Está en la página 1de 52
POR LA SENDA DE LOS CLASICOS STUDIA SELECTA IN HONOREM MARIA DOLORES VERDEJO OBLATA C. Macias ViaLopos & V. B. Ropricuez Martin (eds) Grupo Editorial 33 MALAGA 2010 © C. Macias Villalobos y V. IE. Rodrigue Martin © Los autores de sus respectivos trabajos © Grupo Editorial 33, 8. L. ‘Avda, Manvel Heredia, 12, 1° deba. 29001 Malaga wwe grupoeditorial33.com inma@grupoeditorial33.com Tel. 952 226 281 655.963 644 ISBN: 978-84-96257-55-9 Depésito Legal: MA 855-2010 Reservados todos los derechos. Queda tigurosamente prohibida, sin la autorizacion escrita de los titulares del copyright, bajo sancio- nes establecicas en la legislacién vigente, la reproduccién parcial 0 total de esta obra por cualquier medio o procedimiento. Imagen de portada: retrato funerario de época romana hallado en El Fayum Egipto) Printed by Publidisa IMPRESO EN ESPANA 2010 MITO GRIEGO E HISTORIA DE ROMA EN LOS PAR4LLELA MINORA Atvago Indsiez CHacon No vainos aquf a establecer ni a debatir las numerosas definicio- nes y «cazones» no ya del t080s%, sino del emito» tal y como es vul- garmente empleado hoy dia; para su estadio hay excelentes obras de ficil consulta que analizan el mito griego en sus més amplias, variantes y en las rmiltiples variables que tenia ya en la Antigiiedad!, Si debemos, no obstante, dejar por sentado que en este estudio en- tenderemos basicamente mito como ua relato referido a dioses y hhéroes del imaginario griego’, en abierta oposicién con el relato hiist6tico de lo realmente acontecido*. Ahora bien, la peculiar natu- "Vid J-P. Varna, Razones del mitos, on Mite sociedad on la Greta anti, tad exp. Madrid, 1982, pags. 170-220; WE Burs, Mio erituae in Grecia. States «sonia, tad. it. Basi, 1987, page. 3.57; F Gnas, oLa génése de la notion de miython, en J. A. Lape Févex (ed), Mites on fo fiteratra gga acca 7 dase, Madrid, 2002, pigs. 1-18, ® Principalmente G. S. Kin, La nalaalge dlr miter gre, ted. esp, Barcelons, 2002%; B Gras, Grace Mythology. An Intredoction, tad. ing. Balmore-Londtes, 1996; K. Dowban, The Use of Greek Myzoigy, Londtes-Nueva York, 1992, > Gf.las definiciones simplificadae de J-P. Vennans, Ente mito 7 polities, tad, esp, Mexico, 2002, pigs, 100-108, “La oposicn mito /histora, asi como le exclusion ineluciin del mito en e relato Distéreo e¢ una enestin tan antigua come la prosa miemay; wéanse los estadios de E, A. WaDNAN, «Myth in Greek Historiography, Hier, 9 (1960), 403- 413; C. Baueant, «History and the Historical Interpretation of Mytho, en L. Edmunde (ed), Appreacier o Grenk Myth, Baltimore Londres, 1990, pigs. 93. 138; A. Diaz Theta, dLos albores de la historiograliagrieps:dialéctica entre sito € historian, Emerita, 61 (1993), 347-374; C. Caran, Mote of bstre done 288 Arvaro InAs Cuncons taleza de los Parallel minora y su pretendida veracidad envuelve de mitologia muchos y grandes acontecimientos histéricos de la An- tigitedad grecorromana, dando orjgen a una serie de historietas en Je mayorla de los casos increfbles y con palpable falsificacién de los datos histéricos, todo lo cual conforms una de las bases en las que se sustentan las negativas consideraciones que sobre la obea se han ido gestardo 2 lo largo de los siglos de investigacién plutarquea. El tratado es conocido generalmente como Poralela minora (aunque su titulo segdin los manuscritos es Zuvayoy iorogiay AQAA A@Y EAAYIKEY Kai ‘Paptalxdn, esto es Conpendio de bistrias paralelas griegasy romanai) y se compone de 41 relatos dobles que para el autor tienen algo que ver, que tienen cierta similicad en los hechos narrados, cuando en realidad, como se verd, dicha analogia es un mero esfuerzo y un ¢jercicio narrative por parte del compilador, aunque también se ha de tener en cuenta—hecho éste no siempre tenido en consideracién— que los Paralela nrinora no son otta cosa que un maltratado epitome de una obra més extensa y pulida (obre todo en lo que a las versiones griegas se refiere) y por lo tanto se ha de ser muy cuidadoso a lz hora de oftecer hipdtesis a laligera sobre su lengua, estilo, autenticidad, ete Y es precisamente TAntgnté grovgue, Lavsuone, 1996] Lens Teno, «El mito en la historiogeatia atiega dt siglo [V>, en Lopez Pérez, gh ct, pigs. 481-493; A. Rutz Pérez, «La historiografla griega y el mite. De le genealogia ala mitogeatian, Cuadernos de ‘aeratarsgriga5 latina, W (2005), 109-130, La mejor edicidn hasta la fecha, copiosameote anotaday con vna excelente itro- aceién, es la del Cortue Pitarehi Moralum a cargo de A. Dr Lazze, Plgore Paral minor, Nipoles, 2000, devdors expecialmente de las ediciones teub- nerianas de G. N. BeRNanbas’s, Phtarslé Charrons Mera, vol. 1, Leipeig, 1889 y W. NacustAbr, Platerchi Mora, vol. 1-2, Leipig, 1935; de menor vali son las ediciones bilingies de EC. Basstrr, Pavarcht mora, vol. IV, Londees-Cambridge Mass, 1936 y , BouLoGne, Plow, Oowrss mera, vo 1, Paris, 2002, si bien en ia inroduccidn (pigs. 221-241} oftece algunos datoe -Mrro enteco estonia be: Rows 289 sobre la autenticidad del compendio de lo que mis se ha habladk si bien los criterios empleados para negar la autoria plutarquea re- sultan vagos ¢ insuficientes, dado que no se centran en un elemento cesencial de critica: a definicién de la obra en sf misma y, a partir de ahi, en su felacién con el resto de Ia produccién literatia dela época y-con el carpus plutarquec”, En efecto, bésieamente han sido dos tipos de criterios los em- pleados por los estudiosos pata descartar la paternidad plutarquea': 1) de tipo eaxiol6gico-artistica»?, carente de sentido si, como ya ad- inezesantes sobre a relacin del compendio con la obra general de PLrtancos, en espafiol contamos con a versin de M. Lovkz Saws, Par, Obra rales ye eaxtunbres, vo. V, Made, 1988, que no especifia en ningin momento qué ‘edicin del texto orginal sigue para so eadecion, © Vid D Wyrrmnaci, Animadsons in Pere Moral, ol W-1, Oxford, 1821, pigs. 77-00; R. Vouxaan, Lake, Scifn und Phiophi ds Pitrc von Chae. res, Wo. 1, Bern, 186, pig 106; BW WEISENRERGER, La dngua dh Piano di Cherowea eh seit predaphtaren tad. Naples, 1994, pigs. 96-98; K. Z1E6- mn, Phar, Brescia, 1965, pags. 274-277. * Bisicamente es la que ocurte con lx mayor de las obras psendepigeafas; en conétet sobre PLUTARCO nid. G, D'Irourto, «Pluatco pseudepigsaton, en 1 Gallo (@d)y Lins extra Plates dl Amt al Roaseimeto (th el VAL Convego ploterceo, Milano Gergnane, 28:30 maggo 1997), Napoles, 1998, pigs. 29-54; I, «Gener leterarie problem pseudoepigeafici nel cepa ptarcheo», en I. Gallo & C. Moreschini (ds), me Ata n Phdero(At de VIII Com gn pitaches, Pica, 2-4 singe 1985), Népoles, 2000, pigs. 335-344, © Soguimos las definieiones de G. D'sioouno, «Cnten sosichie erteri modesni ‘nella indagine preudepigraica, en G. Ceri (ed), Ls lteratra prudepiraf ne Ma eltragrce © romana (Ati wn Icio a stu, Nepoh, 15-17 gerne 1998), Nipoles, 2000, pigs 291-312; or Lacze, opal, pgs. 7-21 tila estos mis: ‘mos erteiosestablecidos por D'lrouro pare indagar la autenticidad de los Paralida, angue sa ici es aegaiva. * Gf Dilerors%0, sCriternn, le diy phy 297: sin base al quale, ce tea vasie opere ‘asbuite ad uno stesso eutore une appare inferiore alle alee per valove arte © di pensicro, va rteruts spusia (Aurore & considerato como un livello cos tantemente alto di valor)». 290 Aavano Ina Cuncons viris Jacoby”, el texto conservado del tratado puede no ser otra cosa que un epitome; 2) de tipo «emético-conceptuales»”, como los apuntados por Ziegler o Scardigli en su trabajo sobre los ana- cconismos y el libre uso del tiempo histérico en los Paralhld!®. A ellos podriamos afiadir un tercer tipo de eriterio comparativo: su estrecha vinculacién con otro tratado de dudosa autorfa plutarquea como es el Tlegi motapdv Kal ogav Eneovtia aii tov ev adtoig eb otoKOREVWY 0 De fuss, aunque esto tampoco es determinante para negar 0 no la autorfa de uno 0 de ambos Sea como sea, la mayoria de los estudiosos considera que el compendio es una obra pseudepigrafa de Plutarco™, aunque, por nuestra parte, compartimos las dudas del Prof. D'Ippolito 2 la hora de descartar tajantemente la autoria: Parallela minora vengono giu- dicati indegni di Plurarco perché introducono nelle piccole storie che raccontano elementi paradossali, ma il tutto si spiega meglio se si colloca opera nel sottogenere della paradossografian®®. Con esto el Prof. D'Ippolito da un paso hacia la contextualizacién de la obra en s{ misma para poder entenderla y definirla, pero 2 nuestro juicio los Paralela minora, a pesat de contenet un numeroso elenco "GF Jacony, «Die Ubetlieferung von ps-Phatarchs Peralta minora und die Sehwindelaveorer», Mnemosyne, 8 (1940), 73-144, pags, 88-89, ¥ Gf Ditrouro, «Ceterin, be ct pig 308: weoinvolgono la coetenza di dati ¢ idee aon solo aellambivo di un orpartoa tea i orpaseil contest cultura: ne primo caso i dferd sono le ineserenze nel secondo gli anacronismin, ® Zieouen, at, pig, 274; B, Scanorou, el eoncetto del tempo nel Palle Mi ‘ora di Placarcon, en H. Hefiner & K. Tomaschive (eds), Ad fn! Fes fr Garbard Debsh, Viena, 2004, pigs, 193-200 "SR Heroin, Phar’ dels de luni, Leipzig, 1851, pigs. 5-24; Zaecen, op. pig, 277; be Lazzen, opt, pigs. 31-38; E. CALDERON Dooa, A. De Lazzen &E, Pruzzzna, Plana, Fitmi e mont, Napoles, 2003, pigs. 30-44 ML Cannas Fa, ell corpus pltarcheo: formazione e problemi, en Cert dit, pigs. 381-398, en concreto pig, 368. © D'lerouTO, «Gener eter. lz. pig. 340, Miro oxseco # rasronra ve Rowa 2a de t6picos del género paradoxogréfico"s, no pueden ser catalogados como