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Bemd Schróter y Christian Büschges (eds.

Beneméritos, aristócratas
y empresarios
ACTA COLONIENSIA Identidades y estructuras sociales
Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de las capas altas urbanas
en América hispánica
Editores:
Hans-Jürgen Prien y Michael Zeuske
I: Religiosidad e Historiografía: La irrupción del pluralismo religioso en América
Latina y su elaboración metódica en la historiografía.
Actas del Simposio Internacional: “Religiosidad e Historiografía: la irrupción
del pluralismo religioso en América Latina y su elaboración metódica en la his­
toriografía», del 15 al 16 de noviembre de 1996 en el Instituto de Historia Ibé­
rica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia.

II: Regiones europeas y Latinoamericanas (siglos xvm y xix).


Actas del Simposio Internacional: “Regiones europeas y Latinoamérica (siglos
xvm y xix)”, del 16 al 17 de diciembre de 1995 en el Instituto de Historia Ibéri­
ca y Latinoamericana de la Universidad de Colonia.

III: Interethnische Beziehungen in der Geschichte Lateinamerikas.


Akten des Symposiums: “Interethnische Begegnungen, Konflikte und Proble-
me in der Geschichte Lateinamerikas seit 1492”, vom 28. und 29. November
1997 an der Iberischen und Lateinamerikanischen Abteilung des Historischen
Seminars der Universitát zu Kóln.

IV: Beneméritos, aristócratas y empresarios. Identidades y estructuras sociales de


las capas altas urbanas en América hispánica.
Actas del Simposio Internacional: “Beneméritos, aristócratas y empresarios.
Identidades y estructuras sociales de las capas altas urbanas en Iberoamérica
colonial”, del 4 al 6 de diciembre de 1998 en el Instituto de Historia Ibérica y
Latinoamericana de la Universidad de Colonia. Vervuert • Iberoamericana 1999
Introducción
Christian Büschges
Universitát zu Kóln (Alemania)

Desde las pioneras investigaciones de su fundador, Richard Konetzke, el Insti­


tuto de Historia Ibérica y Latinoamericana de la Universidad de Colonia ha desa­
rrollado una rica tradición historiográfica respecto a la historia social de la Améri­
ca hispánica colonial1. Desde hace alrededor de cuatro años, las investigaciones se
concentran en la historia de la formación y el desarrollo de las capas sociales altas
del Nuevo Mundo y enfocan particularmente las ciudades y regiones de La Haba­
na, Caracas, Montevideo y Quito. Las discusiones que los miembros y colaborado­
res del instituto han llevado a cabo acerca de las diferencias y coincidencias de
estas sociedades coloniales han confirmado la importancia de elaborar una base
teórico-metodológica y empírico-histórica que pueda facilitar una investigación
comparativa de las capas sociales altas de las ciudades coloniales, enfoque que
hasta ahora no se ha desarrollado suficientemente en la historia social sobre la
América hispánica.
Por cierto, se ha publicado, sobre todo a partir de los años 70, una gran canti­
dad de monografías sobre grupos sociales de diferentes regiones hispanoamerica­
nas. Los estudios regionales sobre las así llamadas “élites” coloniales han enrique­
cido nuestros conocimientos sobre la compleja realidad social de estos grupos. De
hecho, todos los contribuyentes del presente volumen han publicado monografías
o artículos de este tipo, o están trabajando en ello.
Aparte de los trabajos monográficos contamos también con algunas síntesis
que forman en su mayoría parte de manuales de tipo “Historia de América Latina”,
entre los cuales se destacan los aportes de dos autores clásicos, que son James
Lockhart y Magnus Mómer. En 1986, Luisa Hobcrman y Susan Socolow publica­
ron además una antología muy útil de estudios generales sobre diferentes grupos
económicos (terratenientes, comerciantes, entre otros) y grupos funcionales (ofi­
ciales reales, clérigos, etc.) en la época colonial latinoamericana2. Cada uno de los

1 Véase por ejemplo Reinhard Liehr, Stadtrat und stadtische Oberschicht vori Puebla am Ende der

Kolonialzeit (1787-1810) (Wiesbaden 1971); Inge Langenberg, Urbanisation und Bevólkerungsstruk-


tur der Stadt Guatemala in der ausgehenden Kolonialzeií (1773-1824) (Colonia y Viena 1981); Hilde-
gard Krüger, Der Cabildo von Asunción. Stadtverwaltung und stadtische Oberschicht in der ersten
Halfte des 18. Jahrhunderts (1690-1730) (Francfort del Meno 1979); Barbara Potthast, “Parodies
Mohammeds" oder “Land der Frauen". Zur Rolle von Frau undFamilie in Paraguay im 19. Jahrhun-
dert (Colonia, Viena y Weimar 1994); Christian Büschges, Familie, Ehre und Machí. Konzept und
soziale Wirklichkeit des Adels in der Stadt Quito (Ecuador) wahrend der spaten Kolonialzeit (1765-
1822) (Stuttgart 1996); Bemd Schrdter, Die^Entstehung einer Grenzregion. Wirtschaft, Gesellschaft
und Politik im kolonialeh Uruguay 17251811 (Colonia, Viena y Weimar 1999).
Hoberman y Socolow (eds.), Cities and societies in Colonial Latín América (Albuquerque
1986).
10 Christian Büschges Introducción 11

