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LA LÍRICA UNIVERSAL

Yulitza Espitia 11B, IE Carlos Lleras Restrepo, Yopal Casanare, 18 de Agosto 2021

• Escriba cinco coplas del folclor llanero Actividad


El que se roba un pilón,
Y una piedra de amolar;
No se le dice ladrón
Si no guapo pa’ cargá.

A la cinco e’ la mañana,
Yo me quito mi sombrero;
Dame la mano derecha,
Pa’saludarte primero.

Mano tendida es el cielo


Y la mano tendida es el llano
Son las dos manos de Dios
Si es que Dios tiene dos manos.

Quien pudiera llano mío


Recoger de tus caminos
Los que han cantado por ellos
Millares de florentinos.

Soy hijo de la sabana


Como el toro y como el potro
Yo no me creo mas que nadie
Pero mas que yo no hay otro.
1. Elabore una “Antología Poética” haciendo la recopilación de un poema de cada uno de los
siguientes escritores:
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SAFO
Inmortal Afrodita, la florida,
artera hija de Zeus, te lo suplico,
no atormenten mi espíritu, señora,
penas ni angustias,
mas ven aquí, como también antaño
unciste tu áureo carro y de la casa
de tu padre saliste al escuchar
mi voz lejana;
llevábante unos ágiles gorriones
hacia la negra tierra desde el cielo
y el veloz movimiento de sus alas
pronto te trajo;
y tú, bendita diosa, sonreías
con tu faz inmortal y preguntabas
qué me ocurre otra vez, por qué de nuevo
vuelvo a invocarte
y qué es lo que deseo que suceda
a mi alma loca. "¿A quién persuadir debo
a que acepte tu amor? ¿Quién mal contigo,
Safo, se porta?
Porque, si hoy huye, pronto irá tras ti;
si regalos no acepta, los hará;
y, si hoy no te ama, pronto te amará
aunque no quiera".
Ven también ahora a mí, de mis congojas
crueles sálvame y haz lo que mi ánimo
cumplido quiere ver y así tú misma
sé mi aliada.
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DANTE ALIGHIERI
Bien sabe a cuál saluda y reverencia
el que vea entre damas a la mía;
todas ellas hacerle compañía
tienen de Dios como gentil clemencia.

De su beldad es tánta la excelencia


que envidias no despierta ni falsía:
bien antes, galanura y ufanía
-dones de Amor- afinca su presencia.

De su redor dimana mansedumbre


y así vestidas de su misma lumbre,
cada una, sintiéndolo, se honora.

Fue siempre todo en Ella tan luciente,


que nadie, suspirando dulcemente,
podrá olvidar su gracia arrobadora.
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STEPHAN MALLARMÉ
Nada, esta espuma, virgen es
el verso que sólo a la copa
designa. Así lejos, en tropa,
sirenas húndense al revés.
Navegamos. Mi sitio es,
oh diversos amigos, la popa
y es el vuestro la proa que copa
rayos e inviernos. Embriaguez
gozosa ahora me convida
(su cabeceo no intimida)
a hacer de pie el saludo mío,
soledad, estrella arrecife,
a cuanto valga en este esquife
de nuestra vela el blanco brío.
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GUSTAVO ADOLFO BECQUER


Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en la sombra.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarle, y apenas ¡oh hermosa!
si teniendo en mis manos las tuyas
pudiera, al oído, cantártelo a solas.
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FRANCISCO PETRARCA
Ojos tristes, en tanto que yo os lleve
al rostro de quien muerte os da y tormentos
os ruego estéis atentos
que en mal mío os desafía Amor aleve.

La muerte es sólo quien mi pensamiento


cerrar puede el camino que lo adiestra
al dulce puerto que sus males sana;
se oculta en cambio a vos la lumbre vuestra
con más pequeño y pobre impedimento,
pues sois hechos de esencia más liviana.

Y por ello, pues ya se halla cercana,


antes que del llanto halléis la hora
tomad al fin ahora
a tan largo martirio alivio breve.
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VIRGILIO
A Lezama, en su muerte
Por un plazo que no pude señalar
me llevas la ventaja de tu muerte:
lo mismo que en la vida, fue tu suerte
llegar primero. Yo, en segundo lugar.

Estaba escrito. ¿Dónde? En esa mar


encrespada y terrible que es la vida.
A ti primero te cerró la herida:
mortal combate del ser y del estar.

Es tu inmortalidad haber matado


a ese que te hacía respirar
para que el otro respire eternamente.

Lo hiciste con el arma Paradiso.


-Golpe maestro, jaque mate al hado-.
Ahora respira en paz. Viva tu hechizo
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RUBÉN DARIO
Iba en un paso rítmico y felino
a avances dulces, ágiles o rudos,
con algo de animal y de divino,
la bailarina de los pies desnudos.

