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Para ESO. Colegia Otispane Dulandés Alumno-a..... PEDAL ADE AA ETD POTN OL EPO OS FINO Ce POM OP PPPIDOHOIDOEHODS WOOL LUS IBEW LL HDB AMID Sh Oo Dr hrs SP BO BRI BBB BI BL BR A BO IO 1 CAMINO DEL DESTIERRO . . 2. EL CID ENTRA EN BURGOS : ceceeeeed 3. ROMANCE DEL MORO DE ANTEQUERA cesses 4. ELPOBRE CARITATIVO .. 5. EL CLERIGO IGNORANTE 6. ELLABRADOR AVARO . . 7. EL REY DON JAIME Y LOS NOBLES 8 JAIME 1 (1213-1276) . 9. LOS ANADES Y EL GALAPAGO .. 10. LA ZORRA Y EL CUERVO ...... 1. LO QUE SUCEDIO A UN HOMBRE QUE POR POBREZA Y FALTA DE OTRA COSA COMIA ALTRAMUCES... . .. 12, DONA TRUHANA . 13. ELHOMBRE BUENO Y SU BURRO . . 14. SERRANILLA . 18, JORGE MANRIQUE, LITERATO Y CABALLERO .. . . 16. COPLAS 17, CONDE ARNALDOS . . 18. ELREINO PERDIDO... . . 19. ABENAMAR, wees se 20, ROMANCE DEL REY MORO QUE PERDIO ALHAMA ........ 2 21. ELPRISIONERO . . . 2 ‘22. AMADIS DE GAULA......... 23, CRIMENPERFECTO .... 26-20-2020. e 020s 24, PROPIEDADES DEL DINERO ....-.-...-.--- cece 28, EL AMOR DE CALISTO.. . cece IS 26. SONETO ...... - coset ee tetee eee ee ee 0 27, FRAGMENTO DE LA EGLOGA II eu 28, ORIGEN DE UN REFRAN 88. EL 19 DE MARZO Y EL2 DE MAYO . .B Benito Pérez Galdos > 88, DESCRIPCION DE LA BENINA feeeeeees 1B Benito Péter Galdés. 4 ome f wanes 4 91. CANCION DE OTONO EN PRIMAVERA m4 Rubén Dario y 92, PUSO EL POETA EN SUS VERSOS . . m4 ‘Rubén Dario 2 9B. CASTILLA.... % ‘Manuel Machado 94, LA SAETA.. : 8 Manuel Machado ¢ Sawa care war 2 ES 3 96. PLATEROY YO. vo - 1% Joan Ramén Jnr > STYAESTAN AHILAS CARRETAS. « : ™ Juan Ramin Jiménez a 98,05 CABALLEROS 2... 7% J. Ramin Jiméner g 99. ADORACION DE LOS REYES . .. - ” Ramén del Valle Inclin 9 MR ne , vn 5 10LANOCHE, CUANDO DORMIA ... - ry [Antonio Maciado , we 102. A UN OLMO SECO 103. YO VOY SONANDO CAMINOS . . 104. RECUERDOINFANTIL . . 105, RETRATO 106, MAIRENA EXAMINADOR. . . 108 UNA CIUDAD 109, EL PROFESOR QUE A VECES ESCRIBIA VERSOS . 110. TIERRA DE CASTILLA 111 LABRAZ .. 112 SALIDA DE LA ESCUELA . . 13. MEINFANCIA JUNTO ALMAR 114. LA LOTERIA 115 GREGUERIAS 116. MUERTE DE ANTORITO EL CAMBORIO . . 117. BALADILLA DE LOS TRES RIOS . 118. EL CIPRES DE SILOS 119. ROMANCE DELDUERO. . . . 120. EL ALMIRANTE MENDEZ NUNEZ (1824-1869) - 121. LOS GATOSDEL TEJADO . . 122. UNA AMERICANA EN SEVILLA . . . 123. ;VACACIONES! . . 124. MARIA PITA... . LA CAMISA DEL HOMBRE FELIZ . - 126. RESIGNACION . . 127. VERSOS DEL GUADARRAMA. . . 128. UNA ESCUELA Y UN MAESTRO . 130, LA ESCUELA DE CASASANA.. 131, ELEGIA DEL NINO MARINERO . 132, AVENTURAS DE MARCELINO.. . 133, EL ARTE DE GUISAR . - 134. EL MANCEBO QUE CASO CON MUJER BRAVA . 138. MIPRIMER POEMA .. - . 3 ‘Antonio Macbado ‘Antonio Machado Antonio Machado Antonio Machado, ‘Antonio Machado Azorin ‘Azorin Miguel de Unamuno Pio Baroja Pio Baroja Pio Baroja ‘Amiches, Carlos. Ramén Gomez dea Serna Federico Garcia Lorca Federico Garcia Lorca Gerardo Diego Gerardo Diego Ramén J. Sender ‘Sender, Ramén J. ‘Sender, Ramén J. P. Coloma José Mt Pemin ‘Leopoldo Panero RR. SincherFeroso Camilo J. de Cele athe! Albert Jost MP Sincher Siva Josep Pla on Juan Manet Pablo Neruda Pablo Neruda Pe RFBBG ® e eae BRE ee BRE AVEREOO DAR PRECAVPE OCAVPEOE RS IB IR MBI BIND PBIB LIE IIA IIIA I OANA BOND Be De LN 137, LAS MANZANAS DEL INDIANO . = 105 138, EL ABOGADO DEFENSOR : : 106 139, CAMINO DE LA PLAYA. 109 140, HEROICA RESISTENCIA DE ZARAGOZA... soe soe ees 110 141. TRES SOMBREROS DE COPA ... : m1 142. RESCATE DE UNLETRERO «2. =... 00s 0 e ee eee eee MD 143, ELHEROEDE CASCORRO.....-.- - - betes cee WB. 144, ERNESTA Y LA SENORITA . . sees IM 145, COMPRAR UN COCHE Ms 146. UN COCINERO ASTUTO 16 147. DE AGUILA A PATO .. cece eee eee eee ee eee es MT 148. EL RASTRO DE LA PRESA . - U8 149, LAINGRATITUD 2... eee a cee I 150. MATIASELTONTO . wee m 181, EL MENDIGO .. . : : Prey 152. EL LOROPELADO - ISQELPIVAYO. 200. . 6 cece eee eee erent eee ee ee . 26 184, CUANTO SEDIVERTIAN .....- : 15S, EL ZURRON DE LAS PIEDRAS . . 156. EL MODELO MILLONARIO cee eee . 29 157. SANHERMENEGILDO. 2-2-2002... 02005 - BL 158, LA LUCHA CONTRA LOS GERMENES. . . - B2 159, UN FINAL FELIZ = 133 160, SOLAEN LA CIUDAD ........- +. cess BBA 161, ROHIN HOOD. cette eens cesses BS 162. EL VIEJO GUARDIAN at 163 ISOGATEL HUMILDE : 1a 164, LEYENDA DEL DIOS DE LA PORCELANA ... . M43 165, LA HUIDA DEL PINTOR LI... ... - - - 45 166, EL BRAHMAN, EL TIGRE Y EL CHACAL . cece M6 167. LA MANGOSTA . : 348 168. SNEGUROCHKA . 150 169. BUENGENIO ..... 6-20-00 : - 1s 10. STAVOREN . - 184 171, WILLIAM DE CLOUDESLEY os 156 Miguel Delibes ‘Terence Rattigan Alvaro de la Iglesia Miguel Miura ‘gnacio Aldecos 'W. Fernandez Fores Juan de Timoneda Jack London Max Aub Concha Castroviejo ‘Miguel Miura Boracio Quiroga ‘José Carlos de Lana Isaac Asimov Leon Felipe Oscar Wilde Fray Justo Pérer de Urbel Echevarria, M.* Jests, Martin Vivaldi, Laforet, Carmen. FB ISLE NB NB IRIS LS LS BIL SIL SEB LE ABE SAN IAS Oy MINA RS SSI ILS Hy BIBI INL BS 1. CAMINO DEL DESTIERRO E| Cid salié de Vivar - hacia Burgos caminando. En soledad y abandono, - asi deja sus palacios; con lagrimas en los ojos - muy fuertemente llorando, la cabeza atris volvia - y quedabase mirandolos. YY vio las puertas abiertas, - y cerrojos quebrantados, las perchas quedar vacias - sin las picles, sin los mantos, sin sus pajaros halcones, - sin los azores mudadlos, Suspir6 entonces el Cid, - que iba leno de cuidados. Hablé alli como solia, - tan bien y tan mesurado: Te doy gracias, Seitor Padre - que estis allen alto. De esto, sélo tiene culpa - obra de enemigos malos. Alli aguijan los caballos, - alli les sueltan las riendas. En saliendo de Vivar- volé la comeja a diestra, y cuando en Burgos entraron -les vol6 a la mano inquierda, Se encogié de hombros el Cid, - y meneé la cabeza: ~iAlbricias, Fatiez, albricias!, - pues nos echan de la tierra. Con gran honra volveremos - a Castilla a nuestra vuelta. 2. EL CID ENTRA EN BURGOS ‘Nuestro Cid Rodrigo Diaz en Burgos con su gente _y ademas de lo que digo, los ojos de nuestras caras. centré. Toan sesenta con él, y en sus lanzas el pendén. Por verle, hombres y mujeres, todo el mundo se asom6. La gente del pueblo toda a las ventanas sali6, con lagrimas en los ojos, tan fuerte era su dolor ‘mientras sus bocas dectan todas s6lo una raz6n: ~iDios mio, qué buen vasallo; si merece buen sefiot! ‘Aunque de grado lo harian, a convidarlo no osaban. EL Rey don Alfonso, saben, jle tenia tan gran safial Antes que fuvese la noche en Burgos entré su carta, con grandes sellos del Rey y las étdenes bien claras: mandaba en ella que al Cid nadie le diese posada, y aquel que a tal se atreviese, supiese, por su palabra, que perderia lo suyo y aun los ojos de la cara, y ademas de cuanto digo, con la muerte amenazaba. Gran dolor el que sentian aquellas gentes cristianas. Y escondense asi del Cid, sin osar decirle nada, ‘Viendolo el Campeador se dirigié a su posada, yen cuanto llegé a la puerta se la encontré bien cerrada; mandatos del Rey Alfonso pusieron miedo en la casa, yy sila puerta no rompe, no se la abrirén por nada. Alli las gentes del Cid con voces muy altas Haman. Los de dentro, que las oyen, no respondian palabra. ‘Aguijé el Cid su caballo y a la puerta se llegaba; del estribo sacé el pie, y con fuerte golpe llama, ‘No se abre la puerta, no, pues estaba bien cerrada. ‘Nueve afios tiene la nifia que delante se paraba: ~=iCampeador, que en buen hora os cifieron vuestra espa~ u ee al Esto ¢l Rey nos lo prohibe, ayer de él llegé su carta con prevenciones muy grandes, y venia muy sellada, ‘No podemos atrevemos a que entréis en la posada. Sino es asi, perderemos todo lo que hay en la casa, ‘Ya veis, Cid, que en nuestro mal no habéis vos de ga- nar nada; dejadinos, y Dios os valga con toda su gracia santa Esto la nifia le dijo y se entré para la casa. ‘Yallo ve el Cid que del Rey no cabia esperar gracia, Alejése de la puerta, por Burgos picando pasa; egé hasta Santa Maria y alli del caballo baja. Con gran fervor se arrodilla y de corazén rogaba. Acabada la oracién, en seguida el Cid cabalga. Andnimo “Cantar de Mio Cid” 1140 oe LECTURAS ESCOGIDAS 3. ROMANCE DEL MORO DE ANTEQUERA De Antequera sale un moro, de Antequera, aquesa villa, cartas llevaba en su mano, cartas de mensajeria, escritas iban con sangre, no por falta de tinta, el moro que las llevaba con borlas de seda fina, Siete celadas le echaron, de todas se escabullia; por los cabos de Archidona a grandes voces decia: “Si supieres, el rey moro, mi triste mensajeria {Qué nuevas me traes, el moro, de Antequera esa mi villa? -No te las diré, el buen rey, si no me otorgas la vida. -Dimelas, el moro viejo, que otorgada te seria. -Las nuevas que, rey, sabras ciento y veinte afios habia. mesarias tus cabellos no son nuevas de alegria: Ciento y veinte afios el moro, _y la tu barba vellida. que ese infante don Fernando de doscientos parecia, Tales lastimas haciendo cercada tiene t villa. la barba llevaba blanca Mega a la puerta de Elvira; ‘Muchos caballeros suyos ‘muy larga hasta la cinta, vase para los palacios la combaten cada dia: con la cabeza pelada donde el rey moro vivia aquese Juan de Velasco Ja