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Apuntes de Hegemonía y Estrategia Socialista

-El concepto de hegemonía supone un campo teórico que está dominado por la categoría de
articulación. En otras palabras, el concepto de articulación es el punto de partida para elaborar el
concepto de hegemonía.
-A partir de la cultura griega se habla de una totalidad estructural u orgánica, idea que entra en crisis
a partir del siglo XVII de la mano de una concepción del sujeto como autodefinido. El
romanticismo en el siglo XVIII trata de recomponer esa unidad orgánica perdida a partir de los
fragmentos. Es decir que el pensamiento occidental había estado marcado por el pensamiento griego
en una visión de la totalidad de lo real como una unidad orgánica, un complejo relacional dado de
elementos, con un significado fijo. Todo lo que existe adquiría un sentido en relación a la totalidad,
teniendo cada cosa (incluido el hombre) un lugar determinado y preciso. Esa totalidad tenía una
unidad natural de sus elementos
-Laclau y Mouffe renuncian a la concepción de la sociedad como totalidad fundante de sus procesos
parciales. Esto es renunciar a pensar que de por sí existe un formato de la sociedad que determina
roles, prácticas, identidades, etc. Lo social está constitutivamente abierto, no posee un fundamento
último que le de un sentido fijo.
-En vista de lo anterior, lo que se entiende por “órden social” es un intento escencialmente precario
(porque nunca es un cierre definitivo de sentido) de domesticar el campo de las diferencias. El
“orden social” no es un principio subyacente. No existe tal cosa como por ejemplo un “orden
capitalista” a priori, del que emane toda una serie de determinaciones necesarias sobre sus procesos:
la existencia de sujetos con un rol histórico predeterminado, prácticas definidas por la posición en la
estructura social, etc. Orden social no es ningún fundamento para una “sociedad” determinada. Lo
social carece de esencia, ya sea cultural, económica, religiosa, etc. El sentido de los elementos que
componen la totalidad de lo real no puede ser fijo y remitir a una literalidad última.
-La realidad y por tanto la “sociedad” se presenta como un conjunto de elementos que aparecen
fragmentados o dispersos. Toda unidad de esos elementos fragmentados se postula bajo un discurso.
Una estructura discursiva es así una práctica articulatoria que constituye y organiza los fragmentos
dispersos, dando un sentido a lo real, entre ello a las relaciones sociales.
-La creciente proliferación de diferencias sobre la que se constituyen las sociedades industriales
avanzadas habla de un exceso de sentido de lo social y no de una complejidad sustancial de este tipo
de sociedades en relación a las sociedades anteriores. No es que las formaciones sociales modernas
sean más complejas de por sí, es que el campo de lo social se puebla de elementos que exceden los
sentidos en relación a un todo que tenían los elementos de otros “ordenes sociales”. En mi opinión
se corresponde con la idea de flujos descodificados en Deleuze y Guattari, como lo es por ejemplo
el proletariado a fines de la Edad Media. Esa masa de población es un elemento que no puede
significarse plenamente dentro del orden medieval, puesto que excede el sentido que adquieren las
relaciones sociales bajo un discurso de lo que un régimen medieval es (sus actores, sus relaciones,
etc.).
-Althusser utilizará el concepto de sobredeterminación para combatir la hipótesis economicista en
el marxismo que afirma que la realidad social está determinada por la economía. Un hecho o
acontecimiento dentro de una formación social podía estar simultáneamente determinado por varios
factores.
-El concepto de sobredeterminación se constituye en el campo de lo simbólico. Lo social se
constituye como orden simbólico, por lo que las relaciones sociales no son momentos necesarios de
una ley inmanente. Nada de lo social es un momento necesario, por lo que cada elemento está fijado
simbólicamente. Que no exista nada que no esté sobredeterminada implica que lo social se
constituye como un orden simbólico.
-Es muy importante detenerse en el carácter de lo simbólico para Laclau y Mouffe: al no existir dos
planos de la realidad (esencia y apariencia), lo simbólico no es un plano de significación segunda y
derivada. No está primero lo social en toda su consistencia ontológico y luego las representaciones
simbólicas que nos hacemos de él. Lo que entendemos por sociedad, orden social o formación
social adquiere realidad directamente sobre una superficie simbólica.
-Lo que es regular en una sociedad consiste solamente de formas relativas y precarias de fijación.

