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Desarrollo histórico

de la neuropsicología

INTENTOS TEMPRANOS POR COMPRENDER AL CEREBRO Ejemplo de síndrome de desconexión: alexia sin
La hipótesis cerebral agrafía
El problem a de ubicación de funciones
LOCALIZACIÓN EN OPOSICIÓN AL HOLISMO
INICIO DE LA NEUROPSICOLOGÍA MODERNA: BROCA Límites de la localización: los "mapmakers"
Antecedentes a Broca: Gall y Bouillaud Reconciliación de los enfoques holista y localizacionista;
El caso de "Tan" concepto de jerarquía de Hughlings-Jackson
Concepto de dominancia hemisférica: hemisferio Prejuicios y preconceptos en la neuropsicología de
izquierdo y lenguaje principios del siglo xx
Descubrimiento de la corteza m otora: Fritsch e Hitzig
EL ENFOQUE PSICOMÉTRICO DE LA NEUROPSICOLOGÍA
DESCUBRIMIENTOS POSTERIORES: WERN1CKE Estudios de grupo y análisis estadístico
Descubrimiento de W ernicke de la afasia receptiva El papel perm anente de los estudios de caso
Concepto de procesamiento secuencíal
HALLAZGOS RECIENTES
Hipótesis del síndrome de desconexión
Concepto de especialización hemisférica RESUMEN
complem entaria: el papel del hemisferio derecho

En 1882, el neurólogo fran cés Joseph Ju les D ejarine hipótesis acerca del sistem a nervioso en el siglo XIX: la
reportó un caso inusual. Su paciente, un exitoso hombre hipótesis de que diferentes áreas del cerebro están especia­
de negocios, había despertado una mañana para descubrir lizadas para diferentes funciones y que, si se interrumpían
que había perdido la capacidad para leer. Él podía hablar y las conexiones entre las áreas, se perdían distintas capaci­
com prender el lenguaje, podía ver y escribir, pero no podía dades. La historia tem prana de la neuropsicología está
leer, ni siquiera incluso lo que él mismo había escrito'(no marcada por casos específicos como éste, cada uno contri­
obstante, podía leer si tocaba las letras resaltadas). Pocos buye con alguna pieza im portante en el rompecabezas de
días después, al despertar, el hom bre descubrió que tam­ cómo funciona el cerebro. En este capítulo consideraremos
bién había perdido la capacidad para escribir. la historia de la neuropsicología desde los primeros inten­
¿Q ué podía haber causado tal síndrome tan enigm áti­ tos humanos por comprender cómo se controla el compor­
ca? La respuesta a esta pregunta, descubierta sólo p o s t tamiento hasta los más recientes hallazgos acerca de la
m ortem , proporcionó evidencia para una im portante organización del cerebro.
4 PARTEI Fundamentos

1994, p. i.)
FIGURA 1.2 Reconstrucdón con rayos X del método que
se cree fue usado por los antiguos egipdos para drenar el
contenido del cráneo durante el proceso de embalsama­
miento. (Tomado de Fleming et al., 1980, p. 32.)

INTENTOS TEMPRANOS POR COM PRENDER


AL CEREBRO
concerniente a por qué se realizaron estos proced i­
mientos, es casi cierto que ellos representan intentos
La hipótesis cereb ral primitivos de neurocirugía y, por tanto, una aprecia­
ción de la im portancia del cerebro para el funciona­
Al considerar la historia de la neuropsicología, uno miento del cuerpo.
de los prim eros conceptos que encontram os es la
h ipótesis cerebral, que es la idea de que el cerebro es L O S E G IP C IO S Los antiguos egipcios han dejado
el órgano biológico que controla y dirige el compor­ pistas acerca de su p reocu p ación por el cerebro en
tam iento. Puede parecer extraño pensar en esto sus prácticas funerarias. Com o parte de su elabora­
como una hipótesis, pues en la actualidad tomamos do proceso de m om ificación, rem ovían órganos del
esto como un hecho. Sin embargo, a lo largo de la his­ cuerpo y/o los preservaban si eran considerados
toria, diversos órganos han sido identificados como importantes para la vida en el m ás allá, o los desecha­
el centro de los pensam ientos y sentim ientos. Los ban si no eran considerados im portantes. Corazón,
residuos de algunas de estas nociones sobreviven en hígado, bazo y otros órganos eran rem ovidos con
nuestra lengua cuando, por ejem plo, hablam os del extremo cuidado y alm acenados en urnas separadas.
corazón com o el asiento de la com pasión o las "tri­ En contraste, el cerebro era desechado. Se cree que
pas" como la fuente del coraje. los em balsam adores se desh acían del cerebro m e­
Los com ienzos de la especulación hum ana acerca diante la inserción de una barra m etálica en la cavi­
de la relación entre el cuerpo y la m ente se pierden dad craneal a través de la nariz y luego hacían girar
en las brum as de la prehistoria. Se sabe que en tiem­ la barra hasta que el ya de p or sí suave tejido se
pos prehistóricos, la trepanación, la apertura quirúr­ volvía líquido y drenaba hacia fuera por la nariz
gica del cráneo (ahora denom inada cran eotom ía), (figura 1.2).
era una práctica m uy difundida (figura 1.1). Debido De m anera irónica, la m ism a cultura es la fuente
a que m uchos cráneos trepanados m uestran signos del m ás antiguo registro de observación de la rela­
de curación alrededor de la herida, podem os inferir ción entre el cerebro y la conducta. El Papiro Quirúr­
que los pacientes frecuentem ente sobrevivían al pro­ gico Edwin Sm ith, el cual probablem ente data desde
cedim iento. A unque no existe in form ación directa el segundo m ilenio a.C., con tien e descripciones de
CAPITULO 1 Desarrollo histórico de la neuropsicología 5

Título FIGURA 1.3 Una pordón del Papiro


IV 5 Quirúrgico Edwin Smith. (Tomado de
Breasted, 1930, pp. 203,205.)

Examen
IV 5-7

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Diagnóstico
IV 7-9

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varios casos m édicos. Uno de ellos (figura 1.3) des­ en su cráneo, bajo la piel de su cabeza, mientras
cribe a un hombre que sufrió una severa herida en el no hay nada en absoluto sobre ella, usted debe
lado izquierdo de su cabeza y desde entonces de­ palpar su herida. Debe usted encontrar que hay
m ostró una d esviación del ojo izqu ierd o y arrastre una hinchazón sobresaliente en el exterior del
del pie del m ismo lado: golpe que está en su cráneo, mientras su ojo está
torcido debido a él, en el lado de la lesión que
[T ítulo] In struccio nes co n cern ien tes a u n g olpe está en su cráneo; él cam ina arrastrando los pies
EN SU CRÁNEO BAJO LA PIEL DE LA CABEZA [E x a m e n ] con su suela, del lado donde tiene la lesión que
Si usted exam ina a un hombre que tiene un golpe está en su cráneo, [Diagnóstico] usted debe de
6 PARTE I Fundamentos