paradoxografia sensu strito™, dado que ni siquiera una sola narracién podria entenderse en su conjunto exclusivamente como tat", sino que los innegables rasgos paradoxogrificos se encuentran cengarzados en el resto de secuencias narrativas (miticas y/o histé- sicas) hasta el punto de formar un todo homogénco 2 su manera (recordemos una ver més la sesgada transmisién de la obra). Resulta muy dificil, por tanto, establecer una consideraci6n dni- ca aplicable 2 todo el tratado en relacién con el género literatio al ‘que perteneceria: mientras que la mayoria de las narraciones griegas podria englobarse como mitogeafia®, un buen miimero de los pa- * GF inelneraiidad de combatientes (na. 1:3)sparconessbrenatales (nar 1); Bombres con eortanes vendor (ur 4) smse que e abeeny a eran (nor 5} prodgios vation en las feméndes de insSltosacontecimientos (rs. 5,6, 20}; pesagios con animales (nar 635; 08 prodniwos (ur), ere © también lt extalogan de pacadowogticn Zac, ch ah pig 275 y Scamortt, fo a ig 194. ° Sobre el géneo lcrato en gegoy en latin) perdoxoprific wif K. Zivcusn, “Paridenographi, RE XVIIL3 (1943), cols 1137-1166; A, Guan, Stud sul paradosograia gree: Da Omer» Calimaso: motivo e forme del mets: vighown, RIL, 2 (1963), 247266; lb, «Sti ula paradoesografia greca I: Da Calimaco ae imperial. La leterstora putadorsgrainy, one 17 (1969), 98-1385 Cx, Jacon, De Fart de comple a abieavon da mervlew Su a patudonogriphiegrecquen Lali, 20983), 121-140; MM. Sas, eMitabii, fn G. Cambinno, E. Canfors de Du Lan (dn) La Spa Lata delle Geis “Anita, 0.12, Roma, 193, pigs. 449468; G, Scuress & K. Dracnont, «Am iene Pesdonography: Origin, Evolution, Productions and Reception», en O. Pecere A. Stampin (ed), La trated cana nl nde gv lain, Cas sin, 199, pgs 374450, W Hasea, Phlgo of Tall’ Boot of Mares Exeter, 1996; A later CiACON, Poesy pacadoxograBi, Mets, 60 (2008), 395-404; «ncspol contamos con leaden de FJ Goste ESE, Parades “aa Rareasy marl, Mads, 1996 relzada sobre la eandnica econ de ‘A. Gian, Pred crplonen Graton Relist, Ni, 1966 © Sobre Ik mitogaia como péncro lxertio de In époea helenisio-impesial 292. Auvano Isixiz Cusco ralelos romanos son simplemente relatos histéticos (con todos los anacronismos ¢ inexactitudes que se quiera), de igual manera que Jas narcaciones bélicas de la Historia de Grecia que forman los pri- metos relatos de pattida, aunque esti claro que la obra no se puede considerar un tratado de Historia®, por mis que en ocasiones lo pretenda. En efecto, para las narraciones de contenido histérico la ténica general del misceldneo compendio es mezclat Ia realidad de} hecho histérico con la fabulacién del mito y de! relato paradoxo- grifico", originando asf una anécdota verosimil pero barnizada de situaciones prodigiosas con las que el autor pretende aportar no- vedad y originalidad a un suceso de sobra conocido y tratado por fuentes anteriores de renombte”, Lo mismo cabe decie sobre su re Jacién con otros géneros de la prosa helenistico-imperial rales como 17d, C. Wanda, «Mythogeaphien, REXVI-2 (1935), cols. 1362-1374; 8, Fasc, ‘Mitogealian, en F della Conte (di), Digonarie da sito gr etn, wo. 1, Milano, 1987, pgs. 1376-1383, A. Hanns, Three Approaches 0 Greck Mythogeaphyn en | Bremer (ed) Inerpredaton of Grevk Mytolgy, Londees, 1987, pigs 242-277; B. Prinze, eNGtogeaias, en Cambiano, Canfors & Lan- 29, pi, vol. 2, pigs 283.303 M, Devan, El mit ya eseritc: los mix ‘Spal, c0 ¥. Bonseroy (ir), Diino des mito, wl i Gre tad «sp. Barcclona, 2007, pigs 83-86. A. CAMERON, Grerk Mrdbaraplyin the Roman ‘Work, Oxford, 2004; Aucanza Roun, ea mitografa como géncto dela ross helenistica:eaestiones previaso, Parl, 17 2006}, 9-37. 2 Gfvw Laan, od pigs. 36-37. 2 Cha popbsvo dela version ofteci en Par i. sobre el celeérsimn episodio ‘de Marat y su transformacion de echo tstéico« anéodoa pandonogeili- 2G. D. Iepouro, wPanteleon, en L. ToRRaca (ed), Seti nore Hato Gallo, Nipols, 2002, pigs. 227-245, aly como ocutte desde la primeca de as narraiones de los Parla, donde se cntraponen dos de ls acontecimienos histéricos mis relevantes de Ie An- tigdedad: Jas Guceras Médicas y la Guerras Pinas, sd A, Inanz Ciacon, «La historia converia en anéedota: Ps-Pi, Par mit I, Lei (en prensa) Miro crnco e mnsrona be Rows 293 Ja novela, la novella o los égutikek naBijpata”, y es precisamen- te con éstos con los que més parentesco tiene, a pesar de las mic uciosas diferencias establecidas por A. Ruiz de Elvira entre estos, tipos de prosa y la siempre escurridiza nell?" para nosotros, en ‘cambio, un buen aimero de las narrations paralelee podsian ser en- tendidas como novell en calidad de relatos tinicos, breves, ficticios, de tema exético y contextos humanos aun con elementos prodi- giosos, Esta mezcla de datos histéricos con elementos ficticios es precisamente lo que caracteriza a la historiografia antigua aparte de ‘Tucldides y Polibio, que no fueron, en verdad, tan decisivos como se quiere, sino que el triunfo posterior lo adquitieron precisamente los elementos contea los que ellos reaccionaron en esa nueva efalse history» desarsollada a partir de época helenistica®, Pasa poder entender, por tanto, la obra en si misma, debemos atender con precisién al proemio de la misma, dado que en é! el autor nos offece el programa de intenciones de su compendio: tas doxaing iotovias bid ta nagdboka wis noAEECas of mAciowor vopiZovow mhdouara Kai poGous Twy Raver evLY 8 eva kai év Tis VOV xQGvOIG Yeyowsta SHoId, Ta EV TOI Peopauxois Kaigois ovpBepnKdra eEAckAuNY Kai Exdore GER. toatne Cancon, Pseudo Pitarco, Pelle minors 2 adic, ecinven ci, eruccinn, Minera, 20 2007, 65.74 % GLA Rurz oe Euvins abit y nln, CFC, § (1973), 15-52, en conereto pigs 22.28, > Tal definicon ce pods exer de forma eclctica dels estadios de Q, Cana esta, Le novels give Polo’ tain tradegion enginak, Nipolee, 1957, pigs 7175S. Tauscven, Thy Gack Nowlin he Clatial Perio, Cambridge, 1958, page. av; Rutz de Exvms, le at, po, todos lot cules marin yy complementan aE. Rotioe, Dr geile Roman und xine Verio, Lips 1976 % Resulta muy aclaador al respeto el extoio de E, Guan, eve History and False History in Classical Ani, JS, 71 (1981), 50-62. 24 Auwnno Isasiez Cancon rodynart dqxaiq? veorégay Opolav dufynow Unérata, avayeaag rolic iorogiaaveas avbgas”. Este texto est claramente configurado sobre una serie de I~ gares comunes de la prosa antigua, pero muy especialmente con la prose de contenido histérico-mitogréfico: e) criterio de versomili- ‘ud, la primera persona, la conciencia por parte del compilador de le existencia de elementos increfbles en las nacraciones de los hechos son aspectos que inmediatamente recuerdan a Hecateo de Mileto y asus intentos de privar a as narraciones historicas de la fabulacién ¥ de los mitos de los poeras®. Pero hay un elemento decisivo que diferencia este proemio de ottos similares como, por ejemplo tam- bién, ef del Tlegi dniotwy de Paléfato®: el pseudo-Plutatco —o al menos asi se ha transmitido— no aboga por una interpretacién de esos nagabo§a, ni tampoco va a pretender reducir a histérico Jo que de maravilloso hay en los rAGapata y 414804; simplemen- te va a recopilarlos emparejados, pues los considera similares, con sucesos més modernos (vewrégav duolav), es decir, simplemen- te womano®, pues, como veremos, el anacronismo flagrante de la obra pretende que acontecimientos de la Historia de Roma sean posteriores a sucesos paralelos de la Historia o del mito griegos En este sentido, el proemio del pseudo-Plutarco podria entenderse como una polémica contestacién al de Paléfato y 2 planteamientos Sayuimos ea todo momento la edicén de pe Lazzek, ob ci, pig. 194 2 Gf Hacer, fe. 1 Fowiek: Braraiog Mujowos be wudeieae tae vod Gs uot Boxti dAndca elvav’ of ye EXAvev Adyar Ra\ADI Te Kal YeACIOY ds uot gaivovtan loty, fagmento moy ctado@ la hora de aseveraro neyar 0 rnatiae el racionalismo de Hecareo; wd la reeoplaciin de teoras al respeto Ge R. Nicoual, «Pater semper nce. Appunti sa Ecareon, UCC, 58 (1997), 143-167 ® Sobre el cut ni A. Savon, Sulla prefarione del Tegl Aniowu di Palefato, Kas, 2-3 ((998-1989), 8-18. ‘vo Giueco resronia De: Rows 295 similares en tanto que el mitégrafo aducta como prueba para la in- verosimilitud de los mitos que los prodigios que en ellos se relatan no son verdad porque no existen hoy dia, y lo que existié en un tiempo remoto deberia seguir existiendo hoy"; contta esta idea el pseudo-Plutarco, en lugar de eliminar elementos miticos por pura acionalizacién", lo que hace es aportar una sapuesta tradicién de tales hechos en acontecimientos recientes, justificando asi la idea ciclica del devenir historico tipica de los antiguos™. ¥ mientras que Paléfato pretendia que su investigacidn se basaba en el mnétodo au- toptico y en la escucha de los antiguos®, et pseudo-Plutarco deja 5 Paani, pr Fis, pig. 1-2: 60a d¢ elon xa wooebai clon Aeyoqiewe Kat evo bee a vbw obx coi, na rata dx EyLvOvtO cya Método empleado desde los logégrats griegos muy frucufero en la posteridad, sid. Boreas, Les myibes dome le poe greg, Pass, 1973, pigs 228 248; W, Nasr Hino dl pin gig, ad. esp. Barcelona, 197%, pigs. 81- 85; M. Demnsn, La inns del ml, ad. esp. Barcelona, 1985, pigs 89-109; Guar, ot, pigs 122-125 ® Gop Lazze, op, pig 3130.3. > BaLaee pra Pasa, pig 2: tteAOdy 68 xa mAeionas xdas émvvoavopev 296 Ayano Inaien Cancon entender su labor anticuasia de recopilacién de datos lterarios, con 1a puntualizacién expresa de que va a citar también sus fuentes, algo aque, de entrada, invita 2 la justificada