artículos de esa antología presenta un resumen historiográfico sobre uno de los la América hispánica. En esos estudios se destaca normalmente la importancia de
mencionados grupos y ofrece además algunas reflexiones sobre las características las estructuras económicas (y además del poder) para la formación de las capas
comunes y particulares de estos grupos en diferentes regiones y épocas. sociales altas.
Otras iniciativas de unir diferentes trabajos de historia social, en esta ocasión Con estos trabajos se ha difundido también el término de “élite^ que, a pesar de
además con un enfoque en las capas sociales altas, se realizaron en los Congresos haberse convertido en un término central de este tipo ae estudios, carece, quizá
Internacionales de Americanistas de New Orleans, en 1991, y Quito, en 1997. En justamente por su uso inflacionario, en la mayoría de los estudios de una defini­
los respectivos simposios dedicados a las “élites” coloniales, un número conside­ ción precisa.
rable de historiadores presentó los resultados de sus estudios histórico-empíricos ¿"Desde la perspectiva del análisis socio-económico se han elaborado también
sobre diferentes épocas y regiones coloniales. El simposio de Quito sobre el tema modelos generales de la jerarquía social, tomando como criterio principal las acti­
“Elites, poder e identidad en América colonial” ha mostrado, sin embargo, que vidades económicas y las profesiones ejercidas por los diferentes individuos y
falta todavía un esfuerzo para coordinar investigaciones tan heterogéneas a través gruposj
de un explícito enfoque comparativo. La tercera y más reciente corriente historiográfica, tanto en el ámbito de la his­
Todas las experiencias y conclusiones mencionadas hasta aquí nos han llevado, toria social internacional como respecto a la América hispánica colonial, aparece
tanto a Bemd Schróter como a mí, a la idea de organizar un simposio, en el cual se bajo denominaciones diferentes como “historia de la mentalidad” o, sobre todo en
presenten y discutan algunos aspectos centrales de la historia de diferentes capas los últimos años, como “antropología histórica” (o “historia antropológica”) y
sociales altas de la Hispanoamérica colonial. No queríamos dedicamos tanto a una “(nueva) historia cultural”.
discusión de los grandes modelos teóricos, aunque tampoco unir tan sólo algunos La historia de la mentalidad reivindica la importancia de los sistemas de valo­
estudios histórico-empíricos. El propósito principal del simposio, cuyos resultados res y su autonomía relativa frente a las otras grandes estructuras de la. sociedad, o
se reúnen en este volumen, era ofrecer un espacio para reflexionar, desde una pers- sea la economía y el poder, con las cuales constituye la realidad social.
pgctiva comparativa, sobre las raíces de la estructura e identidad de estas capas La historia antropológica no sólo defiende la importancia de los sistemas de
sociales ai.US.-Y acerca del origen de las coincidencias y diferencias que existen valores en esta tríada de estructuras económica, política y cultural, sino que busca
entre ellas. además distanciarse de un enfoque demasiado global y estático en las grandes
Desde los años 50 y 60, décadas en que la historia social se constituyó como estructuras y capas sociales, para hacer recalcar los actores sociales concretos. Se
una disciplina propia en el campo latinoamericanista, han surgido, en un proceso concentra además en el estudio de la pgiQepdÓnAUQ fe individuos y grupos tienen
de sustitución y amplificación, varias corrientes historiográficas que forman, hasta de sí mismos y de la sociedad en la que viven, y pone de relieve la importancia de
el presente, las perspectivas fundamentales de la investigación, reflejando las gran­ los fenómenos sociales más bien informales, como son símbolos e imágenes. En
des “escuelas” de la historiografía europea y norteamericana. esta corriente hístoriográfica, la importancia del análisis cuantitativo o estadístico,
La historiografía social hispanoamericana ha comenzado como una historia eje metodológico de gran parte de los estudios estructurales de la historia socio­
jurídico-institucional, tanto por el tipo de fuentes usado, sobre todo de carácter económica, ha perdido importancia frente a un enfoque cualitativo, siendo ésta una
legislativo, como por la lectura de éstas, y entre sus protagonistas hay qüe contar al tendencia denominada a veces como “cambio hermenéutico” más favorable al lla­
mencionado Richard Konetzke. De este enfoque nació el primer modelo de la mado “retomo a los textos”4. Esta nueva perspectiva historiográfica se refleja en
estratificación social de las sociedades latinoamericanas y de la posición de sus los últimos años también en la historiografía social sobre Hispanoamérica5.
capas sociales altas, o sea el modelo de una jerarquía social de grupos definidos Las mencionadas corrientes historiográficas, resúmenes de investigación y
por su etnicidad (o “raza”) y cuya posición y función social era determinada por estudios histórico-empíricos han ampliado considerablemente los aspectos, fuen­
leyes y corporaciones propias. Las normas jurídicas, como son leyes, ordenanzas, tes y metodologías de la investigación sobre las capas sociales altas.
corporaciones, o sea cofradías, etc., siguen siendo una materia importante de la
investigación sobre la realidad social de las capas sociales altas.
A partir de los años 70, se han difundido los estudios sobre las “élites” colonia­ 4 Winfried Schulze (ed.), Sozialgeschichte, Alltagsgeschichte, Mikro-Historie. Eine Diskussion
les, y con estos trabajos la historia social se ha orientado particularmente hacia la (Góttingen 1994).
estructura, primordialmente socio-económica, de las capas sociales altas3. Este 5 Véase, por ejemplo, Mexico’s new cultural history. ¿Una lucha libre?: ed. especial de Hispanic

enfoque representa hasta hoy en día el eje central de la historiografía social sobre American Historical Review, 79:2 (1999); Jean-Paul Zúñiga, “La voix du sang. Du métis á l’idée de
métissage en Amérique espagnole”: Anuales, 54:2 (1999), pp. 425-452; Tamar Herzog und Johannes-
Michael Scholz (eds.), Observation and Communication. The Construction ofRealities in the Hispanic
World (Francfort del Meno 1997); Solange Alberro (ed.): Cultura, ideas y mentalidades (México 1992);
y®ase Ia obra pionera de este estilo: David Brading, Miners and merchants in Bourbon México, Structures et cultures des sociétés ibéro-américaines, ed. por Centre National de la Recherche Scientifi-
1763-1810 (Cambridge 1971). que (París 1990).
12 Christian Büschges Introducción 13

Esta investigación, como cualquier estudio sobre la realidad social de la época / f limita a uno de dichos grupos, por lo cual el estudio prosopográfico de grupos eco­
moderna, no puede prescindir de inscribir su trabajo en el marco de los conceptos nómicos o profesionales resulta problemático e insuficiente.
globales sobre la estructura de las sociedades d¿l Aatiguo Régimen^ El marco teó- Confirman esta interpretación los estudios que se ocupan de lajeconstitución
rico~general más valiente^s, sin duda, la diferenciación entre la posición o “socie­ de una o de un grupo de familias, siendo ésta otra metodología surgida más
dad de estamentos” y la posición o “sociedad de clases”. recientemente en la historiografía social hispanoamericanista. La pertenencia a
Para el caso de las sociedades de la Áméffcá hispánica colonial, estos concep­ una familia no era sólo un factor clave para el estatus social de un individuo en las
tos han sido discutidos más detenidamente por Magnus Mómer. En este contexto sociedades del Antiguo Régimen, sino que el estudio de las familias de la capa
hay que mencionar además el debate sobre race and class de finales de los años social alta pone de relieve, en la mayoría de los casos, que éstas se dedicaban a una
setenta y principios de los ochenta, llevado a cabo en la revista Past and Present. gama amplia de actividades económicas y profesionales. Es decir, muchas familias
Varios autores discutieron en aquella ocasión la importancia del estatus étnico, combinaban, por una o por varias personas, la tenencia de la tierra y el comercio, o
entendido éste como una variante colonial de la posición estamental, y de la posi­ el ejercicio de empleos en la jerarquía de la administración secular y eclesiástica o
ción económica o “de clase” para la estratificación social, tomando como punto de en el sector militar.
partida el caso de una sociedad concreta, o sea la de Oaxaca en la Nueva España a El análisis de las identidades sociales ofrece en este contexto una perspectiva
finales del siglo xviii. El resultado de este debate fue, sin embargo, relativamente importante para entender mejor la compleja realidad social de las capas sociales
modesto, en parte debido al hecho de que la discusión sobre los criterios principa­ altas. Las identidades no sólo reflejan la estructura económica, política y cultural
les de la estratificación social se redujo, demasiado pronto, a la disputa por el justo de estos grupos sociales y de la sociedad en general, sino que representan un ele­
método estadístico para medir el nivel de endogamia étnica que se reflejaba en los mento e instrumento con el cual las capas sociales altas buscan defender su distin­
libros parroquiales oaxaqueños sobre matrimonios, tomando ésta como un indica­ ción y exclusividad social. De esta manera, influenciados por teorías sociológicas
dor central para juzgar la importancia de las barreras étnicas en la sociedad. El y antropológicas, algunos estudios históricos recientes han puesto un particular
i resultado de este debate fue la constatación algo resignada de una coexistencia de énfasis en la función de los discursos e imágenes como elementos constituyentes
factores étnicos y económicos como base de la jerarquía social. del orden social7.
A manera de epílogo del debate, Patricia Seed demostró, además, en un artícu­ Para acercarse al estudio de las identidades sociales hay que analizar, en primer
lo, cómo el factor étnico pierde su supuesto carácter de elemento objetivo y casi lugar, los términos, conceptos, símbolos e imágenes por las cuales se expresan
material para la estratificación social y, por consiguiente, también para la historio­ estas identidades. Además, se deben estudiar los elementos estructurales en que se
grafía social6. En cambio, la autora puso de relieve que el estatus étnico no es tanto fundan estas identidades en una región y época concreta, o sea los aspectos econó­
un hecho biológico sino> un_ fenómeno cultural, definido y juzgado por la misma micos, demográficos, étnicos, jurídico-institucionales, etc. El estudio de las estruc­
, sociedad, por cuya razón una persona podía cambiar de estatus o identidad étnica turas e identidades sociales debe aprovechar finalmente toda la gama de aspectos,
• I durante su vida o en diferentes contextos sociales. fuentes y metodologías que la historiografía social hispanoamericanista ha desa­
/ Aparte de la etnicidad, también la base económica y el ejercicio de determina- rrollado en los últimos decenios.
/ dos empleos y profesiones tiene hasta el presente una importancia central para el El segundo paso de este tipo de investigaciones es sin duda poner los resulta­
' estudio de las capas sociales altas. Dentro de este tipo de investigaciones se ha dos de los estudios empírico-históricos en el contexto de una perspectiva de com­
establecido la prosopografía o “biografía colectiva” como la metodología domi­ paración, de nivel regional y cronológico. Para el simposio de Colonia habíamos
nante que estudia a través del análisis de fuentes notariales y testamentariales, o de tratado de elegir sociedades urbanas que corresponden a uno o varios de los
la documentación de la respectiva institución o corporación colonial, a los repre­ siguientes paradigmas de estructuras generales, o sea:
sentantes más importantes de un determinado sector económico o de una institu­
ción o profesión particular. La limitación más importante de estos trabajos es que - sociedades de la época colonial temprana o tardía;
los grupos estudiados nunca comprenden toda la capa social alta, sino tan sólo una - sociedades “primitivas” e “incipientes” (de cualquier siglo) o antiguas y
< parte de ella (o sea una y no la “élite”). De la misma manera, las actividades eco- desarrolladas;
) nómicas y el ejercicio de empleos y profesiones representan sólo una dimensión de - sociedades de ciudades (primordialmente) mercantiles, mineras, administra­
la jerarquía y de las relaciones sociales. Por esta razón, ni todos los miembros de tivas, agrarias, industriales (artesanales) o de plantaciones;
f un grupo económico o profesional pertenecen a la misma capa social, ni ésta se

