministro de la Guerra, St.
Después de q 11e la rnisnia C:onstiluyente había roto el Anwud, le contestó corno Changanúcr había contestado a
29 de enero de ]3,19 su úllirna arma, el ministerio Barrot y "t\Iarrast, ¡y entre los grilos ele aplauso de la ~vlontaña 1
los amigos del orden la aco~;:1ron a muerte, uo dejaron por Así fue como el mismo partido del orden, cuando to·
hacer uacfa que pudiera humillarla y arrancaron u su debi- davía nu era Asamblea Nacional, cuando sólo era minis-
lidad y a su falta de confütn'la en sí rnisrna leyes que le terio, estigmatizó el régimen parlamentario. ¡Y pone el
costaron el último residuo Lle respeto de que aún gozaba grito en el cielo, cuando, el 2 de diciembre de 1851, este
entre el público. Bonapark, con su idea fija napoleónica, régirnen es desterrado de Francia!
Jnc lo suficienlenwnte audaz para explotar públicamente ¡Qne lleve feliz viaje!
esta degradación dd poder parlamentario. En electo,
cuando el 8 ele mayo de 184.fl !a As,trnblea Nadunal dio
un voto de censura al gobierno por la ocnpación de Ci- lU
vitavecchia por Omlinot y ordenó que se redujese la ex-
pedición romana a su supuesta finalidad, Bonaparte pu- El 28 de mayo de 18-1\J se reunió la Asamblea Nacional
blü.:,l en d 1\lonlteur, en la tarde del 1nisrno db, una carta Legislativa. El 2 de clicieuibre de 1851 fue disuelta por
a Ondinot en la rpw le fdícita por sus l1croicas hazañas, la fuerza. Este período abarcct la. vída de la república
y se presenta \"a, por oposición a los eseritorcillos parla- constitucional o parlamentaria.
mentarios, corno t l ge11erusu protector del ejército. Los
0
En la primera revolución francesa, a 1a dominación
monárquicos, al ver tsto, se sonrieron, creyendo sencilla- de los constit11ciot1ales sigue la dominación de los giron-
mente que habían iogrndo ern baucarle. For fin, c:uundo dinos, y a la dominación de los girondinos la de los faca·
Marrast, presidente de la Comtituyente, creyó en peligro
por un mcmwnlo lü S( guridad de la Asarnble<t Nadonal,
0

º ··La,; bayo11diis iuteligeutes.'· ¡Ed.!

43
una \ lontaüa qm' Pncuentrrt su m1sHm en h resignación
.hinos.
- lCada- nno ele estos ¡iartid
. is
L. J~, .,1p11·.,,,1 ,
en d nns y jl'\l'él lo~ Q;"l1ws r1 e sn~ ckrrota<¡ rrcc:nitcs con la profo·
a.\ anz~~. o. fau pronto como ha irnpuhiclo .b reY· dnci1'.'l' de Yic\ori:1< l.u' 1r:1<: nH n:ín¡11i·. ,,., qnc son los patres
1

lo suhucnte para no ¡;Pd·'r


l ·~ ~ , J ·-·· - -'"" seer.
. _ ·0 i1i1·l·1
· ~, ~
·J n.1('.'J'¡t-¡c..-; J.">t·,,-,
- HHH'.10 .- - /'iY·1ri¡1!i." de hi r:púhk:c _ c;c Y'" obHg;.idos por b
¡m( u cma 1ez,iil1. es clc'>plazado v crn-hdn ·t h ''' ·1·1 i. c!\.1.1.wí1i11 a rna11!! '\1'1" f'.11. d ('\' ;) !ac (linastías rc:tlcs
na por d -lli·· ·l , . , ., . 1 - . · ' - ,.11 o.:
_, . . ~ ' ,H 0 mas m,i Ppicn que esta dctrús de ¡:"J. La en pugna, de qu<.: '011 part idnrins. ' 'os1cncr en Fnrnci11
iunlu('JOn SP muen' de· r,1·r
ccnsional. · · ,,ne\ , 10 _
en llll scnl ido as- la rq¡ública, a la c¡rn: odia11: 1111 p,,dcr cjec11livo que cn-
cn('ntra cu Sll mbma dPhílidad '\I fnc.rza, y s11 respc\11·
- En la rcrnlncíún de 18-!S (-'S al rcYé~ El . -¡. I1 bilidad en 0] desp1Tdo que inspira: 11 nrt república que
]da·· · . . , ·· · P·ll 1c 0 pro-
.. '~1.'.J. '~P·u::cc cnrno. n.!Jendice (le! pequcfioburgués-dc- no PS mAs que la infamia cornliinrufa ele clns monarquías,
1ln;Ju '.1~1u'.'. Lste ~k traiciona :·· cnnlrilmye a sn derrota el la cfo la I\f'Stauración y la de Julio, ccm una etiqueta im-
.:6 c~c. <tb111, el ~'J de mayo y en las jornadas de Tunio. A perial; alinnws cuyR primera clónsnh es la SPparación;
su H.Z, el partido clemocditico se apoya sobre Íos ho luchas cuva primera kv es la irnlecisión; en nombre de
1

brns . del ¡ rcpublieano·-lrnr«u,is


· · · "' ,.. · ·1\ 11 ',., 1Jas,
' , ·se.· r. onsic · · 1rran
· m-
se- la calina ;ma agitaci(in (h•scnfrc11ada y vacua; en nornhrc
guios, os rqmblicano~ burgueses se saC'nclcn ,l . l ·' ·t de la rC\·olución los más solemnes serm01ws en favor do
ca1narada , s , ., .. ( 1110 es o la tranquilidad; pasiones sin verdad; verdacles sin pasión;
. -. } . e ,.po; ,m a su ve?. sobre los hombros del
partido del orden. El partido del orden leva 1! . l héroes sin hazaíias heroicas; historia sin acontecimientos;
bny; j ,·, , _,. ] . . · · el a S!TS lOJTI·
·un proceso cuya única fuerza propulsora parece ser el
., e CJl ca( i a os icpnblwanos 1)1ffcr , _ 1 1 _ l
t , · ,t. . . "¡ · ' . bncses e anc o 'º _
~1~ '.1s y s,: .t'.1, a su vez, a los l~mnhros del Poder annado. calendario, fatigoso por la sempiterna repetición de lcn-
~. cu«ndo ti(' f. que -esta loclavia scnlado sobrP esos horn- sioiws v relajamientos; antrtgonísmos que sólo parecen
¡ una· . buena. manana SP cnct1"11t1·"
·.1, os, '" " co11 · - Clltc, l.os tnorn l)ros exallars"e peri6tl icamente para embotarse y decaer, sin po-
Sf. • 1an ] convertido
_J , en baY01w!as
· .' · , · • C·1(l"
,_ " ~a 1-t-rel o e·l a coces
I" der resolverse; : c~fuerzos prctenciosamcnle. ostentados y.
por
l ,¡ e eti,1s , al c1ue .em11u¡a · - lnc;" '· "' "· "el (•la11t
' ' e Y. se apovn. por espantos burgueses ante el pdigro .dd fin del mundo y al
e e anlf' en el partido que tira para atrás. No es .- t.·-. niisi110 tieái1}0 los sak1dores de éste tejiendo las más mez-
<1ue e t 'l' l · · · . exiano
. . 1.1 es a rK icu a postura, pierda c1 ec111ill . _.
venª't a r º . .. . t. _ . ·
' ,
Jll 10 ! se
qnÜHl~ intrigas y comc(lias palaciegas, que en su "laisser
, . o' "l<I~« u.1 ie exlranas cab1v)las, drspués de hacer aller"' 0 " rccnrrdan más que el Juicio Final los tiempos
] ,1s rnucc_ dS . mev!la
. bles · De · - este · · Jlln(lr¡
· - . , ]·1 ' i·e.vo - 1uc10n . , se de hl Franela;. el genio colectivo oficial de Francia ultra-
mueve en sentido descendente. En este rnovín1iento de re- . jallo por la estupidez ladina de un solo individuo;. la v-o-
troceso
. . .. .se: encnc . . . n l i,1 ., t oc1avia ' antes ele desmontarse· Ja úl- luntad cokctiya ele la nación, cuanlrts veces habla en el
tima• harneada
l • de
., Febrero 'V de comtitui1·sn ... . ' '· Vn] pl.·JJ11Cl. 01 ; .· sufragio nniyersal, busca su expr(-'siün adccum1a en los
gano e e anlont ad revolucionaria. enemigos empedernidos ele los intPreses de las masas,
, .El_ perísdo q'.1e te1wrnos anle nosotros abarca h mez- hasta que, por úHirno, la encuentra en la tozudez de un
c:otrn~a .~1a~ abigarrada de_ clamorosas contradicciones:
c~ms~1~uc1:i;Mles que conspuan abiertamente contra la
~'.on;t1luc101~, rev-olucionarios que confiesan ser constittb " Los semH1ore~. (Ed.)
c1orM!es, utM Asamblea Nacional que quiere ser <) - <* Dcsprcocn¡rnción. (fa/.)
lt'nte. y 110 e1c1,1 "· el e. se1 . m. un solo momento parlamentaria; ·· rnrnpo·
45
44
f'iliLusLcro. Sí hay pasaje J, I 1 .... ·. . los poderes <lel Estado, y halláLase fortalecido moralmente
sobre fondo gris e·· ' l cIJ a ustoua prntado cu gris
' ~ es e. · ombres , t · · pm las elecciones generales que hacían aparecer su domi-
aparecen como un Schl º 'l 1l" . 1 . y acon cc11111entos nación como voluntad del pueblo, y por lo. victoria simul-
lwas que han )ei·di'(l<l .1 s· emi <l a mvers·1 ,
1 < llS CUCl'i)OS 1 a · · . <, como] so111-
., tánea de la contrarrevolución en to<lo e1 continente
paraliz·1 a sus . · .
· p1 opios portadores , . , ¡
· · · '' mi:,ma
l . . _ revo. uc1on
• < '
0 europeo.
paswnal a sus advoi·sa- 1.1.C)º . )' } dso e ola de v1olencia
" c. • .,, cuan· o I)O 1· t· Jamás un partido abrió la carnpaíía con rneclios rnás
espectro ro¡·)" . ·
( , conslantenwntc e , .. J ·' m, .aparece el
abundantes ni bajo mejores auspicios.
Jos contrarrcvolnciorw -·1 " . . .. \ oc<l( o y con¡urado por
ITO frigio de h 'tn'n;
~ ¡~:.,, ~10 ap~tr~t:e tocado con el go-
Los re publicanos p11ms naufragados se vieron reduci-

,, .
ordcn, con za1'.a~ii;!lJs ;.1'11·;~sno vistiendo e] uniforme del
· eiamos e¡ ne el rninisL" ·· · b .. d
. .
.
dos en la Asamblea Nacional Legislativa a una pandilla
Lle unos 50 hombres, y a su frente los generales africanos
Cavaignac:, Lamoriciérc y Bcdeau. ; Pero el gran p<lrtido
el 90 {] ¡ · " l l c1 io Hom ia o iHff Bo11·11nrlc·
~ e ( Ie1cm lfe Ce 1848 el }'· . ' ./ .' de oposición lo formaba la Mo11tmía. Con este nombre
un ministerio dd xntid. l :] .· . ~ ia ck su asce.u~1,an, era parlamentario se había bautizado el partido socfaldemó~
tünisla 1v or!t''lllÍS!~' l<' .ºl le . º.1t e~, de la coul1010n legí- crata. Disponía de más de 200 de los 750 votos de la
i ,
nia sobrevivido ·'
a • h' " C "s el. m1msteno B,«llo ·. t -F•a11 oux, lrn-
Asamblea Nacional y ern, por lo menos, tan fuerte corno
Jmbía acortado d , '
pufiaha todav[u :Í ons ituyc,ute repu hlicana, cuya vida
~t.:1~10d~lu·ias ~). n~enos violento, y em-
monln1 uieos co1igad~s i~~' ,_iang,ll nwr, el genera] de 1os
cualriuiera de las tres fracciones del partido del orden
por separado. Sn minoría relativa frente a toda la coali-
ción monárquiea parecía estar compensada por circuns·
na el alto .. d' 1 ' g~tht concentrando en su perso-
rnan o e e Ja pnrnen d. ,· .·, ·1· tandas especiales. No sólo porque las elecciones depar-
Guardh, 1'.T.,c·1·
i~a ona'1 {!e 1 p 'll'lS
, F'e . 1 l\!Slül_l rn1 ltar V de la
. tamentales pusieron de manifiesto que este partido había
generales habían asegur;d~. al m,~ ~~ente, las elecciones ganado simpatías considerables entre la población del
mayoría en la ,'\sa11·1I)l<'a
·
l\.T. . •
·., 1~ac10na
pal1 t1c,\ o- cJel¡ orden · l_a gran campo. Contaba además en sus filas con <.:a-si todos los
los pares de Luis Foli J , . " ._ , · _ •. q tu, os 0 iputadns v diputa<fos de París, el ejército había hecho una confesión
pd de le 'itímis ... , -~es~ ,en:ont1m ou con un santo tro-
torales d~ la i·1·1clª1·(~)11p,sn,dl qll1~enes numerosas pape_··letas elec-
de fe dcrnocráUca mediante la elección de tres subofícia-
" e ia Han tr) ··a l , . les, y el jefe de la ~lontaña, Ledru·RoHin, ll diferencia de
e~cena l)Olítica ' . J, l le< e o eu entrac1as para la
. Los u irmtac ns l)<.)11·1 , ·t. todos los representantes del partido del orden, fue elevado
síado e 011- t·a d os para . poder fo.· , . 'p,u istas . eran clenn- ' al rango de la nobleza parlamentaria por cinco departa-
tario inJe1)endíc1)tn S 'I . ima,i_ un partido parlamen- mentos qne habían concentrado sus votos en él. Por
,,_, ' o o a1)arecian co "
se c1· ueue" "" c1iu "' pdt, ·t !t..1•) ( 1e orcle11 _ e mo una mauvai- tanlo, el 28 de mayo de 1849, dados 1os inevihl'.bles cho-
tido del 'd , ' · ..
1 · orno vemos, el par-
. . ' . ' m en tema en sus manos el Poder del l. ques intestinos de los monárquicos y los de todo el parti-
el e¡ei cito y el cuer1)0 legisl' t' ' . . go )Jerno, do del orden con Bonaparle, la ~fontaña parecía contar
ª l\ o, en uua palabra, todos
con todos los elementos de éxito. Catorce días después
lo había perdido todo, hasta el honor.
" Personaje cho la obra do Ad . JI t ,
Antes Je proseguir con la historia parlamentaria, son
1nihl, c¡ue tratau(l(l ll" .' . · ª ier von Chamisso Pedro Schle-
, <l ' , " <'ULLquecerse v <l 1·' . ..
d!l llVO bascalldola l}Or t ¡(·! ,, 'l eu( 9 su 'omina, y después indispensables algunas observaciones, para evitar los erro-
ººu·u apendi('c
, . molesto. l o e 1 mt1nlo. Ed)
(Ed.) '· res corrientes m.:erca del carácter total de la época quo
46·
tenemos delante. Según la manera de \'er de los demó- · ta? Bajo lo~ Borbmws había gobcrnatlo la gran propie-
cratas, durante el período de la Asamblea Nacional Le- dad it?rritorial, con sus curns y ~ns lacayos; lmjo los Or-
gislativa el problema es el mismo que el ele! período de leáns, 1a alta finanza, Ja gran ind r1stria, Pl gran cornercío,
la Constituyente: Ja simple lncha entre republicanos y es de{'ir, el capital, con todo su s(:qnílo dr ahogados, pro-
mon<'1rquicos. En cuanto al 1mlvimicnto mismo lo encie- Jcsorcs y retóricos. l ,a monarquía !t'gítirna no era más
rran en un tópico: "reacción", In J10clw, en la que todos >inrc h expresión polític(l dP la dornínación heredada de
lm gafos son pardos y qne ks pcrniitc salmodiar todos los scñnn's de la ! ícrra, del mismo modo qne la rnonar-
sus k1biluales lugares comunes, dignos de sn papel de quía de J1ilio no era mús r¡ue la cxprc.~i{m. pnlític:1 de In
sereno. Y, cíerlamcntc, a primera vista el par1ido dd or- dorninacíún usurpada de los aclvCiwdizos hurgueses. Lo
den parece un O\'illo ele din'rsas fracciones monárquicas, que, por tanto, separnba a estas fraccíoncs no era eso qne
que no sólo intrigan unas contra otras para elevar mela llammi.']wiríe1pios, eran sus condiciones materiales de vida,
cual al trono a su propio prciendieute y eliminar al del dos csprcics distintas ele propíccfad; n:a el viejo antago-
bando contrario, sino que, aclem;is, se unen todas en el tiismo entre la ciudad y el campo, la rivalidad entre el
odio común y en los ataques comunes contra la "repú- capital y la propiedad del suelo. Que, al mismo tiempo,
blica". Por su parte. la l\fontaña aparece como la repre- había viejos rccncrclos, cncmístaclcs personales, ternore~ y
sentanle de la "república·· frente a esta conspiración mo- esperanzas, prejuicios e ilmioncs, simpatías y antipatías,
nárquica. El partido del orden aparece const::mterrnmte convicciones, artículos ele fe y prillcipios qnc los mante-
ocupado en unn "reacción" que, ni rnás ni menos rpie en nían unidos a una u otra dinastÍH. ¿,quién lo niegaP Sobre
Prusia, va contra la prensa, contra la asociación, etc., y ·las diversas formas. de propiedad, 5obre las condiciones
se traduce, al igual que en Prusia, en brn!ales ingerencias socia les de existencia, se levanta toda mm supcreslructu,
policíacas de la burocracia, de Ja gendarmería y ele los .Ja ele: sentimientos, ílusiones, .J:iiO~los ~le pci1sar y cmicep~
tribunales. A su vez,· la Montaña está constantemente ·dones· dc-;:,1iCla 'di\;ersós Yplasmados ele un modo pf'culiar.
ocupada con no menos celo en repeler estos ataqnes, de- Laclnse eñrei'fi'füs.crea y los pfasrna derivándolos ele sns
fendiendo así los "eternos derechos humanos", como todo bases materiales y de las relaciones sociales c:orrespon-
partido sedicente popular 1o viene haciendo más o rncnos dientes. El individuo suelto, a quien se los imhnye la
desde hace síglo y medio. Sin embargo, examinando más tradición y la educación, podrá creer que son los venla-
de cerca la situación y los partidos se esfuma eo:ta apa- derns móviles y el punto de partida de su conduela. Aun-
riencia superficial, que vela la lucha de clases y la pecu- que los orleanistas y los lcgitirni,sta~, aunque cada fracción
liar fisonomía de este período. so esfuerce por convencerse a si m1sma y por convencer a
Legitimistas y orleanistas formaban, como queda di- la otra de que lo qne las separa C'S la lealtad a .~ns dos
cho, las dos grandes fracciones <lel particlo del orden. dinastías, los hechos demostraron 1rn1s tarde que eran
¿Qué es lo que hacía que estas fracciones se aferrasen a más bien ~ns intereses clidcliclos lo que imprxlía que la 'i
sus prctern]icntcs y las mantenia mutuamente separadas? dos dinastías se uniesen. Y así como en la vida nrivada
¿Serían tan sólo las flores de lis y la bandera tricolor, la se distingue entre lo que un hombre piema v dic:c de sí
Casa de Borbón v la Casa de Orle{rns, diferentes matices mismo y lo qne realmente es y hace, en las luchas históri ..
del monarquismo' o, en general, su pr~foslón de fe rcalis- eas hay q11c dislingnir todavía más entre' las frw;cs y las
'l. l su org.rnislilu rc~cl Y c;us iu-
·! iguracíoues \l e l os p,u Il os ) . . l ¡ uc Cll burgués y uo curno cabalieros <le ninguna princesa pe-
' . . ··•le> cutre lo qu(' :sl' H11agmtu1 ~vi ) o 1 regrinanle, como cbsc burguesa frente a otras clases y
lt:reses J c.. ·, .. - , 1 ., . i'ruon cu
. l' d 1 ~on Orleauislas \' leg1lm11slas se el c,)1 '., ' - . no como rnon&rquicos frente a republicanos. Y, como
1 ca 1 fH ·• · • • { tro. y ('OH tdentic.ls
la repúLlica los nnos 1nnto a 1os. '. ~,1 'ncr frniLc a la partido Uef Orden, ejercieron una dominación lfü~S ilimi-
l)I-1'l('llsioncs. Si cada purk quena unr ,¡ l . 'l(l s1'<1- tada v más dma sobre las demás clases de la sociedad
. .. l . · z· astw es u su
que l~ que habían ejercido nunoa bajo la restauración
o
otra la reslauracwu ( e su p~ o¡11a e ni1 l ;s do::¡ orandes
. .. 1 cosa: (Jlle caoa uno ue í º o baju la monarquía de Julio, corno sólo era posible ejer-
rut1ca m una . i· .· 1. lo /mrouesia -la pr'.)JlLf'<lm~
i11lere~es e11 q11e s~ e i\lC,t . . . l ~ restaurar sn propia cerla baju la forma de la república. pur1amentaria, pues
del suelo y el cu1~italf asxn,tt~ ~lro H1l11,1mos ele (los sólo bajo esta forma podían unirse los dos grandes sec-
suprunada ) 1« su 1on u~dcllln ( ( l· 1 ,;,1;1' wopicclnd del tores de la burguesía francesa, y por tanto poner a la
intcr«ses de la hurgucs1<1, pues ' g ' _l ll 1 , c·1st·1 orden del día la dominación de su clase en vez del ré-
l '. ·1 su ('u<1udcría leuda\ y <l su orgu o ( t ' l' gimen de un sector privilegi;ido de ella. Si, a pesar de
:~~1 ~'.1 ~~1~11~\etamenl(:
1
t:burwws·adal Pl!r el ~~e~~ ;:·{);;:r~:~· s~
1
esto y también como partido del orden, insultaban a 1a
. l 1 1 . 'l Tainbi.e n 1os ones e º ', ' repúbfü:a y rnüuifeslaban la repugnancia que sentían por
sodet a< mm e1n.. ' .' 1· 'lusión de ercer que
hiciuou durante muchlo tiern~)o ,~a i la Iglesia y las be" elh1, no era sólo por apego a sus recuerdos monárquicos.
se entusiasmaban C'on a mo11arqu1 , 11, 'ó el El iustiulo les enseñaba que la república había coronado
. 1 . »·t CoustiLm:i(m inglesa, hüsla que cg
llezas ele ,1 vie], ' f ·' 1, que sólo se indudabiemenle su dominación polilica, pero al mismo
d'·1 del peligro y les arrancú la con es1on e e tiempo socavaba su base social, ya que ahora se enfren·
l< • - la renta del welo.
entusmsrna1HUI con . . .. . ¡ . unos contra taban con las clases sojuzgadas y tenían que ludmr con
Los 111ooár1p1icos coligados mtr ig,1 i,m " " º.. l ºl ellas sin ningún género de mediación, sin poder ocultarse
, F rns en ClnH'n1out , Luu ,1 e e
oLros en la pr<ºnsa, en . ' ' " , •estir sus viejas delrás de la corona, sin poder desviar el interés de la
J·trlamentu. Enlrc bastidores, vo1v1,m « l\ b. ·1n ''lt~ víe1'os nación rnedíante sus luchas subalternas intestinas y con
l ' . 1 rT · ·tas y rcanrn a ' " -
libreas orlearnslas y egt mas' 11· . stis ·1ccioues y re- Ja rnonarq uía. Era un sentimiento de debilidad e1 que las
> 1' csce1n pu 1 tcl Cll · ' hacía retrnceder temblando ante las con<liciones imras
torneos. 1 ern en <l ' . , o dnt1 yulído parlamen-
p n•sentaciones drn1fült1L\ls, cornt_ ..'.. , i1·t1I1,st1'·"' con simples de su domüwclón de clase y suspirar por las formas más
. . ,l . h . s res pee 1\as o , ª·' , incompletas, menos desarrolht<las y precisamente por ello
tano, (k~p,1c ¡,1 an a su t l"LLI'"Cl. ón de la monarqma
· . · a )\·1z'1\YHI ia res " " menos peligrosas de su dominación. En cambio, cuantas
revere11ew.s
. .. . ) 'l:C ' ' lbn ' . l 1 •.
C0i1 Sll Vd( <lt ClO O 1
f'cio como
in wfmituni. mnp , . l . t'tulo social V no bajo veces los monárquicos coligados chocan con el pretendien·
. l l 1 y{e¡¡ es clecir m¡o llll I . . 1 te que tienen enfrente, con Bona parte, cuantas veces creen
partH u l e o~ . , . ,' . ~. , tantcs del régimen socia
un título politico, couto J( p1tsen, , que el Poder ejecutivo hace peligrar su omnipotencia par·
lamenlaria, cuantas veces tienen que exhibir, por tanto, el
. l·· . , . ·. F . agosto de 18-Hl se efoctnó títu]o político de su dominación, actúan como republica-
,, Ftns Ilcüneano de A clll<lttLL l.11 . . . to 11-'' tnrte d nmde nos y no corno nwnárquícos. Desde el orleanista Thiers,
-· . . .. ., l .t' - . sl' t eu a q ne l u ' J
~t<lL'Í unll conferet1U,\ egi mu. ' ' - -'·· , ,, d nombre e
C ' •J" t"' •tl trono 1j'¡iÜCY' ~V11 . l
, quien advierte a la Asamblea Nacional q_ue la república
(le Cliarnbord,- prt-ldl icu(' "· ·f• · (;elT'l l ¡<::. Lo•idi-e'' 1·esídGtict;;i. e e
Enti<.iu0 \'. (;'.forerno11t . ..uls
11 i.-r
!.ni-: Felipe- (tc·o.p-i-.:o el,, ~u mH a <'
'
l, ~'ranLi,t. (Ei/ J
.
'" es lo que menos los separa, hasta e1 legitimista Berryer,
<1ue d 2 Lle diciembre de 1851, ceñido con la banda tri-

so 51
color, arenga como tribuno, en non1hre de la república,
al pudJlo congregado t1E·lantf' <kl edificio de la alcaldía el hecho d(' ('xio·í · · ·t · ¡· ·
. . . . • ¡:;, 1
l
del. dt':cimo arrondissement ~. Claro está que el eco bur- nas no . l l' . ll!S1 l llC"Hll1CS ( ('lllO('Ll[Í"ü-l"('l)tl)1]1'
" · . t.d- ..
tr~( . paw .~ in u '.1 . a ]Xll' los clos extremos, cipital \'
lón le contesta1m con esk grito: ¡Emiqne V, Enrir1ue VI . ' .. ):lJO asala1 iad°:, smo para atenuar su rrntítesis v coi;·_
Frr:nte a la burgnesia coligada se había forrnadn una . ·'~1tirh en mmon1a .. Por mucho que difiernn lns 111~(1· 1
coalícü)n de los peqneños lmrgueses y obreros, el 1hrnado pi opnestac: rxirn. , ¡ , ~ .. . ne as
· " '·· ' ' 't canL<H" este 1m, 1Jf1r nmclw r¡ne S(' 'lllr)¡·.
part!du wcialdemdrmla . .Los pcqucüos hurg1wses viéron- ne cnn ronc 1 ,·,1 11, :. · · · · •· · '
.. 1 : . _E'I. e · ,rs rn<1~ o menos Tr'\·ol11c1onarüts. el con-
se mal recompensados dcspnés de las jornadas de Jnnio tn11c q,.~s siempre e.l mismo. t'.ste cmltPnido rs -la tras-
dt• 1848, vieron en peligto sns intereses materiales y pues- fo1 mauon d0 la snc-t{'dad pnr \Ía dcmocl"'Íl1·~a . ·' .
.tas en tela de íuici() por la conlrnrrevol11ción las µ:arap._th.s_ · ·' (1cntrr) del n•'H<'C)
t1·a' .~r)e imacrnn · de 1~ '· '· ,.;. pero
1· nna
-
' N . ·' · · " pcquena mrg11e-
.dnnocní.licas que habían de asegurarles la posibilid:;td de sia. l :! ·rnya nadie a fn:'marsr la idea lÚnH-ada de ( t.;e la
hacer 'Jafor aquc1Jos intcreSE'S. S~ acercaron, por t;:i.nto, pequ:n,i lim gucsw qnwrr imponer pnr . · ,· ·1
a los olm)ros. De otrn parte. su reprc<;entación parlamen- mtercs egoísta de <+ _, Ell, , _ ' · pune 11'.lO, un
Ias cond 1c10n ': . .· ,1sc.
(' , ··· · · ··¡·· ·
"°' " u E'C, 1)nr el cnnlran() <·.111c
'
taria, la iHontaña, puesta al margen durante la dictadura . . ~ . es s¡icrin es de su emancipación son hs
de los republicanos burgrn>.'ies. había rcconquíst<ido du- cond1nones ge11emles fuera de Ja;; c11ales no pu~de s' .·
r:m!c la últim:l mitad de h vida de 1a Constituyente su salvarla .].a sociedad moderna Y r:yit··11-s~ la 1t l .1 . -1.er
T· , · ' ··' · ' re m e e ca-
iierdid:i popnlari(1ad con la lucha contra Bonaparlc y se~.. «rnpoco debe cn•f>tse qú(> Ios n•prcscntantcs clcmn-
los ministros morn'trqnicos. Había concertrtdo una alianza crn!Kos -"Oll tOllos sfw¡ikccpers" o gentC's ' ' .
¿t,s'aEsn]t11
,1

