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Dédalo y su hijo Icaro 1. ;Alguna vez lefste mitos? De ser asf, anoté cules y de qué se trataban. 2. ,Qué creés que podria pasar en este mito? Podés ayu- darte observando las ilustraciones. Cuenta un antiguo mito que Dédalo era un extraordinario inventor, arquitecto y artesano. Conocéa to- dos los secretos de la construccién de palacios, monumentos y edificios ingeniosos. Habfa nacido en Atenas ¥, por esas cosas de la historia, tuvo que escapar de su ciudad y llegé a la isla de Creta. Por ese entonces, gobernaba Creta el rey Minos, un hombre poderoso que recibié entusiasmado al arquitecto y le encarg6 muchas obras para engrandecer la fama de la isla, Durante aitos, Dédalo edifice templos, tallé esculturas ¢ inventé mecanismos que maravillaron a todos los habitantes del lugar. Mas tar- de, formé una familia y tuvo un hijo, fearo, al que querfa més que a nadie en este mundo. ‘También cuenta la historia que, de pronto, aparecis en la isha un terible ser. Era un hombre de fuerza extraordinaria, pero tenfa cabeza de toro y se alimentaba con carne humana. La noticia de su crueldad corrié hasta los confines de Creta y todos empezaron a llamarlo “el Minotauro”. También corria otro ru- mor: que era hijo de la reina, aunque nadie podfa confirmar semejante cosa. Cualquiera fuera la raz6n, el rey Minos no quiso matar al monstruo, sino que le encargé a Dédalo la construccién de un edificio, All lo para que jamés pudiera escapar. Ayudado por su hijo fearo, Dédalo imaginé y construyé un complicado laberinto. Era un lugar enorme, leno de pasadizos y callejones que daban mil vueltas y desembocaban en més pasadizos y callejones. Pare- fa no tener principio ni fin, y solamente el arquitecto conocfa el modo de salir de alli. Cuando estuvo ter- minado, el rey mand6 poner un camero en la entrada, como cebo para atrapar al Minotauro. El truco surtié efecto, el camero entré en el laberinto y el monstruo se abalanz6 detris de él, perdiéndose para siempre enel interior del edificio. A partir de ese momento, los habitantes de Creta pudieron vivir tranquilos, Pero aqui no tern Un tiempo después, mataron en Atenas a uno de los hijos del rey Minos. Enfurecido, el soberano decla- 16 la guerraa los atenienses y los derrot6. Después, les impuso un castigo terrible. Cada aio, siete mucha- chos y siete chicas de esa ciudad debfan entrar en el laberinto. El sacrificio terminarfa solamente cuando: alguno de ellos lograra encontrar la salida para sobreviv encerraria 1a esta historia. Sanita SA Pri SA. Probie ftocopi. ey 1.723 3 3 Cada afio los atenienses enviaban mas y mas jove- kz nes a Creta, hasta que cierta vez.enviaron entre ellos a un muchacho llamado Teseo. Y, por esas vueltas Graciela Pérez Aguilar de la vida, la hija del rey Minos se enamor6 de él. Bn cio en Buenos Ares en 1947. Algunos dicen que le dio un ovillo de hilo para que sacra yrntcra encontrar el camino de regfesodellabertato, MES Trae ae area ra Tego de matar al Minotauro. Otros dicen que fie \megrata Corstn Orrizacora Dédalo el que le conté a la princesa los secretos parade Fela del Lirolnfntl Pubes salir de allt Alfin yal cabo, elarquitecto habia nacido Elconstructorde sues, Los en Atenas y no querfa que siguieran castigando de Tavares ots cuentos Habla : tna vez un detinyElpetcsornco, esa manera a sus propios compatriotas. Lo cierto es avert que Teseo logré cumplir su hazafia, Entr6 en el labe- Tinto, mat6 al Minotauro y salié vietorioso. La mal cién habia terminado, pero esta trégica historia, no. El rey Minos tenfa varias razones para estar fit- rioso, entre ellas, que los atenienses lo habian puesto en ridfeulo. Entonces, su furia se ditigé contra Dédalo e fearo. Orden6 a todos sus soldados que los buscaran, y que sigilaran muy bien las costas de la isla para evitar su hua, ‘Alo largo de tantos aiios, Dédalo habfa