calva le relucia; Encontrado ha con el rey y el que Henriquez se decia, toca llevaba tocada, que del Alhambra salia el de Rojas y Narvaez, muy grande precio valia, con doscientos de a caballo, caballeros de valia. Ja mora que la labrara los mejores que tenia. De dia le dan combate, or su amiga la tenia, Ante el rey, cuando le halla, de noche hacen la mina; Caballero en una yegua tales palabras decia: los moros que estaban dentro que grande precio valia, -Mantenga Dios a tu alteza, ‘cueros de vaca comian, no por falta de caballos, salve Dios tu sefforia. si no socorres, el rey, que hartos él se tenfa; Bien vengas, el moro viejo, tu villa se perderia. alhareme en su cabeza dias ha que te atendia. Anénimo 4. EL POBRE CARITATIVO Erase un hombre pobre, - de limosnas vivia- que de toda infurci6n - y renta carecia fuera de su trabajo, - Ia vez que lo tenia, yen bien pocos pepiones - su hacienda consistia. Por ganar la Gloriosa, - ala que mucho amaba, pata con los pobres - todo cuanto ganaba; en esto contendia - y en esto se esforzaba; para obtener su gracia, - su pobreza olvidaba. Cuando hubo este pobre -de este mundo a pasar, la Madre muy Gloriosa - le vino a convidar; habléle muy sabroso, - querialo halagar, oyeron su palabra - todos los del lugar: “Ti mucho codiciaste - la nuestra compaitia, para ganarla empleaste - bien buena maestria; partias tus limosnas, - decias “Ave Maria”, por qué lo hacias todo, - yo muy bien lo entendia, ‘Sabete que tu cosa -esté bien recabada, que es ésta en la que estamos - Ta postrera jomada. E] Ite missa est -cuenta que es cantada, y ha llegado la hora - de cobrar tu soldada Hastaaquimehe venido-porllevarteconmigo al reino de mi Hijo - el que te es buen amigo-, do se ceban los angeles - con el buen candeal trigo, que las santas virtudes - se placerdn contigo.” ‘Cuando hubo 1a Gloriosa - el sermén acabado desamparé el alma - su cuerpo'venturado; la llevaron al Cielo, - el Seftor sea loado. ‘ Y todos los que habian - la voz antes ofdo, todos vieron entonces - cumplir lo prometido; ya la Madre Gloriosa, - por haberlo cumplido, cada cual por su lado - las gracias le han rendido. El que tal cosa oyese - seria mal venturado side Sancta Maria - no fuese mas pagado; sino la honrase més, - seria desmesurado: el que de Ella se aparta - va muy mal engafiado. Atin mas adelante - queremos aguijar; una raz6n como ésta - no es para abandonar, porque éstos son los arboles - do debemos holgar, en cuya sombra suelen - las aves organar. Gonzalo de Berceo: “Milagros de Nuestra Sefiora” 1200 : i LA MB IBIS LIB IB! LILIES A IBD IAI A IBD PI BAB IRS PLP I MAN 2 a ® 3 = ; 2 9 3 3 ¢ ‘ : ¥ 3 a 5. EL CLERIGO IGNORANTE Era.un simple clérigo, pobre de clerecia, decia siempre la misa de la Santa Maria, no sabia decir otra; deciala cada dia, Mis la sabia por uso que por sabiduria, Fue este misacantano al obispo acusado de que era idiota, mal clérigo probado; “Salve Santa Madre” sélo tenia usado, no sabia otra misa aquel torpe iletrado ‘Llegése ante el obispo el cura pecador, habia, con el miedo, perdido la color. ‘nunca pas6 el pobrete por un rato peor. Dijole el obispo: «Cura, dime la verdad, sies tal como dicen tu gran necedad » Respondidle el pobre: «Sefior, por caridad, si dijera que no, diria falsedad.» El obispo, colérico, le retira las licencias sacerdo- tales y lo arroja a la calle. El desventurado clérigo acude a pedir ayuda a la Virgen.) La Virgen gloriosa, madre sin borrén, se aparecié al obispo enseguida en vision. Dijole fuertes dichos : un muy duro sermén ; descubriéle con ello todo su corazén, Dijole bravamente : “Seftor obispo vano, por qué vas contra mi, tan fuerte y tan villano? Yo nunca te quité lo que se dice un grano, y td me has quitado a mi un capellan(o) Si ti no le mandares decir la misa mia, como solia decirla, gran enojo tendria, y ti serés muerto en el treinteno dia Ya verds lo que vale la safia de Maria!” Con estas amenazas, fue el obispo espantado Mandé llamar luego al cura castigado. Rogé le perdonara : se habia equivocado, pues fue en aquel asunto duramente engafiado. Retomé el hombre bueno a su capellania, sirvié e la Gloriosa, Madre Santa Maria Murié en aque! oficio : su muerte yo querria : pues fue su alma a la gloria, la dulce cofradia, Gonzalo de Berceo Milagros de Nuestra Sefiora. 1200 \ 6. EL LABRADOR AVARO Erase en una tierra un hombre labrador que usaba de la reja mas que de otra labor: ‘més amaba la tierra que no a su Criador y de muchas maneras era revolvedor. Hacia una enemiga bien sucia de verdad: cambiaba los mojones por ganar heredad hacia en todas formas tuertos y falsedad tenia mal testimonio entre su vecindad. Aunque malo, queria bien a Santa Maria ofa sus milagros muy bien los acogia; saludébala siempre, deciale cada dia «Ave gracia plena que pariste al Mesias.» Fin6 el destripaterrones de tierras bien cargado, de los diablos fue luego en soga cautivado; lo arrastraban con cuerdas, de coces bien sobado, e pechaban al doble el pan que dio mudado. Doliéronse los angeles de esta alma mezquina por cuanto la Ilevaban los diablos en rapifia; quisieron socorrerla, ganarla por vecina, mas para hacer tal pasta menguabales harina, Si les decian los angeles de bien una razén, ciento decian los otros malas, que buenas non; Jos malos a los buenos tenian en un rinc6n, la alma por sus pecados no salia de prisién. Levanténdose, un angel dijo: « Yo soy testigo, verdad es, no mentira, esto que ahora os digo’ el cuerpo que traia esta alma consigo fue de Santa Maria buen vasallo y amigo. Siempre la mencionaba al yantar y a la cena, deciale tres palabras: Ave, gratia plena Boca por que salia tan santa cantilena ‘no merecia yacer en tan mala cadena. » Luego que este nombre de la Santa Reina oyeron los demonios, salieron tan aina, derraméronse todos como una neblina, desampararon todos a esa alma mezquina Los angeles la vieron quedar desamparada, ide manos y de pies con sogas bien atada, estaba como oveja cuando yace enzarzada fueron y la Hevaron junto con su majada. ‘Nombre tan adonado, leno de virtud tanta, y que alos enemigos los seguda y es- panta, no nos debe doler ni lengua ni garganta que no digamos todos: Salve, Regina, sancta Gonzalo de Berceo Milagros de Nuestra Sefiora.1200 LECTURAS ESCOGIDAS 7. EL REY DON JAIME Y LOS NOBLES l El rey de Aragon y Catalufia, Jaime I tuvo que \ hacerse cargo del reino a muy temprana edad. Cuan- do llegé a Barcelona contaba sélo diez | afios, Consi- derando los nobles que un monarca de tal edad no podia atin reinar, determinaron gobernar el pais ellos en su nombre hasta su mayoria de edad, pero no se acordaron dd{gubveniJa las necesidades del joven monarca tal como requeria su rango. El rey su infancia, y luego en_su medio de la mayor estrechez. En su palacio lle escasear hasta la comida, de tal forma que el joven monarca, para tener con qué proveer su mesa, se dedicaba intensamente a la caza, su aficion favorita, Siempre solia volver con abundantes piezas que su linico y fiel criado (tan escaso era su tesoro que no podia mantener mas que a uno) se encargaba al dia siguiente de ira vender al mercado. Pero llego un en que la caza escase6, y tanto llegé a escasear que ni siquiera el rey Jaime lograba cobrar alguna pieza. Desesperado entonces mandé a su criado a empefiar una armadura; el paje, por el camino, se en contré ‘Con otro sirviente de otro poderoso sefior queTé cont ‘muy satisfecho que, aquella noche, se iba a celebrar™ en el palacio de su duefio una fiesta tan suntuosa que los criados habian recibido orden de lavar los pies de Tugar de agua. Entriste- cidse el criado al oir aquello cuando pens6 en la misera mesa del rey, su sefior. Preocupado llegé a palacio. De momento no queria decirle nada al sobe- ano, pero éste, viendo la cara de preocupacion que mostraba, le hizo confesar lo que el fiel sirviente mejor hubiese querido callar. Mucho se indigné el rey al ofr lo que su criado le Gi6 unos momentos pensativo y luego le dijo: -Tendras que hacer una,cosa: hacerme pasar por tu sobrino. Fingiré ser un pobre campesino que acaba de llegar del pueblo y asi podré entrar en la casa de Elcriado le prometié que as Io aria. Habl6 con uno de los cocineros de palacio, amigo suyo, y le rog6, por favor, que el dia de la fiesta ocultara a su sobrino en alguna parte, pues el muchacho tenia enormes deseos de ver lo que era un banquete de damas y caballeros. El cocinero acept6; la cosa no presentaria demasiadas dificultades si se disfrazaba de criado, y asi podria mirar desde un angulo de la sala de ban- quetes sin amar la atencién, Asi_se hizo. El dia sefialado para el banquete, el rey, v tido_de_aldeano, se presenta | en el palacio de su vasallo y sus_ropas_p le a ‘casa; luego se de alli, pudo. asdba sin perder d detalle. To que pasi El rey don Jaime cada vez se sentia mAs furioso por To que estaba viendo. Aquello era un verdadero derroche, un initil despilfarro de vinos y Gort porsi fuera poco, cada vez que se {Si nos viera el rey, ese muerto de hambre, vaya envidia sentiria! | Que se enteré de tina vez de quie los reyes somos nosotros! El que luego habia de ser la maxima figura de los reyes de Aragon