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Algunas lecciones que quisiera dejar a mis hijos

1.- El mundo no es solamente el que conoces. Tienes solo dos ojos y una versión del
mismo. No es igual para todos los millones de seres humanos que vivimos aquí. Por eso,
tu mundo no es más importante que el de los demás.

2.- Tienes dos orejas y una boca. Escucha el doble de lo que hablas. El que mucho sabe,
poco aprende. Nunca creas saber demasiado.

3.- Tiende tu cama todas las mañanas al despertarte. Empieza el día resolviendo el
primer problema al que te enfrentarás esa jornada, y regresa por la noche a dormir en una
cama hecha por ti, para entender que ese primer problema que resolviste te recibe con un
premio.

4.- Eres un ser humano hermoso. No hay nadie como tú en el mundo. Tu belleza nace
del mismo lugar del que nace tu risa. Por eso, alimenta tu alma de humor y procura ser
feliz.

5.- Trabaja duro. Ama lo que haces. Descubre lo que te apasiona y construye una
carrera alrededor de eso. No importa si te toma años. No hace falta que sepas qué es lo
que debes hacer por el resto de tu vida a los 16 años. Es más, puedes cambiar de opinión
en el camino. A eso se le llama “crecer”.

6.- Mantén tu integridad, construye tu honor. Es un concepto antiguo, el honor, pero


nadie puede quitártelo. Vive tu vida con integridad, con dignidad. Así, hagas lo que hagas,
lo habrás hecho bien. No hay vuelta atrás en tu mundo si te traicionas.

7.- Viaja. Llena tus ojos de paisajes, tus oídos de historias, tus manos de texturas. Amplía
tu mundo para ampliar tu espíritu.

8.- Aprende el valor de las cosas. Nada es gratis. Todo cuesta. Pero hay cosas que valen
más que otras. Entre ellas, el amor, la amistad, el honor, las promesas, tu palabra.

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