El Partido Revolucionario Cubano y Patria habían llegado a su fin, no sólo como resultado
inmediato, coyuntural, de la voluntad de un hombre o de la totalidad de los miembros de la
Delegación, sino también como consecuencia del largo proceso iniciado desde el ascenso de Estrada Palma al cargo de Delegado, quien se caracterizó por la aplicación de métodos de dirección unipersonales, autoritarios y antidemocráticos.