y Catahufia a duras penas podia contener su indignacién ante lo que estaba viendo y oyendo. Sin embargo, consiguié refrenar su ira hasta que de nuevo se vio en su palacio, pero cuando estuvo alli no tardé ni un instante en empezar a actuar. Mandba a todos los de su guardia que estuvie- ms S109 para gjecuitar_sus drdenes, luego envid, $s que habian asistido al banquete, rosindoles ‘que acudieran.al-palacia real.con el fin de-prestarle su ayuda pues se hallaba muy enfermo ¥ ‘Consultar con ellos para dictar sus ultimas voluntades. Uno a uno iban entrando en el salon del Tinell. Su sorpresa no era muy agradable cuando veian que no habian sido ellos los unicos en ser Ilamados, y mas _perplejos quedaron todavia cuando don Jaime en persona entré en el salén del palacio real reflejando en su cara y porte la mas perfecta salud. Nunca habia parecido tan(gallardo'y apuesto el rey como cuando se sent6 en su trono y, con severo semblante, se dirigi6 a sus nobles pregunténdoles uno a uno solo una cosa: -iA cudntos reyes habéis visto reinar, sefior, en vues- tra vida? ‘Unos decian que a uno, otros que a dos, los més viejos que a tres, pero nadie recordaba ningun niime- ro mayor. Entonces don Jaime se puso en pie. Su RESTROR AIMEE R ARAB RARE @ ‘e € ¢ ¢ ¢ € ¢ «€ & e & @ € & @ € e EN I I" wi 2 Bi 2. DBI DELONAS BROW imponente estaura y suGeverg continents daban a su figura un aspecto verdaderamente atemorizador. Con voz grave dijo entonces el joven rey: -Pues yo he visto reinar a cien ala vez y en una sola noche. -{Cémo? -exclamaron todos los nobles a la vez -Si, nobles sefiores, La pasada noche, disfrazado de simple criado, asisti a un banquete. Os conté uno a uo, erais cien, y todos estais aqui; todos haciais burla del que es vuestro legitimo rey y sefior y, no contentos con eso, os proclamiébais todos y os sen- tiais verdaderos reyes. jPues bien, ahora se verd quién es el rey! Y, dando una orden, exclamé ~iVerdugo! Unencapuchado rojo de siniestra mirada, seguido de toda la guardia de palacio, apareci6 en la sala repen- tinamente llevando en la mano una enorme y afilada hhacha, -Verdugo, cumple con tu.deber -dijo el monarca-, y da muerte a esos cien nobles que han demostrado publicamente su deslealtad al rey moacamente Su destealtad al rey. El verdugo, a grandes pasos, se dirigié hacia el primero que tenia a su alcance y lo cogié por un brazo; los otros intentaron huir, mas la guardia del rey lo impidi6. Entonces, todos, de_rodillas, implo- raron el perdén de don Jaime, quien, magnanima- mente, lo concedié, pero recordindoles que no per- ‘Catalufia y Aragon no hubo mas rey que uno, Jaime 1, quien por sus gloriosas campafias seria conocido en la historia con el sobrenombre de “el Conquista- dor”. Leyenda aragonesa 8. JAIME I wur5 Pedro Martel, rico comer- Giante, describia al Rey las maravillas de Mallorca, aquellas islas de sorprendentes cambios de paisaje y dgalqueriamorunas: repletas de almendrales en flor y Olivares afiosos que alternaban con 1a higuera la palmera y los laureles y en cuyas frondas canta el ruisefior. donde el lano y 1a montafia son infinita- mente bellos y abundantes de frutales y vifiedos. Los baleares dicen, con razén, que en sus islas, hasta silencio es oro derretido, Para que nada falte alla, ‘debajo dea tierra hay maravillas también: la colum- na afiligranada de la Gruta del Drach y las columnas grandiosas de las Cuevas de Arté. Seguin las gentes, son prodigios de la naturaleza. ;Oh nol... Son cate- drales para elevar el corazén hacia Dios debajo de la tierra de Espafia. Jaime I tenia ardientes y nobilisimas ambiciones. El Conquistador hubiera querido poser de un salto aquel paraiso perdido. Se celebraron Cortes en la insigne Barcelona y se acordé el plan dela conquista de Mallorca ‘Comulgé el Rey con santa devocién: le brillaron los ojos de ilusién al ver como catalanes y aragoneses hermanados embarcaban con él Ilevando la Cruz como si fueran a Tierra Santa. Le acompafiaron los més aguerridos combatientes, mil quinient y quince mil infantes. El mar se embravecia, tempestuoso, en la noche; pero el ardiente affn vencié todos los obstculos, Megaron.a las costas de! norte dela isla los cruzados,_ se acercaron a las calas, a las ensenadas y por la Dragonera saltaron a tierra: entonces el Rey grits «jAdelante caballeros! {A ellos!» Estall6 el combate y cayeron Guillermo y Ramén de Moncada y muchos caballeros, mortalmente heridos. ET cerco comenzaba y al amanecer del _m después de comulgar el Rey y sus soldados, ‘Guistador Tes dijo: «Adelante, caballeros! jPensad que luchdis en nombre de Dios Nuestro Sefior!» Comosila voz de Jaime fuera la del Patron de Espafia y la del Cid de Valencia, al grito de “Santa Maria”, los asaltantes tomaron las islas més bellas del “Mar Nuestro”. Y seguidamente, tan bra ‘uxilio de” sus_hen de sus, hermano ‘Emperador poseyera las ricas ti beneficio dela unidad n - Esta es la maravillosa historia de JOSE MUNTADA. LECTURAS ESCOGIDAS 9. LOS ANADES Y EL GALAPAGO En una fuente, junto a un arbol muy viejo, vivian dos énades y un galépago. Ocurrié que disminu- ‘y6 el agua de la fuente, efectos de la sequia, y los énades decidieron. trasladarse a otro lugar en que hu biera mas agua. Visitaron al galé~ ago y le dijeron: ~Amigo, nos vamos a otro lugar Porque aqui escasea el agua. Es una desgracia no poder ir con vosotros, pues yo tampo- co puedo vivir sin agua, ,Qué haré? {No me podriais evar” con vosotros? Bueno, te Hevaremos, pero con la condicién de que cuando te Hlevemos, si alguien te Hama, nos has de prometer que no le contestarés. Asi lo haré -respondis el galapago-, pero no comprendo ‘como podreis llevarme. -Tamorderds con fuerza ste palo. Nosotros lo sostendre- ‘mos por los extremos y de este modo te Ievaremos por los aires Agradé al galépago la idea y decidieron marchar. Levan- taron el vuelo, Iban por los aires cuando unos hombres les, vieron y extrafiados exclamaron: ~iVed qué maravilla! Un galépago por los aires Hlevado por dos anades. -iSi, si, aunque os pese! -exclamé el galapago. Y, al abrir la boca para hablar, cayé a tierra y murid, De “Calila e Dimna” 1251 COMPRENSION LECTORA ~{ Qué protagonistas tiene la fébula que has leido? {Por qué se decidieron los énades a abandonar el ugar donde vivian? -Fueron a visitar al galépago. ;Qué le dijeron? -El galapago queria que lo Hevasen los anades. Estos accedieron a sus deseos. {Qué condicién le pusieron? -Explica lo que idearon para poder hacer el viaje los tres animales juntos. ~(Cumplié el galapago lo prometido? -{Cual fue la consecuencia? 10. LA ZORRA Y EL CUERVO La zorra, que aquel dia con hambre grande andaba, diviso negro cuervo que en un érbol estaba y un buen trozo de queso en el pico llevaba Entonces, lisonjera, asi Io saludaba «jOh!, cuervo tan apuesto, del cisne eres pariente en blancura y en don, hermoso, relu- ciente; més que todas las aves cantas muy dul- cemente: un canto de los tuyos vale a lo menos veinte ‘Mejor que la calandria, que en misica es sefiora, mejor cantas que el tordo, que es gran ave cariora Si ti gorjear quisieras, todo el pesar que aflora desde el fondo del alma quitariasme ahora.» Y el cuervo se creyé que podia agradar a todo ser viviente con su dulce trinar, crey6 que con su lengua, con su mucho gorjear, alegraba a las gentes mas que cualquier juglar. Comenz6, pues, su canto a nacer, a crecer, y el queso de su pico hubo asi de caer, la astuta, muy atenta, se apresur6 en comer, mientras el cuervo, tarde, venia a comprender. ‘No es cosa muy prudente creer dulce lisonja Areipreste de Hita Libro de Buen Amor. 1330 PISO REEOE VAG O ee. OBE see 09-9: CAR 9) PC :9-@) _ PPR t ‘ @ a 5 2 2 ? ® 3 2 7 2 q y ARYL AD SAO NB ID ib BRIN BBS 11. LO QUE SUCEDIO A UN HOMBRE QUE POR POBREZA Y FALTA DE OTRA COSA COMIA ALTRAMUCES Otro dia hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, de este modo: -Patronio, bien sé que Dios me ha dado mucho més de lo que yo merezco y que en todas las demas cosas sélo tengo ‘motivos para estar muy satisfecho, pero a veces me encuentro tan necesitado de dinero que no me importaria dejar esta vida. Os pido que me deis algiin consejo para remediar esta afliceién. -Sefior conde Lucanor -dijo Patronio-, para que vos os consoléis cuando os pase esto os convendria saber lo que sucedié a dos hombres que fueron muy ricos. El conde le rogé que se lo contara, “Sefior conde -comenzé Patronio-, uno de estos dos hombres llegé a tal extremo de pobreza que no le quedaba ‘en el mundo nada que comer. Habiéndose esforzado por encontrar algo, no pudo hallar mas que una escudilla de altramuees. Al recordar cuan rico habia sido y pensar que ahora estaba hambriento y que no tenia mas que los altramuces, que son tan amargos y que saben tan mal, empezé a llorar, aunque sin dejar de comerlos altramuces, por la mucha hambre, y de echar las céscaras hacia atras. En medio de esta congoja y de este pesar noté que detras de él habia otra persona y, volviendo la cabeza, vio que un hombre comia las céscaras de altramuces que él tiraba al suelo, Este erael otro de quien os dije que también habia sido rico, Cuando aquello vio el de los altramuces pregunté