sospecha sobre a autenticidad de las autotidades citadas. Ein efecto, los Parallela minora son. un claro ejemplo de la lite- ratura de época helenistico-imperial basada en «bogus citations», cs decit, en Ja acreditacién de unas autoridades consultadas que se dan como fuentes reales del suceso (histérico, mitico o legendario) natrado a fin de concederle cierta garantia de credibilidad, aunque esto no deja de ser otra paradoja de este tipo de obras en tanto que claramente juegan con la seguridad de que estén mintiendo a pro- pésito™. El pseudo-Plutarco recurre a 45 autores distintos y a casi 60 obras", un copioso material que sin duda hace emerget la sos- pecha de su veracidad, méxime cuando en numerosas ocasiones di- chas citaciones figutan de forma diferente en otros transmisores de la misma histotia (principalmente Estobeo y Lido)" pero tampoco hay que extender la sospecha a todas las citas, dado que algunas de las autoridades no sélo son verdaderas, sino que la dependencia por parte del pseudo-Plutarco de ellas en calidad de fuentes para sus historias puede ser demostrable: «in effetti, poich¢ il falsificatore ebbe 'avvedutezza di inserire alcune citazioni autentiche, sussiste Tan RGROROTCCON de duoventy neOK édoTOD aKa, CUYYApeO BE & érwiouny rag’ aia. kai nk yogi rg elbow cg fare eROTON xov. ea year cana ov ola Hh AeyOuUEva, AAA UT; EREABEY a ienootoaes Sisters, be ai, pgs. et? Vid: Caoienon, op pg. 12468 Verse el echavstico estado de be Lazzsn at pgs. 8-82; también son ive resantes lor apuntes de Caeenon ot pags 127 13 En towal son 17 as eereaias alos Palin ol Flriigion de Esronto fy 10 del a ai, RM, Peco, «Pstaeco nel Anhlgion & Giovanni StobeOn, 0 Gallo, Le. pigs. 161-201 -Mrro crawco r rasroma be Ras 207 naturalmente la possibilith che anche qualeun altro dei dati per noi non controllabili sia corrispondiente al vero>”. Bi tema de las citas y de la investigacién libearia de la obra acer- ca los Parallla minora al género de la mitografia, pero al igual que ‘ocurre con Ia paradoxografia, el hecho de compartir t6picos de un género no implica que lo sea, y en verdad tampoco el tratado pseu- coplutarqueo es un teatado mitogrifico. No obstante, 26 de los 41 pares de narraciones presentan un mito griego como narracién de pattida o bien en calidad de paralelo a la narracién romana; en con- creto son mitos heroicos, mucho més polimérficos que los mitos divinos, 2 pesar de estar configurados sobre la base de un néimero reducido de motivos repetitivos pero que, al ser mezclados y com- binados sin estructura fija, producen todo tipo de narraciones dis- tintas entre sf®, En Ja mayoria de los casos las versiones ofrecidas cen los Parullela minora estén relacionadas con la tradicién mitica de la que indudablemente derivan, pero no son pocos los ejemplos a citar en los que el autor selecciona, presenta o inventa alguna variante en el relato que lo hace tinico con respecto de las demas fuentes transmisoras, si bien, como decimos, dicho invento esta tan vinculado con la tradicién que en realidad no es tan sicwmr como se sospecharia en una primera lectura, sino que ha sido claramente fabricado (he ahi el sentido mas genuino del término RAdoHa)” a partir de otros mitos y relatos similares. 5 Zinausn, op a, pig 276; también B Jacony, Die Fragmete dor grcizeon Hi ‘rer, vl. Ila: Kommentar 9 1, 262-296, Leiden, 1964, pigs. 367-369, No Ihemos podido consulta el libro de I Schunnerss, De Phverchi quae foruntar paras winoriba, Beiourgo, 1931, que segin la ertca pretendla justiicar le veracidad de los autores citados en los Paral Vid. Kin, op. et, pigs. 205-211. > CfA, Dis Tejena, eAcarételes. El mydhoe como fia y argumento», en Lépez Péter, opt, pigs. 471-480, 2098 Auwnno Inisoez Cascow sto ha sido también otto de los aspectos més censurados de Ja obta, si bien no deja de ser un elemento esencial de la actividad creadora de Ia mayoria de los autores antiguos desde el mismo Ho- mero: la invencién de nuevos mitos a partir de los ya viejos sobre la base de todo tipo de intenciones, politicas, propagandisticas, ideo- logicas®; y como muestra unos hitos: Euripides, el mas innovador de todos los trigicos, cuya yuxtaposicién de escenas miticas con escenas «reales» sirven de enlace entre el argumento mitoldgico y la realidad”; Platén, cuyos «mitos» controlados por Ia élite de filéso- fos estin cteados a imagen y semejanza de los tradicionales relatos que él mismo considera peligrosos®, o también el propio Virgilio, que incorpora una serie de «secondary myth» iaventados segrin los modelos gtiegos estableciendo asi su vinculacién con la tradicién y 2 la vez aportando la novedad y la romanizacién que se espera de la Encidd®;y, en el campo de la mitografia pero eserita en latin, el ‘caso mas interesante es el de Higino, tanto en las Fabulae como en el De asironomia, donde oftece una clara acomodacién de la tradicién mitica griega en el programa ideoligico y politico de Octavio", En © Vi Kin, op, pig. 95-111 © GR. Buses, eBoripides' Use of Myth, Artin 12 (1979), 153-174, © Vid Dempsns, Le ioniin... pigs. 105-128; Guar, op eit, pigs 183-191; L, Buisson, Paty as polabrasy ls mites, tad, esp. Madeid, 2008. © GEN. M. Honseatt, «Myth and Mythography at Romen, en JN. Bremmer & N. M, Horsfall, Ranaw Mich and Myebopaphy, Loree, 1987, page, 1-11 “No podemor indicee agul toda la problemitica que rodea al autor ya su obras distintos acercamientos pueden leerse en M. Huvs, «Burpides and the Tiler _fron Exeipider Sowsces of the Fainlae of Ps. Hyginus? (Ip, APE, 42 (1996), 168-176; Ip, «Euripides and the Tales fom Earjiaes Sources of the Fabulae of Ps, Hygines? (Is, APF, 43 (1997), 11-20; G. Guiponrzzy, Iginn Mit, Min, 2000;)-¥. BowauD, Fit. Fables, Paris, 2003% G. Monctiio Exrosiro, «Caius Ielius Hyginas. Migrafos, AEF, 26 (2003), 257-277; Camsaon, op. ci, pgs 3351;R.S Shara & SM. TrzssKama, Apolldona' Library and Hpi’ Fab Jac. To Handbooks of Grerk Mythlagy, lndianapolis-Cambridge, 2007 Miro.crrco # nisroma of Row 209 este sentido, el fendmeno de la creaci6n mitogréfica, inherente literatura grecolatina, és ciertamente llevado al extremo por el autor de los Paralela minora, lo cual es, junto con los anacronismos, la invencién de las fuentes y Ia escasa (y justificable) calidad estilistica del compendio, otro de los aspectos que han condenado a esta obra desde los primeros estudiosos. Por nuestra parte, sin pretensién de entablar uin debate proba- blemente perdido de entrada en el que se defendicra Ia valfa del tratado, comentaremos tna seleccién de narraciones pseudoplutar- queas, destacando sus nexos con la tradicién, los aspectos inventa- dos y, af donde sea posible, los mecanismos empleados para hacer paralelas ambas historias, en ocasiones sutiles Iazos entre transmi- sores y receptores-inventores. Par, min. 6 A. sv Gua TloAwveiees ebaxovpévey Aoxayov ders xaranras 10 Apiuigees éBaorace 5690 cis bos Kat ede tS bé nayev Ev yh SGN eyéveTo. TH 8° Boteoaia ROAEHOOVTEY at’ éxcivo KaendOn 6 Appudgewx de valom, of L. Genser, Annoy dela Grecia antgns, ead. exp. Baeslona, 1986, pigs 94-98; sobre Bela ad Fr Wun ALON, La orale edad, Divs Dee gies poder en el ito gre, Salamanca, 1997, ge, 185 28 El conten: {do de Lar epgoms de Esquito es inciceto (fj. Mt. Lucas De Dios, Exguit Fra- -menas~ Tenis, Madd, 2008, pgs 296-299); Sorocersdedicé una wagedia (Las epinns 0 Efile) a lo sacedido om és teas segundo asso de Tebas por les descendientes de los que marion en el primer asedio (A.C PEARSON, ‘The Fragments of Sopbnts, Cambridge, 1963, vol. I, pigs 129-139), asi como un drama satrico, Apfiras, donde podets haber satrinado ls aspeeuoscalesaes del mito (DF Sur70x, «A Handlist of Satyr Plays, en B.Seidesticker (ed), Sars pieh Daxenstadt, 1989, pigs 287-331, en concscio pig, 316) a igual que hiiecon "ARISTOEANESj otros cémicos (L. Git, Anistfanes, Madeid, 1996, pigs. 136-138)s «el metecido comeeido por Alemebn podkia ser deuillado también pore propio Soroctss en su Alani (Pearson, op. cy vo. I, pigs 68-71) por Eunsines en cl Alomein en Pade (UB. L, Weasren, Thr Tragedies of Eris, Lones, 1967, igs. 89-43), 302 Auvano Tossunz Cuacon los siete y su porte, figura y actuacién no deja de set llamativa: el propio Bteacles lo ensalza (vv. 610-611: ocipgay Bikatog &yaO< evoeBiis avijg | uéyag ngodr}tns), pero sabe que no va a luchar, pues conoce su destino y ha venido a cumplirlo (wy. 615 ss); ade- mis, dentro del cddigo simbélico establecido por Esquilo a teavés de los episemas de los escudos, el de Anfiarao esta limpio, carente del significado que tiene el resto®, aunque precisamente esta caren- cia es la que descodifice a los demés: si Esquilo dice que carece de episema od yg boxeiv cigurtoc, AAA" elvat BéAct (v. 592), quie- te decir que los escudos de sus compaiieros pertenecen al Ambito del «parecer y como tal han de ser interpretados”. Ctra de las peripecias de Anfiarao bien conocidas por Ja tra- dicién es su desaparicién mientras conducia el carro, que ya Pin- daro® concretamente atribuye a un rayo de Zeus para sustraetlo 5p concreo ae aposta en a sexta poets, segin A, Th 568 s8 5 P Vapu-Nacue, el exado de os héroes. Ensayo sobre la essena central de los Sie onva Teh 0 J-P Neenant&e P Vidal-Nague, Mie mga ole Grea ‘ata, 2001, ge 109-161, exp. pigs. 121 58 % As{ también en'E. Ph 1111-1112 (6 ydores Apduteaos, of ene’ Exwy | SPowHEr’, AAR ourbesves donk’ Sreka), aunque parece ser que el passe es tuna dees muchas imerpolaciones de la raged, cf} U. Powe1t, To Phenizae of mrp, Londees, 1911, page 11-12; en cambio en Ses. Tih, 4, 22 se dice que el escudo de Anfarao tenia grabado le imagen de le cerpiente Pita ya vencida pes cn Phone cosa, evident roacin del advino con el fmbitoapoinc, pezo que rompe con la teadicin engin grnga. 