Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CENTRALISTAS Y AUTONOMISTAS
El proceso revolucionario e independentista de las Provincias Unidas del Río de la Plata iba a
estar marcado por el enfrentamiento de dos grupos que disputaban la forma en que debía
organizarse el estado y que soberanía debía adoptar: centralistas y autonomistas.
Los centralistas defendían la idea de un gobierno central en donde la soberanía era única e
indivisible y debía reflejarse en la unidad de todos los territorios del virreinato. Esto implicaba
que el gobierno central, que tendría sede en Buenos Aires, debía subordinar todos los
territorios del virreinato y tomar decisiones por ellos. Los autonomistas por su parte,
defendían un gobierno central, pero con poder limitado, que permitiera que los territorios del
interior tuvieran autonomía para manejarse por sí mismo, lo que reflejaba la idea de una
soberanía fragmentada y que ponía en pie de igualdad a todas las ciudades del virreinato.
La Asamblea del Año XIII (13) no logró sus dos objetivos principales (la independencia y la
sanción de una constitución), en gran parte por este conflicto de grupos.
DIRECTORIO
Creado en 1814 por decisión de la Asamblea del año XIII (13), el Directorio fue la primera
forma de gobierno de carácter unipersonal en las provincias del Río de la Plata, es decir, que
solo tenía a una personal al mando del poder ejecutivo (las juntas tenían varios integrantes y
los triunviratos tenían 3 integrantes). El nombre del cargo era “Director Supremo de las
Provincias Unidas” y fue creado por la Asamblea con el objeto de darle agilidad y mayor
ejecutividad a las decisiones políticas y administrativas que debían tomarse ante la compleja
situación que atravesaba el Río de la Plata, como el fracaso de una segunda expedición
comandada por Belgrano al Alto Perú (hoy Bolivia) en 1813, y un cambio de coyuntura en
Europa que presagiaba el regreso de Fernando VII al trono español.
El directorio ganó desprestigio debido a que tomó una postura centralista dedicada a aplastar
todo reclamo localista por parte de las provincias, lo que llevo a grandes conflictos internos.
• El retorno del rey Fernando VII al trono español y su voluntad de recuperar los
territorios americanos.
• Los conflictos entre las provincias del interior y Buenos Aires con respecto al tipo de
organización que se debía dar a las Provincias Unidas. Las provincias no se sentían
representadas por el Directorio.
La elección de realizar un congreso en una ciudad tan alejada de Buenos Aires como San
Miguel de Tucumán se debía al clima de oposición al gobierno generado por la Liga de los
Pueblos Libres (liderada por José Gervasio Artigas y conformada por la Banda Oriental, las
Misiones, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes). Las regiones adheridas a la Liga de los Pueblos
Libres no enviaron diputados al congreso. En el congreso no solo se trataría las posturas
centralistas y autonomistas, sino también, posturas monárquicas y republicanas, donde se
definiría la forma de gobierno del país naciente.
Las sesiones del Congreso de Tucumán iniciaron el 24 de marzo de 1816, y el 9 de julio de 1816
se declaró la independencia de las Provincias Unidas de Sudamérica del España y de toda
dominación extranjera. Días después se adoptó como símbolo patrio la bandera de Belgrano.
CONSTITUCIÓN DE 1819
Así, se elaboró proyecto, que obtuvo la aprobación del Congreso el 22 de abril de 1819, y fue
jurada con toda solemnidad el 25 de mayo de ese año.
Es por todo ello que la primera constitución argentina fue rechazada por los pueblos del
interior y nunca pudo ponerse a práctica, y lo único que genero fue dar pie a una guerra civil y
a aumentar la crisis que atravesaba el país.