al otro por qué comia las cascaras. Respondidle que, aunque habia sido més rico que él, habia ahora llegado a tanto extremo de pobreza que se alegraba mucho de comer aquellas céscaras que él arrojaba. Cuando esto oy6 el de los altramuces se consolé, viendo que habia otro mas pobre que él y que tenia menos _motivos para serlo. Con este consuelo se esforzé por salir de pobreza, lo consiguid con ayuda de Dios y volvié otva vez a ser nico. 12. DONA TRUHANA Sefior conde - dijo Patronio - , hubo una mujer que se llamaba dofia Truhana, la cual era mas pobre que rica. Un dia se fue al mercado con una olla de miel sobre la cabeza, E iba pensando para sus adentros que venderia aquella olla demiel y, conlo quesacara, compraria una partida de huevos. De estos huevos nacerian gallinas; las venderia, y con aque! dinero, adquiriria ovejas.. Y, asi, fue imaginéndose que compraba cosas cada vez més valiosas, con el dinero que iba sacando de vender otras. De este modo, ya se veia més rica que ninguna de sus vecinas Y con las riquezas que ya se imaginaba tener, pens6 en lo bien que casaria a sus hijos y a sus hijas, y en como iria por la calle acompafiada de yernos y nue- ras, y en como la gente envidiaria la suerte que tuvo al hacerse tan rica, siendo que era antes tan pobre. Con estos pensamientos, le entré una risa muy gran- de, feliz con su buena fortuna. Y, riéndose, se dio un manotazo en la frente, y jadids olla!: se le cayé al suelo, se le hizo aificos, y se derramé la miel. Al ver la vasija rota, empez6 a hacer gran duelo, dindose civenta de que habia perdido todo lo que habria ganado de no habérsele caido la olla. Por haber puesto todo su pensamiento en una esperanza vana, no le salié bien nada delo que esperaba. Don Juan Manuel “El Conde Lucanor” 1335 LECTURAS ESCOGIDAS 13. EL HOMBRE BUENO Y SU BURRO Narrador: Un hombre y su hijo iban al mercado de un pueblo vecino. Por delante de ellos Ilevaban un borrico para traer las cosas; pero ellos iban a pie, charlando, En direccién contraria venian unos cami- nantes y dijo uno de ellos a los otros: Caminante 1: ;Te das cuenta los tontos que hay en el mundo? Para ir a pie no necesitaban el burro, Padre: ;Has oido, hijo? Si, padre. Y dicen bien. Padre: Pues anda, montate en el burro y asi nadie podra decir nada, Narrador: Monté el hijo y siguieron andando. Poco después se cruzaron con otros que iban de camino. Caminante 2: {Se habra visto mozalbete mas des- considerado? {Consentir ir él a caballo, que tiene listas las piemas, y que vaya su padre a pie! Caminante 3: La culpa es del padre, que no puede arrastrar las abarcas y consiente en dar al mozo ese regalo, Padre: Hijo, ves lo que dicen ahora? Hijo: (Se apea del borrico). Levan razén, El que debe ir a caballo es usted. Narrador: Monté el padre en el burro, y el hijo, pic, le seguia de cerca. No tardando mucho se encon- fraron con unos arrieros. Arriero 1: ,Tendré verguenza ese hombre? \Con- sentir que vaya su hijo a pie! Arriero 2: Verdaderamente que el muchacho es todavia pequefio y tieno. Padre: Hijo, {te has dado cuenta de lo que han dicho los arrieros? Hijo: Me he dado cuenta; pero, ,qué cabe hacer? Padre: Montate a mi zaga y nadie podré decir una palabra Narrador: Hizolo asi y otros hombres se cruzaron con ellos antes de que Hegasen al mercado. Uno de étos dijo al otro: Hombre 1: Hay personas que merecian ser ellos asnos, ;Vamos que, con lo flaco que esté el pollino, ir los dos a caballo sin dolerse del pobre animal. Padre: {Qué te parece, hijo? {Llevan 0 no llevan razon? Hijo: Si, padre. Verdaderamente que es mucha carga para tan pequefio jumento. Padre: {Qué podemos hacer, pues, ahora, para que nada tengan que decir de nosotros? Hijo: No sé que podamos hacer nada, que ya no hayamos hecho. Y todas nuestras acciones han pare- cido mal alos demés. Narrador: Aprende, por tanto, que debemos hacer aquello que siempre nos dicte nuestra propia con- ciencia, sin preocuparnos para nada de lo que digan los demas de nuestras acciones. D, Juan Manuel “El Conde Lucanor” 1335 COMPRENSION LECTORA - Un hombre y su hijo iban al mercado; ,qué dijo un caminante al cruzarse con ellos? ~ {Qué decidid ef padre al oir lo que dijo el caminante? = Otro de los caminantes de los que se cruzaron més tarde no estaba de acuerdo con la decision que tomaron padre e hijo; ,por qué? = {Qué hicieron entonces el padre y el hijo? = Nuevo desacuerdo de los caminantes y nueva actitud del padre y e! hijo; ,cudl fiue ésta? ~ Finalmente, otros caminantes se cruzaron con ellos en el camino; {qué dijo uno de éstos? - El padre y el hijo comprendieron que su actitud siempre era criticada. ,A qué conclusion nos lleva el ‘cuento? on9egneeeee OBDOE ® CODD BORARRERNAGS REMG4 PIT LS AB PRINCI \ Po MODEL LD) Lp NE) BL SDB IR Fd BON, ON BBR IG RRS RN Moga tan fermosa non vi en la frontera como una vaquera de la Finojosa, Faciendo la via del Calatravefio a Sancta Maria, vencido del suefio por tierra fragosa, perdi la carrera do vi la vaquera de la Finojosa. En un verde prado de rosas e flores, guardando ganado con otros pastores, la vi tan graciosa que apenas creyera que fuese vaquera de la Finojosa. ‘Non creo las rosas de la primavera sean tan fermosas 14, SERRANILLA — nin de tal manera -fablando sin glosa- si antes sopiera @aquella vaquera de la Finojosa, Non tanto mirara su mucha beldad porque me dexara en mi libertad. =Por saber quién era-, ¢donde es la vaquera de la Finojosa? Bien como riendo, dixo: -Bien vengades, ‘que ya bien entiendo lo que demandades; non es deseosa de amar, nin lo espera, aquessa vaquera de la Finojosa. Marqués de Santillana “9+ LECTURAS ESCOGIDAS 15. JORGE MANRIQUE, LITERATO Y CABALLERO Recogieron al herido entre dos hombres y fueron amrastrandolo hasta una de las tiendas. La herida era muy grave, Una flecha disparada por los defensores del castillo de Garci Mutioz Je habia atravesado la garganta y estaba perdiendo mucha sangre. Si no ocurria un milagro, Jorge Manrique iba a morir de quella herida. Uno de los compatieros salié corrien- doa buscar un médico, EI herido quedé tendido en una incémoda cama de campafia. Estaba a punto de cumplir los cuarenta afios y recordaba, una por una, todas las batallas en las que habia participado al servicio de Isabel de Castilla. Sabiendo que su vida terminaba, recordaba también algunos de los versos que habia escrito: Nuestras vidas son los rios que van a dar en la mar, que ¢s el morir.. Habia compuesto aquellas coplas pensando sobre todo en su padre, pero también en sus compaiieros de armas y en él mismo, Las habia escrito cuando recibi6 la noticia de la muerte de Rodrigo Manrique, conde de Paredes de Nava, el hombre al que més habia querido munca. A nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor, habia escrito también. Aque! dia habia sido muy bueno, desde luego, aun- que también muy triste. Todo lo recordaba como si estuviera ocurriendo ahora. Su padre, Maestre de Santiago, habia salido a las puertas de su ciudad de Ocafia a despedirse de él. Le acompafiaban sus cria~ dos, los guardias, varios trompeteros tocaban sus instrumentos en loalto delas almenas, Vestido como un rey, se abrazé llorando a su hijo Jorge, aque! que era ya tan conocido en Castilla como soldado y como poeta, Asi recordaba el herido aquella despedida: como una gran fiesta. Pero nunca volverian a verse. Sin embar- ‘go, la figura de su padre estaba viva en su re cuerdo, en su Ultimo recuerdo. Y los versos que le habia dedicado corrian de boca en boca por todo el reino, como el mejor homenaje de un buen hijo. Jorge Manrique cerré los ojos. Tanto dolor le produ- ia la herida como aquellos recuerdos. Sintié que estaba a su lado la muerte y se encard a ella con valentia, como siempre habia hecho frente a sus enemigos. Como su padre habia hecho siempre. Cuando ti vienes airada, todo lo pasas de claro con tu flecha. 16. COPLAS Recuerde el alma dormida avive el seso y despierte contemplando cémo se pasa la vida, como se viene la muerte tan callando. Cuin pronto se va el placer, cémo después de acordado da dolor; cémo a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor... Nuestras vidas son los rios que van a dar a la mar, que es el morir: alli van los sefiorios derechos a se acabar y consumir, alli los rios caudales, alli los otros, medianos y mas chicos, allegados son iguales, los que viven por sus manos y los ricos. