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Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia: anotaciones criticas al planteamiento de N. R. Hanson. ‘Towards Notion of Interpretation in Science: Critical Remarks on N. R. Hanson’s Approach MONICA MaGaNa Tartar ¥ Jutt0 Horta Instituto de Investigaciones ilossticas / Facultad de Ciencias Politica y Sociales Universidad Nacional Auténoma de México Resumen: El presente trabajo hace una revisién erica de Ia propuesta floséties de Norwood R. Hanson con el objetivo de exponer los lites desu planteamiento térico so bre la interpretacin en laciencia La primera parte del trabajo expondi el proyecto hans niano, buscando evidenciar sus contribuciones frente a la filosofa de la enc y al pens ‘iento cientifico, mientras queen los dos upertas siguientes se realizar una erica ast Postur ilossfca.Dicha critica se realizar a patr de dos eericios de refexionfilos6tic, {que consttuyen dos momentos complementarios de andiss. Por un lado, a nivel dean sis metodolégico, se mostrar que las “figuras de perspectvasreversibles” uilizaas como fargumentos para explicar su propuestaflosica son insuficienes en a descripeién del proceso deinterpretacién; por el or, nivel teérco, se cuestonard su novin de lenguaje Y las categoriasimplicadas en ese concept para mostrar que la propuesta tric "visi Inerpretacin” de Hanson tiene como fundamento nocionesepistemolépicas y anaiticas. Desde esta perspectva, se mostrar que el planteamiento “hermenéutico-interpretativo” de Hanson resulta incompleto, pues no leg a desarollrsehacis una ontologi de lenguale Aasznact: Inthe preset work we have made a critical review ofthe philosophical propo: sal of Norwood R. Hanson with the aim of exposing the limits oft tcoretical approach on the problem of interpretation in science. The first part of this work exposes the hansonian project, looking for evidence of his contributions tothe philosophy of sence and scientific thinking, Inthe following two sections we preset a critique to his philosophical propos We preseat two exerises of philosophical election that constitute two complementary ‘moments of analysis. On one hand, atthe level of methodological analysis, We present 8 discussion about how the “reversible perspective figures” that have been used for the author as arguments to explain his philosophical proposal, are insuicient othe descrip ton of the process of observation and interpretation, On the other hand, atthe theoretical Jevel, we question his notion of language and categories to show that hs theoretical pro posed "vision-iterpretation” has based on epistemological and analytic notion. From this perspective it willbe shown that the “hermeneutial-interpretative” approach of Hanson 's incomplete, since it does not develop towards an ontology of language and observation PALABRAS CLAVE: interpretacin, ontologia, epistemologia, imsigenesreversibles, lengus Je, representacia, Keyworns: observation, interpretation, ontology epistemology, reversible perspective, Tanguage, representation Rectstpo: 1 de abril de 2015 + Acertapo: 22 de junio de 2015 Intorprotatio, 1.2, 2016-2017, pp. 89-118 89 Monica MacaNa JATTAR ¥ JULIO HoRTA Instituto de Investigaciones Filosdficas | Facultad de Ciencias Politicas y Sociales, Universidad Nacional Auténoma de México Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia: anotaciones criticas al planteamiento de N. R. Hanson! Introduccién En la relacién entre experiencia y percepcién del sujeto en el proceso del conocimiento, un problema fundamental consiste en considerar, por un lado, Ia correspondencia del conocimiento con algiin objeto de la experiencia y, por otro, el cardcter general y la naturaleza misma del co- nocimiento subjetivo. Desde una postura fenomenoldgica queda claro que el sujeto no puede tener acceso al objeto de la experiencia més que por Ia mediacién de una estructura a priori, a través de la cual determi- na los datos sensibles. La estructura del sujeto es condicién necesaria para que Ia experiencia se realice como experiencia subjetiva, como una representacién que potencialmente puede ser entendida ¢ interpretada por otros sujetos. Norwood Russell Hanson busca dar cuenta de las relaciones que exis- ten entre la observacién y la experiencia, para, mediante el andlisis de [Lav reflexiones en este anticulo tienen su origen en el seminario “Hermenéutica y ‘osotia de Ia eiencia”,impartido por la Dra. Marieruz Galvén, que se Nev a cabo en el Poserado de Filosofia de la Ciencia del Instituto del Investigaciones Flos6ticas (uxaat) de agosto a diciembre de 2012. Al respecto, agradecemos los comentarios y la evisin erica por parte de la Dra. Galvén; sin dud este ensayo se enriquecis con ss aportaciones asi como con la dinémica desarolada durant el seminar‘, 91 92 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 