hecho muchos amigos en Creta y uno de ellos le advirtié del peligro que corria. Por lo tanto, escapé de su casa junto con su hijo ¢ in- tent6 acercars¢ al puerto para tomar un barco. Sin embargo, el sitio estaba celosamente custodiado y muy pronto se dio cuenta de que no podrfan fugarse por mar. Tenfa que encontrar otra sala. Los dos fugitivos se escondieron en los montes de laisla y el arquitecto empez6 a tramar un plan, Mu chas de sus ingeniosas ideas venfan de la observacién de lanaturalezay lleg6 ala conclusién de que debian escapar por el aire, jigual que los pajaros! Mientras fearo buscaba agua y frutos para so- brevivir, Dédalo reuni6, con gran paciencia, plumas grandes y pequefias que las aves marinas habfan dejado caer entre las rocas. También corté muchas varillas delgadas y flexibles, trenz6 cuerdas vegetales y extrajo cera de los panales de abejas silvestres. Sin que nadie los viera, padre e hijo construye- ron los esqueletos de dos pares de alas atando va llas con sogas. Luego, fueron agregando las plumas hasta cubrir las armazones. Ataron las plumas mas grandes con hilo y pegaron todas las demas con la cera de abejas. Una vez que las asombrosas alas estuvieron lis- tas, decidieron partir sin més demora porque los soldados de Minos se acercaban peligrosamente a su escondite. Pero, antes de emprender el vuelo, Dédalo aconsejé con mucha energfa a su hijo: 137 LECTURA -No vueles demasiado bajo porque la espuma de las olas mojaré Ias plumas, haciéndolas initiles. Pe tampoco vueles demasiado alto porque el calor del sol derretira la cera, despegaré las plumas y caeris al agua Dicho esto, sujeté con firmeza un par de alas a la espalda de fearo «hizo que este atara el otro par a sus propias espaldas. Treparon a una roca alta y plana, tomaron impulso y, milagrosamente, se elevaron ayu- didos por las corrientes de aite ascendentes, tan comes en la zona. fearo era mucho mas joven que Dédalo y muy pronto tomé la de- Iantera impulsado por sus fuertes brazos, Y mientras iba ganando al- tura, se desplegé ante su vista tn maravilloso horizonte de mar y cielo. EI sol brillaba resplandeciente y un viento suave acariciaba su cara. jNunca habja tenido una sensacién tan extraordinaria de libertad! En- tonces quiso ir mas y més arriba, lejos de la tierra, por sobre los paja- 10s, hacia el infinito que se abria ante sus ojos. ‘Aterrado, Dédalo vio cémo su hijo se remontaba peligrosamente hasta la zona en que el calor del sol era més intenso. Le grité que tuviera cuidado, pero el joven no lo escuché. Y luego, vio cémo el calor iba derritiendo la cera que sujetaba las plumas. Primero se des- prendicron las mas pequefias y lnego las mas grandes. Cuando fearo comprendié lo que stcedia, ya era demasiado tarde. La estructura de las alas no podia soportar su peso y se desplomé en una interminable caida ante los ojos lenos de ligrimas de su padre Cuenta la historia que, mis tarde, Dédalo logrs llegar a tierra con una inmensa tristeza y consiguié refugio en el reino de Sicilia. Desde entonces, el lugar de la tragedia se llamé Iearia, en memoria del joven que habia querido aleanzar el sol. (© Salona SA Poi ftocopia Ley 1.723 © Graciela Pérez Aguilar. Versin de un mito griego. >" Lectores en camino 1 cQuerés conocer més historias mitolégicas? Te recomendamos estelibro que tehars Vivi historias fabulosas. Diosesy héroes de la mitologia griega es un ibro de Ana Maria Shuaen el quenarra eiferentes mites, como elde la creacién del Universo, elorigen delos dioses de! Climpo y las aventuras de los héroes mas valientes, como Heracles, Teseo y Odiseo, Siquerés conocerlo, podés entrar ahtte:jiwwulibrosalfaguarainfantilcor/arfiorof dioses-y-heroes-de-a-mitologia-giegs/ Allpodrés ojear algunas de sus pasinas. @ Ademés, ena pagina 248 de la Antologia pods encontrar otro relatomitolégico.

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