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; asi que cuando morimos, descansamos Este mundo bueno fue si bien usdsemos dél como debemos, porque, segiin nuestra fe, para ganar aquel que atendemos. Y aun el Hijo de Dios, para subimos al cielo, descendid anacer ac entre nos y vivir en este suelo do murié Jorge Manrique 1476 & ° POA ROMANCES sIGLo xv 17. CONDE ARNALDOS 1Quién hubiese tal ventura ‘Marinero que la manda ~ Por tu vida, marinero, sobre las aguas del mar diciendo viene un cantar dime ahora ese cantar. como hubo el conde Amaldos que la mar hacia en calma Respondidle el marinero, la mafiana de San Juan! Jos vientas hace amainar, tal respuesta le fue a dar. Con un halcén en la mano los peces que andan al hondo —- Yono digo mi cancién la caza iba a cazar, arriba los hace ander, sino a quien conmigo va. vio venir una galera las aves andan volando que a tierra quiere llegar. cn el mésti las hace posar. Anénimo Las velas traia de seda, Alli hablé el conde Amaldos, la jarcia de un cendal. bien ciréis lo que dira: 18. EL REINO PERDIDO ABI ME lt RD IIE MELD SI APE AB LBA PAP ABB ESF AEL IPSS (Derrota del Guadalete) y estandartes que tenia Las huestes de don Rodrigo como estén todos pisados, desmayaban y huian que la tierra los cubria. cuando en la octava batalla Mira por los capitanes, ‘sus enemigos vencian. que ninguno parescia; Rodrigo deja sus tiendas mira el campo, tinto en sangre, y del real se salia: la cual arroyos corria, solo va el desventurado, El, triste de ver aquesto que no lleva compaitia, gran mancilla en si tenia; El caballo, de cansado, lorando de los sus ojos, ya mudar no se podia; de esta manera decia: camina por donde quiere, ~Ayer era rey de Espaiia, ) que no le estorba la via, hoy no lo soy de una villa; ) El rey va tan desmayado, ayer villas y castillos, : que sentido no tenia, hoy ninguno posefa, , muerto va de sed y hambre, ayer tenia criados 4 que de velle era mancilla; y gente que me servia, 4 iba tan tinto de sangre, hoy no tengo ni una almena y que una brasa parecia. que pueda decir que es mia. 3 Las armas lleva abolladas, iDesdichada fue la hora, que eran de gran pedreria, desdichado fue aquel dia 4 a espada lleva hecha sierra, en que naci y heredé ¢ de los golpes que tenia; la tan grande sefioria, ¥ el almete, abollado; pues lo habia de perder 9 en la cabeza se hundia, todo junto y en un dia! 5 la cara lleva hinchada jOh, muertel, spor qué no vienes 4 del trabajo que sufria. y llevas esta alma mia 4 Subiése encima de un cerro, de aqueste cuerpo mezquino, * el ms alto que veia; pues se te agradeceria? y dende alli mira a su gente zy como iba de vencida. (Anénimo) > De alli mira sus banderas 4 yg “Ue LECTURAS ESCOGIDAS y 9 Abenémar, Abendmar, moro de la moreria, el dia que ti naciste grandes sefiales habial Estaba la mar en calma la luna estaba crecida: moro que en tal signo nace no debe decir mentira Alli respondiera el moro, bien oirdis lo que decia: -No te la diré, sefior, aunque me cueste la vida, porque soy hijo de un moro yuna cristiana cautiva; siendo yo nifio y muchacho, mi madre me lo decia: 19. ABENAMAR que mentira no dijese, que era grande villania; or tanto, pregunta, rey, que la verdad te diria, -Yo te agradezco, Abenémar, esta tu cortesia Qué castillos son aquéllos? jAltos son y relucian! -El Alhambra era, sefior, y la otra la Mezquita; Ios otros los Alijares, labrados a maravilla EI moro que los labraba cien doblas ganaba al dia y el dia que no los labra otras tantas que perdia. El otro es Generalife, hwerta que par no tenia; 1 otro Torres Bermejas, castillo de gran valia. Alli hablo el rey don Juan, bien oiréis lo que decia: ~Si th quisieses, Granada, contigo me casaria; daréte en arras y dote a Cordoba y a Sevilla. ~Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda; el moro que a mi me tiene muy grande bien me queria. Anénimo 20. ROMANCE DEL REY MORO QUE PERDIO ALHAMA Paseabase el rey moro por la ciudad de Granada desde la punta de Elvira hasta la de Vivarrambla, Cartas le fueron venidas cémo Alhama era ganada. iAy de mi Alhama! Las cartas echo en el fuego, y al mensajero matara; eché mano a sus cabellos y las sus barbas mesaba. ‘Apeése de la mula yen un caballo cabalga; por el Zacatin arriba subido habia ala Alhambra, mandé tocar sus trompetas, sus afiafiles de plata, porque lo oyesen los moros que andaban por el arada. iAy de mi Alhama! Cuatro a cuatro, cinco a cinco, juntado se ha gran compafia. Alli habl6 un viejo alfaqui, la barba vellida y cana: ~¢Para qué nos llamas, rey, a qué fue nuestra llamada? -Para que sepais, amigos, Ja gran pérdida de Alhama, iAy de mi Alhamat jen se te emplea, buen rey, buen rey, bien se te empleara; mataste los Abencerrajes, que eran la flor de Granada; cogiste los tornadizos de Cérdoba la nombrada Por eso mereces, rey una pena muy doblada, que te pierdas ti y tu reino y que se acabe Granada iAy de mi Athamal Anbnimo 21. EL PRISIONERO Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encafian y estin los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruisefior, ‘cuando los enamorados van a servir al amor, sino yo triste, cuitado, “12. que vivo en esta prisién, que ni sé cudndo es de dia ni cuando las noches son, sino por una avecilla que me cantaba al albor. Matmela un ballestero; déle Dios mal galardén Anénimo LOROGROA RABE CRORE eA RROOPAE CAS ORO RS OPA G EO Mss 05 Py BB I OR LIAL) AB BRI LB IINS A BABB SI PABBA SMB 22. AMADIS DE GAULA Separindose Amadis de su hermano se puso a cami- nar tanto que al ponerse el sol se le cansé el caballo de tal modo que no lo podia sacar del paso; y yendo con mucha congoja vio a mano derecha, junto a un camino, un caballero muerto y al lado de él estaba un escudero que tenia por la rienda un gran caballo, Amadis se llegé a él y le dijo Amigo, ,quién mat6 a ese caballero? -Matéle -dijo el escudero- un traidor que va por alli, y lleva presas las més hermosas doncellas de! mun- do; lo maté no por otra razén sino porque le pregunt6 quién era, y yo no tengo quien me ayude a llevario de aqui Amadis le dijo: -Yo te dejaré este escudero mio para que te ayude, y ti dame ese caballo; y te prometo dar después dos caballos mejores que él. El escudero se lo concedid. Amadis subid al caballo, que era muy hermoso, y partiendo de alli, comenzd a cabalgar por el camino todo lo deprisa que podia; y cuando ya era casi de dia, hallése en un valle. Anduvo tanto Amadis que lleg6 al castillo y vio que tenia unos muros muy altos y unas torres muy gran- des y acercése a él; pero no oyé hablar a nadie dentro yesto le agradé, pues pens6 que Arcalaus, su enemi- {g0, no habria salido aim y dio la vuelta al castillo y vio que no tenia mas que una puerta Entonces se fue hacia unas pefias, y apeandose del caballo lo tomé por las riendas y se quedé quieto, mirando siemprea la puerta, como el que tiene deseo de dormir. En este momento rompia el alba y cabal- gando en su caballo se fue mas lejos por un valle; pues temié que si le veian, no saldrian los del castillo creyendo que habia mas gente, y subié a un cerro cubierto de matas grandes y espesas. Notardé mucho en ver salir a Arcalaus y sus cuatro compafieros muy bien armados, y entre ellos la muy hermosa Oriana, y dijo: -iAy, Dios! Ahora y siempre me ayude y me guie en su guarda, Oriana iba diciendo para si: -Amigo sefior, ya no os veré nunca, pues llega la hora de mi muerte Amadis descendié del montecillo lo més deprisa que pudo, se acercé a ellos en gran campo y dijo: Ibe ~iAy, Arcalaus, traidor! No debes llevarte tan buena sefiora, Oriana, que conocié la voz de su amigo, estreme- ci6se toda, pero Arcalaus y los otros corrieron hacia Amadis y él hacia ellos, e hirié a Arcalaus, que venia delante, tan duramente que lo derribé en tierra, por encima de as ancas del caballo, y los otros le hirieron a4. Y Amadis paso por encima de ellos, y volviendo rapidamente su caballo, hirié al sefior del castillo, que era uno de ellos, de tal modo que el hierro y el mango de la lanza le salieron por el otro lado del cuerpo, y cayé muerto después, y la lanza se rompid, Después ech6manoa la espada y se dirigio alos otros y se metié entre ellos tan bravo y con tanta gana, que eran maravillosos los golpes que daba y tanta fuerza y ardor ponia en ser valiente y ligero que, si todo el campo hubiera estado Ileno de caballeros, no hubie- sen podido resistirle y defenderse de su buena espa- da Amadis, que seguia peleando, dio a uno de sus enemigos tal golpe en el brazo que se lo echd por tierra... Después fue a otro a quien ya le habia derri- bado el yelmo de la cabeza y se la partié hasta el cuello... En seguida vio a Arcalaus que habia mon- tado a caballo y que tomando a Oriana por el brazo Ia colocaba en la silla ante él y salia corriendo con ella. Amadis se fue tras él sin detenerse y le alcanz6 fen aquel campo grande, y alzando la espada para herirle, temié darle un golpe tal que matara a él y a su sefiora; y entonces le dio por encima dela espalda, ero no con toda su fuerza, con lo que le destrozé un pedazo de la armadura y un trozo de piel de la espalda. Entonces, Arcalaus dejé caer a Oriana por tierra para escaparse mas deprisa, pues temia la muerte... Ama- dis, descendiendo del caballo, se fue a poner de rodillas ante Oriana y le bes6 las manos diciendo Ahora, haga Dios de milo que quisiere, pues nunca, sefiora, os dejaré de ver. Ella estaba tan espantada que no le podia hablar, y abrazése a é1 por miedo que tenia de los caballeros muertos que habia junto a ella, y estando asi sentado Amadis junto a su sefiora, que no tenia fuerzas para levantarse, legé Gandales, su escudero De «Amadis de Gaulay 1508 LECTURAS ESCOGIDAS 23. CRIMEN PERFECTO Hubo una vez.un hombre muy sabio en el reino de Escocia, en una ciudad que se Iamaba Salustria. Tenia una esposa que nole era fiel y decidié matarla, Pero ignoraba como, porque, claro es, no deseaba que su crimen fuera descubierto. Asi es que