Articulación
-Articulación: Se le llama articulación a toda práctica que establezca una relación tal entre
elementos, que la identidad de éstos resulta modificada.
-Discurso:Totalidad estructurada resultado de la práctica articulatoria.
-Elemento: Diferencia no articulada en un discurso, aquello que carece de una articulación
discursiva precisa.
-Momento: Posiciones diferenciales en tanto aparecen articuladas al interior de un discurso. Nótese
que la diferencia pasa a ser posición diferencial. Un sistema de diferencias se organiza cuando estas
pasan a ser momentos.
-Tres precisiones básicas para entender lo anterior.
1)Sobre el tipo de coherencia específica de una formación discursiva:
La formación discursiva no se unifica ni en la coherencia lógica de sus elementos, ni el a priori de
un sujeto trascendental, ni en un sujeto que es fuente de sentido, ni en la unidad de una experiencia.
En su lugar, el principio de coherencia es cercano al de regularidad en la dispersión.
2)Sobre las dimensiones de lo discursivo:
Se rechaza la distinción entre prácticas discursivas y no discursivas. Todo objeto se constituye como
objeto de discurso, ningún objeto se da al margen de una superficie discursiva de emergencia. Esto
no significa que el objeto en sí no tenga una existencia independiente del pensamiento y la
voluntad, pero su objetivación, su constitución en objeto depende de la estructuración de un campo
discursivo, de una condición discursiva de emergencia. Por otro lado, el discurso tiene un carácter
material antes que mental. El discurso no es la pura expresión del pensamiento en relación a un
campo objetivo que se mantiene al margen de toda intervención discursiva. El discurso, como acto
del lenguaje tiene un carácter performativo, por lo que es inseparable de las acciones en las que está
entretejido.
3)Sobre la apertura o cierre de una formación discursiva:
Toda totalidad discursiva tiene un carácter incompleto, simplemente no existe ninguna identidad
surgida del discurso que aparezca plenamente protegida de un exterior discursivo que la deforma y
le impide suturarse plenamente.

Sujeto
-Necesidad de distinguir entre dos problemas bien distintos:1)el carácter discursivo o
prediscursivo del sujeto, por un lado;2) la relación existente entre distintas posiciones de sujeto,
por otro.
-El primero de ellos es el que ha recibido una atención más consecuente. Esta atención adopta la
forma de una crítica a la constitutividad del sujeto, bajo tres modalidades:
• Crítica del sujeto como agente racional y transparente a sí mismo. (Nietzsche)

• Crítica de la unidad y homogeneidad del conjunto de las posiciones de sujeto. (Freud)

• Crítica al sujeto como origen y fundamento de las relaciones sociales. (Heidegger)

-Postura de Laclau y Mouffe (respecto al primer problema): La categoría de sujeto adquiere en


ellos el sentido de “posiciones de sujeto” en el interior de una estructura discursiva. Cada vez
que hablan de sujeto lo hacen en ese sentido. El sujeto (posiciones de sujeto) se encuentra
incrustado en una estructura discursiva. Los sujetos (en plural) no pueden ser fundamento de las
relaciones sociales porque aún cuando estén dotados de facultades que posibiliten una experiencia,
esta experiencia depende de condiciones discursivas de posibilidad precisas. La experiencia no
es una posibilidad de la experiencia, la experiencia siempre es discursiva. La experiencia es posible
por el discurso, por eso allí radica el fundamento de las relaciones sociales, y no en el sujeto. En
definitiva para Laclau y Mouffe el sujeto está constituido discursivamente. Toda posición de
sujeto es una posición discursiva.
-En relación al segundo problema, lo que dicen en líneas generales es que también las posiciones de
sujeto tienen relación entre sí a partir de una articulación discursiva. Las posiciones son posiciones
discursivas, que se articulan discursivamente. No hay tampoco una totalidad del sujeto
completamente suturada, como sucede con la formación discursiva.