con los jefes socialistas. En febrero de 1849 se fcslejó


- , ll '·· · .. qnc se entu-
con : os . .Pucckn (··star a un mnndo de distancia
con h1'lnquetes la reconciliación. Se es1xlzÓ un programa c os, po1 sn cu ltnra y sn situación índividunl. Lo
'común, se crearon comités electorales conmnf's y se pro- r.1ue los hace n·prf'Si-'ntantes de h l)"'CJ11~1-1a 11 g , .
,, , , · · · ' ' •·· ' ur,. ues1a es
clamaron carnlidntos comunes. A las Jt:ivin~l_ipcioncs so- que no , nn mas alla, en c1umto a mentalidad ,J·c el l
' dales del proletariado se les limó la pnnla revolucion::tria van 1t.)S - l , •· · onc e
' pequeno.c;
. - , . 1urg110ses
~ ,, ' ' (.1'.'... ,.1·
. . . rn .sisl'-'111·1 ,. (l '1; qne. por
· y Sf' les dio un giro (1emocn'ttico; a las exígeüdüs deií~ó­ tanto, se v2n teoncarnentp impulsaclos a los !P1·~·11r1s . ,
cráticas de la pequeña bmguesfa se li:>s dcsi1oíó de la blernas · 1
. ' ·. ,> ~ as rn1smns ·
sn!udoncs a que impulsan a ac llf'-
'·• · · p10-
forma meramente poHlica y se afiló su punta socialista. Hos, pl act1carncnte. el interé<; nnter 1", 11 }' ]· ··t· ·' l ·
" ¡ T ¡ · · · ' ' · ,1 s1 llanon so-
(Así nació la .S'ocü1ldcnióó·Q(;i4.~;La nueva Maniml.a, fruto ~m ·. a ~·s, ~·n g~n~:ral, la relacir'.rn que existe entre Tos
de esta combli1ac:íói1;-coiite;1ía, prescíndiemlo ele rtlgunos ieµ1csenlu1iles ¡wlrtrcos IU litemríos
e l ase por ellos rcprcsC'nlada, · el" · ,_. •111~
' " e lase y la
figurantes de la clase obrera y de algunos sectarios so-
cialistas, los mismos elementos que la vieja, sólo que más Por t 10 l0 . ·
a '.)C . c~puesto, se comprende de por sí que
fuerlcs en número ..i Pero. en el trascurso del prnce~o
había can1biado, co~10 la il que tcprescntaixi:~·-El
.l;
1
ique lci J\ fontana luchase comtantemcnte con el par-
:clase ?,
tlc :lel orden en torno a la rcpú hlíca y a los llamados
carácter peculiar de la socialdemocracia i:e · tt:sume en rerecl:os ~:d horn_br~, ~li 1a repúblíca ni los derechos del
10111 b1 e eun su fm ul!1mo, del mismo rnodq que un cjér-
• Distrito, ( Ed.)
" Trnd eros, ( Erl.)
52
.53
Bona1~arle y. sus rnini~lros; la procesión callejera de los
cito al que se <1uie.re despoj;1r de sus anuas y r¡uc se guardias nacwnales cleniucráticos, que, desarmados como
apresta a la defensa, HO se lanza al terreuo de lucha s,i]a- iban, se d íspcrsaron a escape al encontrarse con las tro•
mente parn quedar en posesión de sus arrnas. p¡lS dt· Changarnier, etc., etc Una parte de la rviontaña
Jnmcdialarnente después de re1111írse la Asamblea huyú al exln1njero, olfa parte fue entregada al Tribunal
Nacional, d partido dd orden provocó a la 0.lontaf:ía. Supremo de Bourges, y un reglarncnto parlamentario
La burguesía sentía ahorn la necesidad de acabar con sometió al resto a la vigílancia Je maestro de escuela del
los demócratas pe<llH::fíolmrgucses, lo rnismo que un afío pre~idente de b As~nnblea Nadona1. En París se declaró
antes ha Lía comprendido la neeesidad de acabar con el nuevamente el estado de sitio, y la parte democrática
! proletariado revolucionario. Pero la situaci{m del advcr- ck su Guardia Nacional fue disuelta. Así, se destrozaba la
. sario era distanta. La fuerza del partido proletario estaba influencia de la :l\Iontafia en el parlan1ento y la fuerza
en la calle, y la de los pequeños burgncscs en la misma de los pequeüos burgueses en París.
Asamblea N adoual. Trat6 base, pues, de atraerlos de En Lyon, donde d 1:3 de junio había dacio la señal
b Asamblea Nncional a la calle y hacer que ellos mismos para un sangriento levantamiento obrero, se declaró tam-
destrozasen su fuer:{a parlallll'.tltarüt antes de que tuvie- bién el estado de sitio, que se hizo extensivo u los cinco
• sen tiempo y oc<,sió11 para consolidarla. l ,a l\lonlal:ía depa1ürncntos circundantes, situación que dura hasta el
· corrió hacia la trampa a rienda suelta. momento actual.
El celio <1ne le echaron hw el Lombardeo de Roma . El grueso de la ?\Iontuña dejó en la estacada a su
por bs tropas francesas. Este bombé:rdco iufriugía. el · vaHgnard ia, negándose a firmar lu pro dama de ésta. La
artículo V de la Coustitncióu, qne prolnbe a la Ilepúbltca prensa deserLÓ, y sólo dos periódicos se atrevieron a pu-
Francesa emplear sus fuerzas armadas contra las liber- b~icar el pronune.iamiento. Los pequeños burgueses tmi-
hulcs de otro pueblo. Además, el artículo 5,:1 prohibía : ctouaron a sns representantes: los guardias nacionales no
toda declaraCÍÓll de guerra por el Poder ejecuti \'O sin la : aparecieron, y dm'.<le apar~cieron fue para impedir que
aprobación (k la :\s~w1 blca Nacional, y b Constituyente se levanLtsen barncncfo~-- Los representantes habfan en-
había desautorizado la epcdicióu a Hu1rn1, con su acuer· gai'íado ;1 los pequeños burgueses, ya que a los preten-
clo del 8 de iml vo. Ba';iÍ ncluse eu estas razones, Ledrn·Ho- didos afiliados del ejército no se les vio por ninguna
Hin presentó el 1 t de junio de 18cHJ un acta ele acusación parh.:'. Finalmente, en vez de obtener un refuerzo de él
contra Bona¡:.ntc y sns ministros. Azuzado por las pica- e1 pa~tido deinocr(ttico contagió al pro!elaríado Sl~ propi;'
das de avi~pa ele Thicrs, se dejó arrastrar iucl11so a la dehil1da<l, y corno suele ocurrir con las hüzañas demo-
amenaza <le que estnlMn dispuestos a clefemler la Cons- cráticas, los jefes tuvieron la sal isfacciún de poder acusar
titución por todos los medios, has la enu fas. armas en la a su '·pueblo., ele deserción, y d pueblo la de poder acu-
mano. La l\1011taüa se levantó corno w1 sulo hombre Y sar <le engalío a sus jefes.
repitió este llu1namic11tu a las annas. El 12 de junio, la H.arn vez se había <mum.:íado una acción con más
Asamblell Nacional duseehó el acta de acusación, y la estrépito que la campai'ía inminente de la .t\fontaña, rara
.t\fontaño. abandonó el parlanwnto. Los acontceímientos vez se había t:rdmpeteaclo un acontecimiento con más
del 13 de junio so.n conocídos: la proclama ele una parte seguridad ni coll 111{1s anticipación que la yíctoria ineví-
de la l\fontafla declarando "fncra de la Constitución" a

54
table de h dcmocracfa. Includahkmcnte, los clcm!Ícratas
necn en las trompetas, cuyos toques habían derribado estaba todtwía clcrnasinclo fresco el recuerdo dt'l nws ck
las murallas de Jericó. Y cuantas veces se enfrenta11 con junio de 1848, para qne d proldaricido no sintiese una
las murallas del despotismo, intentan repetir el milagro. profunda rcpuguancia contra la Guardia .i'\acional v los
Si la l\fontaña quería vencer t'll el parlamento, no clcbjó jefes de las sociedades secrPtas mm dcsconfianz; ~om'.
llamar a las armas. Y .<;i llamaba a las armas en el par- plcta l.rncia los jefes ckrnocrát icos. Para superar e' tas di-
lamento, no debía comportarse en la calle parlamenta- fer~l1C'Jas, lmr,ían falta grandes intereses commws qnc es~
. darnente. Si h manifestacíón pacífica erú un pn'lpósito tu-..-iesen ~'n ¡11 t'go, La in frnC'dón de 1 m artícu ln constí-
serio, era necio no prf'H'r que se la habría de recibir hc- tucionn 1 abstracto llll podía reprcsent;i r un tal intnés.
licosamcnte. Y si se pensaba en una lucha efectiva, era ¿Acaso no se había violado ya repetid as n>ces la Consti-
peregrino deponer las armas C'On las quf' csrr lucha lmhría tución, scg1'in asrgurahnn Jos propios dernr'wrnta~P /Yaca-
de librarse. '!'ero las ::unenazns revolucionarias de los s0 los periódicos mil> popnlancs nr1 habían i;stigrniüizado
pcqueiios burgueses y de sus representaiitos derrii:lcrát1ms esia C'onstitucíún corno un anu1iv1 cm1lr;irrevoludnmuio?
i10 son más que intentos de intimü]m:. [tl a<lversario. Y lero, el dcmÓ~Tata, como rcpr~:scn!a n la pcqucfü:t bur~
cuando se ven metidos en un atolladero, cuanclo se han ~)ucsia. es decir, a 1ma clase dr: fmnRicinn, cu la quü los
comprometido ya lo bastante para verse obligados a Pje- mlcrcsPs de dos clases se cmlJotan el uno contra el otro.
cutar sus amenazas, lo !meen \Je un modo equívoco, Pvi· cree eslar por c;1cinm dd antagonismo <k chsf's en ge~
tamlo, sobre todo, los medios r1ue llevan al fíu propuesto ner8.l. Los dcmocrn!.as reconocPn que tienen enfrente a
y ac~'chau todos los pretextos para sucnmlJir. I~n pronto una chisf' priYílcgbcla_ pno ellos, ccm todo el n·sto de
como hay que romper el fuego, la estrepitosa obertura que la nación qnc lns circunda_ forman el puelJlo. Lo que
aimnció la lucha se pierde en un pusilúnime refunfufü1r, ellos rt'presentnn es el dereclw del ¡wcli!o: lo que les in·
los iidorcs dejah de tomar su papel an sérícr1x "_y la ac- teresa es Pl interés del ¡mc!Jlo. Por eso, c1iando :;e prec
cíón se derrumba lamentahlfemcnte, como mi balón lleno. para 1111R: l11c1w, i10 necesitan examinar los intereses v las
.- de aire al que. se le pincha con una aguja. posicione.-; de las tli;;tínlas clases. l\.'o necesitan poncÍ erar
con demasiada escrnpulosidarl sus propios medíos. No
Ningún partido exagera mils ante él mísmo sus me-
dios qne el democrático, ningnno se engaña con más tienen mús (jl.1P dar la señaL para q11e el ¡mchlo, con
ligereza acerca de la situación. Porque una parte del !o<lns sus recursos inagotables, caipl sobre los opresores.
ejército hubiese votado a su farnr. 1a ~Ion taña estaba ya Y si, al poner en priiclica la cosa, sus intereses resultan
convencida de que el e.jército se ~nblevaría por ella. 2.Y no interesar y su poder ser ímpntencía, Ja culpa b tienen
con qué motivo? Con un motivo que, dPscle el p11nto c1e los snfístas prrniciosos, r1ne escinden al p1.1dJlo iudidsi-
vista de las tropas, no teufrl otro sentido que el que los hle en Yarios campos enemigos, o el ejército, demasiado
revolucionarios se ponían al lado de los soldados romanos i em brutcci_do y cegado para YCr en los fines puros d t' la
y en contra de los soldaclos franceses. De otra parte, ·democracia lo mejor parn ¿,¡, o bi<?n ha fracasado todo
: por un detalle de ejf'cuci('m, o ha surgido una casualidad
; imprevista que ha malogrado la parti~la por esta vez. En
• En .•erío. 1 Ed.)
¡ todo caso, d clemócra!a s;ile (le la ckrrota más ignorni-
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bs que se amenazaba a los déspulas del contincnü~ con
niosa tan lnrnacuhtdo q¡1{10 i11o(Tnl1' cntn', en ella, con sus luu.afías y las de sus :.:diados. Proudhon tenia toda 1a
b convicción de n11evo ad'luirida de que tiene• necesa- razón uundo griló a estos señores: "Vous n'6tes que des
riamente que vencer, 110 de que él llli~rno y su p:Htído blangueurs !'' ~.
tienen que abaudmmr Ja Yil'ja posición, siuu de q11e, pur El 1:3 de junio, el parlido del orden no sólo había
t'l coutrnrio, son !as comliciones las cpie tienen '-1ue rna- q udirantad;) la .fuerza de Lt '\Iunlaña, siw¡ que había im-
d mar para ponerse a tono cnn él. puesto d somet'imieuto de fa Constitución a los acuerdos
Por eso no debernos formnrnus 1uu1 idea demasíallu de la nwyorio de la AsamU!ea Nacional. Y asi entendía
!rúgica de la .\lonlaüa díeznmda, dcstroza(1a y bturii~la(~a 'ª.
e'l' rqm'lJl"ic_a, <,·orno e 1 regimen
' en d que la burguesía
por el llltevo n'.glct111e1!lo parlauwnlurio .. ~i d L3 (fo ¡mu~l d111rnnaba ba !º forn ias parlawentarias, sin encontrar un
elüni11ó a sus jefes, por otra parle almo p<lSO <l ca~)l:(;l­ \ ,dhda1 u Hilo h,i jo Lt ll1ünarquía, en el veto del Poder
chclcs de segundo rango, <l q uíenes es La nueva pos 1c1un ejecuti\'O o en el derecho de disolver el parlamento. Esto
hafaga h<l. Si su i;npotcncia en el parhtrnenlo y¡'. no de- era la rcpúhlicu JhlrÍl11neritarü1, corno la llamaba Thiers.
jaba lugar il du(bs, esttl 1es. daba altc~rn _tarnh_i?11 dere- l'ern, ~i el 13 dl~ jmdu 1a burguesía aseguró su omni-
cho a limitar sn~ actus a est<tl!ítlos de rnd1gnac10n iuoral polencÜL en d sello del parlamento, ¿no condenaba a éste
y a estrepitosas dedainnciones. Si el parti~lo_ del orden ~t una debilidad incnrnble frente al Poder ejecutivo y al
aparentaba ver encarnados en ellos, como ullnnos repre- pueblo, al repudiar a la parle n1ás pupnlar Je la Asam-
sentantes oficiak~ ele la revulueió11, todos los horrores de hlea·r Al e1itregar a numerosos diputados, sin más cerc-
Ja anrn·quía, estu les permilía comportarse en la prúe:tica n1unias, a la re(1uisición de los tribunales, anulaba su
con tanta inavor trivi<didud y huu1ildad. Y del U de propia iimitmidad parlamentaria. El reglamento humi-
junio se consdhtban con este giro profundo: ''Pe!·o, si se llante r¡ue impuso a 1a ~lontaña, elevaba el rango del
ostl turnr el sufragiu universal, ¡~th. entonces! ¡Entonces presidente ele la repúblic<t en la misma proporción en que
verán q uiéncs somo~ nosutros!'' .. 1\ous ver ro ns"" rebajaba d ele cada uno de los representantes del pueblo.
""'I'or lo (ttw se refiere a los "muntafieses" lmülos al i)l estigmatizar la insurrección en defensa del régimen.
extranjero, basta ohservar que Ledru~Hullin, en vista de constituciurnll, como anftrquiéa, como un movimiento e11- -
<pte había conseguido arruinar irretnisihleme11te en menos caminado a Sll bvertir la Sodedad, la burguesía SC. cerraba
de dos semanas al potente partido ~t cuyo 1n·11,te ~staba, a si misma el camino del llamamiento a la insurrección
se creyó llamado a fonnar un gubicrno frnnces rn par- - tan pronto corno el Poder ejecutivo violase 1ll Constitu~
til111s; que a lo lejos, desgajada <lel campo de <tcción, su ción en contra de ella. Y ht ironía de la historia quiso·
figura parecía ganar en taila a medida q1_~e. bajaba el que el 2 de diciembre de 1851, e1 general que bombardeó
uivel de la revolución y las magnitudes oficiales ..de fa Huma por ortlvu de Bona¡mrte, dando así el motivo in-
Francia uheíal iban haciéndose enana~; qne pudo ilgurnr mediato para el motín constitucional del 13 de junio,
como prctendicnlt' republicano para 1852; (1ne dirigía Oudinot, lrnbierá de ser propuesto al pueblo, en tono
circulares periódicas a los valacos y <l otros pueblos, en

59
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implornnle y en \ano, por el partido del orden, corno ~'l El motin del J3 de junio se limitó, corno hemos visto,
"''general de la Constitución Frellle a Bonaparle. Otro he- a una pacífica procC'sión callejera. Contra él no se po-
. roe del l ;3 de íunio, \" ie¡¡ra, qne desde h tribnna de la dían, por tanto, ganar laureles guerreros. No obstante,
Asamblea Nacional cosechó cloµ;ins por las brutalidades en una época tan pobrC' en héroí'S \' (·'n acontecimientos,
cometicfas por él en los locales ele pcrir1dicos democráti- el partido del ord~n cmwirtió esta bah lb in cm en ta en
cos. al frente de una hrrncla de gmtrdias nacionalf's per- un segundo Austerlitz. "La tribuna y la prensa enrnlzaron
tenecientes a Ja alta finanza, rstc mismo Yieyra estaba e1 ejército, como el poder del ortl en, en contraposición a
en el secreto de la con,pir:wii'in cll' Bonaparte y contri- Tas nrn'>a> dd pueblo, corno la impi.1lcncia de la :rnar-
buvó csrncialnwnle a corl::ir a la Asarnhlra Nacional, en íJUÍa, y glorífícarnn a Chm1gnrni('r, mino el "balnarte ele
su; horns de ngonh, tmln npriyn por parte de h Cuan.lb la societbd.;. P!l nigaüo, f'n el que acuhó creyendo hasla
Nacínnril. (~!mismo. Pero por debajo rle c11enb. fueron desplazados
El l.'1 dt) í1111io tenía, además, otra significac.ión. La de París los cuerpos que p::irccían dudosos, los rcQ,irnien-
l\·fontaifa ha bírr querido arretncar rl qne se colocase a tos en que las elecciones hahínn chelo los rcsullados más
Bonaparte en cstaJo de acusación. Por tanto, su di;rrota clemocrálicos fueron dcstTrraclos de Fr:uwia a Argelia,
era una victoria dirf'Cl'8. para Ronripartc, el triunfo per- las calwzas inquietas que liabía entre las trnpas, cnYiadas
sonal de éste sobre sus enemigos df'mocráticos. El par- a secciones de castigo, y, por último, sistemáticamente
tklo del orden había conseguirlo la vidc.JJ'ia y Bonapar1:e llevado a cabo el acordonamiento dl~l cuartel contra la
no tenía que hacer rnás que crnbolsársela. Así lo hizo. prensa y su aislamiento de la sociedad civil.
El 14 de junio pudo leerse en los muros de París una Llegamos aquí al viraje dccisinl en la historia de la
proclama {~!1 la qne el presidente, como sin participación Guardia Nacional francesa. En J,S.30 hahía decidido la
,~nrn, resisl iéndose, obligarlo simplemrnte por la fuerza caída ele la Restauración. Balo Luis Fdipe frac8.s<Jron
d~ los aconlccírnientos, snle de rn recato claustral, sP todos los motines en que la Cnardia Nacional estaba al
qli't>ja, como la virtud ofenditla, ele las calunmias de sus lado de las tropas. Cuando en las jornadas de Febrero
adw'rsarios, y, mientras p:uecc kkntificar a su persona de Hi-48, se mantuvo en actitncl pasiYa frPnte a la insu-
con la cansa del orden, itlentifica a la causa dd orden -rrección y cquív11ret frente fl Luis F elipc, éste se dio por
con su persona. ,' Además, la Asarn b1ca Nacím~a.1, había pcrclilfo, \- lo c~tuba .. Así fue arraigando la convicción dt'
aprnliado, amH]lH:' d12spués de reali?acla, la cxpccl1c1on con- que la revolución no podía vencer sin la Guardia Nacio-
tra Homa, pC·ro Ta iniciativa corrió a cargo ele Bonaparte. nal, ni el ejército pmlía ~e_ncer contra cll!t .. Ern fo fe sH-
Dcspuós de restituir en e] Vatican? al pontífic12 Sarn.uc1, 1petsticiosa del ejército en la omnipotencia civil. Las jnr-
podía esperar entrar en las TuUenas como rey David . \ nadas de Junio de 18,18, Pn que t11(h la Guardia f,,;acio-
·se había ganado a los curas. iual, unida a las tropas ch; línea, rn[ocó 1a insurrección,
'.habían rdorzaclo esta fe S\1pcrstíciosa. Después de haber
: subido Bonupartc n la presidencia. la pnsicir·m dC' la Gnnr-
0 Alusión a los planeo de Luis Bonaparte, que, 'e propon,ía
recibir la corona frnncr'':1 {le manos del papa romarn) Pw IX. Segun
- dia l\'acional clcscPrnlió en cierto modo, por la fusión anti-
la levenda bíblica, David, rey hebreo, fue ungido ('01110 monaTca constitucional de su mando con el mando de la primera
por ¡,¡ ¡1rnfeta Sanwcl. (F:d) división militar en la pC'rsona de Changarnier.

(j() 61
Conw el mando sobre la Guardia Nacional aparecía
nq ui como un atribulo del alto nmn<lo militar, la Guardia tes y pa~adas, in~luyemlo las liedrns por ]1¡s dirigentes
Nacioual parecía quedar reducida a un apéndice de las de su mismo partido, y por medio de leyes que amorda-
tropas de línea. For fiu, el J :3 de junio fue destrozada. zaba~¡ a la prensa, destruían el derecho de asociación y
Y 110 solo por su disolmYm parcial, qm· desde w1uel mo- sa nc10naban d estado_ de sitio corno institución orgánica.
mento se repitió periódiuwiente en lodos los puntos de Luego, la Asamblea Nacional suspendió sus sesiones des-
Frarn.·üi y sólo dejó eu pie las ruinas de la Guardia Na- de ,mediados de agosto hasta nH:::diadGs de octnlm>, des-
doutd. La manifestación del L3 dl' junio fue, sobre lodo, pue.s de haber nombrado mm comisión pennaneute para
un:..t maniieslación de Im guardias nacíonale~ democrá- el l1empu que durase su ausencia. Durante estas vacacio-
l~cos. Es ci1.:rto q ne ttu opusieron al cjércilo sus anuas, 11cs, los legitimistas intrigaron con Ems los orleanistas
smo sólo stts uuiforn1es, pero en este uní Funne estaba con C1arcrnont, Bonaparte rnedürnte "t~urnées" princi-
precisarnc.nlt-:: d talismán. El ejército se convuwió de que pescas, y los consejos departamentales en cabildeos sobre
el tal unil:onne era un trapo de lana como otro cualquie- h ~·cvisión constitucional, casos ¡1ne se repiten con regn-
ra. El encanto quedó roto. En las jornacfas de Junio de lundad durante las vacaeioncs periódicas <le la Asarnblea
1848, la burgnesfa y la pequefía burguesía, en calidad de ~acional y en los que entraré tan pronto corno se con-
Guardia Nncioual, estuvieron unirlas con el ejército con- viertan en acontecimientos. Aquí, advertimos tan sólo
tr.a el proletariado; el 1:3 de junio de 1848, la burguesía que la Asarn lilea Nacional obró impolíticamente al de-
hizo que d 1~jercilo dispersase a fa Guardia Nacional saparecer ;le la «scer~a dunmle tan largo intervalo, dejan-
pequcfioburguesa; el 2 de diciembre de 1851, había de- d.o que solo apareciese al frenlc de la república una
saparecido la Cuardia Nucional de la propia burguesía, iigura, aunq~1c lamentablP: la de Luis Bonaparte, mien-
y Bonnpai;te se limitó a registrnr est0 hecho al firmar, .tras el partid;) del orden, para escándalo dd público,
después de producido, el decreto de su d isoluciún. , 1\sí se de.scornporna en sus partes integrantes monárquicas y
fue como la burguesía rompió clht misma su última arma se de¡aba llevar por sus apetilos de restauración en pugna._
conlrn el ejército, pero no tenía más remedio que róni- Tan pronto como, durante estas vacacíones, enmudecía
perla desde el momento en que 1a pequeña burgncsía el ruido ensordecedor del parlame11to v su cuerpo se di-
no c~talxi. ya detrús de dh como vasallo, sino delante solvía en la nadón, nadie podb deja¡· de ver que sólo
de cdla corno relH:'kle, del mismo nwdó que Lenía nece- faltaba ww cosa para consumar la verdadera faz de esta
sariamente <1ue destruir fll general, con sus propias nm- república: hacer permanentes las vacaciones parlamen-
nos, a pürtir dd iushmle en que se hizo ella misma abso- tarias y sustituir su lema de "LiberLÓ, égalité, fraternilé",
· 1utista, todos sus medios de ddema contra el absolu- p01: es~as palabras ínequívocas: ¡Infantería, caballería,
tismo. arltllena !
Entretanto, d partido del orden fosLejaba la recon-
c¡uisln de un Poder <pie en 1848 sólo parecía haber per- lV
dido tmrn volver a em·ontrarlo libre de sus trnbas en
18'18, co11 invectivas contra la república y la Cousiilu- A mediados de octubre de 1848 reanudó sus sesiones
cióu, maldiciendo todas las revoluciones futuras, prben- la Asamblea Nacional. El l ele noviembre, Bonaparte la
sorprendió con un mensaje en el que le anunciaba la
62
Nacional el pres11p1wslo de la cxpnliciún rnnmna, Víctor
destitución del ministerio Barrot-Falloux v ];¡ fornmción Hngc, pnT nn supuesto libcralismo, pnso a c1iscnsión a11H>
de un nuevo ministerio, lam:ls se ha arr~jado a lacayos lla ~'arta. El partido del ordPn <thogr» cnln: exclamaciones
df' sn puesto con nwnos ~umplidos qne Brim1partc a :,m despectivamente incrfrlu las la ocurrencia de que h:s ocn-
ministros, Los puntapiés destinados a la Asamblea Na- rrencias de Ronaparte pmlicrnn t1'ncr la menor nnpor-
cionf!l los recibían, por el momento, Barrot y Compañía. tancia polític;1. ]\inguno d0 los minls!:ro~ recogi6 d guan-
El minístcrio Barrínf estaba compucstn, como hemos te en st1 favor. En otra orasión, Bmrnt con su conocido
visto. por legitimistas y orlf'anistas, era un ministerio dd patetismo vacno, (lcjú csc:tpn.r rlesdc la tribnna .Yªb hras
partido del ordrn. Bonaparte había neecsitadn de él para de indignaci(rn contra los "manejos ahon1inal1l'.:s en que,
disolver la constHnyente republicana, poner por obra la según sn testimonio, onclalnn las personas mas cercanas
cxpcclici!Ín contra Horna y cle:;trozar el partido clcrnocrú- al prPsidenle. Por último, el rni1fr;tcrk1, n la p:i_r q11e
tivo. El se hahín eclips:-ulo aparente!llcnte detrás de f'Ste hacía rlprnhar por la i\srn11Llea :\aci,onnl nna pc11s1011 de
mi11istcrio, entregando d Poder del gobierno en nmnos viudedad pma 1a clu(p1 eza (1 e Orl('ltns, rechaza ha toda_s
del partido del orden y poniénclose la careta. de modestia las propuestas para aumentar Ja li:ta ci~·íl rl~ la presi-
que bajo Lui:< Felipe Jlevaba e1 gerenk respom:i.bh' de dencia. Y en Eonaparl"e, el prdcndwntl·' 1mpenal se fun-
los periódicos, la careta del homme de ¡mi{{ e"'. Ahora se día tan íntimamente con el caballero lle imlmtria arrni-
quitó la máscarn, q11e nn era ya velo sutil cktr:ls (kl que nado, que 11na gran idea. la de su misión de JTS!"aunHlor
pocl ía ocnltar su fison()mía, sino la rn~scara de hierro dd imperio, se complcrnental'a. siempre con olrn: la de
que le irnpcd ía mosLrnr unn fisonomía propia. Ha hía qiw ('] pueblo frand·s tf'nÍa la rnision (le salchr sus clcud~s.
constH11ído d niinistcrio Barrot parn hacer -saltar, cn nom- El ministerio Bn.rrot-Fnlloux fiw d prmwro y el 111-
hre del ¡xfhido del orden, b Asamblea Nacionfll rqmbli· tirno ministerio ¡1ai"lamenfrrrin Hnrnhrnclo poi· Bonapar~f'.
cana; y lo destituyó para declarar a Sll propio nornhn~ Por eso su destitución scfíala 1111 -viraje clecisivo. Con el,
independiente de la Arnmblca Nacional del partido del el partido dei ord rn pedió, p<lra no rcrn¡;(?·,ulo jarn6s,
orden. un puesto índispensable para :i.firmar el rcg1m0n parla-
Pretextos plausibles para esta destitución no falta- ñ1éntarici, e] asickro del Poder Pjf'culi\·O. Se comprende
ban. El ministerio Barrot descuidaba inclnso las formas inmediatamente que en un país corno Francia, dondP el
de decoro que habrían lwdm aparecer al presidente de Poder ejecntivo el íspone ck un ejército el e funcionarios
la república corno nn Podfi al lado de la Asamblea Na- de mús de medio millón de Individuos y tiene por tanto
cional. Duranl"e l:i.~ vacacion0s parlamentarias Bonapartn constantemente bajo sn ~fopendcncia ndis incondícional
publicó una carta dirigida a Edgar Ney en 1a que parccfa a una masa inmensa lle intereses y cxislenc.ias, donde el
desaprobar la nctuación ilil1eral del papa, del mismo modo Estado tiene atada, fücaliz~(ia, rq};nlacb, vigilada Y tu-
que bahía publicado, en oposicíón a 1a Constituyente, telada a la sociedad civil, (ksde sus manífrstacíoncs más
otra carta en la que elogfrlba a Oudinot por su ata<1ue amplias ele vida hflsta sns vibraciones m:ls ü~signi~icanlcs,
contra la Hepública de Roma. A.1 votarse en la 1\sarnblea desde sus modafühdes mas gcncraks de cx1stcncm hasta
la existencia privada ele los ü)divid1.ios, donde este :uc~1;0
parasitario ad4uicre, por medio ele una cTntralizric10n
• Homhrn rh• p<iia. (Ed.)
6.5
64
, extraordiunri<1, iuw ubicuidad, uua w1inisciu1cia, una ca- rey conslilucional sin trono y siu cornna, sin cetro y sin
¡~::cídad a<:elernda de movimientos y u na clasUcÍdad que espada, sin atribulo de la irresponsabilidad, sin ~a po-
bulo micuentran corresp<mdeucia en Ja dcpemleueia de· 1>esi6n imprescriptible de la suprema dígnídud del Estado
s~1m~1an1Cfa, en d cnrci.cter caóticamentc informe del au- y, lo mis fatal de todo, sin lbta civil. En d ministerio
tcn.tlcn c11crpo soda!, se c:ornprcrnfo que en un país se- de D'Hautpoul no había más que un hombre de fama
me¡ante, al perder la posibilidad de disponer de los parlamentaria, el prcstami~ta F oulcl, uno de lo~ miembros
~m.estos .rnini.stei:iales,. Ja /\s<Hnblea Nacional perdía toda de peor reputación de la alta hnanzct. Le toco en suerte
mfluen~·1~ eJec~IV<l, si al mismo tiempo no simplificaba la c;1rkrn <le Hacienda. Co11sú1teuse las cotizaciones <le
Ja ü~l!n1~i1stmcwn del Estado, HO reducía todo lo posible la Bolsa <le París y se verá que desde el 1 de noviembre
1•] ~0 Jt'rutn. de 11111cionarios v finalmente no deja ha a la <le 1848 los fondos frnnc:eses suben y bajan con las subi-
soc1c~ad ::1 vil r a la opinión pública crearse SLts órganos cbs y bajad<Js ck las ttcciones bonap<H'listas. Habiendo
prnptos, mJepc:nd ientes dd Poder del gobierno. - I'ero encontrado así su aliado en la Bolsa, Bonaparte se adueñó
d interés 111atr~1 ial de la hurgucsíu francesü está precisa- al mismo tiempo de la policía mediante el nomliramiento
ll;~énte entre!epdo del modo mús íntimo con lü conserva- <le Carlier para prefecto de policía ele París.
c,·n11 dC' !lc\[Udla t'Xlcnsa y rnmificadisimll maguinariü de) Sin embargo, las consecuencias del canibio Je rni-
I~,s!Jdo. l .o)•K'H iUJlll a sn población sobrante y completa nister.io sólo podían revelarse conforme fuesen desarrn-
en torm;l d,c, '1H'ld11., d¡c·! Eslado lo que no ¡)uede em- llúndose las cosas. Por el momento, Bonaparte sólo habia
holsar~e r•n lurnrn J,., beneficios, intereses. r<•ntas v hono- dado un paso adelante para luego verse empujado hacia
rarim. D(· nlrn partc, su i11terés político la ohligabu a atds ele un n1odo laHlo más visible. A su agrio mensaje,
aumentar ilüv·inrncnlc. la represión, y por tanto ·lus re- siguió lü declaración más servil de sumisión a la Asamblea
cmsns, y el _per.'ional d("! Pod(~r del Estado, a la par que Nae:ional. Cuantas vt'ces los ministros hacían el tímido
se vern obligada a sostener unu guerm ininterrumpida itltt:uto de presentar como proyectos de ley sus caprichos
contra la opinión públíc~1 v mutilar v paralizar recelosa- personales, ellos mismos pm·:cíau curnpl_ir un man<lat?
mente los orgam1 o.; indepc·wl !entes de movimiento ele la grotesco a regañadíentes, obligados tan solo por su p~s1-
sociedad, allí dundc no ¡·onseguh amputados por com- ciúu v convencidos de antemano de la falta de ex1to.
p1e: o. ,DP este modo, la hnn;ut'S !n francesa veíase forza- Cuantas vec:es Bonupartc, a espaldas <le sus ministros,
cb, 1~·1~· su sítuadún de cht·:c;_~k: mm parte a destruir fas se iba de la lengua hablando ele sus intenciones y jugando
conchc1ones ele vída de todo Poder parbmentario, in- con sus idées napoléoníennes, sus u1ísn10s ministros le
cluyemlo por !unto el suyo propio, y ele otrn a hacer irre- desautorizaban desde lo alto de b tribuna de la Asam-
sistible l'! Poder cje('Hlívo hostil a elln .. blea Nacional. Parecía como si sus apetitos usurpadores
El nt1cvo min!skrio llarn,\h~ise e! rninísterio l)'Jfaul- sólo se exteriorizasen para que no se acallasen las risas
paul. No porque el gcncrul fYilautpoul hubic~e obtnii- malignas de sus adversarios. Se comportaba como un
do el raugo de presidente del Consejo. Con Barrot, Bo- genio ignorado, comideraclo por el mundo entero como
rn1parte había suprirnido prácticamente es la dignidad, ull bobo, Jamás disfrutó del desprecio de todas las cla-
CJ ne com!ena ha al presidente de la república, ciertamente, ses de un modo más completo que durante este período.
a la nulidad legal de un rey constitm:ional, pero de un Jamás la burguesía dominó de un modo más incondicio-
66 67
nal, jarnús hizo una ostentaci1'in m{i s jactanciosa de las
gendarme. Se eornpr('rnle has.ta qué pun,lo_ tres aÍJos ele
insignias (k su dominnción.
rf'.gimcn del gemlanlli:-\ l1enclcc1clo por el rcg1mcn del cura,
No tengo por qué escribir aquí la historía de ,sns tenía qne cksmoralizar a nmsas incultas.
actividades legislativas, que se resunie, durank este pe- Ijor grnnrfo que fuese la suma de pasirm y declama-
l'ÍocTo, en dos leyrs: la ley restablPciendo el impuesto so- ción que el partido del orden derrodias0 desde lo allo
hre el dno y la ley de ense11rmzo, que snprime la ilicTe- de la tri huna clP la Asarn blea Nacional contra la minoría,
tTulidacl religiosa. Sí a los franrPsPs se les ponhn obs- sns discursos eran monosilfrbiC'os. corno los del cristiano,
táculos parn beber vino, en cambio se les servía con que ha ele dPcír: Sí, sí; no, no. l\Jonosil:í.bicns en ht tri-
tanta mavor abnndnncía el :1)4ua ele la vida justa. Si en buna y monosilábicos en la pr0nsa. lns11 ltos como los
la ley sofire el impuesto del ~cíno la lmrguesírr declaraba acPrtijos cuya solución se sabe de antemano. Ya se trat(4
Jntangible el antiguo odioso sistema fiscal francés, con del dere('ho de petición o del impuesto sobre d vino,
falcv de enseñanza intentaba asegurar el antiguo estado de la libertad de prensa o del libre camhin, de los clubes
de á;)imo de las masas, que lo lmcía soportar. Se asom- o del reglamente; municipal, de la protección de la li-
bra uno rle ver a los orleanístas, a los burgueses liberales, bertad personal n de la regulación cld presupuesto del
estos viejos apóstoles del voltf'rianísmo y ele la filosofía Estado, la consigna se repite siempre, d tema es siempre
ecléctica, confiar a sns enemigos hereditarios, los íesuitas, d mismo, el fallo está siempre preparado y reza invaria-
la administrnci6n del espíritu francés. Pero orleanistas y blemente: "¡Sucialimnof" Se presenta como socialista
legitimist;is, aunque discrepasen en lo que se refería al hasta el liberalismo burgués, corno socialista la ílus.tra-
prctcndicn!c a la corom~, comprPndían que su clomina- cion burguesa, como socialista la reforma financiera bur-
ción coligada exigía unir los medios de opresión de dos ·gnesa. Era soc:ialísta construir un ferrocarril donde había
épocas, qne los medios ele sojuzgarniento de la monarquía va un canal y socialista (lefenderse con c1 palo cuando
de Julio clebian cornple!arse y fortalecerse con los medios fe atacaban ; uno con la espacla.
ele sojuzgarniento de 1a restauración. Y esto no era mera retórica, rnoda, táctica de par-
Los campesinos, defraudados en todas sus esperanzas, ticlo. La burguesía tenía la conciencia exacta de qnc
oprimidos más que nunca, de nna parte por el bajo nivel todas las armas forjadas por ella contra el feudalismo se
de los precios de los cereales y de otra parte por la carga voldan contra ella misma, de que todos los medios de
de las c:ontribtwiones y por el endeudamiento hipotecario, cultura alumbrados por ella se rebelaban contra su pro-
cada vez mayores, comenzaron a agitarse en ]os depar- pfa civilización, de que todos los dioses que había creado
tmncntos. Se les contestó con una batida furiosa contra la nbanclonaban. Comprendía que todas las Barnaclas li-
los maestros de escuela, que fueron someUdos al cura, bertades civiles y los organismos ck progreso atacaban y
contra los alcaides, que fueron sometidos al prefecto, amenazaban al mismo tiempo eu la base social y en la
y con un sistema de Pspimmje, al que quedaron so- cúspide política a su dominación de close, y por tanto
rnetidos todos. En París y e11 tas···grai1des ciudacles, la se habían convNtido en "socialistas··. En esta amenaza
reacción misma presenta la fisonomía de su époea y pro- v en este ataque veía con razón el secreto del socialismo,
voca más (le lo que reprime. En el campo, se hace baja, ~uyo sentido y cuya tendencia juzgaba ella más exac~a­
vulgar, mezquína, agohiantf', Vf'jatoria: en nna palabra, el rnente (1ne se sabe juzgar a si mismo el llamado soc:¡a-