com ún acuerdo con el cual a quien algo que entra historia de la neuropsicología en la que se generarían
desde afuera tiene entusiasmo... una dolencia que conclusiones infundadas acerca de las bases biológi­
no debe ser tratada (Breasted, 1930, pp. 203-206). cas de la conducta m ediante un enfoque racionalista.
H ipócrates (460-377 a.C .), el m ás astuto observa­
Es com ún encontrar deterioro en el m ovim iento dor de la enferm edad, se suscribió a la hipótesis del
de las extrem idades inferiores después de lesiones en cerebro. En uno de los m ás fam osos pasajes adscritos
la cabeza, por lo que puede ser difícil apreciar la a él, se lee:
im portancia de esta observación. Lo que tenem os
aquí es n ad a m enos que el prim er registro de una Y los hombres deben saber que de nada más que
observación que apoya la noción de que el cerebro de ahí (del cerebro) vienen las alegrías, delicias,
controla de alguna manera el resto del cuerpo, el pri­ risas y deportes, y tristezas, penas, desalientos y
m er paso registrado hacia el desarrollo del conoci­ lam entaciones... Y por el m ism o órgano nos vol­
miento acerca de la relación entre cerebro y conducta. vem os locos y delirantes, y los m iedos y terrores
R esulta interesante saber que esta p rim era des­ nos asaltan, algunos por la noche, y algunos
cripción de una relación entre cerebro y conducta sea durante el día, y sueños e interm inables andan­
errónea. Los deterioros son ip sila te ra les a la lesión zas, y cuidados que no son apropiados, e igno­
(están en el m ism o lado) en lugar de ser contraíate- rancia de las circunstancias presentes, desuso e
rales (en el lado opuesto), com o sabem os ahora con impericia. Todas estas cosas perduran en el cere­
base en nuestra actual com prensión de que el lado bro cuando no está saludable, sino m ás caliente,
izquierdo del cerebro controla el lado derecho del m ás frío, más húm edo o más seco que lo natural,
cuerpo y viceversa. No obstante, esta d iscrepancia o cuando sufre cualquier otra afección preterna­
puede ser explicada por lo que ahora se conoce como tural e inusual. Y nos volvem os locos por la
un efecto de contragolpe. Cuando existe un golpe en hum edad (del cerebro) (Adams, 1939, p. 366).
la cabeza, el cerebro, flotando en fluido cerebrospi­
nal, con frecuencia es "m agullado" cuando es lanza­ Hipócrates debió haber basado estas conclusiones
do contra el lado opuesto del cráneo. Esta lesión en en parte en sus observaciones registradas de que las
el lado opuesto del cerebro podría causar deterioros personas con heridas en la cabeza tam bién sufrían
en el m ism o lado del cuerpo que el golpe a la cabeza. parálisis, convulsiones y deterioros del habla. De
Sin em bargo, sin tom ar en cuenta los detalles, esta hecho, las observaciones de Hipócrates pudieron con­
observación aún es la prim era evidencia registrada ducirlo a posteriores descubrimientos acerca del cere­
que podría servir como apoyo para la hipótesis cere­ bro. Él observó gente con lesiones en el lado izquier­
bral, aunque el observador egipcio no da dicho salto do de la cabeza y convulsiones en el lado derecho del
teórico. cuerpo, evidencia de la relación contralateral entre
cerebro y cuerpo. Tam bién vio gente con deterioros
L O S G R IE G O S Los antiguos griegos estaban divi­ del h abla ju nto con con vulsion es del lado derecho
didos en sus opiniones acerca del cerebro. En el siglo del cuerpo. A p artir de estas dos observaciones, él
v a.C., A lcm eón de Crotona propuso que el cerebro pudo inferir en la esp ecialización del hem isferio
era el "asiento del alm a", y en el siglo iv a.C., Platón izquierdo para el lenguaje. Pero el m undo tuvo que
realizó una propuesta sim ilar, con el argum ento de esperar más de dos m ilenios p ara que esta relación
que la cabeza era la parte del cuerpo más cercana a fuese conceptualizada y luego establecida de manera
los cielos y, en consecuencia, la más probable para em pírica por el cirujano fran cés Paul Broca, en el
contener el m ás divino órgano. En contraste, Empé- siglo XIX.
docles, en el siglo v a.C., propuso que el corazón era
el asiento del alm a, y A ristóteles, un siglo después,
concordó con él. A ristóteles razonó que el cerebro,
con su elaborada red de vasos sanguíneos y su posi­ El problem a de u b icación de funciones
ción cerca de la superficie del cuerpo, servía para
enfriar la sangre. El corazón, argumentaba, al ser una
estructura activa y central, era más apropiado como G A LEN O Y LA H IP Ó T E S IS V E N T R IC U L A R En
el órgano del pensamiento y los sentimientos. Éste es la época rom ana, la h ip ó tesis cerebral llegó a ser
un atrevido ejemplo de las tram pas del racionalismo, ampliamente aceptada. El gran médico romano Gale­
razonam ientos que no son sujetos a la crítica im pues­ no (129-ca. 199) se adhirió a esta visión. Entonces sur­
ta por las pruebas experim entales. Com o verem os gió la pregunta de en qué lu gar del cerebro tenían
m ás adelante, ésta no sería la últim a ocasión en la lu gar las diversas fun cion es psicológicas (com o la
CAPITULO 7 Desarrollo histórico de la neuropsicología 7

percepción, m em oria y pensam iento). Esta cuestión


es referid a como el problem a de la lo ca liz a ció n de
funciones. Galeno creyó que los ventrículos cerebra­
les, cavidades llenas de fluido en las profundidades
del cerebro, eran las estructuras en las cuales se ubi­
caban el pensam iento y otros procesos psicológicos,
y esta idea se m antuvo hasta la Edad M edia. En el
siglo IV, N em esio laboró en torno a esta h ip ó tesis
ventricular, y asignó diversos procesos psicológicos
a u bicaciones dentro de diferentes ventrículos. La
idea se m antuvo por siglos hasta el Renacim iento,
incluso Leonardo da Vinci adoptó dicha hipótesis
(1452-1519), com o se m uestra en la figura 1.4. Em ­
pleando lo que ahora podem os considerar como un
enfoque de procesam iento de inform ación, Nemesio
estableció que el ventrículo, cellula phantastica, más
cercano a los órganos de los sentidos era el asiento
de la percepción. Dicho ventrículo luego fluía dentro
del siguiente ventrículo, cellula logística, el asiento del
razonam iento y la cognición, el cual, a su vez, fluía
dentro de la cellula memoralis, el asiento de la m em o­
ria. Los ventrículos tam bién fueron usados para
explicar el m ecanismo de com portam ientos más ele­
m entales. Por ejemplo, se conceptualizó que el movi­
m iento de los m úsculos se producía cuando éstos se
llenaban de fluido procedente de los ventrículos
cerebrales. Estas teorías ventriculares, casi siem pre
m uy elaboradas, fueron populares durante más de
m il años. Lo único que le hacía falta a estas teorías FIGURA 1.4 Dibujo de Leonardo da Vinci donde se
era el apoyo experimental, una lim itación que carac­ muestra la estructura del cerebro como se conceptualizaba
en el Renacimiento. (Tomado de Luria, 1966.)
terizó a las teorías de las relaciones cerebro-conducta
hasta bien entrado el siglo xix.

P R O B L E M A S EN LA V ISU A L IZ A C IÓ N D E LAS anatomía humana. Esto no fue exclusivo de Leonardo


E S T R U C T U R A S D EL C E R E B R O Incluso el estu­ da Vinci. Otros artistas del Renacim iento retrataron
dio de la estructura del cerebro, el cual parecería ser los ventrículos en complejos patrones fantásticos que
m ás directo que el estudio de sus funciones, quedó se relacionan de manera m uy vaga con su forma real.
m uy rezagado en com paración con el estudio de Las descripciones de las circunvoluciones y surcos
otros-órganos del cuerpo. Esto se ejem plifica en el corticales (analizados en el capítulo 3) que forman la
dibujo de Da Vinci mostrado en la figura 1.4. En ésta, superficie con m uchas curvas de los hem isferios
Leonardo bosqueja los ventrículos como una secuen­ cerebrales no podía estar m ás alejada de la realidad.
cia lineal de com partim entos. Uno podría presentar Los artistas del Renacim iento, al fracasar para discer­
argum entos convincentes en cuanto a que esta des­ nir las regularidades en el patrón de dichas curvas,
cripción connota cierta precisión conceptual debido dibujaron patrones aparentem ente aleatorios. No fue
a que los ventrículos se desarrollan em briológica­ sino hasta com ienzos del siglo xix, cuando Luigi
m ente a través del pliegue y alargam iento del tubo Rolando proporcionó una descripción precisa del
neuronal prim ordial, y en que todos los ventrículos patrón general de las circunvoluciones y surcos cor­
están interconectados con fluido cerebrospinal que ticales (figura 1.5).
circula secuencialmente a través de ellos. Sin embar­ ¿Por qué las descripciones del cerebro se rezaga­
go, la configuración espacial de los ventrículos en el ron tanto de las de los otros órganos? La respuesta
dibujo de Leonardo es bastante imprecisa, de mane­ no es muy clara, pero se pueden sugerir varias razo­
ra particu lar para un genio artístico, quien por lo nes. Antes que todo, existieron consideraciones téc­
general era tan persistente en su búsqueda del cono­ nicas, como la relativa inaccesibilidad del cerebro
cim iento y tan meticuloso en sus descripciones de la dentro de su cráneo protector y la baja densidad del
8 PARTE I Fundamentos

FIGURA 1.5 Dibujo de Rolan­


do de la corteza cerebral. (Toma-
do de McHenry, 1969, p. 145.)

