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LUIS H. ANTEZANA J. ELEMENTOS DE SEMIOTICA LITERARIA Instituto Boiiviano de Cultura CAPITULO | CONCEPTOS LINGUISTICOS EI lenguaje habledo esté_a la base de la literatura (es su materia prima, como los sonidos para la musica). Ahi radica, en parte, la necesidad de considerar los conceptos propios de la lingijstica para el estudio se- miético de lo literatura, Por otra parte, como la més desarrollada de Jas “ciencias del lenguaje”, la linglis- fica es ei modelo privilegiado del hacer semidtico. La semiética literaria, en su estado actual, no sabria evitar su pasaje for la lingiistica. Primero, entonces, veremos los conceptes analifiicos de la “lingUistica general”, aque- los los més directamente relacionados con la semiética literaria. LENGUA Y HABLA 1.1 Como muchos de los conceptos bdsicos de Ia lingUistica, la dis- tincién entre lengua (langue) y habla (parole) 1a debemos a FER- DINAND DE SAUSSURE. Se trata, por supyesto, de una distincion muy preciso: estos dos conceptos operan, fundamentalmente, en re- lacién con el lenguaje hablado. El lenguajethablado tiene dos aspectos, solidarios_pero_dis- tintos: la lengua y el habla. La lengua es_el sistema general. (so- cial) que gobierng, requla, la comunicacién_entre hablantes. El_he bla es el conjunto_de_las_realizeciones_individuales del_lenquaje fabled. SAUSSURE proponia imaginar la lengua en relacién al habla de la siguiente manera: oe ( ‘ ( ( ( ‘ ( ‘ ( ( ( ( , s . ‘ , » » ’ » ’ ’ , » ’ ’ » ’ ’ r ’ ’ ’ ’ ’ Si pudiésemos abarcar ia suma de las imégenes verbales aimacenades en todos los individuos, entonces topariamos con social que constituye la lengua. Es un tesoro deposi. tado por la practica dal habla en los su 2 ena misma comunided, un sistema gramatical virtuaimente 2 erebro, 0 ho existe perfec: mente mas que en fa masa’ Lo lengus, entonces, es un sistema virtual (abstract) y ge- nerai que 36lo se encuentra completo en la totalidad social, E! ha- bie son les reclizecienes, siempre parciales, que los hablontes hacen de la lengua. clon snire lengua y habla ha sido comperada, por SAUSSURE, ¢ una sinfonia. ia lengua serfa la portitura de lo nics el hoble, les distinias sjecucionss —interpretociones— de dicha_portitura. Tambiéa comperé lengua y habla a un juego de ajedrez: las leyes de pesibles son 2 que tengen [as goris 2s cue ei sistema y pare tedes (lengua). Cemo se puede ver, el habla nos envic « le complejided de fas ajecuciones individucles: cada voz es cifer gledrez son la lengua y.fas multiples partidas habla. particulares lengua, en cambio, es @ todes Ios habientes (una espec Y Gracias ci cucl pueden comunicarse los menie de sus particuloridades locutivas sisiema comén ie de “maximo comin miltipio”), ndividues independienie- La lingUisties #iene por objeto de estudio la lengua. Le lin- Guistica se interasa_en_esiudiar ei sistema comin de las significa- ciones. Pero, la lengua permanece virtual en la sociedad; por eso, le TingUistica debs posar por ei habla para ir desgaiande en la multiplicidad de las expresiones garticulares el “nucleo” comin que constituye la lengua, Convisne notar que la lengua no 2s un objeto inmediato (esté tacito en les individuos y sélo completo en la sociedad), Es G través de las realizaciones concretas (61 habla) que el lingUista sonstruye el sistema de la lengua. =] objeto de ta finglistica seria, entonces, | descripcién-construccién de la lengua. En este sentido, -4- la lengua es, al mismo tiempo, el objeto y el objetive de Ia lin- giiistica. 1.2 Terminslegios afines. La linglifstica anglo-scjona tiene una ter- minologia distinta que, en cierto sentido, se superpone a la dis- Hineién _scussuricna. En esta lingUistice se uson Jos conceptos de competence (competencia” 0 Ncapacidad”) y performance (“eje- ceclon”), para la lengua y el habla, respectivaments. Pero hay di- ferencies conceptucies importantes entre !a “linglistica estructu- val” (de estirpe saussuriane) y la “tinglistica generativa y trans: formacional” (de estirpe chomskiana) *, Para la lingiistiea choms- kiona, la nocién de competence es més amplia que la nocién de lengua. La lengua, para SAUSSURE, es une funcion social; pera CHOMSKY, la competence es una capacidad natural, constitutive (innate) de los seres humanos. Ademas, para SAUSSURE, las variacions en el lenguaje son parte del habla, ‘para CHOMSKY ciertas capacidades “ereativas’ de los hablantes son parte de la competence y no de la performance. Normelmenie, los conceptos de lengua y habla pueden ser aproximacos ¢ los de competen y performance, pero habré que tener en cuente que existen dife- rencias conceptuales ’ Una otra apreximacién terminolégica muy comin de le vejencia de la informacion’. De esta ciencia, se aproxime la no- seers Gedigol a [a nocién de lengua, y !a nocién de mensajera ewiel habla, La lengua seria el cédigo que goblerne la emisin de los mensajes del hebla. En Ia nocién de cédigo, quedan impli- oe ee ie nociones de memoria y programa. Asi, la lengua es ont suerte de depesite de significaciones (memoria) y. también, es el sigeme de reglas que gobierna la realizacién de mensajes (pro grama). : SIGNO: SIGNIFICANTE/SIGNIFICADO 2.1. Ningén concepto saussuricno ha tenido tanta importancia para el desarrollo de la lingifstica como ‘el concepto de signo. El signa, ha permitide encontrar, en la masa enorme y heterogénea ve les hechos del habla, las unidades en las que radica la signi- ficacion social. En cierta forma, para la “lingiistica estructural”, los signes son ‘os “@tomes” del lengusie. Antes de SAUSSURE, no ICs Mabie: podido precisar cudles eran las unidades del lengusier de ahi la importancia del concepto saussuriano. 