Antagonismo
-El antagonismo es básicamente la negación de cierto orden.
-Existe una experiencia del límite de toda objetividad, adquiere forma discursiva precisa en el
antagonismo. Recordemos que toda experiencia dependía de una forma discursiva precisa. Por
tanto aquí la experiencia del límite de toda objetividad es la experiencia discursiva del
antagonismo.
-El antagonismo ha sido ampliamente estudiado por la ciencia histórica y la sociología, pero
centradas en la descripción de los antagonismos y sus causas originales, pero no realmente
centradas en lo que sería el núcleo problemático: ¿qué es una relación antagónica definida a
partir de la relación entre objetos que supone?
-Para comprender qué es el antagonismo, previamente es necesario hacer una distinción entre dos
nociones: contradicción y oposición real.
• Contradicción: La relación de cada término con el otro agota la realidad de ambos. La
fórmula es “A - no A”: “no A” agota su definición en su relación con “A”, su relación es no
ser A, por lo que su identidad es no ser A. Por esta razón la contradicción tiene lugar en el
campo de las proposiciones, en un nivel-lógico conceptual. Esto es decir que lo que entra
en relación aquí son proposiciones.
• Oposición real:Aquí cada uno de sus términos tiene una positivad propia, independiente de
su relación con el otro. La fórmula es “A-B”. Esto implica que la oposición real actúa en el
campo de los objetos reales, donde ningún objeto agota su identidad en la relación que tiene
con el otro. El sentido en el que por ejemplo la mesa y la tele mantienen una oposición en la
que ambas efectivamente pueden ser el “no A” de la otra, pero lo que son no se ahí: la mesa
es algo más que “no ser tele”, y la tele es algo más que “no ser mesa”.
-El argumento de Laclau y Mouffe es que el antagonismo es imposible de asimilar tanto a la
contradicción como a la oposición real. La explicación es que contradicción y oposición real
ponen en relación elementos cuya identidad esta plenamente constituida, mientras que el
antagonismo expresa una relación entre elementos en la que cada uno impide la identidad plena del
otro. La relación de antagonismo es la que se tiene con el que impide nuestra identidad plena y en
ese sentido constituye los límites de toda objetividad: esta objetividad está amenazada por otra que
desafía su identidad plena.
-El antagonismo no puede ser aprehendido por el lenguaje, ya que el lenguaje existe para intentar
fijar lo que el antagonismo subvierte. El antagonismo que permite mostrar los límites de toda
objetividad.
-Los antagonismos no son interiores a la sociedad, sino exteriores. Son aquello que establece límites
a la sociedad, imposibilitando que su constitución plena.
-La sociedad no llega a ser totalmente sociedad porque todo en ella está penetrado por sus límites
que le impiden constituirse como realidad objetiva.

Equivalencia
-Todo diferencia articulada en un discurso (posición diferencial), todo momento, porta una
precariedad de su fijación. En cualquier discurso, las posiciones diferenciales son momentos
específicos e irremplazables. Disolviendo la epecificidad de cada una de estas posiciones se impide
el cierre del discurso.
-La imposibilidad de lo real se debe a la penetración de la negatividad, del antagonismo. La
sociedad no logra constituirse como campo objetivo.
-La equivalencia es aquello que subvierte las identidades relacionales que surgen de un sistema de
diferencias.
-Equivalencia y diferencia son dos lógicas opuestas. La primera es una lógica de simplificación del
espacio político, mientras que la segunda es una lógica de expansión y complejización del mismo.
-Las cadenas de equivalencias se constituyen a partir del antagonismo. Cuando una posición
diferencial es negada, puede convertirse en un antagonismo.