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tejido cerebral fresco, lo cual provoca que su form a mo) o es espiritual (idealism o). D e manera alternati­
se d istorsione con rapidez después de la disección va, uno puede p ostu lar que existen dos esferas o
(los especím enes anatóm icos por lo general son tra­ m odos de realidad (dualism o). Dentro del dualismo
tados con quím icos para hacerlos m ás duros y más existen varias posiciones que se pueden tom ar de
duraderos). También existieron enormes tabúes con­ acuerdo con la relación entre las dos esferas y el
tra la disección hum ana, lo cual lim itó la capacidad grado y naturaleza de su interacción.
de los científicos para obtener de prim era m ano el El filósofo francés René D escartes (1596-1650) fue
conocim iento del órgano; sin em bargo, es probable un im portante exponente de la v isión dualista. El
que estos factores técnicos no cuentan toda la histo­ afirm ó que existe el cerebro y la m ente; señala que
ria. Los factores psicológicos también fueron im por­ am bos son in dep endientes, pero interactúan. El
tantes, de m anera particular la tendencia de la gente incluso fue m ás lejos al esp ecificar al órgano que
a describir y bosquejar lo que ellos esperaban ver en mediaba esta interacción: la glándula pineal. Para D es­
lugar de lo que realm ente veían. Por alguna razón, cartes, ninguna localizadón de funciones más allá de
los inten tos por bosquejar el cerebro hum ano han esta férrea aserción era significativa, pues la m ente
probado ser particularm ente vulnerables a la distor­ no tem a ubicación, de hecho, en absoluto se encon­
sión. Este problema, de modo más general, continúa traba en el espacio.
plagando los intentos por com prendernos, como la Este enfoque está en riguroso contraste con la
historia de la psicología deja tan claro. visión localizacion ista tip ificad a por las hipótesis
ventriculares m edievales. Ya verem os que el dualis­
EL P R O B L E M A M EN TE-C U ERPO U na de las ta­ m o de D escartes tuvo u na im portante influencia
reas más viejas de la filosofía está implícita en la hipó­ sobre las subsecuentes teorías de la función del cere­
tesis cerebral y en el problem a de la localización de bro. En particular, su visión de que la mente no tiene
funciones: ¿Cómo están relacionados la m ente y el ubicación m otivó a aquellos que sí veían al cerebro
cuerpo? ¿Cómo están relacionadas la experiencia sub­ com o el sustrato o base de la conducta, pero que no
jetiva y la función biológica? Estas preguntas son refe­ creían que las funciones estu viesen localizadas en
ridas como el problem a m ente-cuerpo, un problema partes particulares del cerebro para adoptar una
que aún desconcierta y estimula la mente humana. posición llam ada h o lism o . D ich a postura sostiene
En sentido filosófico, existen posibles soluciones a que todo el cerebro m edia todo el funcionam iento y
este problem a perenne, cada una de las cuales conti­ que en él no se u bican fun cion es particulares. El
núa encontrando adherentes. Uno puede creer que debate acerca de cóm o funciona el cerebro continúa
sólo una esfera es verdadera, una creencia conocida en la actualidad, aunque las concepciones modernas
como m onism o. Dentro del monismo se puede sos­ representan u na in tegración de estas dos visiones.
tener la creencia de que la esfera es física (m aterialis­ Pero nos adelantam os a nosotros mismos.
CAPÍTULO 1 Desarrollo histórico de la neuropsicología 9

F R E N O L O G ÍA : U N A T E O R ÍA E SPEC U LA TIV A
D E LA LO C A L IZ A C IÓ N U na de las teorías de la
localización de funciones más enfáticas pero m enos
defendible es la representada por la frenología (figu­
ra 1.6), desarrollada por Franz Josef Gall (1758-1828)
y Johann Casper Spurzheim (1776-1832). Este intento
por relacionar regiones cerebrales específicas con
facultad es o funciones particulares fue trem enda­
m ente defectuosa. C om o ahora es b ien sabido, los
hund im ientos y protuberancias en el cráneo, a los
cuales Gall y Spurzheim supusieron com o indicado­
res del tamaño de las circunvoluciones subyacentes,
de hecho no están relacionados con la estructura del
cerebro. El lado psicológico de la frenología también
era defectuoso. La psicología de la facultad que sir­
vió como marco conceptual de la frenología era vago
y no tenía bases o evidencia em pírica. Los resultados
de la frenología en sus intentos p or vincular las
características craneanas que no están relacionadas
con la estructura cerebral, con las facultades psicoló­
gicas que no tienen definición precisa o base empíri­
F1GURA 1.6 Diagrama frenológico producido por
ca, necesariam ente fueron producto de la im agina­
Spurzheim en 1825. (Tomado de Finger, 1994, p. 33.)
ción, por lo que esta teoría nunca alcanzó amplio
reconocim iento académ ico. No obstante, es sensato
ad v ertir que durante su m áxim a popularidad, esta
m etod ología considerablem ente defectuosa pudo do no con el sitio del daño, sino sólo con la cantidad
sostener 19 revistas científicas. Desde luego, muchas de tejido destruido.
person as tom aban estos trabajos con seriedad. No Flourens examinó funciones básicas en los anim a­
sería la última vez en la historia de las neurociencias les con corteza relativam ente pequeña, de m anera
que u n cuerpo de opiniones sin su stento generaría típica: pollos, palom as, roedores y otros anim ales
tan enorm e interés e influencia. pequeños. N o es del todo sorprendente, por tanto,
A pesar de todos sus defectos, la frenología avan­ que él no encontrara deficiencias específicas relacio­
zó en la idea de la ubicación de las funciones en el nadas con la localización de sus lesiones corticales.
cerebro y engendró el prim er verdadero trabajo En cualquier caso, sus argumentos fueron definitiva­
experim ental acerca del cerebro. De m anera irónica, mente desaprobados por im portantes descubrimien­
pero acaso no por com pleto de m anera inesperada, tos posteriores en el siglo xdc, los cuales se discutirán
este trabajo experimental fue m otivado por una reac­ brevemente.
ción holística contra la frenología, en lugar de por un No obstante, en los tiempos modernos sobrevivió
intento para validarla. una forma m odificada de la postura de Flourens. En
la década de los años cincuenta, sobre la base de una
EL IN T E N T O D E FLO U REN S P O R UN H O LISM O serie de experim entos con ratas y otros anim ales,
CO N B A SE EN LA EX P E R IM E N T A C IÓ N M arie- Karl Lashley (1890-1952) adoptó una posición m uy
Jean -P ierre Flourens (1794-1867) fue uno de los pri­ similar. Lashley argumentó que, con excepdón de las
m eros en estudiar al cerebro mediante la lesión expe­ áreas sensorial y motora, todas las partes de la corte­
rim ental en animales. (Lesión es un térm ino general za contribuyen de igual m anera a las funciones com­
que significa daño o enfermedad. Causar lesiones en plejas tal com o el aprendizaje de laberintos, un con­
los cerebros de los animales y estudiar sus efectos es cepto al cual refirió com o eq u ip o ten cialid ad . M ás
el m ás antiguo y todavía uno de los m ás fructíferos aún, él concluyó que la m agnitud de la deficiencia
m étodos en la neuropsicología.) Al dedicar su libro a estaba relacionada con la extensión del daño a la cor­
D escartes, el m ás an tilocalizacionista, Flourens ar­ teza, un concepto al que denominó acción de masas.
güyó que no existe especializadón de función dentro Sin em bargo, existía un defecto crítico en su argu­
de la corteza (la capa externa del cerebro). Él reportó mento. Él midió el efecto de las lesiones en animales
que, cuando lesionó la corteza de algunos animales, entrenados en tareas m uy complejas (aprendizaje de
el deterioro resultante en la fundón estaba reladona- laberintos) y registró su ejecución con medidas grue­
10 PARl EI Fundamentos

