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La Brea y Pariñas

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La Brea y Pariñas

Localización (Perú)

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El Complejo industrial La Brea y Pariñas es el nombre de un complejo


petrolífero que explotaba los yacimientos situados en la pampa La Brea y la
quebrada Pariñas, en la provincia de Talara, departamento de Piura, en el norte
del Perú. A partir de 1890 fue explotada por la empresa anglo-
estadounidense London Pacific Petroleum Co., y de 1914 a 1968 por la
compañía estadounidense International Petroleum Company (IPC), subsidiaria
de la Standard Oil de New Jersey. Los yacimientos cobraron notoriedad a partir
de 1911, cuando se descubrió que sus propietarios y arrendatarios explotaban
muchísimos más lotes o pertenencias que las registradas originalmente, pese a
lo cual, se negaron a pagar los impuestos a los que estaba obligada según las
leyes peruanas. Incluso, la IPC logró ventajosas excepciones tributarias y de
otra índole, arrancadas a gobiernos pronorteamericanos a lo largo de varias
décadas. Ha sido, hasta ahora, el caso más escandaloso ocasionado por la
penetración del capitalismo anglo-estadounidense en el Perú, lo cual tuvo un
considerable influjo en la vida política de este país. En 1968, el gobierno del
general Juan Velasco Alvarado ocupó militarmente las instalaciones de la IPC
en Talara, poniendo fin al problema. Sin embargo, la empresa nunca pagó sus
adeudos con el Estado peruano.

Índice

 1Historia
o 1.1Los orígenes
o 1.2Irrupción del capitalismo inglés
o 1.3Estallido del pleito
o 1.4El Laudo de París o Ley de Petróleo de 1922
o 1.5El Acta de Talara
o 1.6El escándalo de la Página Once
o 1.7La ocupación militar de las instalaciones de Talara
 2Referencias
 3Véase también