no la quiso matar con sus manos para no ser castigado; ni quiso denunciarla ala justicia, porque se haria publi- ca su deshonra y perderia la buena fama, Pero fue prudente y siguié el mejor camino (aunque era el peor, segin la Ley de Dios). Tomé unos cuantos venenos potentes y los eché en el vino mejor y ms aromético que pudo hallar, pues sabia que a ‘sumujerno le amargaba el buen vino. Puso la mezcla venenosa en una botella, pensando: «Si pongo esta botella donde mi esposa la vea, aunque yo le ordene: “Te mando que no pruebes esto”, ella, como es mujer, hard lo que yo le haya prohibido, no dejara de beber aunque le vaya en ello la vida. Y, asi, morird.» Dicho y hecho: el buen hombre sabio tomé la botella y la puso en una ventana donde la viese su esposa. Ella le pregunté: «Qué pones ahi, marido?» Res- pondié él: «Mujer, esta botella, Pero te ruego y te mando que no pruebes su contenido, porque, si lo pruebas, te morirés.». Esto lo dijo en presencia de todos los de la casa, para que fuesen testigos. Se marché a su habitacién. Apenas hubo salido, la mujer no pudo resistir la tentacién: tomé la botella, se la llevé alaboca, bebid, y cayé enseguida muerta. Quienes estaban alli em- pezaron a gritar, y él, cuando oyé las voces, se dijo: “|Yaha caidola pajaral” Fue adonde yacia su esposa, tirandose de las barbas y gritando: “jAh, desgraciado de mil” Pero, por lo bajo, decia: “|Antes tenia que haberlo hecho!” Fingiendo deses- peracién, gritaba: “;Qué misero me siento! ,Qué va a ser de mi?” En su corazon decia: “|Mira que si no llega a morirse esta traidora!” Arcipreste de Talavera Corbacho 24. PROPIEDADES DEL DINERO Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar, al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo, al mudo hace hablar, el que no tiene manos, bien lo quiere tomar. Aun al hombre necio y rudo labrador dineros le convierten en hidalgo doctor; cuanto mas rico es uno, mAs grande es su valor, quien no tiene dineros no es de si sefior. Daba muchos juicios, mucha mala sentencia: con muchos abogados era su mantenecia, en tener malos pleitos y hacer mala abenencia, En fin, por dineros habia penitencia. EI dinero quebranta las prisiones dafiosas, rompe cepos y grillos, cadenas peligrosas; al que no da dinero le ponen las esposas {Hace por todo el mundo cosas maravillosas! He visto maravillas donde mucho se usaba al condenado a muerte la vida le otorgaba, a otros inocentes, muy luego los mataba: muchas almas perdia, muchas almas salvaba Hace perder al pobre su cabafia y su vi sus muebles y raices, todo lo desalif por todo el mundo anda su sarna y su tifia; donde el dinero juega alli el ojo guifia El hace caballeros de necios aldeanos, condes y ricoshombres de tinos cuantos villanos, con él dinero andan los hombres muy lozanos, cuantos hay en el mundo le besan hoy las manos En resumen lo digo, entiéndelo mejor, dl dinero es del mundo el gran agitador, hace sefior al siervo y siervo hace al sefior, toda cosa del siglo se hace por su amor. Juan Ruiz “Arcipreste de Hita” © i f : i ; t t OPAL LP. LPB LIB IR I III 2 2 4 s ‘ DAS LAMAR IN wen IER RADI D BARAT BB BRS 25. EL AMOR DE CALISTO (En los fragmentos del acto pri- ‘mero que vamos a comentar, ve~ ‘mos cémo se produce el primer encuentro de Calisto y Melibea, cuyo desafortunado desenlace va @ precipitar los acontecimientos que constituyen la trama de la obra. Observa la calidad de los ersonajes a través de las expre- Siones que utilizan,) CALISTO:-En esto veo, Meli- bea, la grandeza de Dios. MELIBEA:-(En qué, Calisto? CALISTO:-En dar poder anatura que de tan perfecta hermosura te dotase, y hacer a mi inmérito tanta merced que verte alcanzase, y en tan conveniente lugar, que mi se- creto dolor manifestarte pudiese Sin duda, incomparablemente es mayor tal galardén queel servicio, sactificio, devocién y obras pias que por este lugar alcanzar yo ten~ 0 a Dios ofrecido. {Quién vio en esta vida cuerpo glorificado de ningiin hombre como ahora el mio? Por cierto, los gloriosos san- tos, que se deleitan en Ia visién divina, no gozan mas que yo ahora en el aca tamiento tuyo. Mas, joh tristel, que en esto diferimos: que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienaventu- raniza, y yo, mixto, me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar. MELIBEA: -{Por gran premio tienes éste, Calisto? CALISTO: - Téngolo por tanto, en verdad, que, si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus santos, no lo tendria por tanta felicidad. MELIBEA: -Pues ain més igual galardén te daré yo, si perseveras. CALISTO: -\Oh bienaventura- das orejas mias, que indignamente tan gran palabra habéis oido! MELIBEA: -Mas desventuradas de que me acabes de oir. Porque la paga seré tan fiera cual merece tu loco atrevimiento. Y el intento de tus palabras ha sido como de ingenio de tal hombre como ti, haber de salir para se perder en la virtud de tal mujer como yo. iVete, vete de ahi, torpe! Que no puede mi paciencia tolerar que haya subido en corazén humano conmigo el ilicito amor comuni- car su deleite CALISTO: -Iré como aquel con- tra quien solamente ia adversa for- tuna pone su estudio con odio cruel. CALISTO: - jSempronio! Dame acé el laid. SEMPRONIO: aqui. CALISTO: -{Cuél dolor puede ser tal que se iguale con mi mal? SEMPRONIO: -Destemplado esta eselaid. CALISTO: -,Cémo templard el destemplado? ,Cémo sentira el armonia aquel que consigo esta tan discotde; aquel en quien la voluntad a la razén no obedece; quien tiene dentro del pecho agui- jones, paz, guerra, tregua, amor, enemistad, injurias, pecados, sos- pechas, todo a una causa? Pero tafe, y canta la més triste cancién que sepas. SEMPRONIO: “Mira Nero de Tarpeya a Roma cémo se ardia; gritos dan nifios y viejos, y 4l de nada se dolia. -Sefior, veslo CALISTO:-Mayor es mi fuego, y menor la piedad de quien ahora digo. SEMPRONIO: -No me engafio yo, que loco esté mi amo, CALISTO:-;Qué estés murmu- -15- rando, Sempronio? SEMPRONIO: -No digo nada. CALISTO: - Di lo que dices, no temas. SEMPRONIO--Digo que, como puede ser mayor el fuego que ator- menta un vivo, que ef que quemé tal ciudad y tanta multitud de gen- te? TES SIO ioe SEMPRONIO: jPsch, calla que duerme cabe esta ventanilla! Tha, tha; sefiora Celestina, abrenos. CELESTINA: {Quién llama? SEMPRONIO: Abre , que son tus hijos, CELESTINA: No tengo yo hijos que anden a tal hora. SEMPRONIO: Abrenos a Par- meno y a Sempronio, que veni- mos acé a almorzar contigo. CELESTINA: (Oh locos, travie- sos; entrad, entrad! ;Cémo venis atal hora, que ya amanece? {Qué habéis hecho? {Qué os ha pasado? SEMPRONIO: Por Dios, sin seso vengo, desesperado (...)trai- 20, sefiora, todas las armas despe- dazadas, el broquel sin aro, la es- pada como sierra, el casquete abo- ado en la capilla. ,Qué he de hacer ahora, comprario de nuevo? CELESTINA: Pidelo, hijo, a tu Calisto, tu amo, pues en su servi- cio se gast6 y quebré, Sabes que €s persona que lo cumplira. No es de los que dicen: Vive conmigo y busca quien te mantenga SEMPRONIO: jAh! También Pérmeno trae perdidas las suyas A este paso, se gastara mi amo en armas su hacienda, Ya nos dio cien monedas y la cadena de oro que ti nos guardaste. No le pediré LECTURAS EScocIDAS ‘yo més. Contentémonos con lo ra~ zonable, que quien mucho abarca, poco suele apretar. CELESTINA: Cuando vine de tu casa, di a esta loca de Elicia la cadenilla que traje para que se hol- gare con ella, y no se puede acordar donde la puso. Que en toda esta noche ella ni yo hemos dormido, de pesar. Esta tarde entraron aqui unos familiares mios. Temo la ha- yan llevado diciendo: “Si te vi, burléme” SEMPRONIO: No es ésta la pri- mera vez que yo he dicho cuanto reina en los viejos este vicio de codicia. Esta vieja, agora que ve crecido su provecho, no quiere dar nada, por cumplir el refran de las nifias, que dicen: Delo poco, poco; de lo mucho, nada. No entremetas burlas a nuestra demanda, que con ese galgo no tomaras mas liebres. Déjate conmigo de razones. A pe- 70 viejo no cuzcuz, Danos las dos partes que por cuenta de Calisto has recibido. A otros con esos ha- Jagos, vieja CELESTINA: Calla t lengua, no insultes mis canas, que soy una vieja cual Dios me hizo, no peor que todos. Vivo demi oficio, como cada cual del suyo, muy limpia- mente, A quien nome quiere no le busco. De mi casa me vienen a sacar, en mi casa me ruegan. De- jadme en mi casa con mi fortuna, SEMPRONIO: |Oh, vieja ava- rienta, garganta muerta de sed por dinero! {No estarés contenta con la tercera parte de lo ganado? CELESTINA: {Qué tercera par- te? Vete con Dios de mi casa ti. Y no des voces, no se allegue la ve- cindad. SEMPRONIO: Ti cumpliras lo que prometiste o cumpliras hoy tus dias ELICIA: Guarda, por Dios, la es- pada. Tenle, Pérmeno, tenle, no la mate ese desvariado. CELESTINA: jJusticia, justicia, sefiores vecinos, justicia, que me ‘matan en casa estos rufianes! SEMPRONIO: ;Rufianes aqui? Esperad, dofia hechicera, que yo te haré ir al infierno. CELESTINA: jAy, que me ha muerto, ay, ay! {Confesién, confe- sign! PARMENO: (Dale, dale; acdbale, pues comenzaste! {Muera, muera, de los enemigos los menos! CELESTINA: Confesién. SEMPRONIO: jHuye, huye Pér- ‘meno, que carga mucha gente! iGuardate que viene el alguacil! PARMENO: jOh, pecador de mi, que no hay por do nos vamos, que est tomada la puerta! ),. SEMPRONIO: Saltemos de estas ventanas. No muramos en poder de la justicia PARMENO: Salta, que yo tras ti voy. Fernando de Rojas. La Celestina 1499 COMPRENSION LECTORA TRE Quién es Celestina? {Qué oficio desempe- -16- fia? 2,Quiénes son Pérmeno y Sem- pronio? Qué negocio tienen con Celestina? ;Cual es la causa de la disputa con ella? {En qué acaba este enfrentamiento? 