Su falda era la falda de las rosas,


en sus pechos había dos escudos...
Constelada de casos y de cosas....
La bailarina de los pies desnudos.

Bajaban mil deleites de los senos


hacia la perla hundida del ombligo,
e iniciaban propósitos obscenos
azúcares de fresa y miel de higo.

A un lado de la silla gestatoria


estabas mis bufones y mis mudos...
¡Y era toda Selene y Anactoria
la bailarina de los pies desnudos!
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WILLIAM SHAKESPEARE
Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
en mi triste destierro lloro a solas conmigo,
y agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo,

y sueño ser como otro más rico en esperanza,


tener su mismo aspecto, gozar sus compañías,
y envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
hastiado aún de aquello que me daba alegrías;

si en estos pensamientos mi desprecio me espanta,


pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como una alondra a orillas del día se levanta

del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.


Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que desdeño cambiar con los reyes mi estado.
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PABLO NERUDA
Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.
Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.
Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.
Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latientes de los pájaros.
Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano
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AMADO NERVO
Ignoro qué corrí ente de ascetismo,
qué relación, qué afinidad obscura
enlazó tu tristura y mi tristura
y adunó tu idealismo y mi idealismo;
mas sé por intuición que un astro mismo
surgió de nuestra noche en la pavura,
y que en mí como en ti riñe la altura
un combate mortal con el abismo.
¡Oh rey, eres mi rey! Hosco y sañudo
también soy; en un mar de arcano duelo
mi luminoso espíritu se pierde,
y escondo como tú, soberbio y mudo,
bajo el negro jubón de terciopelo,
el cáncer implacable que me muerde.
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JOSÉ ASUNCIÓN SILVA


Sencilla y grata vida de la aldea:
Levantarse al nacer de la mañana
Cuando su luz en la extensión clarea
Y se quiebra en la cúpula lejana,
Vagar a la ventura en el boscaje...
Espiar en los recodos del camino
El momento en que el ave enamorada
Oculta en el follaje
Sus esperanzas y sus dichas canta.
En rústica vasija
Coronada de espuma
Libar la leche, contemplar la bruma
Que en el fondo del valle se levanta,
El aire respirar embalsamado
Con los suaves olores
De la savia y las flores,
Tomar fuerza en la calma majestuosa
Donde la vida universal germina —
En ignotos lugares
Que no ha hollado la vana muchedumbre,
En el bosque de cedros seculares
Del alto monte en la empinada cumbre;
Después, tranquilamente
Bañarse en el remanso de la fuente.
Con el rural trabajo
Que a los músculos da fuerza de acero
Y que las fuentes abren de riqueza,
Endurecer el brazo fatigado
Y devolverle calma a la cabeza.
Sin fatigas, sin penas, sin engaños
Dejar correr los años
Y en la hora postrera
Descansar, no en lujoso monumento[,]
Sino bajo el ramaje
Del verde sauce a su tranquila sombra[,]
Cabe la cruz piadosa.
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GABRIELA MISTRAL
Tengo la dicha fiel
y la dicha perdida:
la una como rosa,
la otra como espina.
De lo que me robaron
no fui desposeída:
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida,
y estoy rica de púrpura
y de melancolía.
¡Ay, qué amante es la rosa
y qué amada la espina!
Como el doble contorno
de dos frutas mellizas,
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida…
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JOSÉ MARTÍ
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
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MARÍA MERCEDES CARRANZA


Un día escribiré mis memorias, ¿quién
que se irrespete no lo hace? Y
allí estará todo. Estará el esmalte
de las uñas revuelto
con Pavese y Pavese con las agujas y
una que otra cuenta de mercado. Donde
debieran estar los pensamientos
sublimes pintaré
tus labios a punto de decirme
buenos días todos los días. Donde
haya que anotar lo más importante
recordaré un almuerzo
cualquiera llegando al corazón
de una alcachofa, hoja a hoja.
Y de resto,
llenaré las páginas que me falten
con esa memoria que me espera entre cirios,
muchas flores y descanse en paz
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SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ


Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
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EDGAR ALLAN POE


Desde el tiempo de mi infancia no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude traer
mis pasiones de una simple primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pesar, no podría despertar
mi corazón al júbilo con el mismo tono;
Y todo lo que amé, lo amé Solo.
Entonces -en mi infancia- en el alba
de la vida más tempestuosa, se sacó
de cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
Del torrente, o la fuente,
Del risco rojo de la montaña,
Del sol que giraba a mi alrededor
en su otoño teñido de oro,
Del rayo en el cielo
cuando pasaba volando cerca de mí,
Del trueno y la tormenta,
Y la nube que tomó la forma
(Cuando el resto del Cielo era azul)
De un demonio ante mi vista.
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