Hegemonía
-El campo general de emergencia de la hegemonía es el de las prácticas articulatorias, campo
en el que los “elementos” no han cristalizados en “momentos”. Es decir que el campo en el que
emerge la hegemonía es aquel en que los sentidos de los “momentos” no están absolutamente
fijados. Un sistema logrado de diferencias, que no diera lugar a significantes flotantes, no podría
abrir un campo de articulación.
-La hegemonía supone el carácter incompleto y abierto de lo social. Ese carácter incompleto hace
que lo social sea un campo dominado por las prácticas articulatorias.
-Si bien el campo de emergencia de la hegemonía es el de las prácticas articulatorias, hace falta un
elemento más para hablar propiamente de hegemonía: enfrentamiento entre prácticas
articulatorias antagónicas. Hegemonía es entonces una relación articulatoria en el seno del
antagonismo.
-La articulación hegemónica tiene dos condiciones:
• Presencia de fuerzas antagónicas.

• Inestabilidad de las fronteras que las separan.

-Podemos hablar de práctica articulatoria hegemónica cuando estamos en presencia de una vasta
región de elementos flotantes y su posible articulación a campos opuestos.
-Siguiendo a Gramsci, existen coyunturas que conducen a la proliferación de elementos flotantes,
lo que lleva el nombre de crisis orgánica.
-Gramsci llama bloque histórico a todo espacio social y político relativamente unificado en torno a
puntos nodales y la constitución de identidades tendencialmente relacionales. El tipo de lazo que
une a los distintos elementos del bloque histórico coincide con lo que Laclau y Mouffe llaman
formación discursiva. El lazo que une al bloque histórico es una formación discursiva, mientras
que el bloque histórico es una formación hegemónica.
-La dimensión hegemónica de la política se expande en la medida en que se incrementa en carácter
abierto, no suturado, de lo social. Tiene que existir un área abierta a la articulación, un poblamiento
de elementos no articulados para que exista articulación en un principio, y articulación hegemónica
en sentido estricto (cuando existe antagonismo). Es la dinámica cambiante de las sociedades
modernas la requiere construir nuevos sistemas de diferencias (captando los excesos de sentido que
siempre se están produciendo), lo que da lugar a la articulación hegemónica.
-Hegemonía en sentido estricto es un tipo de relación política, una forma de la política. En una
formación social cualquier, pueden existir una variedad de puntos nodales hegemónicos.
-Ninguna lógica hegemónica puede dar cuenta de la totalidad de lo social y constituir su centro: no
existe algo así como una hegemonía burguesa.

Resumen del capítulo: La apertura e indeterminación de lo social da un carácter primario y


fundante a la negatividad y al antagonismo, lo que asegura la existencia de prácticas articulatorias
y hegemónicas.

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-La hegemonía sería aquella relación que se da al interior del discurso como forma de lidiar con el
exceso de sentido y el antagonismo. El exceso de sentido surge cuando existen elementos no
articulados discursivamente que desbordan a la articulación “sociedad”; el antagonismo surge de
una relación entre elementos que impiden la identidad plena del otro. Hegemonía es una
articulación discursiva de elementos flotantes que antagoniza con otras articulaciones.
El discurso burgués que acompaña el nacimiento y desarrollo del capitalismo es una articulación
hegemónica en tanto articula elementos que constituyen un exceso de sentido respecto de lo que era
el discurso de la sociedad feudal. Entre los elementos que ese discurso articula está la clase obrera.
El discurso del sujeto individual libre, sumado al discurso sobre la libertad en sí misma era lo que
predominaba para darle sentido a aquello que también era un exceso de sentido respecto a la
sociedad medieval: masas de población desplazadas y sin ningún sustento. El discurso burgués los
integra como sujetos individuales (luego con derechos, etc.) en un discurso que sirve para legitimar
la propiedad privada. De ahí que sea comprensible la reticencia de la burguesía incipiente a que el
proletariado fuera asumido como una clase social.
En este sentido, también el discurso marxista es una práctica articulatoria hegemónica. En tanto
crítica es una articulación de elementos distinta a la del liberalismo (asumiendo que ese es,
efectivamente, el discurso burgués), que instituye lo social con otras categorías. Pero además es una
práctica que antagoniza con la práctica articulatoria burguesa.

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