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Dicurso de despedida Generacion 2012-2018

Muy buenos días, respetables autoridades educativas que


nos honran con su presencia en la mesa del presídium, queridos
padres de familia, apreciables maestros, compañeros alumnos y
público en general. Es para mí un gran honor y una verdadera
satisfacción el poder decir unas palabras de parte de los alumnos del
sexto Purple a cargo de la Maestra Yessica Ortiz Rivero, de la generación
2012-2018.

En este día tan emotivo y significativo culminamos nuestra educación


primaria, en esta nuestra querida escuela que nos cobijó como aves
en su nido durante seis años o más, y en los que fuimos
inmensamente felices, donde llegamos por primera vez un tanto
temerosos, y que a través de los días nos sentimos como en casa
porque encontramos maestras y maestros buenos, cariñosos , que nos
hicieron sentir queridos y protegidos, pero sobre todo nos alimentaron
con buenos ejemplos, enseñanzas y valores que si bien es cierto
algunos ya traíamos de casa, pero que aquí reafirmamos día tras
día, que conjuntamente colaboraron para hacer de nosotros lo que
hoy somos, jóvenes entusiastas con deseos inmensos de seguir
superándose, luchando por un mejor futuro en estos tiempos tan difíciles que
nos ha tocado vivir y que sin la base de la educación no podremos llegar a
ser ciudadanos con valores bien definidos.

Llegamos a este momento después de años de camino, camino en


algunos casos de éxitos, de trabajo y esfuerzos recompensados,
pero como todo en esta vida, también con dificultades que
impidieran poder obtener mejores resultados, de anteponer horas
de estudio, cuando afuera en el parque podíamos estar jugando con
nuestros amigos y amigas a ese juego que tanto nos gustaba.

Por eso precisamente este día es tan especial. Hoy se recompensa


nuestra primera etapa del camino, pero la carrera no ha hecho nada
más que empezar. A partir de ahora vendrán nuevos éxitos y
adversidades que afrontar, pero lo que no debemos olvidar es que
la carrera aún es larga y nunca debemos abandonarla hasta
conseguir nuestro objetivo marcado.

También es cierto que nos embarga una gran tristeza porque bien


sabemos que las despedidas son tristes, como cuando alguna vez
tenemos que dejar a nuestras familias, en busca de mejores
condiciones de vida, pero no lo es menos cuando dejamos a
nuestra escuela, a nuestros compañeros y maestras como Miss
Yessica con la que hemos pasado experiencias diferentes y
situaciones graciosas pero que nos ha exigido constancia y
disciplina, con el único fin de vernos convertidos en personas de
éxito; las cuales llegaremos a ser de eso estamos seguros, algunos
otros que nos brindaron sus enseñanzas sabiéndonos conducir,
y esta tristeza se conforta al mismo tiempo al pensar que donde
quiera que vayamos, sabremos colocar en el lugar prominente
el nombre de nuestra querida escuela

A nuestros padres, gracias por habernos escogido este colegio, por


continuar brindándonos su amor y apoyo, por permitirnos llegar a
cada meta que nos tracemos y otorgarnos las oportunidades para
ser alguien en la vida.
Por último, quiero dejar un mensaje a mis compañeros, aprovechen
sus días en esta magnífica escuela, porque los años pasan volando
y recuerden: esta no es una simple escuela, es nuestra segunda
casa IRC.

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