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44 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
DORSAL
Lóbulo
Lóbulo frontal parietal
P
A O
N S
T Occipital T
E Lóbulo
Temporal E
R Lóbul
o R
I I
O Tallo cerebral Cerebelo O
R
R
VENTRAL
Figura 2.1 La corteza cerebral, la capa más externa del cerebro, ha cambiado
significativamente durante la evolución humana. La zona oscura delineada muestra la corteza
cerebral (neo). También se muestran las direcciones de orientación: dorsal, ventral, anterior
y posterior. Ilustración de Tise Chao.
especialización, exhiben mayor destreza y sensibilidad al tacto que cualquier otra especie.
Es muy posible que nuestras habilidades para gesticular, apuntar y lanzar nos hayan elevado
de presa a depredador, reforzando las orientaciones de meta y debilitando las de
supervivencia (Sapolsky 2004). Decir con confianza: "¡Puedo con esto!" puede suscitar
profundos sentimientos de superioridad que reconocen inconscientemente el cambio de ser
presa.
Los sofisticados gestos de las manos también integran muchas funciones
cerebrales que contribuyen a la creación de arte. Los pigmentos rojos y negros
hallados en yacimientos humanos primitivos de hace 400.000 años sugieren la
existencia de arte corporal o decoración de herramientas. Una figura femenina de
piedra de hace 3 a 400.000 años, la primera pieza de arte conocida, aunque
posiblemente sea un subproducto de la naturaleza, parece haber sido mejorada por
el hombre y enrojecida con ocre. Representa un cambio significativo hacia la
externalización u objetivación de nuestra experiencia mental durante nuestra
evolución psicológica (Potts 2007). El registro arqueológico revela que los
humanos manifestaron cada vez más su vida interior mediante creaciones
simbólicas visiblemente concretas que exponían la emoción y el pensamiento
humanos (Bradshaw 2001). Otras innovaciones que hicieron más fácil la
recolección de alimentos, la vida más segura y confortable y la comodidad más
asequible siguen mostrando el adorno artístico.
¿La creación de arte encarnaba un proceso primitivo para expresar y acceder a la
conciencia del yo y del otro? La arqueología sugiere que las pinturas rupestres y el arte
rupestre de alrededor de 18.000
PROCESOS Y RESPUESTAS SENSORIALES 45
hace años pueden haber plasmado los intentos espirituales o de empatía primitiva de
hacerse uno con los animales fundamentales para la supervivencia humana (Potts
2007). Estas expresiones artísticas surgieron de la alteración del estado de ánimo de
los artistas, de modo que la sintonía con los hábitos de las presas o con las
enfermedades compartidas con ellas resultaba más fácil de entender. Las flores
esparcidas sobre una tumba, los adornos de los collares de hueso y concha, las
pinturas rupestres, los murales egipcios y, finalmente, el arte y la arquitectura
modernos, nos obligan a reconocer los repetidos y animados intentos de
comprender, representar, cambiar, compartir y definir un mundo alterado por
creaciones psicosociales, sensoriales y emocionales.
Sentir el mundo
Los estímulos sensoriales siguen moldeando e influyendo subliminalmente en los
procesos de comunicación verbal y no verbal. Observa cómo cambian tus sentidos y
tu atención cuando imaginas que oyes y ves lo siguiente: Mientras gesticula, exulta:
"El sol, un orbe llameante, desciende hasta que sólo una bola rosada se desliza bajo
la superficie plateada y azul tinta, llevando a la tierra grisácea hacia un sueño
tranquilo". Esta descripción gestual, hablada, concreta, abstracta, metafórica y
emocional invita a una activación compleja y organizada en nuestro recién
evolucionado neocórtex.
Las vías y los mecanismos neuronales facilitan al ser humano la percepción de su
entorno. Los receptores sensoriales especializados que reaccionan ante determinados tipos
de estímulos, como la luz, el sonido, el calor, el frío, el olor, el sabor, la textura, la
propiocepción y la interocepción, ocupan los lugares del cuerpo más propensos a encontrar
estos estímulos: los ojos, los oídos, los labios, la lengua, las manos, los pies... Los receptores
sensoriales estimulados reaccionan activando neuronas que provocan ráfagas de energía
creadora de sensaciones para energizar a las neuronas subsiguientes de una manera que
sigue al líder. Las señales entrantes se dirigen a redes neuronales discretas que transportan
información y que están destinadas a llegar a zonas cerebrales más evolucionadas. El paso
del mensaje de neurona a neurona continúa hasta que áreas cerebrales específicas reciben e
inician una respuesta a las sensaciones (Figura 2.2).