88-118, los diferentes componentes que conforman la visién, fundamentar la relacisn especifica entre visién e interpretacién. En este sentido, afirma ‘que la interpretacién es un elemento intrinseco de la visin. Con base en esto sostiene una postura trascendental (de cardcter kantiano), pues la visién no es un estado ico propio de las cosas y objetos ni un esta- do fisiol6gico, sino una experiencia en la cual lo sensible se organiza a través de “estructuras” que la conciencia subjetiva pone. Este planteamiento filoséfico tiene importantes implicaciones en el modo de considerar el conocimiento generado por las ciencias empiti- ‘cas (tanto sociales como naturales), a saber, vulnera la posicién cient fica que se fundamenta en las posturas positivistas del conocimiento objetivo y el criterio de verdad por correspondencia. Sin embargo, pese a que Hanson introduce el vinculo entre interpretacisn y observacién ‘como un cuestionamiento hacia la corriente positivista en la filosofia de Ia ciencia, su posicién te6rico-metodolégica no alcanza a desarrollarse ‘como una alternativa que abra nuevas posibilidades hacia la conside- racién de una hermenéutica en las ciencias empfticas. En efecto, la hermenéutica es una disciplina que puede adecuarse al estudio de las representaciones, signos y lenguajes, pues tiene como fin la ‘comprensién de las manifestaciones culturales, sociales ¢ histéricas que Figura, Es aceptable considerar que la organizacién es parte de la interpre- tacién de los datos sensibles de la experiencia, pero cuando dos indi- viduos dentro de un contexto comiin (que no signitica “contexto idén tico”) dirigen el globo ocular hacia el mismo objeto y alguien enuncia “yo veo un oso trepando por la cara posterior de un érbol”, uno de éstos, ‘© ambos, permanece sin organizar la misma armonfa. Esto no significa que no reconozea el concepto “oso”, “trepar”, “érbol”, “posterior”, etc.; lo que significa es que observa otra ontologia del objeto y que, por lo tanto, organiza de un modo distinto los datos de su experiencia sensible. En este sentido, la direccién tedrica y el reconocimiento de la misma no es una condicién de necesidad para cierto tipo de observacién De acuerdo con lo anterior, podemos encontrar un vinculo, Tanto Wittgenstein como Hanson sugieren que la interpretacién dependers de 104 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 8-118, aquello que ya se conoce, esto es, que no podrfas observar el conejo si éste no se encuentra en el registro de tu experiencia. Suponen que si lo std y el objeto se “parece al original” entonces observards al “conejo”: pero esto no parece ser una condicién suficiente y necesaria, por ejem- plo: “reconozco que el canibalismo ha existido y existe”, digamos que “Jo sé”, por lo cual de alguna manera singular se encuentra en el registro de mi experiencia, pero no observo a un ser humano como alimento. Por otro lado, advertimos otra cuestién: la manipulacién del objeto. La imagen pdjaro/antilope ilustra bien lo que queremos sefialar. Han- son explica cémo la teorfa ditige la observacién cuando supone que ‘observamos “*pajaros” en la primera imagen y luego de la direccién tes- rica, comenzamos a observar a los “antilopes”, Es posible que algunos de los lectores que observaron dicha figura y que comparten una car ga te6rica mas © menos comiin, hayan observado “péjaros” la primera ver... Después, al atender la explicacién tedrica del autor, volvi6 a mirar la imagen y comenzé a observar los “antilopes”. ;Por qué sucedi6? La respuesta resulta curiosa: los “antflopes” que fueron observados apare- cieron porque, de hecho, la imagen cambié a conveniencia para que lo hicieran, O dicho de otro modo, el objeto de observacién cambis. ‘Comparense ambas imagenes. Podré notar, luego, que la posicién de las Ifneas que recreaban una imagen al comienzo (la que algunos reconocerian como “pjaros”) se modificé en relacién con la segunda imagen (que algunos reconocerian como “antilopes”). Esto significa {que no se trata de la misma imagen, no se trata del mismo objeto de ob- servacin. Cabe agregar que el autor mismo anota: “Incluso se podria aducir ‘que la figura 5 [la de los antilopes] no es similar a la figura 6 fla de los, péjaros], aunque las dos sean congruentes” (Hanson 2010: 231). Mas ésta no es una cuestidn trivial. Prestemos atencién a fa figura que en cada imagen se encuentra en Ia esquina inferior derecha y que parece ser exactamente la misma (pero no lo es).? Supuestamente, con ésta se ‘Obsérvense con cuidado las das imgenes clave, sobre todo préstese atencisn @ la Variacidn de la forma del ojo asf como al cambio de su posicién, detalles que impactan considerablemente la totalidad de la imagen hacigndolas dos diferentes: ‘una adguiee mayor congruencia con sus compaferos pjaros, y Ia ota,adguiere ‘mayor congruencia