68 69
lirnw, el cual no puede cowpreu<ler por dlu cúmo la lo d<:ja hJdu a fa decisión de bs mayorías; ¿,<:ómo, pues,
burguesía se cierra a cal y canto contra él, ya gima sen- no van a querer decidir las grandes mayorías fuera del
timentalmente sobre los dolores <le la lmrnaHida<l, ya parlamento? Si los que están en las cimas del Estad0
anuncü:: cristiarnu11eute el reino milenario y la fraternidad tocr<u, c'.ciué cosa rnús natural sino qtte los que están aba-
un[versal, ya chuchee lrnma11ísticmneHle ha blando de iu- jo bailen?
genio, cu1turn, libertad o ca vil e doctriualllJenk uu sistema Por tanto, qELW:lcLL~ burguesía excomulga como "so-
Je conciliación y bienestar de todas las clases sociales. cialista" lo que antes cnsalZ.afKi co'úi.ó ''libérál", confiesa
1
L() q U\:' no cuH1prendía la burguesía ern la consecuencia · que su propio interés le ordena esl1uivar el peligro de
de que su mismo régime11 parlomenturio, de rpie s11 du- su gobiemo propio, que para poder imponer la tranqui-
n1í11oci<ín ¡wlíiica tenia (¡uc caer lambién bajo la conde- lidad en d ixds tiene que imponérsela <lllt~ todo a ~l1.
nación general, corno sucialista. :\fi('nlrns h dominación p,ufarncHto burgués, que para mankner intacto su poder.
'de 1a clase burguóa no se huLicse organizado íntegra- social tiene que quebrantar su poder político; que los
mente, no hubi<:se adquirido su vu·dnden1 expresión po- indív1L1uos burgueses sólo pueden seguir explotando a
lítica, no podhi desLtc,arse ta1npoco de un rncKlo puro el ()tras clases y (_lisfrutanc1o a pnciblemente de 1a propiedad,
aaLagunismu de la~ otras clu~es, ni podb, allí donde se la familia, b rdigiém y d_9!>1cn bajo la condición ele que
destacaba, tomar d giro peligroso (!lW convierte toda su clase sea condenada con las otras clases a la misma
lucha contrn el Poder del Estado en uw1 lucha contra el nulidad política; (}lW, para salvar la bolsa, hay que re-
capital. Crnrndo en cada manifestación de vida de la rnmciar a la corona, y que la espada que había de pro-
socicdé~d veía un peligro para la "tranqnilida<l", ¿cómo teger1a tiene WlC pender al !llÍSlllO tiempo sobre SU propia
podía eupeí1arst~ en mantener i la <:abezU. de hL sociedud calieza como la espada de Damndes.
() rébufmen de {a aoituciÓn
o . . ' el réaimim
] SU 11rül)i0 régimeÚ
. b En el c:arnpo de los intereses cívicos generales, la
pw!umentario, este régimen que, según la expresión de Asamblea Nacional se mostró tan improductiva, que, por
uno de sus orcldorcs, vive en 1a ludia y merced a 1a hi~ ejemplo, los debates sobre el ferrocarril Paüs-Aviñón,
dm? El régirneu parlamentario vive de 1a discusión; cumenzm1os en el invierno de 1850, no habían terminado
¿,cr'imo, p11es, va a prnhibir que se discuta? Todo interés, tudavíu e1 2. de diciembre de 1851. Donde no se trataba
toda .Íllotilucíón sociul se c:ouvíerten aquí en ideas gene- de oprimir, de actuJ.r reaccionariarnente, estaba condena-
rales, se ventilan baju forma e ideas; ¿cómo, pues, algún da a una esterilidad incurable.
íntcri':s, alguna i.usUtncifoi van a situarse por encima del r..Hentrns el ministerio de Bonaparte tomaba en par-
pcmarníento e imponerse <:umo artículo de fo? La lucha te· la inic:ialiva de 1eyes inspiradas en el espíritu del par-
de lo•; ontd !Jr<:'S en la triburn1 provoca la lucha de los tido del orden, y en parte exageraba todavía más su se-
plundcros de Lt prc·usa, el club de debates del parla- veri<lad en la ejec:uc:ión y immejo de las mismas, el propio
rncn'.o ~e ccHnplcmenla JH'C'esariamenk con los clubs de Bonaparte intentaba, mediante propuestas puerilmente
debates ele los salones y de Lts tabernas, los representan- necias, ganar popularidad, poner de manifiesto su anta-
tes que· npdan contirn1~1nwnte a la opinión del pueblo gonismo con la Asamblea Nacional y apuntar al designio
autol'iLan a b on'rdm del nueblo nara expresar en peti- secreto de abrir al pueblo francés sus tesoros ocultos,
cioues su verdadera opi11ió;1, El r~égímen parlamentario designio cuya ejecución sólo impedían provisionalmente

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las drcimsfaneias. Así, la proposición de decretar un au-
mento de cuatro "sous"" diarios para )ns sueldos de los peligro d<' csl<i YiclfJria dcdrm:d. El ejército \'OtÓ en Pa-
suboficiales. Así, la proposición ele crear un Banco para rís por el insurrecto de Junio, contrn La HiW\ im ministro
conceder crédi!os de honor a Jos obreros. Obtener dinero de Bonaparte, y en los departamentos votr'J en gran parir'
n:galado y prestado; he aquí la perspectiva con que cs- por los "monlrn10ses", q1w también aquí, amH1ue no de
peraha que las masas pícasen en el anzuelo ..' Re¡¡;alar y nn modo tan decisivo corno en París, afirmaron la supre-
recibir prestado: a eso se limita la ciencia financiera dd macía sohrP sus adversarios.
'lurnpcmproletariado, lo mismo del distinguirlo que ele! BonapartP viose, de pronto, colocado otra vez frcnlE'
vulgar. A esto se limitaban los resortes rp10 Bonapartc a la revolución. Lo mismo que el 28 de enNo rlc 1f-M9,
sabía poner en movimiento. Jamás nn pretendiente ha ln mismo que el U de junio de 184.l)_ el JO de marzo do
especulado más simplemente ·sobre la simpleza de las 1850 dcsaparnció detrás del partido clcl nrrlen. Sí' inclinó,
masas. piclió pusilánirnenwnte perdón, se LrimlrJ a nombrar cual-
La Asamblea Nacional montó repdidas veces Pn có- quier ministerio q11e la mayoría parlamentaría ordeuase,
lera ante estos intentos innegables de ganar popularidad suplicó incluso a los jefes de partido, orleanistas y lq;i-
a costa suya, ante el peligro creciente de qne este avPn- timis!as, a los Thiers, a los Berrycr, :1 los Broglie, a los
lurero, al que espoleaban las deudas y al que no contenía i'IInlé, en una palabra, a los llamados "burgrn\·cs"" a que
el temor de perder ninguna reputación adquirida, osase empnñasen ellos mismos el timón del Estado. El partido
1111 golpe des()sperado. La desarmonía entre el partido del orden no supo aprovechar este rnmnento único. En
del orden yrel presidente había adoptado ya un e::nácter vez de apoderarse audazmente del I'rKler que le nfrccían,
amenazador, cuando un acontecimiento inespcraclo vol- no obligó siquiera a Bonapartc a rq)[)JHT el ministerio
vió a echar a éste, arrepentido, en brazos de aquél. Nos destituirlo el 1 de novicm bre; se contenl() con lnunillark
referirnos a las elecciones parciales del 10 de marzo de mediante Pl perdón y con incorporar al ministcrio D-Haut-
1850. Estas elecciones se celebraron para cubrir los pues- poul al señor Bnrnclie. Este Baroche había vomitado
tos de diputados qne la prisión o el destierro habían d0- foría como acnsadnr público, una vez contra los revolu-
jado vacantes después del 1~1 de junio. París sólo elígió cionarios del 15 de mavo v otra Yez contra Jos demó-
a carnlídatos socialdemócratas. Concentró incluso la ma- cratas del 13 do junio: an.te el Tribunal Supremo del
voría de los votos en un insurrecto de Junio de 1848, en Bourges, ambas veces por atentado contra la Asamblea
be Flottc. La pequeña burguesía de P<irís, aliada al pro- Nacional. Ninguno ele los ministros de Bnnaparlc había
letariado, se vengaba así de su derrota del 13 de junio clo de contribuir m:ís a despn'stigiar a la Asam blca Nacio-
1849. Parecía como si sólo se hubiese retirado del campo nal, y después del 2 de diciembre de 1851 le volvernos a
de batalla en el momento de peligro para volver a pi- encontrar, bien instalado y espléndídanwntc rctribu ido,
sarlo, con una masa mayor ele fuerzas combativas y con
una consigna de guerra más audaz, al presentarse la
ocasión propicia. Una circunstancia parecía aumentar el " Dirigentes de los diplltados "dd p~r!ido rlel ordr·n" en lD
Asamblea Legisbti\·a. S"' le;; Jaba in'n1icmnenk el nombre de hm-
gravcs ( rlel drama Los lmrgrai:es de Víctor Hngo) p¡;ra indicm la
q !lfoneda de d11co céntimos. (Ed,) impotento mnbición de Poder y las flspirncimws frnrlalcs dP lo<
monárrp!Ícos. !Ed.)
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de vicepH0<>ideutc dd Senado. Había esCLtpi<lo en la sopa se les condicionaba la prueba ,[<, esl<~ domicilio al testi-
de los revoluciunarios, para que luego se la comiese Bo- monio de su patrono.
naparte. To<la la excitación y toda la fmía revolucionarias ele
Por su parte, d partido socialdemócrata sólo parecía los demócratas durante la lucha constitucional ele las elec-
acediar prclt:xlos para poner de niwvo en tela de jnicio ciones se convirtieron en préd iC<lS cunstitucionales, reco-
su propia victoria y rnellarla. Vida!, uno de los diputa- i1 mendando, ahurn r1 ue se trnl a La de oro bar con las armas
dos recién elegidos en París, había salido elegido tam- en la mano que ~iquefüJ~ triunfos efcctornles habían ido
bién por Estrnsburgo. Le conveHcieron de c¡ue rechazasé en serio: orden, calma rnayestútic,1 (calme ma;estueux),
el acta de l\i.rís y optase pur la de Estrasbnrgu. Por tan- actitud legal, es decir, sumisión ciega a b voluntad de
to, en vez de dar a su victoria sobre el terreno electoral la contrnrrevoloción, que se ünpunía insolentemente como
uu carúcter ddiuitivu, olJUgando con e11o al partido del ley. Durante el debate, 1a l\Iontafül avergonzó al partido
orden a discutírsela inmediatamente en el parlamento; del orden, haciendo valer contra su pasión revolucionaria
en vez de empujar usi ~tl adversario a la lucha eu el mo- la actitud desapasionada del hombre de bien que no se
mento de entusiasmo popubr y aprnvedrnnclo el estado .sale dd terreno legal y fulmin{uidule con el espantoso
de espíritu favorable del ejército, el partido democrútico reproche de que se coruportaba rn·(iluciunariarnente.
a lmrrió a París durnnte los meses de rnarzo y abril con Hasta los diputados recién elegidos ~e esforzaron en de-
una nueva carnpaiía de agitación electoral, dejó que las mostrar, con ~u actitud correcta y reflexiva, cu:in igno-
pasiones populares excitadas se extenuasen en esie mwvo rantes eran quienes los denigraban corno anarquistas e
juego de escrnt·inio provisional, <1ue la energía revolu- interpretabau su elección corno una victoria revolucio-
cionaria se saciase con úxitos comlitucíonales, se gasfase naria. El 31 de rnayo Juc aprobada la nueva ley electo·
en peiptdí.as intrigas, hueras declamaciones y n1ovirnien- raL La !\Ioiitaüa Sl:: contentó con llleter ele contrabando
tos aparentes, que la burguesía se concentrase y tomase w1a protesta eu d bolsillo del presidente. A 1a ley elec-
sus medidas, y, fifüd rnc~nle, que Lt significación de las torul siguió uua nueva 1E'y de prensa, con b yue quedaba
eleu::iones de rrnlfzo em:ontrase, en la votadón parcial de suprimida de raíz toda la prensa diaria revolucionaria.
abril, con la elcc.:eión de Eugenio Sue, un comentario Era la suerte que se había merecido. El Natíorwl y La
sentirnental Sllll vizador. En una pala brn, le hizo al 10 de Pres se, dos órg~rnos burgueses, q ueclaron después de esle
marzo una bwma <le 1 de abril. diluvio corno 1a avanzada m:'i.s extrema de la revolución.
La mayoría pürlamentarü comprendió la <lebilidad Veíamos cónio los jefes dcnH)CfÚticos hicieron, durante
<le su adversario. Sus diecinueve bnrgrnves --pues Bona- 1os rr1c·ses de marzo y abril, tudo lo posible por ernbrollar
partc les había entregado la dirección y la responsabi- al pueblo de París en una lucha ficticia y cómo después
lidad del ataq LW~ elaboraron una nueva ley electoral, del 8 de mayo hicieron todo lo posible por contenerlo
cuyo proyecto se confió al señor Fancher, quien recabó de la lucha real. i No debemos, además, olvidar que ~l
para sí este houur. La ley fue presentach por él el 8 <le año 1850 fue uno de los años más brillantes de prospe-
mayo; en ella, se abolía el sufragio universal, se imponía r¡clad industrial y comercial, y que, por tanto, el prole-
como condición q uc el elector llevase tres años domici- _tariado de París tenía trabajo en su totalidad. Pero la
liado en el punto electoral, y hnalmentl', a los obreros ley electoral del 31 ele inayo de 1850 le apartaba de toda
intervenciÚH en el Poder político. Lo aislaba hasta del. burgw;:~\a contestr'¡ proscribiendo el sn [ragío universal.
propio campo de Ja lucha. \-olvía a precipitar a ]os obrc- La iey de .31 de mayo ('Ifl, puPs, una de las necesidades
rós a la situación de parias en que vivían antes de la impuestas por la lucha de clase:;. Por otra parte, la Cons-
rnvoludón de Febrero. Al dejarse guiar por los demó- titución exigía, para quP la Plecdón del presidente de Ja
cratas frente a este acontecimiento y a] olvidar el interés Hepúblíca fuese v!tlicla, un mínimo de dos 111i1lonps rlc
revolucionario de su clase ante un bienestar momentáneo, votos. Si ninguno de los candidatos a la prc.sideiicia obte-
renunciaron al honor de ser una potencia conquistadora, nía esta vot;·~:ión mínima, la. Asamblea Nacional tlcbcría
se sometieron a su suertP, demostraron que fa derrota de elegir al prPsirlcnte enlre los tres canclhlatos (11ie ohtn-
Junio de 1848 los había incapacitado para luchar durante YÍf'sen nüs votos. Cuando la Constilnycnte dictó esta ley,
muchos añ.os y que, por e] momento, el proc0so histórico li;.Üiía en el censo electoral diez millones de electores. Es
tenía <1ue pasar de nuevo sobre sus cabeza~.. En cuanto decir, que a jnic.io ele ella baslnba con los votos de nna
á Ja dcn10Ci·ada ix~queñoburguesa, que el 1.3 ele junio quinta parte del censo prlrn qne ln elección del presi-
había gritado: "¡Ah, pero si tocan al sufragio universal, dente fuese v/tlida. La ley ele 31 rlc mayo suprimió del
ah, entonces!", se consolaba ahora pensado que el golpe censo electoral, por lo rnenos, tres millones de electores,
contrarrevolucionar.io que bahía descargado sobre ella no redujo el m'miero ele Pstns a siete millones y mantuvo, no
erf?& !al golpe y que la ley de 31 de mayo no era tal ley. obst~ntP, la cifra mínima ele dos millones para la elección
El segundo domingo de mayo de 1852, todo francés com- de presidente. Por tanto, eleYÓ el rnínirno legal ele mm
parecerá en el p;ilenque electoral, empufiando en una quinta parte a casi un tercio del ecmo; es decir, hizo
mano la papeleta de voto y en la otra la espada. Esta todo lo posible por escamotear la elección de presidente
profecía le sirve de satisfacción. Finalmente, el ejército de manos del pueblo, entrcgúndoh a manos de la As;im-
volvió a ser castigado por sus superíorcs por las eleccio- blea Nacional. Por rlondc d partido dP] orden parecía
nes de marzo y ahril de 1850, como lo había sido por las haber consolidado doblemente su dominación con la ley
del 28 de mayo de 1849. Pero esta w~z se dijo resuelta- de 31 de rnavo, al entregar la f'kcción de la Asamblea
mente: "¡La revolución no pos engañará por tercera vez!" Nacional y h{ dd presid('rltc ck b república al nrbitrío
La ley de 31 de mayo de 1850 era el coup d'état de de la parte más estacionaría do Ja sociedad.
la burguesía. Todas las conquistas anteriores hechas por
ella contra la revolución tenían un carácter rnernmenle
provisional. Tan pronto como la Asambka Nacional f'D V
funciones SP relirnba ele la escena, comenzaban a ser
dudosas. Dependían del azar de unas nuev:lS elecciones Después de superarse la crisis rPvolucionaria y a holir-
generales, y la historia de las elecciones desde 1848 pro- se d sufragio univcrs:i.l, estalló inmediatamente una nueva
baba irrcfutahlernente que en la misma proporción en lucha entre la Asamblea l\ncímml y Bonapar!c.
que se desarrollaba el poder real de la burguesía, ésta La Constitución había fijado el sueldo rk Bonaparte
~ba perdiendo sn poder moral sobre las masas del pueblo. en 600.000 francos. No bahía pasado medio año desde
iEl ] O de marzo, el sufragio universal se pronunció clirec- su instalación, cuanclo consiguió elevar esta s~1rna al do-
lament0 en contra ele la dominación ele la burguesía; la ble. Odilon Barrot arrancó a la Asamblea Nacional

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Constituyente uu suplemento anual de G00.000 francos .\sarnblea Nacional suspendió sus St'.SÍones por !res meses,
para los llamados gastos de representación. Después del desde el 11 de agosto hasta el 11 de noviembre, Dejó
13 de jimio, Bonaparte habla expresado olra demanda en su lugar una comisión permanente de 28 miembros, en
igual, sin que estn \CZ lbrrnl le escuchase. A.hora, des- la que no entraba ningún bonapartista, pero sí en cambio
pués del 31 de mayo, St' a¡mlvedió iurnediatarnente del algunos republicanos moderados. En la comisión penna-
rnomenlo favoralile e hizo qne sus ruíuístros propusiesen nente de 18-49 no había mús que hombres de orden y bo-
<l la Asamblea Nacional una ]isla civil de tres millones. napartistas. Pero entonces el i1artido del orden se decla-
Uua larga y aw·nt11rera vida de vag<ihunclo le había do- ntba permaneutcm(~nte en conlra de la re\'olución. Aho-
tado de los tentúcnlos rnás perfectos para tantear los mo- ra, la repúbl icn pürlanwntaria se L1eclara ha penmuiente~
mentos (le clebilídad e11 que pudia sacar dinero a sus mCHle en contra del presidente. Después de la ley de 31
burgueses. Er<t nn cfomtuj(: <'n !oda rcglu. La Asamblea de mayo, el parUdu del orden ya 11<i tenía enfreutc más
Nacional había rleshvrmtdo la soberanía del pueblo con q ne este ri\ al. ·
su fl\'ll(la v ~u ;_·01111h·euci;1. La auwnazó con denunciar CuaHclo la A~arnblea Nacional volvió a reunirse e11
su d~Jito a~ile el tribunal del pm:blo si no aflojaba la bolsa noyiemhrc de 1850, rarecia inevitable que estallase, en
r cornprnh1 sn silencio con tres millones al afiu. La vez de sus escaramuzas ankriures con el presidente, una
Asamblea Nacional había robüdu el voto a tres millones grnn lucha implacable, una lucha a vida o rnudlC entre
lle fnrncese~. BunapMle exigía por cada francés política- los dos poderes.
meute d{:svdrHizado mi frauco en moneda circulante, lo Lo rni~niu que en 18'1~J, dm~rnlc las vacaciones parla-
que hacía un total exacto de tn's millones de francos. El mentarias de esle aíio, el partido del urden se había dis-
elegido por seis rniltunes d L' ,~lectores reclama una indem- persado en sus distintas fracci011es, cada cual ocupada
nización por los \'Otos que le han estafado después de su con sus propias intrigas resbmraduras, a las que la muer-
elección. La comisión de !a :\:mll!blca Nacional rechazú te de Luis Felipe daba uucvo p!tbu1o. El rey de los legi-
al importunn. La prensa bonapmtista amenazó. ¿Poclia timistas, Enrique V, había llegado incluso a nombrar un
la Asarnble;l Nacional ron1per con d presidente de la He- ministerio formal, tl Lie residía en París y del que forma-
púhlica, en nn rnomenln t:n que había roto fundarnental ban parle miembros de la cmllisíón permanente. Bona-
y dcfiuitinunente cou la rn~·¡:·;n de la nación? Por eso, aun parte queclaba, pues, autorizado parn emprender a su vez
denegando la !isla civil anual, cuucedió por ulla sola vez jiras por los depnrlanientos franceses y dejar eseap11r,
un suplemento de 2.lG0.000 francus. Con ello, hacíase reo recatada o abiertamente, según el estado de ánimo de 1a
de una doble debilidad: la de conceder el dinero y la ele ciudad a h que regabb<t con su presencia, sus propíos
revelar al rnisrno licrnpu, con su irritación, que lo conce- pbnes de reslauración, ree:lutando votos para sí. En
(1' ;t de HmLi gana. \ Ls adchwte n·rullos para qué nece- estas jiras, lpie d grau Afonileur oficial y los pequeños
sita Ju Bunapartt: es le dül('nl, Tras este molesto epílogo ''monitores" privados de Bcwaparte, tcn'ian, naturalmente,
que siguió 1l la -supu'sión del sufragio lliíÍversal, pisándole que celebrar como cruzadas triunfales, le acornpaüaban
los taluncs, y en el que Bonaparte cambió la humilde constantemente afiliados de la Sociedad del 10 de Diciem-
actitud que aclo1k~rn durante la crisís de marzo y ahril bre. Esta socícdac.1 data del aüo 1848. Bajo e1 pretexto
con un retador cíniswo !'rente al parlan1ento usurpador, la de crear una sociedad de lx:ueficemia, se organizó al

78 79
lumpPmpmlclariado de París en secciones secretas, rn(la rn 11niforrnes franccs1'S. Ellos rcprcc;cnlan el ejército. En
una ele dlas dirigida por agcntc,s bonapartistas y un ge- su SqciPdad dd 10 ele Diciembre, rcnnió a 10.000 mise-
neral bonaparlistn. a la cnbcza de toclas. Junto a roués"' rables del lmnpen. que habían de rcprcscntar al pueblo,
arruinados, con equívocos medios de Ylda y ele equívoca como :'\ick Bnttnn ~ rcprcscntalrn f'l león. En un mo-
procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros mento en Cjll{' h rnis1rn1-bnrgur:sía reprc,cnt::iba la cnme-
de la burguesía, vagabundos licenciados de tropa, licen- dia más completa, pero con Ja mayor seriedad del mundo,
ciados de presidio, esclavos huidos de gn1eras, timadores, sin faltar a ninguna ele las pedantescas condiciones de la
saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores <"liqueta clrnnnüica francesa, y ella misnHt obraba a me-
m(l(¡uereaux, duefios de bmdelcs, mozos de cuerda, escri- dias cngaüada " :l medias coin-cncida de la solemnidad
torzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, de sus ~ccioncs' y representaciones dramáticas, tenía que
mendigos; en una palabra, toda esa masa informe, difusa YQncer por fuerza el a venturero que lomase ]isa y llana-
y errnntc que ]lis francPses llaman la bohéme; con estos mente la comedia como tal comedia. Sólo después de
elementos, tan afines a él, formó Bonaparte fa solera de eliminar a su solemne adversario, cuando él mismo toma
la Sociedad del JO de Diciembre. "Sociedad de benefi- ett snio su papel imperial y cree rPprcsentar, con su
cencia" en cuanto que tmlos sus componentes sentían, al careta uapoleónica, al au!{:ntico Napoleón, sólo entonces
igual q ne Bona parle, la 1wcesidad ele beneficíarse a costa es víctima dP su propia concepción del mundo, el payaso
de la uación trabajadora. Este BonapartC', que se erige en serio que ya no loma a la historia universal por una co-
fefe del lwnpemproletnrindo, guc sólo en éste encuentra medía, sino su cornee.lía pnr 1a historia universal. Lo que
reproducidos en masa los intereses que él personalmente prtrn los ohreros socialistas habían sido los !alkres nado~
persigue, que reconoce en esta hez, desecho y escoria de nalcs y para los repn1-1licanos burgueses los gardcs mnúi-
todas las clases, la lÍníca clase en la quc puede apoyarse 7cs, era para Bonaparte la Soci(xlad del 10 ele Diciembre:
siu reservas, es el auténtico Bonaparte, el Bonapartc sans la fuerza combatiy:1 de partido propia de él. Las seccio-
phmse. Viejo roué ladino, concibe la vida histórica de nes de esa socledml, e1wiadas por paqnclcs a las estac.io-
fos pueblos y los grandes actos de gobierno y de EshHlo nes, debían improyisar1e rn sns viajes un públko, repre-
como una comedia, en d scnti(lo más vulgar de la pala- sentar el entusiasmo popular, gritar Vice l'Empcreur!, ín-
bra, como una nmscarnda, en qtte los graneles d.is fraces y snltar y apalear a los republicanos, natmalmcnte bajo la
las frases y gestos no son más q11c la careta para ocultar protección de la policía. En sus yiajcs de regreso a París,
lo más mczqllíno y miserable. Así, cu su expedición a
dciiían formar la Yanguardia, aclelautarse a las contra-
Estrashmgo, donde el buitre suizo nrnacstrado desempe-
manifcs~acioncs n dis1wrsarhis. La Sociedad del 10 de
ñó el papel de ágníla napokúnica. Para su incursión en
Diciembre ]P. pertenecía a él, era s11 obra, su idea más
Boulogne ~ ", ernlmlc a unos cuantos lacnyns ele Londres
pr.iYatiYa. Todo lo demás (le q uc se apwpia su lo da la
fuerza de las círcunslancias, en todos s11s netos actúan
• Lilieit in os. !.Ed.)
0
• El priinn intento follillo (k golpe de Estíldo f11e r;•0lizarln
por Lnis Bon[lpmtc en Estrn>hmgo, rn 1836. l.[l incursión en
Bonlogne, en 1840. e:- la segumh tentati,·a infrnctnnsa de Lnis º l'errnnrtic d(• ];1 lülli('di:l de Shakt'spertre El srunlo de tma
Ilonnpmlc para prodam;usr· emperador. ( Ed .1 nrwhc de rc111;1u (Ed ,1