Historia[editar]
Los orígenes[editar]
La historia de estos yacimientos empieza durante los años iniciales de la
República, época en que fueron cambiando varias veces de propietario, hasta
que en 1873 pasó a poder de Genaro Helguero.
A partir de los años 1880, posteriores a la Guerra del Pacífico, Helguero entró
en tratos con los capitalistas ingleses, interesados en los yacimientos
petrolíferos; empezó también a sanear y revalidar sus títulos sobre los terrenos.
En 1888, el juez de Paita, por disposición del gobierno de entonces (el
de Andrés A. Cáceres), ordenó medir las pertenencias de la Brea y Pariñas,
constatándose la existencia de 10 pertenencias (cada pertenencia equivalía 10
mil metros cuadrados); e inscribiéndose así en el Padrón de Minas de Lima; se
debía pagar 30 soles por cada pertenencia, como impuesto de ley. Esta
mensura resultó errada, como después se descubriría, pues el terreno
constaba en realidad de miles de pertenencias más; se ha aducido que el error
se debió a la falta de pericia de los mensuradores o desconocimientos de las
leyes sobre dicho tipo de mediciones; causa suspicacia, además, que el juez
fuera un empleado de Helguero. Lo cierto es que a partir de este error se
originó uno de los casos más espinosos que enfrentaría el Estado peruano con
empresas trasnacionales.
Irrupción del capitalismo inglés[editar]
El 3 de febrero de 1888, antes de cumplirse un mes de las mediciones del juez
de Paita, Helguero vendió sus posesiones a Herbert Tweddle (estadounidense
radicado en Inglaterra), por la cantidad de 18.000 libras esterlinas, operación
que fue aprobada por el gobierno.
En 1889 se constituyó en Londres la London Pacific Petroleum Co.'' de la que
Tweddle era el mayor accionista, el mismo que luego se asoció con el súbdito
británico William Keswick. Ambos, por escritura pública del 24 de enero de
1890, dieron en arrendamiento por 99 años a la London Pacific las propiedades
de La Brea y Pariñas. Ese mismo año, Keswick adquirió los derechos de su
socio quedando como único dueño de la London Pacific.
Estallido del pleito[editar]
El pleito estalló en 1911, cuando el ingeniero Ricardo A. Deustua hizo una
denuncia pública, en el sentido de que la London Pacific explotaba muchísimas
más pertenencias que las reconocidas por el juez de Paita y el gobierno en el
año de 1888. Ante ello, el Ministro de Fomento mandó nuevamente medir la
propiedad, siendo los encargados de realizarla los ingenieros Héctor Boza y
Alberto Jochamowitz. Estos, pese a sufrir la hostilidad de los ingleses, que
ordenaron a la población negarles incluso comida y agua, culminaron la labor
con éxito, encontrándose con la sorpresa de que la mina no tenía 10 sino nada
menos que 41.614 pertenencias.
Por resolución del 15 de marzo de 1915, el primer gobierno de Óscar R.
Benavides mandó inscribir la propiedad minera "La Brea" en el Padrón General
de Minas, quedando su dueño obligado al pago del nuevo número de
pertenencias remensuradas y cuyo monto arrojaba la cantidad de S/.
1'248,420 al año y no los S/. 300 que se había venido pagando. El historiador
local Reynaldo Moya Espinoza en el Capítulo IX de su Historia de Talara
escribe: "El ingeniero Deustua [quien fue quien con su denuncia pública inició
todo] decía que en 1914 la London estaba operando sobre 1.000 pertenencias
y había perforado 700 pozos. Eso hacía suponer que en realidad el canon a
pagar debió ser de S/. 30,000 anuales, pero las cosas no se plantearon así en
ese tiempo", afirmando además el Sr. Moya lo exagerado de la pretensión del
fisco, pues esos S/. 1'248,420 anuales calculados sobre las pertenencias tanto
en producción como fuera de producción superaban con mucho a las utilidades
que la empresa obtenía cada año.
Así calculado por el gobierno peruano, se adeudaba, en consecuencia, un
millonario impuesto, que la London Pacific Petroleum se negó a pagar por lo
exagerado. Más bien, en 1914, vendió sus derechos de arrendamiento a la
compañía estadounidense International Petroleum Company (IPC), subsidiaria
de la Standard Oil de New Jersey. En 1924 la IPC se hizo dueña de los
yacimientos, por compra que hizo a los herederos de William Keswick.
El segundo gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919) se vio obligado a
encarar la solución de este asunto. Por su parte, la IPC hizo intervenir en su
favor a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña. El 26 de diciembre de
1918 las dos cámaras del Congreso del Perú aprobaron la Ley Nº 3106, que
autorizaba al Estado a someter el asunto a un arbitraje internacional. De esa
manera, el gobierno peruano se despojaba de sus facultades soberanas para
resolver un asunto interno, llevándolo a la jurisdicción internacional, lo que
traería nefastas consecuencias.
El Laudo de París o Ley de Petróleo de 1922[editar]
Pero sucedió entonces la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, político
notoriamente pronorteamericano, que no quiso cumplir con la ley congresal y
prefirió llegar a un acuerdo transaccional. Este fue firmado el 2 de marzo de
1922, entre el canciller peruano Alberto Salomón y el representante inglés A. C.
Grant Duff. Este Convenio Transaccional fue presentado al Tribunal Arbitral,
que se reunió en París y estuvo conformado por el Presidente de la Corte
Federal Suiza y los representantes del gobierno peruano e inglés. El 24 de abril
de dicho año de 1922, sin mayor discusión, aprobaron el Convenio
Transaccional al que otorgaron el carácter de Laudo cuyas condiciones
obligaban a las altas partes contratantes como solución a la controversia
surgida.
Los acuerdos del llamado Laudo de París eran los siguientes:
1° Que la propiedad "La Brea y Pariñas" abarcaba el suelo y sub suelo o zona mineralizada
comprendiendo una extensión de 41,614 pertenencias de 40,000 m2. cada una.
2° Que los herederos de don William Keswick y la “London Pacific", propietarios y arrendatarios
respectivamente, abonarían durante un período fijo e inalterable de 50 años, a contar del 1° de
enero de 1922 “por razón de canon de superficie, canon de producción, regalías y cualesquiera
contribuciones o impuestos, lo siguiente:”
a.- Treinta soles al año por pertenencia en actual trabajo de extracción o
perforación, al efectuarse el pago;
b. Un sol al año por pertenencia que no se hallare en trabajo al tiempo de pago.
3° Las pertenencias que dejaran de ser explotadas pagarían un sol, y las que
fueran abandonadas, a juicio de los propietarios y concesionarios, no pagarían
nada y pasarían a poder del gobierno.
4° Como único otro impuesto, los propietarios y arrendatarios pagarían al
gobierno del Perú, el impuesto de exportación a los productos de la industria
petrolera, según las leyes existentes, el que no podría ser aumentado durante
veinte años.
5° Por concepto de contribuciones devengadas hasta el 31 de diciembre de
1921 y por todo otro cargo que pudiera existir en relación con "La Brea y
Pariñas" los propietarios pagarían un millón de pesos, oro americano, la mitad
al firmarse ese arreglo y la otra mitad cuando ese arreglo fuera incorporado en
el Laudo arbitral.
6° El gobierno del Perú dejaba sin efecto las Resoluciones Supremas de 31 de
marzo de 1911, 15 de marzo y 22 de mayo de 1915 y cualquiera otra posterior
dada en relación con ese asunto.

