Está en la página 1de 11

Martin Eden (coproducción Italia-Francia, 2019).

1.

Dirección: Pietro Marcello (Caserta, Campania, Italia, 1976). Conocido en sus inicios como
documentalista. Bella e perduta (2015) es su primer filme de ficción. Martin Eden es el segundo.

Elenco: Luca Martinelli (Martin Eden), Jessica Cressy (Elena Orsini), Carlo Cecchi (Russ Brissenden),
Denise Sardisco (Marguerita), Carmen Pommella (María), Giustiniano Alpi (Arturo Orsini).

Película estrenada como parte de la competencia oficial de la Mostra de Venecia (2019), donde su
protagonista, Luca Marinelli, recibe el premio al mejor actor.

El argumento cuenta la historia de un marinero napolitano (Martin Eden) que, por circunstancias
casuales, es aceptado por una familia de la alta burguesía. Martin Eden se enamora de Elena, una
de las hijas de esa familia, y queda fascinado por un mundo privilegiado que le da acceso a la
cultura. Decide, entonces, ser escritor, pues así podrá casarse con Elena y ser aceptado en ese
medio. El camino de Martín no es fácil, teniendo en cuenta que es proletario e iletrado, y que la
sociedad no lo ayuda. Inconformista, Martin Eden arremete contra toda forma institucional,
partidos políticos, campo cultural incluidos, ganándose solo enemigos.

La progresión del protagonista está asociada a una exploración de diferentes momentos de la


historia de Europa durante el siglo XIX y XX para ilustrar primero su empeño en integrarse a una
élite y, al mismo tiempo, el desdén que va surgiendo en su interior incluso antes de que tenga la
oportunidad de alcanzar su sueño.

Esto conduce a que Martin Eden sea un personaje ambivalente que inicialmente se gana el aprecio
del público por ese casi inocente entusiasmo por ilustrarse a sí mismo y luego por convertirse en
escritor. Los múltiples rechazos que surgen por el camino no dejan de ser pasos intermedios en lo
que se presenta como un objetivo inalcanzable, pero que casi roza con las manos y que encuentra
un reflejo en su vida amorosa con Elena.

Personaje contradictorio, Martin Eden exhibe su rebelión y su individualismo como bandera, que
lo llevará —transformación mediante— a la postura extrema propia de los vencedores, cínica,
desdeñosa y autosuficiente. La película abre la reflexión acerca del poder de la cultura, de las
clases sociales, el socialismo, el individualismo.

La película es una adaptación libre de Martin Eden (1909), una novela autobiográfica del escritor
estadounidense Jack London (San Francisco, 1876—California, 1916). Martin Eden es la novela en
que Jack London representó su transformación de marinero en escritor. Es una bildungsroman. Se
la conoce popularmente como “la novela de los autodidactas”. En general, en comparación con
sus relatos de aventuras, Martin Eden de Jack London es una novela poco conocida e incómoda,
pues el protagonista termina por suicidarse después de haber ascendido en la jerarquía social.

Según el director, “El Martin Eden [de Jack London] es un hombre joven que, en un cierto
momento de su vida, sueña con emanciparse a través de la cultura. Pero entonces se convierte en
un escritor famoso, y la banalidad del éxito y del mundo que le rodea lo hunden en la depresión.

1
En Estados Unidos, la industria editorial nació de la mano de autores como London, quien fue
completamente explotado al servicio de la cultura de masas y de la literatura comercial”.

Algunas diferencias que existen entre la película y el relato de London consisten en que Martin
Eden es trasladado desde California a Nápoles, y que lee a Baudelaire y no a Swinburne. La
referencia a Herbert Spencer, en cambio, ya estaba en London (quizá por eso parece una
referencia un tanto anacrónica).

2.

