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Iglesias, Luis Alberto y otros c/Fisco de la Provincia de Buenos Aires s/
Expropiación inversa

LA PLATA, 3 de setiembre de 2009


Y VISTOS:
Estos autos caratulados “Iglesias, Luís Alberto y otros c/ Fisco de la
Provincia de Buenos Aires s/ Expropiación Inversa”, causa n° 1271, en trámite por
ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo n° 2 de La
Plata, a mi cargo, de los que:
RESULTA:
I) Que los señores Luís Alberto Iglesias y María Inés Iglesias, mediante
apoderado, promueven demanda por expropiación inversa contra el Fisco de la
Provincia de Buenos Aires, solicitando el pago del valor objetivo de los bienes
objeto de la expropiación y todos los daños que son consecuencia directa y
forzosa de la misma, los intereses desde la época de la desposesión, la
actualización monetaria de corresponder y todo otro rubro no enumerado pero que
resultare de la prueba producida en el curso de la litis.
El apoderado destaca que la declaración de utilidad pública y demás
presupuestos que habilitan la acción promovida, con relación a los bienes
ubicados en el Barrio San Agustín del Partido de Esteban Echeverría, designados
según catastro como Circunscripción VI, Parcelas 770b; 770c; 770d; 770e; y 770f
inscripta dominialmente en la Matricula 19.025 de ese Partido, resultan de la
calificación inserta en la ley 12.516, publicada en el Boletín Oficial de fecha 1° de
noviembre de 2000.
Subraya que con posterioridad a la sanción de la ley específica de
expropiación, la Provincia sanciona otras dos las leyes, la ley Nº 12.826 de fecha
15 de enero de 2002 y la Nº 13.049 del 28 de abril de 2003, las que tuvieron por
efecto evitar las acciones judiciales en las cuales los demandantes habían
obtenido sentencia favorable para el lanzamiento o desalojo de los usurpantes, en
los autos “Iglesias, Luís Alberto y otro s/ Denuncia de usurpación de propiedad”,
causa Nº 1522/00, en trámite ante la U.F.I. Nº 5, Juzgado de Garantías Nº 3 del
Departamento Judicial de Lomas de Zamora.
Entiende que además de la declaración de utilidad pública ha habido una
efectiva restricción del derecho de propiedad, configurándose una “desposesión
de hecho y derecho”, verificándose así la turbación cierta y tangible de dominio
requerida por el artículo 41 inciso c) de la ley 5708.
Alega que también se ha visto frustrada la posibilidad de venta a plazos de
lotes de terrenos para vivienda, con la consiguiente pérdida del costo en la
subdivisión de la fracción en cuestión.
Explica que la fracción indicada se encuentra en un lugar totalmente loteado
y urbanizado, ubicada en la circunvalación de la rotonda de la Autopista Ricchieri,
y a menos de tres cuadras del Aeropuerto Internacional de Ezeiza; cuenta con
numerosos servicios públicos de pasajeros y dispone de todos los servicios
esenciales (agua corriente, energía eléctrica; teléfono; zonas comerciales,
colegios, cloacas, alumbrado público, gas natural, etc.).
Manifiesta que el inmueble se encontraba en uso de sus propietarios, con
alambres linderos y con la custodia de un casero, hasta que una noche fue
invadido violentamente por usurpantes quienes destruyeron el alambre perimetral
y mediante amenazas e intimaciones al referido casero se impusieron
violentamente, lo cual originó la denuncia de usurpación mencionada
precedentemente.
Enfatiza que no obstante que la Alzada confirmó la sentencia que ordenó el
desalojo del bien usurpado; ello se frustró con el dictado de las leyes que
ordenaron la suspensión de todo acto judicial recaído sobre el inmueble en
cuestión.
Estima el valor objetivo del bien en $ 25 por metro cuadrado en lo que
respecta a la tierra libre de mejoras. Por otra parte, afirma que existen mejoras
correspondientes a una casa de 200 m2 propiedad de los actores, sin precisar el
valor estimado.
Deja planteada la inconstitucionalidad de la Ley de Consolidación de
Pasivos de la Provincia de Buenos Aires, invocando doctrina legal de la Suprema
Corte de Justicia local, y solicita el pago de los montos que surjan de la sentencia
definitiva, conforme al procedimiento previsto en el artículo 35 de la ley 5708.
Ofrece prueba documental, informativa y pericial, proponiendo a los
Ingenieros Civiles Pablo Eliseo Noe Bona y Gustavo Waingortin.
Deja planteado el caso federal.
II) Que corrido el traslado de la demanda (fs. 30), se presenta la apoderada
del Fisco de la Provincia de Buenos Aires, opone falta de acción y en subsidio
contesta la demanda (fs. 35/40).
Por imperativo procesal niega todos y cada uno de los hechos alegados por
la actora que no fueran materia de expreso reconocimiento en el responde.
Asimismo, niega la autenticidad de la documentación acompañada en el escrito de
inicio, con excepción de la que se reconozca expresamente.
Manifiesta que tal como surge de los expedientes administrativos, que
acompaña como prueba documental, con fecha 2 de octubre de 2000, fue
sancionada la ley 12.516, declarando de utilidad pública y sujeto a expropiación
los inmuebles, destinados a la construcción de casa habitación única y
permanente de sus actuales ocupantes. Posteriormente se ordena la intervención
del Consejo de Expropiaciones de Fiscalía de Estado.
Aclara que realizada la tasación por la Oficina Pericial, se da intervención al
Ministerio de Gobierno a fin de que informe si se cuenta con los recursos para
llevar adelante la expropiación propiciada, practicándose, en caso afirmativo, una
imputación presupuestaria provisoria por la suma resultante de la tasación
efectuada.
Destaca que la Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares del
Ministerio de Gobierno informa que la partida específica no cuenta con saldo para
atender la erogación propiciada.
En virtud de ello, alega que en el caso no concurren los recaudos exigidos
por el artículo 4° de la ley 5708, ya que toda iniciativa expropiatoria debe contar
con previsión de los recursos necesarios para afrontar el gasto.