7 Sobre este punto véase Peter Burke. “The language of orders in early modern Europe": M. L.
6 Seed: “Social dimensions of race. México City”: Hispanic American Historical Review, LXIIL4 Bush (ed.), Social orders and social classes in Europe since 1500 (Londres y Nueva York 1992), pp.
(1982), pp. 569-606. 1-12.
14 Christjan Büschges

- sociedades de economías dinámicas, estancadas o depresivas;


- sociedades de una inmigración alta o baja;
- sociedades de un alto o bajo porcentaje de población indígena o negra, o de
mestizaje.

Respecto al interés especial en las identidades de las capas sociales altas, ha­
bíamos además planteado algunas preguntas de interés particular:

- ¿Cuáles son los términos y conceptos que expresan la identidad de la capa


social alta y a qué estructura social (demográfica, económica, jurídica, etc.)
corresponden?
- ¿Qué importancia tienen la etnicidad, la descendencia, las profesiones y la
propiedad o riqueza para el desarrollo del sentimiento de distinción y exclu­
sividad?
- ¿De qué manera y por qué se cambian los términos y conceptos de este sen­
timiento a través del tiempo? Formación y desarrollo de identidades
- ¿Qué relación existe entre las identidades y estructuras sociales y el fenóme­ DE GRUPOS SOCIALES ALTOS
no de la movilidad social?
EN VIEJOS CENTROS COLONIALES.
Puesto que las ponencias de los participantes del simposio iban a partir cada
una de una perspectiva peculiar, era tarea del pleno llevar la presentación de los
Nueva España y el Perú
aportes particulares a una discusión general sobre las identidades y estructuras de
las capas sociales altas. El resumen del presente volumen pretende presentar y dis­
cutir los resultados más importantes de este debate y proponer algunos puntos y
preguntas especialmente interesantes.
La selección de las ciudades y sociedades aquí tratadas no pretende ser exhaus­
tiva ni normativa, sino que quiere abrir un espacio para un análisis comparativo y
sistemático de la complejidad de las sociedades coloniales de Hispanoamérica, con
la esperanza de que las conclusiones sacadas del encuentro de Colonia puedan ser­
vir de ejemplo y de aliento para próximas investigaciones8.

8 En un principio, habíamos incluido para el simposio también dos ponencias sobre el Brasil colo­

nial. Desgraciadamente, a último momento, los ponentes invitados no pudieron venir a este evento.
Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial.
Reflexiones sobre un tema y una conferencia
Christian Büschges y Bemd Schrdter
Universitát zu Kóln (Alemania)

A manera de conclusión, y partiendo tanto de las ponencias y aportes a la dis­


cusión del simposio como del debate historiográfico en general, queremos presen­
tar algunos aspectos que nos parecen importantes y proponer algunos puntos de
discusión. Partimos de la premisa, confirmada por el simposio, de que el enfoque
comparativo sistemático brinda la clave para obtener nuevos resultados en la inves­
tigación tanto histórico-empírica como sistemático-teórica sobre las capas altas de
las sociedades urbanas de la América hispánica colonial.

I. Terminología

En las ponencias y aportes a la discusión del simposio se ha reflejado la varie­


dad de los términos (capas sociales, estamentos, clases, élites, oligarquía, etc.) con
que la historiografía hispanoamericanista trata el tema de las capas sociales altas.
Nosotros hemos preferido utilizar como término genérico el término de “capa
social”, dado su significado general o neutral. Somos conscientes de que este tér­
mino pueda parecer a algunos historiadores demasiado estático, anónimo y unifor­
me. No obstante, cabe poner de relieve que cualquier término teórico o global debe
ser considerado como instrumento de análisis y no como mero reflejo de la reali­
dad histórica.
“Estamento” y “clase” son otros dos términos utilizados a menudo en la histo­
riografía social hispanoamericanista. Caracterizar una sociedad o un grupo social
en términos generales como “estamental”/“estamento” o “clasista”/“clase” es una
posición bastante estricta cuando se aplica tal posición a la época moderna (siglos
xvi a xvm), tanto de América como de Europa, dado la mezcla obvia de factores
de ambos tipos en estas centurias, sobre todo en el siglo xvni. De todas formas,
pensamos que antes de la transformación económica de la industrialización (s.
xviii/xix) es más adecuado el uso del término “sociedad estamental”/“estamento”.
En cuanto al estudio de las capas sociales, para evitar juicios demasiado severos es
muy útil usar la diferenciación tipológica propuesta por Max Weber, que distingue
entre la “situación estamental” y la “situación de clase”, siendo ésta una concep­
ción lo suficientemente flexible para analizar cualquier capa social respecto a ele­
mentos y características de ambos tipos (“estamental” y “de clase”).
El término de “aristocracia” tiene quizás una aplicación limitada en el área his­
panoamericana colonial, ligada sobre todo a las ciudades más importantes donde
hubo una presencia considerable de familias de la nobleza titulada. De todas for-
300 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 301