La película representa a la sociedad europea atravesando la modernidad sin especificar unos años
o unas décadas en particular, alejándose de un tratamiento lineal del tiempo (a veces parece
finales del siglo XIX o inicios del siglo XX, otras veces parece la década de 1970 o 1980, o incluso,
en ocasiones, la actualidad). Esto último está relacionado con que la película entremezcla
mediante la técnica del montaje imágenes de archivo intervenidas digitalmente con imágenes
filmadas en Nápoles. La música, por su parte, desempeña un papel importante a la hora de enlazar
las secuencias de distintos planos, a la vez que responde a un registro que va desde la balada
tradicional italiana hasta la música tecno. Esa indeterminación temporal dota al relato con un
carácter “representativo”, tal vez se podría decir que “ejemplar” en el sentido de que Martin Eden
es un ejemplo de una regla más general, al modo de un “tipo” que, en cuanto tal, responde a una
“tipología”, que se puede formular así: un hecho fortuito ha cambiado el destino de un hombre, o
mejor, ha hecho que ese hombre tome consciencia de que tiene un destino. A partir de esa toma
de consciencia se organiza la Bildungsroman, es decir, el relato de su formación del escritor, la
carrera ascendente del protagonista.

Ahora bien, más allá de la indeterminación del tiempo histórico, los problemas asociados a la
relación entre el oficio de escritor y otras profesiones, entre el oficio de escritor y el dinero, entre
el oficio de escritor y el reconocimiento social, entre el oficio de escritor y los gustos del público
lector, entre el oficio de escritor y el compromiso político, son típicos del siglo XIX europeo
cuando, debido a distintos procesos de modernización, los escritores se vieron obligados a ganarse
la vida como cualquier otro trabajador. De hecho, un caso ejemplar de esos problemas es Charles
Baudelaire.

En este sentido, la referencia a Herbert Spencer (Derby, Inglaterra, 1820—Brighton, Inglaterra,


1903) —un individualista nato— desempeña un papel importante. En un momento de la película,
Martin Eden se da un plazo de dos años para convertirse en escritor. Su triunfo le permitirá unirse
con Elena. Eso es lo que marca su carrera vital ascendente. Conocimiento y amor. Educación y
amor. Escritura y amor. Son dos cosas que van de la mano, aunque en la película terminen por
oponerse y excluirse. Por otro lado, la bildungsroman de Eden es meritocrática, basada en una
suerte de don natural (su belleza cruzada por cicatrices, su simpatía espontánea, su carisma, su
ingenio) y en un impulso completamente individual. Es curioso en este sentido que nunca sepamos
qué había hecho Arturo Orsini como para que lo estuvieran golpeando. Solo se destaca que Martin
lo ayudó. Tampoco aparecen justificados los golpes que Martin propinó al novio de Margueritte
más allá de simplemente porque le dio la gana.

La película puede entenderse, pues, en términos del planteamiento de una tesis. El cine del
neorrealismo italiano de posguerra solía funcionar así. ¿Socialismo o darwinismo social?,

2
¿individualismo o colectivismo? ¿El yo o el nosotros? Y, por cierto, ¿cuál es el papel que le cabe al
artista o al escritor en ello?

En este sentido, hay tres escenas de la película que son importantes. Aquella en Martin Eden le
muestra por primera vez sus poemas a su hermana, y esta le pregunta que por qué escribe cosas
tan tristes, demasiado reales, siendo que a la gente le gusta reír. Aquella en que María, una
costurera viuda con dos hijos pequeños, que acoge a Martin en su casa de provincias, antes de que
este alcanzara el éxito, le dice: “El pobre no puede soñar, solo observar la realidad”. Y la tercera,
aquella en que después de haber ido juntos al cine, Elena le pregunta a Martin que por qué escribe
cosas tan crudas y no esperanzadoras, pues así nunca logrará que sus libros se vendan y no podrán
casarse. A lo cual Martin responde “díselo a los desgraciados de la tierra”, y entonces la lleva a su
barrio a conocer la pobreza y la miseria.

El gran conflicto es, entonces, aquel que se establece entre individuo y sociedad, desde el punto
de vista de alguien —Martin Eden— que inicia su carrera como trabajador y que desde ahí
asciende, cultura y educación mediante, y que entonces se ve enfrentado al problema de asumir
una nueva individualidad dejando atrás a su propia clase.