Si es lo suficientemente fuerte, un estímulo se reproduce muchas veces en su
camino hacia la conciencia o la reacción. Cuando las áreas neocorticales se activan, se
despiertan respuestas complejas y conscientes que pueden dar lugar a experiencias
sutiles, como sentirse envuelto por la música o la poesía.
Sin embargo, las señales sensoriales que atraviesan y comprometen neuronalmente
estructuras cerebrales especializadas no siempre alcanzan la conciencia. El cerebro
registró nuestro viaje evolutivo apilando cerebros de evolución posterior sobre los
primeros. A veces, esta jerarquía evolutiva impide que las respuestas a los estímulos
lleguen a la conciencia, ya que las adaptaciones evolutivas anteriores encontradas en
nuestros cerebros de reptil o de mamífero anterior usurpan el procesamiento. La
ceguera, por ejemplo, estimula incluso a las personas ciegas a responder a ciertos
movimientos no conscientes visualmente (Ramachandran 2004). Debajo del tálamo
(figuras 2.2, 2.3 y 2.4), una estructura llamada colículo superior (figura 2.4) conserva la
capacidad reptiliana de responder al movimiento sin involucrar a los centros visuales.
Así, un objeto en movimiento y no identificado puede orientar reacciones de
autoprotección que nos protegen de estímulos no vistos, como girar o parpadear sin que
sepamos por qué (Ramachandran 2004). Estructuras que
46 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
Prefrontal Somatosensorial
Cortex Cortex
Tálamo
Amígdala
Olfativo
Lóbulo
Espina dorsal
Cordón
Figura 2.2 Vías sensoriales hacia el cerebro. La vía del olfato difiere de las vías del tacto y la
temperatura.
Ilustración de Tise Chao.
Corteza
motora Corteza somatosensorial
Anterior Cingulado
Corteza cingulada Cortex
Prefrontal Posterior
Cortex Cingulado
Cortex
Orbitofrontal
Cortex
Corpus
Hipotálamo
Callosum
Amígdala
Tálamo
Locus
Coeruleus
Figura 2.3 Sección transversal del cerebro que muestra la ubicación de las estructuras.
Ilustración de Tise Chao.
El tálamo, que funciona como puerta de entrada sensorial del cerebro desde el cuerpo y el
tronco encefálico (Figura 2.1) hasta los centros cerebrales superiores, difunde su
información por amplias zonas de la corteza (Castro-Alamancos y Calcagnotto 2001).
Representa un centro desde el que cualquier sitio de la corteza puede comunicarse con otro
u otros sitios de este tipo" (Llinás et al. 1998, p.1841; Figura 2.4). Los bucles de
retroalimentación entre el tálamo y las estructuras recíprocas alteran dinámicamente las
interacciones, de modo que cuando tomamos conciencia de algo, es como si diferentes áreas
cerebrales accedieran simultáneamente (Edelman y Tononi 2000). Por ejemplo,
48 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
Figura 2.4 Las conexiones de los núcleos talámicos con las estructuras cerebrales, junto con el colículo
superior, son esenciales para la visión ciega y la orientación visual: Núcleos talámicos: AN: Anterior; LD:
Dorsal lateral; LP: Lateral posterior; Pul: Pulvinar; MD: Dorsal medial; Mid: Línea media; VA: Ventral
anterior; VL: Ventral lateral; VPL: Ventral posterolateral; VPM: Ventral posteromedial; LGB: Cuerpo
geniculado lateral; MGB: Cuerpo geniculado medial; IL: Intralaminar; CM: Centromediano. El LGB y el
MGB transmiten respectivamente estímulos visuales y sonoros. El VPL transmite las sensaciones
corporales desde la médula espinal a la corteza somatosensorial, mientras que el nervio trigémino facial
transmite la información facial a la corteza somatosensorial.