1S EI signd se define por dos aspectos: ui) soporte matericl (forma_o imagen scnera) y um concepto (forma o imagen concép- val). En el caso del lenguaje habicdo, alli donde una forma ma- terial (sonidos) lleva, necescriamente, una forma conceptual corres- pondiente, cili hay un signo. Hay signo, por ajemplo, en la pela- bra casa: junto el sonido /ccsa/ tenemos el concepto “casa”. Pero, no hey signo, en cesieliane, en la serie de sonidos /kjlg/, pues ningun concepto que los hablantes de este idioma po- rian reconocer al escuchar /kilg/. Estos dos asze (forma material) y bolizar de la sigi denominan: significant captuai). Se suelen sim- forma conceptual significado So signo = - significante Se SAUSSURE di dos aspectos son come las dos ca ras de una misma no hay el uno sin el otro; un sorte en uno signif come en ei otro. Pedemes imaginer el anélisis de los signos come 1 process de cortar una gran hoia de papel siguiendo disefos que combinan, siempre, aspectos solida- trios de significaci El_signo se define perfectamesiedeniro dei_lenguaje he- blads;su utilizacién en otros “sisiemas de signos’ 2s sélo una uti- lizacién operatoria. Al extender la nocién de signo a otros siste- mes, conviene consicercr una funcién significante o funeién-sig- ne.Es decir, una funcién que implique un crregio formal, material y conceptual, que pene en relacién, uno a uno, un aspect. ma- teriai (sea, por ejemplo, una serie de cracignes) con un aspecto conceptual (sea, por ejems erie de conceptos). En las di- versas somiéticas —distin ca— cuando se habla de igno, se hable, en rigor, de u in significante o de una funcién-signo. E¥signo, tal como se lo define en relacién al lenguaje he- blado, presenta tre: caracieristicas mayores: @) !0s signos se rec- tizen_linecimente, (6) les signos son arbitrarios (Le, convenciona- 2s) y (@ los signcs son diferenciales. Detallaremos, un poco, cada uno de estos aspectos. Thee 2.2 Los_signos_se_reulizan_linealmente El signo lingUistico no se realiza ‘instantaneamente”, necesita jranscurrir en el tiempo para realizarse completamente. El locu’or debe decir su discurso para ser comprendido. El interlocutor debu esperar..que.el. discurso, del otro "gcabe” para pretender haberlo entendido. Ei principio que rige esta cardcteristica temporal del signo linguistico es el llamado prin- cipio de la linealidad de! signe. SAUSSURE destacé este principio ton mucho énfasis, pues se trote de una de las caracteristicas ceenciales del lengucje hablado y, gracias a este principio, se puede distinguir de otros sistemas que dan su significacién de ma- Para “instanténea”, por ejemplo, la fotogratia,“el afiche. En este principio se supone, sin embargo, oiro més fundamental: que los signos no significan por si solos sino en relacién a los demas (cf. infra); al explicitar el caracter lineal-de los signos, SAUSSURE des- tacaba ese hecho: ningin signo vale por si solo... debe “esperar” a los otros para poder significar. 2.3 Los _signos_son_arbitraries (convencionaiss). Este tipo, llamado principio de la arbitrariedad del signo, ha sido sometido muchas Interaretaciones. Pare comprender ei propésito de SAUSSURE, nos serviremos de una imagen y luego veremes el principio discutien- do dos de las mas radiccles interpretaciones. Para muchos, una palabra del lenguaje tiene que'ver con una cosa de la naturcieza. Si csi fuera, los signes estarian’en relacién necesaria con los objetos y los acontecimientos de la naturaleza. En este sentido, la linglistica no podria estudiar el lenguaje sin referirse, también, a la naturcleza. Durante mucho tiempo se si- guid esta préctica. SAUSSURE quiso precisar que el lenguaje po- dia estudiarse por si solo, sin necesidad de relacionarlo con los objetos 0 los acontecimientos. Para SAUSSURE & toda Ia linguistiea moderna), los signos del lenguaje son independientes de la natu- rolezay es-decir, -noestén.necescriamente.vinculadas (signos y ob- jetos), son arbitrarios, son convencioncles. No hay necesidad que Gl objeto ease le corresponda el signo “casa”; este hecho es fé- cilmente comprobable pues, en otros idiomas, al mismo objeto casa se lo llama “wasi”, “maison”, “house”, etc. la supuesta relacién entre signos y objetos (“palabras y cosas”) es posible dentro del “sentide comin", ya que ciertas po labras, aparentemente, tienen objetos correspondientes en la na- turaleze. Pero, si se presta atencién, por ejemplo, a las palabras I= llamadas “abstractas”, es muy dificil encontrarles objetos corres- pondientes. No es dificil pensar que la palabra “gato” tiene un correspondiente real, pero jdénde encontraremos el objeto corres- pondiente a la palabra “bondad”? Este seria, en ultima instancia, el problema de Platén: hebria que postular un “mundo de les ideas” donde existan los objetos correspondienies @ ias palabras “sondad”, “heroicidad”, etc. La supuesta correspondencia entre los signos_y la naturaleza implica, finalmente, alguna forma de me- tafisica. Y_la_metafisica no siempre es buena compafera de la labor cientifica. El principio de la arbitreriedad del signo implica, entonces, lo siguiente: los signos no se definen en reiacién a los objcios de la_naturaleza; los signos se _definen entre ellos,..al_interior del-fen- ic (mds precisamente, en la lengua); son indegendientes de ios objetos, son, asi, arbitrarios respecto a ellos, Gracias a este prin- pio. el lenguaje puede ser estudigdo por “si mismo”. Las leyes gue rigen el lenguaje no son las mismas que rigen la ordenacién del “sentido comun” de ja naturaleza, SAUSSURE definié este principio da la iguiente manera: EI lazo que une el significante ai significads 2 bien, cues- to que entendemos por signo oe! total resulfante de un significante con un significado, podemes decir mds simplemente: af signo lif- gufstico es arbitrario*, Este principio se presta a dos interpretaciones mayores. La erimera segin la cual al signo es arbitrario