En este sentido, se podría decir que Martin Eden nunca deja de ser un marinero. Ese es su rasgo
definitorio (aunque pierda su trabajo en el barco y se transforme en un obrero de una fundición,
aunque más tarde se haga escritor). Porque ser marinero significa pertenecer a la vida del trabajo,
la pobreza y el esfuerzo, pero también a la vida de la aventura y de la libertad de poder dirigirse
siempre a otro lugar.

Hacia el final de la película, Martin Eden nunca viaja a Estados Unidos —paradigma del éxito—.
Luego de expulsar a Elena de su casa, Martin se ve a sí mismo caminando por la costanera de
Nápoles tal como lo hacía al comienzo de la película. Se sienta en la playa. Un hombrecito pasa
anunciando el inicio de una guerra. Se entremezclan una vez más imágenes de archivo que
muestran buques de guerra destrozados por bombas. Acto seguido, el hombrecito es golpeado
por otro hombre más grande, que parece ser un soldado. Es una imagen paralela, por cierto, a la
del inicio de la película cuando Martin ayuda a Arturo, el hermano de Elena. Acto seguido, Martin
se introduce con ropa mar adentro, nadando hacia el horizonte. ¿Se suicida como el Martin Eden
de Jack London? ¿Vuelve al mar como el marinero que nunca dejó de ser? ¿Abandona su carrera
de escritor?

3
_____________________________

Es una película con ambición europea. Es una coproducción público-privada ítalo-francesa (RAI,
varios gobiernos regionales). Está hablada en italiano. Los créditos están en italiano.

Después de una serie de golpes mientras la pantalla se mantiene oscura aparece la figura de un
hombre solo grabando su voz. Es el siglo XX. Ni tan lejos para que nos parezca antiguo, ni tan cerca
como para reconocer la escena como nuestra contemporánea. Las palabras que graba son las
siguientes: “Entonces el mundo es más fuerte que yo. / Contra su poder no tengo nada más que a
mí mismo / que, en cualquier caso, no es poco. / Mientras no me deje abrumar, también soy una
fuerza. / Y mi fuerza es temible, mientras tenga el poder de mis palabras / para contrarrestar la del
mundo. / Aquellos que construyen cárceles no se expresan tan bien como los que construyen la
libertad.”

Suponemos que quien habla es un escritor (el poder de las palabras) que escribe contra quienes
construyen cárceles y no tienen ese poder. Suponemos que quien habla es un escritor (el poder de
las palabras) que escribe contra quienes construyen cárceles y no tienen ese poder.

El sonido es la melodía de un sintetizador que simula un órgano y va in crescendo, que une ambas
secuencias, pues comienza mientras estamos en la escena de la grabación y continua en la serie de
imágenes de archivo. El sonido es la melodía de un sintetizador que simula un órgano y va in
crescendo, que une ambas secuencias, pues comienza mientras estamos en la escena de la
grabación y continua en una serie de imágenes de archivo.

El tratamiento de la imagen como medio es casi inmediato. La escena anterior es reemplazada por
una secuencia de imágenes de archivo todas ellas en blanco y negro —aunque intervenidas
digitalmente—, que tendemos a identificar con el siglo XIX o inicios del XX, o desde una
perspectiva más general, a algún momento de la modernidad europea que ya nos parece antigua.
La escena anterior es reemplazada por una secuencia de imágenes de archivo todas ellas en
blanco y negro —aunque intervenidas digitalmente—, que tendemos a identificar con el siglo XIX o
inicios del XX, o desde una perspectiva más general, con algún momento de la modernidad
industrial europea que ya nos parece antigua. Trenes (el 1º de mayo se llama el primero), viajeros,
multitudes en las calles, banderas, hombres hablándole a las multitudes, obreros, etc. Y de fondo
se oyen ruidos de estallidos de bombas. La secuencia termina con la imagen de un tren que entra a
un túnel y va dejando atrás la luz que se introduce por donde entró. La luz se hace cada vez más
pequeña.

Y nuevo quiebre: todo lo anterior se trataba de una introducción. Aparece el título de la película
Martin Eden, con otra tipografìa y sobre todo con la introducción del coro de una balada en
italiano (quien será?) Aparece el título de la película Martin Eden, con otra tipografía y sobre todo
con la introducción del coro de una balada en italiano (quien será?) que nos lleva repentinamente
a la segunda mitad del siglo XX (a los 50, 60, 70?), o al menos, que contrasta fuertemente con la
serie anterior de imágenes. Aparece quien suponemos que es Martin Eden como un joven que
trabaja en un barco y escribe en unas hojas de papel en su tiempo libre.

