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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA. 2º BACHILLERATO. IES UNIVERSIDAD LABORAL.

PROFESORA: SONIA ASENSIO

TEMA 1.

EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS.

LA REPERCURSIÓN DE RUBÉN DARÍO Y

EL MODERNISMO EN ESPAÑA.

1.1.- El Modernismo: definición y características.

1.2.- La repercusión del Modernismo en España: Rubén Darío y el


Modernismo en Valle-Inclán.

1.1.- El Modernismo: definición y características.

MODERNISMO.

En los últimos años del siglo XIX surgieron, en Europa y América, nuevas
corrientes de pensamiento que pretendían renovar la situación política y social
y las tendencias artísticas imperantes (Realismo y Naturalismo).

Sus seguidores eran jóvenes inconformistas preocupados por la forma,


por la estética y por lo sensorial al que se conoció con el nombre de
modernistas. La denominación de Generación del 98 agrupó a escritores
españoles como Machado o Valle- Inclán que en sus inicios acogieron la
estética del Modernismo como veremos más adelante y de otros autores
como Juan Ramón Jiménez pertenecientes a un movimiento posterior conocido
como Novecentismo.

El Modernismo surgió en Hispanoamérica y su máximo representante y


difusor fue el nicaragüense Rubén Darío. En el origen de este movimiento de
renovación artística se encuentra un profundo sentimiento de rebeldía y de
renovación que lleva a escritores a alejarse de la literatura del momento y a
buscar nuevas formas y temas más acordes con sus inquietudes. Esta
renovación se da, especialmente, en poesía y presenta especial atención a
dos corrientes literarias francesas:

- el Parnasianismo, que busca sobre todo la belleza formal. Los


nuevos poetas propugnaron “el arte por el arte”: una poesía objetiva
cerrada a sentimientos e ideologías cuyos temas evocaron culturas
antiguas y ambientes exóticos.
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- el Simbolismo, que considera que la realidad es la imagen de algo


que se esconde tras ella y que hay que descubrir. Frente a la mención
directa de las cosas prefirieron la utilización del símbolo, entendido
como tal aquello que se ofrece a los sentidos y lleva a comprender una
idea.

CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA MODERNISTA.

Los rasgos que definen esta nueva estética pueden apreciarse tanto en
los aspectos temáticos como en los estilísticos.

* Los temas modernistas se desarrollan en una doble vertiente: la


belleza sensorial y el mundo interior.

a) Escapismo.
Se busca la belleza sensorial. En su afán por evadirse del mundo
real y por crear otros más bellos donde refugiarse, los modernistas
tienen especial predilección por el mundo clásico (Oriente, Grecia);
por el mundo medieval; por el universo renacentista; por los países
exóticos y lejanos; por el magnífico esplendor de la Francia del
siglo XVIII; etc.

b) En general, se inclinan por ambientes refinados, exuberantes y


palaciegos, donde desfilan princesas, hadas, cisnes, dragones,
personales mitológicos, héroes históricos y literarios… (Ver “La
princesa está triste…” de Rubén Darío en Antología). El exotismo
significó lo que tenían vedado por la cruda realidad. Los modernistas
crearon un mundo propio ideal que permitiera afrontar la vida rutinaria.

c) Defendieron también el cosmopolitismo como una faceta más de la


necesidad de evasión. París, con su bohemia, se convirtió en meta y
tema artístico, como gran ciudad del arte y de la bohemia.

d) También dedican su atención a su mundo interior, y plasman el


malestar que sienten mostrando sus sentimientos más íntimos:
tristeza, sensualismo, dolor, nostalgia, melancolía… En este aspecto
cobra especial importancia el paisaje, que, frecuentemente, es reflejo
del estado de ánimo del poeta. (Ver “Lo fatal” de Rubén Darío en
Antología). Tendencia a la melancolía y al hastío, con referencias y
símbolos que aluden a la desazón de la existencia: crepúsculos,
otoño, noche, etc.
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* En cuanto al estilo, los escritores modernistas buscan, sobre todo, la


consecución de la belleza y la plasmación de la sensualidad, por lo que
seleccionan cuidadosamente las palabras y las usan en función de su
capacidad para sugerir o para conseguir efectos sensoriales especiales:
música, color, etc.