respecto c su referencia, keesegunda que insiste en sl carétier arbitrario entre signiticante y significado. Ambes interpretaciones surgen del enunciado de SAUSSUKE y los explicaciones complementarias que él dio en tor- no al principio * y la primera interpretacién, entonces, destoca el cardeter ar- bitrario del signo mismo (respecto a sus referencias). Esta primera interpretacién se desliza en ja imagen que dimos. para presentar ef principio (cf. supra). El signe es arbitrario respecto a su referencia. “a palabra perro no muerde”, come dice el ejemalo clasico. En este caso, si el signe es arbitrario respecto a Ia referencia, no ocurre lo mismo ai interior del signo (a! interior, también, de la lengua): la relacién entre significante y significado no seria arbitraria (con- vencional) seria una relacién necesaria: al concepto “casa” nece- sariamente le corresponds el sonido /kasa/. =e. | | | | | | | | | | | | \ | La segunda interpretacién polemiza con la primera. Seguin ésta, !a relacion entre significante y significado es arbitraria. Es decir, nada en el concepto “casa” indica que le deba corresponder —necesariamente— el sonido /kasa/, Aqui se invoca el hecho que en otros idiomas el concepto “casa” se puede evocar por otros sonidos. Este debate es uno de los debates célebres de la lingiis- tica del stglo XX. A este respecto, conviene sefalar que las dos dimensiones del problema son dimensiones distintes. En primer lugar, la_rela- cién entre los signos y sus referencias (la relacién entre les pala- bras y las cosas, digamos) es, ciertamente, arbitraria (convencio- nal). En este caso, la palabra arbitraria implica que son dos as- pectos de naturaleza distinta, fenémenos de distinto orden, suje- tos a conjuntos distintos de leyes. Cuando se entiende, por ejem- plo, que la preposicién “de” es un signe, parece absurdo irle a buscar un objeto correspondiente. Entonces, en el primer coso, se trataria de explicitar la diferencia de naturaleza entre signos y referencias. En cambic, la erbitrariedad entre significante_y sig- nificado, arbitrariedad al interior del lenguaje, permite marcar-que se trate de dos aspectos distintos: uno material y otro conceptual. Esia diferencia es clara, porque podemos encontrar sonidos sin ninguna significacion. El aspecto significante y el aspecto signifi- cado del signo son, ciertamente, distintos y, en este sentido, se usaria la nocién de arbitrariedad para marcar esa diferencia. En resumen, el debate en torneo a la arbitrariedad del sig- no no es un debate falso. En primer lugar, porque las precisiones de SAUSSURE se prestaban a las dos interpretaciones. En segundo lugar, porque la discusion del concepto (“arbitrariedad”) permitié clarificar que el cigno tiene dos juegos diferenciales: (@) un juego en relacion ales referencias (exteriores) y (b) un juego en _rela- cin al aspecto conceptual y al aspecto material (interior) a la or- genizacién de un idioma dado. = En estas condiciones, el principio de la crbitrariedad del signe es rector en el anélisis lingUistico. En. primer lugar, la len- gua se estudia como un objeto propio, que se define por sus re- laciones internas y no necesita recurrir_a_una_metafisica de la "realidad “. En segundo lugar, el lenguaje se estudia como la co- rrespondencia_ entre dos cspecios distintos: un _aspecto.significante y un aspecto significado. Estes dos procedimientos esenciales al -19— andlisis lingiistico se rigen por el principio que acabamos de se- falar y discutir brevemente. 2.4 Los signos se organizan relativamente. la organizacién de los signos se define al interior de la lengua. En la lengua, los signos poseen diferencias unos con otros; gracias a estas diferencias po- demos "reconocer” sus significaciones. En las diferencias radica la significacion. En este principio diferencial, la nocién central es que los signos no signifiquen noda tomados aisiadamente; los signos sdlo implican significaciones en ia medida que existen en relacién dife- rencial unos con otros. El signo “casa” no quiere decir nada en si mis- md, 5 gracias a un complejo conjunto de relaciones que nosotros J reconecemos una significacién particular en el idioma castellano. Asi, por ejemplo, el signo “casa” significa para nosotros en opo- sicién al signo “casas”, implicande la singularidad y ia pluralidad, respectivamente. Tomande ejemplos de distintos niveles de! andlisis lingiifs- tico y sin precisar su jerarquia, ilustramos esta significacién de ios signos gracias a sus diferencias relativas. la diferencia significative entre “pale” y “male” radica en que la p y la m nos permiten diferenciar las palobras una de otra. Esta diferencia se simboliza asi: p/m, implica que, en castellano, 'os Fonemas* p y m se relacionan en diferencia y, por lo tanto, con- dicionan diferencias en la significacién. En otro nivel, ic diferencia entre “perro” y “perra” es notable’ gracias al cambio alternativo de la a y la @, donde se disefian las diferencias entre “femenino” y “masculine” (en tanto que géneros gramaticales, por supuesto}. Es- ta oposicién se simbolizeria: a/o. En otro nivel, el mismo signo “el” podria funcionar como pronombre o como articulo, dependiendo del lugar que ocupa en Ia oracién. La significacién, entonces, radi- ca en Ia diferencia de la funcién, que podria simbolizarse asi: “fun- sién pronombre!’