4
Luego la escena es un salón de baile. Dos mujeres jóvenes dicen que Martin Eden es bello (cosa de
la que ya nos habíamos dado cuenta) y en seguida él baila con una de ellas. Y se la lleva al barco!
Hacen el amor.

Todo es vintage. El tratamiento de la imagen es postmoderno, diríamos. No podemos identificar


con claridad la época, salvo diciendo que es moderna (pero de nuevo, no tanto como nosotros).

Otro corte. Esta vez una secuencia en blanco y negro, no sabemos si documental o no. Un niño
camina junto a un río que cruza una ciudad. ¿El protagonista cuando niño? La ropa es casi la
misma del adulto.

Otro corte. La siguiente escena vuelve al color anterior y muestra al protagonista que se despierta
mientras duerme en su barco a defender a un hombre que ha sido goleado por otro más grande
en un muelle. La siguiente escena vuelve al color anterior y muestra al protagonista que se
despierta mientras duerme en su barco a defender a un hombre que ha sido golpeado por otro
más grande en un muelle. Como en la ocasión anterior de la escena del baile, el protagonista
triunfa. Se hace amigo del hombre a quien ha ayudado. No sabemos —nunca sabremos— por qué
un hombre golpeaba a este último (Arturo).

Este último por otra parte tiene padres que son ricos, tal como se aprecia cuando invita al
protagonista a su casa. La casa es suntuosa. Parece museo. El protagonista siente interés por una
pequeña pintura de un barco (claro, él es marinero). Pese a ser bello, su rostro muestra cicatrices.
El protagonista, por otra parte, muestra tener entendimiento estético espontáneo o natural
diríamos (pues uno de los grandes asuntos de la película es, precisamente, que no tiene
educación). Cuando entra al salón una joven mujer (Elena, la hermana del dueño de casa), Martin
Eden ofrece una explicación a su interés interrumpido a partir de la ilusión óptica de una pintura
hecha de manchas. La chica le agradece su valentía por haber ayudado a su hermano. Después de
decir su nombre, Martin Eden agrega que estaba leyendo a Baudelaire. Pero revela su
desconocimiento cuando le pregunta a la chica si acaso Baudelaire está vivo y quiere confirmar si
es francés. La diferencia de capital cultural que existe entre ellos se hace evidente. Él dice saber
francés, ella lo corrige. Ella se presenta en francés: se llama Elena. Elena Orsini (ese es el apellido
de su familia)

Martin Eden se reconoce a sí mismo como alguien audaz (al igual que Baudelaire, según la
opiniónopiniòn de Elena).

Aparece la madre de Elena, quien también le agradece por haber ayudado a Arturo. El
protagonista se queda a almorzar. Lo que da la oportunidad para que Eden cuente su historia ante
las preguntas entre inquisidoras y curiosas de la madre, de Elena y de Arturo. Eden comenzó a
viajar a los 11 años.

La madre le pregunta a Eden si piensa que el gobierno debiese invertir más dinero en educación.
La conversación se orienta hacia ese giro. Con la educación desaparece la pobreza es la respuesta
de Eden, quien unta su pan (educación) en el plato con salsa (pobreza) y se lo come (desaparece la
pobreza), en una expresión espontánea de encanto, carisma e inteligencia.

Al despedirse Eden reconoce ante Elena que ha sido el mejor día de su vida, se excusa por su
ignorancia, y en seguida se lo ve paseando feliz con dos libros por la costanera de Nápoles.

5
Un hecho fortuito ha cambiado el destino de un hombre. O mejor, ha hecho que ese hombre tome
conciencia de que tiene un destino. Es claro que el relato a partir de este punto es ascendente.
Bildungsroman.

La música es la mayoría de las veces la que cubre la sutura de los distintos planos.

Recorriendo la ciudad llega a su barrio pobre en Nápoles (barrio español). Y volvemos a dudar si
son imágenes documentales o no.