sas que fueron dem asiado globales para perm itir un soldado que sufrió una herida de cuchillo en el ojo
detectar deterioros específicos relacionados con el izquierdo, que penetró el cráneo, y quien, posterior­
daño en regiones corticales específicas. m ente, sufrió un deterioro del lenguaje. Es posible
Una m etáfora puede ayudar a ilustrar este punto. que con base en este caso o en otros sim ilares, el
Suponga que usamos una medida com pleja y global m édico francés Jean Baptiste Bouillaud (1796-1881),
de éxito económ ico como el producto interno bruto en 1825, especuló que el lenguaje puede estar repre­
(PIB). Suponga que en un año esta m edida disminu­ sentado en la porción anterior del cerebro humano. Él
ye después de una gran huelga en la industria auto­ quiso ir m ás allá y opinó que la especialización del
motriz y luego cae otra cantidad igual el año siguien­ hem isferio izquierdo para la destreza m otora que
te después de grandes fallas en los cultivos. Esto no presum iblem ente subyace al uso preferente de la
da derecho a concluir que las fábricas de autom óvi­ mano derecha, puede tam bién extenderse a los movi­
les y las granjas generan la m isma función. El PIB (y m ientos especializados relacionados con el habla.
por analogía las tareas complejas de Lashley) no es lo Con posterioridad, en 1861, E m est Auburtin, yerno
suficientem ente sensible para indicar cuál interrup­ de Bouillaud, presentó una ponencia ante la Sociedad
ción específica provocó el efecto. Antropológica de París, a la cual asistió su fundador,
Ahora sabem os que áreas particulares de la corte­ Paul Broca, en la cual reportó el caso de u n hom bre
za están especializadas para determ inadas funciones que era incapaz de hablar después de que se le aplicó
y, más aún, como se verá en el capítulo 5, que existe presión a la región anterior expuesta de su cerebro.
su bespecialización de función incluso dentro de
áreas del cerebro dedicadas a una m odalidad indivi­
dual, com o la visión. A dem ás, com o verem os en El caso de "Tan"
capítulos subsecuentes, hay razón para creer que
existe una localización de funciones análogas dentro Poco después de escuchar esta ponencia, Broca cono­
de todas las áreas de la corteza. Esto es cierto incluso ció a un paciente llam ado Leborgne, quien era inca­
para la corteza frontal, un área que media las funcio­ paz de hablar m ás que u nas p ocas palabras. Pudo
nes extrem adam ente complejas. dem ostrarse que este paciente comprendía el lengua­
El error de Flourens y Lashley es altam ente in s­ je y que no estaba demente, debido a que respondía,
tructivo, debido a que nos alertan acerca del hecho mediante gestos, con precisión a preguntas, como su
de que evaluando tareas que requieran funciones edad. También se pudo dem ostrar que los m úsculos
específicas es más probable que revele la especializa- requeridos para el habla no estaban paralizados o de
ción de funciones, m ientras que con las m edidas de algún otro m odo eran in op eran tes, pues él podía
función global es im probable hacer tal cosa. El prin­ reproducir sonidos individuales (fonemas), como ba
cipio tiene im portantes im plicaciones para el diseño y ga, cuando se le requería. Lo que estaba interrum ­
canto de investigaciones experim entales com o para pido en este paciente era la habilidad para combinar
la valoración de instrumentos clínicos. de form a rápida estos fon em as individuales para
producir el habla coordinada. En vez de ello, su pro­
ducción verbal estaba reducida a pocos fragm entos
INICIO DE LA NEUROPSICOLOGÍA cortos, uno de los cuales, "T an ", repetía con tanta fre­
M ODERNA: BROCA cuencia que llegó a convertirse en su sobrenombre.
Poco después de esto, Leborgne murió. Broca, tomó
Regresemos ahora a mediados del siglo xix y a lo que la oportunidad de examinar el cerebro de Leborgne y
puede ser considerado com o el origen de la neuro- descubrió lo que describió como una lesión en el lóbu­
psicología m oderna: la prim era evidencia em pírica lo frontal izquierdo. En su oportunidad, el cerebro de
sustancial de la ubicación de función dentro del cere­ Leborgne fue preservado y, luego de haber estado per­
bro hum ano. Esta evidencia fue elaborada por el dido por algunos años durante la Segunda Guerra
cirujano francés Paul Broca (1824-1880), en 1865, pero Mundial, apareció en un museo de París. La figura 1.7
existieron algunos importantes antecedentes a su tra­ es una fotografía del cerebro de Leborgne.
bajo.

C on cep to de d om in an cia h em isférica:


A n teced en tes a B ro ca: Gal! y BouiHaud hem isferio izquierdo y lenguaje

En los primeros años del siglo xix, Franz Gall, en uno A l principio, Broca interpretó el hallazgo de lesión
de sus pocos estudios em píricos, reportó el caso de en el lóbulo frontal izquierdo com o consistente con
CAPITULO 7 Desarrollo histórico de la neuropsicología 11

la id ea de Bouillaud, de que el lenguaje está repre­


sentado en la parte anterior del cerebro. Conform e
Broca continuó con el estudio de pacientes con dete­
rioros del lenguaje similares al de Leborgne, advirtió
que, en cada instancia en la cual él era capaz de estu­
diar el cerebro post mortem, descubrió una lesión en
el lóbulo frontal izquierdo. Finalm ente, en 1865, des­
pués de estudiar m uchos casos, Broca concluyó que
el hem isferio izquierdo es dominante para el lenguaje
o, com o él decía: nous parlons avec l'hemisphere gauche
("hablam os con nuestro hemisferio izquierdo").
D espués del descubrim iento de Broca, el hijo de
un m édico francés, quien respondía al nom bre de
M arc Dax, afirm ó que su padre había coleccionado
un núm ero de casos con síntom as sim ilares al de
Broca y tam bién había descubierto la asociación
p ro y ec ció n
entre este trastorno y el daño al hem isferio izquier­ auditiva
do. De acuerdo con su hijo, el viejo Dax había repor­
tado sus hallazgos en una conferencia en 1836, pero
nunca los había publicado. La docum entación de la FIGURA 1.8 Áreas de Broca y de Wemicke. Advierta la
presentación no fue encontrada y aún es incierto proximidad del área de Broca a las regiones corticales que
quién de los dos, si Dax o Broca, fue el prim ero en controlan los músculos del habla y la proximidad del área
descubrir esta asociación. de Wemicke a la corteza auditiva primaria. (Tomado de H.
Cleiiman, 1995.)
No obstante, como Joynt (1964) puntualiza, quien
haya sido el prim ero en reportar los datos que apo­
yan la idea de que el lenguaje está representado en el
hem isferio izquierdo, a Broca se le da el crédito por en el concepto de d om in an cia cerebral para el le n ­
describir el síndrom e de producción deteriorada de guaje. En este término tenemos lo que puede ser con­
lenguaje en ausencia de deterioro en los mecanismos siderado como el inicio de la neuropsicología m oder­
periféricos del habla. Además, Broca comprendió la na. Broca había dem ostrado la existencia de un dete­
im plicación del hecho de que todos los pacientes que rioro central (no periférico) del lenguaje, que ahora
él estudió con este síndrom e tenían lesiones en el se le refiere de m anera general como afasia (aunque
hem isferio izquierdo, una im plicación incorporada Broca m ismo sugirió el término afemia). Adem ás de
esto, Broca demostró que la lesión crítica estaba loca­
lizada dentro de un área específica del hem isferio
izquierdo, a saber, la parte inferior y posterior de la
región anterior de la corteza, región que llegó a ser
conocida como área de B roca (figura 1.8). Con esto,
él proporcionó el prim er apoyo empírico sólido para
lo que en la actualidad se conoce como especializa-
ción in trah em isférica de función, que es la especia-
lización de función dentro de un hem isferio. Vere­
mos que gran parte de la historia de la neuropsicolo­
gía tiene que ver con el desarrollo y delineación de
estos conceptos.

D escubrim iento de la c o rte z a m otora:


Fritsch e Hitzig

En 1870, cinco años después del descubrimiento fun­


dam ental de Broca, u n tipo de investigación muy
FIGURA 1.7 El cerebro embalsamado de Leborgne, el diferente, realizado en Alem ania, reveló una ulterior
famoso paciente de Broca. (Tomado de Corsi, 1991, p. 217.) especialización de función en la corteza cerebral. Al
12 PARTE I Fundamentos

estu d iar el cerebro expuesto de un perro, G ustav hallazgos de Broca y de W ernicke apoyan el concep­
Fritsch (1838-1929) y Eduard Hitzig (1838-1909) des­ to de dom inancia h em isférica. A dem ás, am bos h a­
cubrieron que la estim ulación de una región específi­ llazgos dem uestran que d iferentes lesiones dentro
ca de la corteza daba como resultado m ovim iento de del hem isferio izquierdo producen diferentes dete­
las extrem idades contralaterales. A sí h abían descu­ rioros en el lenguaje, apoyando así la idea de la espe-
bierto que no sólo las funciones "su p eriores", como dalización intrahem isférica de fundón.
el lenguaje, estaban representadas en la corteza cere­ Los trabajos de Broca y W ernicke tam bién apoyan
bral, sino tam bién la conducta en apariencia son la noción de que la fu n ción del lengu aje está com ­
m enos com plejas, los m ovim ientos sim ples. El área puesta de un núm ero de funciones que, bajo ciertas
de la corteza dedicada al m ovim iento fu e llam ada condidones, pueden ser separadas o disociadas una
corteza m otora. Éste fue un im portante descubri­ de otra. W ernicke pensó en esto en térm inos de un
miento, debido a que fomentó la idea de la especiali- tipo de p ro cesam ien to se cu en cia l (figura 1.9). De
zación funcional de la corteza y sugirió que ésta no acuerdo con este enfoque, la entrada auditiva verbal
estaba reservada de form a exclusiva a la función era procesada por el sistem a auditivo (a en la figura
"su p erio r", "asociativ a". A m bas ideas recibieron 1.9) y luego transm itida al área de W ernicke (a'), la
m ayores apoyos a partir del descubrim iento subse­ cual m edia la tran sform ación o traslación de las
cuente de regiones de la corteza especializadas para representadones auditivas de las palabras en signifi­
fundones somatosensoriales, auditivas y visuales. cado. Él tam bién conceptualizó el área de W ernicke
como m ediadora de los procesos inversos, la trans-
form adón de significado en una espede de represen-
DESCUBRIMIENTOS POSTERIORES: tad ón verbal. Luego esta representadón es transm i­
WERNICKE tida al área de Broca (b), donde se coordinan los
m ecanism os m otores p eriféricos del h abla (m úscu­
D escu b rim ien to de W ernicke los, lengua, cuerdas vocales, etc.). Entonces la corte­
de la afasia receptiva za m otora activaba los m ecan ism os necesarios del
habla (b'), lo que da como resultado el lenguaje oral.
En 1874 se realizó otro descubrim iento im portante. W ernicke creyó que esta conceptualización daba
El neurólogo alem án Cari W ernicke (1848-1904) des­ cuenta de los trastornos que seguían al daño en las
cribió un tipo diferente de afasia. M ientras que Broca áreas de Broca y de W ernicke. Sin em bargo, él fue
había descrito una afasia (la cual llegó a ser conodda m ás allá al predecir el trastorn o que ocu rriría des­
como afasia de Broca) que involucraba deterioros en pués de dañar las fibras nerviosas que con edan estas
la producción del habla, Wernicke describió a parien­ dos áreas: propuso que tal lesión deterioraría la repe-
tes que estaban severamente deteriorados en su habi­
lidad para com prender el lenguaje. A diferencia de
los pacientes con afasia de Broca, estos pacientes no
estaban deteriorados en la habilidad para coordinar
la prod ucción de palabras, aunque la com binación
de palabras correctamente articuladas que ellos pro-
d u d an con frecuencia no tenía sentido. Ellos habla­
ban en u na especie de "en salad a de p alabras" que
oscureda su significado subyacente. La lesión asocia­
da con este trastorno estaba en la corteza posterior
izquierda (véase figura 1.8). Esta área llegó a ser
conocida com o área de W ernicke.

