El Estado unitario es una de las maneras en las que se puede estructurar un
país. Se trata de una definición que engloba desde la organización territorial hasta cómo se configuran los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Este tipo de Estado se caracteriza por la centralización del poder, con un solo gobierno que controla todo el territorio. Pueden existir regiones, provincias o departamentos con unas pocas competencias, pero el grueso de estas se concentra en el gobierno central; los poderes Judicial y Legislativo también están centralizados. No hay diferencias en las leyes en todo el territorio y suele existir algún órgano jurídico con más poder que los que puedan existir a otros niveles.
Características del Estado unitario
Las principales características del Estado unitario son las siguientes: Es también conocido con el nombre de Estado simple. Provienen de los Estados absolutos de la antigüedad. La unidad territorial, judicial y legislativa se encuentra toda unificada. No existen administraciones interiores del gobierno. Tienen poca competencia. Tienen centralización del poder el cual se encuentra en las manos de los gobiernos centrales. El poder ejecutivo se encuentra en manos de la administración central. Su soberanía es única. Tienen una única constitución política que es aplicada a lo largo y ancho de todo el país.