/“funcién articulo” (en {a escritura se usa el acento diccritico, pero en el lenguaje hablado, la diferencia sélo puede no- tarse porque existe una diferencia relativa en las funciones: al ha- bicr “ne vemos” acentos diacriticas), Estos ejemplos, quiza dejan fa nocién que es gracios a las oposiciones relatives entre signos fy sus funciones) que ellos pueden significar. Repitiendo, los sig- nos significan relativamente. = 20 — La organizacion de la lengua puede imaginarse como. un sistema de piezas donde. el lugar de.una determina el-lugar-de las otras. En este sentido, la lengua, como sistema relativo de signos SHerencioles, puede compararse al ajedrez. En el ajedrez las pie- gas valen por su valor relative, ninguna vale por si sola. Un peon puede definir una partida. SAUSSURE explicito esta nocién de la siguiente manera: En la lengua no hay més que diferencias. Todavia més: una diferencia supone, en general, términos positives entte los una citerensetablece, pero en 12 lengua sdlo hay diferencias cualezeminos positives. Ya se considere el significante, vs el Signiticado, la lengua no comporta ni ideas ni sonidos oresxis- saree al sistema linguistico, sino solamente diferencias cr (htuales y diferencias fonices resultantes de ese sistems: Lo see de idea o materia fénica. hay. en.un_ signo_importa-menos aie fo que hay a su alrededor en ios otros. signos En las palabras de SAUSSURE vemos la radicalidad del principio: la significacion solo esta en las diferencias: “en la len- gua —dice— no hay més que diferencias”. la lenguc, como el Sistema general de significaciones,..es,entonces,..un sistema de dix ferencids relatives entre signos y, en ese jvego de diferencias radica la significacién del lenguaje. = 2.5. la _doble articulacién de! lenguaje: Para’ complefar estas no- tiones sobre la significacion relativa y diferencicl de los signos, hemos de resumir el diseho que hizo MARTINET de la ‘doble ar- ticulacién del lenguaje”’*. MARTINET sefiala que el lenguaie hablado tiene la parti- qlaridad de ser analizado en dos niveles, en dos articulaciones. En la primera articulacién se encuentran unidades que conjugen un aspecto material y un aspecto conceptual (signos). En !a segun- da articulacién, sdlo se vinculan unidades materiales (sonidos), © sea, estas nuevas unidades carecen de complemento conceptual, pero puesto que estan presentes en la primera articulacién tom: bién, aunque no signifiquen por si mismas, estos unidades “me- mores, también juegan en la significacién. El lenguaje hablado, entonces, es analizable en dos articulaciones. Supongames que alguien tiene un accidente y, para mani- festar su dolor, grita. Si este grito es automatico, debe estudiarse en la fisiologia. ‘Si este grito es voluntario, todavia no es len- “21= ~_-_ na nm nee OMHOHHABHOBAHOAOADEA EUEVLELELUUVUYV YY TK ~~ guaje porque no es cnalizable. Si, por ei contrario dice: “Me due- le la cabeza”, Esta expresién puede ser analizada independiente- mente del dolor, por lo que las unidades de esta oracién “me”, "duele”, “la, “calseza”, son unidades de sonido y sentido inde- pendientes de! dolor ya que, por ejemplo, en la unidad “cabeza” se @ncuentran otras secuencics cue nada tienen que ver con el dolor momenténeo del locutor, estan en “cabeza de ganado” o “cabe- za de turco”, etc. Esta serfa la primera articulacién: una serie de unidades, analizables y cist ibles (forma y sentido) se combi- nan pera expresar, précticamente, cualquier necesidad de infor- macién, comunicacién. Si el lenguaje iuviera un signo in-analiza- ble para cada hecho de la vida, el sistema de signos seria ten amplio que venceria ia capacidad de la memoria humana; en cambio, con unss cuanios miles de signos, combinables y articula- bles en ellos se ouede exprescr todo io necesario y, ain més, dar lugar, por ejempio, a la creaci Filoséfica 0 artistica. En !a mera articulacién ya vemos como lc scanamia combinatoria del lenguaje relacione unidades de sentido y sonido. MARTINET lame a estas unidades merfemas, sin gue pierdan su sentide: por elem imos “cabeza” en ca-be-ze, digamos, ca, be o za ya no tienen, por si mismas, senti- do correspondiente ci sonido. Los morfemas, entonces, son unida- des minimas de sentido y forme. la segunda articulacién es aquella que los morfemas im- plican en los sonides. Los sonides de un merfema, a su vez, pue- den ser separados, distinguidos como unidades ‘minimas. La pala- bra “eabezu” combina los-fenemas: k,a,b,z; si este anclisis se ex- tiende a los sonidos de un idioma dado (0 de todos los idiomas), se comprueba que un nimerc muy restringido de estas unidades (de veinte a cincuenta sequn los idiomas)’ permite —en sus com- binaciones— la formacién de todos ios morfemas necesarios para le comunicacién humana. Esta articuiccion segunda, por supuesto, implica que asics unidades “sonoras” no tienen en si_mismas.sig- nificacién y que deben combinarse para que en un nivel superior (etimera_articulacion) se armen ‘cs unidades con sonido y. sentido (morfemas, signs). J Con estos dos procesos se puede notar el principio de econ mia que rige la lengua, ai lenguajs habledo; uncs cuantas unida- Looe des fonéticas, articuladas en dos niveles bastan para expresar los mas complicados razonamientos. Por supuesto, estas articulaciones se definen al interior de un sistema de relaciones. Esta “doble articulacion del lenguaje” obedece a un modelo estructuralista, tiene aigunas deficiencias, sobre todo si se lo mira desde la “gramatica generativa” ®, pero permite jlustrar la econo- mia de articulacion diferencicl del lenguaie. 