Afirma que en autos no se dan los presupuestos legales necesarios, para
que el propietario se considere habilitado para ejercer la presente acción, a saber:
desposesión, turbación del dominio del particular, ni voluntad expropiatoria, ni
fondos para responder eventualmente a la condena indemnizatoria, por no
encontrarse cumplidos los requisitos de los artículos 40 y 41 de la citada ley, por lo
que solicita se rechace la acción, con costa a la actora, conforme al artículo 68 del
C.P.C.C.
En subsidio contesta la demanda, manifestando que para el caso de que no
se rechace la acción, el justiprecio del valor del bien surgirá de la prueba,
debiendo aplicarse las pautas de los artículos 10 y 12 de la ley 5708.
Pide se tenga presente que el valor del inmueble será el que hubiese tenido
si no hubiera sido declarado de utilidad pública (arts. 9° y 11° de la ley 5708), en el
estado en que se encontraba, debiendo reflejar la determinación del mismo su
justo valor, tal como lo prescriben los artículo 8° y 35 de la citada norma legal.
Aclara que con relación al inmueble de autos, el Fisco de la Provincia de
Buenos Aires no ha tomado posesión judicial ni extrajudicialmente, por lo que
entiende que no corresponde adicionar intereses al monto indemnizatorio.
Explicita que toda vez que ha solicitado el rechazo de la demanda, su parte
no realiza ofrecimiento indemnizatorio, interpretando que por tal motivo, no
corresponde la aplicación de costas en base al artículo 37 de la ley 5708, sino al
68 del C.P.C.C.
Ofrece como prueba documental, los expedientes Nºs. 5100-21.197/04,
2100-5952/00 y 2100-21981/03, que acompaña con el responde.
También ofrece prueba informativa y pericial, proponiendo como peritos al
Agrimensor Juan Carlos Woudwyk y al Ingeniero Civil Guillermo Tripetta, quienes
aceptan el cargo a fojas 41 y 42.
Deja planteado el caso federal.
III) Que a fojas 47 se provee la prueba ofrecida por las partes.
Que a fojas 51, se presentan las señoras María Dolores Iglesias Beheran y
María Isabel Iglesias, con el patrocinio de la doctora Jorgelina Castello,
constituyen domicilio y ratifican todo lo actuado por los doctores Jorgelina Castello,
Javier F. Musotto y Antonio Clark.
Que a fojas 326/329, el apoderado de la parte actora, adjunta poder general
judicial y administrativo otorgado por el señor José Alcides Iglesias a favor del
señor Luís Alberto Iglesias.
Que a fojas 333/337, se acompaña poder especial otorgado por el señor
Luís Alberto Iglesias en nombre y representación y como apoderado de José
Alcides Iglesias; y doña María Dolores Iglesias Beheran, Doña María Isabel
Iglesias y don Luís Alberto Iglesias en carácter propio, a favor de de los doctores
Javier Fernando Musotto, Jorgelina Castello, Sandra Davi y Antonio Clark.
Que a fojas 121/133, se agregan las pericias realizadas por los peritos
designados por Fiscalía de Estado. A fojas 134/159 se agrega el informe de los
peritos designados por la parte actora.
La apoderada de la parte actora impugna la pericia presentada por el
Agrimensor Juan Carlos Woudwyk (fs. 164).
Que en esa instancia, la parte actora solicita el sorteo de perito tercero (fs.
163), oficiándose a la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial del
Departamento Judicial La Plata (fs. 169), resultando desinsaculada la Ingeniera
Civil Trevisiol, Ivana Alejandra (fs. 245), quien previa aceptación del cargo (fs.
246), presenta la pericia a fojas 264/285.
La parte actora impugna el informe del perito tercero (fs. 286/290).
IV) Que realizada la audiencia prevista en el artículo 32 de la ley 5708 y
acompañadas las correspondientes memorias (fs. 311/325), la causa quedó en
estado de pronunciar sentencia; y
CONSIDERANDO:
1°) Que preliminarmente corresponde abordar la falta de acción opuesta por
el Fisco demandado, para lo cual se impone analizar las actuaciones
administrativas obrantes en el expediente Nº 2100-5952/00, acompañado por esa
parte con el escrito de responde.
A fojas 50/54 obra la ley Nº 12.516 (B.O., 1/11/2000), cuyo artículo 1°
declara “de utilidad pública y sujetas a expropiación las fracciones de terreno
ubicadas en el partido de Esteban Echeverría, Barrio San Agustín, individualizadas
como Circunscripción VI, Parcelas 770b, 770c, 770d, 770e, y 770f, inscripto el
dominio en la Matrícula 19025, a nombre de Iglesias O. Joule, María Inés; Iglesias,
Luís Alberto; Iglesias, María Isabel e Iglesias, María Dolores”.

El artículo 2° establece que: “Las fracciones citadas en el artículo anterior


serán adjudicadas en propiedad, a título oneroso y por venta directa a sus
actuales ocupantes con obligación de construir su casa habitación única y
permanente para sí y su núcleo familiar”.
A su vez, el artículo 3°, dispone que: “Declárase de urgencia la presente
expropiación de acuerdo a las prescripciones de la ley 5708, exceptuándose su
tramitación del cumplimiento de los requisitos exigidos por la misma
prescindiéndose especialmente de las tratativas directas previas establecidas por
el artículo 21 del citado cuerpo legal”.
El artículo 7° prescribe que: “El valor de la adjudicación de cada lote será
establecido mediante tasación que practicará el órgano que determine la Autoridad
de Aplicación con exclusión de las mejoras existentes. Las mejoras existentes en
los inmuebles a expropiar se presumen realizadas por los ocupantes. El
propietario que pretenda haber efectuado las mismas podrá acreditarlo en el juicio
expropiatorio, a través de la vía incidental”.
A su turno el artículo 16 prevé que: “A partir de la fecha de promulgación de
la presente, los señores Jueces que tengan bajo su jurisdicción acciones civiles o
penales que conduzcan al desalojo de fracciones o inmuebles comprendidos en el
área delimitada en el artículo 1° deberán, con carácter previo a decidir el
lanzamiento, comunicar al Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires, por
intermedio de la Subsecretaria de Tierra y Urbanismo, a fin de que dentro del
plazo de trescientos sesenta (360) días se proceda a impulsar el proceso
expropiatorio de los lotes que correspondan a cada demanda instaurada,
quedando suspendidos los juicios promovidos y especialmente las medidas
procesales de desalojo que fueran su consecuencia”.
