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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

ESCUELA DE HISTORIA

HA-1415: Historia Económica.

Examen # 1

Estudiante:
Andrey Pereira Álvarez.
(B95857)

Docente: Ronny Viales Hurtado.

I Ciclo 2022

Sede Rodrigo Facio

San José.
Pregunta No. 1. Las interpretaciones sobre la naturaleza y el carácter de la
denominada Revolución Industrial incluyen el debate sobre ¿qué ocurrió con el
nivel de vida de la clase obrera británica entre 1760 y 1850? A partir de este
debate, identifique ¿cuáles han sido los indicadores utilizados para
aproximarse al nivel de vida de la clase obrera en ese periodo y en ese espacio
geográfico? ¿Cuáles son los alcances y las limitaciones de estos indicadores?

Para revisar correctamente los indicadores que se han utilizado, se debe tomar
en cuenta el trabajo de varios autores. Meiner y Stiglitz mencionan que la renta per
cápita es un indicador adecuado debido a que escapa a juicios de valor, guarda
relación con los demás elementos sobre el nivel de vida y permite comparaciones a
nivel internacional con otras naciones. (Escudero, 2002)
No obstante, existen economistas (Entre los cuales destacan Norhaus-Tobin y
Myrdal) que destacan una serie de imperfecciones en el PIB per cápita. Por ejemplo,
no contempla los problemas de desigualdad, no toma en cuenta otros factores
importantes como esperanza de vida, niveles sanitario y educativo, condiciones
laborales, tiempo de ocio disponible, costes de la vida urbana, degradación del medio
ambiente o respeto de los derechos humanos. Además, no contabiliza el trabajo no
remunerado ni el trabajo informal, ni tampoco estadísticas sobre el desempleo. Por
último, añade cuentas que no necesariamente generan bienestar en la población,
como los gastos militares o el gasto en trámites excesivos. (Escudero, 2002)
De este modo, han surgido una serie de indicadores alternativos que sí toman
en cuenta estas variables importantes. Entre estos se encuentran el Índice Físico de
Calidad de Vida propuesto por Morris, el cual incluye la esperanza de vida cuando se
tiene un año de edad, la mortalidad infantil y la tasa de alfabetización adulta. Este ha
defendido su uso debido a que un buen valor de su indicador implicaría en la mayoría
de los casos el disfrute de una larga vida con posibilidad de prosperar gracias a la
alfabetización. Además, en naciones subdesarrolladas una porción del consumo
básico se realiza de modo informal, de forma que la mortalidad infantil y la esperanza
de vida captan mejor el bienestar que la renta. Asimismo, esas variables son fáciles
de estimar y, por tanto, más confiables que las cifras de ingreso de muchos países.
(Escudero, 2002)
También surgió el Índice de Desarrollo Humano (IDH) elaborado en 1990 por
la ONU. Este consiste en el promedio simple del PIB per cápita en dólares constantes
y ajustados a la paridad del poder adquisitivo, además de la esperanza de vida al
nacer y el nivel cultural. Los análisis de correlación entre el IDH y la renta han dejado
en evidencia que no se mueven tan en conjunto y que la renta no es un buen
indicador. Por último, el indicador de Dasgupta y Weale opera con el promedio
aritmético de seis variables: PIB per cápita, esperanza de vida al nacer, tasa de
mortalidad infantil, nivel cultural e índices de derechos civiles y políticos. (Escudero,
2002)
A pesar de sus aspectos positivos, también tienen sus falencias. Ninguno de
ellos incluye la desigualdad social, además de que prescinden de la renta en el caso
del IFCV y condiciones laborales, desempleo, degradación del medio ambiente.
Además, existe un juicio de valor respecto a la ponderación. ¿Por qué promedios
aritméticos y una ponderación más importante a alguna de las variables? Esto deja
claro que es bastante complejo encontrar el “indicador ideal”. (Escudero, 2002)
Una de las prácticas más frecuentes ha sido la estimación del salario real en
Gran Bretaña durante la revolución industrial. Entre estas estimaciones se pueden
destacar dos de las más recientes y contrastantes: las de Lindert-Williamson (100%
de crecimiento real entre 1810 y 1850) y las de Feinstein (1% de crecimiento real
entre 1783 y 1820 y 30% entre 1820 y 1852)). Si bien el análisis de estas se abordará
sobre todo en la siguiente pregunta, hay algo que las caracteriza y son sus grandes
diferencias. Los salarios reales tienen un conjunto de pros y contras similares al pib
per cápita, y en caso de calcularse bien puede arrojar aún más luz ya que no se ven
tan afectados por valores extremos y sesgos en su cálculo. Sin embargo, hay un
problema y es que se necesitan series de salarios y precios para corregir por inflación
(cálculos de deflactores y conversión de series nominales a reales), y muchas veces
el origen de estos datos no es tan fiable. Además, hay factores como la
representatividad de las zonas geográficas, la incidencia del desempleo, la mejora
que implicaría calcularlos por unidad familiar, así como la escogencia del periodo de
inicio y final de la serie (hubo muchas fluctuaciones de precios en esa época y
dependiendo del intervalo el crecimiento porcentual cambia mucho.) (Gili, 1994)
Una última medida es la altura, la cual se ha caracterizado por ser un índice
biológico, ya que se ha confirmado que según la dieta y el nivel de salud que se
experimente durante la niñez y adolescencia, la altura potencial genética puede variar
bastante. Este indicador llega a reflejar las condiciones de los salarios reales y el
consumo, y su vez la decadencia de algunos de los más importantes elementos no
asociados al ingreso del nivel de vida (medio ambiente epidemiológico, nivel sanitario
y condiciones laborales) (Escudero, 2002)
Pregunta No. 2. ¿Considera usted que el nivel de vida de la clase obrera
británica mejoró o no mejoró durante la “Revolución Industrial”? ¿Por qué?
Indique 4 razones basadas en evidencia (datos) extraída de los artículos
revisados para responder la pregunta No. 1.