con sus compaieros antilopes. Pero esto no pasa por el contexto Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia 10s Figures evidencia la clave al asumir que se trata del mismo objeto de observa- cidn en contextos distintos* Si hubo ta intencién de cambiar la figura de tal suerte que con un minimo cambio y apoysndose de la direccién teérica “aparezcan” otros objetos, se advierte otra importante contradiccién, Este ejemplo serfa valido si y s6lo si los globos oculares estuvieran dirigidos hacia el mis- mo objeto de observacién, y no es el caso. Al contrario, el cambio en la observacién ocurrié porque se utiliz6, de facto, otro objeto de observa- cidn, no por la direccién tedrica y el contexto. No se trata de que haya una supuesta “congruencia”, cuestién que también es discutible, sino de {de Ta imagen, sino porque como objeto ha sido modifica intencionalmente.Asimis- smo podrfan advertise otros detalles, como el tamafo de la figura, el largo y el gosor del cuello, también su forma y la distancia entre el ojo y la comisura de la boca: lo puntiagudo de un hocico y lo redondeado de una cabeza © Véase Hanson 2010; 230 y 231 106 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 8-118, ‘que se utilizaron dos objetos de observacién diferentes en dos contextos de observacién distintos. Siendo ast, ,se trata de disefiar y modificar el objeto a conveniencia para fomentar determinadas situaciones de ob- servacién? ‘Todo modelo didéctico tiene sus limitaciones y estd sujeto a resulta dos impredecibles. No obstante, esto no justifica el cambio de los fun- damentos. Una de las premisas principales planteadas por Hanson, y ‘que fundamenta el argument en favor de la pluralidad interpretativa de Ia observacién, es aquella donde el globo ocular, en condiciones nor- males respecto a su funcionamiento, se dirije hacia el mismo objeto. Al ‘no cumplirse en el presente caso, nos recuerda otra problemstica: hacer modificaciones ad hoc del objeto y de la teorfa para que se correspon- dan recfprocamente, En efecto, cuando Hanson procede a hacer estos curiosos cambios, parece ser fiel a una tradicién cientificista, donde las modificaciones ad hoc, tanto de la teoria como de las explicaciones y la evidencia empi- han sido una préctica que pretende aludir a una correspondencia reciproca, problema que ya ha sido advertido por otros importantes fi- I6sofos de la ciencia como I, Lékatos y P. Feyerabend. La sutileza de un engafio explicativo para sostener un argumento nos recuerda aquello a lo que Feyerabend (en 1975) se referfa con la ittacionalidad de la ciencia asf como lo fi il que es convencer a la gente de una forma inracional donde el método (y las reglas) de la ciencia admite como vilidos y necesarios en su desarrollo hist6rico las modificaciones ¢ hi- potesis ad hoc, las cléusulas ceteris paribus y otros antiugios ret6ricos.. Incluso cuando todo modelo didéctico tenga sus limitaciones no hay cexcusa para ignorar las premisas fundamentales que dan sustento al ar- ‘gumento, de otro modo, el planteamiento queda invalidado o comienza a debilitarse. Arriba hemos sugerido otras altemativas, como la direc cién del globo ocular hacia objetos de observacién como las nubes, pero también existen otras ideas. En Lecciones sobre el pragmatismo, Charles Sanders Peirce utiliza un garabato 0, como é1 mismo refiere, una “Iinea serpentina” para sefialar una cuestién que encuentra puntos en comin con la teorfa hansoniana: Feyerabend 2010 y 2011 Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la clencia 107 Les mostraré una figura que recuerdo que dibujé mi padre (Benjamin Peirce] en una de sus lecciones. No recuerdo lo que querfa explicar eon ella; pero no aleanzo a imaginar qué otra cosa habria podido ser [..] He gut la figura (aun cuando no sé trazarla con tanta destreza coma él), con- siste en una linea serpentina. Pero una vez trazada por completo, semeja ‘una pared de piedra. Lo eseneial es que hay dos maneras de concebir el asunto, Ambas, les rego que reparen en ello, son maneras generales de clasificar la linea, clases generales bajo las cuales se subsume la Ifnea. Mas el hecho mismo de la decidida preferencia de nuestra pereepeisn por un modo de clasificar el percepto muestra que esta clasificacién esté contenida en el juicio perceptual (Peirce 1978: 220-221) (figura 6). Figura 6. Resaltemos algunos puntos. El primero se vincula directamente con Ja idea hansoniana de Ia pluralidad interpretativa de Ia observacisn. Peirce explica que una vez trazada la “linea serpentina” por completo, lo que “ahi se ve semeja una pared”; pero el enunciado merece preci- sin, pues, “lo que ahf se ve a Peirce le parece que semeja una pared” El segundo se advierte cuando el autor sefiala que existen dos maneras de concebir la imagen, esencialmente porque el tipo de clasificacién que prefiera la percepcisn dependeré del juicio personal: se ve una pa- red o una linea serpentina, Pero, ;se ve una pared o una Iinea serpenti- na? Persisten los problemas. Aunque Peirce admite que la clasificacién que efectia la percepcién dependerd del juicio personal, el asunto es que éste implica en sf mismo la pluralidad, y no obstante él escribe: “lo que ahi se ve semeja una pa- 108 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 88-118, red”. El caso es que la imagen y el trato que el autor le da siguen entran- do en el dmbito de la admisidn de la relacién sujeto/objeto, la verdad por correspondencia y el conocimiento necesario. El punto interesante esté en lo que Peirce determina como “se asemeja a..”