5 Bplcacén dada en otro logar por P. Vibat-Naguer, «Equi, el pasado y el presents, en Vernant & Vidal-Naquet, pe, pags. 87-108, esp. pigs 9B 53g. ‘amin en elacién cone escudo de Partenopeo A. IUAKTE GOR, De Amaze. tas cds, Madeid, 2002, pags 92-110. * PLN, 242%, [.] 6 8’ Apsiagy / oxiovev negavv} maya / Zeds hv Badsceevay xO6va, Kasey 8° du’ Urois, / doug’ Teweryuévon meiv ora utévta wayata /Oupev aiexwvohue. dy yap daypoviowt 5Bo5 edyove nai naibes Bea 303 Mino ease f nstoRra Des Roa de morir a manos de Periclimeno y para convertitlo en inmmortal®, Este hecho da wna explicacién 2 la secuencia centtal de la narracisn pseudoplaracquea: el prodigio de la aparicién del aguila que susteae su lanza y al clavasse en tierra se trasforma en laurel Sin salirnos del ambiguo Ambito de la mintica al que pertenecen los tégara®, en este caso la interpretacién del portento esti clara: por deseo de Zeus (= dguils]" Anfineao seré sustraido de la guerra y dela muerte (lanza) y seré tragado por la tierra y convertido en un demon profético (= laurel = Apolo = adivinacién), de modo que los sfm- bolos del prodigio semontan probablemente a un pasaje homético donde se dice que Anfiarao era el favorito de Zeus y de Apolo®, deidades oruculares ambas, pero sobre todo el dios de Delfos, cuya telacién con los adivinos miticos es plasmada de alguna forma por casi todos los textos®. La desapaticidn de Anfiarao da lugar a la aparicién de un nuevo enclave que se llamaré Agua, «El carro», en recuerdo de Jo suce- BF Rroti00. 3, 6 & Auguarodw d¢ Sebyove nage norayev Toynvdy, nolv ond Tlepucdujévov xk vara 908%, Zeds xeoavvov BaAdy ah yiivdutomnety. 6 8¢ obvi dquante xa xg vudp Bataan, Os Dé Evier Ehavy dxOHHON, ai Zeig AOAvacoY atedv érolyCeVs gf la extensa rlacién defo simile apor. tados por } G. Fraznn, Apaladena. The Library, Cambridge Mass. ~ Londres, 1921, vo. I, pig. 371 a1 © Vid R. Buccs, Lae prodignsen le Anigidad oisce, trad esp., Buenos Aires, 1968, 4 Es bien sabido que cl dgula es el animal consagrado a Zens, objeto de numero: sos aspectos relacionados con su culo y con todo ipo de augurios, vid. D'A. W THows0n, A Ghossiry of Greek Binds, Oxford, 1894, pige 1-10, 6 derds © Host. Oa 15, 244-248: adndg DikAcing Aaooadov Apsidgaov, / bv neg ier gil Zels € aiyloxos nal AndMa / naveoiny pada abd ixexo ‘Yoaos obby, / AAA" Aer” Ev @yBner yuvalwy elveea dager. © -Véase Bnexic, op cit, pigs. 1108, quien oportanamente sacaacolacién (0,127) la versin del catdlogo Hc. Fa. 70 sobre la paternidad apotines de Aniarao: _Annplsrans Ossi nel nt ali amore dewnt Apolnis x Hypermestes Tet fia 304 Avvo Taaninz Cascors dido™, Este tipo de secuencias narrativas de caricter etiolégico y metonomisico son tipicas del discurso historiogrifico, de In poe- sia etiologica y de la mitografia a partir sobre todo de la literatura helenistica en general y de Calimaco y Apotonio de Rodas en par- ticular, de donde detivaria el sentido mismo de las Kricets del Trisimaco citado como fuente por el pseudo-Phutarco, si es que el autor es real y no inventado%, Por su parte, la narracién romana, a pesar de ser clatamente anacrénica, anecdética e inventada®, esté mucho menos resumida ¢ incluye —ausente en el paralelo griego donde seria mucho més logis pero también més obvia— la caracterizacién fundamental del protagonista: ty wav tuntic éumergoc. También hereda de la na- rracién de pattida el ambiente bélico, si bien en este caso concreto lh anécdota pretende sustentarse en un suceso histérico: Ja guerra de los romanos contra Pirro, rey del Epiro®, Este es una de las petsonalidades més destacadas de Ia politica y la cultura del siglo L11 a. C,, descendiente lejano de la casa real macedonia y considerado por sf mismo como un segundo Alejandro Magno y un segundo Aguiles, cayo deber era vencer a los bérbaros persas y troyanos que cen su época se disputan la hegemonia en el Mediterrineo pero que por entonces eran aliados mediante un tratado, es decit, los ptinicos y los romanos®. Asf pues, Pirro acudié a Tralia en ayuda de los ta- tentinos frente a los romanos en el 280 a, C. y durante su estancia Tambien en Paws 1, 34, 2,9, 19, 4; Sr. Byz. x m Aguas cH. Cusm Avex, Prom, 2,11, Lente ots, g WoL, led, cols. 298 © Vid M, Vavvenoe Sincisz, El ition a fs Argontutiens de Apolonis ce Radas, Murcia, 1989. # Clos Lazze, of. ot, pig, 60 © Gi Worresncu, op, pig, 82 Latina plane ornsrsum et & Vid D. Kusnas, Pyethos», RE, XXIV (1963), cols 106-165 © Recogido entre otros por Ps, 3, 25; ud. A. J. Hessen, «Polybios 3.25.3 (An “Alliance concersing Pyethus)s, Geri, 3 (1988), 125-139 Mira ourco # vasvoua pe Rows 308 se habfa pasado también a Sicilia para ayudar a los griegos contra Ia doble invasién puinico-romana, si bien sus actuaciones contearias, al espirim politico griego le valicron la expulsidn de la isla” y final- ‘mente se vio en la necesidad de huir en e! 275 ante la imposibilidad de obtener la victoria, dejando a Roma la hegemonia de la pen Ia itélica”’. Ahora bien, los protagonistas romanos de la nartacién, Emilio Paulo y Valerio Conato, no se conocen en este periodo hiis- t6rico, de manera que se ha sefialado como otro anacronismo més de los cometidos por el pseudo-Phutarco™. En efecto, en la bistoria de Roma conocemos dos personajes homnimos, padte e hijo, que participaron con distinta suerte pero igual fama en dos de los mis importantes confictos de su época: el primero es Lucio Emilio Paulo (cos. 219), curtido en la milicia como ottos grandes en suelo hispano™, pero que fue derrotado por GEG, Bruno Susu, eLavveonara scana di Pieon, co A. Core (At “Qua GionteIntrmaronl di Sin salar eine (ee, -h dicembee 200), Pia, 2003, vo. I, pags 1-104 1 Sobre’! confieto 1.1 Konto, Horse Roma ead. esp. Medi, 1973, vol. page. 144-150; P. Guana. (comp), Ei-mando welierince on la edad antigna Tso bin yo ange de Rama, wad. exp, Made 1978, pig. 276-281; } M. Rouois, Horie de Rome I La Reprbla romena, Nai, 1981, pigs. 115-118, P.Canaies, Le onde ellis, Dela wort d'Alocadr pt Apa, Pais, 1995, pigs 2628; H. Banowsox, Hiri de Gri, tad. ep, Madrid, 2005, pige 293-297; en eutoto a la fuentes elisca, apart del estado fraamentario SePi, 8,24 y D. 1.20, 1-10, y debido ala péxdida de a It decade Cibros 11. 2 dea Histria de Tix Lavi la principal fnene prac suceso es Ja Vide de Pie de Puviaaco, en la que tos expone tun tpieo monarcahelenistico pleno Ac defectos y vieudes derivados de sue delice de grindeza e imitacon de ‘Alcjndko, tly como le eca también Luc. Ad ind 2t3 wd J. M. Mossresn, ‘Ptah, Pyare and Alexandet>, cn Ph. Stade), Par aed the Hie ‘al Trwdon, Lorses, 1992, pigs 90-108. "Gor Lazar, op at, page 25,326 n 6; sobre el fendmeno en general del ana- ‘cronismo en los Parle ina vénse ScaRDIos, et, pasin °° Vid, A. Canto, «Un nuevo documento de Paulo Emitio en la Hispania Ulterior, 308 Aavato Tnae2 Cancon Anibal en Ia celebérrima batalla de Cannas el 2 de agosto del aio 216" el otto es su hijo, Lucio Emilio Paulo, apodado Macedonicus tras haber vencido al rey Perseo, en la Tercera Guerra Macedénica, cn la batalla de Pidne el 22 de junio del eo 169, Ante la imposi bilidad de que uno de éstos sea el referido por el pseudo-Plutarco, Jacoby” propuso corregir Maios en T7005, si bien Lucio Emilio Papo (cos. 225) fue uno de los responsables de la derrota de los invasores galos”, de modo que sigue siendo posterior a la guerra conter Pirro En cuanto al Valetio Conaro del texto (OdaA€gi0c Kovértos), este personaje es totalmente desconocido e incluso presenta pro- blemas de onoméstica dado que no se conoce el eagromen Conatus ppara la gens Valera, por lo que han sido varias las propuestas de emen- dato de a tradicién manuscrit, sélo discordante con e! transmitido Kiwveiras/Kivdt0¢"*, Una de las correcciones més adoptadas es Ia de kovditog (Nachstiidt y Jacoby), pero tampoco tiene un sustento hist6rico que la haga eficaz e indiscutible. No obstante, y revisando los personajes més representativos de la historia-leyenda romana, podemos enconttar en Livio a dos cénsules del afio 299 riraphc, 47 (1985), 9-19, M, Bulaqurz, eLas goers en Hispania y so Jmportancia pace la casera mila de Anal, Escipign cl Aficano, de Mato, der. Pompeyo, de Sera, de Arn, de Terencio Varn, de Julio Cesar de Augusto, Aguile Laon, 1 2001), 11-64 > todo los pontenores dela conenda en Pus 3, 111-1; vase ambien Kove uo, ae, pags. 254-256: ROLDAN, ope, pags, 243-244, Sobre el eoniieto 2. KOVMEOY, oh at, py 303-308: ROLDAN, gp dt, pl. 304-307: C. Via, Les Gres del pte Spare abate Aco, Pais, 1995, pigs 17-87; BENGTEON, pps. 360-362. Puranco esenbio wna Vide dt "Enno parse ea Vide be Tnane od A. BaRZANI oli, Vit poral: Eo Pas Toner, Nin, 1996. % Port IC2, pag 896 ® Cf Roun iy pg 198. Vide La, oh, pig 324, 0.62 ‘Mrvo crisco & musrowua pi: Rowa 307 que lucharon contra las invasiones galas: T. Manlio Torcuato y M. Valerio Méximo Cuervo”, lo cual podria estar en relacién con el Emilio Papo que también se enfrent6 a los galos y que el Valetio Torcuato del pseudo-Plasarco sea un fantasioso hfbrido de los dos cénsules antes citados y anacrénicamente situado en otra fase pos terior de las guerras contra los galos. Sin embargo esto no es més que una serie de coincidencias indemostrable. Pas, min. 13 A-HoaxAijc rab TéAns yapovdrotuxov ty OixaA lav EndQANAEV. 