50 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
El área somatosensorial (SSA, Figura 2.4) del lóbulo parietal del cerebro (Figura 2.1) es
una zona primordial para la clasificación de los estímulos sensoriales. El surco central
(un surco que separa las partes anterior y posterior del neocórtex) delimita la corteza
motora anterior (de la que se habla en el capítulo 3) de la corteza sensorial posterior
(figura 2.3), donde se encuentra la SSA. La SSA contiene áreas de representación para
toda la superficie del cuerpo: mano, pie, lengua, labios, etc. Cada área de representación
es proporcional a la densidad de los receptores de su respectiva parte del cuerpo. Por lo
tanto, las áreas altamente sensuales de los labios y las manos táctiles son grandes en el
SSA en comparación con las áreas menos sensuales del estómago o las áreas táctiles de
las pantorrillas y los antebrazos.
La estimulación de áreas corporales inicia la activación talámica en las áreas SSA
correspondientes (Figura 2.4). En concreto, el área de la mano de la SSA activada se
corresponde proporcionalmente con la cantidad de estimulación experimentada en la mano.
Desde la SSA, esta información se transfiere a áreas corticales más refinadas hasta que la
conciencia de que la mano toca algo se hace consciente. La retroalimentación cortical ayuda
a disminuir la conciencia de las sensaciones irrelevantes, como una mano apoyada en un
reposabrazos. La disminución de la conciencia irrelevante facilita el procesamiento
consciente de otros estímulos relevantes, como un volante sostenido por la otra mano. La
unión de las cantidades cambiantes de entrada del tálamo con la salida cualitativa necesaria
para el procesamiento superior requiere bucles de retroalimentación sintonizados que
ajusten las interacciones talámicas y corticales en cada momento (Llinás y Ribary 2001).
El control cortical sobre el tálamo coordina esencialmente los impactos
generalizados de las sensaciones corporales de forma coherente (Destexhe 2000). Las
señales que recibe el tálamo sobre las funciones corporales básicas, como la excitación,
la respiración, el ritmo cardíaco, etc., pueden verse alteradas por una estimulación del
tronco cerebral de muy alta o baja intensidad (Castro-Alamancos y Calcagnotto 2001).
Tanto la desregulación "ascendente", impulsada por el afecto, como la "descendente",
impulsada por la cognición, pueden dar lugar a trastornos neuropsiquiátricos (Llinás y
Ribary 2001).
Los traumas abrumadores que conducen al TEPT (trastorno de estrés
postraumático) y a la disociación muestran una inactivación talámica significativa
(Lanius et al. 2001, 2005), al igual que la privación sensorial en la negligencia infantil
grave. En la negligencia, la estimulación insuficiente de los circuitos talámicos durante
los períodos críticos del desarrollo minimiza la creación de bucles de retroalimentación
eficaces (Schore 2001b). Durante el trauma, los estímulos sensoriales excesivos ponen a
prueba la fuerza de los bucles de retroalimentación para disminuir la entrada cortical y
recuperarse rápidamente cuando los estímulos traumáticos cesan. El debilitamiento o la
disminución de la retroalimentación corticotalámica crea una vulnerabilidad que
culmina en diversas disfunciones cerebrales y en una mayor priorización de las
funciones cerebrales subcorticales, basadas en la supervivencia.
Las prácticas de arteterapia sensorial estimulan las conexiones talámicas hacia y
desde las regiones cerebrales corticales y subcorticales. Estas regiones pueden ser
puestas a prueba, afinadas y reforzadas. Se sabe que los entornos enriquecidos
sensorialmente, multimodales y regulados por uno mismo y por otros, ayudan a que
los enfoques "ascendentes" y "descendentes" coordinen y vuelvan a regular las
funciones de la puerta talámica que cambian la conciencia afectiva, la atención y la
con-sciencia (Cozolino 2002; Schore 1994).