“Trae dinero y no libros” le dice su cuñado cuando Martin Eden llega a casa. Trabajan juntos en el
barco, pero Martin Eden debe pagar el alquiler, cosa que no ha hecho. Es una pequeña empresa
familiar, diríamos. La escena trabaja ciertamente el contraste entre la pobreza y la riqueza. Entre
la alta cultura y la cultura popular, y entre la cultura y la necesidad de trabajar. El valor de la
cultura es reconocido, pero identificado como algo reservado para los ricos.

Martin lee Spleen e Ideal (Benediction) en el escritorio de su cuarto y luego, completamente


atrapado por la lectura, sobre su cama iluminado con una lámpara de noche. La escena siguiente
lo muestra visitando una tienda donde entre otras cosas venden libros. Compra muchos, y negocia
su precio de diez mil a tres mil liras.

Lava y corta sus uñas sucias de trabajador manual.

Se deja retratar por ella a lápiz. “He decidido ser como usted”, le dice a Elena. “Lo que usted
necesita es educación” le responde ella. Que regrese a la escuela que abandonó en primaria, le
dice ella. Se necesita dinero para estudiar, responde él.

El padre de Elena es el último en agradecerle explícitamenteexplicitamente a Eden su ayuda. El


círculo familiar está completo. Todos le han dado a Eden su bendición.

Martin Eden es un marinero. Ese es su rasgo definitorio (aunque pierda su trabajo y se transforme
en un obrero en una fundición, aunque más tarde sea escritor). Porque ser marinero significa
pertenecer a la vida del trabajo, la pobreza y el esfuerzo, pero también a la aventura y a la libertad
de poder dirigirse siempre a otro lugar. En el caso de Martin Eden ese otro lugar es ahora “el reino
del conocimiento”, como él mismo dice, la educación y los libros. Y, por cierto, Eden ya es un
poeta que le escribe a su amada Elena, de quien se reconoce “discípulo”. El “motor” de su nuevo
impulso por la educación. Ella es el “motor” de su nuevo impulso por la educación. La perspectiva
que se abre delante de los ojos de Martin Eden es la de su “futuro”.

A estas alturas es obvio que el personaje se apellide “Eden”, ¿no? (Mas que un edén, por cierto, es
un adán).

El trabajo del obrero en la fundición es un trabajo esclavizante. El trabajo del obrero en la


fundición es un trabajo enajenante. Su compañero de habitación afirma que prefiere ser un
vagabundo. Martin Eden tiene al menos la opción de volver a Nápoles.

La época son los setenta o los ochenta, incluso. A la película le interesa la idea de archivo. Trabaja
con imágenes de archivo, las cuales entremezcla con otras, ficcionales. Eso le otorga al relato un

6
carácter “representativo”, se podría decir que “ejemplar” en el sentido de ser un ejemplo de una
regla más general. Martin Eden es un “tipo” y como tal responde a una “tipología”.

A su regreso a Nápoles, Martin Eden le declara a Elena su deseo de ser escritor. Lo que le asombra
de la lectura es la posibilidad de ver el mundo con los ojos de otros, en consecuencia, lo que le
interesa de la escritura es ser esos ojos a través de los cuales el mundo se ve. Ante el escepticismo
de Elena, Martin expresa su desazón. “Escribir no es un trabajo como los demás. Como estos, tiene
sus requisitos”, le dice Elena. Martin ha acudido a Elena para buscar su aprobación a su nuevo
propósito. Elena insiste en su argumento acerca de que aquello que Martin necesita es educación,
sea escritor o no.

Rinde un examen de admisión. La resolución es que debe regresar a la escuela primaria. A lo más
básico.

Aquello de lo que carece Eden es de legitimación en el campo cultural. No se la concede la


educación, tampoco el dinero, solo se tiene a sí mismo. Solo puede conseguir esa legitimación
participando en concursos literarios o enviando sus textos a revistas. Buena parte de la película
consiste en mostrar como esos sobres que envía por correo son regresados sin respuesta a su
remitente.

Al mostrarle sus poemas, su hermana pregunta por qué escribe cosas tristes, muy reales, siendo
que a la gente le gusta reír.