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por ¿¡ Lis circunslnncias 11 Sl' iimita •l copiarlo de los Íie· ro qnc acababa de arrancarle u éstu. Como fatalista que
chos de otros; pero el Bonaparte qne se presenta en es, abriga ln convicción de que hay ciertos poderes su-
público, anl e los ciudadanos, con las frases oficiales <lel periores, a los que el hombre v sobre todo el soldado no
orden, la religión, la familia, la propiedad, y detrAs de se pueclc re~istir. Entre eslos Í1ocleres incluye, en primer
él la soc:iedad secreta de los Schufterle y los Spiegelberg ~, término, los cigarros y d champagne, las aves frías y el
la suciedad del desorden, la proslilución y el rubo, es el salchichón adobado con ajo. Por eso, en los salones del
propio Bo11aparte c(JLllO autor original y hl historia de la F.liseo, empieza obscqniando a los oficiales y suboficia-
Socíedad dd 10 de Diciembre es sn propia historia. Se les con cigarros v charnpagne, ~ives frías y salchichón ado-
había dad-11 el C<lMí dL' q11l' rcpu"SClllallll's del pucblu pcr~ bado con ajo. El :3 <le octulire repite esta maniobra con
ll'iwcicnte:-: al ¡mrlido del ordcu habían sidu apal('<Hfos las masas de tropa en la revista de St. t\faur, y el 10 <le
por los dcccll1bi·istas. \,l(1s aún. F:l cunii;;ariu du policía, octubre vuelve a repetirla en una escala todavía nrnvor en
Yon, adscrilo a la Asnrnhle<l :\,tcional y c-ricargado de la revista militar de Satorv. El tío se acnrdaha de las
la vigilancia Je su scgmidml, dcnunci:í <L b cmnisiün per- campafías de AJcjn11dru en '1bia, el sobrino se acuerda <le
rncmcntl), basándose en el testinwnio de un tal Alais, que la cruzada triuufal de Baco en las rnisrnas tierras. Ale-
una seccifo1 de deu:rnbristas había acordado a~esiuar al jandro era, cicrtalllente, un sen1idiós, pero Baco era un
general Clürngarníer y <l Dnpin, presidente de la Asam- dios corn plclo. Y, adt,1rnís, el dios tutelar de la Sociedad
blea Nacional, eslandu ya elegidus his indivichtos e11cu.rga- del iO dt' Diciembre.
dos de ejecutar este acuerdo. St~ cornprcmlerú el terror Despuós de la revbta del :3 de octubre, la comisión
del seiíor Dupin. Parecía inevitable una investigación permanente llamó a cornparecer aute ella al ministro de
parlnrneularia sobre la Sociedad del 10 de Dicicn,lire, es la Guerra D' 1 hrntpoul. Este prometió que no volverían
decir, la profanación del mumlo seerdo bonapartista. Por a repetirse aquclbs iJ¡fracviones de la discipli11a. Sabido
eso, preeisameuk, antes de que volviera a reunirse la es cómo Bu1uparle cumplió d .10 de octubre la palabra
.'\.sumblea 1\acional, Bunaparle disolvüí pn1denterneule su dada por D'lfaLLtpouL En ambas revistas había ilevado
Suciedad, claro csü que sólu sobre el papel, pub todavía ('l mando Changarníer, corno comandante en jefe del
a fines de 1851, d prefecto de policía Carlier, e11 una ex- ejórcito de httis. Changarnier, (1ue era a la vez miembro
tensa memoria, inlenlaha cu vano rnon·rle a disolver de Ta cu1uisión pcrnmncnlc, jefe de 1a Guardia Nacional,
realmente a lus deccmLristas. el "salvado/· del 29 ele euero y del 13 de junio, el ·'ba-
La Sociedad clcl Hl de Dicienibrc haLía de seguir luarte clt~ la sociedad", eamhdato del partido del orden
siendo el ejército privado de Bona parle rnienlras éste no para la dignidad presidencial, d presunto }..fonk de do~
eollsignicse convertir d ejércilu púhlit:o en una Sociedad monarquías, no se había reconodclo jarn~1s hasta entonces
del 10 de Dicicrn lm:, Buna1mrte hizo la LWÍrncrn tenta- subordinado al ministro l1P la Guerra, se había burlado
tiva eneLH11ina<la a esto poco después de suspenderse las siempre abiertarnenle de la Constitución republicana y
sesiones de la Asamblea Nacional, y la hizo con el dine- haLLt perseguido a Bouaparle con una alta protección
equívoca. A.hoia, se desvivía por la disciplina contra el
ministro ele hl Guerra y por la Constitución contra Bona-
• l\·iouticq¡•,; dd clictuia t1e Schillc'r l..t"» /Jundidos. (Ed.) parte. ~tientras que d 10 de octubre unn parte de la
caha11cría dejó oír el gri!o de Vice Nopo/eán! Ficent les <le prolijidad norteamericana, rrcargado de Ltelalks, olien-
saucissons!, ChangarniE'r hizo que por lo nwnos la infan- do a orden, ávido de rccmwiliacicín, Jleno de resignación
tería, que desfilaba al mando de su amigo Ncumrryer, constitucional, en el qne se trataba de todo lo divino v 1o
guardase un silcncío glacial. Corno castig~J, el 11 iinistro humano, menos de las qurstions lJriilnntes" del rnome;1to.
de la Cuera, acuciado por BonapartC', relevó al general Como de pasada, dejaba caer las palabras de que, con
Nenrnayer ele su puesto en París con el pretexto de entre- arreglo a las normas expresas ele b Consl itución, el pre-
garle el alto mando de b 14él y 1a 15;;i. división militar. sidente disponía por sí solo clel ejército. El mensaje ter-
Ncnmayer rehusó este cambio de destino y viose ohHgado minaba con estas palabras altisonantes:
asi a pedir el retiro. Por sn part.c, Clmngarnier publicó "Francia exigr: mde tudo tmnq11ilidad . .. So1¡ el único
d 2 dc~wvicmbrc una onlcn de plaza en la que prnhihía ligado por un Ílll'amentn, r¡ me nw11tenclré dentro de los
a las tropas permitirse gritos ni ninguna clase de manifos- estrictos límites que me troza. . . Por lo qnc a mí se
taciones políticas estando bajo las armas. Los periódicos refiere, elegido por el pueblo y no debiendo más que a
elíseos" atacaron a Changarnicr; los periódicos del par- éste mi pmkr, me someteré .o;iemprc a sn voluntacl legal-
tido del orden, a Bonaparte; la comisión permanente ce- mente expresada. Si en este pcríodD ele sesiones acordáis
lebraba mm sesión secreta tras otra, en las que se presen- la rm-isión constitncion:<L 1rna 1\sarn blea C:onstitnventc
taba reiteradamente la proposición de declarar a 1a patría reglanwntará la posició11 del Poder cj('cutiso, En" otro
en pclígro; el ejército parecía estar dhidido en dos cam- caso. d pueblo declarará solcnmcmen!e su decisión en
pos enemigos, con dos Estados ~fayores enemigos, uno 1852. Pero, cualcs(FlÍcra qnc pnerlan ser las soluciones
en el Elíseo, donde moraha Bonaparle, y otro en las Tu- del porvPnir, lleguemos a una inteligencia, para que ja-
1lerías, domle moraba Changarnicr. Sólo parecía faltar más h pasión, la sorpresa o la viokncia tlecidan la :-;uci·tc'
la reanudación de las scsimws de la ;\samblea Nacional de una gran na~·ión. ·. . Lo (111c sobre tmlo me preocupa
para que sonase la sefíal de la ludia. Al público francés no cs saber quien Ya a gobernar a Francia en 1852, sino
estos rozamientos entre Bnnapartc y Changarnier le mere- emplear d líempo de que d isyiongo de modo que el pe-
cían el mismo juicio que a aqnd periodista inglés (tUe los ríodo restante pasP sin agitación y sin pcrtluhnciones. Os
caracterizó en las siguientes palabras: "Las criadas polí- he abierto sincera!llenl.e mi cornzún, C'ontestad vosotros a
tícas de Francia barren la ardiente lava (le la revolución mí franqtwza C'On >'tiestra confianza, a mi bm'n deseo con
con las viejas cscohas, y se tiran del moño mientras eJe- vuestra colaboraC'ión, y Dios se encargar{! del resto".
cutan su faena". El knguaíe honesto, hipócritarncnte moderado, vír-
Entretanto, Bona parle se apresuró a des ti tu ir al minis- tuosaincntc lleno de l11garcs connmes de la burguesía,
tro de la Guerra, D'Ilautpnul, expidiéndolo precipitada- clcscubre su más prof11ndo sen\ ido en labios del autócrata
mente a Argelia y nombrando para sustituirle en h carte- de la Sociedad del 10 ele Dicicm bre v del h('nic de me-
ra de ministro de la Guerra al general Schrnrnm. El 12 rienda de St. \faur y Satory. ·
de noviembre mandó a la Asamblea Nacional un rneusnje Los burgraves del partido del orden no se dc.iaron

" Pi'riódicos rfo tendencia honaparli:,;!a. (E¡/.) ~ Problemas can(k11tes. (Ed.)

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engafíar ni un sulu insUute en cuanto al crédito que se hacer lrnnq uilameutc, y d pürtido parbmentariu sentíase
p·xlía dar a aquella cfusiÚH cordial. A.cerca de los jura- paralizado por un <loble temor: por el temor de provocar
rneutos estaban ya desde liada mucho tiempo al cabo de la agitación revolucionaria y por el temor de apareeer
la calle; entre ellos había veteranos, virtuosos del perju- como el perturbador de la tranquilidml a los ojos de su
rio político, v el pasüje dedicado al ejército no se les pasó propia clase, a los ojos de la burguesía. Por tanto, corno
desapercibido. Observaron con desagrado que, en la Francia exigía ante todo tranquilidad, el partido dd or~
prnlija e inlcrmiualJlc (,111rniernci(m de las leyes rccien· den no se atrevió, después de que Bonaparle, en su rnen-
tt:mente prnmulg<iclas, el mensaje guardaba ~n si1endo saje, había hablado de "paz.", a contestar Clfll ·'guerra".
nlcclado ac"4rca ele la rn{is importante de todas, ht ley El público, que ya se relamí~ pcusandü en las grandt•s
electoral, y más aún, qnc en caso de no revisión constitu- escenas ele escándalo que se iban a producir al reanudar-
cioual se dej•d.la al arbitrio e],;] pueblo, parn 1852, la elec- se las sesiones ele la Asamblc,t Nacioual, viosc defrauda-
ción ele presidente, La k y electoral era el grillete atado
0 do en .sus esperanzas. Los diputados de la oposición que
a los pies ele! partido del orden, que le impec1ía andar, exigían que se presentasen las aetas ele la e;ornísión pcr·
y no digan¡(JS lanzarse al asllltn. Además, con h disolu- manente acerca ele los acontecimientos de octubre fueron
ci/m de oficio de la Sociedad del 10 de Diciembre y la arrullados por los votos de la mayoría. Se rehuyeron por
destitución (1c1 ministro de la Guerra, D'llanlpoul, Bo- principio todos los debates que pudieran excitar los irni-
H<lpartc había sacrificado por su propia mano en el altar mos. Los trabajos de ht Asawblea Nacional durante lus
de la patria a las victimas propiciatorias. Qnitó la espina meses <le noviembre y diciembre de 1850 carecieron de
al ch()(lllt' que se esperúlia. Finalmente, el mismo partido interes.
del orden procuró rehuir, atenuar, disinmlar temerosa· Por último, hada fines de dicien1bre, cornenz.ó una
n1e;Hle todo cunfliclo decisivo con el Poder ejecutivo. Vor guerra <le guerrillas en. tornu a prer~·ogativ~s s~1e!Las d~l
miedo a perder bs corn111islas hechas contra la revolndón parlamento. E:.l movinuenlo se surnio en mrnucias morü-
dejó qne su rival cusechaSt' los frutos de ellas. "Francia fie;antes alrededor ele las prerrogatinis de arn bos pode-
e:-:igc ante lodu traw¡nilicbd'". A.si le venía gritando des- res, después qne 1a hurg;uesía, con la abolíción del sufragio
de fcLrenl ~ d parridu Jd urden a b revo]uciún, así le universal, se 11ubo desembarazado por el rnomento de fa
gritaba al p•<rtido Je! iirdeu el 1nensaje de Bonaparte. ludia de clases.
"Fnu1cia vxigc auk tcido trn11quílidacl". Bonuparte corne- Se había ejccut<tdu coulrn J\lcmguin, üno de los repre·
tía actos CllCitlll í11ad(ls a la usurpación, pero el parlíuo sentanles de la nación, uu<t sentencia judicial por deudas.
del orden provucctln "'agitaci(111" si arnHÜm ruido en torno A instancia del presidente del Tribunal, et rninistru de
a t'Slos aetu~ y los iuterprelaha de u11 wudo hipocondúa- Justicia, Houher, declaró que podí~L clicwrse sín más trá-
co. Los salcl1ichones ele Satory no despegaban los labios mites mandato de arresto conlra el deudor. ivfauguin
si rnulíe hablaba d« cllus, ''Frmtcia exige ante todo tran- fue recluido, pues, en la cárcel de deudores. Al conocer
quilidad". Es decir, Bonaparte exigía que se le dejase el alentado, LL Asantblea Nacional montó e11 cólera. No
sólo ordenó q l!C el preso !u ese iurnediatarncnle puesto en
liberlad, sino qne ac1ueHu 111iSJH<l Lude 1namfo a su gref-

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asunto :\languin y acostumbrada a Lpw d Pod cr ejecutivo
fier" a que le sacase por la fuerza ele Clichr. Sin em- le devolviera dos golpes por Ccl(1a 11110 que ella le ases-
bargo, para testimoniar su fo en la santidad dé la propie- taba, no sanciona el acuerdo. Destituye a Yon en rccorn-
dad privada y con la segunda intención <le abrir, en caso pensa por el celo con r1ue le había servido y se despoja
de necesidad, un asilo para "montañeses" molestos, decla- de una prerrogativa parlamentaria inexcusable contra un
ró válída la prísión por deudas de repre~entantes del hombre que no (lecide por la noche para ejecutar por
pueblo, previa autorización de 1a Asam bJea Nacional. Se d día, sino que drride por el día y ejecuta por la noche.
olvidó de decretar que tarnhién se po<lda meter en la Hemos Yisto cómo la As::rn1blea Nacio11:d, dnrn11!e Tos
cúrccl por dcudas"al prcsjdentc de la Jkpúl)lica. Dcstrn- meses de novicm hre v diciem hrc. rch1fft). nhogó. en gran-
yó h i'.1ltima apariencia de inviolabilidad q11c roclmba a df's v rleci>iYas ocasio1;es, 1a lu;:lm c~ntra e( 1>oder ejc-
los miembros de su propia corporación. cuti,;o, Ahora b vernos ohligada a aceptar esta lucha por
Hccuérdese que el comisario de policía, Yon, había los mol ivos m~s rnezqninns. En el asunto \Iauguin, con-
denunciado, basándose en d testimonio de un tal Alais, firma en principio la prisíón por cleudas de los represen-
los planes de asesinato de Dupin y Changarnif'l', por mm tantes ele la nación, pern se n·sen·a la posibilidad clo
sección de deccmbristas. Ya en la primera sesión, pre- aplicarla solamente a los representantes q11e no le sean
sentaron los cuestores en relación con esto la propuesta gratos, y regatm por este infame privilegio con el ministro
de crear una policía parlamentaria propirr, pagada del de Justicia. En ycz (10 rrproyccharse del supuesto plan
presupuesto privado de la Asamlilra Nacional e inclepen- de ascslnnto para abrir una in<"cstigación sobre la Socie-
dienlc en a bsolnto del lJrefccto el E' policía. El ministro dad del 10 de DíciPmlirc y clesenrna~carnr irremisible-
del Interior, Baroclw, había protestado contra esta inge- mente a Bonnparte antP Francia y ante Europa, presen,
rencia en sus atríbuciones. En vista (le e.~to se llegó a .tánclolo en sn Ycn.lndern faz. como fa cabeza dd lnm-
urnt mísera transacción, srgún Ja eual el comisario do pe proletaríaclo de rarís, deja epi e la colis.ión descienda a
policía de la Asamblea sería pagado de su presupuesto un punto en qnE' ya ln único que se V('ntila enlrc
privado y nombrado y destituido por sus cueshires, pPro ella y el ministro del Interior es qniPn tícuc competencia
previo acuerdo cnn el ministro del Interior. Entretanto, para nombrar y ~qxmir a un comirnrio de policía. Así,
Alaís había sído entregado por el gobierno a los tribuna- vernos al pnrliclo ck·l orden. llnrnnte todo este período,
les, y no fue difícil presentar sns dedarndones como obligado por su posíción equívoca, a con\'crtir su lucha
falsas y proyectar, por boca del fiscal, nn resplandor lle contra el Poder eiecuhrn en mezquinas discordias de
rídículo sobre Dupin, Changarnicr, Yon y toda la Asam- competencias, minucias, kguleyerias, litigios Je 1ímles, y
blea Nacional. Ahora, el 29 de diciembre, el mfoistro a tomar como eontenido (k s11s aclivjdaclcs las más insí-
Baroche escribe una carta a Dupin ~'xigiemlo la destitu- pidas c11estimws de forma. No se atrcvf' a afrontar d
ción de Yon. La i\ksa de la Asamblea Naeioual acuerda choque en el momento en q11c éste tiene mia sígnificación
mantener a Yon en sn puPSto. pero la Asamblea Nncíonal, ck príncipio, en r1nc E'] Poder <"jt:cntiyo se ha comprome-
asustada de la violencia con que había procedido en d tido realnwntc y en qne la cama de la Asamblea Nacío-
nal sería la causa dn toda la nación. Con ello daría a
la nación una orden de marcha, y nada teme tanto corno

89
d q 11e la nacmn ~e trmt•\'a. Por <;so, eu estas ocasiones, uno, y lu gana1wia deslÜi<Hb al parecer a emLarcar a va,
dcseclm las proposiciones de la f..fontafia y pasa al orden g,abundos de París para California. De u11a parle se q1te-
del día. Después de a handonarse así ]a cuestión litigiosa na que los sueüos dorados desplazasen los suenos socia,
en su:; grandes dirncusimws, el Poder ejecutivo espera li:.tas del proletariado parísino, y la tentadura perspecti-
trnnquilarnc·n(e d niomcnlo 01 que pueda volver a plan- va del premio gordo desplazase el derecho doctrinario al
tearla pnr niolivos fútiks e insignificantes, allí donde Lraliajo, Naturalrneute, los obreros ele París nu reconocie-
sólo (1frc:t.cL. por decirlo así, un interés parlamenlario ron eu el bríllo de los ling<ites de oro de California los
ptn«llllicnk i(~cal. Y entonces estalla b ira contenida del opacos francm que les habían ~acado del bolsillo con
partido del 1.rdcn, etltl111ccs rasga te! telón que oculta los engaños. Pt-ro, u¡ lo fumbrnental, trntábase de una es-
bnstidon~s, entrmcT:' denuncia al presidente, entonces de- tafa llirecla. Los vagabundos que qnerían encontrar mi-
clarn ~1 la rtvúhlica en peligro; pero cntuuces su patetis- nas de oro californianas sin moverse de París, eran el pro-
mo pierde LH11 !Jién todo sn IJor y el motivo de la lucha v'o Bouaparte y los cnbal1eros comidos de de1tdas (lUC
a parcu; '~:o:no LLt1 pretexto hipócrita e indigno de ser lo- formalxrn su Tabla redunda. Los tres millones co iCedidos
n:ndo cu cuenta. La lernpeslad parlamentaria se convier- 1nr la Asamblea Nacional se los habían gastado va ale-
te u1 un:J iernpes!ad (:'JI utt vaso de agua, la lucha en grcll1cuk, y habfa que volver a llenar la caja cum() fuese.
intriga, el choque en escándalo. Il.iientrns la malignidad En vano había abierto Bona¡:iarte uua suscripción nacio-
ck Lh clases re\'olucionarías se celia en la humillación nal parn, construir las llamadas ('ités ou uiéres ", a cuya
de la Asnrnllle,1 1\acional, pues estas cfases se enlusias- cabeza iigumLa él mismo, con una suma considerable.
nnrn por las prernig,ltívas par1arnentarias de aquélla, tan- Los burgueses, duros de corazón, aguardaron a que de-
to uu10 e1 Li pcir las libertades públicas, lü burguesía sembolsase el capital suscrito, y conio, nnturnlmente, el
focra del parlanH•!ilO uo cornprernle cómo la burguesía desern bolso no se efectuó, b especulacíún sobre aquellos
de dentro dl~I par!:unenln puede derrochar el tiempo en castillos socialistas en d itire se vütu chabacamunente a
tan rnezí1uina~ querellas y comprometer la tranquilidad tíerrn. Los lingotes de oro de Californi,t dieron mejor re-
con tan rnís;:•rn» riv,llidadcs con e1 presidente. La mete sultado. Ilunaparte y consortes nu se contentaron cun
en confusión una estrntt'gla que selL1 la paz en los rno- embolsarse una parte del rcnianente de los siete millones
nwi;lcs en qm:< tmlo el inundo espera bat,tllas y ataca en que qucdah1 después l1e cubrir el valor de las barras sor-
!os mome11tos en que todo d mundo cree que se ha teadas. sÜHJ que fobricarou diez, llllinee v hasta veinte
sellado la paz. billetes falsos del mismo número. ¡Opemc"ioncs financie-
El 20 d(· diciembre, Pascal Duprnt interpeló al mi- ras inspiradas en el espíritu de la Socie(1ad del 10 de
nistro del Interior sobre la lotería <le lus lingotes de oro. Dicíetubre! Al1uí la Asarnblea !\acíonal no tenía enfrente
Esto lotería era mia "hija del Elíseo''. Bonapartc la había al ficticio presidente de la Hepública, sino al Bouaparte
traído al 1mn1tlo con sus leales, y el prefecto de policía, de: carne y hueso. Aquí, podía cogerle in fraga11li, lrns-
C:ctrh:r, la lw.hía tornado bajo la prolecci(m oficial, a pe- gredienclu uu yn fa Constitución, sino el Cude pélllil. Si
~,,1· de q11c hl l"y en Francia prohílie toda clase de lole- ante la interpelación de Duprat la Asamblea pasó al
r'<±,, fiiu:1 í_k !ns sorteos lwdim para fim.'S benéficos.
S•t:Lc mi!lo:•<'S ¡];> lló!letc~ pdr valor rk llll frauco cacb

DO
onlrn del día, no fue solarnenlP porr1ur la enmienda de pr'.rn~ro !res mesrcs, luego una semana y por último sólo
Girardin de declararse satisfoit 1rnía a la memoria del vemticuatro horas de rdlexión. La 1\samblea insiste en
partido del orden su corrnpc:ión sistemática. El burgués, que se dé una explirnl'ión inmediata. Changarnier se
y sohrn todo el bmgnés hinchado en estadista, comple- levanta y declara que aquella orden de plaza jamás ha
menta su vileza práctirn con su grandilocuencia teórica. existido. AfoHle que se apresurará en todo momento a
Como estadista, se convierte, al lgua1 que el Poder del atender a los requerimientos de la Asa111blca Nacional y
Estado que tiene enfrente, en un ser superior, al que qne, en caso de colisión. ésta p1wd e contar con él. La
sólo se le '{luedc combatir de nn modo superior, solemne. Asamblea acug'' sn dcdarilción c:on imlcscriptibfos aplau·
I3onapartc, que precisamentf' corno l1ol1émien, como sos y le conccclc 1111 voto (le confianza. La Asarnl1lea Na-
lnmpemproletario principesco, le Jlpvaba al trnhán bur- cional resigna sus poderes, decreta su propia impotencia
gués la ventaja de que podía librar la lucha con medios Y hl. ~mni~mtcncin cld 0jiTc.il-o, al colocars0 bajo la pro-
rastreros, vio ahora, despué~ de que la propia Asamblea teccinn pnvacfa de un general; pt'ro el general se equi-
le había aynclado a C'ruzar, llev{mdnle de la mano, el voca, poniendo a disposición de la Asamblea, contra Bo-
suelo resbaladizo de los hanr1uetes militares, de las revis- naparte, un poder rllie sólo tiene en precario del propio
tas, de la Sociedad cld 10 de Diciembre y, por último, Bonaparle y e.,pf>ranclo, a su vez, protección de este par-
del Código penal, llegado el momento en que pot1ía pasar l~171ento, d t' s,n protcg~do. ncvcsitado él mismo de protec-
de la aparente defensiva a la ofensiva. Las pequeñas de- c1on. }Jcro Challgnxmcr cree en el poder misterioso de
rrotas del ministro de Justicia, clcl ministro de la Guerra, que la burguesía le ha clotaclo desde <>l 29 de cuero ele
del ministro de ~Iarina, clel rninislro de IIacícnda, que 1848. Se comidera corno d te1T(:'f Poder al lado de los
se le atravesaban en el camino y con las que la Asarnhlea otros dos Poderes cld Estado. Coniparte la suerte ele los
Nacional hacía manifiesto su descontento grufión, no le demás héroes, o, nwjor dicho, santos ele esta época, cuya
molestaban gran cosa, No sólo impidió (1nc los ministros grandeza consiste precisamente en la gran opinión inte-
1hmitiesen, reconociendo eon ello la subordinación dd Po- resada qne sus pRrtidrn se forman de ellos y que quedan
der ejecutivo al parlarneuto, sino que ahora pudo Bevar reducidos a hguras mediocres tan pron!·o corno las cir-
ya a efecto la obra que había comenzado chuante las cunstancias los invitan a hacer milagros. El descreimien-
vacaciones de la Asamblea Nacional, desgajar cle1 parla- to es siempre el enemigo mortal de estos ht'roes supuestos
mento el Poder militar, destituir a Clumgnmier. y santos reales, De aqni su noble indignación rnm~-al con-
Un períódíco elíseo publicó una nrden de plan, dirí- tra lus bromistas y burlones carentes de entusiasmo.
gida, durante d nws de mayo al parecer, a la primera Aquella misma mKfo·· fueron llamados Jos ministros a1
división milítar y prnccdentc, por tanto, de Changarnier, Elíseo. Donapnrtc acucia para q11e sea destituido Chan-
en la qne se recomendaba a los oficiales, en caso de garnicr, cinco rninistros se niegan a firnwr la ckstitu-
sublevación, no dar cuartel a los lrnidorcs dentro ele sus ción, c1 Moniteur mrnncia nna crisis ministerial y Ja pren-
propias filas, fusilarlos in111cdiatameute y rdrnsar a la sa df'l orden amenaza con la formación de un ejército
Asamblea Nacional las tropas, si ésta llegaba a requerir- parlamentario hajo el mando de Changarnier. El partido
las. El :3 de enero ele 18.Sl se inlerpeló al gobiernn acerca del orden tenía atrihucionPs nmsHtucionales para dar este
de f'Sta orden de plaza. Para examinar este asunto pide paso. Le lmstah1 ('Oll nombrar a Changarnier presidente

92 9.3
de la Asamblea Nacional y requerir cunlqnic:r canlidad de crctu ele de:;titució11 de Cha!!garnicr, y ~u ummlu se d ivicle
tropas para velar por su seguridad, Podía hacerlo con entre Baraguey d'Hilliers, al que se le asigna la prim "'.l
tanta más seguridad cuanto que Changarnier se hallaba división rnilítar, y Pcnot, que se hace cargo de 1a Guardia
todavía realmente al frente del ejército y de la Guardia Naciurn1l. s~, le da el pasaporte <il baluarte de la -socie-
Nacional de París v sólo acechaba el rnomcnto de ser dad, y si ningmu piedra cae de los teja.Jos, srtbcn en
requerido en unión' del t·jén:ito. La prensa bonapartista cambio las co!i:,-:;1do11cs de la Bolsu.
no .~e atrevía siquiera a poner en tela de jnieio el derecho El partido del orden, dando una repulsa al ejército,
. de la Asamblea Nacional a rl·r¡uc:rir directamente las tro- qne se pune a su disposición en la persona de Chaug<ir-
'11
P''º' cscrnpu
' l u Jllrlt
. ' i wo
· que c11 aque l Ias circunstilnc:ias
. . no nier, y entreg{rndoselo aú de modo irrevocable al presi-
auguraba ningún éxito. Y, ~,i se tiene en cuenta que Bo- dente, declara llue la hurg11esía ha perdido la vocació11
naparte tuvo qne bt1scar CH todo París durante ocho días de gobeniar. Ya no existía un gobierno parl::mientario. Al
para cncorltrnr por fin a dos generales -Baraguey d'Hil- perder d asideril del ejército y de b Cuardiü Nacionnl,
licrs y Saint-Jcan <l'Angdy-, que se <leclaraban dispues- ¿,que'." medio d(' fuerza le quedaba para afirmar a un mis·
tos a refrendar ht destitución <le Changarnier, parece lo mo tie111po el poder usurpado del p~ularnento sobre el
más verosímil que d ejército hubiese responcHJo a la or- puchlo y su poder constitucional contra el presidente'(
den de la AsarnblPa Nacionai. En cambio, es más que N!nguuo. Sólo le quedaba la ;1pc1aciún a estos principios
dudoso que el partido del orden hubiera encontrado inennes que él rnisrno había interpretado siempre como
en sus propias filas y en el p<trlmncuto e! número <le votos rnl:ras reglas gE:ncrnles y que se prescriben a otros para
necesario para este acuerdo, si se advierte que ocho días poder uno moverse con rnavor libertad. Con la destitu-
después se separaron de e' l 28G votos y que la :t>.fontaña ción ele Changanlier \' la entrPg;1 del poder militar a Bo-
redmzó una propuesta sc¡nejante, incluso en diciembre napartc, termina la l;rimera p~rtc del período q m; esta-
de 1851, en la hora final ele la dedsiún, No obslante, qui- rnos eY.<<mhta.ndo, el período de la lucha entre el partido
zá, los burgraves lmbicse11 conseguido todavía ahora (lel orden y el Poder ejecuth'o. La guerra entre ambos
arrastrar a la nias;t <le su p•trtido a un heroísnio que con- f''Kleres se declürn ahora abiertamente, se libra abierta-
sistía en sentirse seguros dclrás de un bosque ele hayone· 1'1en1 e, pero c11ando ya el partido del onlen ha perdido
tas y ett aceptar los servicios de u11 ejército que había sus arnHi y soldados. Sin ministerio, sin ejército, sin
desertado a su campo. En vez de hacer esto, los señores pueblo, sin opinión pública, sin ser ya, clcslk su ley elec-
burgraves se trasladaron al Elíseo en la uodie del 6 de tornl ele :31 de rnayo, representante ele la nación sobern-
enero parn hacer desistir a Uouaparte, mediante giros y na, sin ojns, sin oídos, sin dientes, sín nada, la Asamblea
reparos de ingeniosos csLtdislas, de la destitución de Nacional había ido convirtiéndose poco a poco en un
Cliangaruicf. Cuando se trnlü de convencer a alguien, antiguo parlamento j'raneés, que debe entregar la inieiati.-
es purque se le reconoce corno el duef10 de la situación. vn al gobierno y conlenlar~e por su pa1te con grnüidos
Bunaparlc, ascguntclo por este paso, nombra el 12 de ene· de Tecrirninaeión post festum ".
ro un iinE::vo rninistcriu, en el que continúan los jefes del El partido del orden recibe al nnevo ministerio con
antiguo, Foukl y Barodw. Saint-Jeün d'Angely es nom-
lmtdo ministro dt· la Cnerra, el Moníteur publica el de- º Desp11,é> de ht fiesta, es decir, con retwso. (EdJ