. Desde su pers- pectiva, la semejanza permite establecer relaciones de sentido que no necesariamente implican la existencia del objeto, porque el sentido mis- ‘mo se construye en razén de los vinculos convencionales que hay entre sistemas de lenguaje, esquemas, teorfas y creencias: sila “estructura del sujeto” es capaz de moldear los datos de la experiencia sensible sélo a través de éstos, la pluralidad ontoepistemol6gica se presenta como algo Grosso modo, se puede anotar criticamente que el uso de un disefio ccondiciona y limita la pluralidad interpretativa de la observacién y con- tradice la intencién de mostrar sus implicaciones ontoepistemolégicas. Ademés, de admitir que compartir marcos conceptuales constrifie en alguna medida las posibilidades interpretativas de la observacién, no se sigue una condicién necesaria para una observacién limitada y pre~ decible Bste no es un descubrimiento reciente sino la base fundamental de la propuesta hansoniana. El andlisis de la relacién reeiproca entre los recursos metodolégicos que utiliza Hanson y su propuesta teérica, re- vela contradicciones. Esto porque al mismo tiempo en que se defiende ‘una pluralidad, se nos pone a prueba aludiendo una predecibilidad; y si esto es asf, es porque, pese a todo, se admite la relacién sujeto-objeto, la verdad por correspondencia, la necesidad de las modificaciones ad hoc y el conocimiento necesario: primero veo, luego interpreto. Y esto ‘ocurri6 por el manejo de figuras de perspectivas reversibles. Es posible, entonces, que el mismo Hanson no haya escapado de Ia tradicién racionalista anglosajona al no cuestionar la temporalidad del ser, Ia impermanencia, y vislumbrar las implicaciones de la pluralidad ontolégica y epistemoldgica de la observacién. Empero, cabe scalar ‘que Hanson pertenecié a una tradicién que se remonta a 1958, cuando todavia se abanderaba la posicién monista y una verdad por correspon- dencia biunfvoca: una y s6lo una interpretacién de la realidad en su relacién inmediata entre sujeto y objeto, lo que se pensaba Hevaria al conocimiento necesario. Sin embargo, la propuesta de Hanson es inne- Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la clencia 109 gablemente revolucionaria al descubrir la naturaleza histérica y plural de la abservacién, por lo que su obra no deja de ser un hito en la filoso- fia de la ciencia y sobre todo en la hermenéutica. Epistemologta en Hanson: sobre el concepto analitico del lenguaje y sus limites hermenéuticos En otra direccién, delimita la nocién “lenguaje” como un elemento que acta sobre la visién, pues permite la construccién de “observaciones significantes”, es decir, observaciones con sentido que posibilitan la organizacién de los datos sensibles. El lenguaje est conformado por enunciados que hacen posible la organizacién subjetiva de los datos sensoriales y desde ahi, se constituye un “ver qué” en tanto elemento conectivo entre las afectaciones del mundo (externo) y el conocimiento previo. La delimitacién del concepto “lenguaje” trabajado por Hanson per- mite hacer dos lecturas de su propuesta. Por un lado, parece en principio sugerir una perspectiva hermenéutica, a la manera de Martin Heidegger © Hans-Georg Gadamer. Sin embargo, los aleances de este plantea- miento quedan limitados por los atavios de una tradicién cientificista, que obligan a destacar el cardcter analitico del lenguaje. Por eso, en otra, direccién, el autor sostiene su nocisn de interpretacisn sobre la base de conceptos y relaciones que derivan de la tradicién moderna y que atin fundamentan su planteamiento desde una posicién epistemoldgica (y no ciertamente desde una ontologia del lenguaje) Para llegar a este punto, en el apartado anterior se buses mostrar que el planteamiento hansoniano, argumentado desde la perspectiva de imagenes reversibles, resulta problemitico puesto que la estrategia de uti- lizar estas imagenes no permite desarrollar una postura ontolégico-her- menéutica, sino que parece un recurso retérico a través del cual el autor encuentra una solucién plausible al dilema presentado. Las imdgenes duales, pues, nos enfrentan a lecturas condicionadas