A fojas 64, con fecha 29 de noviembre de 2000, la Dirección de Estudios y
Análisis Dominial de la Subsecretaria de Tierras de la Provincia de Buenos Aires,
toma conocimiento de la ley 12.516, informando que los inmuebles citados serán
adjudicados en propiedad, a título oneroso y por venta directa a sus actuales
ocupantes, con la obligación de los destinatarios de construir su casa habitación
familiar, única y permanente. En virtud de ello, indica que corresponde remitir los
actuados a la Dirección Técnica Pericial de Fiscalía de Estado a fin de practicar la
tasación administrativa de los bienes en cuestión, que serían imputados en el
ejercicio presupuestario año 2001.
Con fecha 21 de diciembre de 2000, el Consejo de Expropiaciones de
Fiscalía de Estado, remite las actuaciones a la Dirección Técnica Pericial, a fin de
que con carácter urgente, proceda a determinar el importe a ofrecer por los
inmuebles sujetos a expropiación por la ley 12.516, en concepto de total y única
indemnización (fs. 66).
La Dirección Técnica y Pericial, con fecha 20 de mayo de 2001, realiza la
tasación administrativa de los bienes en cuestión, la que asciende a la suma de $
778.200.- (fs. 67).
Con fecha 30 de mayo de 2001, el Consejo de Expropiaciones, pasa las
actuaciones al Ministerio de Gobierno a fin que proceda a fijar compromiso
presupuestario definitivo para el ejercicio vigente de la suma de $ 778.200.-,
resultante de la tasación practicada por la Dirección Técnica y Pericial (fs. 71).
A fojas 73, la Dirección de Contabilidad y Servicios Auxiliares del Ministerio
de Gobierno, con fecha 7 de junio de 2001, informa que la Partida Específica no
cuenta con saldo, para atender la erogación propiciada en las presentes
actuaciones.
Con fecha 6 de setiembre de 2002, la Dirección Técnica-Administrativa del
Ministerio de Gobierno, manifiesta que ante la imposibilidad de contar con crédito
presupuestario en este Ejercicio 2002, se remitan las actuaciones a la Dirección
de Contabilidad y Servicios Auxiliares, a fin de que se contemple en el Ejercicio
2003 (fs. 76).
A fojas 3 del expediente Nº 2.100-21.981/03, agregado sin incorporar, al
principal, luce copia de la ley 12.826, sancionada el 29/11/2001, por la cual se
prorroga “por el término de trescientos (360) días, el plazo establecido en el
artículo 16 de la ley 12.516, a partir de la sanción de la presente”.
A fojas 12, el Director Provincial de Presupuestos del Ministerio de
Economía, con fecha 27 de marzo de 2003, informa que el Presupuesto 2003, no
prevé créditos específicos ni reservas para atender los gastos que se pudieran
originar como consecuencia de la puesta en vigencia de la ley 12.826, prorrogada
por su similar 12.516.
A fojas 22, luce la ley Nº 13.049, sancionada el 13 de marzo de 2003 (B.O.,
28/4/2003), por la cual se prorroga por el términos de 360 días, el plazo
establecido en el artículo 1° de la ley 12.826, modificatorio del artículo 16 de la ley
12.516.
Con fecha 29 de abril de 2003, se giran las actuaciones a la Dirección
Provincial del Registro de la Propiedad, a efectos de dejar, al margen de su
inscripción, constancia de la prórroga de la ley 12.826 por la ley 13.049,
correspondiente a la Matricula 19.025 (fs. 24).
A fojas 28, se agrega copia de la Matrícula 19.025, en la que consta la nota
de fecha 24/6/03, relativa a la prórroga del plazo dispuesta por ley 13.049.
2°) Que a mérito de lo dispuesto en las leyes Nºs. 12.516, 12.826 y 13049
y, lo actuado en sede administrativa, como consecuencia de su dictado, deviene
improcedente la falta de acción opuesta por la representación fiscal.
Ello pues, por principio, la acción expropiatoria y su ejercicio, corresponde
al Estado; pero esta regla sufre excepción cuando la conducta del sujeto
expropiante produce menoscabo y lesiona derechos del propietario del bien
afectado. De ahí que sí, no obstante la respectiva declaración de utilidad pública,
el expropiante no promueve la acción de expropiación, y en cambio realiza ciertos
actos o asume ciertas conductas lesivos para el titular del bien o cosa declarada
de utilidad pública, su titular esta facultado para suplir la inactividad procesal del
expropiante y promover la acción denominada expropiación irregular, con lo cual
podrá lograr la defensa de su derecho de propiedad, cuya inviolabilidad garantiza
el artículo 17 de la Constitución Nacional (conf. Marienhoff, Miguel S., Tratado de
Derecho Administrativo, Abeledo-Perrot, Bs. As., 1975, t. IV, ps. 352 y ss.).
En cuanto a la procedencia de la acción de expropiación irregular, requiere
–según el citado doctrinante-, la concurrencia de dos requisitos inexcusables.
En primer lugar, que el bien o cosa hayan sido objeto de una declaración
legislativa de utilidad pública, pues si el Estado se apodera de una cosa sin la
referida ley declarativa de utilidad pública, el titular no tendrá acción alguna de tipo
expropiatorio, sino tan solo las demás acciones resarcitorias, petitorias, posesorias
o policiales, reconocidas por el ordenamiento jurídico.
El segundo requisitos, se configura cuando el Estado se haya “apoderado”
o “posesionado” indebidamente de un bien o cosa declarado de utilidad pública, o
le imponga al derecho del titular de tal bien o cosa, indebida “restricción” o
“limitación”, que importen una lesión a su derecho de propiedad.
Afirma el autor citado que, concurriendo simultáneamente esos requisitos,
la procedencia de la acción de expropiación irregular, resulta obvia (conf. Tratado
de Derecho Administrativo, ob cit., pág. 356).