mas, es cierto que en sociedades “jóvenes” o periféricas, de cualquier época, la II. Teoría y metodología
nobleza tuvo ninguna o poca importancia. Respecto al término de la “nobleza”,
' cabe destacar que abarca no solamente a la nobleza titulada sino también a los Como parte de la diferenciación terminológica entre capas sociales y grupos o
caballeros de las órdenes nobiliarias españolas, hidalgos y otras personas que fue­ actores sociales (élites) se deben mencionar los diferentes métodos y teorías que
ron considerados nobles a pesar de no poder (o tener la necesidad de) comprobar han orientado y orientan todavía la investigación sobre las capas sociales altas en
su estado social por un privilegio real o por descendencia de una familia española la América hispánica colonial. El enfoque más difundido en la historiografía es sin
de conocida nobleza. duda el estudio prosopográfico de la estructura económica y política de las capas
Otro término corriente de la historiografía hispanoamericanista es el de la “oli­ sociales altas, o sea el análisis de las propiedades e ingresos, los oficios y privile­
garquía”. Dadas sus connotaciones políticas, y además ideológicas y polémicas, gios, etc. Ellímite del enfoque prosopográfico lo constituye el problema de definir
este término podría parecer poco apto para caracterizar una capa social alta de la el grupo desestudio y la averiguación de sus miembros, dado que depende de los
América hispánica colonial, dado que el centro del poder se encontraba en la datos disponibles, de compendios o listas coetáneas que permitan conocer la com­
, metrópoli. No obstante, las capas sociales altas lograron controlar en muchas ciu­ posición. Por esta razón, muchos estudios prosopográficos limitan su análisis a las
dades y regiones de la época colonial gran parte de la vida política cotidiana y personas ligadas a cierta institución (Consulado, Cabildo, Audiencia, etc.) y/o acti­
local, limitando, e incluso obstruyendo a veces, el impacto de la política real. Pare­ vidad económica (hacendados, comerciantes, etc.) a pesar de que estos grupos
ce, en cambio, no menos problemático el limitar el uso del término oligarquía a la (funcionales o económicos) no forman necesariamente un grupo social homogéneo
época contemporánea (siglos xix-xx), dado que a pesar de la construcción de los y mucho menos la capa social en total.
“estados nacionales” la vida política hispanoamericana quedó dispersa, por lo Otro enfoque que va más allá del estudio prosopográfico es la reconstitución de
menos durante el siglo xix, en gran parte del continente en centros locales y regio­ familias, grupos de parentesco_y^d£.linaj.esu Estos estudios confirman el hecho de
nales que mantenían una autonomía o incluso independencia política del centro del que las familias pertenecientes a la capa social alta fueron integradas por personas
respectivo estado. Hay que recalcar finalmente la tesis de Juan Pablo Ferreiro que que ejercieron diferentes actividades económicas y oficios. Un paso más en esta
rechazó en la discusión el término oligarquía para sociedades en formación o peri­ dirección es la reconstitución de redes no sólo familiares sino además sociales,
féricas, dado que este término supone una tradición y pervivencia familiar vincula­ horizontales y verticales, incluyendo por ejemplo el parentesco ritual o las relacio­
da al poder que no existía (todavía) en tales lugares. nes económicas y de amistad.
El término “élite”, tal como se utiliza tradicionalmente en la historiografía lati- Más recientemente se ha empezado a analizar además el lenguaje y los discur­
noamericanistarseórigina en los estudios de origen anglosajón sobre capas socia­ sos sociales que constituyen y reflejan el mundo mental de las capas sociales altas
les altas o grupos particulares definidos sobre todo por criterios socio-económicos, y que conducen su actuación en la sociedad.
y ha sido difundido con estos mismos estudios1. La amplia historiografía sobre éli­
tes locales y regionales de la América hispánica colonial se caracteriza en gran
parte por la falta o por la cantidad excesiva de definiciones del término. Última­ III. Premisas conceptuales y temáticas de análisis y de comparación
mente se puede observar una limitación o concretización en el uso del término de
élite, en cuanto a grupos o redes sociales de personas y familias particulares que 1. A nuestro modo de ver se ha mostrado que para el análisis de la estructura y
actúan en contextos sociales, políticos, económicos, etc. concretos. La limitación del desarrollo de las capas sociales altas es necesario tomar en cuenta tres dimen­
del término y, por consiguiente, del estudio social a grupos que se forman alrede­ siones de la sociedad:
dor de ciertas actividades o funciones sociales, políticas, económicas, etc., ha
aumentado y profundizado sin duda nuestros conocimientos sobre las dinámicas a) La dimensión económica (estructura, actividades y relaciones económicas).
internas y relaciones externas de las capas sociales altas y sus diferentes grupos, b) La dimensión política (poder).
facciones, familias e individuos. El límite que tiene este enfoque se debe sin c) La dimensión cultural (sistemas de valores, mentalidad).
embargo justamente a esta limitación y concretización del término y objeto de
estudio, o sea la élite, en cuanto que no logra brindar una visión general de la capa Siguiendo la lógica de esta premisa heurística se puede constatar que estas tres
social alta. En otras palabras: la reconstitución de grupos y redes sociales concre­ dimensiones producen conjuntamente la estructura y el desarrollo de la sociedad
tos no hace superfluo el análisis de la estructura general (económica, política, etc.) y de sus capas sociales, a pesar de que cada dimensión goza de una cierta inde­
de unas capas sociales, sino que añade a este análisis otro tipo de información. pendencia frente a las otras, por lo cual cada una de estas dimensiones, o algunos
de sus respectivos elementos, pueden adquirir una trascendencia primordial para
la estructura y el desarrollo de las capas sociales de una región y época en par­
Véase la obra pionera de este tipo de David Brading, Miners and merchants... ticular.
302 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 303

Existen por supuesto muchas relaciones entre estas tres dimensiones en una Desde la perspectiva de una diferenciación de fases se puede decir que el análi­
sociedad y época concreta. Por ejemplo, la política de la Corona española creó o sis de las capas sociales altas en la América hispánica colonial debe partir de dos
apoyó la formación de los márgenes jurídicos e institucionales de la estructura y el complejos de preguntas estrechamente relacionados entre sí:
desarrollo económico de las capas sociales altas.
Los oficios ejercidos por los miembros de la capa social alta no les brindaron a) El análisis de los procesos y factores de la estructura y del desarrollo social:
sólo sueldos (si los había), sino también poder y prestigio. En este contexto, es
interesante investigar la relación entre oficio y propiedad o riqueza. Es decir, ¿fue - ¿Cuáles son los procesos y factores que determinan la génesis y formación
la riqueza la que abrió las puertas al ejercicio de un empleo importante? ¿O fue el o, en el caso de las sociedades ya desarrolladas, la transformación de las
oficio el que abrió las puertas a los recursos económicos (véase el caso de Jujuy)? capas altas?
La decisión política, basada en sistemas de valores, de definir y diferenciar a la - ¿Cómo funcionan y se reproducen las capas altas?
población en grupos étnico-jurídicos determinó en gran parte el acceso que tenían
los diferentes grupos sociales e individuos a los oficios y las actividades econó­ b) Las relaciones entre estos procesos y factores:
micas.
Partiendo de esta perspectiva pluridimensional, el análisis de las capas sociales
- ¿Cuáles de los procesos y factores preceden a cuáles otros?
altas debe enfocar tanto los aspectos y procesos generales que forman una socie­
- ¿Cuáles son las relaciones recíprocas que se desarrollan entre los menciona­
dad, como las características de la capa social alta respecto a su base y actividades
dos factores y procesos?
económicas, su poder y sus funciones políticas y su mentalidad.
- ¿Por qué y cómo se efectúan cambios de prioridades entre estos factores y
2. Se puede diferenciar el análisis de la estructura y el desarrollo de una socie­ procesos?
dad y su capa social alta respecto a tres fases:
3. Las reflexiones referidas hasta aquí no se limitan, por supuesto, solamente a
a) Génesis y formación. los estudios casos sino que forman también el inventario científico del análisis
b) Organización y reproducción. comparativo. Pasando del análisis de estudios casos a la comparación y clasifica­
c) Transformación. ción de éstos, son tres las perspectivas que tienen, a nuestro modo de ver, un inte­
rés particular:
Siguiendo este enfoque, podemos clasificar las sociedades y sus capas altas
respectivas que se han tratado en el simposio de esta manera esquematizada: a) La comparación vertical, o sea de una misma capa social en o a través de
diferentes períodos (siglos xvi y, o hasta, xvm, por ejemplo). En este caso el enfo­
Sociedades en formación Sociedades organizadas Sociedades en transformación que debería estar en los aspectos de continuidad y transformación de las capas
sociales altas.
México (s. xvi) Jujuy (s. xvn) Buenos Aires (s. xvm) b) La comparación horizontal, o sea de capas altas de diferentes regiones en un
Lima (s. xvi) Quito (s. xvii-xviii) Caracas (s. xvm) mismo período.
La Habana (s. xvi) Asunción (s. xvii-xviii) Maracaibo (s. xvm) En este contexto interesan sobre todo los aspectos de analogía y diferencia
Parral (s. xvn) Santiago de Chile (s. xvm) entre las capas altas, por ejemplo la actuación de éstas frente a condiciones econó­
Montevideo (s. xvm)
Quito (s. xvi-xvn) micas, políticas, etc. parecidas o diferentes.
Asunción (s. xvi) c) La comparación vertical y horizontal, o sea la estructura de capas altas de
diferentes regiones y períodos.
Eso no significa que todas las sociedades hayan pasado por estas tres etapas. Aquí tienen un particular interés los aspectos de analogía.
Así, se puede decir que Quito por ej. nunca vivió una fase de transformación y en
Montevideo la formación de la capa social alta se vinculó directamente con proce­
sos transformativos al final del tiempo colonial, es decir, esta sociedad “saltó por IV. La estructura de las capas sociales altas
encima” de la etapa organizada. También en cuanto a otras sociedades, sobre todo
en regiones que por largo tiempo fueron regiones periféricas, es difícil el cualificar Según el enfoque pluridimensional (III. 1.) y la clasificación de fases (III.2.)
bien claro las etapas diferentes como por ej. en los casos de Buenos Aires y podemos detectar algunas características generales que tienen las sociedades y
Caracas antes de la segunda mitad del siglo xvm. capas altas en cada una de estas fases.
304 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 305