PROCESOS Y RESPUESTAS SENSORIALES 51
Cada amígdala del par participa en todas las etapas del procesamiento de la información
relacionada con el afecto: codificación, almacenamiento y recuperación. Los indicios de
la experiencia se cargan con valencias positivas o negativas para que la memoria en
contextos emocionales pueda ser buscada y activada más fácil y eficazmente (Adolphs,
Tranel y Denburg 2000; Atkinson y Adolphs 2005). Los estímulos no conscientes,
aversivos o que causan miedo, activan frecuentemente la amígdala (Schore 2001b; Zald
2002, revisión). Sin embargo, también se activa durante el aprendizaje apetitivo, el
reconocimiento de miembros de la misma especie (Izquierdo y Murray 2004), la
felicidad (Haman et al. 2002) y al reconocer señales sociales y expresiones faciales con
valor emocional (Suslow et al. 2006). La amígdala derecha reacciona más a las caras
enfadadas que la izquierda, mientras que ambas reaccionan para discernir las caras
temerosas de forma consciente (Suslow et al. 2006). Las evaluaciones y la mediación
de la amígdala durante los acontecimientos experimentados emocionalmente y su
codificación y consolidación en la memoria afectan a cualquier procesamiento
corporal/mental posterior (Markowitsch 1999).
La entrada talámica a la amígdala derecha se evalúa en función de la forma y el
movimiento que podrían señalar el potencial de amenaza del estímulo. La amígdala derecha
realiza una evaluación adicional, ya que hace referencia a las experiencias impresas y a un
sistema de memoria muy rudimentario y potencialmente genético. Los resultados se
transmiten al hipotálamo (HY), una glándula endocrina del cerebro (Sapolsky 2005). Si se
induce el miedo, la amígdala envía inmediatamente señales por la "vía baja" a través del HY
al SNS, para que se cree una respuesta de estrés. El SNS se conecta con todos los órganos
del cuerpo, provocando una excitación preconsciente rápida, global, emocional y corporal
Figura 2.6 Camino bajo-camino alto: Los estímulos sensoriales recorren rápidamente la
vía baja desde el tálamo hasta la amígdala. La respuesta garantiza una respuesta rápida a
las amenazas de supervivencia, ya que la amígdala estimula el hipotálamo, que a su vez
activa el sistema nervioso simpático. También viajan por la vía superior desde el tálamo,
pasando por el hipocampo, hasta los sitios corticales, donde las evaluaciones basadas en
la memoria y los procesos cognitivos determinan conscientemente qué acciones necesitan
ser inhibidas o iniciadas. Ilustración de Tise Chao.
PROCESOS Y RESPUESTAS SENSORIALES 53
Consolidación de la memoria
para eventos emocionalmente
excitantes, ayuda a conectar el
tono de voz y la función del
lenguaje
54 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
errores es muy baja (Paulus et al. 2004). Las imágenes, los medios de
comunicación, las concepciones y el producto artístico pueden quedar por debajo de
las expectativas, lo que genera cierta decepción. En los contextos de arteterapia de
bajo riesgo se dan repetidas oportunidades para experimentar y recuperarse de los
fracasos a corto y largo plazo. Compartir la intención y el significado de la obra de
arte también puede disminuir la relevancia de estas decepciones creativas iniciales.
Las entradas talámicas y de la ínsula almacenadas en el CAC mantienen
representaciones del estado del cuerpo que se comparan con las entradas límbicas del
CAC que motivan la acción. Si la entrada de cada fuente sugiere que la capacidad del
cuerpo para satisfacer las demandas límbicas coincide con los recursos del cuerpo para
la acción, entonces la entrada límbica, incluida la de la amígdala, se facilita. Si se da la
condición contraria, la entrada límbica se inhibe. El conflicto y los errores detectados
provocan reacciones del CAC que favorecen las respuestas límbicas habituales a los
estímulos. El funcionamiento del córtex orbitofrontal favorece las respuestas novedosas
(Schore 1994). Los procesos de habituación, extinción y reconsolidación de la memoria
conforman estrategias de afrontamiento que permiten que las respuestas habituales del
ACC y las soluciones novedosas del OFC influyan en la reactividad de la amígdala y,
posiblemente, en la creación de arte de forma eficaz. El acceso funcional a través de
estos procesos al funcionamiento del CAC y la comprensión de las influencias del CCE
facilitan varias formas de terapia, quizás la más importante sea la terapia artística.