Respecto a los presupuestos de procedencia de esta acción, el artículo 41
de la ley 5708, establece que: ”El propietario sólo puede promover el juicio de
expropiación, una vez declarada la utilidad pública, en los siguientes casos: a)
cuando el expropiante haya tomado posesión del bien sin el consentimiento del
propietario; b) cuando la posesión haya sido tomada con consentimiento del
propietario y el juicio de expropiación no hubiera sido promovido en el plazo fijado
de común acuerdo o dentro de los seis (6) meses siguientes a la toma de posesión
a falta de convenio; c) cuando la autoridad provincial o municipal turbe o
restrinja, por acción u omisión, los derechos del propietario” (el destacado me
pertenece).
En ese marco legal, la Casación Bonaerense tiene sentado que en la acción
expropiatoria inversa deben concurrir los siguientes requisitos de procedencia: a)
declaración de utilidad pública; b) desapoderamiento o vulneración definitiva del
derecho de propiedad; c) inobservancia de los procedimientos expropiatorios
regulares; d) ausencia de consentimiento por parte del titular del dominio (S.C.B.A,
AyS, 1969-136; 1988-1262; Ac. 67.773, sent. del 21-III-2001; Ac. 81.916, sent. 28-
V-2003; Ac. 94.422, sent. del 10-V-2006).
Además, el Tribunal tiene dicho que la administración pública no puede
expropiar sin autorización legal, ni puede haber expropiación sin ley que califique
como de utilidad pública, lo que ha de expropiarse (arts. 17, Const. Nac.; 31
Const. Pcial.; 2511, Código Civil). Esta declaración constituye un requisito
indispensable para la procedencia de la expropiación -inversa o regular- y de no
mediar ella, todo avance arbitrario de la administración encuentra respuesta en las
vías ordinarias (acciones reales, interdictos, daños, etc.; art. 41, ley 5708; causas
Ac. 38.142, sent. del 8-III-1988; Ac. 67.773, sent. del 21-III-2001; Ac. 81.916, sent.
del 28-V-2003; Ac. 94.422, sent. del 10-V-2006).
En el marco de tal hermenéutica, cabe concluir que en el sub lite, concurren
los requisitos que hacen procedente la acción expropiatoria irregular promovida
por la actora, ya que existe declaración legislativa de utilidad pública y restricción
de los derechos del titular de los bienes expropiados, impidiendo de tal modo, el
ejercicio pleno del derecho de propiedad de la expropiada, conforme se desprende
de los artículos 1°, 2°, 3° y 16 de la ley 12.516, y las sucesivas prórrogas de éste
último precepto, dispuestas por las leyes Nºs. 12.826 y 13.049.
En tal sentido, cabe poner de resalto que si bien, por principio, la
determinación del momento en que se consumará la expropiación queda
comprendida dentro de las facultades discrecionales del expropiante, tal facultad
reconoce su límite en la garantía de inviolabilidad de la propiedad (arts. 17, Const.
Nac.; 31 de la Const. Pcial.).

De allí que la jurisprudencia tenga sentado que la desposesión por parte del
Estado faculta al propietario a provocar la expropiación, señalando que la
desposesión se produce, no sólo en los casos de ocupación material de la cosa –
privación material del bien-, sino también en todos aquellos casos en que su
derecho a la posesión, uso o goce de ella, sea en cualquier grado cercenado o
destruido en razón del ejercicio del poder de expropiación –desposesión jurídica-
(conf. ED, t. 23, pág. 538).
Ello, conforme al principio de que la restricción esencial del dominio importa
un desapoderamiento contrario a la garantía constitucional de la propiedad, tal
como lo tiene sentando desde antiguo el Alto Tribunal Federal (C.S.J.N., Fallos:
230: 57; 231:377; 253:338).
Cabe enfatizar que esta figura tiene su fundamento en el artículo 17 de la
Constitución Nacional que garantiza la inviolabilidad de la propiedad privada, como
así también en Tratados Internacionales con jerarquía constitucional (art. 75 inc.
22, Const. Nac.).
Así, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San
José de Costa Rica), prevé que “ninguna persona puede ser privada de sus
bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad
pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la
ley” (art. 21, inc. 2°).
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, al aplicar la citada cláusula
convencional ha señalado que “para que la privación de los bienes de una persona
sea compatible con el derecho a la propiedad consagrado en el Convención, debe
fundarse en razones de utilidad pública o de interés social, sujetarse al pago de
una justa indemnización, limitarse a los casos y practicarse según las formas
establecidas por la ley” (Caso “Ivcher Bronstein vs. Perú”, sent. del 6-II-2001).
En el caso sub judice, resulta acreditado que la actora ha sido privada de
inmuebles de su propiedad, los que han sido declarados de utilidad pública,
mediante ley Nº 12.516, publicada en el Boletín Oficial del 1° de noviembre de
2000 y, no obstante el tiempo transcurrido desde entonces, a la fecha del presente
pronunciamiento aún no ha obtenido el pago de la justa indemnización que
garantiza el ordenamiento jurídico interno e internacional.
Cabe poner de resalto, que el precedente de la Cámara de Apelación en lo
Contencioso Administrativo de La Plata, citado por la demandada en su memorial,
causa “Gesma S.R.L. c/ Fisco de la Provincia de Buenos Aires s/ Expropiación”,
sentencia del 4-XII-2008, no deviene aplicable al caso.
Los hechos del caso son análogos a los debatidos en la causa “Dreyer,
Jorge José c/ Fisco de la Provincia de Buenos Aires s/ Expropiación Inversa”,
causa Nº 3892, CCALP, pronunciamiento de fecha 30 de agosto de 2007.
A tenor de lo expuesto, procede rechazar la defensa de falta de acción
opuesta por la representación fiscal y hacer lugar a la pretensión de expropiación
inversa deducida por la actora (arts. 41 y concs., ley 5.708; 2.511, Código Civil; 17,
Const. Nac.; 31, Const. Pcial.; 21 inc. 2°, Pacto San José de Costa Rica).
3°) Que dilucidada tal cuestión, corresponde abordar la pretensión
indemnización reclamada por la actora, ponderando a tales fines, la prueba
pericial ofrecida y producida por ambas partes, dejando aclarado que el Fisco en
su responde, no formuló estimación alguna respecto de los bienes objeto de la
expropiación, supeditando el justiprecio a las pruebas aportadas al proceso.