En lo personal no aseguraría que mejoró. Creo, siempre con algo de


incredulidad, que el nivel de vida empeoró ligeramente por las siguientes razones:

1) Las estimaciones de salarios reales más recientes (Feinstein) muestran un


estancamiento de una depresión entre 1783 y la década de 1820, y luego un
alza del 30% en solo 30 años hasta 1852. Al final el crecimiento anual es de
sólo 0,38%. Sin embargo, ese 30% se reduce a un 20% por la disminución del
trabajo femenino y a un 18% por las Leyes de los pobres de 1834, por lo que
el crecimiento anual fue aún más raquítico. (Escudero, 2002)

2) Este reducido incremento concuerda con la disminución del consumo de


alimentos nutritivos. Las series de consumo de alimentos realizadas por
Holderness, Clarck, Taylor, Mokyr y Horrell muestran que la mayoría de los
trabajadores cambió su dieta, de modo que sustituyeron alimentos ricos en
proteínas y calorías por otros con menor contenido nutritivo. (Escudero, 2002)

3) Las condiciones laborales empeoraron, debido al mayor número de horas


trabajadas, mayor explotación, discriminación laboral de la mujer y aumento
del trabajo infantil hasta la década de 1830. (Escudero, 2002)

4) Hubo un descenso sustancial en la altura, lo que muestra que empeoró el nivel


de vida biológico. (Gili, 1994)
Referencias

● Escudero, A. (2002). Volviendo a un viejo debate: el nivel de vida de la clase


obrera británica durante la Revolución Industrial. Revista de Historia
Industrial—Industrial History Review, (21), 13-60. Recuperado de:
https://revistes.ub.edu/index.php/HistoriaIndustrial/article/view/19397

● Gili, E. C. (1994). Industralización y condiciones de la vida en Inglaterra: notas


sobre una larga polémica. Investigaciones históricas: Época moderna y
contemporánea, (14), 171-196. Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=66372

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