1. Génesis y formación la época colonial se desarrolla esta estructura de la sociedad y de la capa social
alta. El origen español del prestigio social pierde en la mayoría de los casos su
La expansión económica que sigue a la ocupación de cualquier territorio de la importancia y cede ante valores más americanos o autóctonos. Por ejemplo, de
América colonial por parte de los españoles depende en cada caso tanto de los res­ parte del concepto ibérico de la “limpieza de sangre” se desarrolla el concepto de
pectivos recursos naturales, infraestructuras naturales y preexistentes, clima y la “limpieza de toda mala raza”, de la hidalguía española se pasa a la “nobleza” de
estructura geográfico-topográfica como de la política económica real, los merca­ reputación y valor más bien local.
dos y las coyunturas internacionales. Esta situación no se limita a la propia época
de la conquista de finales del siglo xv y de la primera mitad del siglo xvi, sino que
estas condiciones se dan también en la conquista y expansión española de los dos 2. Organización y reproducción
siglos posteriores.
Sólo en los siglos xvi y xvn, la encomienda sirve como un punto de partida La diversificación económica es la estrategia económica más importante para
importante del proceso de la expansión y estructuración económica y social, aun­ asegurar la continuidad de las familias en la capa social alta. Mientras que las
que pierde rápidamente su importancia económica. minas no proponen una base suficiente y el comercio sufre de cambios de coyuntu­
Se desarrollan centros predominantemente mineros (Parral, Zacatecas siglos ras que afectan la posición social, es la tenencia de la tierra lo que permite estabili­
xvi y xvm), obrajeros (Quito), agrícolas (Santiago, Jujuy, Asunción, La Habana), zar el patrimonio a través de las generaciones.
mercantiles (Lima, Buenos Aires) o más bien mixtos (México, Montevideo, Se desarrolla una fuerte endogamia familiar y social, que, sin embargo, bajo
Caracas). distintas condiciones (riqueza, prestigio de oficio), permite una integración de exi­
Además, se observa una tendencia general hacia la diversificación de las activi­ tosos trepadores sociales.
dades económicas, tanto respecto a las regiones como a sus capas sociales altas. Otro mecanismo para consolidar la pervivencia en el estrato alto de la sociedad
Un ejemplo típico es el de México, mientras que la capa social alta de Lima, gra­ es la construcción de clanes y redes familiares, de parentesco, de negocios y de
cias al monopolio mercantil de la ciudad, mantuvo un carácter primordialmente amistad. Además se dan relaciones clientelares o relaciones estratégicas con auto­
mercantil, no obstante las inversiones en haciendas y minas. ridades reales para alcanzar o defender los intereses políticos y económicos (véase
Otro proceso de la expansión española en América se refiere a la administra­ los casos de Parral y Jujuy).
ción real, local, eclesiástica y militar. Los integrantes de las capas sociales altas Más aún, las capas sociales altas se apoyan en la creciente institucionalización
ocupan los oficios y rangos más altos de la jerarquía administrativa, eclesiástica y de la sociedad y de las relaciones sociales, por ejemplo a través de la fundación de
militar, sea que su situación socio-económica les facilitó su ingreso a la adminis­ los consulados y de cofradías o, sobre todo en los centros más antiguos e importan­
tración, sea que son los oficiales venidos de España o de otras partes de la América tes, la concesión de mayorazgos, títulos de Castilla y hábitos de las órdenes nobi­
hispánica que ocupan estos puestos y en muchos casos invierten sus ingresos en liarias españolas. De parte de sus funciones concretas (económicas, religiosas,
actividades económicas. etc.) estas instituciones, fundadas por iniciativa propia y/o concedidas por la coro­
Las sociedades “jóvenes” o en proceso de formación son todavía menos com­ na, tenían la función de estabilizar la sociedad y la posición social de la capa social
plejas y más egalitarias (véase los ejemplos de Asunción, Jujuy y Montevideo). De alta.
todas formas, con el tiempo se desarrolla en cada región y ciudad una jerarquía
social más articulada y sistemas de valores y mentalidades que reflejan y sostienen
la elevada posición social de la capa alta. 3. Transformación
En los casos de Parral y Asunción vemos que las capas altas incluyen también
mestizos, lo que no quiere decir que estas sociedades fueran más egalitarias, dado La segunda mitad del siglo xvm constituye sin duda el proceso de transforma­
que se desarrollaron también en estas ciudades mecanismos y criterios de distin­ ción económica, política y cultural más significativo de la América hispánica colo­
ción y exclusividad social que diferenciaban la capa social alta del resto de la nial. Este período es denominado comúnmente la época de las Reformas Borbóni­
población, por ejemplo respecto a linajes prestigiosos, la descendencia de conquis­ cas. Desde el punto de vista comparativo horizontal esta época muestra claramente
tadores y encomenderos, la endogamia, etc. En Asunción, los mestizos de la capa grandes diferencias regionales. De la dinámica económica internacional, de cierta
social alta se definían con el transcurso dei tiempo como blancos. En la joven liberalización del comercio colonial por parte de la Corona española y de la ola
sociedad de Montevideo de finales del siglo xvm la reputación de ser un “vecino demográfica que condujo a una gran cantidad de inmigrantes españoles a América
poblador”, o de descender de tal persona, no se diferencia del alto prestigio de des­ se beneficiaron sobre todo las regiones anteriormente más bien periféricas, por
cender de los “conquistadores y primeros pobladores”, atributo propio de la capa ejemplo las ciudades de Zacatecas, Caracas, Montevideo, Santiago de Chile o Bue­
social alta en los centros más antiguos, por ejemplo en Quito. En cualquier siglo de nos Aires y sus hinterlander respectivos. No obstante, aprovecharon también algu-
306 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 307