Así, el thema decidendum se centra en fijar el justo valor del inmueble
objeto de expropiación, designado catastralmente como Circunscripción VI,
Parcelas 770b, 770c, 770d, 770e, y 770f, Matricula 19.025 (030) del Partido de
Esteban Echeverría, cuya superficie total es de 232.874 metros cuadrados (arts.
8, 12 y concs., ley 5708).
En el escrito postulatorio, la actora -de conformidad a las consultas
realizadas en inmobiliarias de la zona-, estimó el valor de la tierra libre de
mejoras, en pesos veinticinco ($25) el metro cuadrado (v. fs. 26).
Del informe presentado por el perito designado por la Fiscalía de Estado,
Agrimensor Woudwyk (fs. 124/125) surge que para la tasación del inmueble
expropiado, ponderó el valor de dos propiedades linderas o de su entorno y, en
base a los mismos, considerando superficie y la ubicación relativa de cada uno de
ellos, se fijaron los coeficientes de ubicación para determinar los valores básicos a
aplicar. Así, el valor adoptado es de $ 14.00.- el metro cuadrado.
Explica el experto que “Los coeficientes de superficies (Coef1) adoptados,
tanto para los antecedentes como en las parcelas expropiadas, corresponde a los
usuales en las técnicas de tasación y determinados por la Dirección Provincial de
Catastro Territorial D.P.C.T.” (v. fs. 125).
Aplicando tales coeficientes y en base al valor adoptado por metro
cuadrado ($14.00.-), determina el valor total de tasación de las parcelas
expropiadas en pesos un millón ciento treinta y nueve mil seiscientos ($
1.139.600.-).
El perito designado por la parte actora, Ing. en Construcciones Bona, a los
fines de valuar los inmuebles expropiados, utilizó el “método de comparación”,
también llamado “método indirecto o comparativo” o “método del promedio de las
comparaciones”, efectuando la comparación con ofertas informadas por martilleros
de Esteban Echeverría y la venta de tierras próximas a las parcelas expropiadas
(fs. 136/139).
De tal modo y en base al valor resultante del lote tipo sobre las parcelas de
autos, obtiene un valor promedio de las cuatro referencias consideradas de $/m2
51,66, estimando el valor total de la tasación de tales parcelas en pesos cuatro
millones sesenta y cuatro mil trescientos veintidós con 09 centavos ($
4.064.322,09). Aclara el experto que ese valor resulta de considerar una parcela
única, que se pretenda vender en bloc y en remate público (v. fs. 139)
El perito tercero, Ing. Trevisiol, explica que para la valuación de las parcelas
de autos utilizó el método de comparación, y en base a ello, comparó ofertas
informadas a través de inmobiliarias del partido de Esteban Echeverría (fs.
264/267). Adjunta los Anexos IV y V (fs. 274/275) con las tablas donde se
desarrollan como se obtiene el valor básico del m2 de las parcelas a valuar.
La perito explicita que “se obtuvieron 10 referencias de ofertas de terrenos
libre de mejoras cercanos a la zona de la de autos, a los mismos se los afectó por
los coeficientes de medidas (relación entre medidas de frente y de fondo) según
las tablas 1 a 6 realizadas por la D.C.P.T., luego se los afectó por un coeficiente
de ubicación y luego por un coeficiente de actualización, que como todas las
referencias se trataban de ofertas vigentes, a todas se las afectó por el mismo
coeficiente”
“Luego se promedió los valores del m2 afectados por los tres coeficientes
de las 10 referencias halladas, y se calculó los límites de +/- 20%; con ello se
desestimaron las referencias cuyos valores de 4/m2 afectados por los 3
coeficientes se encontraran fuera de dichos límites y se procedió a promediar las
ofertas que se encontraran dentro de estos límites establecidos, para evitar que el
resultado final se viera afectado por la gran dispersión de los valores (ver Anexo IV
y Anexo VI).
“De esta manera se arribó a un valor/ m2 de $ 39,77. Luego multiplicando
las superficies de cada parcela por dicho valor y por el coeficiente de medida, se
obtuvieron los valores totales por cada parcela de autos. Ascendiendo el valor
total de las cinco parcelas a $ 3.325.588,03 (pesos tres millones trescientos
veinticinco mil quinientos ochenta y ocho con 03 centavos)”.
Del cotejo de los valores consignados precedentemente, se advierte que las
diferencias de las tasaciones surgen a partir del valor asignado al metro cuadrado
de tierra, dato que se obtuvo promediando los distintos valores adjudicados a
inmuebles ubicados en la zona, tomados como referencia por lo peritos.
El examen, comparación y ponderación de tales dictámenes, permite
concluir que el que exhibe mayor eficacia probatoria, es el informe producido por
el perito tercero, ya que ha tomado un mayor número de referencias –diez- para
realizar el análisis comparativo, el cual luce detallado, puntualmente en el Anexo
IV acompañado con su pericia (fs. 274), cuyo promedio o valor básico lo aplica a
los inmuebles objeto de expropiación, conforme lo consigna el Anexo V (fs. 275).
Dicha labor permite formar la convicción más adecuada, imparcial y acorde con el
valor objetivo del bien a expropiar (arts. 52, ley 5708; 384, 474 y concs., C.P.C.C.).
En virtud de ello, corresponde desestimar la impugnación de dicha pericia
formulada por el apoderado de la parte actora a fojas 286/290 y 313/317; y
contestada por la Ingeniera Trevisiol a fojas 297.
4°) Que con relación a la indemnización solicitada en la demanda respecto
de una presunta vivienda de aproximadamente 200 m2 de superficie, los tres
peritos designados en autos, coinciden en señalar que de la visita ocular a los
predios y de la consulta efectuada a los ocupantes de los mismos, no se ha podido
verificar su existencia (v. fs. 121, 125 vta., 267 vta.).
En consecuencia, no habiendo acreditado la actora la existencia de mejoras
en los inmuebles objeto de la presente litis, corresponde desestimar la reparación
tal rubro indemnizatorio (art. 7° in fine, ley Nº 12.516).