2.6 Terminelogia_ofin. En tern o la nocién de signo, !a terminolo- gia paralela mas uscla es la de HJELMSLEV ". Para este lingUiste Sones, la funcién-signo establece uno relacién entre dos niveles Sfatintos: un nivel de Expresién (el Se dle SAUSSURE) y un nivel de Contenido (el So de SAUSSURE). Ademés, en cada uno de estos aspec- tos fexpresian y centeniio), CJELMSLEV distingue la forma de le ree raneia, Asi, habria una forma de contenitle y una sustancia de a exprecign. Podemos representar estas relaciones de la” siguien- te manera: | sustancia contenido | forma signo) = expresion { Vee lies forma El signo, segén HJELMSLEV, se suele simbolizar como und relacion: ER Cc, o sea Expresion Relativa al Contenido. Esta ter Tminologia cvbre perfectamente ig de SAUSSURE, pero hay un mo- fiz conceptual que conviene destacar, pues sera muy utilizado en los estudios semidticos (que, notablemente, prefieren usar la ter- minologia de HJELMSLEY). El signo, asi definido, es une funcion -23- que relaciona dos niveles (E y ©), pero, como ademas, cada nivel iene forma v sustancia propias, diverses gspectos del lenguaje pueden cumplir la funcién de signe, si entran en une relecién de ex- presion y contenide. Asi, veremos mds adelante, HJELMSLEV ha podide formalizar las nociones de SEMIOTICAS CONNOTATIVAS Y METASEMIOTICAS, cuando sistemas de signos cumplen, ya sea una funcién de expresién o une funcién de contenido, respecti- vamente (cf., infra, 1, § 5. SINTAGMA Y PARADIGMA 3.1 En el lenguaje habria_dos ejes relatives. El sje de la sucesion de fos signos y el eje de lc similitud de los signos. Al eje de 'a sucesion se lo denominausintagma, y, ai eje de la similitud para- digma. Es costumbre (diddctica) espacializar estos dos ejes como une relacién vertical-horizonial. La horizontal es elysintagma, ic vertical el paracigme. Supongemos [c siguiente cracién: La ensa_es. jo ia sucesion la-cusc-es-roja es un sintagma. Una serie de oraciones seria une sucesién’ sintegmdtica. La sucesién sintagmé- fico implice una serie de determinacionss “por continuidad” para los signos que la componen; asi, en nuestro ejemplo, 2i articulo (ig) precede ef nombre: {casa}, el verbo (es) guarde relacién de nimero can ei nombre, etc. En esta misma oracién, podemos ima- ginar, por ejemplo, que el erticulo (fa) guerda relacién con otros articulos (el, los, las, una, etc.), estas relaciones por similitud fun- cional —en este caso— forman ei paradigma de “los articulos”. igugimente, podemos imaginer que el nombre (en este caso, casa) tiene relaciones seménticas (de significado} con el paradigma for- mado por, digamos, edificic, habitacién, casucha, etc. O sea, espa- ciaimente, e! sintagma se cortaria por una serie de ejes paradig- maticos relatives a cada signo. SAUSSURE decfa que las relacic- nes sintegmdticas son in praeseniia y que ias relaciones paradig- maticas_in absentia. Explicites o ftdcitos, ambos ejes jvegan per- manentemente en la significacién de! lengucie. 3.2 JAKOBSON " presenta estas relaciones de una manera mas ge- neral. Extiende, si se puede decir, ‘las precisicnes saussurianas. El eje sintagmatico (que JAKOBSON liama eje metonimico) impli- ca relaciones de contiguidad (sucesién) no sdlo con Ia linea de la eracién, sino, también, relaciones con el contexto donde ocurre o se dice tal oracién. Asi, una progresion sintagmatica implica ralaciones (a) con un contexte determinado, y, (b) con un ‘contex- to libre. (a) El contexto determinado (pera cada signo) seria el contexto inmedicto de la oracién; es decir, las determinaciones propias a la sucesion con que se encuentran los signos en la coracién. (b) El contexto libre serfan las determinaciones que sufren los signos de una oracién por las condiciones bajo las cuales se enuncia dicha oracién. Si, por ejemplo, el numero del articulo de- termina el numero del nombre, se trata, en este caso, de una de- terminacién propia al contexto determinado. Si, por otra parte, el lecutor dice “asta casa es roje” mientras senala una casa “roja”, esta determinacién le viene de “fuera”, es decir, del contexte libre; ya que, sin ning&n error gramatical también podria decir “esta ca- sa es verde”. O sea, para JAKOBSON, las determinaciones que jvegan sobre un sintagma son “internas” (contexto determinado) y “externas” {centexto libre) ¢ la oracion. Si se amplia asi la nocién de sucesién sintagmética (aho- ra: eje metonimice), tombién se extiende el eje paradigmatico, ampliando el criterio de similitud entre los signos. Pera JAKOBSON (que llama eje metaférico ol paradigmatico), las relagiones de similitud’ cubren el emplio espectro semantico que va desde los sinénimos hasia los anténimos. En cierio sentido, este eje metafé- rico implica todas las relaciones semanticas posibles en la lengua, de ahi que JAKOBSON habla de las relaciones en el cédigo. Esta extension permite un desplazamiento conceptual muy importante. En cierta forma, el eje metonimico implica las “4posibi- lidades’” de la lengua. Sabemos que la lengua es tacita en los in- terlocutores, que SUS relaciones operan in absentia. Por otra parte, el eje metonimico implica le Vraglizacion” del habla, El habla operc siempre in praesentia. De esta manera, los cruces entre el eje para- digmatico (eje metaférico) y el eje sintagmatico (eje metonimico) implicarian las relaciones de pasaje de le lengua al habla; asi, notablemente el eje sintagmatico (metonimico) no sdlo obedece a las determinaciones internas la oracién (cara vuelta a la lengua), sino, también, las determinaciones externas debidas a la situacién locutiva (cara vuelta al habla). Entre otros, BARTHES, en sus Ele Kontos de Semiologia, suscribe esta generalizacion, avs supone muy pertinente para el proyecto semiolégico (semiético) *. ~25- ~2 222 22 @ & @ 4 Retengamos estas relaciones: Ele sintagmdtico: Eje metonimico Extension: relaciones de continuidad y/o contigiidad de los signos, (a) en e! contexte determinado, (b) en el contexto fibre. Eje paradigmatico :: Eje metaférico Extensidn: relaciones de similitud de los signos en el, amplio espectro del cédige. la precision de JAKOBSON serdé fundamental para definir la “funcién poética” del lenguaie, funcién que interesa mucho a la semidtica literaria. La veremos a continuacién, junto a las otras funciones que distinguis JAKOBSON. LAS _FUNCIONES DEL LENGUAJE. 