1) 8" TOAN aNd TOD Telous Eogubev éavtty. aver] dé KoAMWBEICNS OT avELOD Tg LoBrTOs BNDEV rraBeiv: KaGarteg Nuxios MaAccotns. B (OM). Prouaior noAeuobvees nods TotoKov exeigotdvpoav OdaAégiov Togevditov. obt0c Beaadpe- vos 70d PaciAéas Thy Ovyatéga tobvopa KAovatay EEO TAQ 10d Tovoxov tH Evyaréga, UH TOV endQGer Ty NEAW. #} d8 KAovola dnd tOv migyeov Eggubev Eavajy: ngovoig Aggodirns KoAMWBElONS TIE LoOF}to¢ BteadsOn Emi ny yiyW" Hy 6 atgatHpyas EMBeLQE, kal dud tovte mavte EveKa ooiaOy xowg doyuatt nd Peopaleoy cig Kégovay vio TO Tig TraAiag: és Gedsurog év role Teorindov. B (). W av Kal megl TagéAAwov Togkvatov orgamyav Paptatwy nade podvea Teataxors ouverte Bead evos yao THY Tod BAOLAgAas EvYatéQa KAovTIAV, ret neds OwAlaw, Hi) wd dé éndQGet THY NEAL. H DE KAovoia and tov nbgywv Eooubey Eavoy Kal éni cv ‘Yilv GPAaBex KatevexBeiow ovvepOdon TH oTeaN YG: No lego del libro sépsimo del Ab Vibe condi 308 Avan Taanez. Chacon buck TodTO KOI BbyHaTt Popata cig KégorKav vijaov Tradiag ekapiobn, Bl contenido de la natracién griega tiene que ver con una de las grandes hazaiias del héroe panhelénico Heracles, conocida desde Jos poemas hométicos y asunto incluso de su propia composicién Epica, si bien es cierto que, como sefialara ya Wyttenbach, lo referi- do aqui Yole no es constatado por ninguna fuente", aunque dicha secuencia narrativa podria haber figutado en cualquier obra perdida ‘© bien haber sido inventada a partir de los textos conocidos sobre el tema, como veremos. En cuanto al paralelo romano, hay que decir de entrada que el texto, como es habitual en las variantes de F1 y la reducida de £, es mucho més detallado que la historia griega y la presencia de secuencias narrativas recurrentes en la mitografia favorece una vez mds la intespretacién de su fabricacién a partis del modelo griego. ‘Asi pues, la narratio grasca esta inspirada en una de las expedi- Giones mitico-bélicas de Heracles: la famosa ocupacién de Ecalia, ciudad de Eubea gobernada por Butito, padre de la joven Yole que tendra mucho que ver en la muerte del héroe mediante los celos en absoluto infundados de su esposa legitima Deyanira"’. La historia 8 antigua, conocida ya por los poetas ciclicos, yen conereto se ha- bla de una obra tinslada precisamente La soma de Bcalia OlyaAlac Awan) y atribuida a Credfilo de Samos ca s, VI, época en torno a la que se sitvatia la mencién que podemos leer en las Beas hesid- Wrrmanence, of oi, pig, 83; umbién ns Lazaxn, op. cit, pl 332, n.120 * Paexte verse una buena exposicin resumida sobre fuentes lteratasy arvtces en T. Gantz, Ean) Grck Mosh A Guile to Literary and Arise Sar, Baimore & Londtes, 1996, pigs 457-460. © Vid GL, Hustey, Grok Epie Poy, Londees, 1969, pigs. 105-106; Bemnast, pt, pigs, 306313, Miso cxseco & mstoRA De Roma 309 dicas®. También la Odisea sabe de la leyenda, pues el célebre arco de Odiseo fue un regalo de ifito, hijo de Kurito y hermano de Yole, eli- minado por Heracles'. Ya en época clisica tenemos dos fuentes de- cisivas para la transmisi6n de esta parcela del mito y, aunque no hay consenso sobre su anterioridad®, son sin duda contemporineas: un ditirambo ceremonial de Baquilides representado en Delfos en conmemoraci6n de Ia estancia invernal de Dioniso en el santuatio™, yla tragedia de S6focles Las iraguinias. No cabe duda de que el trata miento sofocleo del mito es fuente indiscutible para la posteridad™: su visién de una Deyanica simbolo del hogar civilizado frente al agente extrafo introducido por Heracles sobre todo a través de las, cautivas ha sido bien acogido, entre otros, por Ovidio, tanto en la sospechosa Heroida 9 como en las Metamorfesit®, y por Séneca en la tragedia (a él atsibuida) Hercules Oeteeu. ‘Sin embargo, en selacién con Yole es muy poco lo que los textos ‘nos cuentan y mucho menos hablan del supuesto intento de suicidio que aqui narfa el pseudo-Plutareo®, En efecto, se nos dice que Yole se arroja desde las murallas (4nd 105 te(xove), obviamente una va- slante del suicidio visginal conocido como xatartovtiapde™, omi- Bites 25M Hom. Od 21, 1-30; sobre el personsje of el detallado estudio de L. Weave, “lphitor Qs, en Roscher, op. i, vol -1, cols. 310-314 * Vease al respecto la introdveciOn de M. Davies, Sephrer Tacinia, Oxford, 1995, Baccu 16; con L. Simons, ditrambo XVI di Bachildes, Aew, 30 (1977), 485.499. © Vease el minaciosoandlisis de}. A, Love Barz, eDeyanira y Heracles, La espo- say el béroe: dos mundos opuestos», CFCag,17 (2007), 97-143, "Ov, Met 9, 109-272, Poco oftece BesniaRD, soles, ep Rosches, op i, vol. I-1, cols 289-290. Sobre el cual Ae Lazien, Isic dle rege. Tr alert lettre dle Grecia enti, Taek, 1997. 310 Arvano Toate Cracens tido por el resto de fuentes pero que puede haber sido inventado a partir de otras fases de Ja leyenda: en concreto sobre la muerte de su hermano {fto, arrojado por Heracles desde las murallas de Tirin- 10", La singulatided del relato esti, sin duda, en que Yole no muere, sino que milagrosamente se salva al abombarsele el vestido por el viento (KoAn@@elans br” avépov tis éoBi jos), un hecho evi- dentemente paradoxogréfico, aunque, como veremos, en el paralelo romano se sustituye por una intervencién divina, Pero no podemos asegurar que el relato del pseudo-Plutarco sea realmente un inven- to, ya que en la Antigiiedad hubo mucha literatura sobre Heracles, la mayorfa de la cual no se nos ha conservado. De hecho el personaje de Yole podia tener mucha mas entidad en la tradicin no sofoclea de lo que realmente parece, pues, mientras que en Las fraguinias su presencia es un mero Kaxhov mQ6dwOY, es decit, un personaje mado, resulta muy interesante que en la versién senequesea sf que figure como dramatis persona, aunque solo intervenga con una tinica monodia en la que liora su destino de cautiva®. No conservamos, pues, ot1os tratamientos significativos del mito que se centren en Yole, pero si hay alusiones como la de Euripides en el Hipaiito”, o Jas descripciones de Ovidio en Hervidas y Metamorfois, que llevan a pensar en alguna tradicién poética donde el personaje tuviera més trascendencia que la operada en Sofocles 0 incluso que en el imi- tador de Séneca, Esto podria haberse dado en Pisandro de Camiro (ca. 648), que compuso una Heraclea en dos libros donde teat6 con 7 Ya en Tr 262.29; tain en D.$,4, 31,23 ArOtLOD. 26,2. % Sen, HO 173-224, EH. 548.54: xv uly Oixadia /nstow dvya Absrgov, ava [ov 20 “aid xxi donov, oF / uv Cedbae dn Burien | deopda vad’ Gress Te Bde / ya avy aaa, ov Kav, / hoviowr vyudeions / AANHNAS Toro Kings tEtbancey /eAdar Spcvoian. Via. Hae, ¢h pg 100-105; Brant ep, pgs. 298-302. Miro curco # nssroRs4 DB Rows Bt seguridad los doce trabajos, o posteriormente en la Heraska cle Pania sis, nacido entre 505-500 a, C.%, y en cuyos 14 libros parece que se centré en los trabajos menores 0 nagégyat y en leyendas varias mis que en los doce candnicos®; no obstante la obra de referencia seguia siendo la épica de Credfilo y, tenor del epigrama dedicado por Call maco a esta obra (Ef. 6) en ella era importante ela rubia Yoleay Tob Layiiou novos eipi Oop6n tote Oeiov dowsv deapévov, KAelw 6’ Bigurov, bo énadev, al EavGiy TAeav, Oprjgeiov d& xadebuat ‘yeappar Koecpircn, Zed ide, todto péya Es mis, aunque la tendicién mitogeifica no lo especifica clara- mente, como tampoco lo hace S6focies, en el Herales Outaes si que se muestra claramente que Yole estaba encinta del héroe cuando éte, ya moribundo, se la entrega como esposa a su hijo Hilo: fb ila pariai quidguid ex nobis habeb". K pesat de la rateza mitogrifica, si es cierto que de la unidn legitima de Yole e Hilo sungit el linaje de los Heraclidas que iniciaron el célebre retorno al Peloponeso”, lo cual fue sin dda tema privilegiado para la tragedia y la historiografia local, aunque no se nos hayan conservado mas que fragmentos”, Vid Homey, op et, pigs. 177-188; V.}. Marmacws, Paspss of Halkarnases Txt and Commencary, Leiden, 1974, pigs 12-20; Bemans, op i, pigs 355-385. % Marrinans, op, pips. 21-26 Sen, HO 1496; innovaci6a del autor de la tagedia segin nos ha informado le Prof, Laowox Pénez Gomez, °% Véase cl anlisis de B. Sener, eLe partage du Péloponnése entre les Héraldides 1h, RHR, 192 (1977), 121-136 y «Le partage du Péloponnése enc les Héralli= des Tl, RHR, 193 (1978), 3-25, centrados en los tres Heracldas principales ‘Témeno, Aristodemo y Cresfontes. » A excepesin de Las Hiraldes de Euripides, f D.} Conacten, Earpidean Drama: -Mjth, Thine and Sercore, Londres, 1967, pigs. 109-124. 