C o n cep to de p rocesam ien to secuencial

Tendremos más que decir acerca tanto de la afasia de


Broca com o de la afasia de Wernicke en el capítulo 6;
por el m om ento sólo apreciem os la im portancia de
los descubrim ientos que realizaron estos dos pione­ F1GURA 1.9 Nodón de Wernicke del procesamiento
ros. A l dem ostrar que am bos tipos de afasia están secuendal del lenguaje en la corteza cerebral. (Tomado de
asociados con daño al hem isferio izquierdo, los Wernicke, 1874.)
CAPÍTULO 7 Desarrollo histórico de la neuropsicología 13

tición del habla escuchada aunque dejaría relativa­ No obstante, a partir de la década de los años cin­
m ente intactas la producción y com prensión del cuenta, ha habido una apreciación creciente de que el
habla. Con posterioridad, W em icke fue capaz de sus­ hem isferio derecho tam bién está especializado, pero
tentar esta hipótesis m ediante el estudio de casos de para funciones que no son lingüísticas, como los pro­
personas con tales daños, pacientes que exhibían un cesam ientos perceptual y espacial. Esta perspectiva
síndrom e que denominó afasia de conducción. de que el hem isferio derecho tam bién es el sitio de
funcionam iento especializado se refleja en el reem ­
plazo del concepto de dominancia cerebral por el con­
H ipótesis dei síndrom e de descon exión
cepto más preciso de especialización complementaria de
los dos hemisferios cerebrales o, de manera más concisa,
W em icke introdujo un enfoque que conceptualizó a
esp ecializació n h e m isfé rica o asim etría fu n cion al
la corteza como com puesto de áreas o centros, cada
h em isférica. Este replanteam iento de los conceptos
uno de los cuales regula una serie de procesos relati­
tardó en emerger, si se considera que la evidencia
vam ente discretos que actúan en conjunción para
para conocer la especialización funcional del hem is­
hacer posible los procesos com plejos. Él argumentó
ferio derecho se había ido acum ulando durante
después que los trastornos podían ser comprendidos
mucho tiempo. Ya en 1874, el año del hallazgo funda­
ya sea como el resultado del daño a estos centros (por
mental de W emicke, el neurólogo inglés John Hugh-
ejemplo, afasia de Broca o de W emicke) o como con­
lings-Jackson (1835-1911), cuyas hipótesis con fre­
secuencia de la interrupción de las conexiones entre
cuencia son sorprendentem ente m odernas, propuso
estos centros (por ejemplo, afasia de conducción). Los
que el hem isferio derecho estaba especializado para
trastornos que eran comprendidos en térm inos de la
las im ágenes m entales. Ésta fue una especulación
desconexión entre los centros llegaron a conocerse
astuta, y aunque se ha probado que no es por comple­
com o sín d rom es de d esconexión . En la parte final
to precisa, no obstante captura, en forma metafórica,
del siglo xix, este enfoque se convirtió en una forma
la noción de la im portancia del hem isferio derecho
m uy popular de teorizar en torno al sistem a nervio­
para el procesamiento de la percepción visual.
so. En el siglo xx, en la década de los sesenta, a esta
Hacia principios del siglo xx había evidencia sus­
teoría se le dio nuevo énfasis y vigor mediante el tra­
tancial de la especialización del hem isferio derecho
bajo del neurólogo Norm an Geschwind.
para ciertos procesos, aunque el concepto de dom i­
nancia del hem isferio izquierdo se m antuvo por
algún tiem po. C uando estudiem os la función del
C o n cep to de esp ecialización
hem isferio derecho en capítulos posteriores, se
h em isférica com p lem en taria: observará que existían razones para la tenacidad de
el papel del hem isferio d erech o este concepto. Éstas incluyen el hecho de que el fun­
cionamiento para el cual está especializado el hem is­
En la siguiente sección de este capítulo exam inare­ ferio izquierdo (por ejemplo, el lenguaje) es más dis­
mos otro ejem plo del poder explicativo del enfoque creto y se define con m ayor precisión (y por tanto se
de desconexión; pero antes de hacerlo consideremos le identifica m ás) que las funciones para las cuales
al hem isferio derecho del cerebro. Hemos visto que el está especializado el hem isferio derecho (por ejem ­
concepto de dom inancia cerebral para el lenguaje se plo, percepción visual y procesamiento espacial). De
desarrolló a partir del hallazgo empírico de que a los manera adicional, existe evidencia de que el hem isfe­
pacientes afásicos se les encontró daño en el hemisfe­ rio izquierdo está m ás especializado para los proce­
rio izquierdo, mas no en el derecho. (Por el momento sos verbales de lo que el hem isferio derecho lo está
estam os considerando sólo la gente diestra; más tarde para los procesos que está especializado. Explorare­
considerarem os la situación m ás com plicada de las mos estos puntos m ás adelante, en el capítulo 7.
personas zurdas.) La implicación de la idea de domi­
nancia del hemisferio izquierdo era obvia: el hemisfe­
rio izquierdo regula el lenguaje, una función de gran Ejemplo de síndrom e de d escon exión :
importancia, y el hemisferio derecho, debido a que no alexia sin agrafía
participa en esta función, era en cierta form a inferior
o auxiliar. El concepto de dom inio del hem isferio Una vez que se ha enfatizado acerca de la im portan­
izquierdo sobrevivió hasta mediados del siglo xx y en cia del concepto de esp ecialización funcional com ­
ocasiones todavía se le escucha como una especie de plem entaria de los dos h em isferios cerebrales — la
térm ino taquigráfico para especificar al hemisferio en idea de que am bos hem isferios están especializados
el cual está representado el lenguaje. para diferentes funciones— , regresem os al enfoque
14 PARTE I Fundamentos

