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Cena del Señor

Palabras de apertura

Amados hermanos en Cristo Jesús, paz a vosotros. Es un placer para mí, que en
esta tarde estemos reunidos para recordar y celebrad, un acto de amor hacia
nosotros que hizo nuestro señor Jesucristo en la cruz del Calvario.
En estos tiempos que Dios nos ha permitido vivir, nos ha puesto a prueba, nadie se
imaginaba que apenas iniciando el año pasado, iba a aparecer una pandemia que
cambiaría gran parte de nuestras vidas. Abrazar a los amigos y a la familia era
mucho más fácil antes de esta crisis de salud. Ir a la iglesia y convivir con los
hermanos era parte de nuestra rutina. Y a medida que han pasado los meses
muchos de nosotros tuvimos miedo, angustia y tristeza por los familiares que
enfermaron y por los hermanos en la fe que hoy descansan. Pero también hemos
tenido gozo por nuestros hermanos y familiares que salieron victoriosos de esta
enfermedad.
Estimados consiervos, es cierto que la situación que vivimos nos ha dejado con
poco trabajo, con ciertas afectaciones en nuestros cuerpos. Pero también hay
cosas positivas. Por gracia de Dios nos seguimos reuniéndonos todos los sábados,
hay almas nuevas que aceptaron a Cristo Jesús como su Salvador, como también
ovejas que regresaron al redil; es importante resalta que la Palabra de nuestro Dios
nunca nos ha faltado, gracias a ello nuestra fe y esperanza han crecido
manteniéndonos con paz y gozo, en tanto regresa por segunda vez el Redentor de
nuestras vidas.
Amados hermanos, todos nosotros conocemos el infinito amor que Dios tiene con
cada uno, sabemos que nuestro señor Jesucristo a intervenido en nuestras
oraciones para que nuestro Padre las escuche, y sin duda Dios ha sido nuestro
amparo y fortaleza en medio de la tribulación.
Por todo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, es que el día de hoy todos
ustedes pueden participar de la Cena del Señor, con gozo, gratitud y esperanza de
que un día la celebraremos con Cristo Jesús por la eternidad.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las
bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. Dios
bendiga y paz a ustedes

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