Algunos de los recursos que los modernistas emplean para conseguir


estos objetivos son los siguientes:

- Empleo de recursos fónicos, como aliteraciones, onomatopeyas,


anáforas, paralelismos, palabras sonoras, etc.

- Léxico lujoso y refinado y continuas referencias a lo exótico


(plantas, flores, animales, lugares, etc.), así como una abundante
adjetivación ornamental.

- Enriquecieron el idioma con vocablos extranjeros y con


americanismos, abusaron de arcaísmos y de neologismos.

- Utilización de metáforas, símbolos y sinestesias (asociación de


sensaciones a sentidos que no les corresponden: "dulce sonido",
“cantaban los dulces violines de Hungría”)

- Empleo tanto de versos largos poco habituales (eneasílabo,


alejandrino, dodecasílabo) como de los consagrados por nuestra
tradición literaria (endecasílabo y octosílabo)

- Recuperación de estrofas en desuso, como la cuaderna vía,


modificación de estrofas consagradas como el soneto y creación de
otras nuevas.
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1.2.- La repercusión del Modernismo en España: Rubén Darío y el


Modernismo en Valle-Inclán.

La trayectoria poética de Rubén Darío.

La figura más importante del Modernismo es Rubén Darío. Su


producción poética se inicia a una edad temprana. Escritor nicaragüense, su
vida transcurrió entre el periodismo y la literatura.

Fue un hombre cosmopolita y amante del placer; sus viajes lo convirtieron


en difusor del Modernismo. Viajó a Chile y Buenos Aires. Llegó a Madrid en
1899 donde conoció a Villaespesa, Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez. Al año
siguiente se trasladó a París. A partir de 1912 viajó por Sudamérica Y Europa.

En su trayectoria destacan cuatro títulos:

- Azul… (1888), con el que se inaugura el Modernismo


hispanoamericano. Se ponen de manifiesto los pilares de una nueva estética
en la que se renuevan tanto la métrica como el vocabulario poético, se exaltan
la Grecia clásica y el siglo XVIII, se prefieren ambientes exóticos, se advierte
una acentuada preocupación por el ritmo y la musicalidad de los versos, etc.
Incluye cuentos breves y algunos poemas. El libro crea un mundo de
hadas, princesas, centauros, cisnes y fuentes… El léxico poblado de
objetos exóticos, la exquisitez aristocracia y el culto al parnasianismo, al
“arte por el arte” implican un rechazo de la realidad burguesa.
De esta obra, llena de imágenes sorprendentes y adjetivos inesperados
también desde el propio título, Azul, revela su filiación modernista en el uso de
los símbolos, entre los que destacan el color azul y el cisne.

- Prosas profanas y otros poemas (1896). Etapa de plenitud del


Modernismo y es cuando el poeta llega a su cenit con esta estética.
La ornamentación brillante y los rasgos modernistas se llevan ahora a su
extremo. Un mundo rutilante de belleza y colorido se encarna en nuevas
combinaciones estróficas y en versos desconocidos en la tradición métrica
hispánica: el alejandrino francés moderno, los eneasílabos, los
dodecasílabos….)
Este libro deslumbró tanto por sus innovaciones métricas como verbales.
Combina la evasión aristocrática de la realidad con la preocupación social.
En sus versos Darío cuestiona qué es el arte, el placer, el amor, el tiempo, la
vida, la muerte, la religión, la creación poética.
En estos textos el autor aborda también temas españoles, como la
exaltación de lo andaluz y las referencias a la épica medieval o poesía del siglo
XV.
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El tema por excelencia es el del placer erótico, que no excluye el


sacrificio y la pena. La imagen femenina adquiere diversas formas de la
naturaleza: tigre, paloma, mar, colina…

- Cantos de vida y esperanza (1905) que anuncia una línea más


intimista y reflexiva sin renunciar a los temas modernistas.
Obra de madurez del poeta que se sitúa ahora en la línea del Modernismo
intimista, más meditativo y menos esplendoroso. Hay en ella un ahondamiento
espiritual que refrena la exaltación vital del primer Modernismo y acentúa el
tono nostálgico y hasta la amargura existencial que sólo esporádicamente
se advertía en los libros anteriores.

