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Señor Juez:
I.- OBJETO.
Que, en legal tiempo y forma vienen a contestar el traslado conferido, contestando
la demanda y oponiendo excepción de falta de legitimación pasiva, ofreciendo prueba, planteando
el Caso Federal y solicitando que, oportunamente, se rechace la acción incoada, con costas.
1 CORTÉS DOMÍNGUEZ, Valentín; GIMENO SENDRA, Vicente y Moreno Catena, Víctor: Derecho Procesal Civil. Parte General, Madrid, Editorial
Colex, 2003, págs. 98-99
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determinar la parte que jurídicamente debe figurar como tal en el proceso 2.
A su tiempo, Palacio define a la legitimación para obrar (incluyéndola entre los
requisitos intrínsecos de admisibilidad de la pretensión) como aquel requisito “en cuya virtud debe
mediar una coincidencia entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y las personas a
las cuales la ley habilita especialmente para pretender (legitimación activa) y para contradecir
(legitimación pasiva) respecto de la materia sobre la cual versa el proceso” 3.
De lo expuesto se desprende pues que, en el caso de autos, no existe identidad
entre la persona del demandado y aquélla contra la cual se concede la acción.
La jurisprudencia es clara al señalar que la llamada “legitimatio ad causam” exige
la concurrencia de una necesaria identidad entre el pretensor y el titular del derecho cuyo
reconocimiento se pretende, como así también entre el sujeto obligado frente al derecho
pretendido4.
Y que existe falta de legitimación para obrar, cuando el actor o el demandado no
son las personas especialmente habilitadas por la ley para asumir tales calidades con referencia a la
concreta materia sobre la cual versa el proceso 5.
Concretamente, nos encontramos aquí ante un supuesto de falta de legitimación
pasiva, en el que la parte demandada carece de legitimación para obrar; en que el suscripto
demandado no es a quien la ley sustancial habilita para discutir sobre la cuestión de fondo
planteada por el actor en el proceso.
El demandado no es (el empleador) el sujeto pasivo de la relación sustancial Pues,
al decir de objeto de la acción.
Como sostienen Fenochieto y Arazi -, la legitimación pasiva se vincula con la
identidad entre la persona demandada y el sujeto pasivo de la relación sustancial controvertida 6.
Luego, encontrándose ausente dicha identidad no se satisface uno de los requisitos indispensables
para la procedencia de la acción.
En virtud de lo aquí expuesto, se opone la excepción de falta de legitimación
pasiva, solicitando que oportunamente se haga lugar a la misma, con costas.
II.- d) Contesta demanda:
2 PRIETRO-CASTRO FERRANDIZ, Leonardo: “Derecho Procesal Civil”, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, volumen I, 1968, pág. 311.
3 PALACIO: “Derecho Procesal Civil”, Bs. As., Abeledo-Perrot, tomo 1, 1975, pág. 406.. Conf. CNCiv., Sala E, 18-2-97, L.L. 1998-A-419, y DJ 1998-2-
844.
4 CNCom., Sala C, 13-2-98, L.L. 1998-C-96, y DJ 1998-2-1005.
5 CNCiv., Sala A, 19-3-87, L.L. 1987-E-249; Id. Sala B, 17-5-77, E.D. 76-493; Id. Id. 20-10-81, E.D. 98-307; Id. Sala C, 11-11-82, L.L. 1983-C-609,
36.436-S; Id., Sala D, 14-3-06, E.D. 219-153.
La carencia de la legitimación sustancial se configura cuando alguna de las partes no reviste la condición de persona idónea o habilitada por la ley
para discutir el objeto sobre el que versa el litigio (CNCom., Sala A, 28-12-99, L.L. 2000-C-379, y DJ 2000-2-684)
6 FENOCHIETTO y ARAZI: “Cód. Proc. C. y C. de la Nación”, Bs. As., ASTREA, tomo II, 1993, pág. 210/211.
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Luego, analizados los hechos - conforme su verdad material - no cabe sino concluir
que no se presentan en el caso las notas típicas de una relación de empleo entre actora y
demandado, aunque vale la pena hacer especial referencia a dicha circunstancia.
Existe acuerdo en que “los conceptos de dependencia (y) subordinación - …
refieren a la situación de quien solo accede al proceso productivo – o, en el caso al hogar ajeno -
con lo que le proveen sus propias manos para dar su esfuerzo personal a cambio de una
remuneración respecto de quien lo contrata (...) son la llave maestra que habilita la aplicación de las
normas de esta especialidad jurídica”.
Diremos entonces que el objeto del contrato de trabajo es la prestación de trabajo
en condiciones de subordinación y que esta subordinación o dependencia se manifiesta en un triple
sentido jurídico, técnico y económico, poniendo el acento fundamentalmente en el primer y tercer
concepto7.
Observará S.S. que, en el caso de marras, no se dan las notas características entre
actora y demandado, pues el demandado no ha contratado a la actora ni ella se ha desempeñado
para el suscripto. Está ausente pues la cualidad de empleador en el demandado.