y no alcanzan @ mostrar la complejidad ontolégica de un planteamiento encaminado ha- cia una pluralidad interpretativa. Ahora bien, en los apartados siguien- tes cuestionaremos, no ya la metodologfa, sino los conceptos utilizados 110 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 8-118, para argumentar la nocién hansoniana de interpretacién y,en este senti- do, valorar el alcance de dicha teorfa para establecer una hermenéutica en la ciencia, En raz6n de esta coyuntura problemética, en las Lineas subsiguientes se buscar mostrar cémo los planteamientos de Hanson con respecto a los conceptos de lenguaje e interpretaci6n resultan més préximos a una tradicién epistemolégica, de caricter semiético-analitico. Finalmente, al perfilar esta caracterizacién del planteamiento interpretative hanso- niano, se buscard ademas poner a consideracién del lector una critica de dichos conceptos pero desde la “ontologfa del lenguaje” propuesta por Gadamer, con la intencién de mostrar la distancia te6rica entre una postura analitica del lenguaje y una hermenéutica. Fundamentos semisticos y epistemoldgicos En términos generales, la semistica como disciplina te6rica estudia los signos desde una perspectiva analitica: se parte del supuesto que consi- dera al lenguaje como un sistema 0 esquema, Desde af se aceptarfa que cl lenguaje esté constituido por unidades que pueden ser analizadas a partir de categorfas y relaciones dicotémicas (y en Peirce tricotémicas) para abordar su forma y contenido. Sin embargo, de la diversidad de lenguajes que constituyen la realidad social expresiva, la semistica re- cconoce la lengua como el lenguaje a través del cual los demés sistemas de signos adguieren significado. Puede argumentarse que el planteamiento te6rico de Hanson se cimen- ta sobre la base de una postura analitica. Al respecto, y para sostener esta afirmacién, es importante hacer notar que el autor plantea dicotomias para describir los momentos de un proceso de interpretacién que él mis- mmo reconoce ocurre como una unidad, pues ambos (ver-qué/ver-cémo) “son elementos légicamente distinguibles del lenguaje sobre la visidn, segiin el concepto que nosotros tenemos de ésta” (Hanson 2010: 241). La distincién que Hanson establece entre imagen y lenguaje (enten- dido este tltimo como lenguaje verbal) tiene implicito el problema se- mistico de la referencia: en ambas nociones se asume la referencia a un objeto especifico, ya sea por “convencién” o “copia” de propiedades, Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia un como contenido de las representaciones. En términos generales se par- te de una cuestién epistemolégica que nos lleva a postular Ia existenci de entidades u objetos, como referencias de los signos y desde la cual se pueden considerar problemas que se circunscriben a la discusién en. tomo a la pertinenci esta discusién, sintetizada por Ian Hacking'® en términos de filosofia de la ciencia, se busca establecer la naturaleza y contenido de las represen- taciones de un determinado conocimiento. La postura de Hanson sugiere una lectura encaminada hacia este pro- bblema moderno en relacidn con el objeto de referencia, Por un lado, se presenta la posibilidad del realismo, de donde se siguen dos lecturas interesantes: se puede alirmar un realismo metafisivo, en cuya base esté el criterio de “verdad por correspondencia”, lo cual implica aceptar que las representaciones estén vinculadas con los objetos que relieren; 0 bien se apuesta por un “realismo de las entidades” dispuestas por el enguaje mismo, y donde la existencia de entidades y objetos de refe- rencia se justifica en razén de la evidente “manipulacién” e “interven- cién” empirica del lenguaje sobre dichas entidades. Por otro lado, se puede sostener un grado de nominalismo donde las entidades teéricas y objetos de referencia s6lo forman parte de un lenguaje especifico (o ‘metalenguaje), y sélo tienen existencia dentro del conjunto mismo de representaciones que componen la estructura de dicho lenguaje. La consideracién del objeto de referencia como significado de los signos implica dos supuestos determinantes. Primero, la posibilidad de que un mismo signo puede tener como significado la asociacién de una sola representacién mental y segundo, que el objeto de referencia im- plica una relacién de “naturalidad”, donde los atributos de la cosa estén de algiin modo representados en el signo. En ambos niveles, la relacién del signo con su referencia-significado es problemética, porque supone que signo y objeto son entidades que existen por sf mismas de manera, independiente de todo contexto social En esta direccién, para Hanson la funcién de la imagen es represen- tar, mientras que la del lenguaje (verbal) es describir/relatar. Ambos componentes estén enmateados en supuestos de naturaleza semistica, del realismo frente a una postura nominalista. CE Hacking 1996. 