312 Auvano Inaniez Cuacon sta narratio podeia ses, en defintiva, heredera de esa tradicion perdida y ala vez un ejemplo mis de las aumerosas historias que presentaban las peculiares relaciones de Heracles no s6lo con las mujeres, sino también con todo el elemento femenino en su més amplio sentido™, Por su parte, el paralelo romano esta claramente construido so- bre Ia base del mito de lz toma de Bealia y el intento de suicidio de Yole, pero contextualizado en un ficticio enfrentamiento entre etruscos y omanos. No hay duda de que el pseudo-Plutarco apro- vvecha la arcaica historia de Roma y sus multiples enfren*mientos con los etruscos 2 lo largo de los siglos IV y Il para ubic. relate en un tiempo remoto y concederle asi cierto aire de ver itud, aparte de que, como concluiremos, el pasado remoto ce .ecia y Roma es fuente inagotable de inspiracin para los autores de la época. Pero lo que més destaca de la narracién romana es Ia inter- vencién divina en la salvacién de Clusia, inventada sin dada sobre el modelo de la Yole griega Es tipico, por otea parte, en los relatos de metamorfosis que una divinidad salve al que va 2 morir y lo transforme en algin animal —principalmente en ave—, sobre todo en Ovidio, donde parece haber cierto interés por evitar natraciones de muerte violentas en pos de la correspondiente metamorfosis", de modo que tenemos Vid. DL. Pint, eHferaces: the Superman and personal relationships», AC, 20 (1977), 73-85; WoLer Avonso, pci, pigs. 113-142; P. ANGEL BERNARDI, «La donna e Feroe nel mito Eracles, en V. Pirenne-Delforpue & E, Susrez cde la Torre (eds) Hiro tras dan ember e sets ge, Lieja, 2000, gs 185-189; N. Lonax, Las expenses de Tiesian, ead, esp, Barcelona, 2008, igs. 258-309, i "Seguin R. M’. IGussias Monti. & MPC. Auvanez Mona, eMfucete sean cam- bio de forma en las Metamora, en One-Were und Wirkang, Fastgabe fr M. vn Albrecht eure 65. Gebarsteg, PrankforeBerna-Nueva York-Pasis-Viena, 1999, pags. 373-385. Mero crate ston ve Roma M3 ejemplos como los de Perdiz, salvado pot Palas al ser arrojado de Ja Acropolis por su tio Dédalo y es metamosfoseado en el ave ho- ménima®; Dedalidn, salvado por Apolo justo cuando se intenta suicidar artojindose del Parnaso y es transformado en gavilin™; 0 ‘Bsaco, a quien Tetis convierte en somormujo cuando se precipita al mar; pero también hay casos no de metamorfosis en un animal, sino de deificacion de los personajes", como ocurre en el mito de no y Melicertes, incluso en la peculiar versién de los Fates de Ovi dio". Pues bien, en este t6pico de la sustituci6n de la muerte por la metamorfosis con intervencién divina tenemos el caso de Cresia, cuya metamorfosis en paloma parece que fue por intervencién de Afrodita"™, y participacisn de la diosa en la salvacién de una joven —en este caso sin cambio de forma— podemos leerlo en le arr 11 de Conén sobre Prlene y Clito!., La participacién de Verus, "Ou. Mat 8, 236.239; con F. Froxms-Ducnotx, Didle Mya de Carian ex “Gre anim, Pai, 175, pgs. 121-134; P.M. C. FORRES IRIN, Maer in Grek. yh, Ostoed, 1990, pags. 256-257 % Ow, Met 11, 386-365; com FRONFSI-DUCROUS, ght, pigs. 168-178; Fonnes An, op pig, 241-282. "© Ov. Me 11, 723:95, con FoRnes IRVING, of, pgs 223-224 1 id 06 Lazznn, Inia. page. 86-109. 1% Ox. Fuh 6 473.562; dsints observaciones a respecto pueden leesse en G Dita, Mio y sopra Ill. Hitores romonas, tad. esp, México, 1996, pigs. 117-138; LPlceassnisn Panbo, sOvidio, 11 de ani laereaidn Iteaea de un episodio miticon, en A. M*. Aldana fa (eds), La Fiblgia Latve by Astacio y popes, Mai, 1999, pga 217-224, "ele made completo es de Aw Lan 1s bien preci del comentaio y ‘aclazciones de M. PansrHONorOULOs, Antonina Librli. Les Mitamorphoses, Paris, 2002, pga. 71-73; Fonnes Invin, op ct pigs 232-2335 JR Du Cano Necro, Annie Librak Metamora, Madd, 2003, pigs 66-70. % No abstante, los estudiosos del mitSgeafo no se ponen de acuerdo sobre et ‘modo de patticipacin dela dios, sid U. Hora, Kanon. Tet nd Quel shure, Grid, 1890, page 53°55; RB. Bons, The Diegesis of Kon: A Contrary sith an Engi Translator, Unvescy of Soothers Califoris, 1971, 34 Axvano Initia Chacors por tanto, en la nartacién romana en realidad s6lo es un recurso nazrativo aplicado por el pseudo-Plutarco en este selato y puede ‘que también se encontrara en la version griega dado que, como deciamos, aquellas historias que serfan bien conocidas pot los su- puestos lectores (0 copistas) aparecen mucho més resumidas que las puramente inventadas y, por otea pate, el papel de Afrodita en la trama tragica es més que evidente. Igualmente ocusre con la secuencia de la violaci6n, otro t6pico recurrente en los Parallel minora que lo relaciona con toda le elegia hrelentstica y la prosa de los EQurtnKér na@r}iata'®. La violacién de Clusia ha sido expresada por medio de pBeigw ®IT || cvppOeloo E, aungue es mucho més frecuente el uso de Bidw en tanto que ex- presa la accién en su aspecto mas violento lejos de cualquier circun- loguio eufemistico, de connotacién psicolégica o de deshonra™; de hecho parece ser que en griego clésico no hay un término que especificamente designe a la violacién en los mismos parimetros morales y legales que hoy en dia’. No obstante, la violacién de vuna mujer libre conlleva un ulteaje (GBgis)" que recae tanto en ella ‘como en los varones de la furnilia« la que estan sometidas y, mien- igs 94-101; E. MioNoows, eallenee Cio», en A. Strap ed), "Eaox “Anthro ves danas, Basi, 200, pig. 325-329; M. K. BROWN, The Narra tives of Kono. ‘Ti, Translation and Commenter on the Diegeses, Monich-Leip- sig, 2002, pigs. 103-107 ' GK. Inivz Cuncos, wa volacion como tipica en los Palle minron Puerco, 6 (2008-2009), 3-14 ™ Vid. A. Praaosso,«Violenea sessale, nr consenso nelle fat prechen, en R. Rate (@), Vice fire fomminh in Grace «a Rema. th dl Conon Pears (2830 Apele, 1994), Ancona, 1995, pigs 93-109. © Vid B. M, Hanns, Did Rape axis in Chassical Atens>, Dis, 7 2005), 41-83, "= BL uso del tézmino tas implica un deshonor qu debe see penalizade, frente ‘otras muestra de violencia sexual enya coluciones se plates sin pinicién alguna, of Hanns, be et, pigs. 63 8 Miro crueco e iasroma ors Roma 315 tras que generalmente para las victimas el tnico fin ¢s el suicidio, sus parientes cargan con la vergienza y la deshonta social”. Sin embargo, el relato concluye con un curioso apunte en tanto que se habla de la pena de exilio para el violador, concretamente &Eeogio®n xowg Séypott ind Peopatcov. Esto recuerda a a celebértima vio- lacién de Lucrecia™, cuya virrad, belleza y castidad despertaton los deseos de Sexto Tarquinio y 2 punta de espada es violada; Luctecia, tras denunciar al violadot ante su padre y esposo, se suicida con un pofal, dando lugar al fin del régimen mondtquico™. Par. min. 17 A. &v TAig £05 vaod vis AOnvas enonoOEvr0s TeQOe- dQapdv "Tos 18 Biomerés fgnave TadAdbwov wai EevgrCON, ob yae eka br” dvbQds BAEreDBar Fotegov d' HAAcaHEVOS avéBAaipev dis AéQKUAADS €v rigtitey Ktiotwv. B (@TD. MéteAos avg wv émuorpov nogevspevos ig t noodotaOY Ind Koger éeox€O RaW tals arreQUEL. OREBEIs GE TOV olwWV ele PoHNY UnEotoEer. ideov dé 16 réEVOS THg otis kauSpevov Kai tO TIAARGDOV aondaas eUPAGOry Gotegov d° avépAeyev ECE HEVOS Gs Agiteibns Marios év TeaAstoi B (2). nb and kai megl AQTAov Poulos wOAyodoW isav yag 16 tépevos tig ‘Eotlag xawpevov Kai to TlaAAd- div adagndcas évpAGOn’ ci" Goregov éraadpevos avepredey. W Panapiso, he a, pigs 99-101; Hans, de, pgs. 53-54 Vid P. Great, Bf amar ot Bom, ead. esp. Barcelona, 2000, pigs. 43-47, 5 GE Liv 3, 44 1: Seite ald in urbe meas ab ibidive ort, Band ein ford exntn “quam quod pr stp cuedemgue Lact abe rogue Tauris expulera, at won ‘sso ide denis qui reba sed cua eta ead pri atid ese 316 Ausano Ink Ccon La nartacién griega gira en torno @ uno de los miticos funda- dores de Troya: Ilo, hijo de Tros y hermano de Asiraco y Gani- medes, una genealogia mitica de una sélida tradicién remontable ala Wide" y que a través de Tlo y Aséraco plantea claramente las dos ramas genealégicas para establecer el comin origen de roma. nos y troyanos", pues de Asiraco descenderé Anguises, padre de Eneas"s,y de Tlo nacera Laomedonte, padre de Priamo y rey de los troyanos en Ia época del asedio a la ciudadela por los griegos!™. ‘La peripecia fundacional de Ilo se encuentra, pues, narrada con detalle en la Biblioteca de Apolodoro y esté basada en una serie de 6picos recurrentes en los relatos mficos de fundacién"™: con mo- tivo de la victoria en unos juegos se recibe como premio un gra- po de personas con las que ir en busca de una nueva tierra para fundar siguiendo un oriculo", en conereto un orfculo que, como por ejemplo Cadmo en la leyenda tebana, prescribe seguir a una vaca (0 cualquier otto tipo de animal gula) y asentarse allf donde se detenga™™; puede que aqui haya que intercalar otra secuencia sipica de los relatos fundacionales: la lucha con un pueblo originatio (en ¥ How. If 20, 215-241; e! texto més completo es sin duda Arouton. 3,12, 2-3, ‘icamente anotado pos FR4zeR, at, vol. I, pigs. 34-42; hay que sefialar gue Jos fc nie presentados por s Lazzen, op. i, pig. 243 hacen referencia slo al asunto del Paladio, no ala peeipeia fundacional dello, 8° Vid. Gavrz, op. i, pgs. 557-561 "sg relevancia de Aedraco en lat fuentes romanae se expecialmente destacada en época augtstea por obviss razones de propaganda, wid, Musn, Aces coy, Encicopedia Virgins, 1 (1984), 374-37. 2» Gf Wiurzsacte, ellos (2p, en Roscher, pet, vol. I-, cole 118-124 1" E, Peuuzen, all mito ele citi, en M. Vetea (ed), La ail det Gr. Farms, eae, Roma, 2001, pigs. 105-129, esp. pigs, 118-121 "Bs, sin duda, otro dmbito de Apolo reccntemeate estudiado por M. Deen, Apolo on el ecb en la mano, tead. exp, Madeid, 2001, pigs 94 88. "2B Vian, Les engines de Thibes, Cad ks Spr, Pais, 1963, pgs. 16-82 recoge sufidente informacién al respecto y numeroses ejemplos. Mrro cranco 2 tusroRta pe Rows 317 la mayoria de Jos casos autéctono) de la tierra invadical, y asi lo recogia el mitégrafo Conén, pues Ilo tuvo entonces que enfrentarse al pueblo frigio de los Bebrices!™. Junto a todos estos “apo, en las, narraciones fandacionales abunda otro motivo recurrente que es de especial interés paca el felato que nos ocupa: el signo divino, la muestra de aceptacién por parte de la divinidad a través de algin tipo de prodigio, en este caso Ia caida del Paladio por orden de Zeus", El Paladio es una estarua de Palas-Atenea cuyo niimero, origen, poder y caracteristicas varian en las numerosas versiones que sobre ‘este talismén sageado hay en la tradicién™, Ahora bien, de entre todas ellas nos interesa, por su papel de coneiliadora en el paso de los mitos griegos 2 la histotia-leyenda romana, el hecho de que ya desde el ateniense Ferécides se crefa que habfa mas de un Paladio™, de modo que Odiseo y Diomedes no robaron el auténtico!