El infierno era frío y temerosos iban tus engaños, Mientras que el cielo de mis ojos llorando Aquellas palabras que poco a poco dejaste de decir.
Contando una vez más cada segundo que tardas en llegar,
Demorando cada vez menos en destruir mi ego, Que triste es verme ante tu amor ciego, Insólito el momento en que decidí perdonar.
Y es que ante ti puedo caer mil veces sin ponerme de pie,
Eres la santa tempestad que atormenta mi ser, Agostas mi existir sin razón, ¿por qué?, He llegado a quererte sin querer.
Las horas escritas en el compás del reloj
Muestra el tiempo que falta para acabar con este dolor, Sin embargo, llegando al final todo vuelve a comenzar, Engaños y mentiras que ya no te importa dejar de confesar.
Envuelta en brazos de aquellos protagonistas
Creando historias indecentes en sabanas de mucha gente, ¿Cómo fui a enredarme con la antagonista? Aún intento responder esa pregunta en mi mente.
No he borrado tus acertijos del pasado,
Aquellos que resuelves entre cartas y regalos, Lo he perdido todo jugando por ti, Apostando la vida y el corazón…