Los desacuerdos en filosofía pueden clasificarse teniendo en cuenta 1) si son irresolubles
racionalmente, denominados desacuerdos profundos (Fogelin, 1985) y 2) si hay un terreno común para que se lleve a cabo el debate. Siguiendo 2), podemos distinguir entre desacuerdos genuinos y desacuerdos meramente verbales. Un caso paradigmático sobre desacuerdos en lógica es la disputa entre lógica clásica y lógicas no clásicas. Por ejemplo, el principio de explosión es central para la primera, sin embargo, es rechazado por las lógicas paraconsistentes. Quine (1970) sostiene que estas disputas son meramente verbales, es decir, no hay una base común sobre la que las partes puedan desacordar. Por su parte, Hlobil (2020) sostiene que es posible hallar un terreno común de significado si tenemos en cuenta que todas las teorías lógicas son teorías acerca de la consecuencia lógica. Sin embargo, el desacuerdo persiste y se torna profundo, ¿esto impide la argumentación entre las partes? ¿podemos encontrar otros terrenos comunes entre las lógicas? Para dar respuesta a estas cuestiones, en primer lugar, se dará cuenta que la argumentación es posible en los desacuerdos profundos. En segundo lugar, se tomarán distintos casos de análisis para mostrar que existen otros terrenos comunes, además del de consecuencia lógica. Por último, utilizando la clasificación propuesta por Aikin (2018), intentaremos caracterizar la naturaleza de la argumentación en los desacuerdos profundos.
1 luciacaceresgraneros@gmail.com – Universidad Nacional de General Sarmiento