del síndrom e de desconexión y dem ostrem os cuán La lesión que hem os descrito hasta el m omento da
exp licativ o puede ser. De nuevo considerem os el cuenta de la alexia sin agrafía del paciente. Pero,
caso reportado por el neurólogo francés Joseph Jules ¿cómo podemos com prender la subsecuente pérdida
Dejarine en 1882, con el cual comenzamos este capí­ de la capacidad para escribir? L a explicación de este
tulo. Com o recordará, el paciente de Dejarine prim e­ desarrollo ulterior vuelve a ser de nueva cuenta ins­
ro sufrió una alexia sin agraria, esto es, no podía leer tructiva. Dejarine encontró una segunda lesión, m ás
pero podía escribir. Posteriorm ente, tam bién perdió reciente, en un área llam ada circunvolución angular,
la h abilid ad para escribir. A nte esto, se trata de un ju sto arriba del área de W ernicke, en el hem isferio
patrón peculiar de deterioro y preservación de fun­ izquierdo (véase figu ra 1.8). A p artir de esto pod e­
ción. ¿Q ué tipo de lesión cerebral podría producir mos inferir que esta área es necesaria para la trasla­
tan desconcertante síndrom e? Al intentar responder ción de las im ágenes verbales (desde el área de Wer­
a esta cuestión, esto nos dem uestra que el paciente nicke) hacia una form a que pu ede ser utilizada por
estaba ciego en su campo visual derecho. En u n capí­ la corteza m otora en la escritura. En el capítulo 6
tulo ulterior discutirem os con detalle este trastorno, veremos que esta región tam bién es necesaria para la
denom inado hem ianopia derecha. En este m om ento traslación de m aterial verbal visual en una forma que
sólo advertiremos que con frecuencia se haya asocia­ puede ser usada por el área de W ernicke para com ­
do con anorm alidad en la parte posterior izquierda prender, es decir, para leer. Esto se demuestra porque
del cerebro (los lóbulos occipitales). Sin em bargo, el daño en la circunvolución angular resulta en una
este daño por sí solo no demostraría la deficiencia en incapacidad para leer (alexia adquirida).
la lectura, ya que la m ayor parte de las personas con Debido a que estam os anticipando la discusión en
una hem ianopia pueden leer muy bien una vez que tom o al lenguaje, por el m om ento sólo apreciemos el
se h an ajustado a su deficiencia en el cam po visual. poder explicativo del enfoque del síndrom e de des­
A sí que la lesión incluyó tam bién otras partes del conexión para favorecer la com prensión de los dete­
cerebro. M ás todavía, la subsecuente pérdida de la rioros tras alguna anorm alidad cerebral. C onform e
escritura sugiere la presencia de otra lesión. continuem os el exam en de los síndrom es neuropsi-
A sí: ¿qué encontró Dejarm e cuando exam inó post cológicos en los próxim os capítu los, verem os que
mortem el cerebro de este paciente? Existía una lesión, este enfoque, iniciado por Wernicke, fue utilizado de
secu nd aria a un ataque de apoplejía, en la corteza m anera fructífera por sus contem poráneos, incluso
occipital izquierda, como se ha presumido. Además, por su alum no H ugo L iep m ann (1863-1925) en su
esta lesión se extendía hasta abarcar la porción pos­ análisis de la apraxia, que son trastornos del m ovi­
terior del cuerpo calloso. El cuerpo calloso es un haz m iento aprendido. A unque el enfoque del síndrome
m asivo de fibras que conectan regiones de la corteza de desconexión tiene ciertas lim itaciones im portan­
de un hem isferio con regiones hom ologas (es decir, tes, las cuales discutirem os posteriorm ente, es una
correspondientes) del otro hem isferio. Com o se perspectiva útil para visualizar los efectos de las le­
podría esperar, las regiones de la corteza que inter- siones cerebrales sobre el comportamiento.
con ectan fibras callosas particulares corresponden
con la p osición de dichas fibras a lo largo del eje
anteroposterior del cuerpo calloso. En concordancia LOCALIZACIÓN EN
con este principio general, el esp íen lo del cuerpo O PO SICIÓ N AL HOLISM O
calloso transfiere inform ación desde la región occi­
pital derecha hacia el hem isferio izquierdo, y vice­ Límites de la lo ca lizació n : los "m ap m ak ers"
versa. D ebido a que la corteza occipital izquierda y
el esplen io fueron afectad os por las lesiones en el H em os visto que el p roblem a de la localización de
paciente de Dejarine, las áreas del lenguaje en el he­ función, la m edida en la cual se pueden localizar fun­
m isferio izqu ierd o fueron privadas de cualquier ciones específicas en regiones específicas de la corte­
entrada visual directa. La incapacidad del paciente za, fue un área de intensa controversia en el periodo
para leer sugiere que tal entrada directa es necesa­ anterior al descubrim iento cardinal de Broca. Duran­
ria para la lectura. En contraste, el paciente de Deja­ te dicho periodo, enfoques tan divergentes como el
rine podía escribir porque la salida del área de Wer­ de Flourens, el de Gall y Spurzheim se m iraban fija­
nicke era capaz de tener acceso a la corteza motora m ente sin com prom eterse u na con la otra. Uno
(él p od ía leer al tocar letras resaltadas porque, de podría pensar que el ocaso de u na neuropsicología
m anera análoga, la entrada som atosen sorial [la em pírica a m ediad os del siglo XIX y los hallazgos
in form ación sensorial acerca del cuerpo] de los específicos de B roca, Fritsch e H itzig, W ernicke y
dedos podía tener acceso al área de Wernicke). otros habrían sentado las bases en tom o de la p osi­
CAPITULO 1 Desarrollo histórico de la neuropsicología 15

ción iocalizacionista. Pero la controversia continuó ceptualizó al cerebro com o u n órgano con m uchos
en form a m odificada y persiste en la actualidad. En niveles de control que estaban organizados de m ane­
las postrim erías del siglo xix y principios del xx, una ra jerárquica. Una metáfora que ilustra esta noción, y
fuerte postura Iocalizacionista fue retom ada por los a la cual regreso con frecuencia en m is intentos por
llam ad os "m ap m ak ers". Éstos fu eron teóricos que comprender el cerebro hum ano, tiene que ver con la
usaron el marco conceptual general que vimos en la organización y la estructura sociales. En el contexto
explicación de W ernicke acerca de la afasia de con­ de la presente discusión en tom o al control jerárqui­
ducción y en la explicación de D ejarm e sobre la ale­ co por medio de varios niveles del sistema nervioso,
xia sin agrafía para explicar una m ultitud de trastor­ considerem os la organ ización de la ram a ejecutiva
nos en térm inos de la interrupción de los "centros" y del gobierno federal. El presidente está arriba y
las trayectorias que los conectan. luego los secretarios de Estado, los subsecretarios,
Conforme estas explicaciones se volvieron más de­ los directores generales, los directores de área, los
talladas y elaboradas, tam bién se volvieron más es­ subdirectores, los jefes de departam ento, etc. Si el
peculativas y alejadas de los datos empíricos. En par­ presidente llegase a estar incapacitad o para ejercer
ticular, fueron propuestos centros que m ediaban fun­ sus funciones por alguna razón (resistiré la tentación
ciones cognitivas altam ente específicas, que con fre­ de embellecer esta m etáfora con un ejemplo específi­
cuencia carecían de evidencia experim ental. Como co), el D epartam ento de la D efensa, digam os, no
reacción a esto, resurgió una fuerte postura antilocali- detendría su funcionam iento. De hecho, tom aría
zacionista. La form a extrem a de esta postura está cierto tiem po para que el im pacto se sintiera, pero
ejem plificada por el trabajo de Friedrich Goltz (1834- con seguridad se sentiría, tal vez en la form a de un
1902), quien después de realizar grandes e incluso cambio en el presupuesto para la defensa. O el efecto
com pletas lesiones en la corteza cerebral de perros, podría ser inmediato, en el caso de que el comandan­
observó sólo una disminución general en función pro­ te en jefe no ordenara el despliegue de tropas en una
porcional al tamaño de la lesión, pero no relacionada situación particular. Incluso la no funcionalidad del
con su localización. Esto lo condujo a una visión holís- presidente probablem ente no interrum piría las acti­
tica del funcionamiento cortical sim ilar al enfoque an­ vidades cotidianas de las bases militares y los porta-
terior de Flourens. Incluso los hallazgos de Broca fue­ viones.
ron criticados. Pierre M arie (1906), en su ensayo que Conform e se va descendiend o en la jerarqu ía
lleva el osado y provocador título La tercera circunvo­ (secretario de defensa, encargado de los jefes conjun­
lución fron tal izquierda no juega un papel particular en la tos de gabinete, generales de m ayor rango), el efecto
fu n ción del lenguaje, argüía que el área de corteza de no funcionam iento se vuelve cada vez más espe­
dañada y asociada con la afasia de Broca se extendía cífico al interrum pir acciones particulares. La dísfun-
m ás allá del área id entificad a por éste, hasta el ción a niveles incluso m enores resulta en problem as
hem isferio posterior izquierdo. Sus conclusiones se específicos muy visibles aunque limitados (por ejem­
b asaron en el exam en del cerebro del paciente de plo, los vehículos particu lares no son rep arados o
B roca, "T an ". M arie insistió en que Broca no tuvo una puerta en particular no es resguardada). Desde
bases para inferir la existencia de un "cen tro " del luego, si la disfunción a niveles bajos se expande (por
habla. ejem plo, todas las tropas de com bate se enferm an),
esto deterioraría drásticam ente el funcionamiento de
las fuerzas arm adas. A dvierta tam bién que, confor­
R econ ciliació n de los enfoques holista y m e uno desciende en la jerarqu ía, las respuestas se
Io calizacion ista: co n ce p to de jerarq u ía de vuelven cada vez m ás predecibles y estereotipadas
H ughlings-jackson (por ejem plo, el personal del grupo de autom otores
llena los tanques de gasolina de los vehículos y checa
Existieron posiciones más m oderadas que cualquiera el nivel de aceite; los policías m ilitares solicitan a
de estos extrem os. Freud, en una de sus últim as quienes llegan a cierto punto de registro sus papeles
incursiones en la neurología, antes de adentrarse de de identificación).
lleno en el psicoanálisis, adoptó una visión sorpren­ ¿Qué nos dice la m etáfora de la función jerárquica
dentem ente m oderna. En su libro Sobre la afasia acerca del cerebro? Si conceptualizam os al cerebro
(Freud, 1893/1953), criticó la teorización especulati­ como algo organizado en form a análoga, la metáfora
va de los "m apm akers" sin desechar al mismo tiem ­ nos ayuda a com prender m uchos fenóm enos. Los
po la noción de localización de función. Sin em bar­ perros de Goltz, que fueron capaces de desem peñar­
go, tal vez uno de los m ás útiles enfoques a este pro­ se en diversas funciones m otoras después de la
blem a fue el que retom ó H ughlings-jackson. Él con- rem oción de toda la corteza cerebral, pero con
16 PARTE I Fundamentos