Este laudo arbitral era a todos luces, adverso a los intereses del Perú,
pues establecía un régimen de excepción tributaria para los dueños y
explotadores de La Brea y Pariñas. El Fisco dejó así de recibir
sustanciosas cantidades de dinero como impuestos. El gobierno de
Augusto B. Leguía sentó así un precedente de sumisión a los intereses
estadounidenses que daría motivo a protestas nacionalistas a lo largo
de varias décadas.
La IPC obtuvo más leyes favorables (la Ley 9485 de 1941; la Ley 11780
de 1952) y ventajosas excepciones en dichas leyes. El malestar popular
causado por esta situación se convirtió en la bandera de lucha de
jóvenes líderes como Héctor Cornejo Chávez, Alfonso Benavides
Correa y Fernando Belaúnde Terry, que cimentaron su carrera política
entre 1956 y 1962, reivindicando los derechos de la Nación sobre sus
recursos.
El Acta de Talara[editar]
En 1963 ganó las elecciones presidenciales el arquitecto Fernando
Belaúnde Terry, una de cuyas promesas de su campaña electoral fue la
solución del enojoso pleito de La Brea y Pariñas. Como primer paso
envió al Congreso un proyecto para declarar nulo el Laudo de París y
solicitó que los campos de La Brea y Pariñas pasaran a poder de
la Empresa Petrolera Fiscal (entidad estatal). Atendiendo a este pedido,
el Congreso dio la Ley Nº 14.696, que declaraba nulo ipso jure el Laudo,
pero no se pronunció sobre el segundo punto. El Poder Ejecutivo
promulgó la ley el 4 de noviembre de 1963, quedando así autorizado
para buscar una solución al viejo problema. Finalmente, por Ley 16.674
del 26 de julio de 1967, se autorizó al gobierno la reivindicación de los
yacimientos e instalaciones de la IPC contra los adeudos.
En julio de 1968 el gobierno inició tratos con la IPC. El 13 de agosto del
mismo año ambas partes firmaron el Acta de Talara por el cual todos
los campos petroleros pasaban a poder de la Empresa Petrolera
Fiscal (EPF) a cuenta de los adeudos de la IPC, pero esta conservaba
la refinería de Talara, el sistema de distribución nacional del
combustible y el condominio en las llamadas Concesiones Lima. La IPC
se obligaba a comprar todo el petróleo que la EPF le quisiera vender,
para procesarla en su refinería de Talara. Todo lo cual iba contra las
expectativas creadas por la Ley 16.674, que exigía la entrega de todas
las instalaciones de la IPC por sus adeudos, pero por el momento el
gobierno supo explotar el acuerdo como un gran éxito de su gestión.

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