nos centros antiguos de la Nueva España la nueva expansión económica, entre se reprodujo en el Montevideo de la segunda mitad del siglo xvm la difusión del
ellos la propia capital, México, mientras que la capa social alta de Lima sufrió más término “don” como expresión de la reputación social, tal y como había sido en
intensamente las consecuencias de la reestructuración económica y política del Quito durante el siglo xvn. Al mismo tiempo, cuando en Montevideo este título se
período borbónico, dada su estructura económica tradicionalmente menos diversi­ convirtió en un signo importante de distinción social, Quito lo había ya perdido
ficada por haber dependido siempre en gran medida del monopolio del comercio por un lento proceso de difusión social del término que fue utilizado a finales de la
interregional y marítimo que se iba disolviendo durante el transcurso del siglo época colonial mucho más allá de la capa alta, incluyendo mestizos y mulatos, y
xvm con el auge de otros centros mercantiles en la América del Sur, sobre todo de había perdido, por consiguiente, su función de diferenciación social de la capa alta.
Montevideo y Buenos Aires. En otras regiones el siglo xvm no significó ningún El caso de Caracas, donde realmente existió una continuidad extrema de un
cambio considerable. Tal es el caso de la ciudad de Quito y su región, que mantu­ bloque de viejas familias, a pesar del dinamismo económico borbónico, induce a
vieron sin cambios su estructura productiva de obrajes y haciendas a un nivel tec­ preguntar por las causas de este fenómeno y por el carácter de su etapa de transfor­
nológico y productivo relativamente bajo. No hubo, por esta razón, ningún proceso mación.
considerable de transformación en Quito en el siglo xvm, y, apoyado por la escasa La independencia de la América hispánica ha sido también muy estudiada con
inmigración, la composición, estructura y mentalidad de la capa social alta de vistas a su carácter de transformación o continuidad de las estructuras sociales,
Quito, preservó y reforzó aún sus rasgos conservador-aristocráticos con su base en económicas, políticas y culturales. Como demuestra el ejemplo de Lima, algunas
los descendientes de los conquistadores y primeros pobladores. Parecido al caso de familias importantes de la época colonial tardía lograron adaptarse perfectamente a
Quito, la capa social alta de Lima no tuvo sólo que enfrentar serios problemas eco­ los sucesos de la época de la independencia y mantuvieron su alta posición social
nómicos a causa de la competición de otros centros económicos y mercantiles de en el estado peruano del siglo xix.
la América del Sur, sino que a pesar de una considerable ola de inmigrantes espa­
ñoles la capa social alta mantuvo una marcada endogamia y un rígido sistema de
valores sociales. 4. Ofertas de tipología esquematizada de la formación de una capa social alta
La ciudad de México, en cambio, a pesar de la presencia de una fracción consi­ regional (perspectiva vertical)
derable de nobles titulados, mantuvo una expansión económica que facilitó una
gran movilidad social que John Kicza caracterizó en la discusión después de su a) Para regiones con recursos agrarios y mineros:
ponencia con la frase “el dinero compra el honor”2. Cabe recalcar que esta dinámi­
ca socio-económica no era un fenómeno universal durante esta época, como La repartición de tierras a encomenderos o vecinos pobladores según reglas
demuestra el ejemplo de la capa social alta de Quito, que era mucho más conserva­ estandarizadas prontamente. Por medio de luchas de poder, política matrimonial,
dora y cerrada durante la segunda mitad del siglo xvm. etc., logran algunas de aquellas gentes extender sus tierras hasta llegar a poseer un
Buenos Aires y Montevideo fueron en cambio las ciudades y regiones que se latifundio. Relativamente temprano se invierte dinero en la minería. Condiciona­
vieron más afectadas por la dinámica demográfica y económica de la época de las dos por esa doble vía y por una inmediata coyuntura positiva de larga duración (en
reformas borbónicas. Ambas sociedades partían, además, casi de cero y carecían los siglos xvi y xvn), estos grupos pueden seguir asegurando su ascenso. Allí
de la existencia de una capa social alta de familias prósperas y establecidas desde donde no se llega a unir la tenencia de tierras con la minería en una mano, forman
muchas generaciones. La dinámica económica abrió, entonces, el espacio para una los mineros una parte inestable de la capa alta y son muy dependientes de la coyun­
dinámica social, parecida a la época de la conquista con un alto grado de movili­ tura. Las partes económicamente saturadas penetran entonces -utilizando los pri­
dad social y pocos rasgos de valores sociales basados en el linaje, etc. Ambas vilegios relativamente grandes concedidos al principio- en las estructuras de los
sociedades prescindieron además de la institución de la encomienda, que había otros dominios, política/administración/iglesia/cultura, y se establecen allí. El per­
apoyado, durante el siglo xvi y por lo menos hasta principios del xvn, la difusión fil del grupo comercial de los primeros tiempos en esas regiones se mantiene difu­
de una mentalidad señorial y la construcción de linajes de alta reputación social en so. La capa alta genera entonces prontamente una casta endógama en todo sentido.
muchas partes de la América hispánica. En ésta se aceptan bajo ciertas condiciones a funcionarios públicos y, a partir del
No obstante, vemos cómo también en estas sociedades “tardías” del Río de la siglo xvn más o menos, a comerciantes. Esto significa que dentro de la capa alta se
Plata, tal y como había sido en las sociedades emergentes del siglo xvi, las capas forma más bien tarde una clase comercial arraigada y relativamente estable, a lo
sociales altas desarrollaron dentro de poco tiempo valores y símbolos de distinción cual, según la importancia económica de la región, podían llegar a juntarse en una
y exclusividad que definían su rostro ante el resto de la sociedad. De esta manera, sola mano el comercio trasatlántico monopolizado, el comercio intracolonial y el
comercio regional. Lo importante es que estos comerciantes tienen que casarse
dentro de la capa alta ya arraigada para poder establecerse allí de una vez como
2 John Kicza, ponencia en este volumen. grupo “autóctono en desarrollo”. Las diferencias regionales pueden ser fomenta-
308 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 309

das por una geografía montañosa o costanera, pero eso no es lo crucial, o por una 1. Tipos de identidades
presencia de la capa alta más o menos cimentada en las ramas económicas más
importantes. Respecto a las sociedades de la América hispánica colonial se pueden distin­
guir cuatro tipos de identidades: económica, social, étnica y regional. Respecto a la
b) Regiones de economía pecuaria y de comercio en la periferia identidad de una capa social o sus integrantes particulares, el carácter de cada una
(Banda Oriental) de estas identidades se deja diferenciar además respecto a su origen, o sea si una
identidad es adquirida, heredada, o heredada y (considerablemente) aumentada.
Domina el repartimiento tradicional de tierras como la condición inicial más Por supuesto, esta clasificación es de carácter tipológico, y esboza por lo tanto una
importante para la vida económica de la sociedad en formación. Debido a la larga imagen esquemática de la realidad social, por medio de la cual queremos hacer
separación de otros ciclos económicos se llega sólo muy lentamente a una diferen­ recalcar mejor los diferentes aspectos que pueden adquirir las identidades sociales,
ciación social y a la formación de una capa alta. De esta manera integran los pro­ a pesar de que en la realidad social no sea siempre fácil de diferenciar netamente
pietarios de tierras que puedan agrandar su propiedad original por medios ilegales estos aspectos respecto a las cuatro categorías establecidas por nosotros.
o legales (por ejemplo, política matrimonial) el grupo inicial de una capa alta en
formación. Ellos también penetran rápidamente en las otras estructuras de la políti­ a) La identidad económica
ca y la cultura. Así como, en el caso de Jujuy, se puede dificultar el ascenso de una
persona o tan sólo se lo posibilita mediante la distribución de mano de obra por La identidad económica se basa en la evaluación de las actividades económi­
parte del Cabildo, así se hace posible en Montevideo mediante la repartición de cas, del esfuerzo empresarial y de la riqueza, es decir, se refiere por una parte a la
tierras por parte del Cabildo. Los cambios en el régimen comercial colonial junto mentalidad económica en general, y por la otra a la valorización social de las dife­
con la creciente demanda internacional crean rápidamente un sector comercial en rentes actividades económicas. Por ejemplo, la mentalidad económica general de
expansión al cual acuden en masa sobre todo inmigrantes. Al contrario que los la nobleza quiteña del siglo xvm se expresa en la defensa de la política proteccio­
centros tradicionales del reino colonial los comerciantes ascienden en breve tiem­ nista económico-comercial tradicional frente al “libre comercio" del siglo xvm por
po a formar parte de un grupo propio pero inestable dentro de la capa alta. Un parte de un marqués de la ciudad. Esta idea refleja tanto la crisis de la economía
grupo que al principio no tiene necesariamente que establecer enlaces con los gran­ obrajera como la falta de sentido emprendedor por parte de la capa social alta de
des terratenientes, pero que en muchas ocasiones se une a ellos. Esto se facilita Quito. En el caso de Santiago de Chile, los inmigrantes vascos mantenían su tradi­
también por el hecho de que la capa alta ya existente no forma una casta cerrada. ción según la cual “la vida dedicada al comercio estaba imbuida en los cánones de
Otras nuevas economías en formación (salderos) también se convierten en fuente la moralidad católica y de la ética hidalga", siendo este principio la expresión de
de una capa alta en desarrollo. una “postura mental, basada en la desvalorización del rol del dinero como valor en
sí”3.
Respecto al factor de la riqueza es necesario hacer una diferenciación temporal
V. Raíces, expresiones y funciones de las identidades sociales y espacial, o sea, ser rico significaba diferentes cosas en el siglo xvi y en el siglo
xvm, en Buenos Aires o en Quito. No obstante, y como demuestran también los
Como hemos visto, la estructura de las sociedades y de sus capas altas se basa casos de Lima, Caracas, Santiago o Zacatecas, la actividad empresarial y comer­
y se manifiesta en un conjunto variable de elementos económicos, políticos y cul­ cial no contradijo la defensa de valores de tipo estamental (ver b) La identidad
social).
turales. La dimensión cultural de la estructura social se expresa en diferentes siste­
mas de valores que definen la mentalidad y el discurso (o los discursos) y los sím­ El ejercicio del comercio al por mayor era entonces, como en parte de España y
bolos de la categoría social de los diferentes componentes de la sociedad. En gran parte de Europa de la época moderna, fácilmente compatible con el estado de
nuestro contexto, utilizamos el término de “identidad" para designar la valoración nobleza. En el caso de las manufacturas tenemos una situación claramente diferen­
te a la de la metrópoli, donde, por lo menos hasta finales del siglo xvii, la manu­
(evaluación) social que una capa alta hace de sí misma. Entendidas de esta manera,
factura textil tuvo una reputación social muy baja. En Nueva España y en el distri­
las identidades reflejan y determinan a la vez la posición de la capa alta en la socie­
to de la Audiencia de Quito, en cambio, los obrajeros no padecían de ningún
dad. O sea, partiendo de la concepción pluridimensional de la estructura social, la
estigma social, sobre todo en el caso de Quito, donde los obrajes se convirtieron, a
identidad de una capa social alta, formando parte de la estructura cultural de la
sociedad, no es sólo la expresión de una estructura política y económica, sino que
esta identidad determina también la posición y el comportamiento político y eco­
nómico de la capa alta. 3 Maña Rosaría Stabili, ponencia en este volumen.
310 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 311