94 95
una avalancha dE' indignación. E1 gc1wral Bcckm1 ('Yoca lucha, por c:msrrnciri_ p1Jr cnnsk1cracinnrs de parentesco
PU el reci.wrdo la benignidad de Ja comisión pcrrnan<"nte hacia los snclclos del Estado, csp0c111ando cPn ias vncan--
clarante las yacaciones y los excesivos miramientos con tes de ministros ( Odilon Barrol), por ese mczqninn
1-iuc había renundado a la publicación dP las <!(' 1:l.s ck sus egoisrnn con qne el lmrgu('s ('O!Ticnlc ~"' inclína siernpw
sesiones. Por sn parle, d ministro clel Interior -;11sislc en n ·srrcrificnr n. ~-:ste n :tl ntw mri!i1r·, pri'.-a<lo Pl intrrf>, \~(-'·
la publicacir'm de estas actas que snn ya, 11alurnlmcnt'" ncral de sn C'la<::e. Desde t·l priw·ipio, los c1ipntados 1)\r
tan sosas como agua estancada, que no descubren ningún na¡xirtistrls </1ln SP unían al partido clcl orden en ln lucli:i
hecho rnwYo y no producen d menor efecto a 1 pt'ihlico cni11ra la H'\olucír'm. El iek ckl pnrlil10 rntólico, i\fonta-
hastiado. ;\. propuesta clo H?nmsat, la J\.5arn blea Na do- lernbcrt, hnbía p110sto ya pnr Pntonccs su inílucncia en el
na! s~ retira a sus despachos y nombra un "Comité de platillo de Bonaparte, pues dl?scsprraha ele la \'!tnlilb<l
medidas cxlraordinarias "'. París no se sale de los carril('s (le! partido parlamentario, Finalmente: lns caud1ll.o~ :1e
de su orden cotidiano, con tanta mayor razón. crnmto que rste partido, Thkrs y Bcrrycr, el orlcaimta y el kgit11ms-
en este moment-o el comercio prospera, las mannfac:turns la. viéronsl? obligados a proclamarse ahif'rh1me11l(~ J"C})11··
trabajan, los precios del trigo están bajos, los vÍW'H:'S l1Úcanos, a rccon~cer que, aunque sn corazón era monár-
abundan, en las cajas ele ahorros ingresan toclos los dbs quico, su cabeza abrigaba ickas repuhlicarn1o; y que fa
cantidades nuevas. Las "medidas extraordinarias", lan 1:cpública parlamentaria era b única forma posible para
estrepitosamente arnmciadas por el parlamento, <.]urdan 1a dominación <le toda la burguesía. De este modo se
reducidas, el 18 de enero, a un vnto de censura contra los yieron oblígaclns a estigmatizar ellos mismos antP los ojos
míni~tros, sin que se mencimw siquiera el nombre clcl tal de la clase burguern, corno m1a intriga tan peligrosa como
general Changarníer. El imrtido del orckn víosc obliga- desenbc1lalla, los planes ele restauración que seguían ur-
llo a dar al voto este giro para asegurarse los votos de clicmln impertérritos a espaldas del parlamento.
los republicanos, ya que de todas las medidas del minis- El voto de desconfianza del 18 de cuero fue un golpe
terio, éstos sólo aprobaban la destitución de Changar- contra los ministros v no contra el presidente. Pero no
nicr, mientras que el partido del orden no pmlía en había siclo el rninist~rio, sino el presidente' quien ha 11ía
realidad censurar los demás actos ministeriales, dictados destítuido a Changarnier. ; lba el partido del orden a
por él mismo. formular un acta ilc acusación contra Bonaparte? ¿,ror
El voto de desconfianza dd 18 de enero se decidió sus yc]eidades ck' restauración? Estas no eran más que el
por 415 votos contra 286. Por tanto, sólo pudo mearse complemento de las suyas propias. ¿Por sn conspiració~1
aclelanlc mediante una coalíción de los legitimistas y or- en las rcYistas militares y rn la Socicclad del 10 de D1-
leanistas extremados con los rcpul1licanos puros y la l\fon- ciernbr('? Hada rn rnuc110 tiempo que se habían enterra-
tafía. Este voto probaba, pues, que el partido del orden do l'slos temas 'bajo simples órdenes clcl día. ¿,I}or h
no sólo había perdido el ministerio y el cjércilo, ·Sino que destilnci1Sn dt->l héroe del 29 ele enero y del 13 de junio,
en los conflíctos con Bonaparte había perdido también su del homlH"c qne en mayo ele 1850 amenazaba en caso º?
mayoría parlamentaria inclepcndiente, que un tropel de revuelta con pegar fo ego a París por los cuatro costados?
diputados había desertado de su campo por el f'spíritu Sus aliados de la :\Inntafia y Candgnac no le permitían
de componendas llevado al fanatismo, por miedo a la siqníera sostener al c::iídn hal1inr1·e 111". la socieclad rn111dian-

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te tl!l<t rna11itcslaL'it'111 n!idal de cuudukuci<i. Lus del de e~tar scriaH1u1l<:: rqwesentac'.,J e11 ht Asawblt:a Nacill-
Fnlidu del onkn uo p()d Íail d iscutír al presidenlc la fa- wd. Cuanto u1:,~ ~i1uple:-, coristas fuesen sus rnüüstros.
cultad constitucioual de destituir a uu geneml. Sólo se 1uús visiblc111L·11U_, l'UHcentraba Bunaparlc en su pcrsom;
e11f11rcciau pnrquc haliía LL·cho u11 usu uo parlarnl'ntario tudc1 el l'odcr (·jcr-uli ,', 1 , t¡1ayur u1argt'n de libertad tenía
de s11 <lcnd1u (·onstituci(Jrtal. ~'\o habían hecho ellos pe\r'. (' ,p'olar!u ,, l ~ervil'Íu dt: sus f Ílles.
conslantemcntv uu usd iucunsliti'1do11al de sus prerroga- El l:artidu ( '._ \ .urdci1, coligüdcJ con b J\fontafia, se
tiva'> parLrnit•ulari,ts, St1lirc lodu al übulir el sufragio nni- vet1gtl c1l' :i~clia11( 1 ! lü clotaciun presidencial de 1.800.000
\ t·rsal:C Estaln11 ol1ligc1do~. pues, a rnovh·se estrictamente haw::us t1uc d jde c'e la Suciedad dd 10 de Diciembre
lkt 1t rd dt· Jos lirn i les parLunentarios. Y hada falla pade- hal/ú uli!igadu a ~u> recaderos ntiubteriales a presentar.
CLT aq11clta pccnLar cnfrT11H·(lad que desde 18--18 vif'ne ha- Esta V(ºf., Lt 1·uLadCn1 se decidiú por mia mayoría de sólo
ckdLln cstrag.1s en l~;rlu d crintine11tc, el creliilisnw parlu- 10;2 vulos; es deéir (jUl: de,de el lS de euero habían vuel-
1':enluri,1, u 1km1vdad qt«' aprisiuna como por encanta- to a dt'Serlar 27 HJt,;~.; 1'.l desco111pmid(m del partido del
ll 1i<:·n1_u a kJs coul,Lgiado~ en un nrnndo iuiaginariu, o~·du.1 Sl:'gttía :,u curo;o . . '_] 111is1nu til'lupo, parn que eu
priv:ú1dolcs de· locb sentido_ de toda 1nernmia, ¡le toda urngún mu1ne1ltü pm1ie1·a Ct: ,~~r eng,tíiu acerca del senti-
coJ1,prcllsi(n del rudu 11mudo c\leri<ll'; hacía falta pade- d_o (~C su uJali<.:il-,n co~1. la \!ouUtfot, nu se dignó tomar
cer e,le ueti11isrno parlau1L·1tiario, para que quienes ha- ~1q111crn el! cuHS!(lt"ntuun ufüt pruptlsie:it)n encaminada a
liian por sus propias n1a11os dcstrnído y teníau neu~saria­ la arnuistí~i general de [u., ddine:uenks políticos, firmada
nwntc que destruir, en su lucha con olrns clases, todas por 18D diputados d,, b ~ [011laü,t. Basló con que el mi-
hs cu11élici1Hws dt"l poder parh1111entario, considerasen to- nislru del Iuterior, uu t<d \'a1SS(' dt'darnsc que el orden
d~1 vía cmno ¡ 1-i1u1fo:; ~us lritllifus parlmuentarios y creye- sól~ era apare11t~, que reinaba gran agitación see:reta, que
sr·n dar v11 el lihuci dd presidente cuando disparnhan socwdades urnmprc~enles se orgü11 izaban secretamente
cun'ra si;-, 1ninislrns. i-\o l1adan más que darle una oca- que los perit'.ldícos dernoer(llicos se preparaban parn re~
sí/Jn narn l1ut!iíllar ;111('\-ar11entc n la i\sarnblea Nacional aparecer, lpte los iufornH~s de las provincias eran desfa-
ü los ojos de la nacíúu.
e E 1 20 de ('l1Cl'O, el M 011 íteur vornLles, que los ernigrndus de Cincbra tendían, a través
atm1H:iú q1te haliía sido ~iet'plada la dimisión Je todo el de Lyou, uwt cuuspirnción pur todo d sur de Francia que
1Hi11!stnio. Baju el pretnlo de que ningún partido par- Frcrncia estaba al borde de uua crisis industrial y c~mer­
la1ueutariu kllÍa \a Li ruavoría, como lo demostraba el cLtl, q1w los fabricantes ele Huubaix habían reducido la
voto del rn rh· (;Ji;:ro, !'ruto' de la coalición entre la l\fon- jornada di.:'. trab<tjo, qne los presos de Belle-lsle" se ha-
lmia y los llllllliu·quivos, y espcramlu a la formación <le una bían sublehtd.°; basló cou que hasta un Va'isse conjurase
rnieva rnayorb, Bonaparte rnnuhró un llamado minislerio- el e~pectru roJO, parct (lllC' él partido del orde11 rechazase
pueulc, en c·l que llO figuraba uiugún dipttl'aLlü y en el sin ll ísculirla siquiera, una proposición que habría vaHJ~
quc todos sus co111Llü1w11tes eran individuos complcta- tt h~ _\smu hlea Nacioual una u1orme popularidad y habría
111e11lt' desumocidos e i1i:;ignificanles, un rn inistcrio ele obl rgadu a Bonapartt' a echarse de nuevo en sus brazos.
simples recac!erus y cscrílJientes. El partido del orden
podía al10ra desgaslaP>e en el juego cun estas marionc- . " Lla eH Lt dlSta (JccidenL\l de F1ancb, a Lt que fueron en-
L<s; el l'odl'r f'jt·c1iti\''' n" c-r(•\-t'l que valía s11piiera la pena \'!Llclu,; lus rt-voluctunci1 w> w1Kk11.tt1m (\espué:; de 1848, (Ed.)

98 99
En wz dl' dejnr~e intimidar por el Poder ejecutivo con forzados por el sefolI León Faurher, a quien la Asamblea
J;i ¡wrspl'l:tiva c'.e nncrns desórdenes, habría debido, por Constituyente, durante sns últimos días, por unanimidad.
el contrario, dc¡ar a la lucha de clases un pequeño mar- con la sola excepción de los Yotos de cinco ministros, ha-
g<'n, para malltener bajo su dependencia al Poder ejecu- bía estigmatizado con un voto de desconfianza por la dí-
tivo. Pero no se sentía a la altura de la misión de jugar ínsión de telegramas falsos. ror tanto, 1a Asamblea >:a-
con fuego. cinnn l hn hía conseguido d 18 (fo enero un trinnfo solirc
Entretanto, el llamado ministerio-puente fue vegetan- el n1ilfr;;terio, había 1uclrn.do durnnl·e tres meses contra
do has!a mediados ck abril. Bonaparte cansó, cha'squeó Bun;ip;:i.rlc para (1ue el 11 de abril Follld y Baroche pu-
a la Asamblea i\acional con constantes combinaciones de cliPscn recibir C"ll su alianza ministerial. como tercero, al
Huevos 111inistcri•)S. Tan pronto parecía querer formar puritano FauchcL
un ministerio rqmblicano con Lamartine v Billault como En nudembre de 1849, Bonaparte se había contentado
un ministerio parlan 1entarin, con el inevit;ble Odil~n Ba- con 1111 ministerio 1io parlnmenfario y en enero de 1851
rrol, cuyo nomhrc no puede faltar nunca que hace falta enn un rninisterio extraparlmncntario; el l1 de abril, se
un cándido, o un ministerio Iegitimi5ta, con Vatimesnil y sintió ya lo hastantc fuerte para formar un ministerio an-
Bcnoist d'Azy, o nn ministerio orleanista, con ~faleville. tiparlame11tario, en el que se unian armónicamente los
Y mientras de este modo mantiene en tensión a las di- rntos de r1esconfianza de amhas Asambleas, la Constitu-
versas fracciones dd partido del orden unas contra otras yente y la Legislativa, la republicana y la monárquica.
y las atemoriza a todas con la perspectiva de un ministe- Esla gradación de ministerios era el termómetro por el
rio rcpnblicauo y con la restamación entonces inevitable quf' el parlamento podía medir el descenso de su propio
dr'l .s.ufragio universal, suscita en ]a burguesía la con- calor vital. A finrs de ahríl, éste había caído tan bajo,
vwc1on de que sus esfuerzos sinceros por lograr un mi- que Persigny pudo invitar a Changarnicr, en una entre-
nisterio parlamentario se estrellan contra h actitud vista personal, a pasarse al crnnpo del presidente. Le
irrceonciliahle de las fracciones monárquicas. Pero la aseguró que Bonaparte consideraba completamente des-
lmrgues_ír1 clarnaba tanto más estentóreamente por un "go- truida la influencia de la Asamblea Nacional y qne estaba
bierno fuerte'', l'ncontraba tanto más imperdonable dejar preparada ya la proclama que había de publicarse des-
a Francia "sin administración", cuanto más parecía estar pués del cortp d'état, constantemente proyectado, pero
en marcha nna crisis comercial general, que laboraba en otra vez acciclcntalmenle aplazado. Changarnier comuni-
las ciudades en pro del socialismo como laboraba en el có rr los caudillos del partido del orden 1a esquela mortuo-
campo el hajo precio ruinoso del trigo. El comercio lan- ria, pero, ¿,quién cree que las picaduras de las chinches
guidecía cada día más, los brazos parados aumentaban matan? Y el parlamento, con estar tan derrotado, tan des-
visihlcmnte, en París lmbía por lo menos 10.000 obreros compuesto, tan corrompido, no podía rcsístirse a ver en el
sin p<111; en Hu/rn, \Julhouse, Lyon, Honbaix, Tourcoirnr, duelo con d grotesco jefe ele la Sodcclad del 10 de Di-
~aint-Elicmw, Elbeuf, cte., se paralizaban innumerabl~s ciembre algo más que el duelo con una chinche. Pero,
lúbricas. En estas circunstancias, Bonaparte pudo atre- Bonapartc contestó al partido del orden como Agesilao
vPrse a restaurar, d 11 de abril, el ministerio del 18 de al rey Agi>: Te parezco u11a hormiga, p~ro a7gún día
enero, con los sefíorPs Ronhcr, Foulcl, Baroche, etc., re- srré rerín.
101
VI les lmslaba cun co11tar sus n¡los para estar seguros del
triunfo. \ estnba11 seguros de triunfar.
La coaliciúu con la :\Iontufía y los republicanos puros, Frente a estas posiciuues t,rn claras, el partido del or-
a ljllC e} partido de] orden SC veía condenado, en 5\lS VLle den se liallaba metido l!n inextricables conlrndicciones.
HOS esfuerzos por retener d poder rnílilur y reconquistar Si recliazaba la revisiún, pouh1 en peligro el slatu quo,
b s11prt,rna dirección del Puder ejecutivo, dcmoslrnba 1iu dejando <l Boua parte rnús que uua salida, la de la
irref utahlen1cnte !J lle había perdido su mayoría parla· violencia, entregando a Francia el segundo domingo de
1neut11ri{/ ¡iro¡1ia. L<1 nwra fuerza del calemhrio, la mani- 11iavo de: 185:( en el rnolllcnlo dccisi,·o, a la anarquía
Iht del reloj, dio el 2S de u1ayo Lt seiial para su completa rt-v~1!uciouaiia, con mi presídt•ule c1uc hab[a perdido su
desinlcgracióu. Con el 2.S de m<tyu cumienza el último autoríd<ttl, cun ttlt parlamc1ibi qne liacia ya mucho que
añu de vícb de la Asaniblca Nacional. Esta tcníu que no b tuú1 y cun u11 p1wblu 9ue <lspiraba a recofü1uis-
decidirse alil>ra l)ílr seguir manteniendo intacta la Cons- brla. Si vol a ha por la re\"isi\)u cuHsl iluciunal, sabía que
titución o por revisarla. l'cro la revisión constitucional votaba l'll ,·,rno ~Y que sus votos fracasarían neces,lria-
no l[tll'rfa dt·dr sub1ncnlc do1ninación de la burguesía o Hwute <Hile el vdo eonsliluciona1 de los republicanos.
ele la dt'lllocracia pv.¡ ucüolmrguesa, clernocrncia o anar- Si, aulicunslilncit;nalrnente, declaraba v(dida la simple
quía proletaria, república parhuncntLtrÍa o Bouapartc, sino rna yurÍ<l ck votm, sólo podía confiar eu dominar la re-
<1ue qnería decir también Orle{uis o llorhóu. Cou esto, yol;1ci(ni, surnetíéudose sin cnudiciuucs <t las órdenes del
se echó a rndar en el parla111ento la manzana de la discor- Poder ej('rntirn y erigía a Bouaparte eu dueño de la Cons-
dia, que llur fuerza tenía qiw encender abiertamente el titución, de la revísiún cunstitucioual y del propio partido
conflicto de intereses que dividían el partido del orden cid urden. LTna revisión puramente parcial, que prorro-
en fraccioues (•ncrnigas. El partido del orden era una gase lus poderes del presidt:nlc, abría el camino a la usur-
a1n~ilga11ia de ~ustancias sociales hei·crogéneas. El prnble-
paciún itupcrial. Una revisión general, (1ue acortase la
vida de la república, phnlcalm un conflicto inevitable
nM ele la revisión creó la tcrnpcrntnra política que des-
e11tre Lis prdelisiones dinásticas, pues las condiciones
cr11•r¡.i1so d producto en sus elementos originarios.
para una resliluración borbónica y pMa una restauración
El interés de los bonapartistas por la revisión era scn- orlcauistn nu sólü crnn (1istintas, sino que se excluían
ci llo. Para ellos, trntá ba~e sobre todo de derogar el ar-
mutuarnente.
!Íl'ulo "15, c11w prohibía la redección de Bonaparte y la La 1teµ1íbliu1 ¡Hulumcntaria era algu más que el te-
prórruga d,; sns poderes. No n1enos sencilla parecía la rreao ueutrnl en el que podían convidr con derechos
poslciún de los rqmlJlinrnus. Estos rechazaban incondí- igu,des las dos frnu.:imws de la burguesía francesa, los
ciur1alrncnlc !otla revisión, viendo en ella una conspirn- lcg ¡¡ irnis la~ y los orleanbtas, la grnn propiedad territo-
ci('n urdida pur todas parles cmitrn la república. Y como rial v la i11dustria. Era la condidún inevitable para su
dispo11ía de nuís de lo cuarta parte ele los volm de la dornÍoacíón e11 cun11ín, la única furnia de gobierno en
AstHnLlc,1 ;-..; adoll,d y couslilucion;dnwnk eran necesarias c11w su intcrós general de clase podía someter a la par
las tres c·u;u·tas parte·~ para acordar vúlidarnenle la rcvi· las pcdemit111cs de sus distintas fracciones y las de las
siún y cum·uctu la Asan1bka encargada de llevarla a cabo, oln;s clasos de la sucü"'dad. Con11¡ mmürquícos, volvían

