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Salmo 128
“1 Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.2 Lo que ganes
con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad.3 En el seno de tu hogar,
tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como
vástagos de olivo.4 Tales son las bendiciones de los que temen al Señor.5 Que el Señor
te bendiga desde Sión, y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu
vida.6 Que vivas para ver a los hijos de tus hijos.¡Que haya paz en Israel!” Salmo 128
Ante la cultura actual, la figura masculina se ha diluido. Los hombres no han asumido la
responsabilidad de la espiritualidad, el matrimonio, la crianza de los hijos y la
transformación social de nuestro mundo. Los hombres han puesto mucho más énfasis en
la masculinidad como autorrealización y comodidad (sexo, videojuegos, Netflix…etc).
C - Hijos
...tus hijos serán como brotes de olivo alrededor de tu mesa.
El aceite de oliva era un producto utilizado para calmar y curar heridas. Pero para que
estos “brotes” crezcan, también te necesitarán a ti. Hombre, ensúciate las manos para
cultivarlas y podarlas. Esto requiere paciencia, ya que el olivo tarda unos 20 años en dar
la mejor poda. Por esta razón, el hombre necesita redimir su posición como líder
espiritual de su familia.
Padres, no irriten a sus hijos; sino criarlos según la instrucción y el consejo del Señor.
(Efesios 6.4)
El verbo "crear" utilizado significa "nutrir, desarrollar, llevar a la madurez".
Reflexionemos:
Sabemos que nuestros hijos aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos;
¿Con qué ejemplos ha estado alimentando a su hijo? ¿Ha desarrollado usted como padre
una mentalidad cristiana en su hijo o una mentalidad secular?
La misión
Este consejo fue dado por un hombre que cayó (David), encontró la oportunidad de
comenzar de nuevo y ahora aconseja a su hijo Salomón que viva una virilidad justa.
Escuchemos lo que dice David:
“Sé fuerte y sé un hombre. ]3 Obedece lo que el Señor tu Dios requiere: anda en sus
caminos y guarda sus mandamientos... para que seas prosperado en todo lo que hagas y
dondequiera que vayas...” (1 Reyes 2:2-3)
Los hombres están invitados a orar y actuar para que nuestras vidas reflejen un tipo de
masculinidad que traiga felicidad y paz a todos los que nos rodean.