"volu ntad " e "inteligencia" dism inuidas, son análo­ rárquicam ente organizado, H ugh lin gs-jackson con-
gos a las fuerzas arm adas privadas de sus niveles ceptualizó los efectos de las lesio n es de los niveles
superiores de mando. M uchos detalles todavía conti­ superiores del cerebro com o una reversión del desa­
núan en su lugar, pero se interrum pe la ejecución de rrollo evolutivo de esta organización, un proceso que
conducta com pleja que requieren inteligencia p arti­ él denom inó d isolu ción . C on los niveles superiores
cular y planeación estratégica. de control interrum pidos, los niveles inferiores ejer­
Con frecuencia regresarem os a ésta y otras m etá­ cen un pobre control m od u lad o, com o ocurre en
foras relacionadas con lo social conforme intentem os ausencia de niveles superiores de m ando, los capri­
com prender los efectos conductuales y cognitivos chos e im pulsos de lo s.sarg en to s locales ya no son
del daño cortical. Esto es debido a que el cerebro en regulados y sus respuestas a los eventos no son veri­
realidad es m ás parecido a una organización social ficadas. El concepto de d isolu ción de H ughlings-
que a una m áquina. Si se rom pe alguno de los com ­ jackson es, por tanto, un m arco para la comprensión
ponentes im portantes de una m áquina com pleja, es de los efectos de las lesiones en el cerebro.
probable que la m áquina sim plem ente no funcione. Por ejemplo, considere los llam ados síndromes de
A unque un m ecánico experto puede ser capaz de liberación, en ocasiones ob serv ad os después de le ­
in ferir a p artir del rendim iento interrum pido de la siones corticales. Los sín tom as de lib eració n tom an
m áquina lo que está mal, ésta no hará nada de lo que la form a del resurgim iento o la desinhibición de
se supone debe hacer (suponiendo que el problem a reflejos infantiles que habían desaparecido del reper­
es mayor). En contraste, si un gran sector de la socie­ torio del individuo, después del daño a centros cere­
dad es disfuncional (por ejem plo, no se producen o brales superiores que n orm alm en te inhiben dichos
im portan autos nuevos), la estructura social experi­ reflejos. Com o el reflejo de orien tación (voltear la
m entará el im pacto, pero no detendrá su fun cion a­ cabeza hacia un estím ulo que acaba de tocar la m eji­
m iento en conjunto. Realizará com pensaciones. La lla), es un útil m ecanism o in n ato que ayuda a los
gente cam inará, com prará bicicletas, se reunirá para recién nacidos a encontrar el pezón. El reflejo desa­
viajar en el m ism o vehículo, tomará transporte públi­ parece después de la infancia pero puede reaparecer
co, tendrá m ás cuidado con sus autom óviles, vivirá en la edad adulta, tras años de ausencia, como conse­
cerca de sus centros de trabajo o hará alguna otra cuencia de daños extensos al lóbulo frontal.
adaptación. Todo esto puede hacer m enos eficiente a
la sociedad, pero continuará su función, aunque sea
en form a deteriorada. Lo m ism o ocurre como resul­ Prejuicios y p re co n ce p to s en ía neuropsicologra
tado de lesiones en la corteza cerebral. de principios del siglo xx

LA JE R A R Q U ÍA C O M O UN P R O C E S O E V O L U ­ La historia de la ciencia está llen a de ejem plos de


T IV O H ughlings-jackson observó el desarrollo de hallazgos em píricos que fueron m al interpretados o
la organización jerárquica com o uno de los legados incluso ignorados debido a que no se conform aban a
del proceso de evolución. De acuerdo con este enfo­ los constructos teóricos p revalecien tes de la época,
que, la com plejidad de la organización jerárquica del sólo para ser reconocidos m ás tarde com o piedras
sistem a nervioso de una especie dada está relaciona­ angulares de com prensiones m ás profundas. La h is­
da con el nivel de desarrollo evolutivo de la especie. toria de la neuropsicología no es la excepción a esta
El sistem a nervioso de las criaturas simples, como la tendencia; por ejem plo, a principios del siglo XX, los
m edusa, respond erá con un reflejo estereotipado reportes de deterioros esp ecíficos en la visión del
ante la presencia de alim ento, sin consid erar otros color tras lesiones corticales fueron desechados debi­
factores am bientales. En contraste, para el leopardo do a que contradecían la v isió n prevaleciente de la
ham briento, los niveles superiores de organización corteza com o el sitio del p rocesam ien to de "ord en
neuronal inhibirán centros inferiores (que organizan su p erior". En la actualidad, se sabe que la ceguera
y activan su rápido acoso predatorio) hasta que central al color es de hecho un fenóm eno real y, como
tenga a su presa lo suficientem ente cerca como para se verá en el capítulo 5, el estu dio de este trastorno
tener una buena oportunidad de superarla durante ha revelado m ucho acerca de cóm o está organizado
el breve periodo en que tiene disponible su m áxim a el cerebro.
velocidad. La crítica de la agnosia v isu al planteada por el
neu rólogo alem án E berhard Bay proporciona otro
D A Ñ O C E R E B R A L C O M O R E V E R SIÓ N D EL D E­ ejem plo de cóm o los preconceptos pueden cegam os
S A R R O L L O E V O L U T IV O En el contexto de esta ante la verdad. La agnosia v isu al se define como un
com prensión del funcionam iento cerebral com o je­ deterioro en el reconocim iento visual de objetos que
CAPÍTULO 1 Desarrollo histórico de la neuropsicología 17

no se debe al deterioro sensorial prim ario. La crítica para revelar de m anera más clara la naturaleza de los
de Bay desafió la validez de este concepto. Él argu­ deterioros asociados con una lesión particular. A de­
m entó que los deterioros en el reconocim iento visual más, el uso de los procedim ientos estadísticos en los
de los objetos vistos después de lesiones cerebrales estudios de grupo hizo posibles las definiciones
se debía no a una in terrupción del procesam iento cuantitativas de los deterioros y, en consecuencia,
cortical, sino a deterioros visuales elem entales. Bay mejoró la sensibilidad de las pruebas específicas para
analizó el deterioro visual sutil en pacientes identifi­ detectar la presencia de un deterioro. Por ejemplo, al
cados com o agnósicos para apoyar su visión. A un­ valorar los umbrales sensoriales después de lesiones
que el escepticism o es un com ponente saludable e corticales, uno puede d efin ir la deficiencia de un
in d ispen sable del cuestionam iento científico, tam ­ individuo en térm inos de m enor rendim iento a un
bién puede ser usado para proteger nuestros prejui­ cierto nivel del grupo control, digamos por abajo del
cios y preconceptos de los datos que son inconsisten­ prim er percentil. También se puede definir un grupo
tes con ellos. Esto ocurrió en el caso de la agnosia. como deteriorado si, al usar estadística inferencial, la
Los deterioros sensoriales sutiles que Bay y otros probabilidad de que ese grupo pertenezca a la misma
detectaron en los pacientes con agnosia, aunque rea­ población que el grupo control es m enor de cierto
les, no fueron lo bastante sólidos com o para dar nivel, digamos .01.
cuenta de la m agnitud de sus deterioros en el reco­ En consecuencia, los estudios de grupo y los aná­
nocim ien to de objetos. No obstante, el prejuicio de lisis estadísticos tienen un enorm e im pacto sobre la
Bay contra la existencia de un trastorno central en el n europsicología. Al p erm itir cuantificar de form a
reconocim iento de objetos lo previno de apreciar esta precisa la probabilidad de que un grupo con una
desproporción. lesión o condición particular rinda en una tarea par­
A h ora que ha sido b ien establecid a la existencia ticular a un nivel inferior que un grupo control con­
de la agnosia visual, podem os entender la crítica de tribuyen a nuestra com prensión de la organización
Bay de m anera más optimista. M ediante la estim ula­ cerebral de los procesos psicológicos. M ás aún, al
ción de las investigaciones que dem ostraron de proporcionar una medida de la probabilidad de que
m anera d efinitiva que las d eficien cias sensoriales la ejecución de un individuo particular esté por abajo
asociadas no podían dar cuenta de los deterioros en del de un grupo control, los estudios de grupo ofre­
el reconocim iento de objetos de los pacientes, la críti­ cen una base para realizar inferencias concernientes
ca de Bay constituyó una fase necesaria del escepti­ a la presencia de deterioro cognitivo y la anorm ali­
cism o, el cual, a final de cuentas, sirvió al propósito dad cerebral asociada en dicho individuo (Reitan y
heurístico de establecer con firm eza la validez de la Davison, 1974). Esto, a su vez, proporciona una base
agnosia visual como un deterioro específico de orden para la valoración neuropsicológica clínica y un con­
superior. junto de procedim ientos que pueden ser bastante úti­
les en el diagnóstico y la rehabilitación (Lezak, 1995).