™ y asi El cavo panadigmétco cx nuccamente Cadmoy los Expartos, id Vins hy pags. 158 6 "Conn nar 12:"WAas bg uiCecxd Toy, oar parry Befetncon aarAkess BiCov bvopta, kai i eye x6 Tov alge #4, los comentarios de HOSEER, ‘hot, pga 42.45; EAN, oot, pigs 105-108; Bow, op ee, pgs. 113-117 "= Bp la leyenda tebana, por seguir con el pasllsmo,recudedese a aparicion de Jn sexpionte de Ares, su muerte sembra de los dentes por orden de Atcnea, stoliadona de Caden od Vn, i, pigs. 94 "Vid. B, Wonatn,sPaladions, en Rosehes, et wo. Il, cok. 1301-1324; Le Zens, «Paladions, RE, XVII (1999), cols 171-201;C. A. Fasons, Tal simsane and Troon Pose nadia Statue in Anco! Gree Myth aud Rétal, Ox- ford, 1992. ® Pusntexo, RGrHia 3 F179. 1 Son muchas las fuentes que desde el ido Epics retoman la inevrsién de los ‘heroes en Troyn a fin de zobar el Palacio, pincipalmente: Mapas fe. 1 = D. 1, 66; Conon nar 34; Arot100. Ep 5, 15;Sem ada 2,165; Pace. Ch pgs 106-107 Aut Scr. Par. RAD3d Moh Vat 1, A; Zev. 3,8= CPG, pig. 59; Arosrot. 6, 15= CPG Il, pig, 367. 318 Anynao Imisiez Cnacon pudo Eneas Hlevarselo hasta Roma!™. No obstante, otras muchas ciudades griegas contaron con ¢] Paladio entre sus talismanes y es- tatuas sagradas: los argivos crefan poser Ia verdadera imagen™, al igual que los atenienses a partir de ser robado por Demofonte, 1 hijo de ‘Teseo, quien en la huida maté a un hombre, por lo que ‘tuvo que rendir cuentas en un tribunal para asesinatos involuntacios que recibié el nombre de Paladio™; otto robo suftié la imagen por parte de Exgino, un descendiente de Diomedes, que lo susteajo para un tal Témeno, 2 quien se lo quité a su vez un amigo de nombre Leagro y lo llevé consigo a Bspatta, y alli fue custodiado por orden de Delfos en un templo dedicado a Odiseo y construido para este propésito'®. También hay otra version en suelo itélico que mantie~ ne que fue entregado por Diomedes a un tal Nautes, epénimo de la gens Nawtia™. Pero la narracién del pseudo-Plutarco contiene dos elemen- tos afiadidos a partir del parzlelo romano y que, aunque caen en el anacronismo mis flagrante, tienen, no obstante, cierto sustento: la cegueta producida por el Paladio a Tlo no se encuentra en ningdn texto sobre la adguisicién de la estatua por parte del fundador de "Vid NM, Hosneats, «The Aeneas-Legend from Homer to Vii, en Beem. mer & Horsfall, oh at, paige. 12-24 #8 Paws. 2, 23, 5: Adyovor yao Agyelot Amuavelgas év Agyet uvrua elveu vg Otvieas 61 EA€vov 100 Tlaiduou, kai dyaAua KeloGau raga aioe AGAVAC ‘xo GexouwOtv EE Lion kai AAGaL toxjoay TAtov. t0 [eV 5) HlaAARIOV— Kadcitas yg obte—DiASY dou és Teadiav KopioBev dnd Aiveion. "5 Baus, 1,28, 95 Potwasn 1, 5; SuD3 Hanocass. «él ToAAabio, PLw.0 Gr 4 DHL 6, 69, 1; Sum. ad Aen. 2, 166; Myth Vat. 1 1, 40; étas y otras muchas leyendss vienen « explicr le ata alewinia de lz familias paticiasy pleheyas de Roma, wT, P.Wisewat, eLegendacy Genealogies in Late-Repoblean Romes, GoR 21 (1974), 153-164; A. Ersaine, «The Trojan War in Tey: Myth and Local ‘Traditions, en Candau Morén, Gonzilez Ponce & Cruz Andeeots, of igs. 97-107, Maro cura &wustoRia bs Rena 319 TiSn"™, pero sf hay vatios autores que sefialan la vivacidad ¢ incluso el movimiento de los ojos y del Paladio en sia la manera de ua at- tefacto aurématal, de donde podria venir toda le mitologia creada acerca de las nefastas consecuencias de mitarlo; por o:t0 lado, y qui- 7A para emparejar forzosamente ambos relatos, el pseudo-Plutarco sinta la ceguera de Tlo en el incendio del templo de Atenea (év TA rod vaod tis AOnvas EnMEnOBEVTOC) si bien, el desafortunado incidente eavo lugar durante la guerra de Troya, en pleno ascdio y saqueo de la ciudadela, 1a narracién griega ha sido, por tanto, en gran parte inventada a pattir de lo natrado en Ie versi6n romana, un relato histérico- anecdético con gran tradicién y en el que confuyen numerosos elementos de la mitologia y religién propiamente romanas. En efecto, el protagonista del patalelo romano es Lucio Cecilio Metelo, quien ya figura en los Parallela minora por su papel en la T Guerra Piinica™, Ein este caso el pseuclo-Plutatco recoge una anéc- dota bien documentada en las fuentes”, aunque le aitade algunos elementos como la secuencia inicial del prodigio™. La presencia de presagios y prodigios en el discurso historiogréfico como causas y/o consecuencias de alguna de las acciones narradas es frecuente yadesde Herédoto, si bien a partir del inextinguible modelo de Ale- jandeo Magno se aplicaron especialmente para dar sentido a las in- dividualistas biogeafias de las grandes personalidades de la historia grecorromana, relacionando una vida ilustre con portentosos acon- iy 86 5 Asi Cate. ft. 35; Lye. 361-363; Vero. Aen, 2, 171-175; CONON marr. 34, APOLLO. p22 Sen adc 2 16 © Ee ar Min 1B y 4A of nbn Ciuc, eLa histor convert n anécdotn "Bue ous en Ce, Sea, 48,D.H, 2, 6,45 S08, Coton 4,2 Pu, NE, 148, GL Bouton, oh oy pip 435, 0.138, 320 Asano Toa Cinco tecimientos que auguran consecuencias positivas 0 negativas™. Se recurte por tanto 2 un t6pico de las narraciones de prodigios como la presencia de aves, especialmente cucrvos, y desastres que tienen que ver con templos e imagenes divinas'®; en el texto de los Para dela se denomina concretamente oiavés, s decir, el presagio ¢s- pectficamente referido a las aves", correspondiente a los auspicia en latin'®, ‘Ademés, nuestea historia implica precisamente «i templo donde se custodiaba el Paladio, el templo de le diosa Vesta, Identificada con la Hestia griega, la hombloga romana tiene ao obstante mucho mas peso dentro de la religién oficial romana en tanto que a su culto estaba dedicado el celebérrimo colegio sacerdotal de las virgenes Vestales'®. Su tetnplo, construido en tiempos de Rémulo 0, segiin otros, de Numa", era sede de numerosos objetos y talismanes sa grados para el pueblo romano y relacionados con la conservacién del poder, entre los cuales destacan el fuego sageado que no podia, cextinguitse y el Paladio, custodiados por las Vestales". La simbélica asociacién de personajes miticos y de objetos sagrados (Eneas, Pa ladio, Vesta, Vestales, Ilia,..) con ia gens Iulia y con la politica augtis- tea hizo que desde muy pronto en la propaganda politica del Princes Vid Buon, @. at, pigs. 48-53. "© Vid. J Bavr, La reign romana, ead, esp, Made, 1984, pigs 61-65; con mu hos los eiemplos que se pueden sefala extaidos del [abe grudigorun de Juo ‘Onsucuents (6 I-I1] d. C)s 215 345 44 (euerwos) 0 24; 25; 28; 30; 313 33; 345 37-1; 47.» eemplos /imagenes). ™ Gf BLocts, op ait, pigs 24-26, ¥€ Blea, op a, pigs. 102-103; Baver, op a, pig 62 ¥8 Véase el estudio de J.C. Snavere, Lar Virgenes Vertlen Un seardei fom on la reign pile roména, Madrid, 2000, ‘Lav. 1, 20;D, H. 2,66; Pau. Row 22; Num. 9, 9-15, 8 Saquaze, op. it, pigs. 41-62. Miro ouco & aroma ne Rows 301 ‘¢ incorporaran imagenes de Ia diosa portando el Paladio, todo wn simbolo de uadicién y establecimiento de poder en Roma a pattit del mitico Eneas"®, En cuanto al suceso de la ceguera de Metelo, las fuentes histo- iograficas nada dicen al respecto, si bien es tema de una controver- sia del rétor Séneca™”, de modo que tuvo que tener cierta teadicién como un elemento més del herofsmo de aquel que arriesga su pro- pla integridad fisica en pos del bien comin del estado! Por ultimo, hemos dejado para el final uno de los principales textos sobre el culto a la diosa Vesta en relacién con la anécdota re- cogida por el pseudo-Plutarco: los Fastos de Ovidio, donde no sélo se cuenta poéticamente el suceso, sino que ademés el poeta redine en la misma historia el origen del Paladio durante el reino de lo cen Troya y lo sucedido con Metelo en Roma en tanto que éste fue Pontifees Maxinus durante los afios 243-221", lo cual tiene que ver, al parecer, con la adopcidn de Augusto del titulo pontificio y con el nuevo culto imperial de Vesta". De modo que, a pesar de las in congrvencias recogidas en los Parallela y de los afiadiclos, la narrato pseudoplutarquea no ¢s tan insélita como se pretende. Vid} ING, @Palladion in der Kuns, en Roscher, of. sty vol II, cals. 1325 ss, en concrewo cal. 1333; P Zanner, Angast ye poder de las mgr, tad. esp, Madrid, 2002, pégs. 239 ss Sen, Contos 4,2. Tales el sentido que daa la anéedota CicenOn en el Pro Seawro 48, dado que Me- telo erase abucho (anne bn) line Monel, Ponts Mac, gu, am tela, ld are, in mies net ian npn lana Balada ilud guod gras pgs esta slats algae part exsois Vestas continetur. gui wna poset parame ex sister ener ex hac flanonasirpem prficesure, oa wipe exile ince a Ov. Fast 6, 419-454, "© Vid G. Hsnnet-Brown, Ovid and the Fast, A Hisgertal Stu, Oxford, 1994, pigs 63-81 322 Ayano Teds Cuaces Par, min. 23 A. perk tiv TAiov négGnow eefodoOn AroprfOne cic Alpin, EvGa. AvKos jv Baoeds Kos Exov Tobs E4vOUs Age Tq MATE’ BEL. KadALQgdnd 1 Boyaene EgaoBeI0a Atopridous tv natégd RQOVUKE Kai tov AtouronY Eowee Aboaoa TV deoudv’ 6 8' apedijoas wis edeoyétibos anémAevoe" Hf S¢ Pode éreAedenoer cs 16Bas év tain AiBuxs. B @M. KaAdnosguos Kedooos avig wav emote, PryotAw cuorgatesjev0s, ene LhOn MacowAoUs Tog" Grjouv QeoveWv T dvOdAWTOY codVOUA PaQaitiOY, BixHd- Autos d€ ANOBEIs EUEME BicoVa 1H Kodwy. Bioadria, 100 Paorrtas Bvydrne, Loacdeioa nookbuKe toy naréoa xai vuanpsgov éxeivov énoingev. dvaorpéyaveos 6° aro