5°) En el escrito postulatorio la actora solicita el pago de los intereses
desde la época de la desposesión (ver fs. ), en tanto que la Provincia demandada
alega que no existe desposesión por parte del Estado, y por ende, sostiene que no
corresponde adicionar intereses por tal concepto (ver fs. ).
En tal sentido, el artículo 8° de la ley 5708 prescribe que: “Las
indemnizaciones deben ser fijadas en dinero y con expresión de los precios o
valores de cada uno de los elementos tomados en cuenta para fijarlos. Además
comprenderán el justo valor de la cosa o bien a la época de la desposesión y los
perjuicios que sean una consecuencia forzosa y directa de la expropiación.
También debe comprender los intereses del importe de la indemnización
calculados desde la época de la desposesión...”.

Tal como se destaca desde la vertiente doctrinal, la desposesión o


desapoderamiento del bien o cosa tiene trascendental importancia en lo atinente al
cobro de intereses por parte del titular de dicho bien o cosa, pues si tales
circunstancias tuvieron lugar, el titular del bien tiene derecho a percibir intereses
sobre el valor de la cosa desde la fecha de la desposesión o desapoderamiento.
Así los actos estatales que autorizan la promoción de la acción de expropiación
irregular son el “apoderamiento” indebido del bien o cosa del administrado o
particular (ocupación material de la cosa) o la “restricción” o “limitación” indebidas
del derecho del administrado o particular, que importen una lesión a su derecho de
propiedad (conf. Marienhoff, Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo”, t. IV,
págs. 357 y 359).
El autor citado recuerda que “es exigencia constitucional, para la juridicidad
de la expropiación, que el expropiado reciba una justa indemnización, lo que su
vez requiere que esta sea integral, comprensiva de todo aquello que sea menester
considerar para que el valor que recibe el expropiante sea equivalente al valor con
que se compensa al expropiado por la pérdida de lo suyo”. Entiende que “si la
expropiación sólo es admisible previa indemnización, y si ésta en la especie ha de
ser integralmente justa, va de suyo que en este concepto de indemnización queda
incluido el rubro sobre intereses, pues, de no ser así, la indemnización no sería
integralmente justa” (Marienhoff, ob. cit. pág. 294).
En tal línea de pensamiento, enfatiza que “el carácter de integralmente justa
que inexcusablemente debe reunir la indemnización que se le acuerde al
expropiado, importa una garantía constitucional establecida en resguardo de la
propiedad privada. De ahí que los jueces, en cumplimiento de su elemental deber
de proteger las garantías constitucionales, al acordar la respectiva indemnización
al expropiado han de considerar y tener en cuenta todos los rubros que,
caracterizan a una indemnización integralmente justa, entre los cuales queda
incluido el atinente a intereses”, advirtiendo a modo de conclusión que, todo
aquello que implique una exigencia constitucional es de orden público (Marienhoff,
ob. cit., pág. 295).
Por su parte el Máximo Tribunal Federal ha declarado, con cita de Corwin,
The Constitution of the United States, Washington, 1952, págs. 867 y ss., que toda
restricción, que sea esencial, del dominio, importa un “desapoderamiento”
contrario a la garantía constitucional de la propiedad (C.S.J.N., Fallos: 230:57;
231:377; 253:338; 236:34).
En el marco de tal hermenéutica doctrinal y jurisprudencial y de las piezas
probatorias aportadas a la presente causa, surge acreditada la existencia de
desposesión que torna procedente el rubro en concepto de intereses (art. 8°, ley
5708).
En efecto, con motivo de la usurpación del inmueble objeto de la presente
acción, sus titulares promovieron acción ante el fuero penal del Departamento
Judicial de Lomas de Zamora, causa ofrecida por la actora ad effectum videndi et
probandi en la demanda (fs. 28).
Así, a fojas 98 se agregan sin acumular, a la presente causa, las actuaciones
remitidas por el Juzgado de Garantías n° 3 del Departamento Judicial de Lomas
de Zamora, causa Nº 2614, autos caratulados “Iglesias, Luís Alberto y otros s/
denuncia usurpación de propiedad”, I.P.P. Nº 131.810, tramitada ante la U.F.I. Nº
5 de ese Departamento Judicial.
De las referidas actuaciones se desprende que con motivo de la denuncia
de usurpación del inmueble motivo de autos, realizada por el señor Luís Alberto
Iglesias, el Juzgado de Garantía Nº 3, con fecha 28 de junio de 2000, dispone se
practique la diligencia de constatación, intimación y urgente lanzamiento, respecto
de los ocupantes del predio ubicado en la intersección de las calles Ingeniero
Huergo y La Paz de la localidad de Transradio, Partido de Esteban Echeverría, y
se les notifique a los ilegítimos ocupantes que en el plazo de 24 horas deberán
abandonar el predio que ocupan, en forma inmediata (fs. 1).
Con fecha 10 de noviembre de 2000, la titular del mencionado Juzgado de
Garantías resolvió suspender la orden de lanzamiento, por aplicación del artículo
16 de la ley Nº 12.516 que declara de utilidad pública y sujeto a expropiación a los
inmuebles en cuestión (cuerpo 2)
Tal como se señaló ut supra, el citado artículo 16 de la ley 12.516 (B.O.,
1/11/2000), dispuso que a partir de la fecha de la promulgación de la ley especial,
los señores jueces que tengan bajo su jurisdicción acciones civiles o penales que
conduzcan al desalojo de fracciones o inmuebles comprendidos en el artículo 1°
deberán, con carácter previo a decidir el lanzamiento, comunicar al Poder
Ejecutivo para que dentro del plazo de 360 días proceda a impulsar el proceso
expropiatorio de los inmuebles que correspondan a cada demanda instaurada,
“quedando suspendidos los juicios promovidos y especialmente las medidas
procesales de desalojo que fueran su consecuencia”
La ley 12.826 (B.O. 15/01/2002), prorroga, por el término de trescientos
sesenta (360) días, el plazo establecido en el artículo 16 de la ley 12.516.
Posteriormente y por el mismo plazo, la ley Nº 13.049 (B.O. 28/4/2003),
nuevamente prorroga el artículo 1° de la ley 12.826, modificatorio de la ley 12.516.