Matin Eden gasta sus ahorros en comprar una máquina de escribir usada.

Un segundo quiebre que deja expuesta la fisura de clases: el encuentro de Martin en una suerte
de café de playa, acompañado de Elena y sus hermanos, con la chica con la que estuvo en su
barco, y que trabaja ahí de mesera. Elena la encuentra hermosa, ay, si se vistiera bien!, Martin le
responde con reproches de clase. Y reconoce que él antes era así, pero que ya no lo es más.

En el baratillo donde compra sus libros, de cuyos dependientes tiene la simpatía, conoce a Herbert
Spencer. Los argumentos son dos: la ley de la evolución, y la lucha de clases.

La escena siguiente parece particularmente importante: el sindicato ha llamado a huelga y se sube


al estrado un trabajador que defiende al trabajador individual frente al sindicato en contra del
socialismo. Es expulsado entre abucheos del mitin, pero el protagonista lo sigue mientras nombra
a Spencer. El hombre estaba acompañado aparentemente por unos hombres grandes con abrigos
con pinta de policías infiltrados…

Mientras tanto continúa enviando sus textos por correo, pero las cartas son devueltas. Ya no le
queda dinero. Martin decide embarcarse de nuevo. Helena le ofrece trabajo a través de sus lazos
familiares. Martin no sirve para el trabajo en una oficina, dice. Lo suyo es viajar, no mantenerse
quieto. La besa. Se declaran mutuamente su amor.

Nueva pelea con su cuñado. Abandona la casa de su hermana. Parte de viaje en tren. Se reconoce
como escritor.

7
Más allá de la indeterminación del tiempo histórico, que solo se puede caracterizar como
moderno, la problemática de la relación entre ser escritor y profesión, ser escritor y dinero, ser
escritor y reconocimiento social, es un problema típico del siglo XIX europeo, asociados a los
procesos de modernización propios del capitalismo y de la democracia liberal.

La película presenta una tesis, de ahí su carácter estandarizado. El cine del neorrealismo italiano
de posguerra solía ser así. Pero aquí la tesis no queda del todo clara, porque son demasiadas las
referencias: ¿siglo XIX o XX?, ¿Socialismo o darwinismo social?, ¿Individualismo o colectivismo? ¿El
yo o el nosotros? Y el final, pese a todo, puede interpretarse como abierto.

El permanente viaje del marinero en tierra es lo que permite que la relación con Elena se
desarrolle de manera epistolar.

Siguiendo la teoría del estilo de Spencer, el protagonista se da dos años para convertirse en
escritor. Su triunfo le permitirá unirse con Elena. Uno y otro triunfo van de la mano. Eso es lo que
marca su carrera ascendente. Conocimiento y amor. Educación y amor. Escritura y amor. Como
dos cosas que van de la mano, pero que en la película terminan por oponerse. (Esto, a decir
verdad, lo encuentro un poco simple en la película, incluso anacrónico).).

Es curioso lo de Spencer. Un individualista nato. Pareciera ser que la bildungsroman de Eden,


meritocrática, basada en una suerte de don natural (su belleza, su simpatía natural, su carisma, su
ingenio), se basa en un impulso completamente individual. Es curioso que nunca sepamos qué
había hecho Arturo como para que lo estuvieran moliendo a golpes. Solo se destaca que Martin lo
ayudó. Tampoco aparecen justificados los golpes que le dio al novio actual de Margueritte (la chica
del barco) más allá de simplemente porque le dio la gana.

Elena en sus cartas continúa insistiendo en que consiga un trabajo. Vuelve a ofrecerle la ayuda de
su padre. A final de cuentas, aquello que Martin le dice a Elena al final de la película, es decir, que
ella nunca confió en él tiene cierto grado de verdad. Sería bueno quizá preguntarse por el
personaje de Elena. Bella, joven (casi una niña, diríamos al comienzo), culta, prudente, tímida,
pero no mucho más. Por ejemplo, ¿por qué se enamora a final de cuentas de Martin? ¿Qué ve ella
en él? ¿Al simple rebelde? ¿A quien le muestra otro mundo que desea? No parecen ser estos el
caso. Aunque Elena termina por quebrar con su familia (aunque ya fuera demasiado tarde).