GON xatéoakey Eavtriy ds Houiwak év rote AiBuxiv. B (©), 1 6! adtd xai BioaAtia, 100 RacrAéac tiv Meos- Atv Buyaeng, Engaké te Kai EmAVE. Kagnewov vag Kodooov Avdoa TOV EruoTIpey aixudAwrov AnpOEvea Kai EAAOVTE BbcoVar 1 Kedve éggdoare Kai tov naréga NQOBOUIA ViKN- gov éxeivov émoinger. inoorodyaveos bE tis thy PaRNY 6qn Katéogakey éavtiy. Sobre esta narratio ya expuso Wyttenbach: Virague bistorila adéonotos, nec alibi predita'", zunque ambas natraciones mitogrééi- ‘cas se han fabsricado a partir de t6picos conocidos en otros relatos, especialmente los referidos a las sagas de Heracles y de Teseo. La narracién griega se encuentra contextualizada en el néstos de Diomedes, e] cual ha sufrido numerosos retoques @ lo largo de la literatura griega y latina desde la épica homérica y posthomérica: se hrallarfa ya narrado en el poema ciclico Las rgresas™, tal y como se SB Worrenacs, op. pg 85, *8 Ch vs Lazzer, op. at, pag, 343, 0, 201 "9 Sobre el cual al Bunwant, of cit, pg. 192-214, “Miro Grrco & msroxia ne: Rows 303 lee en el resumen de Proclo™, y también la Odlsea se hace eco de! retorno sin incidentes de Diomedes"™, 2ungue la tradicidn poste- rior amplié el especteo de sus peripecias como otro ejemplo mas de fabulacién mitica de los asentamientos griegos en Occicente™, destacando el motivo de la traicién de la esposa (Egialea, hija de Adrasto)"™ y de la fandacién de cindades por el Mediterréneo, es- pecialmente en Itaia!®, Dentro de la teadicién de su divagar cabria situar esta narracidn, por mas que sea un puro invento. Naufraga Diomedes, pues, en Libia, donde reina Lico, hijo de ‘Ares, que tiene por costumbre algo tan barbaro y ajeno a la hospita- lidad helena como es la xenoctonta, es decir, matat alos extranjeros aque lleguen a su tierra, Bsta secuencia esté sin duda fraguada a partic de la del egipcio Basis, también recogido en los Parallla™”, pero veamos sus peculiaridades, Proc. Chr p. 108 ALLEN: Atousiins BE Kai NéoTw dvaxBevees cig tv oikciay diaodovean. 5 Hon, Od. 3,130; también Arotto0. Ep. 6,1. ™ Ganz, oil pigs 699-700. 18 ArouioD. 1,8, 6:9, 3.Ep 6,9. ° Vid. | Beato, Lacleiaton grecgue de ali vical dla Sle dans Pentgite ‘Libor 1b lgond, Pais, 1957, pigs. 368.376; A. Pasguncas, eDionmede nel Lazio ete tradivion’ leggendave sll fondazione di Lanovioo, MEFRA, 110 (1998), 663-679. 1 Pan, min. 38, sobte el mito de Busisis vd. Sro.t, Basti, en Roscher, of. et, vol 1, cols 854-857; AP. Launaes, (ead. de Guapomza), owls se mirent i sacrifier les moutons eta les manger, comme une nouerituren (ad. de Borst}, owthey started ling the foc and costing then as sostenancen (ead. de Sone), Gf Nic. Da fe. 43 FGH; Hv. Aut. 2, 4; Fel 176; Arouton. 3,8, 1; sc, Lv 481. 8 Pave As. 495, sro cnisco & sro De Ronee 231 €2s0, como en muchos otros, dado que la historia recogida en el paralclo griego es de soba conocida, se nos ha transmitido de una forma macho mas resumida que la versidn romana, generalmente ‘mas detallada. Asi, por ejemplo, en el paralelo romano se especifica el oriculo recibido por Emilio, el espacio de tiempo transcutrido desde el oréculo hasta la realizacién del prodigio y, lo que es mas relevante, la pericia mantica de Conato. También el final de la na- sracién es significativo: el altar erigido por Emilio al vencer a Pirto cemite oréculos en el aniversario de la victotia, lo que por una parte hace alusidn al recinto oracular que Anfiarao tenia en Grecia™, y, por otro lado, vuelve a retomar el motive patadoxogrifico de la efeméride de un hecho que se manifesta de forma prodigiosa™. En Par. min, 13 se emparejaba una versién del mito de Heracles y Yole totalmente desconocida (lo que no quiere decir que inventada) con un hecho que supuestamente tuvo lugar durante la guerra entre romanos y etruscos, pero barnizando de novelesco y pottentoso el suceso a través de la patética peripecia de la protagonista femenina, dandose ademés la posibilidad, como en el caso anterior, de que algunas de las secuencias que s6lo aparecen en el patalelo romano también estavieran presentes en la narracién griega, Por su parte, Par. main. 17 nos oftece el caso inverso: la fabri- cacién de un relato mitogréfico a partir de los datos histéticos (© mis bien anecdéticos) de un personaje real de la Historia de Roma, aprovechando las conocidas conexiones que hay entre Roma y Tro- yay la presencia de objetos sagracios y su implicacién politica en el devenit histérico romano. Pero hay que dejar claro que el pseudo. Bn conereto en la limdtofe Oropo, g.].G. Prazis, Paxsonass Desrption of Gree: ‘vol I, Londres, 1898, pags. 453-473; Faw, op a. pigs. 61-62; Wort, she at, cols 299 56; A. Scuacrn, Cults of Baio, vol. 1, Londres, 1981, pags. 194 "© También en Par. i. $520; 30; 35; 39. 332 Auvano Isanz Caacon Plutarco no ha inventado ex mihi: aunque el desarrollo narrativo del mito es tinico, la unién y comparacién de la peripecia de Ilo y de Metelo estaban ya en Ovidio, lo cual dice mucho de la ilimitada invencién que tanto se achaca a esta obra, Finalmente, en Par. min. 23 asistimos a la inveneién de ambas natraciones; la una contextualizada en las milltiples posibilidades que el nésies de un héroe como Diomedes puede dar de sf para la fabulaciGn mitica, méxime si se desarrolla su historia a imagen y semejaniza de héroes como Heracles o Teseos la otra, en cambio, se fabtica a pattir de la ya inventada natracién griega, aprovechando algunos elementos de indole mayoritaciamente geogrifica que apor- tatfan verosimilitad al relato y alas propias fuentes citadas, por mas ‘que sean discutibles, pero enmarcadas en la extensa tradicion de obras de Avpucct compuestas a pattic de época helenistica’ Queda claro, pues, que una simple lectura de los Paralela minora que vaya mas alla de los prejuicios filolégicos permite que aflore @ la superficie el elemento basico de su esencia: la confrontacién entre tradicién y novedad, una tradicién de la que es irremediablemente heredera y ala que sigue como modelo, y una novedad de la que por cuestiones de pertinencia tiene que hacer gala, aunque en ocasiones el precio sea alto. Y es que segiin se tiene por communis oponio la obra debid de sex compuesta entre el siglo Ty IIT d. C., es decir, el perio- do conocido como Segunda Sofistica y en el que se revalorizan los, grandes acontecimientos histéricos de la Grecia amtigua y también sus mitos"™, principalmente los homéricos, aunque tras la venera- ltados recientemente por G. Or10Ns, Lyita. Testinoniange ¢famment, Tol, 2002. "B.A, vay Gronincen, «General tendencies in the Second Century A.D», Mao. ogy, 18 (1965), 41-56; GW: Bowensock, Grek saphiss inthe Roman Enpire, (Oxford, 1969; EL. Bowe, cLos gsiegos y sa pasado en la Segonda Sofisticen, en M. Finley (ed), Estadior br bisoria antigua, rad. esp., Madrid, 1981, pags. Mero cricco r rusrowta pe Rowa 33 ci6n se respira cierto aire de rivalidad y antihomerismo en todo lo aque se refiere al Poeta!. Pero también en esta época se recurte al glorioso pasado romano en busca de valores morales ¢ imperecede- 08 ante la crisis social y politica que se esté viviendo™. Bl interés por todos estos aspectos y muchos mas de ambas culturas se refleja sin duda en la obra werdaderan del poligrafo Plutarco de quien los Paralela winora, al menos como se nos han conservado, podrian ser un claro epigono enmarcado en esa interesantisima y denostada literatara de «lo novedoson. 185-231; G Anbexsow The Second Sept: «enrel phenomenon jn the Remon Enpire, Londres, 1993;'T, Waarmunash, Gree Litratee and the Roman Enpire, Oxford, 2001; i, Te Sand Septic, Oxford, 2005 © Vid G, ANDERSON, PhilutratuBizgraphy and Beles Leis athe third Coury A. Dy London, 1986, pigs. 241-257; F Masta, eHomére, entre Dion Chrysostome ct Philoscaten, Amari Filgia, 13 (1990), 89-101; G. D'ivpousro, «Omero al tempo di Plotarcon, en P.V. Cacetssone de Pennant (eds), Phare e lecular lle cua et (At el X Conga plitrees, Fiano Person, 27-29 atobre 2005), Nipoles, 2007, pgs. 59-64, "Vid E. Gasco, La cis del siglo Ty la reeuperacin de Ia Historia de Roma ‘como un tema digno de zr historiadon, Stas Hite, 45 (1986-1987), 167- 171; A. Cascox Donano, «Gricgos y latinos ante epsodios legendarios de la Historia de Roman, en A, Sinchez-Ostis, } B Torres & R. Maetines (eds), De Gracia a Ramey de Roma a Grecia. Un cain de ide y meta, Pamplona, 2007, pigs. 117-14. Victoria Bucexta Ropricuez Marri, El gato la luna: 373 sna fecunda reli sini. Gema Sanis Ropricurz, Las poetas latinas a través de los 387 Hieroglyphica de P. Valerian fa tradicion simblica, INDICE Introduccion Lonsnva Feawénpez & Irene, Moreno Prva, Laas hetoras aigas. Chstonat. Macias Vinal anos, Algenas notas sobre el idea. ye modo de vida cinics. SatvapoR NUSEZ, Oralidad yexritura en la oratoria de Cicrbn Planteamiontos y euestiones. Luisa Lesace & M* Jost OnwazAnat, La siyjer romana en al Alta Inpero, ‘VinGINIA ALFARO BECH, La conversén de Propercio. Leonor Perez Gomez, El sito de Narciso on la poesia de Oi: uma letura intertextual Aurerio Peary Jowénez, Un mar en ef cels: Manito, Astr 5.416 y los bjs del Delfin IsaBEL MoRENO Fenrsro, La brevitas en los «Breviariow bistiricos latino, Idosineracia, mulifncionalidad y préctica de un recurso lterario. Atvaro Isanez Cuacin, Mito griego e historia de Roma en los Parallela Minora. Gonzato pet. Cexxo Catpenon, La literatura apéerifa,tetigo de la tradicon Montserrat rons tovan, El problema de la fragmentact del espacio lingitico latin: una apriccimain de estudio. 43 93, 135 161 181 205 235 287 335 353

También podría gustarte