partir de fines del siglo xvi, en el eje de la economía y de las actividades económi­ Los oficios con sueldos elevados, pertenecientes sobre todo a la alta jerarquía
cas de la capa social alta, a pesar de que el término “obrajero” no se utilizaba, por administrativa y eclesiástica, formaban obviamente tanto parte de la identidad
lo menos en el siglo xvm, como expresión de la identidad económica de la capa social como de la económica del individuo respectivo y de la capa social alta en
social alta, hecho que refleja tanto la integración de los obrajes en las haciendas general. Una mezcla de elementos sociales y económicos respecto a la identidad
como la alta valorización social del latifundio. social se ve también en el caso de la encomienda y de los encomenderos.
En el caso de Parral, la capa social alta, compuesta en gran parte por propieta­
rios de haciendas y minas, ejerce “poderes cuasi señoriales”4. Sería interesante c) La identidad étnica
poder reconstruir la identidad de estos hacendados-mineros, o sea ver qué lenguaje
utilizaban éstos para denominar su propio estado social en el contexto del discurso La identidad étnica se basa en un principio en la definición de Max Weber:
social local y de la tradición española, es decir, ¿los hacendados-mineros se veían
acaso como “señores”? “Ethnic groups” are such that “entertain a subject belief in their common descent becau-
En todas las ciudades estudiadas, la identidad económica se expresa en térmi­ se of similiarities of physical type or of customs, or because of memories of coloniza-
nos centrales que reflejan la actividad económica más prestigiosa. En Quito, refi­ tion and migration... and it does not matter whether or not an objective blood rela-
riéndose a su base económica, los nobles se definen generalmente como “vecinos tionship exists.”5
enhacendados”. Este hecho refleja tanto la estructura económica como la imagen
que tenía la nobleza quiteña del patrimonio familiar ideal. Incluso algunos meros Las capas sociales altas de la América hispánica definen su identidad normal­
comerciantes, que pertenecían a la nobleza titulada de la ciudad, preferían, en mente como “blanca”, lo que no quiere decir que todos los integrantes del grupo
ausencia de bienes raíces propios, hacerse llamar por un oficio o rango militar que eran efectivamente blancos (ver el caso de Quito). Además, los blancos pobres no
ostentaban (ver b) La identidad social) en vez del término de “comerciante”. Otros formaban parte de la capa alta. Una excepción respecto a su identidad étnica la for­
términos de la identidad económica son los “señores de hato” en La Habana y la man las capas altas de Parral y Asunción, dado que incluían también o se consti­
expresión “soy del comercio” que miembros de la capa social alta de Montevideo tuían en su mayoría de mestizos. No obstante, los mestizos de Asunción se defi­
utilizaban crecientemente para designar su estado económico y social, reflejando nían normalmente como blancos. La fluidez de la distinción y exclusividad étnica
con esta actitud rasgos de una sociedad en formación. en Parral y Asunción es probablemente signo de sociedades tempranas y margina­
les, dado que por lo menos en Asunción, el siglo xviii trajo conflictos entre blancos
b) La identidad social y mestizos.
Dentro del grupo de los blancos conocemos los enfrentamientos entre criollos
La identidad social se basa en títulos, en oficios y rangos, en privilegios y en y peninsulares, siendo éstos una expresión obvia de dos identidades sociales dife­
funciones simbólicas en los actos públicos (fiestas, ceremonias, etc.). Respecto a rentes. Esta situación tiene también varios matices. Por ejemplo, en México, no se
los títulos, podemos mencionar el término de “don/doña” que aparece en el proce­ puede (todavía) detectar, a finales de siglo xvi, una identidad separada de peninsu­
so de formación de las sociedades (ver los ejemplos de Quito, Asunción y Monte­ lares, en su mayoría comerciantes y burócratas, y criollos.
video), hasta alcanzar una difusión que va más allá de la capa social alta (ver el Una diferenciación más dentro del grupo de los blancos se da a veces en el caso
ejemplo de Quito), con lo cual este término pierde su carácter de elemento de iden­ de los peninsulares, como en el de los inmigrantes vascos en Chile, que mantenían
tidad y de diferenciación frente al resto de la sociedad. allí su identidad y sus redes sociales basadas en su origen peninsular. En el caso de
En cuanto a los oficios y rangos públicos, eclesiásticos y militares, la mayoría Quito del siglo xvm, en cambio, dada la escasa inmigración española, hubo sola­
de éstos no incluían ingresos (considerables). No obstante, tuvieron un alto presti­ mente un bajo porcentaje de peninsulares en la ciudad, situación que frenó tanto su
gio social y fueron por lo tanto elementos de la identidad de la capa social alta. constitución como fuerte grupo con una identidad étnica propia, como su diferen­
Como demuestra el caso de Quito, un término para designar los oficios superiores ciación interna respecto a su región de origen en España.
era el de los “empleos de honor”, siendo ésta una expresión que hace recalcar el
alto valor social que tienen los oficios respectivos, independientemente de su valor
e ingresos económicos. Los “empleos viles”, por ejemplo los empleos mecánicos y
5 Max Weber, Economy and Society. An outline of interpretaíive sociology, vol. I (Berkeley, Cal.
el trabajo dependiente, eran en cambio considerados oficios y trabajos de un bajo
prestigio social, típicos de los estratos más bajos de la población. 1978), p. 389; citado según Magnus Mómer, “Ethnicity, social mobility and mestizaje in Spanish Ame-
rican colonial history”, Iberische Welten, Festschrift zum 65. Geburtstag von Günter Kahle, editores:
Félix Becker, Holger M. Meding, Barbara Potthast-Jutkeit, Karin Schüller (Kóln/Weimar/Wien 1994),
p. 301. Cabe añadir que la etnicidad puede ser también el producto de una clasificación exterior del
4 Chantal Cramaussel, ponencia en este volumen. grupo; véase el ejemplo de Asunción en este volumen.
312 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 313