Resumen
Los seres humanos desarrollaron hace mucho tiempo una capacidad única para
concretar, comprender y transformar sus experiencias internas a través del arte. La
interdependencia con grandes grupos sociales fomentó complejos procesos interactivos
que requerían funciones cerebrales superiores para regular con éxito las funciones
subcorticales de carácter afectivo tanto en contextos familiares como novedosos. La rica
y dinámica información sensorial distribuida por el tálamo fluye a través de intrincadas
relaciones de retroalimentación entrelazadas con áreas corticales que dan forma a la
conciencia y la percepción. La terapia artística invoca estas funciones de
retroalimentación a la vez que revela e involucra áreas disruptivas de expresión afectiva
que emergen de estructuras subcorticales, como la amígdala. Se sabe que invocar
estructuras límbicas superiores, como el ACC, para inhibir la impulsividad de la
amígdala y posiblemente iniciar patrones de procesamiento más regulados y familiares
ayuda a remodelar los errores de procesamiento interno. Las prácticas de arteterapia
parecen involucrar al ACC, así como a los complejos centros reguladores del CPF que
utilizan la memoria explícita e implícita para resolver problemas y crear nuevas formas
de disminuir los conflictos expresados. Los contextos multimodales disponibles durante
la terapia de arte invitan a posibilidades creativas, orientadas a la comprensión y
expresivas que evitan convertirse en algo simplista, lineal o impulsivo. La orientación
bilateral de la arteterapia se basa en las diferencias funcionales de ambas hemiesferas
para facilitar la resolución individualizada, coherente e integradora de las
perturbaciones presentes, pasadas y evolutivas del funcionamiento del yo dentro de un
contexto psicosocial seguro y manejable.
PROCESOS Y RESPUESTAS SENSORIALES 59
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3
Introducción
El córtex, concretamente el córtex prefrontal, nos hace singularmente humanos. El
córtex nos vincula con los demás mediante el control y la regulación de los estados
internos de cada uno a través del contacto visual, el tacto, el lenguaje corporal, los
patrones relacionales y las narrativas de representación (Cozolino 2006; DeVries,
Glasper y Detillion 2003; Greenspan 1997). Las estructuras y funciones cerebrales
de la corteza contribuyen a la elección consciente, la acción, las emociones
complejas y las interacciones sociales significativas. Un análisis de las estructuras y
funciones corticales es esencial para comprender cómo se desarrollan estos
procesos relacionales a partir del procesamiento de la experiencia sensorial.
(DORSAL/SUPERIOR)
R
E
(POSTERIOR)
Occipital
Orbitofrontal Superior
corteza surco temporal
Tallo cerebral
Cerebelo
VENTRAL/INFERIOR
Corteza cingulada
Cuerpo calloso
Caudado
núcleo
Orbitofrontal
prefrontal
corteza Tálamo
(medial ventral)
Hipocampo
Amígdala
Tallo cerebral
Figura 3.2 Vista medial que indica la ubicación de las estructuras subcorticales.
Sensorial Primaria
información de corteza somatosensorial
Movimiento de los
músculos cuerpo
Motor primario Sensorial
corteza asociación
corteza
Planes para Dorsal "donde"
Asociación de movimientos
motoristas Percepciones vía visual
corteza y recuerdos
Visual
Percepciones y información
los recuerdos son
Corteza visual
integrado en primaria
planes y acciones
por el frontal
lóbulos Auditivo Ventral "qué"
información vía visual
Primaria Asociación sensorial
auditivo
corteza
corteza
Figura 3.3 Las vías de proyección transmiten información sensorial de las regiones inferiores a la parte
posterior del cerebro, y mensajes de acción de la corteza frontal a las regiones inferiores. Otras vías
conectan las cortezas posteriores y frontales. Los procesos límbicos subcorticales (no mostrados) también
contribuyen al procesamiento cortical.
Figura 3.4 Un cuento popular habla de un granjero que se queda dormido y una banda de monos se
apodera de su cesta. Cuando el granjero se despierta, los monos se burlan de él y se ponen sus
sombreros. Los monos se limitan a imitar todos sus movimientos, un caso de neuronas espejo en
acción. El granjero persigue en vano a los monos, pero finalmente decide usar la cabeza (y su
corteza prefrontal dorsolateral). El granjero tira su sombrero al suelo y los monos le siguen. Arte de
Robin Vance.
70 ARTETERAPIA Y NEUROCIENCIA CLÍNICA
Corteza
prefrontal
medial
Ventromedial
corteza prefrontal
Corteza orbitofrontal
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