42 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 88-118, pues mientras la imagen-representacién alude a problemas de analogia entre objeto y representacién, el lenguaje establece su valor significa tivo en razén de un cardecter convencional. Sin duda, esto muestra una contundente continuidad con una visién analitico-estructural, que supo- ne de manera problemitica relaciones especificas de analogia y conven- cin entre signos de diferente naturaleza. La propuesta de Hanson muestra atisbos de apegarse més a una con- cepcidn epistemolégica (semistica-analitica), ¥ no propiamente ontolé- ‘gica (hermenéutica); da preeminencia significativa al lenguaje verbal, de caracter analitico-racional, por encima de cualquier otro tipo de signo yy, muy al estilo de la tradicién moderna, supone que es por medio de la palabra que el hombre puede conocer. De alii que dentro de la propuesta hansoniana no se considere el acto originario del lenguaje que se realiza en el “habla” (Heidegger) y en la “conversacién” (Gadamer), en donde el lenguaje, lejos de considerarse un instrumento, es el “ser” que surge de la confrontacién con el otro dentro de un “proceso de comprensién” ccarente de cualquier anticipacién de sentido, pues es en la comprensién del uno con el otro que lenguaje como habla-conversacién desvela su. propia verdad. AL aceptar la dicotomia entre representacién/lenguaje, el plantea- miento epistemol6gico de Hanson se circunscribe a la discusién filosé- fica en términos del conocimiento como representacién. De hecho, la imagen como representacién en Hanson refiere la idea de una represen- tacién interna proporcionada por Descartes y desarrollada en sentido trascendental por Kant. En el centro de esta discusién, la idea de una representacién interna, como fundamento del conocimiento, derivé en cl argumento empirista de Locke acerca de la explicacién mecénica de las operaciones de la mente y la fundamentacién de la pretensién de co- ‘nocimiento, De ahi que la divisisn entre lenguaje/descripcidn e imagen/represen- tacién sea préxima a la distincién empirista: una postura que sostiene la representacién como fundamento del conocimiento y, por ende, obliga adeterminar el conocimiento desde la relacién de la representacién con ¢1 objeto. Por supuesto, en esta orientacidn el cardcter a priori de la es- ‘ructura representacional del sujeto se constituye en la condicién de po- sibilidad para la determinacisn del objeto como parte del conocimiento. Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia 13 Lenguaje, comprensién e interpretacién En este sentido, uno de los factores que distancian la propuesta de Han- son de una auténtica propuesta hermenéutica es la falta del elemen- (0 de “intersubjetividad” en su planteamiento. Como hemos visto, la propuesta hansoniana tiene como fundamenta el a priori kantiano, en donde la estructura del sujeto es la condicién de posibilidad del cx nocimiento; sin embargo, no reconoce que el lenguaje tiene sentido y adquiere sentido en el uso entre los sujetos hablantes y que, en todo caso, es el factor de la intersubjetividad lo que permite establecer la comprensisn de sentidos. Desde su perspectiva, Hanson reconoce la nocién de “contexto”, y en este sentido Ia “tradicién” como elementos implicados en la interpre- tacién, pues en todo caso lo observado tiene sentido y es interpretado dentro de un contexto de conocimientos que influye sobre Ia visién. Asimismo alirma que la interpretacién, en relacién con un “ver que...”, un ver de conocimiento, no esté determinada por un criterio de verdad fijo, sino que acepta la posibilidad del carcter cambiante de la observa- cidn y el conocimiento, en donde la informacién acerca de lo abservado puede cambiar en virtud de nuevas observaciones (“observaciones adi- cionales”) que oftecen perspectivas y contenidos diferentes del anterior. El cardcter cambiante de la visién-comprensidn y la idea de contexto nos acercan a los planteamientos hermenéuticos acerea de la “imper- manencia’”, “tradicién” y “vivencia”. Especiticamente, en relacién con Gadamer, la nocién de “carga teérica” permite establecer un parangén, donde el planteamiento gadameriano, al igual que la nocién de Hanson, afirma que la interpretacién depende del contenido, Ast pues, la “carga tedrica” alude a un conocimiento previo, y en clave hermenéutica este concepto se asemeja a la “tradicién”, que en Gadamer permite el orden inicial a partir del cual surge el dinamismo de las nuevas interpretacio- nes (“expectativas”) Ambos, tradicién y conocimiento previo, son de naturaleza eminen- temente lingiifst de Hanson, la postura hermenéutica entiende el lenguaje como ser, pues en la conversacién con el otto surge un Ienguaje que genera su propio sentido y tiene asf su “propio espiri- tu”, La “lingUisticidad” en Gadamer surge del proceso de comprensién A diferenci 14 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 8-118, donde el lenguaje es el medio a través del cual se realiza el acuerdo entre los interlocutores y el consenso sobre Ia cosa, pues a través de la con- versacién se “desvela y deja aparecer algo que desde ese momento (la cconversacién misma) es” (Gadamer 1977: 463) Para Gadamer la relacién entre lenguaje y comprensién es dialéctica, en donde la comprensién y lo comprendido interactian lingifsticamen- te, y desde ahi, surge el vinculo entre ser y lenguaje. Mientras que Han- son piensa el lenguaje como un momento cognitivo de la interpretacién, para Gadamer es un horizonte donde el mundo se revela en su totalidad. ara el hermeneuta alemén, no hay modo en que los intérpretes antici- pen algiin sentido de este lenguaje originario, porque el sentido surge de la “fusién de horizontes” de cada intérprete. Asi, la conversacién alumbra su propia verdad Hacia una justificacién de la Hermenéutica en las Ciencias Por un lado, el andlisis eritico respecto al uso de figuras de perspectivas reversibles que tienen como objetivo mostrar la pluralidad interpreta- tiva de la observacién dentro del texto de Hanson, permitié. vislum- brar posibles e importantes contradicciones que se contraponen con el coraz6n del planteamiento hansoniano, El problema es que la defensa legitima de la pluralidad interpretativa de la observacién se vincula, necesariamente, con la admisién de la pluralidad ontoepistemolégica y ‘no con el realismo, Asi, se mostré que un disefio, que por definicién es fijo, condiciona y limita la pluralidad interpretativa de la observacién. ¥ es que uno de los principales fundamentos del planteamiento de Hanson es “ver porque se interpreta”, lo que en s{ mismo arguye por la pluralidad interpretativa de la observacién y la pluralidad de ontologfas y epistemologtas. Por otro lado, se discutié que del hecho de compartir marcos concep- tuales no se sigue una condicién necesaria para un tipo de observacién “dada”, limitada y predecible. Esto, porque compartir marcos concep- tuales y reconocer esta condicién no significa que las observaciones sean exactamente iguales, por lo que las formas en las que el individuo observa y acta en consecuencia, habrian de ser netamente singulares. Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la clencia us Advertimos algunas précticas curiosas que se relacionan con proble- ‘mas que se siguen discutiendo en la actualidad por sus importantes im- plicaciones en la biisqueda del conocimiento y las pri Estas précticas, como mencionamos, ademés de mantener el vinculo con la relacién sujeto-objeto, la verdad por correspondencia y el cono- cimiento necesario, admiten modificaciones ad hoc del objeto y de la tcoria para que se correspondan reciprocamente. Cuando Hanson realiza este tipo de prictica parece ser fiel a una tradici6n cientificista, donde las modificaciones ad hoc pretenden crear una correspondencia reciproca, Bl engafio explicativo, casi impercepti- ble, se utiliz6 por el autor para sostener o dar fuerza a su argumento, lo cual funcioné técilmente, pero también motivé la reflexién en tomo a la Stica de la ciencia (natural o social) y, en general, de las comunidades epistémicas. Asimismo, notamos importantes e interesantes anotaciones en Peirce por sus evidentes implicaciones. Un “se asemeja a...” da lugar al esta- blecimiento de relaciones de sentido que no implican de forma nece- saria la existencia del objeto, sino que el sentido mismo es construi- do en virtud de los vinculos convencionales que hay entre sistemas de Ienguaje, esquemas, teorfas y ercencias, lo que lo mantiene dentro del argumento en pro de una verdadera pluralidad ontoepistemol6gica. Si bien no negamos que la obra hansonniana representa un hito revo- lucionario al advertir la naturaleza histérica y plural de la observaci6n, analizar su metodologia nos permitié encontrar problematicas metodo- Idgicas que contradicen y oscurecen el corazén de su propuesta. Lgual- mente, hemos evidenciado que los signos significan, no en relacién con su objeto de referencia, sino en virtud de un proceso de confrontacién subjetiva Por ello, desde las dos perspectivas eriticas desarrolladas en este ar- ticulo, se demuestran los Ifmites de la postura interpretativa de Hanson al considerar el sentido de los signos en relacién con el significado y la referencia, En esta direccién, sugerimos que la tnica de una postura hermenéutica a la manera de Gadamer permite extender el plant to hacia la necesidad y pertinencia de la interpretacién y comprensién en la ciencia, pues aunque el lenguaje cientifico trabaja con representa- ciones I6gicas (categorfas), la naturaleza de este lenguaje reconoce que ticas cientificas. 