I02
a caer en su antiguo antagonismo, en la lucha por la su-
premacía de la propiedad territorial o la del dínero, y se hiciese legitimista y c1 legitimista orleanista. Se quería
Ja expresión ·Suprema de este antagonismo, su personi- qne la monarquía, encarnación de su antagonismo, pasase
ficación, eran sus mismos reyes, sus dinastías, De aquí a encarnar su unirla<l, qne la expresión de sus intereses
la resistencia del partido del orden contrn la vuelta de fraccionalcs excTnslvos se conúrtiese en expresión de su
los Borbones. inkrés común de clase, que la monarq11ía hiciese lo que
.. ~:I orleanista y diputado Creton había presentadf) pe- sólo podía hacer y había hecho la abolición de dos mo-
nod1camente, en 18,49, 1850, 1851, 1a proposición ele de- nan1uías, la Hcpública. Era la piedra. filosofal, en cuyo
rogar el 'fckcrcto de destierro contra las familias reales. desC"ubrirnicnto se fJllcbrnban la cabeza los doctores del
Y el parlamento daba, con la misma periodicidad, el es- partido del orden. ¡Como si la monarquía legítima pu-
pectácnlo de una asamblea de monárquicos q1rn se obs- d ;era conYotirse nunca en Ia rnonarqufa del burgués in-
tinaban en cerrar a sus reyes desterrados la puerta por dustrial o la mnnarquía burguesa en la monarquía de la
la que podían retornar a Ja patria. Hicardo III había aristocracia tradicional de ]a tiC"rra 1 ¡Como si la propie-
asesinado a Enriqne VI con la observación de que era dad territorial y la industria pudiesen hermanarse bajo
demasiado bueno para este mundo y estaba mejor en el ww. sola corona, cuando ésta sólo podía ceñirla nna ca-
cielo. Aquellos monárquicos declaraban que Francia no beza, la del hermano mayor o la del menor! ¡Corno si
mcH·CÍa volver a poseer sns reyes. Obligados por 1a fuer- h industria pudiese aYenirse nunca con la propiedad
za de las circunstancias, se habían convertido en repu- territorial, mientras ésta no se decide a hacerse industriall
blíe'anos y sancionaban repetidamente Ja dccisíón del Aunque Enrique Y muriC'SC rnafiana, el conde de París no
pueblo que expnlsaba a sus reyes de Francia, se conwrtiría por ello en rey de los legitimistas, a menos
La revisión constitucional (y las circunstancias obli- que rJ('jasc de serlo de los orleanistas. Sin embargo, lo~
gaban a tomarla en cuenta) ponía en tela de inicio, a 1a filrísnfos de la fusión, que se engreían a medida que el
par que la república, la dominación en común. de las dos problema de 1a revisión iba pasando al primer plano,
fraccio1ws de la burguesía y resucitaba de nueYO, con la q11C' hicieron de la i\sscmblée Natinnale su órgano diario
posibilidad de uua restauración de la monarquía, la ri- oficial y que incluso vuelven a laborar en ese momento
validad de intereses que ésta había representado altcr- (febrero de 1852), buscaban la explícaeión de todas las
natframenle y con preferencia, resucítaba la lucha por la difindtadcs C'n la rr:sistcncia v la rivalidad de ambas
supremacía de una fracción sobre l:=t otra. Los diolomá- dinastin.s. Los intentos de reéonciliar a 1a familia de
tícos del partido del orden creían poder dirimir Ia' lucha Orlrfos con Enrique V, intentos que comenzaron desde
arnalgarnando amhas dinastías, mediante una llamada la m1wrlc de~ I.nis Felipe, pero qiic, como toclas las in-
fusión de los partidos monárquicos y de sus nlsas reales. trigas dinásticas, solamente se representaban, en general,
La verdadera fusión de 1a restauración y de Ja monarquía amante las vacacíonc<: de la Asambka Nacional, en los
de Julio era la república parlamentaria, en Ja que se entreactos, entre bastidores, más por cor1uetería senti-
borraban los colores orleanista y legitimista y las especies mental con la vieja superstición qne como un propósito
hnrgnesas desaparecían en el burgués a secas, en el gé- <:erio, se conYirtíeron ahora en acciones dramática·S, re-
JH'rn hmgués. Pero ahora se tratah1 de q1w el orleanista pre~enhula<> por e1 partido del orden en la escena pú-
blica, cu Yf'Z de representarse como antes en un teatro
104
yénduscc rnediltclores entre los Or1e(rns y Borbón sólo eran
,k aficion:tdus. L<h correos volab,rn de huís a Venecia, los
en realidad orleo.ui:-:las ap('islahts, v cu;uo tales recibió
d. ·,·enccia a Clareniunt, de Claremont a París. El conde vi prínc·ipc dt~ Juimille. Ell can;bio, el sector viable y
de Charnburd lauy,; un rntuiificstll en el que "con la ayu- batalbdur de lu:: (1rleanísb:;, Tliicrs, Bazc, etc., conven-
dü de tmlos los miembros de su familia", anuncia, no su ció l'nn tanL\ mayor facilidacl a h familia de Luis Fe-
rotauracióH, sitt<J la restauración "nacional". El orlea- lipe de lfll<" si lothL restauración mornhquictt inmediata
nista S,th«rndy ~e echa a lus pies de Enrique V. En vano presupouíu la fusión dt' arnlns dinastías y ésta, a -si1 vez,
lu~ jdic•s kgítirnísla:-> Berryer, Benoist l)'Azy, Saint-Priest, la abdicaci/n1 de b ccisa de Orleáns, en carnbio corres-
se \'~H\ eB peregrinacir'in a Claremont, a cunvenc~·r a los ptntd ía p~1r ('ntero a h tradición de sus antepasados el
Orlcáns. Los lusionislas se <lall cuenta demasiado tarde rec01111ccr provisiuualnientl' b n:pública esperando a que
de que los inleres\'S de ambas frnccioues burguesas no los c1conteci1nit'lllos iwrmiticscn convertir el sillón pre-
pierden eu t.:xdusivisniü ni ganan en transigencia por side11Cii1l en trono. Sv difundió t'n fornm de rumor la
agmli<.arse haio fa fonna ([(: intereses de familia, de los candidatura d0 Joi11vi1le a b presidencia, manteniéndose
i11lcreses de dos cas<ts rt·aks. Aunque Enrique V reco- en suspensu b curiosidad pública, y algunos meses más
nnciese al Conde de l'aris c01110 su sucesor (único éxito larde, en scticmbn:, después de rechazarse la revisión
que, en el n 1cjor (he lus casos, podía conseguir la fusión), cm1slituciunnl, htL" p1'iblicau1cute proelarnadn.
la casa de Orleáns ¡¡,1 ganaba con ello ningún derecho De esle modo, iw sólo había fracasudo el intento de
qne no h' gttnultiza~e ya b falta de hijos <le Enrít1uc V, una fusión nionÚrl1uica cutn.> ork,cmistas y legitimistas,
y en cau1biu perdía tudns lm que le había conquistado la sino que liabfa rnto su }usii311 parlamentaria, su forma
revnlnci(m de 'j uuio. Henuu(·ialia a sus derechos origi- cu111ún repuhl ieana, volvit·m1o a desdo Llar el partido del
narios, a todo~ .lus títulos <tue, e11 una lucha casi secular, orden en sus prilllitívus c·k-rncntos; l._)ero, cuunto más cre-
lwl1ía idu c1rnH1candu a la rama m:is antiguu de los Bor- cía d d ivurciu entre Clareuiunt v Veneeht, cuanto más se
buncs, carnl1iaba sus prcrrngativas ltistóricas, las prerro- rurnpía su a vu1c11cin y n1Cts se. ilxl extendiendo la agi-
gativas de la rn1.ir1,u·q uía 1uoderna, por las prerrogativas lacir'rn ~l h\'<lr de Joiuville, rn{tS acuciantes y más serias
d(~ s11 {u-lnl gcrwal/igico. Por tanto, la fusión no enl más se hacbu bs iwgoei<tcium·s eulre Faueltcr, el ministro de
q1w la aLdícaci(m vulunlarü de la rnsü de Orlc{rns, su Bonaparlt:, y los legitimistas.
n·' ignación lcgilírnisla, la vuelta arrepentida de la Igle- La clcscurnposición del parlido del orden no se detuvo
sia prulestantL; cld Estt1do a la Iglesia calólica. Una re- en sus t•ln;1e11tos prin1itÍ\\b, CadJ. miel de las dos gran-
Lirada que, además, no la llevabct siquiera al lronu que de~ fraccLincs se descornpusu a su vez de nuevo. Era
había perdido, sino a las gradas del trono en que había couiu si \'O),·ie~e11 'L rvvidr LU(fos Lb viejos matices que
nacit1o. l .os a11tiguus rninislros orleauislas, Cuizut, Du- anligrnum:uk 'e liabinn con1Lcüido dentro de cada uno
cl1'ltd, ele., t¡lle se fueron tnlllliién corriendo a Cbrc- de los dos cmupos, el legitilllista y el urleanista; corno
monl, a abogar por b f11silin, ~úl<J reprcsentalxm en reaií- ocurre cu1 t lm iufusorios st•cus al e-untado cun el agua;
dad d mal saLor de bolea qitc habfa ch;¡adu b revolución cun10 ~i hubiesen recuperado la suficiente energía vitul
tlc julio, la Ldta de fe u1 la nwuanpiía lmrguesn y en parn funnar grupo~ propius y anlagoniswos independien-
Lt lllO!HlHl tlÍa de lus burgueses, la fu supersticios,~ en la te~. Los legitiniislas vdanse lmspuestus en suefios a los
legitimidad corno últi1uu arnuleto contra h anarq uht. Cre-
107
lOfi
litigios entre las 'fullerías y el Pabellón I\Iarn:m ", entre
La mayoría del parlamento se declaraba así en con-
\'ílldc v Polignac. Los orlermislas volvían a vívír la e<lad
tra de la Constitución, pero ésta se declaraba, ele por sí,
de oro .ele los torneos entre Guizot, ~Ioló, Broglie, Thiers
a laYor <ll) la minoría v cleclarabn su acncrdo como obli-
v Odilon Barrol.
gatorio. P<'fo ¿_acaso ~! partido <lcl orden no había su-
· . El sector revisionista clel partido c1c1 orden, aunque
pcd itado la Constitución a la mayoría parlamentaría el
di~corde (amhié·n en cuanto a los limit0s de la revisión,
31 de rnnyo de 1850 y el 13 ele junio de 1849? ¿No des-
integrado por los leg1tim1slas bajo Bcrryer y Fallou~ de
cansaba toda ~u 11olítica anterior en la supeditación do
un lado,"l'v de otro La Hochcjacquelein, y los orleamstas
los artículo~ conslitucionalcs a los acuerdos parlamenta-
cansados ·de luchar, bajo Molé, BrngHe, I\Jontalcmbert y
rios de la rnayorín? ¿No bahía dejado a los demócratas
Oclilon Barro\, lkgó <l ;rn acuen1o con los representantes
Y castíga;lo en ellos la superstición bíblica por la letra
hmwparlistas ace1'.~,a de la siguiente vaga y amplia pro-
ele la ley~ PETo en este momento la revisión comtitucio"
p:;sicir'n1: "Los diputados abajo _Hn:K~ntes, con el fin ;1e nal no significaba nJ<i.s que la continuación del Poder
restituir a la nación d pleno e¡erc1c10 de su sobernma,
presiclencial, del mismo 1noc10 que la persistencia de la
presentan la rnución de r1ue la Constitución sea revisa- Constítución sólo significaba la destitución de Bona par"
da". Pero al mismo tiempn declaraban unánimemente, te, El p~rln1_n,cnto se habüt dedarndo a Úffor de él, pero
por boca de su portavoz. Tocqw~ville, qu~ .1~ Asarnbl~~a la Constitucrnn Sl, declaraba f'tl contra del parlamento.
Naciunal no tenia ch-·recho a pcchr la abolicwn de 7a. 1e- Bonaparte obró, pues, en un sen!iclo parlamentario al
¡11ílJ/ica, que es!e dPrecho sólo corre.'ipondía a la cá~mrn desganar b. Constilllción, v en un sentido constitucio-
<·11cnrunda de la revisi6n. Que, por lo demás, 1a Cons- nal al disolvn· el parlamento: ·
. "' sólo podía revisarse por la na
lit1wir'.111 / "l ega l" , cs d ecll',
.
El parlamento había declarado a la Constitución, y
nmmlo yotasen por la revisión las tres cuartas partes ele con ella ~u pro1)ia llominación, "fuera de la mayoría'', con
los n)(os consl ilucíonalmcnte prescritas. Tras 6 días de
su acncrclo ha bfa derogado la Constitucíón y prorrogado
turbulentos debates, el 19 de julio, fue rechazada, como los poderes presidenciales, declarando al mismo tiempo
era dP prever, la revisión. Votaron a favor 446, pero en que ni aquélla podía morir, ní éstos vh,ir mientras él
<·ontra 278. Los orleanistas decididos, Thíers, Changar-
rnísrno persistiese. Los <1 uc habían de enterrarlo esta-
nicr, t'lc., voUiron con los republícanos y la 1fonlaña. ban ya a la plltTla. '.Iit'ntrns d parlamento díscntía Ja
reü;irín, Bonaparte retiró a 1 general Baragucy d'liilliers,
" S1-' rdkrn n los de,,_icnen1ns tácticos en el campo de los legi- que se mostraba indeciso, d mando de la primera divi-
tindsL1.': rH el período c11e la Hestrruraci<ín. Luis XVJ;H y Vill~le
<:s1<1h<1n por 1111a np!kación más n1idrH1osa de fa5 medidas rencu;l- sión militar y nornbn) para sustituirle a1 general },,fagnrm,
n:ilias. micnl1 as que 1·] rn11é1e de Artois (desde 1824 r<"y Cmlos X) el vcnce{hr de Lyon, d héroe de las jornadas de Diciem-
,, l'oliu.11 ,1c c1.·1raban los ojo> compldmnente antro la situnci(m de bre, una e.le sus criatnras, que ya bajo Luís Felipe se
Í'r:uici:.r y "" pro1n111r:i:1b1n por la rE'staurndón compktn del orden había cornprometiclo más o menos 11or él con motivo do
prencvohn.·JontH in. . .
El 1'1dacíu de las Tul/erías, en París, era Ja residencia de
la expedición de Boulogne,
L11i': X\'111; y d Pnhell<1n P.larsan, uno de los edificio> del p<1lado, El partido del onlen demostró, con su acuerdo sobre
foo la 11'~idenci::t ,kl rnnde de Artois <Cn el período de h1 11.estau- 1
h . revisión, que no sabía gobernar ni servir, vivir ni mo-
ración. ¡Ed)
rir, sopmtar la repúhlica ni derribarla, mantener la Cons-
ton
109
ti! m·ión ni f'd1arb por tierra, cooperar con el prr"sidente
r:· . n11per l'Oll d. ¿Dt: quién esperaba la solución ele to- que se liabÍL! !levado la parte <ld leóll en el gobierno
cbs las contradicciones"? Del calendario, de fa marcha de de Lui'.; Félipc\ la urisl(1crnci11 fi1urncíera, se había hecho
l,'1' aco!ltedrnientus. Dejó de arrogarse un poder sobre bunajY<rlisla. Fonld nu súlo reprcsenlülx1 el interés de
:stos .. Hcto, pur tantu, a los acontecimientos a que se D,nt<ipa:U· en la Bolsa, sinu que representaba al mismo
irnpns1esen por !a l uerzu, rdaudo con ello al Poder, al tic1t:pu lus intereses {\t: b Bolsa cerca ele Bonaparte. La
quu, en su lm:lM contra el pueblo, había ido cediendo pu-.;iciúp c1e la aristocrúcia financil'ra la pinta del modo
uu alríbu'.cJ !ra;; otro, hasta reducirse a la ímpntencia !lt!is p,tlrnarío lllla citcl tomada de su órgauo europeo, el
[T('llte a t'~l. l~~ir<l qut~ el jd·e del Puéler Ejecutivo pudiese Ecol!umíst ele Lo11<lres. En sn uúmero del de febrero de
trazar el pbu J,~ ludia contra ella con n1avor d1~c;emha­ 1851, publica la siguiente correspondencia de París: "Por
razo, fortalecer sus rnedios de ataque, elvgír sus armas, todas partes hemos podido comprobar que Francia exige
cu mol id ar sm posiciones, acordó, precismncnle en este aute tcdo trnrn1uilicbd. El presidente lo declara en su
mornelito crítico, relirarsr-~ de la escena y aplazar sus se- rnt·usaje a hl Asamblea Legislativa, 1a tribuna nacional
siones por tres meses, dd 10 de agosto al 4 de noviembre. le hace eco, los periódicos lo aseguran, se proclama desde
El parLido parlan1entario no sólo se había desdoblado el púlpito, lu dem11estm11 la sensi/Jilidad de los valores
en sus (los grandes fracciones y cada una de éstas no del Estado ulllc /u menor pers¡iectf.ca de desorden y su
sólo se lt<lbia snbdividido, sino que d partidn dd orden /irmeza /1111 µronto como tri11uf11 el Poder e¡ecutit;o".
dentro del parlamento se había divorciado del J1artido En su númeru del 20 de 11uvít:rnbre t1e Hi51, el Ecouo-
del orden fueru del parlarnento. Los porta voces ~, escri- lllíst declara en s11 propio nombre: "En tudas {as Bolsas
bas de la lrnrg;uesia, sn lrilnui<L y su prensa, en mm pa- de Europa se reconoce ahora al presidente como el g11ar-
labra, los ideó Jugos de la burguesía y la burguesía misma, düi11 del urden'', Por tanto, h arislucracia financiera con-
lo> represelltanles y los representados aplllTCÍan divor~ denaba la lucha parhillll'títctria del parliclu (lel orden éon-
ciados y ya iiu se entendían rnás. lrn el Puder ejecutivu como mia alteración del orden y
Los legitirn!stas du provincias, cun su horizonte liu d~ festejaba lodos los trümhis tlel presidente sobre los su-
lado y su ilirni lado entusüLsrno, acusaban a sm caudillos puesto~ rc'pH·seutantes de ella coniu un triwifo del orden.
parlarneutarios, Berryt•r y F'ülloux, de deserción al campo Por '1risl1Krncü fü1,mcicra hay que entender ayuí no sólo
boua partista y de lraicí/m contra Enrique V, Su inlelí- los grandes ernprt<..;arius ele los empréstitos y los especu-
geu•:ia flonklisa<la creía en él pecadu original, pero no laclort'S en papel del Estado, c11yo interés facilrnente se
en la diplo111avin. cornprernle que cu incida con el interés del poder público.
Incoiuparablew('ttle 1uús luuestu v llJás decisíva era Toclo el !lloderno negocio pecuniario, toda la economÍü
la ruptura de b lmrguesÍcl conwrciaÍ con sus políticos, l.Htncati,l, se hulla e11trctejilla dd modo u1ás íntimo con
Ella 11\l reproclia ba a ésLos, cumo los legitimistas a los el créd ilo públicu. lfo<t p~trte t1e fü capital activo se
suyos, el haber desertadu en un prim·ipi<l, sino, por el invit:'r! e-, necesariamente, en valores del Estado que dan
con'.rnnu, d alcrrarse a principíus ya superfluos. rtcd ii-os y sun d picLrn1e11te eouverlibles. Sus depósitos, el
Ya he apuntado n1ás arriba que, desde la entrada de eapíl,tl puesto a su dísposieión y distribuido por ellos
Fo11ld en el gobienw, d sector de t1 burgue~ía comercial entre los curnereíaates e iwJustríales, aflnye en parte de
los di\·idcmlus de los rentistas del Estado. Si en toda~ laa
110
111
marchaba mal como ocurría constautcnwntc desde fiiws
épocas la estabilidad del Poder público es el alfa y el de fohrero de 1W51. acnsaba a las luchas parlamentarias de
()11Jcga para todo el mercado monetario y sus sacerdotes, ser Ja causa ele la paralízación y clamaba por que aquella~
¿,cómo no ha de serlo hoy, en que todo cliluvío amenaza luchas .~e acallasen para que el comercio pudiera re-
con arrastrar junto a los Yiejos Estados las viejas deudas animarse. Los dcbalcs sobre la revisión constitucional
del Estado? coíncid ieron prccisarncnte con esta época mala. Como
Tamhíén 1&- la burguesía industriaT, en su fanatismo por ar1uí se lratci ha del ser o no ser de Ja forma ele gobierno
el orden, le irritaban las querellas del partido parlamen- existente, fa burguesía se sintió tanto más autorizada a
tario cld orden con d Poder ejecutivo. Después ele su reclamar a s11s rep1Tscnlanh:'s que se pusiese fin a esta
voto del 18 de enero con motivo de la destítucíón de R.tormentaclorn situación provisional, y que se mantuviese
Chapgarnier, Thiers, Anglas, Saintc-Bcuve, etc., recíbie- c1 slnt11 q110. Esto no era ninguna contradícdón. Por
ron reprimendas públicas, procedentes precisamenle de poner fin a esta situación provisional, dla entcncl(a pre-
sns mandant{'S de los distritos industrialns_, en las qne se cisamente .~n perpetuidad, el aplazar liasta un remoto
estigmatizaba sobre todo sn coalíción con la Montaifa porvenir el momento ele tomar una decisión. El htatu
como un delito de alta traición contra el orden. Si bien qun sólo podía rnantcncrsc por dos caminos: prorrogar los
hemos visto que las pullas jactanciosas, las mezquinas indercs (]p Bonapartc o hacer {1no fste dimitiese consti-
intrigas en que se manifestaba la lucha del partido del tm:irniah,~cnte y l'lcgir a Cavaignac. U1m parte de la bur-
ordrn contra el presid~nte no m;recían rn_e.i?r acogida, gubÍa deseaba Ja sPgirncln solnc.ión y no supo dar a sus
por otra parte este partido bnrgucs, que ex1gia a sns re- reprcs<-'nt<inlrs meior consejo qne callar, no tocar el pun-
presentantes que dejasen prlsar sin resistencia el poder to rnmlen!c< Creinn que si sus representantes no habla-
militar dE~ manos de su propio parlamento a manos de 11n han, Bonaparte se abstenclrh de ol-irar. Querían un par·
prcl<'ndícnte avcnturero, no era siquiera digno ele las lanwnlo-an:struz, que eseondicsc la cabeza para no ser
intrigas que se malgastaban en su interés. Demostraba visto. Otra parte d f' la hurgnesía quería que Bona parle,
que la lueha por defender su interés público, sn propio ya (1uc estaba ~'f'ntado en el sillón presidencial, continua-
intués de clase, su Poder político, no hacía más que se sentado en fs], para (ine toclo siguiese igual. Y le su-
molestarle y di:-;gustruk como una perturbación de su ne- blevaba que sn pcirlanwnto nr¡ yíolase abiertamente la
gocio privado. Constitución v alxlicasP ,¡n más rodeos.
Duranl·e !ns jiras <l P Bonaparte, los dignatarios bur- T.os Cons~jos generales ck los departamentos, repre-
gueses de las ciudades provinciales, los magistraclos, los sentaciones provinciales de la gran burguesía, reunidos
juect>s com~Tcinles, de., Te recibían en todas partes, casi dmnnt<' las vacaciones de 1a Asamblea Naciona1, desde
sin excepción, del modo más servil, ann cnando, como f'l 25 de agnsl·o, se ckclarnn casi unánimemente en pro
hizo en Dijon ataeasi: sin reservas a la Asamblea Nado" ele h rc\·isión, es decir, en contra ck] parlamento y a fa-
na] y especialmente al partido del orden, vor de Bonaparte.
Cuando el comercio marchaba bien, COlllO ocurría aún l\Iús incc¡u1voccimente todaYía qne el divorcio con sus
a comienzos ele 185 l, la burguesía comercial se enfurecía rrwrsc¡¡fa11tes ¡indamcntaríos, ponía de manifiesto la hnr-
contra todo lo que fuese lucha parlamentaria, por miedo grn.. da sn í11ria contra ~ns rq11esent:;in(cs litrnnio~, contra
a que el comerdo pcrdkse el humor. Cuando el comercio
113
U2
de que el proletariado sacrificase u sus intereses mate~
. - . L' . l ·rws n iuu1lüs i11usequililes v riales, los intereses poHtícos ideales de ella! Se presentfi
su propia pre!ls,t. ,t., lOJH <: -,.' . -. i '"Jl' (1\le los ·¡·urndos
.. -hs •win" de l,nce1 '' ' - como un alma L'ándida a quien el proletariado, extraviado
·.-. <l esvergonza~-' '_-- '..'. . t· . , le los periodistas bur-
burgul'scs c<_tsl1g,.1bau tur1o ,¡ ,h.!l_lt¡.-- t _-·.. l , B- (·J11·11yute todo por los socíalistas, no supo comprender y abandonó en el
l t't·wur1r1cu1c,uc 'i' , momento dt-;cisívo. Y e!lcuentra un eco genera1 en el
gueses ctrn':ic\ - 0 ~ ' 1pe 1 us ' ' . _ 1: -, ·¡ , . h · derechos
-L1 1 1
1 J- 11rens·-tlete.l'UClI '' mundo burgués. No me n~fiero, rrntur~dmente, a los po-
inlcn'~o por Pª e 'e '', _ ·' .-- .¡ ¡>}·1nr ci·ecutivo cm1·
' ·
)(lhticos 1
oe !<t j nt-·q
1 ió- tCSl'l
· '
C'Olllr<:t e
· _ --·. _ .-.
' L ' · J. de
-
tuda' Eu-
· lit icaslrrn y majaderos ideológicos aleinanes. !'-Je remito,
l - l .- . -\¡¡-o no :;ulo de l.• 1 ,u1cht, sine por ejemplo, ul mhmw Eco110111ist, que todavía el 28 de
sa nnr e ,1so111
1 ·
novit0rnbrc de 1851, es decir, cuatro días antes del golpe
ropa. . _ . , ·del! con sus grito~:
Si d partido ¡1rulo111ullurw l 1<1 o1' . ' . . , HJ Vtl de Estc1do, presentab;1 a Bonaparte cmno el "guardián del
. . - - . . ·¡ · \· l . -· coudenalm el n11s1no, con . ·, ordeu" y a los Thiers y Benyer como ·'aunrqnístas", y que
p:d1r:·11du l1<n11¡u1 ll ,t(, ' ' , . _l ,. l · l· Jominac10n
- . ·¡· ·¡ . l· ¡1ncdon si 've 1ür<L hl ,1 . l el 27 de diciembre de 1851, cuaHclo ya Bonaparte había
he rnr. ¡cae o, " ,l ' ,- . ' . _ . t'blc con la se(rundm.
i·l· - J. h burµ;ues1a rncurn¡M 1 - ~ . reducido a la tramruilichd a a(1uc1los anarquistas, clama
pu1·, iul - t~ .' i'-- l Jlll[!;llCShl
- . • .'.- '1("''trH\'cm1o l)Of su propia
_. l e11c1,
y l ~1 \':\IS , , -·¡ dt• ·¡ ' , ' -'
_' J, __: .- ,hses de la soc1e- · accrc<t de !a trnidóu cometida por las '"iguorantes, incul-
1 1 dn crnlra 1.,s crn.:ts ' ' ] l tas y est úpiLLts iuasas proletarias contra el ingenio, los
n1Lu10, cu <l u - ' ': . ,' . , iroi)io régimen, oc_
1· 1 t· o,'l·,L>,- bs· coml -1c1011cs z1l. su 1 .· l 1
"tl}Jtrrlanientw w (e a
conucirnienlos, la disciplina, la influencia espiritual, los
L :.ll ,
' · - .1. w1 t-tno la nwsa ,"\-l __ • recursos iutdedwtles y el peso moral ele las capas medias
i·egll 11en pa1 •·111 ·1 ' ' . -1 . · lente con sus
-- - . -_, · 'lisrno haua e presit ' - · y devacbs de la SíJciedad'', La única masa estúpida, ig-
lmrg11es1u, con su SU\ i - - . - ·l trato brutal a Sll
imul ios cunt rct d pa_rhn1cut~~, cu1)'.11~e 'l o1Jrirt1ir' a des- nurnute y vil uu fu(' nadie rnás que In propia masa bur-
. - e 111u¡·1ln a uon,11, - ' guesa.
prop•a pre1tsu, 11 ' • _., ··t _. , ~ns Joiílicos v sus
5 - -- 1
. . ) · ·s \' SllS CóiCl l OlL, ' Es cierlo que en 1851 Frnncía habht vivido una es-
truii·. ~t ~ns Ul<lt tn<·- , _ _ .. J •r ·tsí entre-
. t "l - . - ':u prens<L pai ,1 Pº e ' pecie de pcq nei'ía crisis comercial. A fines de fehrero se
\ileralllS, ~lL t1 )ta1ci ) -.. . , _ .--- . rivados baio h1 pru-
crarse co11fi,t(Luucnte " s1'.s ucg;ucio;_ pl t - 1)echnba in- pu~o dc rnauífiestu b disi¡tinue:ión de las exportaciones
ºtecc1Ga.. de u11 g;<J-1:.,-- [ "l'k\"HUSOllO. •<'
respecto a l 850, en marzo se resintió el comercio y se
J1d uo . ltL - - i ' . -, - J " deshacerse de su
, . l-· ¡ ¡tw ·nd 1a e11 uc:.tUS c · l curaron las fabr.ica5, en abril la situación de los <lepur-
c(p11nwau1c._<1_'- - ' \' . . .. ·1··slncerse tle as pc--
· · ! \ l'J') ¡\l("l llcllcl l <:: ' tanwntos imluslriales pan::CÍél tau desesperada como cles-
l)Jípia ( l Oll!HUC!Ul - ' " , -. , --.',
" . . . 1 , e~·t drnul!Mllüll. pu(s de las jornadas de febrero, eu mayo 1os negocios
rnts y los pe11g1us ( e ~' _. , .. -·a e iw se lu1bía re-
y , t· \1•ugncsrn l':-;trapa1 LtmcnLu1 ' .l - - "· ' H- uo se liabiau reavivcldo aún; todavía el 28 de junio, la
e~ ,¡ . -.. ¡.. l ·l . iurarnentl~ parlameutana ) cartera del Banco de Fmncia, con su auwenlo enorme
liebd<J Y'l cou\1,1 " uc u ~ .. ·' 1<> su 11ro11ia clase y
. _ ") .k h L10JHlllclClUJl l ' 1 de lus ¡k·pósilus y su descenso no menus grande de los
terari<l eH pll e ' . l 1 .. ¡l'l ·se ·1tr1"vc a rn-_
. . ¡ . .. díl\us ' 1e es a uc '' 1 · ' descuentos de letrns, re,·daLa el estancamiento de la
tn11_c;uHnc1o '' lh e.tu . - . l· ·'-ido 110 r no haberse
'l 1 l)ll)1e cllh
ra a ücusar u pu.;,-teriun -·- ' _ _. , L· u. una lncl ia prud ucción; liasla mediados de octubre 110 volvió a pro-
l1 -- . lndiü sau 0 llt n ,1, . . d ucüse de lllll'\ o una mcíura progresiva en los uegocios.
lanz,1110 por e <L '~ uu,t , ' t· 11 ~11ornento sacrilíco su
· 1 --- rt-,! l' lh que Ul cll \ l' . 1 La lmrg;ucsía frarn::esa se explicaba csle estancamiento
a VlL a o u1_uc ' . " ' ' . l ,. _. . su interés iio itwo, a
'
i nlues geiwra
l d , e hsc es l le 11' .
e '.. '. . , ~. .· "\rlo ex in íendo (l sus dd coiuerciu por motivos pmarneute políticos, por la
, -. . , ·u--·10 1nlerts Jll !\·<
u1~1s n1cLl[Uilhl 'J " '- . _
rcprc~,·ul~tute.s c~le -.y,1s11\u
.. .-r _..
~,te 11 ll HJ,
' o ¡
:~o Lunentu 1< iüra
'
ludu1 en1 re el parLmiento y el Poder ejecutivo, por la

115
JU
inestabilidad lle una Forma de gobierno purarncnle pro- a partir lfo 1851. A comienzos de este afio, áíln se fa
visional, por la perspectíva intimida:1ora del segundo d?- fomentó de un modo especíal con vistas a la Exposición
miugo de mayo de 1852. No negare que todas estas CH"· Industrial. Como circunstancias peculíares, hay que aña·
cunstancias cjcrcian un efecto deprimente so1Jrc a]guu~s dir: primero, la mala cosecha de algodón ele 1850 y 1851;
ramas industriales, en París y en los departamentos. Sm luego, la scguriclad de mn cosecha algodonera más abun·
embargo, esta influencia de las drcunstancias políticas dante qne la fJHE' se esperaba, el alza y luego Ja baja re-
era mm influencia mernHicnte local y sin import'.lnci:1. pentina, cn 11na pala hra, las oscilaciones clo Jos precios
¿,Qué mejor prueba de esto que el he.cho de q~1e la si- del algodón. La cosecha de seda en bruto había sido
tuación dd comcrcío comenzase a nw¡orar precisamente t:ochvCl inferior. por lo menos en Franría, a la dfra me·
hacia mediados de octnbre, en el momento en que la día. Finalmente, h manufactura lanera se había exten-
situación políl iea empeoraba, en que el horizonte político dido tan!o, de-sdP 1848, <1nc la proclncción de lana no
se osctnecía, esperúndose a cada instante que cayese un podía darle abasto y el precio de la hma en bruto subió
ravo lkl Elíseo'? Por lo demás, el burgués de Frnncia, muy d<?spropnrcinnaclamente en relación con el precio
cu,vo "inµ;enio, cunocirnicntns, penetración espiritual y de los artículos (le lann. Aquí. en 1a matería prima de
re¡~nrsos ·inleh~ctnales" no llegan im\s allá de su nariz, tres indus!rirt.~ dc1 mercado 1rnmdial, tenemos, pues, ya
pudo dar con la naríz en la causa cl_e su .n;l_seria cnm~r­ triple material para un (-•stancamiento del comercio. Pres·
cial en todo el tiempo que dnro 1a l",xpos1c1on Tndnstnal cindiendo de estas circunstancias especiales, la aparente
dt: Lomhcs. 1v1ícntras en Frnnda se cerrnlxrn las fabricas, crisis cld afio 1831 no era rnás que d alto que la super-
en Inglaterra esta Haban las bancarrotas comerciales. l\Iien- prnduccion y supcrespccnlación hacen cada vez que re·
tras en abril y mayo el panico industrial alcanzaba su apo- corren el ciclo imlustrial, antes de reunir todas sus fuerzas
geo en Fruncía, t'n abril y mayo el pánico comercial alcan- para recorrer con vertiginositlad febril la última rtapa del
zaba el apogco en Inglaterra. La industria lanera ingle~a cicln y llegar de mwYo a ~u pullfo de partida: la crisis
sufrfrl quebrantos corno la francesa, y otro tanto ocurna comercial general. En estos intervalos de la hístorfa del
con la ;nanufactnrn de h seda. Y si las fabricas algodone- comercio. estallan en Inglaterra las bancarrotas comercia-
ras inglesas seguían trahajurnlo, no era ya con bs mismas les, rníentras que f:H Franda se paraliza la industria misma,
ganan~:ías quccn 1849 y U~:SO. Nu lnbia IT1ás diferencia, en parle obligada n retroceder por la competencia ele los
¡;j no qne en Francia la crisis era indnstrial y en Inghterra ingkses en todos los mercados, competencia que precisa-
ctmiercial; que, rníentrns en Francia las fábricas se ce- menlt' en esos momentos se agudiza hasta términos irre-
rraban, en Inglaterra se extendían, pero baío condiciones sistibles, y en parte por Sf'r una industria de lujo, que
rnús desfavornhles qnc en Jos años anteriores; que en sufre preferentemente las consecuencias de todos los cs-
Francia la que salía peor parada era la exportación y en 1ancamicnlns de los negocios. De cslc modo, Francia,
Inglaterra la irnportación. La causa comíu: q:1e, natnrnl- adernús de recorrer las ('fisis generales, recorre sns pro-
mcntc, no ha de l1l1Scarse dentro de los lnmtes del ho- pias crísis nacionales de conwrcio, que, sin crnhargo, es-
rizonte político francés, era palmaria. Los años de 1849 tán mucho miÍ s determinadas y condicionadas por el esta-
v 1850 fueron aiios de la mayor prosperidad material Y do general dd mercado mumHal que por las iníluencias
~le una superproducción qne só1o se manifestó como tal localf's francec;as. ?\o carecerá de interés oponer ~1 pre-

116 117
jiticiu del burgués de FrnHciu el juicío del ~inrgués ~I(~ pul.1lil'auus de defender co11 las armas en la mano la
h~·;'aterra. Una de Las nrnyo~·es casas de L1.~eipl!.º} ts. ConsLituciCm y el ~ufragio universal, por los evangelios
·ribe en su niemoria comercial anual de 18~ L: locos de los hérues emigrados in pnrtilws, que anunciaban el
e 1 . . 1 fin del rnumlo para el segundo domingo de mayo de
aüos han engaüado más (11\C en éste os prornJst1cus te-
chos al con1cnzar; en vez de b gra11 prosperidad, que~ se 18:52, y coniprcrnlerernus que, en medio de esta confusión
preveía casi unúnime1nente, resul ló St~r. m1u ., d~: r los r~1.os indecible y estrepitosa de fusión, revisión, prórroga de
mús ckceneimianLes dtºSlk hace un cua1 to de siglo. Esto p(Hlcres, Clnstitución, emtspiraeión, coalición, emigracíón,
sólo se.-n.::.fícre, naturalmente, a las clases rncn:anllles, 120 usurpación y revolución, el burgués, jadeante, gritase
a las iudustríah:s. Y sin embargo, al comenzar el ano como loco a su repúbliccl parlamentaria: "¡Antes un final
habícL indudabletllenle sus razones para pensar lo c?u- terri/Jle que un terror sin fin!"
trario; las reservas de mercancías eran pscasas, el capital Bonaparle supu entender este grito. Su capacidad de
abundante, las suhsisteucias baratas, estaba asegurado u_n comprensión se aguzó por b creciente violencia de sus
otoño próspero; paz inalterada en el continente y ausen~ia il(Teedurt'S, que veían en cada crepúsculo que los iba
de perturbaciones polític;1s o f.inanci~ras. e'.1. m~e~t~·º. ~)a1:,: acercalldo al día <lei vencimiento, al segundo domingo
realmente, mrnnt se hab1an visto mas hb1es L1s alas d~~ de Jllayu de 18.52, una protesta del movimiento de los
comercio ... ¿A qué atribuir este r.esultado deshlv~rable: astro;; cu11ln1 sns letras de cambio terrenales. Se habían
Creernos que al exceso de cmnercw, tanto en las impor- cunvertido en verdaderos astrólogos. La Asamblea Na-
tacíones como en las exportaciones. Si nuestros. cmw.,;~·­ ciunal había frustrado a Bonaparte toda esperanza en la
cianLes no ponen por sí mismos a su actividad lumles ~nas prórrnga constitucional de su Poder y la candidatura del
estrechos, uada pudrú su jelctrno: d.~!llro de los c<Hnles, príHc:ipe de JoinYille no consentía mús vacilaciones.
más que un pánico cada tres anos ·. .. Si. hn bo alguna vez un acontecimienlo que proyectase
Irnaginémonos ahora al burgués de Francia en mel~lü de!ante de si irna sombra mucho tiempo antes de ocu-
<le este pánico de los negocios, con su cerebro obses10- rrir, fue el golpe de Estado de Bonaparte. Ya el 29 de
nado por el comercio, torturado, aturdido por los nu:ior~s enero de 18c19, cuando apenas había pasado un mes desde
de golpe de Estadu y de reslctbleci1niento d~l ~ui~ag1~. su elecci<'m, !tizo una proposición en este sentido a Chan-
universal, por la lucha entre el parlamento )' el l ?der garnier. Su propio primer ministro, Odilon Barrot, había
cj{'cutivo, por la guerra de la F.ron~la de los or~~U.1~1sta~ dernmciado vt 1adamente en el verano de 1849, y Thiers
0

v los legitimistas, por las consp1rac10nes comumstas del aLiertaruente eu el invierno de 1850, 1a política del golpe
~ur ele Fr~uici,1 y las snpuestas jacqtwries~ w de los depar- de Estado, En ruayo de 1851, Persigny había intentado
tamentos dd Nil~vre y del Cher, por los redamos d~ los otrn vez n1Cts ganar a Changarnícr para el golpe y el !i.f.es-
distintos candidatos a la presidl'neln, p<'lf las consignas sagcr de l'Asse111úléc" había hecho públicas estas nego-
chillonas ele los periúdicos, por las arncu~tzas de los re- ciaciuues. Los periúd icus bonapartistas amenazaban co11

Tlw Ecww1nisl dd lü de enero ele 1852, p•1gs 2U-:30. ¡Ed.) " Di,uio antibou,tpa1 tista que se publk;tba en París, en
11.tsurrec;dorn.cs cmnpé sürns. ( Ed ..i
0 !851. (Ed.!