El problema principal se puede plantear así: “el pobre no puede soñar, solo observar la realidad”.
Estas son las palabras de María, una viuda con dos hijos pequeños que lo acoge en su casa sin
pagar renta sino pagando con trabajo, una costurera (a quien Martin termina comprándole una
casa). En este sentido, Martin es un pobre soñador. Literalmente. Llama a María a montar su
propio negocio de costura de servilletas. Hay una crítica a la burguesía, por cierto, tanto pequeña
como grande, pero esa crítica no apunta a la unión de los trabajadores sino a la propia
sobrevivencia.

En circunstancias de una soirée donde Martin se encuentra de nuevo con Elena mientras suena
Debussy, Martin bota la tarjeta de visita que le ofrece el amigo del padre de Elena para darle
trabajo. “Yo también era pobre”,” le dice este último a Martin. Le ofrece un ejemplo, un camino de
vida posible.

8
Martin no encuentra su lugar en esa velada de jovencitos burgueses, pero no se muestra tímido,
sino atento y desafiante. Cuando se retira, cruzando el jardín que en verdad es como un bosque,
Martin Eden conoce a un personaje mayor, elegante, sofisticado, pero que también está de algún
modo fuera de lugar en esa fiesta: Russ Brissenden, quien le presenta el mundo de los periódicos.
Russ es un personaje que contrasta con el amigo del padre de Elena. Martin Eden se queda con el
ejemplo y el camino de vida que le ofrece Brissenden.este último.

Después de haber ido juntos al cine a ver una película de amor, Elena vuelve sobre el mismo
argumento que ya habíamos encontrado antes en boca de una mujer humilde: por qué escribe
cosas tan crudas y no esperanzadoras (este problema, así como aquel de la polaridad literatura /
periodismo, son propios del siglo XIX, así como también el del poeta y la amada que deja todo por
él). “Díselo a los desgraciados de la tierra” es la respuesta de Martin. La literatura ha de ser
emancipadora. Ella contesta que lo que Martin escribe no se venderá jamás (este siempre es el
argumento último) y que, en consecuencia, nunca se casarán. Martin la lleva entonces a su barrio
a conocer la pobreza y la miseria, que es aquello sobre lo cual escribe. Elena no puede más que
reconocer el punto. No le queda más que implorar que Martin la lleve de regreso a casa.

Acosado por las deudas, es pasto de burlas de parte de los prestamistas, y debe ganar dinero
como sea ejerciendo los trabajos más humildes. (está en el campo o en provincias, y no en la
ciudad).

Siempre se gana el aprecio espontáneo de todos. Lo suyo es la belleza y el carisma. Diríamos


incluso, aunque no siempre, la humanidad (aunque es más bien un solitario).

Cae enfermo. Estando en cama, recibe la noticia por correo que uno de sus cuentos “El apóstata”
será publicado por la revista LʼEroica. La paga es de doscientas mil liras. Estamos casi en la mitad
exacta de la película.

Elena lo visita en la casa de la viuda (Maria). Elena ha discutido con su madre, ahora podrá estar
con Martin, dice.

Como era de esperar es Russ Brissenden quien intenta abrirle los ojos a Martin, a quien le dice que
vive en una fábula llamada “el marinero y la princesa”, que se asombra de que le hayan publicado
un cuento que es como un “puñetazo en la cara”, se ríe de su interés por representar la miseria, le
enrostra un socialismo que no lo conducirá a ninguna parte, porque no podrá vender sus libros.
Pero, acto seguido, en definitiva, dado que los miserables son muchos, le termina recomendando
seguir el socialismo como aquello que es lo único que podrá salvarlo “de lo que se avecina” (no
sabemos a qué se refiere). Russ Brissenden lleva a Martin a que dé un discurso contra del
socialismo en un mitin: Martin defiende la justicia social pero desde un punto de vista individual
no colectivo, pues desde este último según la ley de la evolución los miserables quedan sometidos
una y otra vez a la hegemonía de los más fuertes. Es abucheado y expulsado del mitin. Me
reafirmo en que la discusión es del siglo XIX, o se da en términos del siglo XIX. La opinión de Russ
parece ser que Martin se deje de escribir (porque no tendrátendrà éxito) y que se dedique al
activismo político.