4.1 En su célebre articulo “Poética_y linaiistica” “, JAKOBSON, sir- viéndese del modelo de la comunicacion, define seis momentos de ja comunicacién que se cor-esponden, término a *érmino, con seis funciones del lenguaje. El modelo de la comunicacién as el siguiente: CONTEXTO DESTINADOR = MENSAJE ——- DESTINATARIO CONTACTO cODIGO Término a término, las funciones del lenguaje correspondien- tes a estos momentos de la comunicacién son: /REFERENCIAL EMOTIVA POETICA CONATIVA FATICA METALINGUISTICA (c) Funcién referencial, Es la funcién dominante en la comu- nicacion; es aquelle volcada hacia la referencia, hacia !a denota- cién “, hacia el “contexto”. 2s la funcién por la cual nos referimos al “mundo”. om 2G ta llamada funcién EMOTIVA o “ex. (b) Buncién emotive. presive”, cenirada en el DESTINADOR, apunta a unc expresién directa do le ectitud dei heablante ante aqusilo de io que esta fablande”“, dice JAKOBSON. i aspecto més “emotive” del ten- guaje lo representan las interjecciones. Por otra parte,.esta fun- cién implica también la presencia de! locutor, del destinador, de ahi ave también se ta llame “expresive”. Esta funcién opera, -en- tonces, cuando el joeuior se toma come auto-referencia. El pro- nombre "yo" vehievia, en muchas instancias, la funcién emetive del lenguaje. &) pone en juego al de funcidn conativa o comminativa. Es aquelia funcién que inatario de una comunicacién. sia funcién “hella cu més pura expresién gramatical en el vees ative, qua tanto sintdcticamente come morfolégicamente, y a me sudo incluso fonéticamenie, se aparian de las demds categories nominales y verbales"". En esic funcién-se implican, siempre. fos ono onc, “hig fética! A propésito de este funcién, dice JA- OBSON: mensajes ve sirven sebre toda nara. estchlecer, jongar > interumpiy fa comunicuein, para cevcicrarse de que ef canal de comunictcién funciona (“Oye, gme escuchas?”), para flamer la ctenzién del interlecutor'o confirmar si sua! cién se mantiena”. Este funcién: de “contucio, siguiendo fa terminologia d@ MALINOYSK] es la funcién “puede patentizarse a travds ‘ética, de un intercombie profuse de fé:mulas rituctizadas, on didlogos enteres, con el simple objeto de prolengar fa comuniencién”. ". (ec) Funciéa metolingifsticel 1a definicién de esta funcién presupone una diferencia propia le légi cica_distingue entre “lenguaje objeto” y “m quaie”. El “lengucje objeto” es denotativo, reférencial, “habla” de ebjetes del mundo. El “me- lenguaje” en cambio habla de untengusje (de un “lenguaje “yPor ejemplo, Ia oracién “Sécraves fue el maestro de Pla- tén%, es un “lenguaje cbjeto” que se refiere a los dos personajes histéricos. En cambio, la oracién “Sécrates tiene tres silebas’ se rafiere a la paiabra “Séerates”. Esta . oracién es “metalingiis- fico” pues “habia” ce un lenguale y no de un objeto. “Cuando st destinader y/o el destinatario quieren confirmar que estén usan- do el mismo cédigo, of discurse se centra en el CODIGO: entonces se realiza una funcién METALINGUISTICA””, O sea, cuando los in- 27 — tfrereereeeeeeeeeeerenennnanannnn-- terlocutores de un mensaje se explican entre ellos los términos de ese mensaje, por ejemplo, en las definiciones, entonces ellos estan hablando sobre un lenguaje; de chi la funcién metalinguistica, (f) Buncién peética. Aquellc funcién que se vuelca sobre el mensaje_mismo.es-la funcién poética. En esta funcién, la comuni- cocién.més.importente radica no en aquello que el mensaje "quis te'decir’, sino en el mensaje misme; diriames, efia funcién dends el “contenido” del mensaje esté vuelto haciaJel mensaje misma, hacia _la_forma’del_mensaje. JAKOBSONsMdefine esta funcién grecias a le distincién (ya vista) entre eje metonimico y eje me. taférico. Dice JAKOBSON: “La funcién poética proyecta el princi Bio de equivalencia del eje de la seleccién al eje de la combina. sisn”™, 0 seq ol eje metaférico proyecta sus ecuiva'encies ol sie metonimieo. Una manera de ilustrar el funcionamiento de esta funcién es la siguienie: sabemos que en el je metaférico las tele. ciones son “potenciales”, ahora bien, la funcién poética concreti- zoria estas relaciones “potenciales” en el eje metonimico; la forcién geética vuelea de tai manera las relaciones “potenciales” de! len. Susie que las encontrames realizades en el ele sintagmético, tode fo que permanecia come “técito” se encuentra “expliciio”, Estas funciones, como se puede ver, conforman un regisire amplio. En base a estas nociones, se traté de elaborar una tipalo- gia de los discurses; es dec ir, una clasificacién de los discursos de ccuerdo.c.ta..funcién dominanie. Esta tipologia no esté del todo sistematizada, pero las funciones sefdlades por JAKOBSON per- mien una primera diferenciacién operatoria, cuya utilidad permite vislumbrar la pluralidad del fenguaje, explotada, sobre todo, en les textos literarios, 4.2 Puesto que estas notas tienden a vehicular aquellos conceptos lingUisticos utilizedos en la semictica, hemos de detenernos, un momento, ¢n una consideracién mds desarroliada de la funcién poética, Fnla.definicién de funcién poética, una de las nociones ssenciales-es la_nocién de proyeccién. Proyectar aqui quiere decir reglizor--Aquello que se manisnia latente —posible— deviene con- sreto en la progresién sintagmatica, Desde esta Perspectiva, el men- Saje poéstico es aquéi que esté completo en su misma materiali: dad: todas sus “posibles” asociciciones se han realizado en el men- saje mismo. A diferencia del lenguaje cotidiano, que sélo realiza 28. i i i ‘una parte” de [as_posibilidades-del-lenaugie,..elsienguaje=peetice —digamos— serignaguelscuycs, "sosibilidades estan todas volcadas en_elomenscier2Aeltmaieridadelamensaje. En esta vena, todo en él mensaje pogtico tiene importancia, pues todo implica una serie de relociones paradigmdticcs volcadas en una conereta sucesion de signos. JAKOBSON opone ja funcién metalingilistica ¢ la funcion poética, En la funcién-metalinauistica unas palabras