3. El realismo de la obra se hace presente en el lenguaje, {La de los criados es un habla culta 0 colo- quial? Busca rasgos de lenguaje popular en sus in tervenciones: uso frecuente de interjecciones, repeti- cién de palabras, utilizacion erré- nea del género de algimn sustantivo, epitetos coloquiales... 4, Busca los refranes del texto y analiza su significado 5. ,Quién o quiénes son los prota- ‘gonistas del fragmento? ; Qué fun- cién desempefia Elicia? 6. El realismo de la obra, jest presente en la reaccién de los per- sonajes? {Crees que es l6gico que acttien como lo hacen? Se com- Pportan como personas 0 como hé- Toes? Puede ocurrir en la vida real Jo que plantea el fragmento? 7. Vasa estudiar los elementos tea- trales deta obra. {Qué abunda mas, la descripcién, la narracién o el didlogo? {Los personajes intervie nen directa: mente o después de ser presentados? (El autor de la obra realiza algin co mentario o deja libres a sus personajes? 8.El texto no posee acotaciones, lo que a veces dificulta su compren- sién. Imagina que representais el fragmento (seria muy interesante que lo hicierais). Crea las acotacio- nes necesarias para la repre- sentacién 9, Bl relato, ;va creciendo en inten- sidad 0 no? Cua! es el momento de mayor tension en la obra? {Como consigue el autor transmi- ‘timos esa tension? RECS: ¢ é é ¢ é ¢ @ é : e ¢ é é é e § ISI DBI Nb DEBI SIE Me SP BB. » SRB BAI BA A) PBR YD DB 26. SONETO En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende el corazén y lo refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oo se escogid, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena; coged de vuestra alegre primavera €l dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre: marchitaré la rosa el viento helado, todo lo mudaré la edad ligera, por no hacer mudanza en su costumbre. Garcilaso de la Vega 27. FRAGMENTO DE LA EGLOGA III Cerca del Tajo en soledad amena, de verdes sauces hay una espesura, toda de hiedra revestida y lena, que por el tronco va hasta el altura, y asi la teje arriba y encadena, que el sol no halla paso a la verdura; el agua baiia el prado con sonido alegrando la vista y el oido Garcilaso de la Vega 28. ORIGEN DE UN REFRAN Comiendo en una aldea un capellan un palomino asado, rogébale un caminante que le dejase comer con él, y que él le pagaria su parte; y no queriendo, el caminante comia su pan a secas, y después dijo: -Habéis de saber, reverendo, que vos el sabor y yo el olor, entrambos hemos comido el palomino, aunque no querais. Respondié el capellén Si eso es asi, vuestra parte quiero que paguéis del palomino. El otro que no y el capellan que si, pusieron por juez al sacristin, que estaba presente, el cual dijo al capellan que cuanto le habia costado el palomino Dijo que medio real El sacristin mandé que sacase un cuartillo el cami- nante, y el mismo sacristin lo tomé, y sondndolo encima de la mesa, dijo -Reverendo, teneos por pagado de! sonido, asi como 41 del olor de 1a comida, Dijo entonces el huésped a los dos ~"A buen capellan, mejor sacristén" Juan de Timoneda COMPRENSION LECTORA Es una comida jocosa la que nos narra el cuento anterior: ~{Qué comia el capellin? “i Qué proposicién le hizo el caminante al capellan? -El caminante dice que entre los dos han comido el palomino, ,Cémo lo interpretaba? ~{ Qué respondié el capellin a lo dicho por ef caminante? “Se establece a discusién; ;quién interviene entonces para resolver la disputa? -Explica la solucién del “juez” -El huésped sentencié, al final, con el refran; couall es éste? LECTURAS ESCOGIDAS 29. EL MILAGR‘ Francisco Pizarro y los trece compafieros que le siguieron en la primera exploracién del Peri sopor- taron largos suftimientos antes de llegar al valle de ‘Tambez, Sobre todo en la isla de Gorgona les torturé el hambre y la sed, y casi dieron fin con ellos las enfermedades propias de aquellos lugares Pero ya en el valle de Timbez, fecundo y habitado, recobraron la fe en la victoria y la esperanza en mejores cosas para el porvenir. Los indios, atraidos por la nave, que semejé brotar de las aguas, se agruparon desde el primer instante, arméndose precipitadamente, recelosos, en actitud hostil, dispuestos sin duda a acabar con los aventu- reros, Francisco Pizarro hablé a sus compajieros con deci- sion y con serenidad: Es necesario que escojéis ~dijo- entre desembarcar © regresar. Ambas cosas traen consigo peligros de muerte. Pero, -ivive Dios!, vencer aun a la muerte es precisamente tarea de hombres, de guerreros, de castellanos. Los aventureros, de torva mirada, callaron. ‘Tras breve silencio hablé uno, sin embargo: -Si consentis-exclamé-, desembarcaré yo solo. Dios mediante, quiz consiga dominar a los indios. Si regreso, bien para todos; si muero, rogad al Cielo por ‘mi alma. Gracias, Pedro -respondi6 Pizarro, temblando de emocién y alargandole la diestra. Alto, moreno, de acerados misculos, Pedro de Can- dia parecié crecer en medio de sus compafieros, que le miraban; unos, con admiracién; con incrédula sonrisa, otros. Su barba luenga y poblada hacia re- cordar en esos momentos el Goliat de la leyenda, alto y fuerte como él, De sus ojos, intensamente negros, brotaban relampagos de valor y de audacia. Poniéndose la cota de malla, con la espada al cinto, una larga cruz de palo en la mano derecha y una limpia rodela en ta mano izquierda, el aventurero se alejé por la playa arenosa y calida. Francisco Pizarro y sus soldados le vieron irse con tristeza, con esa tristeza resignada con que se vea los que se van para no volver. O DE LA CRUZ Pero contra toda previsién, los indios huyeron ate- morizados ante aquel hombre singular. Y Pedro de Candia pudo llegar asi hasta el poblado, con paso sereno, majestuosamente, como los mi ‘7080s profetas biblicos que, a pesar de la lluvia de piedras 0 de hierro, caminaban siempre tranquilos, en medio de muchedumbres embravecidas. Al pie de una fortaleza se habian reunido para discu- tir el curaca y sus principales vasallos. ~Quién seré aque! hombre? -se preguntaban-. Seré tal vez un enviado del sol, como en otra época lo fue nuestro primer inca, Manco-Capaj? {O sera quizA el viracocha mistetioso que, segiin refieren los ancia- nos, vio cierto dia el hijo de Yubar-Huacaj? Finalmente resolvieron someterle a prueba. -Los ocelotes decidiran -concluyé diciendo. Extendida la voz de alarma, se encerraron los indios en sus casas, Entonces quedaron libres las fieras que afios antes regalara al pueblo para su defensa el inca Huaina-Capaj De pronto se oyé un rugido poderoso que se arrastré Ientamente por el valle. Cautelosamente, olfateando el suelo, desconfiados quizé de la libertad otorgada, avanzan los ocelotes. Cuando Pedro de Candia vio que las fieras se ade~ lantaban hacia él, sintié que el miedo le paralizaba Jos brazos, las piemas, la lengua. Fue ése un segundo que duré lo que duran los siglos Toayauna delas fieras a darle el zarpazo fatal cuando un rayo de sol, més poderoso que los otros, arrancé un haz de reflejos a la limpia rodela. Ofuscados, los ocelotes volvieron sus miradas hacia la cruz, pero al ver que ésta también brillaba, joh prodigio!, se aga- charon rendidos, trocada su furia por mansedumbre, y, cual lebreles, lamieron las manos del aventurero. Los indios, al ver aquello, cayeron de rodillas ante el hombre extraordinario que, como Manco-Capaj, s6lo podia ser un enviado del sol. Y ese fue el primer milagro que, segiin viejos perga- minos refieren, hizo la cruz, la cruz de Jesiss, en tierras americanas. A. Ostria Gutiérrez -18- POOERLEPORS LRAVPESCOVPPOLAYDEAVD EAE AIDPEOMPRRAGIBERS, AE IBID PI RIB RE, I ISL IED a BIL A A LIPS BOIL 30. VIDA RETIRADA jQué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama. canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama Ja lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera {Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo seftalado? {Si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Oh monte, oh fuente, oh rio, oh secreto seguro y deleitoso! Roto casi el navio, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempetuoso, Un no rompido suefio, un dia puro, alegre, libre quiero no quiero ver el cefio vanamente severo de a quein la sangre ensalza 0 el dinero. Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves, de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio est atenido. Vivir quiero conmigo gozar del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo Fray Luis de Leén -19- 31. -NOCHE SERENA Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adomado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en suefio y olvido sepultado; el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente despiden larga vena los ojos hechos fuente; la lengua dice al fin con voz doliente: Morada de grandeza, templo de caridad y hermosura, mi alma, que a tu alteza nacid, {qué desventura la tiene en esta carcel, baja, oscura? {Qué mortal desatino de la verdad aleja asi el sentido, que de tu bien divino olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido? El hombre esta entregado al suefio, de su suerte no cuidando, con paso callado el cielo vueltas dando Jas horas del vivir le va hurtando, {Qué mortal desatino de la verdad aleja asi el sentido, que de tu bien divino olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido? El hombre esta entregado al suefio, de su suerte no cuidando, ¥ con paso callado el cielo vueltas dando Jas horas del vivir le va hurtando. Fray Luis de Ledn LECTURAS ESCOGIDAS 32. TERESA DE JESU Teresa de Jesus -en el siglo, dofia Teresa Sanchez Ahumada-camina despacito, con pasos silenciosos, por el ancho claustro. Las religiosas todas se hallan a esta hora, las dos de la tarde, en la huerta del convento. Con la luz viva, esplendente de la prima- vera, el claustro aparece henchido de resplandor. De las paredes blancas, encaladas, penden, a trechos, cuadros con imagenes de santos y virgenes. Se halla abierta una puertecita; Teresa se detiene en el um- bral. El silencio es profundo; el silencio, en este minuto postmeridiano, casa armonicamente con lo blanco resplandeciente de las paredes. Se escucha un trino de un pajaro. De un pajaro que trina en la enramada de un patio. Un ciprés rigido, negro, mete su cima aguda en el azul limpido y ardiente del patio, Teresa de Jesus, la superiora del convento, ha vuelto a sonreir. La sonrisa -una sonrisa moderada- no se aparta de sus labios. «Hablar a todos con alegria moderada» es una de sus méximas. Y en la terrible tormenta que acaba de pasar, durante estos dias crueles, una sonrisa de esperanza de infinita bondad, ha florecido siempre en sus labios. Ha recorrido, dando tumbos, con frios, con calores bochomosos, toda Castilla, toda Andalucia. No; lo paredes resplandecen de luz; en el azul se perfila la cima aguda de un ciprés. La «Vida de Teresa», escrita por ella misma, es el libro mas hondo, mas denso, més penetrante que existe en ninguna litera- tura europea; a su lado los mas agudos analistas del YO son nifios inexpertos. Y eso que no ha puesto en el libro sino un poquito de su espiritu; es decir, de todos sus trances miiltiples, accidentales, viceversas y complicaciones de su espfritu... IRORAEEO REESE & @ ee @ & : @ & é Y en tanto que en Teresa se dan estos terribles & portante no son los dolores del cuerpo...Loesen- conftictos cuando todo en lo interior es tragico y ¢ cial es la vida del espiritn complejisimo, por fuera el continentees apacible, los t Se ha detenido otra vez en el claustro, en el umbral ademanes son sencillos, el andar es reposado y una > de la celdita, Teresa de Jesits. ;Qué le sucede ahora? _sonrisa -la perdurable sonrisa-florece, divina, en sus « jHa desaparecido la sonrisa perenne de sus labios! labios. 6 No podria decir lo que siente en este momento. Las Azorin ¢ . e 33. VEANTE MIS OJOS : ° @ . . @ ‘Véante mis ojos, ‘No quiero contento, é dulce Jesiis bueno; mi Jestis ausente, & véante mis ojos, que todo es tormento a muérame yo luego. a quien esto siente; @ ‘Vea quien quisiere solo me sustente e rosas y jazmines, tu amor y deseo. & que si yo te viere Véante mis ojos, veré mil jardines. dulce Jestis bueno; Flor de serafines, véante mis ojos, Jesiis Nazareno, muérame yo luego. q véante mis ojos, muérame yo luego. Santa Teresa PEOOAO EEC 8 ma ILRI I DLA ISIE IBID TABI SI PPI fs i, Ea PBN BAS 34, LIBRO DE SU VIDA 1.-Cuenta cémo pasé su primera edad. ramos tres hermanas y nueve hermanos. Todos parecieron a sus padres, por la bondad de Dios, en ser virtuosas, si no fui yo, aunque era la mas querida demi padre. Y antes que comenzasea ofendera Dios, parece tenia alguna razén; porque yo he lastima cuando me acuerdo las buenas inclinaciones que el Sefior me habia dado y cual me supe aprovechar de ellas. Pues mis hermanos nin- guna cosa me desayudaban a servir a Dios, Tenia uno casi de mi edad (Rodrigo). Jun-a\\ tabamonos entrambos a leer vidas de santos, queerael que yomas queria, aunque atodos tenia gran amor y ellos ami. Como veia los martirios que por Dios las santas pasaban, pareciame compraban muy barato el ir a ‘gozar de Dios, y deseaba yo mucho morir asi; no por amor que yo entendiese tenerle, sino por gozar tan en breve de los grandes bienes que leia haber en el cielo, y juntaba- me con este mi hermano a tratar qué medio habria para esto. Concertébamos imos a tierra de moros, pidiendo por amor de Dios, para que allé nos descabezasen: y paréceme que nos daba el Sefior énimo en tan tiena edad, si viéramos algin medio, sino que al tener padres nos parecia el mayor embarazo, Espantébanos mucho el decir que pena y gloria era para siempre, en lo que leiamos. Acaeciamos estar muchos ratos tratando de esto y gustébamos de decir muchas veces: “Para siempre, siempre, siempre!” En pronunciar esto mucho rato era el Seflor servido me quedase en esta nifiez impreso el camino de la verdad De que vi que era imposible ir adonde me matasen por Dios, ordendbamos ser ermitafios, y en una huer- ta que habia en casa procurabamos, como podiamos, hacer ermitas, poniendo unas piedrecillas, que luego se nos caian, y asi no hallabamos remedio en nada para nuestro deseo, que ahora me pone devocién ver cémo me daba Dios tan presto lo que ya perdi por mi culpa. Hacia limosna como podia y podia poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones, que eran hartas, en especial el rosario, de que mi madre era devota, y ansi nos hacia serlo, Gustaba mucho, cuando jugaba con otras nia, hacer monasterios, como que éramos -2t- oy?) [4 monjas; y yo me parece deseaba serlo, aunque no tanto como las cosas que he dicho. Acuérdome que, cuando murié mi madre, quedé yo de edad de doce afios poco menos; como yo comencé a entender la que habia perdido, afligida fuime a una imagen de Nuestra Sefiora y supliquéla fuese mi madre, con muchas lagrimas. Paréceme que, aunque se hizo con simpleza, que me ha valido; porque conocida mente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a ella, y, en fin, me ha tomado a si Santa Teresa de Jesiis; “El Libro de su vida” 1588 COMPRESION ORAL ~Recuerdas los hermanos y hermanas que tenia Santa Teresa, segiin ella nos cuenta en el texto que has leido? ~iQuién era la mas querida de su padre? ~aA dénde querian ir su hermano Rodrigo y ella para que los “descabezasen”? ~(Qué hacian en la huerta de la casa? ~{Cuantos afios tenia la santa cuando murié su ma- dre? {Qué le suplicé a una imagen de Nuestra Sefio- ra? LECTURAS ESCOGIDAS 35. ORACION DE SANTA TERESA ‘Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta’ 1Sélo Dios basta! 36. SONETO A JESUS CRUCIFICADO No me mueve, mi Dios para quererte el cielo que me tienes prometido, ‘ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte Tui me mueves, Sefior, muéveme el verte clavado en una cruz y escamecido, muéveme ver tu cuerpo tan herido, muévenme tus afrentas y tu muerte Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, pues aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera Santa Teresa? 37. VIVO SIN VIVIR EN Mi Vivo sin vivir en mi, iAy, qué vida tan amarga Aquella vida de arriba, Y tan alta vida espero, Do no se goza el Sefior! Que es la vida verdadera, Que muero porque no muero. Porque si es dulce el amor, Hasta que esta vida muera, No lo es la esperanza larga; Quiteme Dios esta carga, Mis pesada que el acero, Que muero porque no muero Vivo ya fuera de mi, Después que muero de amor, Porque vivo en el Sefior, Que me quiso para si Cuando el corazén le di Puso en él este letrero: Que muero porque no muero. Esta divina prision Del amor con que yo vivo Ha hecho a Dios mi cautivo, Y libre mi corazén; Y causa en mi tal pasion Ver a Dios mi prisionero, Que muero porque no muero. iAY, qué larga es esta vida! Qué duros estos destierros! Esta carcel, estos hierros En que el alma esté metida. Sélo esperar la salida Me causa dolor tan fiero, Que muero porque no muero. Sélo con la confianza Vivo de que he de morir. Porque muriendo el vivir Me asegura mi esperanza; ‘Muerte do el vivir se alcanza, No te tardes, que te espero, Que muero porque no muero, Mira que el amor es fuerte; Vida no me seas molesta, Mira que sélo te resta, Para ganarte, perderte, Venga ya la dulce muerte, El morir venga ligero, Que muero porque no muero No se goza estando viva; Muerte, no me seas esquiva; Viva muriendo primero, Que muero porque no muero. ‘Vida, qué puedo yo darle A mi Dios, que vive en mi, Si no es el perderte a ti Para merecer ganarle? Quiero, muriendo, alcanzarle, Pues tanto a mi amado quiero, Que muero porque no muero. ‘Sta. Teresa de Jesiis. Sta, Teresa de Jess PREC RLOCRIEE CLDLEH e ¢ i ¢ $ Oe NL) iy Bags SIA GAB By By SILI BRI CL BABI SI A RDPB AB IOS BABB IRR IIMB ARB 38.CANTICO ESPIRITUAL (Esposa)

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