11S 119
un golpe de E~tndo ante ca<ln hirnwnta p:ulanwntaría, y
cnanlo niás se acercaba la crisis, más subían de tono. En 1 -<~ .su1nbra del golpe de Est<Hln ]i,1bíase hecho tan ía~
las orgías, qm" Bonnpartc celebraba todas fas noches con rn1har a los ¡y;ricinns como P'pectro, que cuando pnr fín
la swcU 1110!1 ~. df:' rtmbos sexos, en cnalJto se acercaba se lPs prrsento en carne y lrncso no iinerían creer en éL
la rnedinnoclw v las abundantes libaciones desataban 0\n foc, p11ps_ ni el recato di>l-rclo del kfe de];:¡ Sociedad
las lenguas y caléntaban la fantasía, se acordaba el golpe t.1d 10 de D,ki~mhrc ní i.rn8 snrpr<'<;;< insospechach por la
de )<:stado para la mañana siguiente. Se desenvainaban Ma1~1l1kil T'\ac10'.nl ~o q110 hiw qne l riunfa.'>f' el golpe
las e.spadas, tintineaban los Ya:::os, los diputados salían 1k 1~·'1 arlo. S1 lnunfo, f1 ie. n }X'~Rr ele la. indiscreción de
volando por las Yentrmas y el manto imperial c1ía sohrc ar¡ud » a ciencia y conciencia de rsla. como resullaclo
los hombros de Bom1parte, hasta q11c la mañana siguiente ncu-~sario e inp,·Jln Lle d p] pnwc~o anlPrior.
almyentaba el fantasma, v d asombrado Pnrís se ente- U 10 (le octubre, Bon:ipnrlc anuncirí rr ~ns minislrns
rn ha, por las vestaks po¿o rf'servadas y 1ns inclíscrdos s11 rcsol11ci1'm (l(·' rcstanrf!r el ~nfrngio imivPrsal; el 16 Je
paladim"i. del peligro df' cp.ie había escapado mm vez pr;,srntarnn 1a dirni,ión \' el 2() crmocirí París la formn-
m:Ís. Dnran\P los meses de srtiembre v oc1ubrP se atro- c~nn. clel ministerio Thorigny. El prefecto de poli da
pellaban l<)S rumores sobre un coup (f"état. La somhra Cri.rlicr luc s11slituido ri.l mismo !íernpn por J\huprrs v el
cobraba nl mismo tiempo color, como un daguerrotipo JPÍ(' de la primera el h·isi(in mílitar, P, 1airnan, concentd) en
ilnrninado. Si se ojean las series de SPticrnbre v octubre la capitn 1 lns rcgimicntn.<; más seg11rns.- El. 4 ele novíem-
en las sPkcciones de los órganos de la prf'1~sa diaria hre rra11w.1rí sns S''';iones b .'\s:tmhlra Nacional. Ya 110
\•uropca, S(' encontrar(rn textualmente noticias de este t:nía rpw hacer mi'15 qnp. repetir (-'n pocas y sudntris lec-
tipo: "París está lleno ele r11rnores de un golpe fk Estrido. ciones ;le rcpasn el curso ql!C' hal¡]a acnlnHlo y probar q 11 e
Se dice que la capital se llenará (le tropas dmank h b hah1an enterradn soln rlesp110s (lc rnorír.
nrwlw y que a la mañana siguiente aparecerán d':'cretns El primer puesto q ur ha hía perdido en sn lucha c011
dísolvicm1o la Asamblea Nacional, declarando c1 depar~ el Poder ejecnti,·o crn el ministerio. Y no tm·o rn11s re-
lamento dd Sena en estado de sitio, rE'slaurando el su- 111('(lio qnc confec;ar sokrn1wnwnlc esta pérdida. acep-
fragio universal y apelando al pHchlo. Se dice qnc Bo- 1nndn cpmo plenarnen!T ,-{¡] iclo el simn lacro de mi;1isterio

naparle hnsca ministros para poner en práctirn estos de- de 1 horígny. L1 comisión pPnDanent·p hrrl1ía recibido con
cretos ilegales". Las corre;;pondencias que dan estas no- nsCTs al srfíor Girnud, cnando {ste se presentó en nombre
ticias terminan siempre con ]a palabra fatal "aplazarlo". (](' l~s 1mcYos ministros. ¡Flnjo na el ministerio para
El golpe d(' Estado fue siempre la idea fija de BonapartE'. mc.1l1da~ tan fner!Ts como la res!miracicín del sufragio
i:rnversall Pero s0 trataba precisamente de uo sacar 1rn-
Con esta idea en la calwza volvió a 11isar el territorio de
Francia. Hasta tal punto E'staha poseído por ella, qne 1a
('ª ~(h'lnntc rn el I'arlarncnf o, sino de sacarlo toe lo contra
el l- arlamcnto.
dela!aha y se le iba de la lengua a cada paso. Y era tan
débil, que volvía a ahandonarla también a cada paso. ,l ,.El' ;11i.~mo d~a :'n. ,rine rea11u~lr'i sus Sf'Sinnes, la Asam-
1 ;Id Nac1011al 1ec1b10 d nwnsa¡c en que Don 8 partc exi-
gia la restauración del sufragio universal y la clerogación
"' La nrislu1.ncia rl~I liamp~. 1Jü/..l de_ la ky c~cl ,)l de niaYo de 1850. Sus rnini.~tros presen-
1J1 on el irnsmo cl 1a un decreto en este sentido. La Asam-
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uno solo, para poder votar. La enmienda se desechó pot
blea rechazó .inu1ed.iatamenl(-' la proposición de urgencia un solo voto, pero este voto resultó inmediatamente ser
de los miuistros, y el 13 de noviembre la propuesta de un error. Escindido en sus fracciones enemigas, el par-
ley, por 355 votos contra 348. De este modo, volvió a tido del orden había perdi<lo clt~sde hacía ya mucho tiem-
desgarrar una vez más su manclato, volvió a confirmar po su mayoría parlamentaria propia. Ahora, ponía de
una yez rnús que había Jejüdo de ser la rcpreseulació11 manifiesto qne en el parlarnento no existía ya mayoría
libreuwnte elegida del pueblo, para convertirse en d par- alguna. LL Asarnblea Nacional ern ya incapaz para tomar
larnento u~urpador ele una clase, confesó una vez h,1ás que acuerdos. Sus elementos atómicos ya no se mantenían
había cort,1do por su propia mano los músculos que unían unidos por ninguna fuerza de cohesión; había gastado
la cabez<t parlamentaria con d cuerpo de la nación. su último l1álito de vida, estaba muerta.
Si el -Poder ejecutivo, con su propuesta de restaura- Finalmente, algunos días antes de la catástrofe, la
ción del sufragio universal, apelaba de Ja Asamblea Na- masa cxtraparlarncntaria de 1a burguesía había de con·
donal al pueblo, el Poder legislativo, con su proyecto do firmar solemncménte una vez más su ruptura con la
ley sohrc' los cuestores, apelaba del pueblo al ejército. burguesía dentro del parlamento. Thiers, que como hé-
Esta ley de lns cuestores había de fijar el derecho de 1a rue 1xtrla111entario estaba contagiado preferentemente de
Asamblea Nacional a requerir directamente el auxilio de la enfermedad incuruble del cretinismo parlamentario, ha-
fas tropas, n. crear un ejército parlamentario. Al erigir bía rufü1uina<lo después de la muerte del parlamento una
así a1 ejfrcíto en árbitro entre ella y el pueblo, entre ella nueva intriga parlamentaria con el Consejo de Estado,
y Bonaparte, al reconocer al ejércHo corno Poder clecisiv1J uua ley de responsabilidad coa la que se pretendía su-
del Estado, tenia 11ecesarimncnte que confirmar, de otra íetar al presidente dentro <le los límites de la Constitu-
parte, que habfa ab,1ndonado va desdo hacía rnucho tiem- c;ión. Así como el 15 de setiembre, en la fiesta en que
po su prelensfon ele mando sobre el ejército. Cuando, en se puso la primera piedrn del nuevo mercado de París,
vez de rer1uerir imnediatame1üe a las tropas, debatía so- Bouaparte había fascinado a las dames des halles, a las
bre su derecho a reqllerirlas, revelüba fa duda en su pro- pescaderas, como un segundo i\1asaniello (claro está que
pio poder. Al rechazar la ley de los cuestores, confesaba una de estas peseadéras valía en cuanto a fuerza efec-
abiertamenlt' su impotencia. Esta ley fue desechada con tiva, por 17 burgraves), <le1 mismo modo que, después
una minoría de 108 votos; la ~Ionlaña decidió, por tanto, de presentada la ley sobre las cuestores, entusiasmaba
h volación. Se cncunlrnba en la situacióu del asno de a los tenientes obsequiados en el Elíseo, ahora, el 25 de
Buridán, no ciertanH:nte entre Jos sacos de pienso, siu noviernbre, arrebató a la burguesía iudustrial, congre-
saber cu:'tl serín nHcjor, sinu entre dos tanelas de palos, gada en el circo para recibir de sus manos las medallas
sin saber cu:tl sería peor. De una parte, el rniedo a ele los premios por la Exposición Industrial de Londres.
Changarnicr; de otru lado, el rniedo a Bonaparte. Hay Reprodudré la parte significatíva de su discurso, tomada
que reconocer que la situación 110 tenía nada de heroica. del f oumal des JJébats: "Con éxitos tan inesperados, me
El 18 de noviembre se propuso una enmienda a la ley creo autorizado a decir cuán grande sería la Repúblíca
sobre las elecciones rnunit:ipalcs presentada pnr el parti- Francesa si se le consintiese defender sus intereses reales
do c1cl orden, en b que se disponía que los electores y refonuar sus instituciones, en vez ele verse constante-
municipal<'s no 1wcesit<trínn !re~ ,tños de tlornieilio, sinll
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mente perturbada de nn lado por los demagogos y de de la j11rispn1drncia criminal. noh1 al Bai1cn ck J7r:uwi:1
otro lado por las alucinaciones monárquicas. (Grandes, 25 millones de francos, compra nl gnwral \Iagn:c. iJ<.··
atronadores ¡¡ re¡wtídos ap/m1sus de todas las partes del ull millón y a los ~olclados ¡v'r 1;j fntHco~ a c:Hhi 1Hl"
anfiteatro.) Las nlncinadoncs monárquicas entorpecen y por ag1ianlif'ntf', ~e r1C1.11w a P.>(·nrnlidas por la noche
lodo progreso y todo de!'arrollo industrial serio. En lugar con sns cómplices, cnrno nn 1adrr'il1, hace qnc aonl1r·11
de progreso, no hay mlÍs que lncha. Vemos a hombres las casas de los ¡xulamentarins rn(;~ pdigrnsns, s:w:•, :-
que antes eran d más cdoso sostén de la autori(lacl y dolos ck sns cnrnas v llcvú)](losc a C<rvak1iac, LanH;i i
de las prerrogativas re:i les y que hoy son partidarios de cíen', Le Fl6, Chang;{rniPr, Charras, Tliiers~ Bazc y olrc:',
una Convcncü'm, solamente para qncbranlar la autoridad manda ocupar las plazas principales de París y el cdi-
nacida del sufragio universal. (Grandes!! repetidos aplau- ficío dl'l l'arbnwnlo con tropas y pegar_ al arnnnccf>r,
sos.) Vti:mos a hombres que han sufrido rn:is (}lH:' nadie en todos los muros. carteks cstridf'1Jles proclnrnanclo la
de la revolución y la han clcploraclo más que Hadie, pro- disolución de Ja Asarnblen :'\acional y clcl Consejo ele Es-
vocar una nueva, sin más objeto qne cncacl Pnar la vo- tado, Ja restauracü'm del sufragio uniwrsal y la d('clarn-
luntad de Ja nación ... Yo os prometo tranquilidad para ción del departamento del Sena e11 eshuh (k sitio. Y
el porvenir, etc., ele. (J3ra UJS atronadores./' Así aphu- poco después, ü1sPrta en d i'.fonifc111· nn clocnnH'l\to fal-
de la burguesía industrial con su aclamación más servil so según el cual influve11tes hombres parlamentarios se
el golpe de Estado del 2 de diciembre, la aniquilacíón lu;n agrupado en torno' a él en 11n Conscin d(' Es!:vlo.
del parlamento, el ocaso de su propia dominación, la dic- El parlamento acéfalo, formado princípalrnen!.C' por
tadura de Bonapart·e. La tempestad de aplausos del 25 legitimistas y orleanistas, se reúne en ("l cdifidn de la
de noviem brc tuvo su respuesta en la tempestad de ca- alcaldía del 10 distrito y acuerda entre gritos (le "¡Viya
ñonazos del 4 de diciembre, y la mayorírt de las bombas la rt'pi'1blicaJ' la destitu~ión (k Bonaparle, arenga c11 \·a-
fueron a estallar t"n la casa del señor Sa1landrouze, en no a la mflsa boquiabierta congregada clelantic (]el edi-
cuya garganta habían pstallado la mayoría ele los vítores. ficio y, por último·, cmtmlíaclo por -Uradorc~ africanos, es
Cuando Cromwell clisolvió el Parlamento largo, se
mtastraclo prirncrn al cuartel (l'Orsay y luego ciipaquela-
dirigió solo al centro del salón de sesiones, sac(') el reloj
clo en enehes celulares y traspurlach a 1ns e;\ re eles de
para que aquél no viviese ni un solo rninul o más del
?\lazas, ffam y Vinccnncs. Así terminaron el partido dd
plazo que le había señalado y fue arrojando del salón a
orden, la Asarn blea LegisJatiya y la H'Yolucióu tfo Fe-
los diputados nno por uno con insultos alegres y humo-
brero. He aquí en breves rasgos, antes dc pasar rúpicla-
ristas. El 18 Brumario, Napoleón, con menos talla qne
menk a las conclusiones, el esquema ele s1.1 his!oria:
sn modelo, se trasladó, a pesar de todo, al Cuerpo Lc-
gislabivo y le leyó, 'aunque con voz entrecortada, su I. I'rinwr período. Del 24 de fclmTo a1 i dc mani
s('ntf'ncia de nmcrte. El segundo Bonapartc>, que por lo de .1848. Período de Fcbrcrn. Pró lngn. Espcjisrno ~le
demás se hallaba en posesión de uu Poder ejecutivo muy confraternización general.
distinto del de Cromwdl o Napoleón, no fue a buscrtr sn
moclelu a los anales ck la historia unívcrsnl, sino a los Il. Segundo ¡wriodo. Pcríoclo <le c01isti(ución (k Ja
anales de la Sociedad del 10 ele Diciembre, a los anales república y ele la AsarnLlea :\acíonnl Constituyente.

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l. Del 'l (fo rnnyo al 25 de jnnln de 1848. Lucha de
luJa~ las clases contrn el prolctarúidu. DerroLl del prn- iulq~ran. Ddiniliva rnpturn del pétr1anw11lo burgués y
1etanado en las jornadas de Junio. de la prensa hurgue~a con la masa de la burguesía.
2. Del 25 de junio al 10 dt' dicie111hre de 1848. Dic- d) Del 9 de octubre al 2 de diciembre de 1851. Rup-
tadura de los rcpu blfr:anos llllrgncscs puros. Se redacta tura franca entre el parlamento y d Poder ejec:utivo. El
el proyeclo de Constitución. Dechracir'm d(-cl est;iclo de parhllncnlo consuma. su defunción y sucumbe, abandona-
sitio en París. E1 10 dt> diciembre se elimina la dictadura do por su propia clastc, por c1 ejército y por las demás
burguesa con la ete(;ción de Bonapartc para presidente. clases. Ocaso del réginwn parlamentario y de la dorni-
3. Dd 20 de dicienilm~ de 1848 al 28 de mayo de nacir'rn limguesa. Trinnfo de Bonaparte. Parodia de res-
l84D. Lucha ck b ConsUturentt' contra Bonapart<: y el tauración iniperial.
partido del orden coligado con él. Caída de lü Cunsti-
tuyellte. k;lcrrota de b burguesía republicana.
\" Il
~Il. Tercer periudo. Período de la repúhlica co11sti-
tucunwl y de b Asa111b!ca Nociolia[ Legislativa. La república social apareciú como frase, corno pro-
l. Del 28 ele ma~'º <d 13 de junio de 18"1D. J .u cha de feda, en el umbral de la revolución ele Febrero. En las
los pequel10s burgueses contra la 1mrgucsía y cunt ra Bu- jurnacbs tlc Juuü.1 de 1848, fue ahogada en sangre. deC
naparte. Derrota de b clc111ocLtCia peq11eiiolmrguesa. prole_tadad9 el(? farís, pero aparece en los restantes actos
2., Del lJ de junio <le 184D al 31 <le nrnvo de 1850. de:l drnrn;1 como espectro. Se anuncia la repúlJlica de-
Dicta<lurn pnrlauwntariu del partido del urci'en. Corona mocrática. Se esfuma el 1:1 de junio de 1849, con sus
su dnrnínaeión ccm la abolición del sufragio universal pequeflos lmrgueses dados a la fuga, pero en su huida
pero pinde el ministerio parlamentario. ' arroja tras si redamos dolJlemcnte jactanciosos. La repú-
J. Del 3] de m<lyo <le 18!)0 al 2 de diciembre de lJliüi pnrlament(lria corda burguesía se adueña de toda
1851. Ludia entn· la burguesía par1mnentaria y Bona- la escena, apura su vida en toda la plenitud, pero e1 2
parte. de diciembre de t8S1 la entierra bajo e1 grito de an-
a) Del 31 de mayo <le 1850 al 12 de enero de 1851. gustia de los rncrn~lrqLlicn'.' colígct(1os: "¡Viva la repúb1íca1"
El parlamenlo pierde el alto mando sobre el ejército. La burgut·sía francesa, que se rebelaba contra la do-
li) Del 12. de euern al l l de abril de 1851. Sucumbe minación del proletariado trnbajndur, encumbró en el Po-
en sus tentativa., por volver a acluefmrse del Poder ad- (lcr al lurnpen1pruletariado, con el jefo de la So('iedad
mini~trntivo. El partido dd orden pierde su mayoríu del 10 de Diciembre a la cabeza. La burguesía mantenía
par1a111Cntaria propia. Coalición <lel pürLido del orden a Fran('ia baj\1 el miedo conslante-a lo-; f\lluros e5palltos ~
con lus rcpublica11os v la !'lfonlafia. 'il(; Tcí-füuüqüfa úij.:i;. 1Jú11.áparte descontó este porvenir
e) Dd 11 de «hril al ~J de octubre de 1851. Intentos -r_:-uando el ,1 de df(:iei1;brc hizu qnc el ejército del orden,
c~e revisión, de fusión, de prórroga de poden:s. El par- embriagado ele aguardiente, disparase contra los distin-
tido del orden se <lescompone en los elementos que lo guidos bu~-gtieses del Buuh"vard ;\lontmürtre y del Boule-
vnrd dt'S Italiem, que' estaban asomados a las ventanas.
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hiliclad. 'La l"rancia ad ual .se contenía ya íntegra en la
La lrnrg1H'5Ía hizo la apoteosh del sabk 1 }· el sable man-.
r('pública parlamentaria. ~Sólo hacía falta el arnfí;1 zo de __ ,
. da sobre ella. Aniquiló la prensa ie,·o!ucíonaria, )' Ye
i1iia bayol1cta para que la vejiga cslalh~e y d rnnnsln10
anirplilada su propia prensa. Sometió las asambleas po-
saltase a la vista"
pii larcs a h vigililncia ele la policía; ~us salones se hallan
bajo la vigilancia de la policía, Disolvió la Guardia ,.;Por qué el proletariado de l'arís no <:e le\at1lú des-
Nacional democrática y su propia Guardia Nac.ional hR pués del 2 de dicícmbrc'?
8ido disueltn. Drerctó el Pstado de sitio. v el estado de La caída de la burguesía ~riln cst:1bu dccre!:id:-i: el
sitio ha sido ckcrdadn contra ella. Suplm;tó los j11rados (lccrcto no S(~ había ekcntadn tmlnYfa. Cualquier alz:1-
por cnmisimws milítnres, y las comisiones militares ocu- míento serio rlcl proletariado habría dadn a aqni'lln niw-
pan el p11csto de sus jnrndos. :Sometió la cnscfianza del H)S bríos. la habría rcconcilindo cnn el ejército y halnía
ns0gurado a los nhreros una segunda dnTola de Jnnio.
pueblo a los curas, v los curas la someten a dln a su
'propia c11sei"íanza. Depor!Ó a detenidos sin início. y ('lla El .:! dt· diciemhrc, el proletariado fu(' espoleado n la
luclm por lmrg1wses y tcndcri)s. En la noche de este día
es deportada sin ílliicio. Sofocr) tndo rnovimif'n!o de la
prometieron comparecer en el lugar de la lucha varias
sociedad medianle ('] Poclcr dd Estado y el Pocler del
legimws el e la Guardia Nacjonal, armadas y ulliformadas.
Es!adn sofoca todos los 111m:imientos de sn sociechd. Se En efecto, lrnrguescs y tenderos habían descnhiel'ln qnc,
rd)cl/1, llevada del Pn~usiasrno por su bnls<i, contra sus en 11110 ele sus decretos del 2 ele diciC'mhre, Bouapartc
propios políticos y liti'ralos; s11s políticos y literatos hw- abolía el \-oto secreto v les ordenaba inscribir ('ll los ff~
ron quilados de Pn medio, pero su b1¡lsa se Ye sarrueada gistrns oficiales, dclr<Í~ de st~s nombres, 1111 sí o nn no.
después de nmorclnzarse su boca y romperse su pluma. La r('sistcncia del 4 de clicicrnbre, ameclrenth a Bonaparlc.
La lmrgnesía grita ha incansa blcmente a la revolución Durante la noche mnndó pegar en todas las esquinas de
corno San Arsenio a. ]qs cristianíJs: Fu.ge, tace, q11iescc! París carteles anundnndo la rcstauracíón del ,·oto <;cerdo.
¡Hnye, calla, descansa! Y a.hora es Bnnaparte el que Burgueses y tcn~leÍ·os creyeron ha her alcanzado su fina e
grita a la burguesía: Fuge, tace, quiesce! ¡Huye, calla, lidacl. Todos los que no se presentaron a la lllailana
descansa! siguiente eran tenderos y burgueses.
La lmrguesía francesa haLía rt'sudto desde hacía mu~ Un golpe ele mano de Bmmpartc, claclo dmantP la no-
cho tícmpo el dilema de N apolcón: Da ns ci11q11n11te m1s, che tlel J al 2 de diciembre, hahía prh:ado al proletariado
l'E11ropc srm répub!kaine or1 ensaque''._. Lo había re- de París de sus guías, de los jefes de las harricadas. ¡l,fn
suelto en la répulilir¡ue cosnque ~ •. Ninguna Circe ha ejército sin oficiales, al que los recucrtlos de junio ele
desfigurado con su encanto maligno la ohrn de 8rt e df' 1848 y de 1840 y de mayo de 1850 ü1spirnhan la avt'rsió11
la r('públíca lmrg1wsn, c01wirtiéndola en un monstrno a luchar lx1jo la bandera de los nw11tagnnrds, confío a su
Aquella república sólo perdió su aparin1Cia de res1wta- vanguardia, a las sociedades secretas, la sahaci(m clcl ho-
nor insurreccional de París, que la lmr~uesia entregú tan
" Drniro d(' cincuenta nüos, Euro1rn 'cTá 1epu blirnn.-i o co-
mansamente a la soldadesca, quo Bonapartc pmlo rnús
saca. (Ed) tarde cl<-'sarrnar a la Cuanlia "\"ncional um el prctc:xbJ
~· Rcpúblicn C(),'1(";1. rE1/..l
129
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llllrlóu ck que temía ([Uc ~us •trrnas foescn empleadas levantnrú, y grHgp\ julJilosa: ¡bien has hozado, viejo topo!
<tLusivameutc conlrn ella rnisu1<< por lns anarquistas! . Este Poder cjecuti\"o, con sú imneúsa-· oi'ganiZaeióü
''C'est le lrío¡¡¡pJw co11tplet et défi11itif d11 Sociulis- buroerática y militar, con su compleja y artifíciosa ma-
111et" Así caracterizó Cuizol d 2 de diciembre. Pero quinaria de Estado, un ejército ele funcionarios que suma
si la caída de !a repúl;lica parlame11t,1ria encierm ya en rncclio millón de ho1nbrcs, junto a uu ejército de otro
gennen el triunfo de lu revolución proletfüiü, su resultado medio millón de hombres, este espantoso organismo para·
irrnH.'dhlto, tangible, ern Lt ui.cturía de Ho1wparte so!He sitar.io c1uc se cific corno mu red al cuerpo de la sociedad
el Jlarlamentu, del Poder e¡enitiw sohre el Poder legisla- francesa y le tapona todos los poros, surgió en la época
tiw, de la fuerza siu /rases solJre la /uerza de lus fmscs. de b rnonarqub absoluta, de Lt decadencia del régünen
En d parlamento, 1a wición elevaba stt voluntad general fomfol, que dicho organismo contribuyó a acelerar. Los
a lwy, es decir, elcvali<i b lvy de la cbse dorniuante a st1 pridlegios seüuriales de los terratenientes y de las ciu-
voluuta<l general. Ante el Poder ('jcculivo, abdica de toda ctult~s se cunvirtíeron en otros tantos atributos del Poder
voluntLLd propia y se sniuek a lns el ictados de un poder del Estado, los <lígnatarios feudales en funcionarios re-
extraño, de Ll autoridad. El Poder ejecutivu, por oposi- trilmidos y d abigarrado mapa-¡¡llleStrar[u de las sobe-
cióu al legislativo, eXL)rt:S<t la huterot1ol!1Ía de ia wtcióu ranías HH:::dicvales en pugna en el plan reglamentado de
por oposición a su aulono1uía. Por tanto, Frnnci'.1 ~ól.o un Fc1dcr estatal cuya labor está dividida y centralizada
parece escapar al despotisn10 de una clase parn remudir corno en una fábri~a. :La primera revolución francesa,
bajo d despotismo de un individuo, y concretamente bajo qon su misión de romper todos los poderes particulares
hl autoridad de lltl individuo sin autoridad. Y b lucha locales, territoriales, municipales y provinciales, para crear
parece haber tenninaclu en que todas las clases se pos- la unidad civil de la nación, Lcnb 11ecesariamentc que
traron ele hinojos, con 1gu<tl impotenrü y con ig;m1l mu- desarrollar lo <tuc la monarquía absoluta había iniciado:
tismo, ante b cnlüta del fusil, la centralización; pero al inbrno tiempo mnplió el volu-
Pero la revolLtción es radical.. EsLi pasaudo todavía men, las atribuciones y el número ele servidores del Poder
por el purgatorio. Cumple su lan2<\ i,:<m método. 1-Ia*l del gobierno. N apolcón perfrcciuuó esta múquina del Es-
el 2 ele diciembre de 1851 había terminado L1miiac1 de tado. La monarquía legítima y la monarquia de Julio
su h1bor preparatoria; al10rn, tcnuiim la otra míta,cL Lle- no afo1dieron nada más qlle una mayor división del tra·
va primero a la perlcccióu d J\¡cler parlauwntano, para bajo, que crecía a medida que la división del !rnhajo
pQder derrocarlo. Ahorn, conseguido ya esto, He;•a a la dcnlro de Lt sociedad burguesa ere-al la nuevos grupos de
perfección el Poder eíecufir:o, lu rechtcl" a sn nrns pura intereses, y por tanto llllC\'O rnaterial para 1a aclrninistra-
expresión, lo aísla, se t·nfrenta con él, corno Úllico blanco cióu del Estado. Cacb interés común (gemeinsame) se
coulrn el que <lehc concentrar Lodu~ sus fuerzas de des- desglosa ha inmcdiatanwntc de la sociedad, se con trapo·
trucción. Y cuando la revolución liayct llevado a cabo nía a ésta como interés superior, general (allgemei¡¡es), se
esta scgumb p<trle (k sn labor preliminar, Europa se suslrnía a la propia actuación de los individuos de la
sociedad y se convertía en objeto de la actividad del
gobierno, desde el puente, la casa-escuela y los bienes
comunales ele un nmnicipio rural cualquiera, hasta los
L'.W 131
lcnoc'llJTih·s, b riqnez,1 nacional v las uni\·ersiclaclf's de eampesi11os no e~ el Bom1 parte 1p1c se c;omcte al parla-
Franda. Finalmct~le. la repúhlic~ parlamentaria, en ~1~ nwnto bmgm~s, sino el Bonapn.rtc qne lo dispersa. Du-
luclm contra la revolución, viose obligada a fortalecer, 1 ante tre:; años consiguieron las ciudad es falsificar el
junto ron las medidas represivas, los medios v la centra- scnlidn de 1a elección del 10 de Dicicrnhre v estafar a
lizaci(m ele! Poder del gobierno. Todas las l~evolucione.s los can1pc'sí1ws h rcshnr¡;ciÚn dr'l inipcrio. i,a elección
perfeccionaban csla máquina, en vrz de destrozarla. Lns dd 10 el(' dicicrnlm' rk B18 no se consumó hasta el golpe
partidos qne luchaban alternatirnmentc por la domina- de Fs!¡;dn d 2 <le cliC'icml1rc de 1851.
cíón, rnnsiderabhn la torna de posesión ele este inmenso Lo,5 campesinos parcelarios forma u una rnrrs.0, _inmensa,
cd ificio del Estado corno el botín principal del venccclor. cuyos indfrkluos viven en idéntica sit1rn.ción, pero sin que
Pero bajq lg n10narqufa absoluta, durante la mirnera 0ntTe ello' existan nmchas relaciones. Sn. modo de prn-
H'rnh1c~ón, bajo Napoleóii, 1ii. bü'¡'tiCrncia no ern más que dücdóri los aísh. a nnos (le otros, 011 vez de estriblcccr
d ü1t•llm parn preparar la dorninacióri de clase ele la r('ladonf's rnulnas entre ellos. Este nislamirnto es fomen-
burgu~sí~'.- J3njo b resl~nración, bajo Luis Felipe, bajo taclo por los malos medios de corn1111irnció11 de Francia y
la r('pttbh<«t parlamentana, era el instrnrncnto de la chse por l~ pobreza (le ·los campesinos. Su e<1n1110 ele produc-
domiuank, por mucho que ella aspirase también a su ción, la parcela, no ~Hlrnite en rn C:u l livo división alguna
propio T\)(lcr nbsolulo. del frabaio ni aplicncíón ninguna (Je la ciencia; no admi-
Es bajo el seg11mln Eonapartc cuando el Estado pare- te, por tanto, multiplicidad de desarrollo, ni diversidad
ce haber a(lquirido una completa autonomía. La máquina ~le talentos, ni riqncza ele rclncioncs sociales ... Cada fami-
del Estado se ha consolidado va de tal modo frente a la lia campesina se basta, so hrc porn más o menos, a sí
sociedad bnrgucsa, que bast; con qnc se halle a su · .misma, produce dircc:tanwnte ella misma la mayor parte
frente el jefe rlc la Sociedad del 10 de Diciembre, un de lo que consume y oblicnc así sus materiales de exis-
caballero de indus!ria venido de fupra v elevado sobre tencia más bkn en intcrcam hio con la naturaleza que en
el pavés por mrn sokladesca embriagada,~ la que compró C'ontac\o con h sociedad. Ln. parcela, el campesino, y
cou aguardiente v sakhichón y a la que tiene que arrojar su farnília; y al otro lado olra parcela., otro campesino y
conslanlcnwntc salchichc'in. l])c aqu.íla pusilánime deses- otra familia. l'nas cuantas unidades ele éstas forman una
peración, el sentinde11to de la más inmensa lrnmi1lación aldea, y unas cuantas aldeas ;111 departamento. Así se
y drgradaci6n ftne oprime el pcch~ de Francb ) contiene- .
0
forma la grnn mnsa de h nnción francesa, por la simple
sn a liento. Fnuwia se siente corno deshonrada. snrna de nnidades clel mismo nomhrc, al rnmlo corno, por
l Y sin embar_u;o, El Poder del Estado no flota en el ('jcrnplo, las patatas ele nn saco formal\ un saco de pa-
!airP, Bona parte .. repr<Csenta a una clase, que es, además, tatas. En la medida, t'll qtw rni.llones de familias viw•n
'la clase más m1mt-~rnsa de la sociedad francesa: Tos cam- bfljo condiciones económicas de existencia que las distin-
! ¡¡csinos parcelarios. guen por su modo clf' yjyjr, sns inlenJse:.; ~· su cultura de
¡ Asi ('Orno Jos Borbones eran la dinastía ele lns gran- otras clases v lns opuncn a r'.·slas de un moclo hostil, aqné-
cfrs ,terratnüenks v los Orleáns h dinastía del dinero llas forman una chsc. Por cnanlt• existe entre 1os campe-
los Bonaparks son, la clínastía de los carnpesínos, es de~ sinos parcdarios una <ll ticulación puramente local y la
cir, de la masa del pHeblo f rancé;;. El elegido de los iclenti(lad d;;' sus intPlTSC'S no engendra entre ellos ningu-