se expliesn por otras palabras; es decir, una serle de palabros sirve para explicar otra serie. En la funcion metelingUistica se jogra una ecua- tion (una igualdad, une equivclencia) aproximando secuencias de palabras, En cambio, en la funcién poética, las equivalencies te vuelcan hacia el sje sintogmético: “en del eje paradigmatico, tl metaienguele fa seevencia. se emplec_para.construir.una ecuacion ediss JAKOBSON-, micntres queen poesia-ia-ecuacion seem ples_ura.cansirviruna secuensio””. En este sentido se pueden Gproximar, con pertinencia, la sospecha postica tradicional poema esta todo lo que el poeta quiere decir, y lo que "quiere de- die" es, pracisamente, lo que acaba de decic, o sea, el mense mismo, tomade tal cual. las posibles Yecucciones” qua @! ai pocte s¢ hallan todes reclizedos en el pcema que escibe y que leemos. En cierta forme, detrés de ia formuiacion de esta fun- Gién, se esconde un criterio de autd-suficiencia pera af menscle Si el mensaje acético realize todas sus posibilidades, & ste es un objeto auiesuticienie que, significativomente, ; mismo. Esta necién que implica un mensaje poétice gutosuficiente se ha denominado la literelidad. “Literal: menséjé neélico explicita todas sus _po Hoy que tener en cuenta que la defi én de JAXOBSON no es simplisia, y. que oi “sislar eI monaaia posticn ly Spee Gel contexto en el cuel se enuncia. No oividemos que los nociones de eje metatérico y ee mefenimice son nociones extensas y, NO- Joblemente, el eje metenimico no solo implica las determinaciones ‘interns’ ai sintagma, sino, ademés, implica les _determinacio~ nes del contexte libre. El contexto libre, como vimos, supone les contexto “amplio de !a locucién, 0 relaciones del mensaje con el ea. las condiciones de emisin del mensaje. En este sentido, le funcién pedtica ex s6la un mecanismo de proyeccion de equivaien- cies y no !a descrincién completa de las condidiones de significa- cion del mens: é i poético, Clero que, dentro de la fingiistica —er 39— a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a 2 a a 2 2 e) 2 2 icto— bastaria anclizar las condiciones significativas ¢ la lengua, pero, en la semiética literaria, las condiciones ectives —por definicién— son "distintas” que los de la lin- giistiea. Si las condiciones fueran las mismas, entonces la semi tica no tiene razén de ser. En esta direccién, si ne reducimos ia definicién de furcién poética, si csumimes la carccterizacién ex tensa de JAKOBSON, ia utilizacién de esia funcion por ia semié. tica literatia sédio deberg precisar las condiciones significativas que vencen los limites propios a la linglistica, lo que ya es bas- tante y, en cierta forma, es todo el problema que debe une semiética literaria, dicho sea de paso. resolver LENGUAIES CONNOTATIVOS ¥_ ME 5.1 Preciscremos estas nociones de acuerdo las proposiciones de HJELMSLEV ". Anies, sin embargo, precisaremes dos pares de con- ceptos cfines: (a) la diferencia enire denotacién y conactacidn, y, (be) la diferencia entre lengusie objeto y metalenguaje, % {a) Dencizs . Denote conceptos de le semantic: , sn con gnificacios (Se) de apreximarse o la cldsica distir Teacion, teudenetacion es cqu 03 Se refieren a los obj la denetec Un concepte que dencia siones més alld de la lin- signos). En_gruese das por ids otras extrapol: po de si égico es cquel desarrollede an los primeros Sxitos de ‘a linglistiea esiructural. lo hemos disehado, brevemen- te, en Ia versién de MARTINET (cf. supra, I, § 2.5). Se trata de un medelo formal que articula les d ersos niveles def lenguaie ores- de los signos. £1 modelo OOOO Ot & ae aw @ @ a» m= ~~~ _ _ @ G més acabado fue el de TROUVESKOY que organizé el sistema sig- nificativo de los fonemas. Este modelo ha guiado el trabajo de la linglistica estructural en los diversos niveles. Queda como uno de les grandes logros de la lingUistica del siglo XX. Su aplicacién a "igtros sistemas de signos” es harto problemdtica, aun, dentro de la lingiifstica, no se presta para el estudio seméntico (como estu- dio de les significados El modelo generative y transformacienal es e! modelo de- sarrollade por !a linglistica chomskiana. Este modelo es relativa- mente reciente (los Aspectas de la teoria de la sintaxis de CHOMSKY son de 1965). Se trata, ciertamente, de un modelo profundamente original y, en muchos aspectos, més completo que el de sus pre- decesores. Esté en plena investigacién. El horizonte de sus aplica- ciones es, todavia, marcadamente lingUistico, pero ya ejerce una fuerte influencia en los estudios literarios, con buenos resultados parciales. Por el momento, es un modelo ineludible, si tenemos en cuenta que la literatura juega con el lenguaje hablade. Ej modelo de la doble significancia se ha prestado bien para los estudios literarios. Dejando un poco por su cuenta a le lingUistica, les estudios literarios se enmarcarian dentro de lo que BENVENISTE llama Semantica, pues la literatura se relaciona con la discursividad de manera notable. KRISTEVA ha transformade un poco el modelo de BENVENISTE pare aplicarlo a la literctura y ha integrado, en cierta forma, algunos de los aspectos del mo- delo generative (cf. infra, Il, § 4.1). Se dirfa que el “futuro” de los estudios litercrios (como “se- miética literaria”) se jyega un poco en los limites disenades por los dos Ultimos modelos: se trataria de "integrar’ el modeio ge- nerative y el modelo de la doble significancia, £1 modelo fonolé- gico, privilegicdo en los primeros andlisis textuales, ha encontrado rapidamenie sus limites (aunque ha dejado un amplio aparato con- ceptual, sumamente til). ENUNCIACION Y ENUNCIADO. 