Junto a la poesía reflexiva y melancólica, aparece también en Cantos de


vida y esperanza una poesía civil que reivindica los valores de la vieja
comunidad hispana frente al imperialismo yanqui, percibido ahora como la
verdadera amenaza para los pueblos americanos, una vez superado y
extinguido el antiguo colonialismo hispano. Los temas básicos serán los
problemas del mundo hispánico (España no solo es ya el pasado colonialista
sino un principio que puede dar unidad a Hispanoamérica) y la propuesta de la
unión de los pueblos americanos.

Algunas composiciones expresan la situación de cansancio y amargura


del poeta ante la vida transcurrida. La reflexión estética y existencial de los
versos que inician la obra (“Yo soy aquel que ayer no más decía / el verso azul
y la canción profana”) se torna profundamente pesimista en el poema “Lo fatal”,
que pone fin a este poemario. ((Ver Antología))

EL MODERNISMO EN ESPAÑA.

El Modernismo tiene su cuna en Hispanoamérica pero tiene gran


repercusión en España, cuando Rubén Darío llega en 1892 y se extenderá
hasta 1904. Es justamente en los primeros años del siglo XX cuando el
Modernismo conoce su época de esplendor en nuestro país.

Respecto al modernismo español, la vertiente poética más relevante es


la simbolista, que suma a la influencia francesa la del intimismo de Bécquer.
Esta poética se observa, por ejemplo, en Alma (1902) de Manuel Machado, en
Soledades (1903) de Antonio Machado y en las primeras obras de Juan
Ramón Jiménez, como por ejemplo, Jardines lejanos (1904).

(Mucho cuidado porque el modernismo intimista es una etapa de estos poetas sobre las
que nos pueden preguntar en la cuestión quinta).
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Los títulos mismos revelan la propensión del Modernismo español a un


mayor intimismo que el modernismo externo y brillante del primer Rubén
Darío.

A partir de este momento, la poesía española se aparta del prosaísmo de


la lírica realista. Los poetas van a buscar los efectos plásticos con el uso de
colores: azul, violeta, oro, granate, ébano, nieve… Los efectos sonoros son
asimismo muy frecuentes, tanto por el uso de recursos fónicos (aliteraciones,
armonías imitativas, etc.) como por la evocadora alusión a instrumentos
musicales: arpas, liras, flautas, pianos… No faltan tampoco en esta poesía los
aromas refinados de plantas y flores.

El léxico se enriquece con vocablos exóticos, cultismos, neologismos,


esdrújulas y términos extraños o extravagantes. Los ambientes son
característicos por su valor simbólico y evocador: jardines lejanos y otoñales,
fuentes, estanques, animales elegantes o fabulosos (cisnes, unicornios).

El deseo de renovación lleva a una gran variedad métrica. Se


experimenta con estrofas, versos y rimas buscando originalidad y ritmo
musical. Alcanza gran relevancia el uso de alejandrinos franceses y también el
empleo de versos libres o versos eneasílabos o dodecasílabos. No faltan
tampoco los versos de la métrica castellana como el octosílabo o endecasílabo.
En cuanto a las estrofas predominan los sonetos, las silvas, los serventesios y
también abundan por el interés por la lírica popular, coplas, seguidillas,
romances, etc.

El modernismo en Ramón del Valle-Inclán.

La trayectoria literaria de Valle-Inclán se inicia en el terreno del


modernismo y se manifiesta en una serie de obras narrativas como por ejemplo
Flor de santidad de 1904, impregnada del primitivismo milagrero y brutal de la
Galicia mítica que será después la clave de su obra posterior.

Esta primera etapa modernista se cerrará con las Sonatas, cuatro novelas
cortas en las que se recrea un mundo decadente, muy del gusto modernista,
con un marcado refinamiento léxico y formal y una relevante presencia de lo
sensual, sobre todo en la primera de ellas, Sonata de otoño (1902). El resto
fueron Sonata de estío (1903), Sonata de primavera (1904) y Sonata de
invierno (1905). En conjunto reciben el subtítulo de Memorias del Marqués de
Bradomín, al que Valle-Inclán definió como “un don Juan feo, católico y
sentimental”. Las Sonatas son un prodigio de prosa lírica y rítmica, y,
posiblemente, la mayor cumbre del modernismo literario español. Peripecias
del dandy aristocrático típico de fin de siglo, exquisito, donjuán, amoral.. en un
ambiente misterioso y con un lenguaje esmerado y un cuidadoso estilo que dan
por resultado la prosa más brillante del Modernismo español.

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