Siendo que, “el juez debe aplicar la ley, pero para hacerlo le es preciso encuadrar
el caso, determinado por sus circunstancias de hecho, dentro del marco legal que le corresponda” 8;
advertida la ausencia de las notas características de la dependencia y a la luz de la verdad material,
la presunción iuris tantum establecida en el art. 23 LCT ha de ser excluida. Y, luego,
oportunamente, corresponderá también el rechazo de la acción impetrada, con costas, lo que así se
solicita.
A todo evento, para el hipotético supuesto que esta parte resultare condenada en
costas, de S.S. se solicita la aplicación de lo normado en el artículo 730 del CCCN, que replica el
precepto contenido en la ley 24.432.
El artículo 1º de dicha ley, expresamente establecía la limitación de la
responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios profesionales de todo tipo
7 “La dependencia jurídica o dependencia jurídico personal, (...) esencial para detectar la existencia de un vínculo laboral, importa la sumisión a las
directivas del empleador y a la facultad sancionatoria de este último (...) La dependencia económica está mentada en el propio art. 21 de la L.C.T.,
cuando se indica que los actos, obras o servicios que el trabajador ejecuta los hace "en favor del empleador", a la necesidad de rendición de cuentas
del dependiente, realizando tareas propias del servicio normal de la accionada, y con ajenidad del riesgo empresario. (...) (y) la dependencia técnica
se expresa en la exigencia de que el trabajador se ajuste a los procedimientos y modalidades de ejecución de sus tareas indicadas por el empleador”.
8 Cfr. Guibourg, Ricardo, anuncio de la Conferencia “El consecuencialismo dentro del razonamiento judicial”.
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devengados y correspondientes a la primera o única instancia, al 25 % (veinticinco por ciento) del
monto de la sentencia, laudo, transacción o instrumento que ponga fin al diferendo.
En la actualidad, el art. 730 del Código Civil y Comercial, reproduce la norma,
estableciendo “(…) Si el incumplimiento de la obligación, cualquiera sea su fuente, deriva en
litigio judicial o arbitral, la responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios
profesionales, de todo tipo, allí devengados y correspondientes a la primera o única instancia, no
debe exceder del veinticinco por ciento del monto de la sentencia (…)”.
En consecuencia, para el improbable supuesto que ésta parte fuera condenada al
pago de costas, viene a solicitar se aplique el límite fijado por la norma.
a) Prueba confesional: Se cite a la actora a absolver posiciones, a tenor del pliego que –
oportunamente – se presentará; bajo el apercibimiento de ley, en caso de no concurrir.
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Para el hipotético e improbable caso que V.S. no haga mérito de las
consideraciones aquí vertidas y disponga de manera contraria al derecho invocado; se deja
planteado el Caso Federal, para ocurrir ante la Corte Suprema de Justicia por vía del recurso
establecido en el artículo 14 de la Ley 48.
Ello en virtud que tal pronunciamiento implicaría vulnerar derechos y garantías
amparados tanto por la Constitución Nacional, como por Tratados Internacionales; tales como la
Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre derechos Humanos,
el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; etc.; todos los cuales gozan, conforme el artículo 75, inc. 22 de la
Carta Magna, de jerarquía constitucional.
Concretamente, se verían conculcados el derecho de propiedad – artículo 17 de la
CN -, el debido proceso, la defensa en juicio y la igualdad de las partes, - artículo 18 de la CN –; a
saber:
* el derecho de propiedad y del principio de no confiscatoriedad, en tanto ilegítima y
arbitrariamente dispondría un crédito y enriquecimiento incausado a favor de la actora, afectando el
patrimonio del suscripto y vulnerando el artículo 17 de la Constitución Nacional.
* el principio de seguridad jurídica, que goza de jerarquía constitucional en tanto una sentencia
contraria a lo aquí expuesto derivaría de una base fáctica ajena a la realidad de los hechos(conf.
Fallos 253-47 y sus citas) y
* el principio de igualdad ante la ley: Una sentencia condenatoria violaría el principio de igualdad
ante la ley, garantizado por el art. 16 de la CN, al terminar imponiendo a ésta parte una condena
basada en hechos falsos.
IX.- AUTORIZA.
Que, autorizo a la Dra. Lorena Marcia Lamela – T° 64 F° 580 a tomar vista de las
actuaciones, solicitarlas en préstamo, extraer fotocopias, retirar y diligenciar oficios y cédulas, así
como a realizar cuanto haga al desarrollo del proceso.
X.- PETITORIO.
En virtud de lo precedentemente expuesto, con más lo que el elevado criterio de
S.S. sabrá suplir, solicita:
1.- Se tenga por presentado, constituido el domicilio y por opuestas la excepciones, contestada la
demanda en legal tiempo y forma.
2.- Se tenga por ofrecida la prueba y se provea la misma.
3.- Se tengan presentes las autorizaciones conferidas.
4.- Se tenga presente el planteo de Caso Federal efectuado.
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5.- Oportunamente, se rechace la demanda, con costas.