1:]2 B3
representa al carnpesinQ revolucionario, ~inq al ca111pesino
n'.l c~1,nuuid~t~, ninguna muon nacional y ningu 1w orga- conservador; no representa al camp~sino que pugna por
'.Hzac10n poht1ca, no forman una clase.\Son, .por tanto, salir de su c.omlkión social de vida, la parcela, sino al
mcapaces de hacer valet: su interés de clase cu su propio qne, por el contrario, quiere consolidarla; no a la pobla-
nombre, ya sea l~~r me~l10 de un p<nlarnento 0 por mulio ción campesina, que, con su propia energía y unida a las
d_e una Convcncwn. No pueden representarse, ~ino que cimbeles, quiere derribar el viejo orden, sino a la que,
tienen q 1H~ sc1: repn:senladus. ,Su representante tiene CJI!\'.~, por el contrario, sombríamente retraída en este viejo
nparecer al nusurn ll~~mpn_~·0_mu su .1i~ñur, ..cDmu uua auto..::. orden, quiere verse salvada y preferida, en unión de su
ridad por encima de ellos, como un poder ilimitado de-·-" parcela, por el espectro del imperio. No represent<t la
gobierno que los proteja de la.~ demás clases y les erwie ilmtrnción, sino la superstición del campesino, no sn jui-
~fosde lr~ alto, ~a l lnvia y d sol. Por consiguiente, fa cio, sino su prejuicio, no sn porvenir, sinü su pasado, no
milueHclll poli! !('tl de los campesinos parcelarios encuen- sus Cévcnnes modernas, sino su rnodernü Vendée º,
tra _su última exp'.·esión <!n el hecho de que el Poder eje- Los tres años de dura dominación de fa república par-
cutivo sorneta bajo sn 111ando a la sociedad.
lamentaria había curado a una parte de los campesinos
, La ~nidi~:Í<Jn hís túyica hizo 1Mcer en l'l crnnpesíuo fran- franceses de la ilusión napoleónica y los habían revolu-
ces la le m~lagrosa de que un hombre llamad u Nüpolcón cionado, aún cuando sólo fuese superficialmente; pero la
le cle\'olvena toda la rnagniJ kencia. Y se encontró un burguesía los empujaLa_ violentamente haeia atrás, cuan-
individuo que se hace pasar por tal hombre, por ustt-:ntar Üs veces se ponían en movirniento. Bajo la república
el nou1lir_~' de l\apoleón gracias a que el Code Napoléon" parlamentaria, la conciencia moderna pugnó con la con-
ordena: La recherche de la paterníté est ínterdite" "". ciencia tradicional de los campesinos franceses. El pro-
Tras veinte afios de vagabundaje y una serie de grotescas ceso se desarrolló hajo la forma de una lucha incesante
avent-i1ras, se uunple la leyenda v este humhre se eon- entre los maestros de escuela y los curas, La burguesía
viert.e eu ernpen,ldur de los fra1K:cses., La idea fija del abatió a los maestros. Por vez primera los campesinos
sobr1110 se realizo porque coincidía con b idea fija de la hicieron esfuerzos para adoptar una actitud independien-
clase má~ ntnm·rosa de los franceses. te frente a la actividad del gobierno, Esto se manifestó
. Pero, se n'.e o_hjdará; ¿,y los levautamientns campc~
smus de rncd1a 1' raucia, las batidas del ejército contrn
los campesinos, y los encarcelamientos y deportaciones ~ Céi.:ennes, regiéa1 muntaños:1 de Francia, en la que a pdn-
en masa de campes inmf' dpios del siglo xvm se alzaron los campesinos protestunles (los
eamisardus) al grito de "¡Abajo los impuestos! i Liliertml de con-
Desd?, Luís Xi V, Fraucía iw lrn asistido a ninguna ciencia!" Los insurrectos se apoderaban de los castillos feudales Y,
p7r~ecu.~:1on semeiante de campesinos ''por nrniwjus dema- ocultos en las rnonlafül~, acluahau en destacamentos guerríllerus,
gog1cos c. conliuuando la lucha durante cn>i tres nfios.
\'eJl(lée, región de Franci,\, centro de h eontrnnevolución du-
Pero entiéndase hieu. Ll"a díuaslía de Honapartc no rante la revolución burguesa de Frnnci¡\ de fines del siglo xvm.
En Sll ludrn con Li Francia revol\lcionmia, Ll contrurevoludón
utilizó a los atrnsadus campesinos <le la Veudée fue1 temen te infl uen-
~ Código napoleónico. (Ed.) eiados l)<lr el c!Ero e;itólico. (fül.J
"* Queda prohibida fa in' estigudón de Li paternidad. {Ed,)
135
134
en PI coHflidu cons!au!e de lm alcaldes con los prefectos. cimws bajo las cuales poclrían <:xplotar sin qu<: nadie les
La burguesía dcslitnyó a los alcaldes. Finalmente, los molestas<: el suelo de Francia qnc se les acababa de asig-
campcsínns de diversas 1ocalidm1f:'s se levantaron clm·flnte nar, satisfaciendo sn afán juvenil ele propieclncl ..: Pero lo
. el período de la república parlamentaria contra sn propi:1 que hoy lleva a Ja rníua al campesino francés, es su mis·
•· progenie, d ejército. La bnrgucsía los castigó con esta- rna parcela, hl divisiúnc1d suclo, _h forma de propiedad
dos de sitio y ejecnciones. ·Y esta misma burguesía dama cunsolidmla en Francia por Napole6n. Són precisamente
ahora acerca de la ("stnpidcz de las masas, de la l'ile las eómlicio1ws máteriales cjüe cdm'irliFron al camrwsino
·. multitud e 'I que la ha traicionado frente a Bona parte .. feudal frnm:és en campesino parcelario y a ~\'apolcóu en
. Fue ella misma la que consolídó con sus violencias las emperador. Han 1Jastaclo dos generaciones pnra cugcn·
•. simpatías de la clase campesina por el Imperio, Ía rpic drar este resultado ínevitalJle: ernpcommicnlo progresivo
·ha mantenido cclosam(;'ntc el estado de cosás (iue fonnan de b agricultun1 y endcmlarniento progrcsiYo del agri·
Ja cuna de esta religión campesina. Claro está que la cultor. Ln fnrma "napoleónica'' de propiedad, que a co-
.burguesía tiene necesariamente q_ue temer la estupidez mienzos clel siglo XIX era la condición para la 1iberaeión
de las masas, mientra;¡, siguen siendo conscrYadoras, y su y el enriquecimiento de la población campesina francesa,
:coí1ciencia en cürrnto '$e hacen revolucionarias. se ha desGrrollado en el trnsc11rso de f'ste siglo como la
En los levantamientos producidos deopnés del golpe ' ley de su csclavítnd y de. rn pauperismo. Y es precisa·
de Estado, una p:irtc de los campesinos franceses pro- mente esta ley la prinwra de las irlées naµorénnienncs
testó con las armas en la mano contra su propio vnto del que viene a afirmar el segundo Bonaparte. Si comparte
10 de diciembre de 1848. La expericnci:l arlqnirida desde todavía con los campesinos la ilusión de buscar 1a causa
1848 les había abierto los ojos. Pero habían entregado ele su ruinu, no en su misma propiedad parcelaria, sino
su alma a las fuerzas infernales de la historia, v ésta los fuera de ella, en 1a influencia de circunstancias sccun·
tomaba por la palabra, y la mayoría estaba aún' tan llena darías, sns Pxpcdmcnlos se estrellarán eorno pompas de
de prejuicios, que precisamente en los departamentos más íabón contra las relaciones de producción.
rojos la población campesina votó pi'iblicarncnte por · El dcsarroHo económico de la propiedad parcelaria
Bonaparte. Scg(m ellos, la Asamblea Nacional le nabía ha invertido ele raíz la relación ele los campesinos con
impedido caminar. Ahora no había hecho más qne rorn· hs <lnrn1s clases de la sociedad. Bajo Napoleón, la par-
per las ligaduras que las ciudades habían puesto a la celación del suelo en el campo complementaba la libre
'!oluntad del campo. En algunos sitios, abrigaban incluso concmTencla y la gran industria incipiente de las cíu·
la idea grotesca de colorar, iunto a un Napoleón, una dadcs .. La el.ase campesina era. la protesta omnipresente
·. Convencióu. eontra la <tristocracia .terrntenicntt' que se acababa de
Después <le que la primera revolución había conver· derribar. Las raíces que la propiedad parcelaria echó en
tido a los campesinos semjsiervos en propietarios lihrcs el suelo francós (1uíbrnn al feuclalísrno toda sustancia
. dfil su tierra, Napoleón consolidó y reglamentó las comli· ilútritiva. Sus mojon('s fonnaban el baluarte natural de
fa burguesía contra todo golpe de rnano de sus antiguos
seüores. Pero en d trascurso del siglo x1x pasó a ocupar
el pnesto de los ':ciíores frudaks l'l nsurern ele la ciudad,

•.zas 13í
las carg~ts feudales del sueln fueron sustituidas por la
hipoteca y la urbtocrálica propiedad territorial Jue su- segumhL idée 1uipuléuni.e1111c que viene a poner en prác-
plantada por el capital burgués. La parcela del campe- tica el segundo Nüpoleón~ está llamado a defender por
sino sólo es ya el pretexto ff1le permite al capitalista sacar la violencia este orden "material". Y este ordre matériel
de la tierrn ganancia, intereses y renta, dejando al agri- es también el tópico en todas las proclamas de Bona-
cultor qne se las arregle para sacar como pueda su sala- parte contra los campcsinm rdJeldes.
rio. Las deudas hipotecarias que pesan sobre el suelo Junto a la hipoteca, que el capital le impone, pesan
francés imponen a los campesinos de Frnncia un interés sobre b parcela los ímµuestos. Los impuestos son la
tan grande como los intereses anuales de tuda la deuda fuente de vida de la burocracia, del ejército, de los curas
nac:i<:mal británic<L f .a propiecbd parcebria, Cl\ esta esda- y dc la corte; en una palabra, de todo el aparato del
vitud lmjo el capital a que cundnce inevítab~ernente su Poller ejecutivo. Un gobierno fiterte e impuestos fuertes
desarrollo, lm convertido a la lllélS'l de la nachm francesa son cosa~ idónticas. La propíechd parcelaria se presta
en trogloditas. Dieciséis millones de L>arnpcsinos (inclu- por naturaleza parn servir de hase a una burocracia omni-
ycndo)as mujeres y los niños) \'iven en cuevas, una gnw polt•1llc e innunierable. Crecl un nivel igual de relaciones
parte ele las cnahcs sólo tienen una a bcrtura, otrn parte y de personas en toda b faz del país. Permite también,
dos solamente, y las privilegiadas tres. Las ventanas sou pur tanto, h posibilidad de influir por igual sobre todos
para un~t casa lo que los dnco St"ntiJos p~n'l la cabeza. los punlus de esta rnasa ig1ial desde un centro supremo.
El orden burgués, qne <t comienzos del siglo puso al Esta- DPslruye los ¡:;rndos intermedios aristocrilticos entre fa
do ele ccnlinela de la parccb recién creada y b abonó masa ele! pueblo y el Poder del Estado. Provoca, por
con la urdes. se ha convertido en un vampiro que lo taHro, desde todos lm lados, la ingerencia directa de este
chu1)a la sar~llre )' la médula y la arroj¡l a fa caldern de . Poder estatal y ht interposición de sus órganos inrnedia~
alquimista dd ~
capital. El Codc Napa ' l'con no es ya mas ' tos. Y fi11alnw1lt(~, crea una superpoblación parada que
que el código ele los embargos, de las snl'.'1stas y ¡~e las no encueulra cabida ni eH el campo ni en las ciudades
adjudicaciones forzosas. .\ los cuatro nullones ( mc~u­ y que, por tanlo, eclia 111ano de 1os cargos públicos como
yendo niños, etc.) de ¡wu¡iers orici~les, :·agalmndos, d_ein:- de una respetable limosna, provocando la creación de
cucntes y prostitutas, <11w cue11la I< rancia, ln1y que a1~adn cargos de! E~rado Ccm los nuevos mercados que abrió
cinco millones, cuya cxiskncia flota al borde del abismo <l punta de bayoneta, con el saqueo del continente, Na-
y que o hien viven en el mismo campo o desertan cons~ poleón d evoh ió los irnpnestus forzosos con sus intereses.
tantemente, con sus lwrnpos y sus hijos, del campo a las Estos ünpw:slos eran enlunces un acicate para la indus-
cíudades y de las ciudades al mrnpo. t)or tanto 1 cL!ntQ:.... tria dl'l campesino, rnienlr<ts que ahora privan a su indus-
r~s (]9jq~ ~:mnl)esinos.no se halla ya:cfü1~ó.~ajo N11po- tria de sus últiinos recursqs y aca han Je exponerle inde-
león, en consonancia, sino u1 contra postc10n con los follso al pauperismo. Y ele todas las idées napolérmien-
intereses de la burguesía, con el capital. Por eso los cam- Hes, la de una enorme burocracia, bien galoneada y bien
pesinos CllCUCntrari Sll aliado )' je.ft; ,11'ltUrcll CH e] profe_fa- cehaJa, es la que rnás agrada al segundu Bona parte. ¿Y
rfado 11rl1ano, que tiene por rn1s1on derrocar el orden dimo no hab\ct de agradarle, si se ve obligado a crear,
hurgtH;s. Per() , 1 gol1ícrno fuerte !/ absoluto -rpw es h junto a las clases rectlcs de la sociedad, una casta arti-
ficial, para la que el mantenimiento de su régimen es un
138
139
prolilcnm lle cuchillo y tenedor? Por C'SO, una ele sus pri- les cjeclltivos ele] fisco. La parcela no está ya enclavada
meras operaciones financieras consistió en elevar nueva- en lo qne llaman pnlria, sino en el registro hipotecario.
mente ]os sueldos de los funcíonaríos a su altura antigua El mismo ejército ya no es la flor de la juventud cam-
v en crear nuevas sinecuras. pesina, sino la flor clel pantano del lurnpernproletariado
. Otra idée uapoléonicnne es la clorninacíón ck los campesino. Esh1 formadn en sn mayoría por rempla-
curas corno rncclío de gobierno. Pero, si la parcch recién 9anfs ", por sustitutos, dPl mismo n1ndo qnc el segundo
creada, en sn armonía con la socieclacl, en su clepcndencia Bona parte no es más que c1 rcmp7arnnt, el sustituto de
de las fuerzas de la n:ümalcza v en su sumisión a la Napoleón. Sns hazañas heroicas consisten ahora en las
au!oridad que la protegía cl<?sde ]~ alto era, natnralrnente, cacerías y Latillas contra los campesinos, en el servicio
religiosa, esta parcela, comicla de clendas, divorchda de de gendarmería, y si las contradicciones internas de su
la sociedad v de la autoridad v forzada a salirse de sus sistema lanzan al jefe <le la Socicclad del ] O de Diciem-
propios hor]~.onlcs limítados. s~ hace, naturalmente. írre- bre del otro lado el P la frontera francesa, tras algunas
ligiosa. El cielo era una añadidura muy hermosa al pe .. hazañas de hamli<laj0 p] ejército no cosechará precisa-
cl~zo de tierra acabarlo de a,lquirir, tanto m{ls cuanto qnc mente laureles, sino palos.
do él vienen c1 sol y h llnvÚ; pero se convierte en un Corno vemos, todas las idócs napolóo11 icnnes son las
insulto tan pronto como se le quiere imponer a cambio ideas de la parcela incípicnlc, ¡uvenil, pero constituyen
de la parcela. En este caso, el cura ya sólo aparece como un conl rnscnticlo parn Ja parcela caduca. No son más
el ungido pnTo rnstre:u1or d~' 1a policía terrenal: otra que las a]ucinnciones de sn agonía, pala hrn.s convertidas
frléc 11apoléo11ie11nc. La próxima vez, la expcdicirín con- en frases, espíritus convertirlus en fantasmas. Pero la
@ta noma se llevará a cabo Pn 1a rnirnm Francia, pero Pn parodia del imperio era necesaria para lihernr a la masa
sentido inverso al del señor 5\Iontalembert. de la nadón fraucPsa del peso de la tradición y hacer
FinalmenlE', el punto culminante de las idées nnpo- que sc destacase nítidamente la contraposición entre el
léonicnncs es la preponderancia clcl e¡ércilo. El Pjército Estado v la socicdacl. Conforme avanza la ruina de la
era el point crl1011ne11r" de los campesinos parcelarios, propicd~d parcelaria, se derrumba el edificio del Estado
eran ellos mismos corn'crHdos en héroes, ddendicndo su construido sobre ella. La centralización cld Estado, que
nueva propiedad contra el enemigo ele fuera, glorifican- la sociedad moderna lleliesita, sólo se levanta sobre las
do su nacionalidad recién conquistada, .saqurarnlo y re-
ruinas ele ]a máquina hnrocrátíco-mi1itar d~ gobierno,
volucionando el mundo. El uniforme era su ropa de gala;
forjada por oposición al fcmlalismo 0 •
1n. guerra su poesía; la parcela, prolongada y rPclondéad~... ~
en la fantasía, la patria, y el patriotismo la forma ideal
del sentido de propiedad. rcro los enemigos contra quie- "º Los que se obligab;in a ~en·ir t•11 l'l Piérdto, en 'mlitnción
nPs ahora tienP que defender su propiedall el camprsín0 rle los q11E' ernn llamados a filas. f Ed}
~ • En la erlíci6n dr 1852, e"t" púrrafo tcrminaha con las si-
francÉ's no son los cosacos, son los alguaciles y los agcn- guientes línc0s, q1ie :.farx omitió en la ulíciúu de 186H: "La rlemo-
lidón de la m{ir1uinr1 del E'tarlo no rcprt'scnta ningún peligro para
h centraliznrión. La hmocrncia no rs sino la forma inferior y
• El orgullo. !Ed) brulnl dp nna centrnliznción que carga aún con ou antítesis, con

141
al influir el uno sobre lü otra y viceversa, ambos pierden
Las coucl icion('s de los <'<llllpesinos frnnccses uos des- sns carncterísticas distintivas. Nuevos decretos que bo-
cubren el misterio de las elecciones generales del 20 y rnm la línea divisoria, Bonaparte se reconoce al mismo
el 21 de diciemfJre, qne llevaron al segundo Bonaparte al tiempo, frente a la burguesía, como representante de
Sinaí, pero no para recibir leyes, sino para darlas. los campesinos y del pueblo en general, llamado a hacer
lvlanifiL:Starnentc, ln bnrguesía no tenía ahora más folices denlro de la sociedad burguesa a las clases infe-
opción (jllC elegir a Bona1xute. Cnando, en el Concilio riores dt'l puehlu. Nuevos decretos, que estafan de ante-
<le Comtanza, los pnrilanos se quejaban de la vida licen- mano a los ·'verdaderos socialistas" su sabiduría de go-
ciosa de los papas y gemían acerca de la necesidad de- bernaules. 'Pero Bona parte se sabe ante todo íeft:: de la
reforrnar las cuslun1brcs, el cardenal Pierre d'Aílly dijo,. Sociedad cid 10 Lle Diciembre, representante del hunpem-
con vo,.; to1rnntc "¡Cuando sólo el demouio en persona prolet.ariaao, al que pertencee él mismo, su elltourage ",
pm;~fo salvar a b. lglesi<t caLólica, '-''.lsotros . ~wdís úng;- su gohicrnu y su ejército, y al que ante todo le interesa
lesl La hnrgucs1a traBC(~Sa cxchmo tarnh1en, despues beneficiarse '' sí mismo y sacar premios de lotería cali-
del cuup d'état: ~Sólo t"I jefe ele b Sociedad del 10 <le forniana del tesoro público. Y se confirma como jefe
Dicicmbn: puede ya salvar a Lt sociedad burguesa! ¡Sólo de la Sociedad del lO de Diciembre con decretos, síu
el robo puede salvar a la propiedad, el perjurio a la reli~ decretos y a pesar de los decretos.
gión, el basb1rdismo a la familia y el desorden al orden! Esta rnbiún umtradictoria del hombre explica las
Bonapartu, corno Poder ejecutivo convertido en fuerza contn1dicciones de Sll gobierno, el coufoso Lmtcar aquí
y allá, q 11e procura tan pronto atraerse corno humillar,
)ndepend icnte, se cree !Lunado a garantizar d "orrlen
burgués". Pero la fuerza de este orden burgw'·s está en unas veecs a est;t y otras vecvs a all uella clase, ponién-
dolas a todas por igual en contra su ya, y cuya insegu-
la c:lase-i.niedía. Se cree, por tanto, representüntc ele la
ridad prktiea forma un contraste altamente cómico con
clase media y prunmlga d(~crdos en este ~eutido. Pero '
el estilo imperioso y categórico de sus actos de gobierno,
si es algo, (··,.; grncias a haber roto y romper de nuevo
estilo imitado sumisamente del tío.
diariamente: la fuerza política de eslil clase rneLlia. Se
afirma, por tantu, corno adversario ch" la fuerza ix11ítica La industria y el comerciu, es decir, los negocios de
la clase media, deben florecer corno planta de estufa bajo
y literaria de la clase mcr.lia. Pero, al proteger su fuerza
el gobierno fuerte. Se otorga un sinnúmero de concesio-
rnateríctl, engendrn du rn1evo su fuerza polílica. Se trata,
nes ferro\iarias. Pero el lurupemprnletariado bonapar-
por tanlo, de mantener y[va la causa, pero de suprünir el
tista tiene que enrii1uecerse. :\hrnejos especulativos con
efecto allí donde t"Slc se rnanifiesle. Pero esto no es po-
sible sin una peqocüa l'(¡nfusión de causa y efecto, pues las concesiones fL~rroviarias en la Bolsa por gentes iniciü-
das de aJJtern~rno. Pero no se presenta ningún capital
para los 1errncarriies. Se obliga al Banco a adelantar
el feudalismo. Al desilusio1inrse d,, la reslcturnLiun napoleónkil, el dinero a cuenta de h1s llcciones ferroviürias. Pero, al
campesino frnuc:és abaudonatú la fo puesta en su parcela; todo
el edífíeio estatal erigido sobre ella se vendrá aliajo, y lu rewlu-
ción proletaria Dblendrú el coro, ;,in el ct1al su solo se co11derte,
en trufa nqc,i;in mm¡;esina, en 111r cwifo del cf.rne". \ Ed.)
143
mismo tiempo, hay qne explotar personalmente al Banco
y, por tanto, halagarlo. Se exime al Banco del deber de de la Sociedad del 10 de Diciembre tiene 11c(·psaríamcntc
publicar semanalmente sus informes. Contrato leonino ;iuc. co~1,'prnr lo que qnicrc (1Ue le pcrtf:'nezca. Y en
del Banco con el gobierno. Hny c1ue dar trabajo .al pue-_ . 111st1tuc1on del soborno se convinten todas las institucio-
hlo. Se ordenan obras públicas, Pero Jas obra,s p1'.111licas nes del Estado: el Senado, el Cornejo de Estado, el Cuer-
~nuncntªn las cargas tributarias del pueblo. Por tanfo~ po Legi5]ativo, la Legión c]p Honor, la rneclalla del sol-
rebaja de los impUf'Stos medfrtntc Url ataque conlra Jos dado, los lavaclPros, los cclifieios púl11icos, los frrrocarrilcs,
rentistas, convirtiendo fas rentas al 5 por 100 en rentas al d Estado l\.layor de la Guardia Nacional sin soldados
41/z por 100. Pero hay ípie dar un poco ele miel a la rasos, los hient's confiscados de la casa de Orlcáns. En
bnrgucsía. _. Por tanto, se duplica el impuesto sobre el n~~di~) de sobor11;) se cmwiertcn todos los pncstos del
vino para el pueblo, (}lle lo hebe al por menor, y S(' eierc1to y ele la maquina de gobíerno. ])ero lo ma~ impor-
rebaja a la mitad para la clase media, que lo bebe al por tante ;n este proces:} en r3nc se toma a Francia para
mayor. Se disuelven las asociaciones obreras existentes, entregarsela a ella rnisnrn, son los tantos por ciento que
pero se prometen milagros de asociación para E'l porvenir. durante la operación de cambio se embols:rn el jefe v
Hay que ayudar a los campesinos: Bancos hipotecarios, los individuos de la Sociedad del 10 de Dicicmb1~c. 1-<~l
que aceleran su endeudamiento v la conccntrnc'iÓn de la chiste con el q11e la condesa L., la amante del señor de
propiedad. rcro a estos Bancos 'hay que uUlizarlns para f..Iomy, carncterizal)a h confiscación de los bicm·s orka-
sacar dinero (1e los bit'ncs confiscados de ln casa de nistas: "C'cst le ¡iremier uol de /'nigle"~ ["Es el prinwr
Orlcáns. No hay níngún capitalista que se preste a esta vuelo (robo) del águila"], puede aplicarse a todos ]ns
condición, -t¡uc no fígura f'll el dccrf'to, y el Banco hipo- Yudos ele esta dguila, r11w mús que úg11 ila es cuerno.
tecario se q11eda reducida a mero clecreto, etc., et.e. Tanto él como sus adeptos sG gritan diariamente, como
· Bon~p~rte D~~isi~r¡t, apa~_e_<::<::1: _como el bienhechor pa- aq11d cartujo italiano al avarn, qnc contaba jactanciosa-
triarcal de Jodas las _clases. Pero-riii p'íl.GÜ8 ~far üáda a mente los bienes qnc habría de -disfrutar dm:<mtc largos
· t~11a sin quítóxsdn a la qtra, Y, así corno en los tiempos aúos: 'Tu fai cnnto so¡na i l>rmi, liisogna prima far il
de la Fronda se decía del duque de Guisa que era el con fo sopra gli anni'" "'". Para no cquh·ocarsc l'n los
ai'ios, echan las cuentas por minntos. En la corte, en los
hombre rná~ olJligeant" ele Francia, porque había con-
ministerios, en la cumbre rle la aclministración v del
vertido todas sus fincas en obligaciones de sus partida-
E'j{Tcito, se amontona nn tropel ck bribones, del 'mejor
rios, contra d mismo, Bonaparte quisiera ser también el
de los cuales puede decirse qnc no se sabe de dónde
hombre 1nás olJ/igeant de Francia v convertir tocla la
viene, una lJOhéme estrepitosa, sospeclJ(Nt y (n:ida de
propiedad y todo ~,l trabajo de Francia en una obligación
saqueo, que se arrastra en s11s cas11cas galoneadas con la
personal contra él mismo. Quisiera robar a Francia entera
misma grotesrn dignidad que los grand('s dignatarios ele
para regalársela a Francia, o mejor clichu, para comprar Soulouquc, Si qncrf'mos reprcsn1tarnos pL'isticamentc esta
de nuevo a Francia con dinero francés, pues corno jefe

" La pahlira u.1/ significa ,-udo y robo. {7voln de 7\lorx.)


0
OhsequinS•\ ¡Tri.) "" "Cuentas loo hícne,, cinndo lo q11e dchirras contar s¿n ]ns
afios." (Ed.)

U5
rial cae sobre los hombros de Luis Bonaparte, la estatua
capa superior de la Sociedad del 10 <le Dic:icrnLre, nos d1.; bro11ce de Napoleón se vendr{1 n tierra clesde lo alto
basta con saber (1Ul' Vérnn-Crerel" es su predíca<lm de de .la Columna de Vcudorne.
moral y Granier de Cassag11ac su pensador. Cuando
Guizot, durnntc su ministerio, utilizó a este Crnnier en
un periodicucho coHlrn la oposición dinástica, soHa ensal- Escritu pur C. i\larx en di~ Se public,, ele acuerdo con
zarlo con esta frase: "C'est le ruí des droles", ''es ei rey dern bre dt• 1851 - rmnzo de el texlo de la segnuda edición.
1852. '}',·,1dw:ido del alemán.
de los bufones". Sería injusto recordar a propósito ele la
PuLlicado cu 1852, ur N ne-
corte y de la tribu de Luis Bonapartc a Ja Hegencia o a va York, e.u In redsb Die H.e-
Luis XV. Fuu; "Frnnciü ha pa,,ado ya con fr( ciicncia por0 t:oluliuii.
L;_i segunda c:dición) co1Tegi-
un gobierno de favoritas pero nunca toda vía por un go- da pm· '.\Imx, fne publü:,1da
bierno ele lwmmes entrete1111s"" ~. couw fu!lctu u1 ffanihurgo, <:n
Acosado por las exigl:'llCÜlS contrnd idorias de su situa- 18il!J. La teicera crliciúu apa-
reciú tc1n1bi<.'.c11 en Harnburgu,
ción y al mismo tiempo obligado corno un prcsti<ligitador cu 1S85, cu¡¡ "" prólogo de F.
a atraer hacia sí, mediante surpresas constantes, bs mi- Eugeb.
radas del público, como h,tcia el sustituto de Napoleón,
y por tauto a ejecutar todos los días un guipe de Estado
en miniatura, Bmtaparte lleva el caos a toda la ecmwrnía
burguesa, atenta contra todo lo q ne a lü revolución de
1848 había parcci~1o intangible, haeL; a uno~ pacientes
para la revoluc:íóu y a otros amiosos de t•lla, y engendra
una verdadera anarquía en uutnbre dd urden, ckspo-
jando al misrno l"iell1po a Lmlcl la rnúquiua del Estado del
halo de santidad, profanámloln, haciéndol<t a la par asque-
rosa y ridicula. Copia (en l'aris, bajo la forma de culto
dd manto imperial de Napnlcón. d culto a la sagrada
túnica de Trévcris e e''. Pero si por último (ºl manto impc-

" En Sll oLrn La CousiJJe ílette, lhli,<ic ¡m·seuln ''" Cre''''l,


personaie iuspin1tlo eu d Dr Véron, prupidario (],.] periú<lico
Constitulíuuw:l, al tipo dd filistHJ rn,b lilwrtino ch· l\1rís. (.\'ol!l
de ,\fan:.I
"~ I'~bhras de l\la,Lnnc Ciranlin. i Nula de :llmx . .I
~ 00
Una ele !as ·'~nnla>" re!iqnias ("la t\lHic,; >anta de Tr[,veiis")
que en 184-! exponía en la catedral de Tréveri> d cl"rn c,;t(Jlíco
reüCCÍUHcHiu, ( !Cd,)

146
ÍNDICE

PAG,

De l::i editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Prólogo dd anlor a la seglmda er1ici1)n . . . . . . . . . . . U
Frólogu de F. Eng1·ls a h tercer:\ cclici(in al1mwna . . . . . . . . 12
El dieciocho b1 umario de Lnis Hom1parte .......... , . , ]5
L lS
JI. ' ' . ' ' ' ' . ' ...... ' . ' .. ' ' ... . :38
43
63
77
102
127

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