EL EN FO Q U E PSICOMÉTRICO
DE LA NEUROPSICOLOGÍA El papel p erm an en te de los estudios de caso

Com o ya hem os visto, se ha aprendido m ucho desde A unque el uso de los estudios de grupo es un enor­
el en foqu e del estudio de casos, y ahí perm anece m e avance, dichos estudios no han vuelto obsoletos
m uch o de lo que el estudio a profund idad de los los estudios de caso individuales. Éstos aún son de
casos individuales es capaz de revelar. Sin embargo, vital im portancia por varias razones. En prim er
uno de los más im portantes desarrollos en la neuro­ lugar, ciertos trastornos son tan raros que formar un
psicología fue la aplicación del enfoque psicom étri- grupo de determ inados casos tomaría muchos años.
co a la investigación neuropsicológica. Adem ás, cuando uno está estudiando un trastorno
tan severo que puede ser detectado sin métodos esta­
dísticos (com o la agnosia y la afasia), el estudio de
Estudios de grupo y análisis estad ístico un sujeto aislado proporciona una vivida y detallada
descripción del deterioro que con frecuencia se pier­
El uso de los estudios de grupo, que inició en las pos­ de con el análisis de los datos del grupo. M ás aún,
trim erías de la década de los cuarenta y principios de una serie de estudios de caso proporciona inform a­
los cincuenta, agregó otra dim ensión a la com pren­ ción que se pierde fácilm ente en el curso de un análi­
sión de las relaciones cerebro-conducta. Los estudios sis de grupo en torno a la variabilidad de los sín to­
grupales perm itieron la form ación de grupos control m as presentes entre los individuos que com parten
18 PARTE I Fundamentos

cierta sintom atología o áreas com unes de anorm ali­ nes cerebrales especializad as. En el procesam iento
dad cerebral. Por ejemplo, com o verem os en el capí­ visual, por ejemplo, se ha dem ostrado que el color, la
tulo 6, existe considerable variabilidad en el perfil de form a y el m ovim iento está cada uno representado
los deterioros observados en pacientes con afasia en diferentes áreas corticales especializadas, dentro
receptiva. A lgunos virtualm ente no tienen compren­ de regiones corticales que hace m ucho se considera­
sión del lenguaje; mientras otros tienen cierta capaci­ ba estaban dedicadas sólo al procesam iento percep­
dad residual para comprenderlo. De m anera similar, tual de orden su p erior (véase el capítulo 5 para un
existe una variabilidad significativa entre los pacien­ análisis más detallado).
tes en el cuadro sintomatológico observado tras lesio­ Estos hallazgos son tan diferentes de los enfoques
nes en el área de Broca. Esta variabilidad se oscurece clásicos de la organ ización cerebral que alteran de
o incluso se pierde en los datos que expresan la fun­ m anera radical las viejas hipótesis de cómo trabaja el
ción en térm inos de prom edios grupales. En conse­ cerebro. De acuerdo con los m odelos secuenciales
cuencia, aunque por lo general son inform ativos, los clásicos, las funciones elem entales com o la percep­
análisis producen generalidades acerca de los grupos ción del color o el m ovim iento están m ediadas por
pero corren el riesgo de oscurecer las diferencias indi­ áreas de la corteza que reciben la entrada inicial
viduales y proporcionar una visión sobregeneraliza- desde centros sensoriales (corteza sen so rial prim a­
da de los efectos de lesiones particulares. ria), m ientras que las funciones de orden superior,
Por ú ltim o, los estudios de grupo presen tan un com o el reconocim iento de objetos, son m ediadas
problem a adicional: los grupos d efinidos sobre la por áreas corticales que se encuentran subsecuentes
base del sitio de lesión (por ejem plo, corteza poste­ (corteza de asociación). Sin em bargo, estos modelos
rior izqu ierd a) com prenden sujetos con sitios de secuenciales, con su segregación hipotetizada de
lesión sum am ente variables. Es probable que esta procesos elem entales y com plejos, parece requerir
heterogeneidad resulte en una considerable variabi­ una revisión a fondo ante los h allazgos recientes.
lidad en el cuadro sintom atológico, lo cual puede C om o dejará en claro nuestro an álisis sobre esta
cond ucir a interpretaciones erróneas del papel del visión en el capítulo 5, ya no podem os postular más
área presum iblem ente identificada o incluso resultar que el procesam iento "ele m en ta l" se realiza en la
en tanto "ru id o" que los datos lleguen a ser por com­ corteza sensorial prim aria, desde la cual se transfiere
pleto ininteligibles. a la corteza de asociación para el procesam iento de
orden superior. D e hecho, la naturaleza paralela del
procesamiento cortical y la especialización de la fun­
HALLAZGOS RECIENTES ción visual dentro de diversas áreas de la corteza nos
orillan a considerar que ciertas conceptualizaciones
C oncluirem os nuestro análisis de los aspectos histó­ familiares y en apariencia básicas, como la distinción
ricos de la neuropsicología. con unas pocas palabras entre procesam iento elem ental y de orden superior,
acerca del im pacto de los hallazgos recientes. A un­ pueden reflejar serias incom prensiones de cómo está
que la evidencia que apoya a dos conceptos — el pro­ organizado el cerebro.
cesam iento d istribuido paralelo y la organización
m od u lar en la corteza visual (conceptos que serán
analizados con detalle en el capítulo 5)— com enzó a RESUMEN
su rgir hace m ás de 20 años, sus im plicaciones aún
están en proceso de asim ilación por los estudiosos En este capítulo hem os considerado el desarrollo his­
del cerebro. Brevem ente, el concepto de p ro cesa­ tórico de la neuropsicología. N uestra aventura histó­
m ien to d istrib u id o p aralelo h a surgido desde que rica reveló que algunas ideas erróneas acerca de la
se ha iniciado la concientización de que la actividad relación entre cerebro y com portam iento han podido
neurona! que media un proceso psicológico específi­ ser am pliam ente aceptadas durante largos periodos.
co sólo en raras ocasiones sigue un trayecto secuen- U n ejemplo es la teoría de que los ventrículos cerebra­
cial a través del sistem a nervioso, com o se suponía les son el asiento de la cognición. A pesar de la ausen­
desde hace tiempo. En vez de ello, esta actividad por cia de evidencia em pírica que apoye esta teoría, pre­
lo gen eral está distribuida en paralelo a lo largo de valeció desde la época romana hasta el Renacimiento.
m uchas redes de neuronas ubicadas en diferentes Por la m ism a razón, u na perspectiva histórica tam ­
regiones d el cerebro. bién enfatiza cuánto tiempo tomó descubrir que algu­
La org a n iz a ció n m od u lar se refiere al descubri­ nos principios ahora en apariencia obvios fuesen
m iento de que aspectos específicos del procesam ien­ descubiertos. Acaso el ejemplo m ás destacable de esto
to cognitivo están representados en diferentes regio­ es el hecho de que no fue sino hasta m ediados del
CAPÍTULO 1 Desarrollo histórico de la neuropsicología 19

siglo xix que la ubicación de función dentro de la cor­ controversias históricas, como el holism o frente a la
teza cerebral y la especialización del hem isferio iz­ localización, continúan resurgiendo en los contextos
quierdo para el lenguaje fueron firm emente estableci­ contemporáneos. Una concientización de los antece­
dos, aun cuando estos descubrimientos no dependie­ dentes históricos en torno a las controversias actua­
ron del desarrollo de avances técnicos específicos. les ayuda a colocarlas en perspectiva y proporcionan
C om prend er la h istoria de la neuropsicología un marco para posibles soluciones.
tiene otro beneficio. Los temas asentados en muchas

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