116 Interpretatio, 1.2, 2016-2017, pp. 8-118, el elemento significativo del signo esté depositado en la convencién y el, uso social Este rasgo de la signilicacién, como convencién y uso, permite dis- tanciar el lenguaje cientifico de la nocién analitica que define al lengua- je como sistema de representaciones (cuya significacién esté en relacién con la designacién de un objeto de referencia), y posibilita considerar al lenguaje y su estudio desde un punto de vista diferente, donde el caréc- ter social del signo nos lleva a pensar al lenguaje como un espacio que constituye el mundo social-cultural. De ahi la necesidad de considerar el estudio hermenéutico: “esta visidn vincula la existencia de fendmenos, cosas 0 acontecimientos que podemos connotar y referir con nuestro lenguaje y, a su vez, el lenguaje expresa las caracteristicas del mundo histérico en que se vive” (Velasco 2012: 211). A fin de cuentas, las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales, en tanto que estén conformadas por sistemas de lenguajes, son suscepti- bles del estudio hermenéutico, pues, de acuerdo con Ambrosio Velas- co, la Hermenéutica resulta en un modelo “comprensivo” que tiende hacia la interpretacién de acontecimientos sociohistéricos. Pero es en cello donde recae su pertinencia para el estudio de la Ciencia: las repre- sentaciones cientificas son, en todo caso, manifestaciones sociohist6ri- cas cuyo sentido muestra un modo particular (social) de ver el mundo. Por supuesto, esto nos leva a plantear una distincién importante, ya que “frente al modelo naturalista de las ciencias, que aspiran al des- cubrimiento de leyes para explicar y predecir los eventos, naturales 0 sociales, las ciencias de la cultura no se proponen explicar y predecit los acontecimientos sociales con base en leyes y teorfa universales, sino ‘que buscan comprender su significado especifico por medio de interpre- taciones” (Velasco 2012: 212), Para argumentar esta distincién, resulta necesario referir las precisio- res hechas por Dilthey, para quien la diferencia entre las Ciencias de la Naturaleza (Fisica, Quimica, ete.) y las Ciencias del Espiritu (Historia, Filosofia, Ciencias Sociales, etc.) se establece precisamente en el modo como se da su objeto y en el método que se sigue para su captacién. En un sentido més amplio, el mundo fisico que circunda al hombre le ofrece imagenes cambiantes, las cuales contienen las cualidades sensi- bles del objeto percibido; pero la variabilidad de las imagenes no s6lo Magafa y Horta / Hacia una nocién de interpretacién en la ciencia 17 se det c a las cualidades propias del objeto sino a las modalidades como aparecen al sentido externo. En su critica al positivismo, Karl Popper también plantes que la comprensisn es el objetivo de toda ciencia, no sélo de las ciencias so- ciales y las humanidades. Pues la comprensién no es un proceso psi- colégico individual, sino un proceso intersubjetivo de interpretacién. Pero, si bien para Popper las interpretaciones son objetivas y por tanto independientes de los sujetos, estas interpretaciones “pueden ser usa- das por sujetos diferentes a sus productores originales, constituyendo el punto de partida para nuevas interpretaciones de los acontecimientos” (Velasco 2012: 222) ese asu cardcter determinista, Popper también reconoce el papel de la “tradicién” en la ciencia, y desde abi sostiene que en la historia de la cien- cia (en general) cada sociedad llega a un cierto nivel de conocimiento: es decir, llega a un cierto conocimiento disponible para solucionar los problemas concretos de una determinada sociedad. En razén de esto, para este autor resulta imposible el conocimiento “innovador” sin re- mitir necesariamente a la tradicién que lo sustenta. Y, en este tenor, se resalta de nueva cuenta el papel de Ia historia y el contexto social para el estudio del conocimiento cientifico Bibliografia Ditty, Wilhelm (1978). Introduccién a las ciencias del esptritu. México, Fondo de Cultura Econémica, = (1986). Critica de ta razén histérica. Barcelona, Peninsula. Fases, Adriano (2001). El Giro Lingiustico: hermenéutica y andlisis del len- ‘guaje. Maal, Akal. FevERABEND, Paul (2004). Provacaciones filoséficas. Barcelona, Biblioteca, ‘Nueva. (2010). Tratado contra el método, Madrid, Tecnos. Gana, Hans-Georg (1977), Verdad y método, Salamanca, Sigueme. Hackine, Ian (1996), Representar e intervenir. México, Universidad Nacional Auténoma de México/Paidss. Hanson, Norwood Russell (2010). Patrones de descubrimiento. Madrid, Alianza, 118 Interpretato, 1.2, 2016-2017, pp. 88-118, Kanr, Immanuel (2007), Critica de la razén pura, México, Taurus. Le6w ¥ Pfs, Rasanz, Ana Rosa (2010). Filosofia de la ciencia: teorfa y observaciéin, México, Siglo XXWUniversidad Nacional AutGnoma de México. Peunce, Charles Sanders (1978). Leeciones sobre pragmatismo. 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