Otra diferenciación de la identidad étnica de la capa social alta constituyó la b’) Elementos culturales regionales propios (elementos tradicionales y ameri­
descendencia de “conquistadores y primeros pobladores” de un lugar americano, canos)
sea ésta real y conocida o sólo pretendida. A este contexto pertenece además la
identidad de ser noble o pertenecer a la nobleza de un lugar. A pesar de que los Éstos pueden ser desde flora y fauna endémicas, tradiciones culturales de las
nobles fueron en general considerados como blancos (fuera de algunos linajes etnias y razas allí arraigadas, etc. hasta métodos específicos de producción (riego,
indígenas y mestizos en la Nueva España), no todos los blancos fueron considera­ terrazas, etc.). De esto puede resultar bajo ciertas circunstancias que se dé sólo allí
dos como nobles. En su combinación con la alta reputación de los linajes america­ una gran importancia a ciertos medios de producción, cuya posesión y empleo se
nos, en cuanto a descendientes de conquistadores y primeros pobladores, se consti­ transforme entonces en un especial prestigio económico (como por ej. “poseedor
tuyeron conceptos y grupos de nobleza de un fuerte arraigo local (Quito), mientras de abrevaderos”, etc.).
que en las ciudades más importantes (sobre todo México y Lima) y de una inmi­
gración noble considerable (Santiago), la nobleza de origen española siguió siendo c’) Denominador común entre los intereses comunes
un elemento importante de la identidad de la nobleza local.
En la mayoría de las ciudades más grandes, importantes y antiguas, la capa Se puede dar una importancia muy especial a la creación de una identidad en
social alta adquirió en el transcurso del tiempo una identidad de nobleza, mientras oposición a otra cosa, como por ejemplo otras regiones, ciudad capital, etc.
que en sociedades jóvenes y (todavía) periféricas, tanto del siglo xvi como del Todos estos elementos forman las raíces que generan el regionalismo.
xvm, la nobleza tuvo muchas veces ninguna o escasa importancia, como demues­
tran los casos de Buenos Aires, Montevideo, Asunción y Parral. El hecho de que en
Caracas y Zacatecas, dos regiones igualmente periféricas por mucho tiempo, sí se 2. La función social y política de las identidades
desarrolló una fuerte mentalidad aristocrática, puede tener que ver con el hecho de
que en ambas ciudades la tenencia de la tierra, símbolo tradicional de la nobleza, Como habíamos dicho, la identidad, entendida en nuestro contexto como
tuvo un alto valor social. Además, en Zacatecas, algunos de los nobles titulados de expresión de la evaluación y definición social propia por parte de la capas sociales
la segunda mitad del siglo xvm se beneficiaron de la promoción que hizo Carlos altas sobre la base de los valores culturales dominantes en la sociedad, no es un
III de las actividades empresariales, sobre todo mineras, a través de la concesión mero reflejo de la estructura económica y política, sino que tiene una influencia
de títulos de Castilla. importante sobre la estructuración misma de la sociedad. Este hecho queda aún
más evidente en contextos sociales y políticos en que la identidad de una capa
d) La identidad geográfica social o de algunos de sus integrantes es instrumentalizado para alcanzar o
defender unos intereses muy concretos.
Los casos presentados sobre Lima (siglos xvi/xvii) y Caracas (siglos xviii/xix)
evidencian otro tipo de identidad: la identidad geográfica. a) Identidad, ideología y relaciones sociales
Los elementos que puedan constituir esta identidad geográfica tienen una gran
transcendencia estructurante en todas las sociedades. Es sobre todo el resultado Respecto al caso de México en el siglo xvi y xvn, John Kicza -como ya men­
de que la región histórica es la unidad temporal y espacial más estable, el espacio cionamos- defendió la tesis de que “el dinero compra el honor”. En el caso de
empírico más firme. Esto es válido de manera muy especial para las sociedades Quito vemos, sin embargo, que la capa social alta de la ciudad se compone de indi­
que aún se encuentran más o menos posicionadas en la antesala de la nación; esto viduos y familias cuya riqueza y propiedades variaba considerablemente, y del
es antes de la formación de una capa alta/clase estructurada, mentalizada y sensi­ mismo modo había fuera de la capa social algunos comerciantes que a pesar de
bilizada también (¡ 1) nacionalmente. La especificación americana se debe tam­ tener un patrimonio mayor que el de algunos miembros de la nobleza titulada, no
bién a que esa identidad geográfica tuvo primero que formarse, esto significa que lograron integrarse en la nobleza, y no ejercieron oficios o funciones importantes
las primeras generaciones de la capa alta todavía no nacieron dentro de esa iden­ en la ciudad.
tidad. Además, tanto en Quito como en Caracas, el estado general o un determinado
rango de nobleza sirvió como argumento para reclamar el acceso a puestos en la
a’) Elementos geo-topográficos jerarquía administrativa, aunque con variable éxito.
Del mismo modo, el discurso de la distinción social, de nobleza o de otras iden­
Ellos forman en el sentido literal de la palabra el margen externo, el propio tidades sociales (“familias principales”, etc.), regula las relaciones sociales, sin
espacio empírico y de grupos. que estas motivaciones puedan ser interpretadas como meros reflejos de la sitúa-
314 Christian Büschges y Bernd Schróter Las capas altas urbanas en la América hispánica colonial... 315

ción económica de las familias involucradas. Tanto en Quito como en Caracas en conjunto con la reconstrucción de grupos y redes sociales concretos un aporte
vemos cómo la identidad de nobleza sirvió para defender la estabilidad de la capa constructivo, capaz de ampliar y profundizar, y de ninguna manera de reemplazar,
social alta y restringir el ingreso de trepadores sociales. el análisis estructural socio-económico que predomina desde los años setenta en la
historiografía social latinoamericana. Las ponencias del simposio de Colonia no
b) Identidad, ideología y relaciones políticas siempre han aportado muchas informaciones respecto a las identidades sociales,
hecho que refuerza nuestra impresión de que tal enfoque debe desarrollarse de una
El ejemplo de Maracaibo (siglos xvm y xix), y sus relaciones con Caracas, manera más concreta y profunda. Ha sido, por lo tanto, nuestro particular interés el
demuestra cómo la identidad geográfica puede ser instrumentalizada para alcanzar incentivar tales investigaciones. La discusión queda abierta.
intereses económicos, políticos, etc. en el contexto de enfrentamientos políticos y
militares.

Para finalizar suscitemos algunas preguntas generales sobre la identidad

Desde el punto de vista comparativo vertical resulta de la observación de capas


altas en proceso de formación como pregunta central inmediata la que inquiere la
“cronología” al obtener cada una de las identidades. Durante la fase de formación
de la sociedad se observa a menudo el fenómeno de la formación de identidades
casi bajo un signo negativo, esto es a manera de separación de los otros o de algu­
na otra cosa. Sólo después se forma una identidad en este sentido positiva.
Otra pregunta importante resulta de la relativa autonomía de cada uno de los
componentes de la identidad social. Es así como la percepción propia y ajena de
una persona, una familia, etc. se puede mantener inalterada aun cuando su fuente
original ya no existe más. Aquí encaja otra pregunta:
¿Cómo reaccionan cada uno de los componentes de la identidad y sus formas
de expresión ante las condiciones de la economía y la política que mudan vertigi­
nosamente (por ejemplo, las consecuencias de las reformas borbónicas, venalidad
de cargos, etc.) o ante un cambio de valores?
Lo importante es determinar la relación entre la veloz dinámica de la forma­
ción o transformación social y de la estabilidad de identidades. ¿Tienen en este
caso, por ejemplo el latifundio y la cultura vinculada a éste, un fuerte efecto con­
servador de identidad para los respectivos miembros de la capa alta?

VI. Resumen

En estas reflexiones hemos puesto un énfasis particular en la necesidad de ana­


lizar las identidades sociales y las imágenes que crean las capas sociales altas de sí
mismas. Creemos que tal enfoque ayuda a obtener una imagen más diferenciada, y
además “real”, de la vida social de las capas altas de la América hispánica colonial,
en cuanto que facilita ver la actuación social de estos grupos no sólo como un
mero reflejo de unas superestructuras económicas y políticas, sino también como
el resultado de la percepción que tienen los actores sociales de la realidad social,
de su propia posición en la sociedad y de sus intereses concretos. El análisis de las
identidades sociales sobre una base comparativa constituye, según nuestra opinión,

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