Así, conforme surge de las citada leyes, el Estado provincial ha impuesto una
restricción al derecho de los propietarios, imposibilitando el uso y goce del bien
inmueble objeto de expropiación, al impedirles ejercitar las atribuciones inherentes
al derecho de propiedad, circunstancia que torna procedente el pago de intereses
compensatorios a partir del 1° de noviembre de 2000, fecha de publicación de la
ley Nº 12.516 (arts. 8°, 41 inc. “c” y concs., ley 5.708).
En tal sentido, cabe recordar que el Máximo Tribunal Nacional -al margen de
la ocupación material del bien por parte de fisco- ha señalado que la circunstancia
de haberse reconocido, por el propio organismo demandado, que se han otorgado
a terceros particulares permisos para efectuar construcciones, con carácter
permanente, sobre el inmueble de la actora, configura un desapoderamiento e
indisposición del bien que aleja toda posible duda acerca de la existencia de un
auténtico cercenamiento del derecho de propiedad del expropiado. En tal sentido,
sostiene el Tribunal que cualquier perjuicio que pudiera existir en la especie, no
sería sino la consecuencia de una conducta sólo imputable al propio órgano
estatal interviniente y que aún admitiendo que el desapoderamiento ocurrido
respondiera a una de aquellas expropiaciones que se califican “de urgencia”,
afirma que el artículo 2512 del Código Civil impone, en tales supuestos,
responsabilidades a cargo del expropiante (C.S.J.N, Fallos: 236:34).
Es así que en la doctrina judicial sentada por el Alto Tribunal “una restricción
esencial del dominio importa un desapoderamiento contrario a la garantía
constitucional de la propiedad” (C.S.J.N., Fallos: 253: 338), trazando como pauta
hermenéutica que “tanto en materia de avalúos como de perjuicios en las cosas
expropiadas, en caso de duda debe siempre estarse a favor del expropiado”
(Fallos: 15:254; 82:432).
Por su parte, la Suprema Corte de Justicia provincial tiene sentado que en
materia expropiatoria los intereses debidos al expropiado no son moratorios sino
compensatorios de la imposibilidad, por parte de éste, de usar y gozar del bien
objeto de aquélla, por lo que no corresponde abonar intereses al expropiado si
éste ha mantenido el goce irrestricto de la posesión del bien y de las atribuciones
que de ella derivan, material y jurídicamente (S.C.B.A., causa Ac. 34.945,
“Lattuada”, sent. del 25-X-1988).
Destaca el Tribunal que el pago de los intereses en materia expropiatoria, los
debe el expropiante que ha desposeído –sea cual fuere su naturaleza- al
expropiado. Tales intereses son compensatorios, pues resarcen al ex propietario
de la indisponibilidad oportuna del precio expropiatorio y corren desde el momento
en que se realizó esa desposesión (S.C.B.A. causas Ac. 40.880, “Kraayenbrink”,
sent. del 7-VII-1989; Ac. 42.314, “Frings de Canesa”, sent. del 20-II-1990; Ac.
67.068, “C.E.A.M.S.E”, sent. del 2-III-1999).
En el marco de tal hermenéutica jurisprudencial, juzgo que el reclamo de
intereses es procedente a partir de la publicación en el Boletín Oficial de la ley
12.516, esto es, el día 1° de noviembre de 2000, pues desde esa fecha el Estado
provincial a través de uno de sus órganos –Legislativo- impuso a los titulares del
bien objeto de expropiación una restricción o limitación que importa una lesión al
derecho de uso y goce del inmueble, que debe ser compensada en cumplimiento
de la cláusula constitucional que garantiza al expropiado una indemnización
integralmente justa (arts. 8°, 41 inc. “c”, ley 5708; 2511 y 2512, Código Civil; 17
Const. Nacional; 10 Const. Pcial.).
6°) Con relación al planteo de inconstitucionalidad de las normas de
emergencia esgrimido por la actora en el escrito postulatorio, resulta pertinente
destacar que desde la perspectiva doctrinaria se postula que la indemnización por
expropiación no sólo debe ser justa, integral y previa, sino que también debe ser
fijada y abonada en dinero efectivo, porque la expropiación apareja para el
expropiante la obligación de indemnizar, lo que ha de efectuarse en dinero –
moneda-, ya que sólo éste, por principio, extingue las obligaciones con fuerza de
pago. El requisito de que tal pago deba realizarse en dinero, fluye implícito de la
exigencia constitucional de una “indemnización” previa, la que entonces debe
efectuarse mediante dinero, dado el objeto y finalidad de éste. La “moneda” es,
oficialmente, la medida de los valores, aparte del valor que ella misma representa.
En nuestro orden jurídico, salvo conformidad del expropiado, la referida
indemnización no puede tener lugar en “especie”, ni mediante títulos, bonos o
papeles de crédito público, pues tal forma de pago no esta autorizada por la
Constitución. En los supuestos de expropiación, los títulos o papeles de crédito
público, constitucionalmente, no son medios de pago de la respectiva
indemnización. La ley formal no podría obligar a que el expropiado, a título de
indemnización, reciba otra cosa que dinero en efectivo, pues la materia
expropiaatoria está sustancialmente regida por la Constitución Nacional y no por
las leyes formales. Estas deben respetar no sólo la letra, sino también los
principios de la Constitución (conf. Marienhoff, Miguel S., Tratado de Derecho
Administrativo, Bs. As., Abeledo-Perrot, 1975, t. IV, ps. 305 y ss.).
En tal línea de pensamiento, se ha señalado que si el pago se efectuase en
títulos públicos, no se cumpliría el mandato constitucional en lo atinente a la
“indemnización”, pues estos títulos no pueden equipararse al dinero, cuyos efectos
jurídicos son muy distintos a los de los títulos de referencia, pues aunque se
tratare de títulos cotizables en la bolsa de valores, su venta depende, en cuanto al
número y precio, de las oscilaciones naturales del mercado, siendo así evidente la
inseguridad a que se expone el expropiado a quien se le entregasen dichos títulos,
en lugar de dinero, en concepto de indemnización (conf. Seabra Fagundes, Da
desapropriacáo no direito brasileiro, pág. 392, citado por Marienhoff, ob.cit., p.