El gran conflicto es aquel del individuo y la colectividad, desde el punto de vista de un individuo
que se sitúa en el polo de los trabajadores y que desde ahí asciende, via la cultura y la educación, y

9
que entonces se ve enfrentado al problema de asumir su nueva individualidad sin dejar atrás a su
propia clase.

Pero es raro porque la prestamista lo identifica como un socialista cuando la noticia del mitin sale
en los diarios. Por eso no le prestara más dinero. Esta cuestión es rara: todos lo confunden con un
socialista, pero él dice que no es socialista y termina citando a Spencer.Esta cuestión es rara: todos
lo confunden con un socialista, incluyendo la familia de Elena, pero él dice que no es socialista y
termina citando a Spencer.

La discusión se plantea entre socialismo, liberalismo e individualismo. Martin se identifica con este
último, no con alguno de los dos anteriores. Acusa a los liberales (burgueses capitalistas) de ser
socialistas también.. Martin es un individualista spenceriano: un positivista.

Al publicar su relato y salir en el periódico por el asunto del mitin, Martin ha alcanzado su
legitimación, pero esta última lo aleja de Elena. Ella rompe con él. No lo recibe en su casa. Le dice a
la empleada que le diga que no está.

Vuelve con la chica del barco, a quien simplemente toma mientras golpea a su actual novio. Todo
ello en la calle de su barrio de Nápoles.

Russ Brissenden muere suicidado (tenia la pistola encondida en una biblia hueca).Russ Brissenden
muere suicidado (tenía la pistola encondida en una biblia hueca). Más adelante, Martin es acusado
de plagiar un poema de Brissenden (“El efímero”). Martin lo descarta y reconoce a Brissenden
como su maestro.

Escena de archivo en que un barco a vela se hunde: acto seguido Martin alcanza el éxito como
escritor. Le ofrecen ir de gira a EEUU. No obstante, cuando alcanza el éxito, desprecia a quienes
han permitido que sea un escritor (partiendo por sus lectores).

Se avecina una guerra. No sabemos cuál. Es el futuro vaticinado por Brissen. Martin parece tomar
la causa del socialismo. Les entrega dinero.

Pese a su individualismo, Martin le compra una casa a Maria y su familia.

Margueritte es el nombre de la joven del barco, con quien Martin está ahora que tiene éxito.

Antes de que parta a EEUU, Elena visita a Martin para declararle que ahora sí puede estar con él.
Martin la rechaza. No puede estar con ella, porque ella nunca confió verdaderamente en él y
ahora él es como ella. El tono es de reproche.

Nunca viaja a EEUU. Luego de expulsar a Elena de su casa, Martin se ve a sí mismo caminando por
la costanera de Nápoles como al inicio de la película. Se sienta en la playa. Un hombrecito pasa
anunciando el inicio de la guerra. Se entremezclan imágenes de archivo de barcos de guerra
destrozados por las bombas. Acto seguido, el hombrecito es golpeado por otro más grande
(parecen soldados). Es una imagen paralela a la del inicio de la película cuando ayuda al hermano
de Elena. Acto seguido, Martin se introduce en el mar, vestido, y nada hacia el horizonte. ¿Se
suicida? ¿Vuelve al mar como marinero que es? ¿Abandona su carrera como escritor?

10
Los problemas que plantea la película son claramente modernos. Con varias referencias explícitas
a la segunda mitad del siglo XIX (Baudelaire, Spencer), pero con varios guiños también al siglo XX y
a la actualidad.

Por cierto si es una bildunsgroman, el camino ascendente del protagonista autodidacta termina
por truncarse en el momento mismo que alcanza aquello que anhelaba. Aquello que anhelaba, el
éxito del escritor, que iba a permitirle estar con Elena, termina por alejarlo de esta y, en última
instancia, de todos.

Creo que es una película que lleva a pensar en la idea del éxito, en el papel del escritor en las
sociedades modernas, en la idea de individualidad y de sociedad o comunidad o lo colectivo.

11

También podría gustarte