7.1 Enunciacién y enunciado son conceptos que pertenecen al ané- lisis del discurse. Se refieren a dos momentos constitutives de todo ago locutive: la énunciacién implice los condiciones de emision de un discurso, el enunciado implica él! discurso emitide por el locu- ees tor. El enunciado seria un discurso realizado y la enunciacién el acto de produccién de dicho discUrs6> Precis CUBOIS: En uno da les polos tructura significant un enunciado acabado y cerraco y por eso mismo, elemento respende ai con’ to; en el otro polo 9 y decisive, qu2 crea en snunciedo, una sucesién de estructuracicr una de las cuales encuentra yn refiejo en el text do y determinado. La enunciacién se oresenta <: to del sujeto en el enunciado, o como fe relacion qu: locuter entretiene por medio del texto con el iocutor, 9 | como ia actitud dei sui habia: a relaci do. Por otra varte, y sin identificarse 3 produccion de los enunciades, ila seria ante toce asi como el texto es una estructura ” Enunciccién y enunciade se han cberdado desde disiintcs perspectives linguistices, cada une de ‘as perspectives, dispone estos des momentos de monera distinte 19 teerico. Le | que nos interesc rescatar, en esta breve nota, es que todo dis- curso implica estas dos di 0 hay enunciado. sin da ‘parece’ independ cigcién. En algunos casos, ef de toda enunciacién, pero el endlisis demestraria que una _enun- ciacién 9s condicién necesaria pera su comprensién. Esta sitvacion Se podria elemolificar asi: supengemos 21 enuncieds “José cominc”. in riger, habria que reconstruir este enunciado en otro dei tipo | "Alguien dice ‘José camina’,” para der razén de todas las condicio- nes. “Alguien dice” sefiaia las condiciones de lo enunciacion, mien- camina” sefaia las condiciones de! enunciade. Netoblemente, ciertas peries del discurso (pronombres, ad- | verbios) permiten reconocer el proceso de ia enunciacién en fos enunciados. La enunciacién, notablemente, se puede reparar en | el pronombre “yo”, en los adverbies “aqui”, “ahora”, que JA- KOBSON llamé shifters, pues permitian pasar del enunciado a le enunciacién. En el andlisis de estas dos instancias discursivas, se suele | reconecer un “sujeto de la enunciacién” y un “sujeto del enuncia- do”. Puesto que en ei lengueje habledo cuando alguien habla I siemare dice “yo", 0 fo imalica, necescriamente, el pronembre “yo” | bs, por excelencia, ef “sujeio de la enunciacién”. Sabemos que } | yo" y al “tu” estén en directa reiccién, de chi que dentro del 375 proceso de enunciacién se incluyan aquellos momentos en que el locutor implica al interlecutor. Aunque el “t” no es el sujeto de fa enunciacién, su “presencia” marca también el proceso. Por otra parte, el pronombre “él permite marcar claramente el “sujeto del enunciedo”. £1 pronombre “él”, como lo precisé BENVENISTE ”, no es un pronombre “personal”; tiene una funcién muy distinta que fs pronombres "yo" y “tu” (por ejemplo, "él" puede intercam- biarse por les demosira imposible para los pro: pambres “yoy hd) ta tuncich muy caracteristica del pronombre "si", permite ceracterizarlo como una de las marcas més impor- tantes de! "sujeto del enunciado”. Estos dos conceptes, propies al andlisis del discurso, son muy Utiles en el andiisis liieraric, per ejemplo, la narracién pue- de muy bien gproximarse a la necién de enunciacion (cf., infra, NW, § 6.2). te 4 NOTAS 1 2 FERDINAND DE SAUSSURE, Curse de fingtiistica general, Tr. Amado Alonso {Losada, Busnos Aires, 1967, 6 ed.), 9. 57. Para este tipo de linguistica, cf, CARLOS-PEREGRIN OTERO, Introduc- cion a la lingdistica transformacional (5 xico, 1970). OTERO presenta el transfondo_histérico y conceptual de la linglifstica chomskiana. Cf., también, NICOLAS RUWET, Intreduction a la gram- maire générative (Plon, Paris, 1968, 2 ed.); hay traduccion espafola en Gredos (Macrid). C£., una discusién de estos croblemas en TZVETAN TODOROV Y OSWALI DUCROT, Diccionaris enciclopédico de fas ciancias dei lenguaje, Tr. Enrique Pexzoni (Siglo XXI, Suenos Aires, 1974), 9p. 143-149. En’ general, en relacién al campo de les “ciencias del lenguaje”, este lisro es un muy buen instrumento de consuita y de trabsio. SAUSSURE, op. cit, p. 130, CE, la edici de figdistica general que hizo TULIO DE MAURO . Notablemente jas notas 135 a 129 gue tratan bitrariedad del ics fonemas son las unidades de sonido. Cf., TODOROV 7 DUCROT, op. sit., p, 203 incipio de “ar- proplema de ane". interpretaciones del pi Cf, TODOROV y DUCROT, op. cit. Louis NSLEV, Profégemenes 2 une théorio du langege, Tr. Una Sanger (Minuit, Paris, 1971}, pp. 65-79. Hay traduccién espafoia en Grecos (Madrid, 1971). ROMAN JAKOBSON, “Deux espe du langege et deux types d’eoha- sies", en Essais de lingvisiique générale (Minuit, Paris, 1963), po. 43- 67. Lastimosamente, le traduccion espaficla de los Ensayos de linguis- ica general (Seix-Barrai, Barcelona, 1975), no incluye este importante articulo. Cf., SAUSSURE, op. cit., pp. 207-213. ROLAND BARTHES, #léments de sémiolegie (Gonthier, Paris, 1971), po. 131-162. Hay traduccién espaficia en Tiempo Contemporénso (Bue: nos Aires, 1972) ROMAN JAKOBSON, “LingUistice y podtica”/.en Ensayos de lingUistica general, po, 347-395. Cf, infra, para la definicién de denotacién en relacién a connotacién, 1 § at. JAKOBSON, id., 9. 3: JAKOBSON, 3 aa 39 — 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 JAKOBSON, id., p. 356 JAKOBSON, id., p. 357 JAKOBSON, id, p, 360 JAKOBSON, id., p. 361 HJELMSLEY, op. cit., 9p. 144-157. EMiL BENVENISTE, Problemes de lingui: Paris, 1974), 9, 65. imard, ique générale Ml (Ga BENVENISTE, . 64, BENVENISTE, id., p. 64 SENVENISTE, i . 64, BENVENISTE, i |. 64-65. BENVENISTE, id., p. 65. JEAN DUBOIS, “Enoncé et énonciation’, en Langage N? 13 (Paris, mars 1969), p. 100 EMIL BENVENISTE, “La nature des pronoms”, en Problemes de lingui tigue générale (Gallimard, Paris, 1966), pp. 251-257. Hay treduccién espariola en Siglo XXI (México, 1971) =a0=

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