306, nota 503).
En el marco de tal herméneutica, el Alto Tribunal de Justicia Nacional,
declaró inconstitucional el régimen de consolidación de la ley 23.982 en su
aplicación al pago de la indemnización por expropiación (Fallos: 318:445, in re
“Servicio Nacional de Parques Nacionales c/ Franzini, Carlos y su herederos o
quien resulte propietario de Finca ´Las Pavas´ s/ expropiación”, sent. del 5-IV-
1995).
En sentido concordante, la Suprema Corte de Justicia local, tiene sentado
que la ley 11.192 en su aplicación a los procesos expropiatorios, resulta
inconstitucional (S.C.B.A., causas Ac. 53.9446, “Indultec S.A.”, sent. del 20-II-
1996; Ac. 58.722, “Rosasco”, sent. del 4-VI-1996; Ac. 59.238, “La Lucila S.A.”,
sent. 20-V-1997; Ac. 60.126, “Nusafe S.A.”, sent. del 22-XII-1998; Ac. 65.621,
“Guardia”, sent. del 3-IX-1999, entre otras).
Cabe concluir entonces que la indemnización por expropiación debe
consistir en una suma de dinero y no puede subordinarse a una eventualidad, tal
como lo sostiene Vélez Sarsfield en la nota al artículo 2511 del Código Civil.
7°) Que en cuanto a la actualización monetaria peticionada por la actora,
procede su desestimación, ya que conforme lo tiene sentado el Superior Tribunal,
la modificación introducida por la ley 25.561 a la ley 23.928 mantuvo la redacción
del artículo 7° de ésta, y por ello en ningún caso se admitirá actualización
monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de
deudas, cualquiera fuere su causa (S.C.B.A., causas B. 49.193 bis, “Fabiano”, res.
2-X-02; L. 79.649, sent. 14-IV-04; entre muchas otras).
Criterio que se mantiene invariable a la fecha, conforme surge del
precedente “Banco Finansur S.A. c/ Municipalidad de Florencio Varela”, causa B.
67.435, sentencia del 17 de junio de 2009.
En el mismo sentido se expidió el Máximo Tribunal Federal (C.S.J.N., in re
“Chiara Díaz, Carlos Alberto c/ Estado provincia s/ acción de ejecución”, sent. 7-III-
2006).
8°) Merituando que la ley expropiatoria impone indemnizar el justo valor de
la cosa y el perjuicio que sean una consecuencia forzosa y directa de la
expropiación, se establece el valor expropiatorio del bien objeto de autos, en la
suma total de PESOS TRES MILLONES TRESCIENTOS VEINTICINCO MIL
QUINIENTOS OCHENTA Y OCHO CON 03 CENTAVOS ($ 3.325.588,03), con
más los intereses a calcular desde el día 1 de noviembre de 2000, de acuerdo a la
tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en los depósitos a
treinta días vigente en los distintos períodos de aplicación y hasta el efectivo pago
(arts. 8°, 12, 35, 41 y concs., ley 5.708; 2511 y 2512, Código Civil; 17, Const. Nac.;
10 Const. Pcial.).
9°) Las costas se imponen a la demandada, en su calidad de vencida,
habida cuenta que esa parte, desconociendo los derechos del propietario, no
realizó ofrecimiento indemnizatorio alguno en su responde (arts. 37, 52 y concs.,
ley 5708; 68 y concs., C.P.C.C.; conf. doct. causas Ac. 53.690, sent. 12-IV-1994;
C. 89.884, sent. 1-IV-2007; C. 93.302, sent. 30-V-2007).
Por ello,
FALLO:
1°) Hacer lugar a la demanda de expropiación inversa promovida por los
señores Luís Alberto Iglesias, María Inés Iglesias O. Joule, José Alcides Iglesias,
María Isabel Iglesias y María Dolores Iglesias -cuya titularidad dominial consta en
el certificado agregado a fojas 80/83-, contra la Provincia de Buenos Aires (art. 41,
ley 5708).
2°) Declarar expropiadas las fracciones de terreno ubicadas en el Partido de
Esteban Echeverría, Barrio San Agustín, individualizadas como Circunscripción VI,
Parcelas 770b; 770c; 770d; 770e; y 770f, inscripto el dominio en la Matricula
19.025 (30), a favor de la Provincia de Buenos Aires (art. 35, ley 5708).
3°) Fijar como justa indemnización expropiatoria por dicho inmueble la suma
total de PESOS TRES MILLONES TRESCIENTOS VEINTICINCO MIL
QUINIENTOS OCHENTA Y OCHO CON 03 CENTAVOS ($ 3.325.588,03), con
más los intereses a calcular desde el día 1° de noviembre de 2000, de acuerdo a
la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en los depósitos a
treinta días, vigente en los distintos períodos de aplicación y hasta el efectivo pago
(arts. 8°, 12, 35, 41 y concs., ley 5708; 2511 y 2512, Código Civil; 17, Const. Nac.;
10 Const. Pcial.).
La indemnización establecida deberá efectivizarse por la demandada,
mediante depósito en una cuenta a nombre de autos, dentro de los cuarenta y
cinco (45) días hábiles a contar desde la fecha en que quede consentida o firme la
liquidación aprobada judicialmente (art. 35, ley 5708).
4°) Imponer las costas a la Provincia demandada, en su calidad de vencida
(art. 37, 52 y concs., ley 5708; 68 y concs., C.P.C.C).
5°) Remitir en devolución al Juzgado de Garantías Nº 3 del Departamento
Judicial Lomas de Zamora, los autos caratulados “Iglesias, Luís Alberto y otros s/
Denuncia de usurpación de propiedad”, causa 2614.
6°) Diferir la regulación de honorarios de los profesionales intervinientes
hasta la oportunidad prevista en el artículo 37 in fine de la ley 5708, texto según
decreto-ley n° 7297/67.
Regístrese y notifíquese.
Registro Nº ............. ANA CRISTINA LOGAR
Juez
en lo Contencioso Administrativo nº 2
Dpto. Judicial La Plata

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