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Anemia del Embarazo.

En la mujer embarazada puede ser frecuente la anemia por déficit de hierro


o anemia ferropénica, ya que las necesidades de hierro son mayores
durante la gestación.
El hierro forma parte de la hemoglobina, imprescindible para el transporte
del oxígeno en nuestra sangre (en los glóbulos rojos). De esta manera, si la
hemoglobina se encuentra en niveles bajos, podría estar relacionada con un
parto prematuro y bajo peso al nacer. No obstante, niveles altos de
hemoglobina también estarían relacionados con resultados adversos.

Por este motivo, el especialista valorará los niveles de hierro de la


embarazada e indicará su suplementación y la dosis adecuada si lo
considera oportuno.

Infecciones Urinarias.
 El embarazo favorece la aparición de infecciones urinarias por los cambios
hormonales que se presentan.
Causas de la infección urinaria en el embarazo
La disminución de la contracción de la vejiga
El aumento de eliminación de glucosa en la orina
La compresión de la vejiga
La mayor posibilidad de llegada de gérmenes desde otras partes del organismo al
riñón debido al aumento de la circulación sanguínea general que se da en el
embarazo.
Los síntomas varían desde ninguno en la bacteriuria asintomática (5 a 10% de las
embarazadas), hasta fiebre y malestar generalizado con chuchos en la
pielonefritis, es decir en la pelvis renal (1 a 2%), pasando por síntomas que se
confunden con los propios del embarazo en la cistitis.
Se detecta mediante exámenes de orina que buscan los gérmenes que la
provocan, y también en sangre en casos de infecciones graves.
Tratamientos y complicaciones de la infección urinaria en el
embarazo
El tratamiento es con antibióticos, muchos de los cuales no pueden ser
administrados en el embarazo y por lo tanto no te deberías automedicar sino
consultar a tu médico. Incluso en las infecciones severas es necesario internar a la
embarazada para mejor control de ella y el feto.
Las complicaciones que pueden surgir en las infecciones graves son la sepsis
(infección generalizada con fallas en múltiples órganos), la amenaza de parto
pretérmino, el parto pretérmino, la alteración de la función de los riñones, etc. La
infección severa, pielonefritis, tiene un 25% de chances de volver a aparecer una
vez tratada.
Para prevenir las infecciones severas se hacen estudios de orina de las
embarazadas para detectar infecciones sin síntomas y tratarlas con antibióticos
antes de que se conviertan en una infección grave. Además, es útil mantener
una dieta sana, evitar la constipación (que favorece la infección urinaria) tomar
abundante líquido y concurrir a los controles de embarazo según te lo indica el
equipo de salud.

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